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Relaciones entre la sociología jurídica y su transformación epistemológica

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Nestor Augusto Ramirez


Universidad Católica de Colombia
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Relaciones entre la sociología jurídica y su transformación epistemológica

Nestor Augusto Ramirez Varon

Resumen

A través del tiempo la sociología del derecho ha sido relevante dentro de los avances
investigativos, dado que esta ha mostrado interés por desarrollar otras perspectivas que analizan la
sociología jurídica y a su vez las realidades de los fenómenos sociales. En este sentido, el presente
articulo tiene como finalidad comprender las nociones de la sociología jurídica junto con sus
implicaciones y aportes no solo al derecho sino a la realidad contemporánea. Asimismo, este
articulo utiliza el método analítico como fuente principal para su desarrollo utilizando diferentes
textos académicos que ayudan al cumplimiento del objetivo planteado.
De esta manera, se plantea mediante tres apartados los cuales contribuyen de manera
integral al desarrollo del artículo. El primero de ellos corresponde a las perspectivas analíticas
sobre la sociología jurídica, desde sus nociones conceptuales donde marca el derecho como una
construcción sociocultural, sumergiendo las leyes que se deben seguir, las sanciones que son
proferidas y los derechos que se reclaman como propios de la propiedad. El segundo hace
referencia a las perspectivas de la sociología jurídica desde diferentes autores, proyectando la esta
rama como conector que proporciona al derecho lo necesario para convertirlo en una ciencia social.
El último apartado corresponde a la epistemología frente a las transformaciones sociales, allí se
resalta la transformación epistemológica y apropiación cultural posicionándose como un factor
dinámico donde las comunidades a través de las luchas progresivas aportan avances significativos
en materia legal y cultural.

Palabras clave: Derecho, Sociología Jurídica, Latinoamérica, antropología jurídica, Pensamiento


Occidental.


Estudiante de segundo semestre del programa de Derecho de la Universidad Católica de
Colombia, naramirez58@ucatolica.edu.co, código 2117158.
. 2

Introducción

El motivo que guía este artículo es poder sentar un panorama general para definir la
sociología jurídica o sociología del derecho, e identificar algunos de sus rasgos distintivos e
intereses epistémicos, al igual que determinar el contexto general del derecho buscando
afianzar conceptos dinámicos de la epistemología en los pensamientos modernos del hombre.
De esta manera pretende destacar las perspectivas de la sociología jurídica y llegar a concluir
conceptos desde diferentes autores. En este sentido se abordan tres apartados que contribuyen
a cumplir con el objetivo propuesto.
La primera parte corresponde a la sociología y su objeto de estudio, allí se resalta que el
derecho es una construcción sociocultural. Esto implica que las leyes que seguimos, las sanciones
que proferimos y los derechos que reclamamos como nuestros no son una regla universal que
aplique a toda la especie humana, sino que depende de un complejo conjunto de condiciones
históricas que determinan lo que en cada grupo humano se presenta como conducta correcta y
conducta sancionable. Esto tiene connotaciones muy importantes en el estudio del derecho como
disciplina, pues a menudo se pasa por alto lo históricamente específicos y contingentes que tienden
a ser los sistemas de leyes, aun cuando muchas veces se presentan al ciudadano como normas que
se dan por asumidas.
El segundo apartado corresponde al estudio de la sociología desde diferentes autores,
determinando con esto que la sociología jurídica, le proporcionó al derecho lo necesario para
convertirse en una ciencia, sobre todo para hacerse una ciencia social, anteriormente, cuando la
sociología no había logrado esto, el derecho era considerado como una actividad práctica, pero no
como una ciencia propia. Max Weber es el padre de la sociología jurídica, creó los elementos
necesarios, además de la metodología de la sociología; Apareció en el siglo XIX, aunque ya había
ciertos trabajos en las ciencias sociales, sin embargo, en ese momento el objetivo de los estudios
estaba enfocado en lo práctico mas no en lo teórico.
Finalmente se desarrolla la epistemología frente a las transformaciones sociales, la cual busca
determinar la dinámica actual, analizando de manera retorica la evolución del hombre desde el
reconocimiento de este frente al entorno que le rodea, donde la epistemología juega un rol de suma
importancia, es así, como le permite reconocer las costumbres, tradiciones y conocimientos
naturales para un mayor desenvolvimiento social. Pero, a la par se presenta un escenario
colonizador que limitó al hombre desde la comprensión natural de su comportamiento, alineándolo
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como ser salvaje, que se debe desnaturalizar en el proceso a la civilización; Por lo tanto, se presenta
una ignorancia a los conocimientos intrínsecos de la cultura, y se delimitan los comportamientos
y pensamientos del hombre moderno, donde la base son intereses particulares de las fuerzas de
poder.

Perspectiva analítica sobre la sociología jurídica desde sus nociones conceptuales

La sociología y su objeto de estudio

En este orden de ideas, se puede estimar pertinente pensar en la sociología del derecho
como la disciplina que se encarga de visibilizar y profundizar esta diferencia. Para poder clarificar
la potencialidad de la sociología del derecho para el estudio del comportamiento humano y de las
normas y leyes, es necesario proveer una definición de lo que es esta disciplina. Nos ceñimos al texto
de Anthony Giddens donde realiza una introducción al objeto de estudio y métodos de la
sociología.
La sociología es una disciplina en la que dejamos a un lado nuestra concepción personal
del mundo para observar con mayor atención las influencias que conforman nuestras
vidas y las ajenas. La sociología surgió como empresa intelectual definida con el
desarrollo de las sociedades industrializadas modernas y el estudio de tales sociedades
sigue siendo su principal interés. Sin embargo, a los sociólogos también les preocupa
una amplia gama de cuestiones relativas a la naturaleza de la interacción social y al
conjunto de las sociedades humanas (Giddens, 2009, p. 19).
Esta es la base de la forma como la sociología produce conocimiento. A esto, el autor
denomina, siguiendo la tradición de su disciplina “imaginación sociológica”, que consiste en un
extrañamiento de la realidad social que permite identificar como objeto de estudio aspectos de
nuestras rutinas y ritos sociales para indagar de dónde vienen, cuáles son sus causas y fines, cómo
se manifiestan. En palabras de Giddens: “La imaginación sociológica nos pide, sobre todo, que
seamos capaces de pensar distanciándonos de las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas,
para poder verlas como si fueran algo nuevo” (Giddens, 2009, p. 11).
En este orden de ideas, debe entenderse que el derecho es un sistema regulatorio de la
conducta humana que no aparece de forma espontánea per se. La razón por la que el derecho es
diferente del mismo modo que son diferentes las sociedades, su configuración económica,
política y cultural, es porque interactúa con ciertos elementos de esta configuración que pueden
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considerarse estructurales.
Esto a su vez se interconecta con las perspectivas clásicas de la sociología del derecho o
jurídica, como lo podremos argumentar a continuación al examinar la noción de esta disciplina
que ofrece Renato Tréves.

La perspectiva de Tréves sobre el estudio sociológico del derecho: tres definiciones

Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario considerar el derecho como un buen ejemplo


de un elemento marcadamente estructural. El derecho se encuentra al interior de las numerosas
regulaciones de la vida en sociedad de los seres humanos y tiene un alcance que determina una
serie de regulaciones a nivel macro (como las relaciones entre Estados y la estructura miasma
de cada uno de ellos) tanto como a nivel micro (por ejemplo, el marco conciliador o punitivo
con el que se resuelve un conflicto entre dos personas naturales).
A este respecto, Renato Tréves, uno de los impulsores europeos del desarrollo como
disciplina de la sociología del derecho, ofrece en “A la búsqueda de una definición de la
sociología del derecho” (1988, p. 13), una serie de definiciones que atribuye a este campo
específico.

Esto implica una perspectiva claramente sociológica. Desde aquí el derecho no es algo a
priori, sino el producto de relaciones sociales concretas, que es ejercido por operadores jurídicos
concretos. Posteriormente, el mismo autor propone otra definición, ya no en pos de la novedad
que representaba en aquella década, sino incorporando la importancia de las numerosas
investigaciones empíricas que se iban añadiendo al corpus de esta disciplina. Así, su segunda
definición se resume en que: “tal disciplina tenía por objeto el estudio de las relaciones entre
derecho y sociedad y que este estudio debía ser dividido en una parte teórica y una parte
empírica” (Treves, 1988, p. 15).
Esto a su vez, se conecta con otras perspectivas a lo largo del desarrollo de la historia de
la disciplina, que son recogidas por dos revisiones recientes. La revisión de Carvajal, donde se
propone una contextualización de lo propuesto por Tréves y la revisión de García, Llano Franci,
Velasco y Vizcaíno, donde se muestra cómo esto influyó la sociología jurídica latinoamericana.
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Las definiciones de la sociología del derecho y jurídica después de Tréves

Ahora bien, teniendo esto en cuenta, la conexión entre sociología general y sociología
del derecho queda patente. Uno de los autores que revisa los conceptos desarrollados en la
época de Tréves hasta la actualidad es Jorge Carvajal, quien la ve como un campo autónomo
de la sociología general, mayormente desarrollado, después de contrastar a autores de varias
corrientes, concluyendo que su autonomía está dada por siete características. En palabras del
autor:

1. Es vista o como una disciplina o como una especialidad de la sociología. 2. En general,


no es definida como una disciplina del derecho. 3. En cuanto a sus métodos y forma de
abordar el conocimiento, está más vinculada a la sociología que al derecho. 4. Aunque no
de manera exclusiva, hace énfasis en el uso de métodos empíricos de investigación. 5.
Pretende un análisis crítico de las situaciones jurídicas, una aproximación realista. 6. Se
ocupa de los fines y las funciones del derecho, aunque no tiene la exclusividad sobre el
tema. 7. Se ocupa de la organización del sistema legal, sus operadores y la forma como
las personas definen su realidad jurídica (Carvajal, 2011, p. 115).

Esto es un punto de vista claramente sociológico. El hecho de que el derecho se estructure


en un sistema legal con operadores y que las personas definen e interiorizan una realidad jurídica,
y también reconocer que las leyes tienen una función y unos fines dentro de la sociedad, y poder
captar esto requiere de imaginación sociológica.
En Carvajal, por su parte, no se puede distinguir necesariamente entre sociología jurídica
y sociología del derecho, porque, según su revisión, muchos autores discrepan con Tréves
respecto al problema de su diferenciación. Así, Carvajal expresa que:
Empecemos por decir que en este texto utilizaremos como sinónimos las expresiones
sociología jurídica y sociología del Derecho. Éste ha sido un debate de alguna manera
recurrente, sin embargo, para la mayoría de los autores la solución siempre ha sido la de
declarar su equivalencia (2011, p. 112)
El principal argumento para esto, al parecer, es que facilita la revisión temática y la
condensación de los principales conceptos de ambas acepciones del mismo campo de estudio,
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dado que, al parecer, las diferencias entre ambos términos van perdiendo importancia conforme
el campo se desarrolla, en términos de su diferenciación de las otras ciencias sociales y del
derecho en sí como disciplina.

Las corrientes de la sociología del derecho en América Latina

De acuerdo con lo anterior, la sociología del derecho o jurídica, que ya pudimos


comprender que su diferenciación es aún asunto de polémica dentro de la disciplina, se ocupa
de un objeto de estudio determinado, entendiendo el derecho como un producto de relaciones
sociales concretas de una época y lugar específicos, y ejercido por instituciones y operadores
igualmente concretos.
Esto implica no asumir que el derecho es justo sólo por ser derecho, sino que debe
estudiarse cómo opera el derecho, y el estudio de “los fenómenos sociales, no exactamente
jurídicos, cuando interesan al Derecho o inciden en él” (Silva García et al., 2019, p. 1141). Estas
luchas contra el formalismo jurídico se replican en Latinoamérica de diversas maneras.
Según los autores, esto se manifiesta en ciertas tendencias actuales de la sociología
jurídica en áreas como Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela, donde consideran que
la disciplina ha llegado a un punto de madurez importante. Esto lo expresan de la siguiente
manera.
Los autores especifican, entre estas tendencias: una criminología o sociología jurídica
penal, que estuvo muy influenciada por el imaginario del Norte-Global sobre la realidad
latinoamericana y enfocada en problemas como narcotráfico extorsión, terrorismo, trata de
personas, etc., pero que busca desligarse de esta influencia, debido a la imprecisión de sus
conceptos (como el de cárteles). Otra tendencia obedece a la construcción social de la realidad,
lo que incluye la construcción de las decisiones jurídicas, los imaginarios criminales, la realidad
procesal, entre otros elementos. Una tercera tendencia para los autores viene siendo la
administración de justicia en términos de la recuperación de la democracia, lo que reúne “Su
interés en analizar los efectos de la democratización la llevó a revisar la litigación civil, punto
de encuentro entre los ciudadanos y el Estado, modelado por complejas influencias sociales,
económicas y políticas” (Silva García et al., 2019, pp. 1156-1157) y también “las modificaciones
introducidas en la administración de justicia por los gobiernos democráticos.” (2019, p. 1157),
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estudiados sobre todo por la socióloga María Inés Bergoglio. Los autores, además, añaden que
entre otras tendencias se encuentran el pluralismo jurídico, estudiado en Brasil por Antonio
Wolkmer, la reconfiguración de las prácticas de los agentes de justicia en contextos de reformas
del poder judicial, la democracia de partidos en el período chavista, los movimientos sociales,
entre otros.

Perspectivas de la sociología jurídica desde diferentes autores

Sociología jurídica

En términos generales, se ha definido como la “disciplina” que se encarga de estudiar los


problemas, las implicaciones y todo lo concerniente respecto a las relaciones entre el derecho y
la sociedad. En otros términos, la sociología es la ciencia encarga de estudiar la estructura y el
funcionamiento de las sociedades humanas.
Entre sus funciones está la de estudiar problemas sociales que se encuentren ocultos,
ignorados o incomprendidos, mostrar las diferentes formas en las que los arreglos sociales se
integran en nuestras vidas y finalmente, examinar las suposiciones sostenidas por la opinión
popular. Por otro lado, las disciplinar auxiliares de esta ciencia son: la antropología, la
economía, la política, la filosofía, la psicología y el derecho.
La sociología jurídica es una herramienta científica que ve el derecho como una modalidad
de la acción social, significa que el derecho es en sí mismo un producto social, es producto de
las luchas, de acuerdos, de políticas. Por lo tanto, visto desde la sociología, no es una entelequia,
inamovibible, auto dotada de sentido propio, pero también puede ser el estudio sociológico
desde el punto de vista jurídico.
La importancia de la sociología jurídica radica en que el derecho al tener que ser estudiado
dentro de una sociedad, con campos en disputa, donde hay diversos intereses en torno a el, puede
ser visto desde el punto sociológico como algo que está en juego que se puede discrepar y que
puede ser utilizado en beneficio de causas justas, de obtener derechos, de poder ejercerlos y
también, puede ser importante en el sentido de impulsar movimientos sociales en los casos en
los que pueda verse al derecho como una forma de represión. Esto generalmente se ve en muchos
países, donde el derecho en más de una ocasión ha sido utilizado como un arma de represión
contra el pueblo.
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Desarrollo de la sociología jurídica en Latinoamérica

El desarrollo de la sociología jurídica en América Latina es la perspectiva teórica


construida a partir de la experiencia histórico-cultural, su historia ha pasado por un periodo donde
primaba la aplicación critica de teorías y metodologías.
Estando bajo la dominación colonial la región latinoamericana no estaba en las
condiciones de producir ideas propias y por tanto, era necesario “exportar” estas ideas de otros
países o de otros intelectuales del momento, a partir de los procesos de modernización que
incluyeron un cambio a nivel económico, político y social a partir de los años 30s y hasta los
60s. La sociología se amplía en el conocimiento intelectual de Latinoamérica, por la creación
de los programas universitarios de sociología, en este contexto, es donde nace la sociología
latinoamericana contemporánea.
[…]La sociología jurídica latinoamericana aparece como una disciplina consolidada, que
ha ampliado de manera extensa sus campos de investigación y teorización. Se destaca la
realización de numerosas investigaciones empíricas. Igualmente, la presencia de una rica
producción teórica, con la que se han constituido unos marcos teóricos producidos desde
está sección del Sur-Global, acordes con las particularidades de las realidades sociales
con las que deben lidiar las sociedades de la región […] (Silva et al., 2019, p. 19).

El objetivo del nacimiento de la sociología se fundamentó en la necesidad de incluir a


América Latina en los ciclos de orden, modernización y desarrollo. Posteriormente, con el
problema de la industrialización que surgió posterior a la crisis, su objetivo era incrementar las
relaciones entre los países y la región, que era fundamental para la creación y la fundamentación
de la idea de ser Latinoamericano, lo que dio las bases para la teorización de la región.
En Brasil, surgió la idea del formalismo jurídico que se basaba en el hecho de buscar
alternativas a través del Derecho para hacer frente a las desigualdades económicas, políticas y
sociales. Estas alternativas legales estaban principalmente enfocadas en materia de derechos
humanos y acceso a la justicia. Para esto, se debieron identificar unos presupuestos
ideológicos, encaminados a reformar el pensamiento de técnicos y códigos, por lo que entró
nuevamente en el debate el pluralismo jurídico. Adicional a ello, se dio un nuevo tratamiento a
las fuentes del derecho y a la eficacia de este.
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Introducción al pensamiento jurídico critico

El pensamiento jurídico critico plantea una nueva concepción del derecho, es preciso
afirmar que para Carlos Wolkmer, el derecho no puede ser reducido estrictamente a la norma,
a los códigos y a la interpretación de los jueces. El derecho, es un proceso histórico y social
que debe ser tenido en cuenta para las diferentes proyecciones de este que se pueden resumir
así: derecho como norma, derecho como un valor y como un hecho social.
Por otro lado: “La “teoría crítica” es importante en tanto atribuye relevancia al sentido
sociopolítico del derecho, es decir, una plena eficacia al discurso que cuestione el tipo de
justicia expuesto por cualquier ordenamiento jurídico” (Wolkmer, 2003, p. 26).
Es fundamental, que se pueda elegir una metodología que demuestre que la realidad
jurídica está condicionada por la dinámica de las relaciones económicas, sociales. políticas,
éticas y culturales. Por lo tanto, es necesario cuestionar las representaciones e instituciones
del derecho positivo y de sus formalismos. Es decir, visionar al derecho como un proceso,
pero también como producto de interacciones, practicas, integraciones y sociabilidades en la
sociedad, es decir, como una construcción de las luchas sociales e históricas.
El derecho engendrado por relaciones societarias concretas es un instrumento normativo
en su dimensión sociopolítica y emancipadora, lo que favorece trabajar por una perspectiva hacia
una reflexión epistemológica mucho más compleja, es decir, crear un marco teórico de
conocimiento cuyo objetivo sea acordar soluciones respecto a los problemas que no encuentran
soluciones, para producir conocimientos que antes no hayan sido extendidos con anterioridad
para la transformación social, para así, crear un derecho que sea una expresión de la sociedad,
comprometido con las realidades humanas.
Adicional a ello, Wolkmer (2003), afirma que el derecho debe ser una construcción
basada en una investigación interdisciplinaria con otras áreas de las ciencias humanas, como,
por ejemplo, la sociología jurídica, para el avance de la teoría del derecho.

Relación entre la sociología y la antropología jurídica

El pluralismo jurídico es el punto de encuentro entre la antropología y la sociología jurídicas.


De acuerdo con el profesor Jairo Llano (2010), el pluralismo jurídico es:
[...]Una Propuesta que comprende los conflictos y las prácticas jurídicas que los resuelven
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en lo local, lo regional y lo global, en contradicción de la perspectiva del positivismo


jurídico que reconocía sólo el derecho estatal y que perduró por varias décadas […]
(Llano, 2010, p 2).
Empezó porque el estado social que inició en el siglo XVII como modelo de
organización geopolítica es un estado cultural, las clases dominantes transformó a los demás
creando la idea de la nación, que no existía antes. Posteriormente, se dio un crecimiento cultural
en unas culturas, pero estas que eran dominantes despreciaban a las otras. Luego, crearon los
ejércitos o las fuerzas armadas y finalmente, cuando las culturas llegaron a un consenso entonces
se creó el sistema jurídico, sin embargo, antes de esto se desató la violencia porque había
diferentes concepciones en las culturas sobre un mismo tema, por ejemplo y eso pasó con los
derechos.
Todos los cambios en el sistema jurídico generaron conflictos y violencia entre la
sociedad, porque no todos estaban conforme con lo que establecía, y eso, por ejemplo, solo se
daba en un solo lugar, pero cuando se extendía el concepto, se generaba aún más violencia y
rechazo, incluso, hubo culturas que desparecieron a raíz de esto, en especial, los pueblos indígenas
o los africanos, por superstición o porque sus convicciones eran “peligrosas”. Esto sucedió
particularmente con todos los códigos que tenemos en la actualidad.
Tal como lo afirma el antropólogo Javier Llano (2010), para Boaventura, el conflicto
y el pluralismo jurídico se encontraban no sólo en el proceso de colonización, sino era parte de
las sociedades capitalistas modernas y complejas debido a las tensiones que surgían entre las
clases sociales y los grupos étnicos que conformaban los Estado-nación
Asimismo, señala:

[…]El pluralismo jurídico se convierte en la categoría de la ciencia jurídica que vincula


el conflicto social en toda su amplitud en relación con el derecho, comprendiendo la
complejidad de los diversos derechos que se encuentran tanto en las sociedades
capitalistas contemporáneas y que interactúan en un determinado contexto, como en los
derechos y prácticas jurídicas de las culturas tradicionales, sin importar los conflictos
que surjan al interior de las diferentes sociedades y culturas […]
(Llano, 2010, p 9).
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El fenómeno del pluralismo jurídico, evidencia espacios legales interconectados e


interrelacionado, y, por tanto, una sociedad marcada por la interlegalidad de sistemas normativos
los orígenes del pluralismo están marcados por la visión social del derecho. El pluralismo jurídico
también puede ser visto como una posibilidad de tener en cuenta una alternativa del monolismo
centralizador del estado y también, al individualismo. Está determinado por una visión integral del
derecho como un fenómeno social complejo y como reacción de las ideas del derecho como
producto exclusivo de la entidad estatal. Las relaciones entre el estado y su sustento jurídico y las
relaciones sociales, reflejan en sus instituciones las tradiciones y esencias de ver el derecho.
El pluralismo entonces sugiere un análisis de perspectivas antropológicas,
sociológicas e históricas, lo que implica que parta de unas teorías no solo jurídicos si no también
desde una teorías sociológicas, antropológicas y socioculturales.
[…]La primera publicación teórica y conceptual desde la sociología y la antropología
jurídica que tiene desarrollos teóricos y conceptuales sobre el pluralismo jurídico se
origina en un espacio de reflexión académica distinta al universitario, como es el
Instituto de Servicios Legales Alternativos (ILSA)[…] (Llano, 2010, p 5).
Ante la dinámica actual en el mundo y la sociedad, se plantean diversos retos y desafío que
pueden ser desconocidos por el hombre, por ello, la misma emplea la educación e investigación
como medio alterno que le proporcione datos para poder entender este comportamiento y con ello
obtener la realidad. Sin embargo, cambe plantear la siguiente interrogante ¿Cuál es la noción de la
epistemología del sur frente a las transformaciones sociales y la postura ante las fuerzas del poder
y el derecho?

Ciertamente, las respuestas pueden ser infinitas y estar basadas en diversas concepciones,
sin embargo, el hombre ha buscado a través de textos e investigaciones los orígenes de la realidad
actual, como una forma de entender su ser y papel dentro de la sociedad. Asimismo, esto le ha
otorgado conocimientos y desarrollados métodos para poder comprender la vida y la interrelación
con el entorno desde un enfoque universal. Es allí, donde la epistemología plantea un escenario de
interrelación y a su vez marcan diferencias rotundas en la generación de conocimientos.

En consecuencia, la generación de conocimientos deriva del pensamiento del hombre, de


la relación con sus experiencias y en la conexión con lo abstracto que le permite construir verdades
de acuerdo con su percepción. Desde este primer escenario se encuentra la epistemología, o aquella
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disciplina que se centra en la génesis del conocimiento. En tal sentido, al referir la epistemología
desde la construcción de conocimientos, se plantea un escenario donde la relación con la filosofía
permite comprender la concepción y transformación del conocimiento por parte del hombre, donde
se basa en este en la búsqueda de verdades que le permitan comprender su entorno, y que de manera
directa desde la aplicación de este y el empleo de métodos ha desarrollado la ciencia y sus diversas
disciplinas.

La epistemología es a mi criterio, ese punto de vista desde el cual me relaciono con las
cosas, con los fenómenos, con los hombres y eventualmente con lo trascendente. Por consiguiente,
la epistemología es la génesis del conocimiento desde el comportamiento, desenvolvimiento y
cognición del hombre en su interrelación con el mundo que le rodea. Es una disciplina intrínseca
que determina el origen del conocimiento sin dogmas que limiten al mismo, en su efecto, generar
un campo amplio del conocimiento en base a los infinitos elementos que compone el mundo, y el
cual el hombre puede significar a través de esta.

Sin embargo, en la comprensión del conocimiento como base científica, la epistemología


se debe analizar desde la interrelación del colonialismo y el desarrollo de una nueva cultura
impuesta, es decir, en el desarrollo de una epistemología ya establecida que ignora las costumbres
autóctonas de las regiones, específicamente del Sur, donde los grupos sociales se enfrenta ante un
concepción de salvajismo, y la imposición de diferentes modelos y líneas que responden a los
intereses de las fuerzas de poder y política. Donde se plantea la búsqueda de una nueva concepción,
que responda a los estados naturales de las regiones, donde la epistemología radique en el
conocimiento originario.

Las epistemologías del Sur son el conjunto de las intervenciones que denuncian esta
supresión, valoran los saberes que resistieron con éxito e investigan las condiciones de un
diálogo horizontal entre conocimientos. A este diálogo entre saberes lo llamamos «ecología
de saberes» (Boaventura y Mendez, 2014, p 11)

En consecuencia, la epistemología del sur se centra en la lucha por el reconocimiento de


sus epistemologías naturales, las cuales convergen en un ecosistema de pluralidad, que se puede
evidenciar en las naciones del sur, o el mundo nuevo. Es así, como se plantea un capitalismo
científico que impuesto modalidades de conocimientos, costumbres, pensamientos, entre otros,
como un paso de un estado natural hacia la civilización, pero que dentro de este proceso se está
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desnaturalizando al hombre y colocando en un sistema codificado por intereses especiales de las


fuerzas de poder.

El análisis se centra en la profundización de los lugares y contextos que subyacen a la


construcción del conocimiento moderno hegemónico y de lo que ello significó para los
saberes subalternizados y para las prácticas y los agentes sociales que los producían y
reproducían. La pluralización de los lugares y contextos permite identificar la diversidad
epistemológica del mundo y valorar conocimientos hasta ahora devaluados como locales,
es decir, como contextuales (Boaventura y Mendez, 2014, p 14)

Por lo tanto, esta nueva era globalizadora se mantiene bajo un escenario que se puede
interpretar de manera retórica, es decir, se tiene un mundo donde existen diversos conocimientos
y culturas que de manera sistemática integran una cultura general, pero desde la especificación se
ignoran los conocimientos locales, que en un enfoque holístico complementan el desarrollo social
del hombre en determinadas regiones, y por el contrario se tiene un contexto donde imperan los
conocimientos científicos delimitados por las corrientes externas, donde la naturaleza del hombre
y su esencia se mitigan a la par de la construcción de una imagen moldeada.

El pensamiento occidental moderno es un pensamiento abismal. Éste consiste en un sistema


de distinciones visibles e invisibles, constituyendo las segundas el fundamento de las
primeras. Las distinciones invisibles son establecidas a través de líneas radicales que
dividen la realidad social en dos universos: el universo de «este lado de la línea» y el
universo del «otro lado de la línea». (Boaventura y Mendez, 2014, p 21)

Por consiguiente, se tienen un pensamiento abismal desde las diferentes dimensiones y


sectores, es decir, todo está dividido en dos vertientes que plantean escenarios distintos de la
concepción del hombre y la vida. Donde el conocimiento se debate entre las naturalidades de este
en las regiones y las ciencias, o en el impuesto bajo líneas delimitadas por el poder y la fuerza que
maneja el sistema general del mundo. Por lo tanto, esta vulneración al capital cultural y social abre
un camino hacia la reflexión de la dinámica actual, la cual refiere a diversos fenómenos que
moldean al hombre a una realidad codificada, y en que su efecto lo limita en el reconocimiento
natural de sus capacidades y tradiciones.
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El conocimiento y el derecho modernos representan las más consumadas


manifestaciones del pensamiento abismal. Ambos dan cuenta de las dos mayores líneas
globales del tiempo moderno, las cuales, aunque sean diferentes y operen
diferenciadamente, son mutuamente interdependientes. Cada una de ellas crea un
subsistema de distinciones visibles e invisibles de tal modo que las invisibles se convierten
en el fundamento de las visibles (Boaventura y Mendez, 2014, p 23)

En tal sentido, desde el derecho el pensamiento abismal se ha posicionado como un factor


conductual, donde es necesario reflexionar sobre el origen del derecho en las comunidades del Sur,
donde se puede reflexionar sobre su comportamiento en paralelo con la sociedad, y las
implicaciones que este ha tenido en el desarrollo común de las naciones. Por lo tanto, se plantea
un escenario de cuestionamiento, donde se debe considerar que el Derecho parte de las
concepciones del viejo mundo, donde la colonización marcó su génesis, pero a través del tiempo
ha seguido delimitando su desarrollo en las sociedades, comprender este suceso, es referir el
derecho en el Sur y Latinoamérica como una derivación del derecho romano, pero a su vez plantea
la ignorancia a las leyes y culturas naturales de los pueblos.

En el campo del derecho moderno, este lado de la línea está determinado por lo que se
considera legal o ilegal de acuerdo con el Estado oficial o con el derecho internacional. Lo
legal y lo ilegal son las únicas dos formas relevantes de existir ante el derecho y, por esa
razón, la distinción entre los dos es una distinción universal. Esta dicotomía central
abandona todo el territorio social donde la dicotomía podría ser impensable como un
principio organizativo, esto es, el territorio sin ley. (Boaventura y Mendez, 2014, p 24)

En síntesis, el derecho moderno es la línea participativa del derecho internacional en las


naciones del Sur, así como en otras, donde las delimitaciones legales yacen de la participación
mundial, de las referencias históricas del derecho romano, desde una concepción que ignora las
localidades desde sus conocimientos y culturas. Pero que a su vez plantea el discernimiento frente
a un escenario general, es decir, si el derecho busca desarrollar normas de acuerdo con el
comportamiento social, porque se referencia de un campo externo, donde la epistemología natural
debería ser el referente general de las ciencias jurídicas, donde estas puedan mejorar el desarrollo
social, y en efecto prevenir la criminalidad, ente los márgenes de delincuencia presentados en estas
naciones.
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En efecto, es difícil no ver el principio de una complementariedad funcional dinámica en


el conflicto permanente entre las pretensiones que concurren por el monopolio del ejercicio
legítimo de la competencia jurídica: los juristas y otros teóricos del derecho tienden a tomar
el derecho en el sentido de la teoría pura, es decir, ordenado en un sistema autónomo y
autosuficiente, y purificado de todas las incertidumbres o lagunas ligadas a su génesis
práctica gracias a una reflexión fundada en consideraciones de coherencia y justicia.
(Bordieu, 2000, p 180)

Por lo tanto, desde este contexto se tiene un sistema judicial dominado por las fuerzas de
poder, y por culturas extrínsecas que limitan el buen funcionamiento de las instituciones, donde
además se tienen resultados pocos eficientes. Aunque las leyes y marcos normativos sean
redactados en base a diferentes concepciones basadas en el derecho natural, en la referencia
europea y americana, se tiene una coyuntura en la diferencia cultural y conductual de las
sociedades. Donde se ha ignorado el capital cultural como elemento esencial para la construcción
de políticas y leyes, donde además el capital social permite la comprensión de las interrelaciones,
pero que en medida es ignorado.

De esta manera, desde este fenómeno se requiere la integración social como búsqueda de
mejores propuestas, donde la valorización del capital multidimensional permita mejorar el
desenvolvimiento social, desde la comprensión de la epistemología natural, donde esta sea la base
de los avances y progreso nacionales, donde delimite la investigación y gestión del conocimiento,
donde el derecho se fundamente en estos comportamiento para poder orientar a las sociedades
hacia mejores escenarios prospectivos.

“La interpretación opera la hostilización de la norma, adaptando las fuentes a las nuevas
circunstancias, y descubriendo en ellas posibilidades inéditas, dejando de lado lo superado y lo
caduco”. (Bordieu, 2000, p 184). En consecuencia, la modernidad se desarrolla en la
transformación, pero que a su vez plantea la sostenibilidad social como un factor de desarrollo
humano y colectivo, donde la naturalidad del hombre es el elemento central de la educación,
investigación, ciencias y el derecho. Es así, como los grupos étnicos, raciales y sociales, se centran
en la reivindicación de sus derechos desde la apropiación cultural de sus tradiciones como fuentes
locales y regionales de la historia y evolución social, teniendo así un potencial para la pluralidad
epistemológica y su reconocimiento global.
. 16

Pasar de la exclusión y marginalidad de las comunidades indígenas, negras y campesinas


sin la posibilidad de que sus derechos fueran reconocidos a convertirse en comunidades
protegidas constitucionalmente y con múltiples derechos a su favor no ha sido fácil, para
los gobernantes, las instituciones y los ciudadanos, particularmente los que se encuentran
en las ciudades. Fue a partir de los avances constitucionales que el país ha sido considerado
pluriétnico y multicultural desde el espacio internacional hasta lo local (Llano, 2020, p 14)

Este escenario no solamente permite comprender el avance en derechos de los grupos


sociales, además la lucha progresiva por la valorización de sus culturas y conocimientos, y la
trascendencia de estos en el desenvolvimiento social de las localidades y regiones. Por lo tanto,
estas comunidades han sido referentes de avance multidimensional en las comunidades del Sur,
que trasciende desde África a Colombia, bajo mismos lineamientos de protesta, es decir, la garantía
de los derechos, la apropiación pluriétnica y multicultural, y su aporte significativo en la cultura y
las ciencias.

Desde las concepciones antropológicas sobre la cultura, las tres comunidades pueden
considerarse grupos étnicos diferenciados: “Estudiar las diferencias y preocuparse por los
que nos homogeneiza ha sido una tendencia distintiva de la antropología... A este
reconocimiento de profesionales y expertos sobre las comunidades indígenas se suman los
convenios y tratados internacionales sobre derechos colectivos (Llano, 2020, p 17)

Ciertamente, estos avances significativos desde lo legal han permitido comprender también
a las comunidades étnicas desde lo cultural, social y político. Donde la colonización está
disminuyendo en el reconocimiento de la explotación de estas comunidades a lo largo del tiempo,
y generando así una matriz de significancia a las mismas desde los aportes a la antropología en la
caracterización del hombre de manera regional y local. Es decir, no solamente comprenderlas
como seres de derecho, se consideran capitales culturales y sociales desde su desarrollo en la
dinámica global.

Planteando así de manera general, una transformación colectiva de las comunidades y


grupos sociales, donde la epistemología rompe las barreras limitantes de las fuerzas de poder y se
conjuga con un sistema de sostenibilidad social, donde el comportamiento intrínseco de las
naciones delimita el desarrollo asertivo de las instituciones, del derecho y de las ciencias sociales.
Es así, como la epistemología se trasforma para plantear la necesidad de comprender al hombre
. 17

como un ser social, de carácter antropológico que permite comprender el desarrollo social de
manera multidimensional para el desarrollo de propuestas que impulsen el desarrollo humano y
colectivo desde diferentes perspectivas.

Conclusiones
Se considera que una extensa tradición de investigación teórica y empírica, que se conoce
como sociología del derecho o jurídica, se ocupa de la forma como el derecho surge, se inserta e
interactúa en las realidades sociales.
La sociología jurídica es la ciencia que traza la metodología del derecho, es decir, que
sin la sociología el derecho no sería ciencia, puesto que al tener que ser estudiado desde las
realidades sociales, necesita una estructura metodológica.
La sociología jurídica en Latinoamérica se desarrolla por la necesidad de desarrollar
alternativas legales que contribuyeran a solucionar las problemáticas sociales, políticas,
económicas y culturales, pero adicional a eso, fue una forma de generar nuevos conocimientos
respecto a la dogmática jurídica, que estaba influenciada por otros países o por intelectuales de
la época que hacían sus aportes para la construcción del concepto de sociología jurídica. De
acuerdo con el profesor Llano (2010), que nos da una explicación del pluralismo jurídico desde
la percepción del derecho como parte de la cultura. Desde la sociología jurídica y la
antropología, podemos estudiar la forma como el derecho actúa en la sociedad, los conflictos
que crea, la violencia, pero también la acción social frente a lo que la sociedad necesita regular.
Es evidente, que, en el ejercicio del surgimiento de un derecho, en muchos casos existe la
desigualdad de unos frente a otros. Finalmente, podemos concluir que la relación que existe
entre la antropología y sociología jurídica se resume en el pluralismo jurídico.

Ante la dinámica actual la sociedad enfrenta diversos retos, desafíos y complejidades,


de cierta manera esto se representa desde lo económico, es decir como la decadencia y poca
capacidad de respuesta incide en la educación de los ciudadanos, la cual se refleja de manera
directa en la calidad de vida y desarrollo humano de los mismos. Asimismo, esta situación
deriva de la corriente colonizadora de la epistemología, que basa sus argumentos en la
transformación del hombre desde la desnaturalización para la civilización ignorando sus
costumbres como factores elementales para la evolución social.
En tal sentido, esta nueva era responde a la transformación de la epistemología, el
. 18

derecho y las ciencias, desde los desafíos que se imponen. Es una tarea ardua que debe
implementarse desde la práctica general de integración social y apoyo constante de las
instituciones. Por lo tanto, desde la epistemología el hombre se ha centrado en el conocimiento
como base del reconocimiento del universo, así como en la interpretación de sus experiencias,
sin embargo, las fuerzas de poder le limitaron el conocimiento en base a modelos impuestos,
que orientan la conducta de la sociedad hacia intereses particulares.
Asimismo, este escenario permite analizar el papel fundamental del conocimiento en el
desarrollo del hombre, donde por su parte la epistemología lo relaciona con todo su contexto, y la
integración social le brinda las herramientas necesarias para la trasformación de este en propuestas
sostenibles.

Referencias

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Bilbao: Desclée de Brouwer.

Carvajal, J. (2011). La sociología jurídica y el derecho. Prolegómenos. Derechos y Valores,


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Llano, J. V. (2010). Relaciones entre la sociología y la antropología jurídica en Latinoamérica.


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Llano Franco, J. V. (2020). Relaciones interculturales entre comunidades indígenas, negras y


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Treves, R. (1988). A la búsqueda de una definición de la Sociología del Derecho. Anuario de


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Wolkmer, A.C. (2003). La crítica jurídica y su trayectoria en occidente, 19-45. En introducción


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