Está en la página 1de 10

NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

Neurociencia del sueño y sistema inmune

Elizabeth E. Ruiz Maria Aguilar Daysi J. Castro Lucia Nakazaki

Verónica Rabanal Wilson M. Rojas Ruth N. Rojas

Universidad Cesar Vallejo

Introducción

El sueño es un proceso que ocupa la tercera parte de la vida del ser humano y
está involucrado en las funciones inmunes, las funciones endocrinas u hormonales y
funciones de memoria. En la actualidad y ante las situaciones que se está viviendo se
ha presentado una reducción del sueño, el cual tiene efectos adversos que alteran el
metabolismo y produce incremento en la secreción de la proteína Creativa. En la
medida que el ser humano crece, se generan cambios en el tiempo dedicado al sueño
y a la vigilia; aumentando el tiempo de la vigilia y reduciendo el periodo del sueño.

Se hace necesario con ello el estudio de los cambios en el fenómeno que


continúa hasta el final de la vida y que cumple con funciones biológicas cualitativas y
cuantitativas relevantes que terminan repercutiendo en el sistema inmunológico del ser
humano, quien sobrevive gracias a este. La dificultad para dormir debilita el sistema
inmune, forzando los órganos, y exponiendo al individuo a un mayor riesgo de contraer
enfermedades; además, incide en la fatiga del trabajo diario, disminuye la
concentración y es causa de cefalea, artralgias y depresión.

El presente paper recoge la información necesaria para clarificar el proceso


estructural del sueño y su incidencia en el bienestar del sistema inmunológico y
cardiovascular, detallando como el sueño contribuye a la formación de recuerdos
biológicos a largo plazo y, en consecuencia, a respuestas adaptativas, conductuales e
inmunológicas de alta relevancia en la salud y cotidianidad del individuo.

Frase clave: sistema inmunológico, Sueño, Sistema Inmune, Sistema Nervioso


NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

Fisiología General del Sueño y la Vigilia

A continuación, describimos lo que ocurre en el proceso vigilia-sueño: Partimos


por comprender la naturaleza del sueño entendiéndose como un estado biológico
activo tal como menciona Ariznavarreta, Cachoferio, Dardinali, Escrich, Loyzaga,
Lahera, Mora, Romano y Tamargo (2005) “El sueño es otro estado fisiológico que
implica la abolición de la conciencia vigil y la reducción de la respuesta al ambiente,
fenómeno rítmico y reversible, que se acompaña de cambios en múltiples funciones”;
por su parte la vigilia es el estado de quien está despierto, el mismo que antecede al
sueño, por ello Ariznavarreta, et al. 2005, refiere “ La vigilia posee diversas
características que le son propias y entre las que se encuentran el control homeostático
de diversas funciones vitales (cardiovasculares, respiratorias, endocrinas, etc.)” (p.153
y 150)

Teniendo claro la definición de estos dos términos pasamos a describir el ciclo


de vigilia sueño. En el sueño distinguimos dos etapas que se alternan de manera
sucesiva durante la noche donde el sueño está constituido al menos por dos estados
bien diferenciados, el sueño lento (SL y sus etapas) y el sueño paradójico (SP o REM),
que alternan en una noche de sueño varias veces, constituyendo un ritmo intrínseco
ultradiano”, cabe señalar que los estudios fisiológicos actuales demuestran que los
ensueños aparecen regularmente durante los estadios del sueño (SL y SP). Por otro
lado, la Vigilia, se observan ciclos de actividad reposo de aproximadamente 90 minutos
de duración; cada hora y media se produce una disminución de la alerta, es decir, de la
capacidad de atención, de la capacidad discriminativa, etc., quedando claro que la
vigilia también se compone de múltiples ciclos ultradianos. (Ariznavarreta, et al, 2005,
P. 150-164).

Ariznavarreta, et al (2005) afirma que el sueño tiene distintos grados de profundidad y


se producen modificaciones fisiológicas concretas en cada una de las etapas y para el
estudio y registro de estos cambios funcionales se utiliza instrumentos de evaluación
(electroencefalograma (EEG), el electromiograma (EMG), etc) a fin de medir las
diferentes actividades eléctricas. Es así que las funciones fisiológicas varían, tanto en
el paso de la vigilia al sueño como dentro de cada ciclo de sueño donde las funciones
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

cardiovasculares y respiratorias modifican sus controles acompañando la secuencia


SL-SP. La función endocrina, la temperatura corporal y otras funciones como las
renales, digestivas y sexuales también se interrelacionan con el ciclo vigilia-sueño, no
menos importante es mencionar a la homeostasis, quien se encarga de regular todas
las funciones en el que el sueño llama a la vigilia y la vigilia al sueño. Así mismo, el
proceso vigilia-sueño está regulado por una red neuronal en la que intervienen
diferentes neurotransmisores, quienes se encargan de manera conjunta en la
generación y mantenimiento de la vigilia y el sueño.

Cronobiología del ciclo sueño – vigilia


La cronobiología es el estudio de los ritmos biológicos, que sincronizados con el
ciclo circadiano (ciclo luz oscuridad) favorecen la estabilidad interna del organismo
(homeostasis), lo cual ocurre de forma cíclica y en periodos regulares de
aproximadamente 24 horas. La actividad del ciclo sueño/vigilia, está vinculada a la
actividad neuronal destacando la función del hipotálamo y en particular la del núcleo
supraquiasmático que junto con la influencia de los neurotransmisores y la integración
de procesos bioquímicos e interrelaciones fisiológicas y estructurales regulan esta
actividad (Escudero & et al, 2019).
Al respecto, Castro & et. al (2012) Describe que los cambios en la actividad
eléctrica, de las redes neuronales, que integran el operar del sistema nervioso central
del cerebro se tiene tres fases o estados de sueño: vigilia (estado de alta activación
somática y automática), sueño NO-REM o No-Mor (estado de somnolencia o sueño
ligero, es la transición del estado de vigilia al sueño), sueño REM o Mor (caracterizada
por movimientos oculares rápidos y tono muscular prácticamente nulo); las cuotas de
sueño, que deben ser satisfechas, se dividen en varios ciclos, es así que el ciclo
ultradiano de sueño se origina al alternar entre las fases NO-REM y REM, generando
que las cortezas sensoriales se encuentren activas, el sistema motor inhibido y el
sistema autónomo desactivado.
En el proceso fisiológico del sueño, destacan tres sistemas funcionales que
intervienen en diferentes momentos: sistema homeostático ubicado en el área
preóptica del hipotálamo, donde se regula la cantidad, duración y profundidad del
sueño; sistema circadiano que se da en el hipotálamo, regulando los cambios del ciclo
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

sueño/vigilia; y el tercer sistema, apoyado por el tronco encefálico, se encuentra


involucrado en los cambios cíclicos que suceden entre las fases No REM y REM
(Castro & et. al, 2012)
Durante el sueño, los diversos tipos de células pasan por procesos de
restauración y los diferentes órganos y sistemas disminuyen su actividad mientras el
hígado trabaja normalmente sus procesos metabólicos orientados a la limpieza de la
sangre y sus componentes; biológicamente el organismo tratará de buscar un equilibrio
entre las horas utilizadas o consumidas en ambos procesos, razón que explica porque
se requiere de una mayor cantidad de horas al dormir cuando ha ocurrido una privación
del sueño o disminución de las horas habituales en el estado de vigilia (Escudero & et
al, 2019).
Durante el día es importante estar expuestos a la luz lo que permite mantener el
ritmo circadiano encarrilado. Cuando el individuo no reciba estimulo lumínico, que
regula el ciclo natural de sueño/vigilia y es el interruptor ambiental de los circuitos
neuroquímicos descritos ante la presencia de luz artificial produce que se encuentre en
carrera libre; los ciclos endógenos son más largos que el ciclo luz oscuridad lo que
genera que el individuo se despierte cada vez más tarde (Escudero Corrales & et al,
2019). La señal que el sistema nervioso recibe ante la presencia de luz artificial es de
actividad y no de reposo, lo que conllevaría a alteraciones en la sincronía de los ritmos
y ciclos del sueño generando una desregulación al rol crucial sobre la actividad de la
función cerebral y la cotidianidad del (Castro & et. al, 2012).

El sueño y el sistema inmunológico

En un ambiente lleno de microbios el ser humano sobrevive gracias al sistema


inmunitario. Por ello Cedillo, L. et al. (2015) describen al sistema inmunológico como el
encargado de distinguir entre lo propio y cualquier intruso, ya sean bacterias, hongos,
virus o sustancias extrañas llamadas antígenos. La protección contra cualquier
patógeno está coordinada antes del nacimiento a través de la inmunidad innata, que es
la primera línea de defensa que nos mantiene saludables. Al relacionar el sistema
inmunológico con el sueño, se encuentra que la dificultad para dormir debilita el
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

sistema inmune, forzando los órganos, y exponiendo al individuo a un mayor riesgo de


contraer enfermedades; además, incide en la fatiga, disminuye la concentración y es
causa de cefalea, artralgias y depresión (Lombardo et al., 2011).

Asimismo, se comprobó en un experimento con roedores que la deprivación total


de sueño por un periodo de 20 días producía la muerte de las ratas. Dentro de los
resultados, las ratas iban perdiendo y cambiando el color de su pelaje, se presentaron
lesiones en la piel de la cola y las patas, así como una afectación en la alimentación
(Cardinali, 2007). Juntos a estos hallazgos respaldan la idea de que el sueño de onda
lenta contribuye a la formación de recuerdos biológicos a largo plazo y, en
consecuencia, a respuestas adaptativas, conductuales e inmunológicas (Besedovsky,
et al, 2011).

En los últimos años se ha encontrado evidencias que el sueño sirve para la


recuperación del metabolismo y de la homeostasis del organismo, para descansar
(Fernández et al, 2014). El estudio llevado a cabo por Vera et al (2007) centró en la
relación entre Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) y el sistema inmune,
Si bien sus resultados no son concluyentes, han encontrado evidencias que la apnea al
ser una alteración del sueño puede tener efectos en el sistema inmune y, por ende,
afectar la salud de las personas.

El sueño y el sistema cardiovascular


El sistema Cardio vascular está comprendido por el corazón y los vasos sanguíneos:
Arterias, venas y capilares. Es un sistema de transporte en la que una bomba muscular
denominada corazón proporciona la energía necesaria para mover la sangre, en un
circuito cerrado de tubos llamados vasos. (Infermera Virtual, S.F.)

Durante el sueño NREM tanto la frecuencia cardiaca como la respiración y presión


caen a niveles por debajo a los presentados durante el día a diferencia de la etapa
sueño REM donde fluctúan y una vez despierta la persona sin importar en qué etapa
del sueño acontezca, la presión arterial y la frecuencia cardiaca, aumentan. (Aguilar, y
otros).

Ritmo circadiano, sueño y respuesta inmune


NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

El ritmo cardiaco es controlado por el reloj neurológico en el núcleo supraquiasmático y


los relojes periféricos que se encuentran en casi todas las células incluyendo las del
sistema inmune. Es así que el ritmo cardiaco y el sueño interactúa para apoyar la
respuesta del sistema inmunológico tanto especifica como adaptativa. Rico y Vega
(2018). durante el sueño nocturno, los linfocitos con una mayor expresión de CXCR4
migran a ganglios linfáticos donde son activados a través de la presentación del
antígeno por células dendríticas. Elementos circulantes como el cortisol que disminuye
y la prolactina que aumenta, favorecen la movilización celular. Así mismo, las células
madres hematopoyéticas, las cuales son células inmaduras que se puede transformar
en cualquier tipo de célula sanguínea, como glóbulos blancos, glóbulos rojos y
plaquetas, se incrementan por la mañana y disminuyen por la noche

El sueño y su relación con el sistema endocrino.


La melatonina funciona como una hormona reguladora del sueño, Muchos de los
procesos bioquímicos y fisiológicos del organismo humano están sujetos a un ciclo
circadiano que se repite aproximadamente cada 24 horas y que se ve determinado por
osciladores endógenos fotosensibles en el sistema nervioso central (SNC), que, junto al
sistema endocrino, sintetizan dicha hormona, alcanzando su máxima concentración en
horas de la noche (Sánchez, 2017).

De acuerdo a la información con la que contamos en la actualidad, la falta de sueño


trae consigo alteraciones a nivel metabólico y endocrino. Por ejemplo, tenemos una
disminución de la tolerancia a la glucosa, el aumento del nivel de grelina y disminución
de los niveles de leptina, elevación de los niveles de cortisol (Canet, 2016) y una
disminución de la hormona estimulante de la tiroides (García, 2016). En un estudio
realizado por Agüero y Haro (2016), concluyeron indicando, que; sí existe una
asociación entre menos horas de sueño con el incremento del riesgo de sobrepeso/
obesidad, recomendando un mejor y ordenado horario de sueño. (Aguilar et al, 2012),
afirma que la hormona del crecimiento se secreta en la primera hora de sueño, los
niveles más altos de secreción de la prolactina se observan durante el sueño REM, y que la
hormona tiroidea se secreta al final del día.

Sueño e inflamación
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

El sueño y dolor son funciones fisiológicas que se contraponen, sin embargo,


sucede que la percepción consciente de dolor demanda la interrupción del sueño y, a
menudo, la conciliación y mantenimiento del sueño precisa la atenuación o la
eliminación de la sensación dolorosa. El dolor muchas veces produce trastornos del
sueño, los cuales aparecen como efecto de otras enfermedades y constituyen factores
de riesgo para la aparición de otras patologías en su mayoría más severas. Por lo cual
es importante mencionar que la carencia total o parcial de sueño durante noches
sucesivas, provoca un descenso específico del umbral nociceptivo de la temperatura.
(Sáez, 2005, p. 111)

Cuando es difícil alcanzar un sueño restaurador, ya sea por disminución en la


calidad o tiempo de éste, impacta de manera negativa en nuestro estado de salud,
lamentablemente la gran mayoría de las personas están muy familiarizadas con los
efectos negativos de corto plazo que puede producir una o algunas malas noches de
sueño, como, por ejemplo, somnolencia diurna, irritabilidad, problemas de
concentración, dolor de cabeza, fatiga, etc. Sin embargo, pocos saben en realidad
cuáles pueden ser las consecuencias de una mala calidad de sueño de manera
repetida o crónica (Carrillo et al., 2018, p.7).

Por lo cual, estos trastornos de sueño generan un estado de estrés crónico que se
relaciona con un aumento en la producción de hormonas de estrés como el cortisol;
además de una mayor actividad del sistema simpático y un estado de inflamación
crónica, todo lo cual genera hipertensión, hasta los trastornos psiquiátricos,
emocionales y cognitivos. (Javaheri, 2017, p. 435). En este sentido resulta
especialmente preocupante que algunos estudios hayan demostrado que se observa
desde edades muy tempranas. (Fernández et al., 2017, p. 110). Razón por la que se
sugiere que la duración del sueño sea entre siete y ocho horas. (Carrillo et al., 2018,
p.9).

CONCLUSIÓN

De las consideraciones precedentes, considero que la fisiología del sueño y vigilia es


un estado de cambio frecuente, en el que se activan e inhiben distintas zonas del
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

cerebro mediado por los neurotransmisores, siendo estas estructuras encargadas de


regular el proceso de sueño vigilia, los mismos que también controlan los diferentes
sistemas del cuerpo humano lo que hace que se dé cambios y reduce la actividad del
gasto energético poniendo a la mayoría de las células en estado de reposo, claro está,
sin dejar de funcionar principalmente los sistemas cardiaco y respiratorio.

Referencias:

Aguilar, L. A., Caballero, S., Ormea, V., Salazar, G., Loayza, L., & Muñoz, A. (2017). La importancia del
sueño en el aprendizaje: visos desde la perspectiva de la neurociencia. Obtenido de
https://doi.org/10.33539/avpsicol.2017.v25n2.349

Ariznavarreta, C., Cachoferio, V., Dardinali, D., Escrich, E., LOyzaga, P., Lahera, V., Mora, F., Romano,
M., Tamargo, J. (2005) Fisiología Humana obtenido de
http://www.untumbes.edu.pe/bmedicina/libros/Libros10/libro123.pdf

Cardinali (2018), L. El sistema endocrino y su relación con el sueño: consecuencias más comunes.
Obtenido de https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/10815/2/sistema-endocrino-sue
%C3%B1o-cardinali.pdf

Carrillo Mora, P.; Barajas Martinez, K. G.; Sanchez Vazquez, I.  y  Rangel Caballero, M. F. (2018).
Trastornos del sueño: ¿qué son y cuáles son sus consecuencias?. Rev. Fac. Med. (Méx.) [online]. 2018,
vol.61, n.1, pp.6-20. ISSN 2448-4865. http://www.scielo.org.mx/pdf/facmed/v61n1/2448-4865-facmed-61-
01-6.pdf

Fernandez Mendoza J.; Baker J. H.; Vgontzas A, Gaines J.; Liao D.; Bixler E.O.; (2017). Insomnia
symptoms with objective short sleep duration are associated with systemic inflammation in adolescents.
Brain Behav Immun. 61:110-116. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28041986/

Infermera Virtual. (S.F.). Sistema Cardiovascular: anatomía. Obtenido de


https://www.infermeravirtual.com/files/media/file/100/Sistema%20cardiovascular.pdf?1358605522

Javaheri S, Redline S. (2017) Insomnia and risk of cardiovascular disease. Chest. pii: S0012-
3692(17):435-444. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5577359/
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

Castro, J., Ocampo-Garces, A., & Espinoza, D. (2012). Mecanismos neurales en el control del dormir.
REVISTA HOSPITAL CLINICO UNIVERSIDAD DE CHILE, www.redclinica.cl.

Escudero Corrales, C., Ríos-Flores, J., & Lopez Gutierrez, C. R. (2019). Cronobiología del sueño y su
influencia en la. Cuadernos de Neuropsicología / Panamerican Journal of Neuropsychology,
https://www.cnps.cl/index.php/cnps/article/view/351.

Rico, M. G., & Vega, G. B. (2018). Sueño y sistema inmune. Revista alergia México, 160-170. Obtenido
de http://www.scielo.org.mx/pdf/ram/v65n2/2448-9190-ram-65-02-160.pdf

Sáez Moreno J. A. (2005). El binomio dolor-sueño en enfermedades inflamatorias autoinmunes. Revista


Elsevier, 17(2):111-113. https://www.elsevier.es/es-revista-vigilia-sueno-270-pdf-13085196
NEUROCIENCIA DEL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE

BIBLIOGRAFÍA

También podría gustarte