Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
y psicosociales
de la pandemia
en Bolivia
Samuel Doria Medina (ed.), Martin Rapp,
Eduardo Pando y Elizabeth Machicao B.
Efectos económicos
y psicosociales
de la pandemia
en Bolivia
Samuel Doria Medina (ed.), Martin Rapp,
Eduardo Pando y Elizabeth Machicao B.
Efectos económicos y psicosociales de la pandemia en Bolivia
Presentación 7
En este marco, la Fundación ha realizado los tres coloquios virtuales de los que
aquí presentamos una memoria escrita. La relevancia de los mismos amerita que
las ideas expresadas se conserven de un modo más durable que en los videos
grabados en cada ocasión. Además, los tres eventos de los que hablamos tuvieron
una unidad temática, que no fue otra que la evaluación de la situación que había
sobrevenido en el planeta y que nos había dejado pasmados, ansiosos y preocu-
pados. Se había despertado una enorme cantidad de dudas, una porción de las
cuales, aplicadas a nuestra realidad, tratamos de responder en estos encuentros
virtuales.
7
3. “Efectos de la pandemia en la vida de los adolescentes”. Exposición de la psicó-
loga Elizabeth Machicao B., directora de la Casa del Adolescente, institución
con la que hicimos una alianza para la realización de este coloquio.
8
Efectos en Bolivia de la crisis
económica mundial
Martin Rapp
“Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos juntos”.
A juzgar por las cifras que se vienen proyectando del desempeño de la economía
mundial, el virus está poniendo de rodillas a la economía global. De hecho, el
FMI pronostica una contracción global de 3% (en la crisis financiera de 2008-
9, el descenso fue de –0,1%). La economía de Estados Unidos se contraería en
5,9%, en tanto que Europa (la zona Euro) lo haría en 7,5%; caídas muy fuertes.
En cambio, la economía china tendría un crecimiento de apenas 1,2%, que en
absoluto sería suficiente para jalar al resto de la economía mundial. La buena
noticia es que para el año 2021 se espera un fuerte rebote: China 9,2%, Estados
Unidos 4,7%, Zona Euro 4,7%, y un crecimiento global de 5,8%.
9
El coronavirus pone a la economía global de rodillas
10% +9,2%
+6,1% +5,8%
5%
+2,9% +4,7%
+1,2% +4,7%
+2,3%
0% +1,2%
-3,0%
-5% -5,9%
-7,5%
-10%
2019 2020* 2021*
*Prognose
Quelle: IWF USA China Eurozone Welt
Como consecuencia de este shock externo, los ingresos fiscales se ven muy dete-
riorados, y, naturalmente, el consumo de los hogares. Este consumo representa
el 67% del PIB.
10
impacta en las empresas (en situación de parálisis, achicamiento o quiebras) y
en la reducción de salarios y despidos laborales. Como resultado, se registra un
menor ahorro y caída de depósitos, que restringen la disponibilidad de crédi-
tos, interrumpiéndose la cadena de suministros, además de la postergación de
inversiones y el incumplimiento de obligaciones tributarias. Vale decir que los
efectos recaen sobre los hogares, sobre el gobierno, sobre las empresas y, en última
instancia, sobre el empleo. Estos son precisamente los cuatro focos de atención
para la política gubernamental y el diseño de medidas económicas.
Así, por ejemplo, encontramos que hay sectores con baja exposición a los efectos
de la pandemia, pero con una elevada aportación al PIB, como es el caso de la
agricultura. Y a la inversa, sectores con alta exposición al COVID-19, y reducido
peso en la economía nacional; es la situación de la construcción, los restaurantes,
el turismo, etc. Entretanto, la industria es un sector con un alto impacto en el PIB
y que también está muy expuesto a los rigores de la pandemia.
Desde el punto de vista del empleo, sobresalen sectores como comercio, transporte
o restaurantes, que generan mucho empleo y que, a la vez, exhiben altos riesgos
de contagio. Por último, hay sectores muy importantes por su contribución a
la exportación (minería e hidrocarburos), y con un menor riesgo de contagios.
11
mientras en un primer momento de la crisis, prácticamente todos caen juntos,
sus proyecciones de recuperación son muy disímiles. Todo indica que recién
hacia los meses de mayo y junio de 2021, las trayectorias podrían nuevamente
converger, en un escenario de normalización económica.
Cuatro escenarios
12
EJERCICIO DE ESCENARIOS: VARIABLES CLAVES
Capacidad
de Atención Medidas
del Sistema de restricción
de Salud
Profundidad
y duración
del impacto
económico
Gobierno
Hogares
Efectividad Empresas
de las medidas
económicas
Son estas variables que pueden determinar el alcance y la prolongación del impacto
económico, o sea los escenarios de evolución de la crisis y sus posibles salida.
13
• Un escenario de descalabro económico, el peor de todos, que supone una caída
vertical de la economía (trayectoria en I), la interrupción de los mercados e
impactos sociales y políticos inimaginables: estallidos sociales, caos político,
ingobernabilidad.
En una crisis como esta, sin precedentes, sin experiencias previas que nos sirvan
de guía, y con grandes carencias de información, es fundamental tomar decisio-
nes racionales, bien pensadas, que minimicen los riesgos, evitando decisiones
emocionales o intuitivas.
Desde el lado del gobierno, se precisa de una visión integral de las dinámi-
cas sanitaria, económica y política. Cuidar que medidas tardías o insuficientes
generen reacciones sociales adversas y enfrentamientos políticos que socaven la
gobernabilidad. Se sabe que cada crisis requiere de una determinada gobernanza.
La actual, como otras anteriores, ha de poner a prueba los liderazgos y quizás
14
demandar de nuevos líderes. Los liderazgos para una situación de normalidad
pueden no ser los que se precisa para una coyuntura de excepción.
Finalmente, desde el lado de las empresas se plantea el contraste entre dos men-
talidades: una de crecimiento e innovación y otra aferrada a lo convencional y
recurrente. La primera asume el reto de la búsqueda de nuevos modelos negocios,
de una actitud continua de exploración y de la construcción de una inteligencia
colectiva y una economía colaborativa, como condiciones que deben facilitar la
salida de la crisis. En cambio, la segunda mentalidad considera que las habilida-
des se hallan determinadas y que es preferible persistir en lo ya probado, aunque
esto pueda llevar a la parálisis y la añoranza por lo conocido.
En este sentido vale la pena precaverse del corporativismo, del “sálvese quien
pueda”, de quien se atrinchera en su interés y su visión particulares sin alcanzar
a ver el bosque ni el interés general.
El reto de lo nuevo
15
La crisis será temporal
La crisis que nos golpea es muy severa y de un alcance planetario. Por supuesto,
tiene efectos diferentes, según sea la situación en cada país: castiga menos a las
economías que de alguna manera se prepararon para una circunstancia muy
dura, y mucho más a las que no se prepararon o que reaccionaron tarde o mal.
Eso sí: hay que tener mucho cuidado de que esta crisis no tenga las características
de un tsunami que golpea a través de dos grandes oleadas; la primera, súbitamente,
y que ya ha afectado sobre todo a la salud de la población; y una segunda ola,
que podría incluso tener efectos más destructivos, especialmente en la economía.
Con todo, no debemos pasar por alto que esta crisis global irrumpe cuando la
economía mundial pasaba por un buen momento, sin problemas estructurales
severos. Este elemento es una ventaja, si comparamos lo actual con la crisis de
16
1929, marcada por los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial y
de la pandemia de 1918-9, así como por una intensa acción especulativa en los
mercados financieros.
Frente a ese escenario catastrófico, parece evidente que hoy en día la economía
mundial posee fundamentos más sólidos, lo que augura más chances para una
salida de la crisis relativamente rápida. Esto es lo que señalan las previsiones de
los organismos financieros internacionales.
En Bolivia, como también se observa en muchos otros países, hay sectores muy
afectados por las restricciones impuestas por el coronavirus; también hay otros
sectores que siguen operando, y aún otros más a los que en medio de la crisis
incluso les está yendo bien.
Por lo tanto, no todo lo que ocurre es malo. Para algunos, incluso, el momento
está resultando ser promisorio.
Creo importante marcar estas diferencias, puesto que, habiéndose tomado medi-
das globales para intentar contener los impactos económicos de la emergencia
sanitaria, ahora sería el momento de prestar atención a cada uno de los sectores
productivos y de servicios, en su situación y sus necesidades específicas, y en
particular aquellos rubros como el transporte aéreo, restaurantes, hoteles y de
17
la economía del entretenimiento y de la cultura, que afrontan un impacto más
severo y prolongado.
Hay que destacar sobre todo el crédito del Banco Central al Ministerio de Economía
y Finanzas Públicas de 1.000 millones de dólares (7.000 millones de bolivianos),
que le dado liquidez al Tesoro, y que ayuda a financiar el paquete de asistencia
social y de apoyo a las empresas, además de reforzar el presupuesto asignado a
la salud pública.
Este crédito interno equivale al 2,5 por ciento del PIB. Y está en proporción al
impacto económico inicial de la crisis, entre 2 y 3 por ciento del PIB, estimación
que me parece correcta y que se ha visto corroborada por los hechos. Se trata
de un apoyo, que yo prefiero llamarlo “crédito puente”, porque es una inyección
inmediata de recursos para sostener el gasto fiscal incrementado por las inversiones
en los servicios de salud, así como por los bonos y otros apoyos extraordinarios
a los sectores más necesitados y vulnerables de la población.
18
Para dimensionar esta necesidad de financiamiento externo, mi razonamiento es
este: en los próximos tres a cuatro meses, los ingresos de exportación tienen una
tendencia negativa. Si asumimos que el valor mensual de nuestras exportaciones
es de 600 a 650 millones de dólares, en un período de cuatro meses el valor total
exportado se situaría entre los 2.400 y los 2.700 millones de dólares. Con esta
pauta de referencia pienso que el gobierno boliviano debe gestionar préstamos
con los organismos internacionales (BM, BID, FMI, CAF) por un monto global
de entre 2.000 y 2.500 millones de dólares.
Esto, como apunté antes, es posible porque dichos organismos han abierto varias
líneas de crédito para asistir a las economías nacionales en sus esfuerzos de com-
bate a la pandemia y para remontar la crisis económica.
Tanto el FMI como el Banco Mundial estiman para Bolivia una recesión en 2020
de alrededor del 3 por ciento. La buena noticia es que también señalan que se
trata de una crisis temporal y que el próximo año 2021 la economía boliviana
recuperaría una tasa de crecimiento de 3,7 por ciento.
Estas previsiones coinciden con mi propia percepción de que habrá una crisis
temporal, que podrá revertirse si hacemos las cosas bien
19
Comparto con Martin Rapp la idea de que para la vuelta a la “normalidad”
escalonada (y con ritmos variados en los distintos sectores) es muy importante
fortalecer los servicios de salud, a fin de que las personas que lo necesitan puedan
ser atendidas pronta y adecuadamente, al tiempo que la gente retoma sus ocu-
paciones y sus trabajos.
Conclusión
Como lo dije ya, creo que la crisis que nos golpea tiene las características de
una crisis temporal y de la cual podremos salir más o menos rápidamente, en
la medida en que seamos capaces de tomar las medidas adecuadas y oportunas.
Los bonos y otras acciones de alivio económico tienen un amplio alcance demo-
gráfico y social, aunque insuficientes para las muchas necesidades y demandas
de la población.
Las empresas cuentan con líneas crediticias, que les serán de gran ayuda.
20
Pero faltan medidas para los sectores más castigados por las restricciones, a los
cuales se tendrá que apoyarlos en sus necesidades específicas.
En suma, veo una trayectoria “en V” de la crisis, que es uno de los escenarios
marcados por Martin Rapp en su exposición.
21
¿Cómo salir de la cuarentena?
Eduardo Pando
Antecedentes
Mi interés por el tema se vio reforzado al comprobar que había gente que no
estaba logrando cumplir la cuarentena, y no tanto porque no lo quisiera hacer,
sino simplemente porque no lo podía, dadas su urgencia de procurarse ingresos
y comida. Esta experiencia la sentí personalmente al acudir un cierto día a una
feria local en Achocalla. Entonces, me resultó evidente que debíamos pensar
en medidas de distanciamiento social para aquellas personas que no estaban
pudiendo quedarse en casa, pero también por el hecho práctico de que algún
momento la cuarentena tendría que concluir y que tendríamos que retomar una
cierta normalidad, bajo determinadas normas de bioseguridad y disciplina social.
22
Para acometer esta tarea, junto con otros colegas investigadores, vimos conve-
niente revisar un cierto número de investigaciones epidemiológicas recientes en
el país. Y lo hemos hecho básicamente con el propósito de conocer el tamaño
del monstruo; o sea para tener una idea más clara del número de contagios, la
cantidad de muertos por COVID 19, las tasas y curvas de crecimiento, etc.
En retrospectiva se puede decir que aquí se hizo lo que tenía que hacerse; era
lo que recomendaba la OMS (otros países ya lo estaban haciendo). Y además se
lo hizo en forma oportuna. De hecho, hay un reconocimiento muy amplio de
la población. Las encuestas muestran que la gente valora muy positivamente la
declaratoria de cuarentena, por estricta y dura que sea esta medida.
23
¿Por qué hicimos la cuarentena?
Cantidad de personas enfermas de una sola vez
La pregunta que nos hacemos muchos es dónde está esta línea en Bolivia, y qué
capacidad existe para poder aplanar la curva de contagio.
24
Las estrategias ensayadas en otros países indican tres posibilidades: i) romper la
curva, cosa muy difícil, aunque algunos lo han logrado; ii) reducir la presión al
sistema de salud; iii) ganar tiempo.
250
tratamientos críticos ocupadas
La intervención se mantiene
Número de camas para
200
150
100
50
0
Mar May Jul Sep Nov Ene
2020 2021
25
Lo importante de este ejercicio es visualizar mejor la diferencia de no hacer
nada, con tomar medidas de aislamiento de enfermos, distanciamiento social y
cuarentena, que es lo que se ha hecho en Bolivia.
Modelos epidemiológicos
Este trabajo no toma en cuenta estudios recientes en otros países que han
detectado una gran cantidad de infectados asintomáticos, lo que implica que
el número total de casos es mucho mayor en cada uno de los países afectados,
a la vez que la tasa de letalidad es considerablemente más baja.
26
c) El tercer estudio de Rocabado, Seaone y Aliaga, que al igual que los ante-
riores, valora positivamente la cuarentena y otras medidas de protección y
aislamiento social. Plantea algunos escenarios prospectivos para diferentes
tasas de contagio (Ro) (de 2,5, 2 y 1,5).
Así, con una tasa de 2, el pico de la pandemia llegaría al 13 por ciento de infec-
tados en cerca de tres meses. En cambio, si la tasa de contagio fuera de 1,5%
el pico de la pandemia se retrasaría hasta 120 días, y claramente el proceso
estaría mejor controlado, aunque tendríamos que convivir con el virus por
un tiempo mayor.
0,25
0,20
Población (en %)
0,15
0,10
0,05
0,00
0
8
16
24
32
40
48
56
64
72
80
88
96
104
112
120
128
136
144
152
160
168
176
184
192
200
A partir de estas investigaciones, se puede decir que el gran desafío para los
países es lograr una tasa de contagio por debajo de 1 (Alemania, Finlandia y
Nueva Zelanda, ya lo están consiguiendo), de tal manera que la epidemia se vaya
27
extinguiendo por sí sola, y, lo que es más importante, que se pueda reactivar la
economía más libremente.
Ambas acciones han supuesto la definición de una serie de líneas de trabajo. Así,
en la tarea de fortalecimiento del sistema de salubridad se ha contemplado –en
mayor o menor medida– necesidades tales como la habilitación de hospitales de
referencia, equipamiento de salas de tratamiento, equipos de bioseguridad para
el personal, la capacitación, estrategias de prevención, sistemas de monitoreo
de sospechosos y el diseño de modelos epidemiológicos por departamentos y/o
municipios.
Por el lado, de las medidas de higiene y aislamiento social, la otra pata importante
de una estrategia exitosa, y tal vez la mejor alternativa para evitar una cuarentena
rígida (es lo que hacen otros países), la cuestión clave es el desarrollo de proto-
colos de bioseguridad y comportamiento social y la capacidad de discutirlos y
negociarlos con las organizaciones sociales e instituciones involucradas, además
de la dotación de oportuna de equipamientos e insumos con fondos públicos y
28
privados, así como también la creación de mecanismos eficientes de coordina-
ción y supervisión. Y, todo ello, dentro de un proceso que tiene como premisa la
mejora continua a partir de la experiencia y el aprendizaje colectivo.
Lo que resulta evidente es que las medidas de higiene y aislamiento social tienen
que ser determinadas a nivel micro y sector por sector, ajustándose los protocolos
a cada situación particular.
29
Calibrar la salida. Escenarios
En la gestión de la pandemia hay cosas que se han hecho bien, dentro de las
muchas limitaciones materiales del país. Sin embargo, hay tareas pendientes como
la detección rápida de infectados con pruebas masivas y el rastreo y aislamiento
de contactos. Lo mismo se puede decir de la necesidad de incorporar a las medi-
das anti-crisis el modelo comunitario de salud y organización territorial. No por
nada hay muchos antropólogos, sociólogos y otros investigadores, que trabajan en
estrecho contacto con grupos y comunidades locales, que recomiendan apoyarse
mucho más en las redes de organizaciones sociales y populares para mejorar la
gestión de los servicios de salud y lograr controles comunitarios de las medidas
de aislamiento social y bioseguridad.
30
Claramente es este tercer escenario el que debemos perseguir.
Reflexión final
Tenemos que ser capaces de soñar en una tasa de contagio de 1 o de menos. Tal
vez no sea imposible. Si otros países lo están logrando, por qué no Bolivia.
31
Cuidar la salud y cuidar la economía
El trabajo de Pando, al igual que otros estudios epidemiológicos que él mismo cita,
arrojan una conclusión muy clara: la cuarentena nos ha permitido ganar un tiempo
valioso. Es lo que el país necesitaba para subsanar las carencias graves del sistema
de salud, heredadas del régimen de Evo Morales, y para preparar las condiciones
básicas que hicieran posible atender a los compatriotas infectados por el coronavirus.
Es verdad que nuestra tasa de contagio está aún por encima de 2 por ciento, y es
más alta que la tasa deseable de menos de 1. Lo importante, sin embargo, es que
se ha evitado un crecimiento explosivo de casos de contagio, como se ha visto en
otros países, y se ha conseguido ralentizar y aplanar la curva de contagio, además
de mantener la tasa de letalidad en un nivel bajo.
32
El Alto y en ciudades intermedias, que adolecen de equipamientos y recursos
humanos. Y por supuesto también en municipios pequeños y en áreas rurales.
No obstante, es innegable que se han hecho esfuerzos enormes para proveer a estas
y otras poblaciones de infraestructura y equipamientos sanitarios que antes no
tenían. Las ciudades del eje central (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba), donde
se concentra más o menos el 80 por ciento de infectados, cuentan hoy con más
respiradores, unidades de terapia intensiva, laboratorios y protectores médicos.
Puede parecer paradójico, pero lo cierto es que la ciudad de Santa Cruz, con más
de la mitad del número total de infectados en el país, tiene un sistema de salud
fortalecido y tal vez no muy distante en cantidad y calidad de lo que uno podría
encontrar en otras partes.
Por otro lado, los empresarios privados hemos hecho una donación de 22,7
millones de bolivianos para la lucha contra la pandemia; la mitad de este monto
se está destinando a la compra de 70.000 pruebas de contagio.
Pero hay más. A este número de 310 mil test, se debe sumar la compra de otras
70.000 de pruebas rápidas, que arrojan resultados en dos horas. Es decir que el
33
país va a disponer de un stock de 380 mil test en los próximos meses, para ponerse
al día en la detección de personas infectadas, lo que ayudará a tomar medidas
inmediatas de aislamiento y rastreo de contactos.
Con buen criterio, las autoridades han dispuesto recursos financieros para líneas
de crédito en favor de las empresas, a través del sistema bancario. Es el caso de los
34
1.500 millones de bolivianos destinados al sector de PyMES, y con un beneficio
potencial para 500.000 micro y pequeñas empresas en las ciudades y para alrede-
dor de un millón de unidades campesinas y pequeños agricultores en el campo.
Hay otra línea de crédito abierta para pequeñas y medianas empresas para el pago
de salarios, con una tasa de interés muy baja y un plazo razonable. Todo esto, al
margen de otras disposiciones de alivio tributario y de postergación de pagos y
vencimientos crediticios.
Más adelante habrá que ver qué se puede hacer con los sectores y rubros más
afectados por la crisis, como son el turismo, los cines y otras actividades del
entretenimiento, el arte, la cultura o el deporte.
En suma, se puede decir que se ha hecho lo que tenía que hacerse para atender la
emergencia sanitaria y para paliar sus efectos sociales y económicos inmediatos.
35
será posible salir más o menos rápidamente, si es que se hacen debidamente las
cosas que hay que hacer.
Desde ya, los organismos internacionales pronostican para Bolivia una caída
de la actividad económica, en este año, estimada en 3 por ciento. Al mismo
tiempo, estas mismas previsiones indican que nuestra economía podría retomar
el próximo año una senda de crecimiento con una tasa de entre 3 y 4 por ciento,
lo que sería muy significativo.
Volver a trabajar
A quienes están preocupados justificadamente por sus empleos o por sus empre-
sas y negocios, yo quiero decirles que hay un remedio para sus aflicciones. En
el mundo crece el consenso en cuanto a que la mejor medida para remontar la
crisis es volver al trabajo. No hay otra alternativa.
Debemos pensar imaginativamente lo que puede ser esta esta nueva etapa de la
cuarentena, la cuarentena dinámica, y tomar las decisiones adecuadas. Así, por
ejemplo, proteger sobre todo a los adultos mayores y a las personas con enfer-
medades crónicas o de base, que son las vulnerables al COVID-19. Todas estas
personas deben permanecer en sus casas, hasta que esté disponible una vacuna
o un tratamiento comprobadamente efectivo.
36
Debemos seguir protegiendo a los menores de 18 años, que pueden ser agentes
asintomáticos del virus, lo que implica aplazar el funcionamiento de escuelas y tal
vez universidades hasta el próximo semestre, y que entretanto se siga ensayando
con modalidades de educación virtual y a distancia.
Hay otras medidas de carácter general que deben ser proporcionados por el
gobierno, como el transporte público reducido en su capacidad y en horarios
diferenciados de modo de evitar lo más posible el contacto físico de las personas.
Estas y otras acciones pueden ser más fáciles de implementar en los departamen-
tos y ciudades con tasas más bajas de contagio.
Y, de hecho, podemos aprender mucho de los países que están tomando la delan-
tera en abrir sus economías y en la vuelta a una nueva normalidad.
37
Los impactos psicológicos de la
pandemia en los adolescentes
Elizabeth Machicao B.
Los padres debemos “sembrar” información con amor.
Antes de prohibir, es necesario hablar con ellos.
Una imagen muy descriptiva del impacto del coronavirus en la vida de los jóve-
nes sería la de un auto que va a toda velocidad y al que de pronto el conductor
le pone freno de mano y detiene su marcha en seco.
Hay que imaginarse lo que esto significa para los jóvenes –acostumbrados a la
calle, al colegio, a socializar permanentemente con sus amigos, hacer deporte,
frecuentar parques y otros lugares de diversión–, que súbitamente deban cortar
con todo eso y pasar a una reclusión absoluto. Los impactos emocionales tienen
que ser considerables.
Si esta circunstancia nos afecta a todos, su impacto tiene que ser mucho más para
los jóvenes que tienen la adrenalina a flor de piel, impedidos de ver a sus amigos,
a sus compañeros de colegio, a sus parejas –en esta etapa de sus vidas son sus
principales referentes, mucho más que los padres o hermanos–, coartados en su
libertad y sin poder tomar decisiones sobre qué hacer y cómo hacerlo.
38
También hay que entender el cambio que implican las nuevas prácticas de tra-
bajos académicos en las casas a través de internet y con plataformas virtuales;
recibir tareas en WhatSapp (varios colegios hacen esto). Es cierto que ello no está
al alcance de todos los muchachos; muchos no cuentan con estas herramientas.
Para quienes sí pueden trabajar de esa manera –hay quienes lo están haciendo–
es la experiencia de una nueva forma de aprendizaje, pero que también puede
resultarles muy exigente y cansadora, ya que no está acostumbrados a ella.
A esto hay que añadir que la cuarentena se vive en entornos familiares muy
diferentes; en realidad, distintas clases de familias. Las hay aquellas que tienen
recursos económicos, ambientes domiciliarios confortables, cohesión familiar,
la posibilidad de un trabajo en equipo, más colaborativo. En el otro extremo, las
familias con muchísimas carencias materiales, en condiciones de hacinamiento,
con padres negligentes y con vínculos muy lastimados, incluso de antes de la pan-
demia, y donde hay violencia, en múltiples manifestaciones, como una realidad
que hace parte de la cotidianidad. Naturalmente que estas son condiciones muy
desfavorables para un largo encierro; incluso contraproducentes, ya que puede
haber efectos perversos.
Entre esos extremos hay una gama amplia de entornos familiares, con sus propias
dificultades y posibilidades, y que condicionan la vida y la forma de ser de los
adolescentes que, obviamente, son también un producto de su entorno.
39
tendríamos que hacer los padres, los adultos, es buscar identificar estos cambios,
acercarnos a ellos, escucharlos, estimularnos a explicitar sus sentimientos y por
supuesto tratar de entenderlos y ayudarlos.
También es posible que este tiempo de confinamiento esté sirviendo para un mayor
intercambio en las familias sobre la situación excepcional que vivimos y por qué
hemos llegado a este punto. Tal vez incluso para interrogarnos acerca del mundo
que tenemos, el porqué de tantas desigualdades, la pobreza, la violencia instalada
entre nosotros, los feminicidios, las relaciones humanas en los espacios sociales
que frecuentamos, los asuntos ambientales que suelen sensibilizar mucho a los
jóvenes, etc. Son temas para enriquecer el diálogo dentro de nuestros hogares.
Lo interesante del trabajo con los jóvenes es que ellos son a menudo muy recep-
tivos y tienen la facilidad de adaptarse a los cambios, incluso de desarrollar cierta
resilencia frente a situaciones extremas y dolorosas, por la misma edad en que
están y porque para ellos el futuro está abierto.
40
También es necesario recalcar que todos hemos entrado a la pandemia como
somos. El virus no ha cambiado nuestra forma de ser, nuestra estructura de
valores y creencias; no ha reconfigurado nuestras mentes; ni en los adultos ni en
los adolescentes.
Si esto es así, debemos asumir que con pandemia, o sin ella, educar a los hijos
requiere de ciertas habilidades: mucha paciencia, mucha aptitud de escucharlos,
tanto mejor si el vínculo está reforzado por la ternura y la comprensión; firmeza
para imponer límites claros, con certezas y sin dejar de establecer las responsa-
bilidades que corresponde, las tareas y actividades conjuntas en el hogar.
Con los padres: Se pueden agudizar más en esta etapa las discusiones, los peleas
y los distanciamientos, pero también podría ocurrir todo lo contrario.
Con sus parejas: Se advierte una mayor ansiedad al no poder verse, y hasta pueden
darse rupturas, con el consiguiente duelo, enojo, depresión.
41
Es muy natural que la alteración de este tipo de vínculos sociales y afectivos,
provoque efectos psicológicos en los jóvenes, tales como:
42
• Castigos punitivos, por ejemplo, quitarles el celular, no dejar que vean televi-
sión, prohibición de acceso a juegos o a las redes sociales, etc.
• Maltrato psicológico.
Redes sociales
Las redes son espacios cada vez más frecuentados para llegar a los adolescen-
tes, para identificarlos, contactarlos y atraerlos. Sobresalen prácticas como las
siguientes:
43
Pack: Conjunto de fotos que muestran a hombres o mujeres desnudos o semi-
desnudos.
Pornografía
Es primordial que los padres de familia conversen con sus hijos sobre los peligros
que envuelve la pornografía, los cuidados que debe tenerse, evitando llegar a la
prohibición de usar las redes sociales (por sus efectos contraproducentes).
Violencia sexual
44
Hay casos extremos y aberrantes de madres que, aun sabiendo que su esposo
viola a su hija, callan, ignoran o niegan los hechos; a veces para dejar de ser, ellas
mismas, víctimas de la violencia de su pareja.
Precisamente por esto es fundamental que los padres hablen con los hijos y los
alerten de tales peligros. No se debe perder de vista que los adolescentes tienen
la capacidad de responder asertivamente cuando son tratados con respeto y
confianza.
Buenas prácticas
Pero no todo es malo o peligroso. De hecho, hay familias que están aprovechando
este tiempo para desarrollar una serie de nuevas prácticas muy constructivas.
Por ejemplo:
Aunque nos cueste admitirlo, lo cierto es que los padres no solo sabemos todo,
ni siquiera mucho y a menudo necesitamos aprender de nuestros hijos.
45
A continuación, un conjunto de consejos que pueden ser de utilidad, primero,
para tratar de comprender mejor los trastornos que están viviendo los hijos en
este duro contexto de la pandemia y el confinamiento; y, segundo, para mejorar
las relaciones intrafamiliares y ayudar a que los jóvenes puedan lidiar mejor con
sus problemas:
• Permitirle expresar sus emociones y dejar que encuentre los espacios y los
modos de exteriorizar sus enojos, frustraciones, miedos, tristezas.
• Escucharlos con atención y sin juzgarlos. No asustarse ante sus rabietas y sus
crisis emocionales. Es preferible dejar que expresen libremente sus sentimientos.
• Bajar el nivel propio de exigencia y con los demás; no pretender llenar cons-
tantemente el tiempo con actividades. A veces no es malo perder el tiempo
sin hacer nada.
• Aceptar que este año escolar será muy peculiar, y mejor hacerse la idea de que
los profesores darán los contenidos que se puedan y que los chicos aprenderán
lo que sea posible aprender.
46
Entender y apoyar a los jóvenes
Dentro de ese cuadro general, se nota un fenómeno particular en los jóvenes. Son
los que menos sufren los efectos directos del virus en su condición física, pero
también son el segmento probablemente más vulnerable a sus consecuencias
psicológicas y emocionales.
Esto no significa que los jóvenes estén a salvo de la infección del virus. En rea-
lidad, ningún grupo social lo está. La peculiaridad estriba en que los jóvenes
son proporcionalmente más asintomáticos que otros grupos etarios, y la tasa de
letalidad o mortandad en ellos es extremamente baja. Sin embargo, los jóvenes
viven el impacto económico en sus hogares, la caída del ingreso familiar, even-
tualmente la pérdida de la fuente de trabajo de los padres y, en general, el clima
de inseguridad económica que se apodera de muchas familias.
47
sociales o deportivas a que están acostumbrados, y el confinamiento absoluto en
los hogares, es un cambio drástico que no puede menos que tener un impacto
psicológico y espiritual considerable.
Pero no todo lo que la cuarentena trae consigo es para lamentar. De hecho, hay
familias que pueden estar descubriendo la oportunidad de reconstituir los vínculos
de familia y una comunicación más estrecha entre padres e hijos. De acercarse
a los problemas de los adolescentes, y quizás también de entender mejor sus
preocupaciones, inquietudes y temores, para ayudarlos y orientarlos.
48
De modo que hay muchas y buenas razones que nos deben llevar a repensar cómo
nos relacionamos padres e hijos, y no únicamente para prevenir los peligros que
se ciernen sobre los jóvenes, sino para hacer de la situación actual la oportunidad
de un aprendizaje individual y colectivo, como tal vez no ha sido posible antes.
Y ya pensando en cómo salir de la cuarentena, creo que nada será tan necesario
y provechoso como la decisión de que, en el momento oportuno, los jóvenes
retornen a sus colegios, y especialmente los estudiantes del último grado.
Los estudiantes de la “promo”, deben ser los primeros en reconstituirse a sus res-
pectivos establecimientos, y, para eso, nosotros, los padres, los adultos, debemos
fomentar un sentido de responsabilidad en ellos. Los jóvenes, conociendo de
los peligros latentes por el coronavirus, que seguirá entre nosotros por mucho
tiempo más, tienen que aprender a cuidarse por sí mismos, proteger su salud y
evitar contagiarse y contagiar a otros.
Y así como a todos debe dolernos que se cierre una fábrica, una tienda, un local
de comida, y que haya gentes que pierden su empleo, también debe preocuparnos
que se cierre un colegio o escuela.
49
La casa del adolescente
Por todo lo dicho, es evidente que los padres, los profesores, el Estado y la sociedad
en general tenemos la obligación de cooperar con los jóvenes y adolescentes a fin
de que puedan enfrentar mejor la difícil situación que experimentan, proporcio-
nándoles herramientas de información, educación y prevención.
Esto es justamente lo que hace la Casa del Adolescente, desde hace dos años, con
el apoyo de la fundación que lleva el nombre de mi padre, Samuel Doria Medina
Arana. Gracias al gran trabajo profesional de su directora Elizabeth Machicao,
la Casa del Adolescente es ya un referente para muchos jóvenes de La Paz y El
Alto, que acuden y participan a lo largo del año en sus múltiples talleres de arte,
defensa personal y otros temas de interés, así como en charlas orientadoras y en
eventos de capacitación y formación.
50