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Análisis

Economía de la vejez:
la exigencia de la solidaridad

Juan Torres López


Catedrático de Economía de la Universidad de Málaga

L
a economía capitalista en la que vivimos micos, de personas que están fuera de la econo-
categoriza a los seres humanos como mía, al margen del universo mercantil en el que
«agentes económicos», que lo son única- se sustancia la satisfacción personal y la felicidad
mente en la medida en que intervienen de una u de los seres humanos en nuestras sociedades ca-
otra forma en relaciones de intercambio expresa- pitalistas. Son, simplemente, inactivos.
das a través de lazos monetarios. Se conoce co- Lógicamente, categorizar así la vida social,
mo paradoja de Pigou, un conocido economista, dejando fuera del concepto de «actividad econó-
el hecho de que el Producto Interior Bruto de mica» a una parte tan importante y necesaria de
un país disminuya si un caballero se casa con su la actividad humana orientada a garantizarse el
ama de llaves. Aunque ésta siguiera haciendo las sustento es una de las grandes limitaciones de la
mismas tareas en su domicilio, se supone que economía convencional a la hora de proporcio-
una vez desposada ya no iba a cobrar por reali- nar claves intelectuales que permitan alcanzar
zarlas, lo que implicaría que sus labores domés- una satisfacción humana efectiva. ¿Qué se puede
ticas ya no se computarían como verdaderas ac- esperar de un conocimiento que se reputa la res-
tividades económicas. Los viejos juristas decían puesta científica al problema de la satisfacción de
que lo que no está en el código no está en el las necesidades que deja fuera de su análisis a lo
mundo. Y más o menos así se piensa en la eco- que se calcula que representa más de la mitad del
nomía convencional, sustituyendo claro está el esfuerzo humano dedicado a satisfacerlas?
código por el universo de lo monetario. Lo que ocurre, sencillamente, es que toda la
De hecho, a las personas que, por cualquier estructura de conocimiento de la economía con-
razón, no muestran su deseo de incorporarse a vencional no se centra realmente en el problema
las actividades laborales que se concretan en la de la satisfacción humana, sino en la búsqueda
percepción de un salario monetario se les inclu- de las condiciones que pueden permitir obtener
ye en la categoría estadística de «población inac- el mayor beneficio privado posible para los pro-
tiva». Las amas de casa, los estudiantes, la activi- pietarios de los recursos. Quienes con su dota-
dad que se desarrolla en una ONG, el cuidado ción de recursos más escasa o inexistente no pue-
de nuestros mayores, la actividad destinada a ob- den entrar en el mundo de las relaciones
tener medios de subsistencia pero que no está mercantiles no pueden acceder a la impersonal
retribuida monetariamente, en fin, todo lo que condición de agentes económicos.
no ha pasado por el filtro del dinero, no está en La preocupación teórica de la economía con-
el mundo de la «actividad económica». Por su- vencional radica, a lo sumo, en establecer las
puesto, entonces, hablar de personas mayores, condiciones en que la satisfacción puede alcan-
ya jubiladas, implica hablar, en términos econó- zarse a través de las relaciones de mercado, más

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en particular, como resultado de poner al servi- bastante relevante: una economía que sólo pue-
cio de otros los recursos de los que cada uno es de proporcionar satisfacción a quien tiene recur-
propietario. De hecho, comprobamos con certe- sos suficientes o a quienes intervienen en las re-
za que en la economía capitalista no se produce laciones de mercado, deja inevitablemente fuera
para satisfacer, sino para lucrarse, y por ello sólo de la satisfacción a una parte principal de la po-
los que poseen recursos monetarios suficientes blación. De hecho, incluso eso es también res-
pueden disfrutar de la producción de bienes y ponsable de que no todos los seres humanos
servicios. No hay otra condición posible de sa- tengan la misma posibilidad de llegar a ser viejos,
tisfacción posible en el capitalismo. como muestra el hecho de que la esperanza de
Naturalmente, eso es lo que explica que el ca- vida tenga una estrechísima correlación con las
pitalismo sea un sistema económico cuyo inevi- condiciones económicas personales y medio am-
table corolario sea la gran insatisfacción humana, bientales.
la frustración en la que viven miles de millones Para obtener los bienes y servicios que re-
de personas. Puesto que los recursos nunca fue- quiere la vida material o social, los mayores de-
ron repartidos originariamente con igualdad, la ben disponer de recursos que sólo podrían venir
propia dinámica de los mercados acentúa las de- de dos fuentes.
sigualdades iniciales y la insatisfacción. a) la generación de un fondo de recursos «aho-
Como sabemos, un estado social tan injusto y rrado» a lo largo de la vida. Esto es lo que en
tan frustrante ha dado lugar siempre a conflictos términos económicos se denominaría un fon-
más o menos contundentes y a demandas conti- do de pensiones por vía de capitalización, es
nuadas de un reparto más justo, lo que ha obli- decir, formado por sucesivas aportaciones
gado a establecer a lo largo de la historia meca- que se van «capitalizando» o aumentando de
nismos más o menos potentes de redistribución, valor en la medida en que se manejan por ins-
es decir, de reparto a partir de la desigualdad de tituciones que tratan de proporcionarle ren-
llegada, para evitar la deslegitimación del siste- tabilidad. No hace falta decir que esas institu-
ma que llevaría consigo la insatisfacción genera- ciones son las que se llevan la gran parte del
lizada. El alcance real de esta redistribución no beneficio obtenido, y las primeras que ponen
puede infravalorarse, pero tampoco cabe olvidar pies en polvorosa cuando, como suele ocurrir
que hoy día las tres quintas partes de la Huma- más tarde o más temprano, las condiciones
nidad viven en condiciones verdaderamente in- financieras no le son favorables.
satisfactorias. Los datos que conocemos bien b) Disfrutar de un ingreso que provenga de lo
claramente y que no es necesario que repita aquí que los economistas llaman un sistema de
muestran nítidamente hasta qué punto la satis- pensiones de «reparto». Este consiste en que
facción de las necesidades humanas más básicas los trabajadores van aportando una parte de
sólo está al alcance de una parte mínima de la sus salarios a un fondo desde donde se desti-
población del planeta (ver, por ejemplo, los In- nan recursos a los trabajadores que en ese
formes anuales sobre el Desarrollo Humano del momento ya están fuera del sistema laboral,
PNUD). que están jubilados, lógicamente, sobre el su-
puesto de que en el futuro otros trabajadores
harán lo mismo para que los que se jubilen
La vejez y la lógica social del mercado entonces también dispongan de pensión.
El problema de todo esto es plural. Por un la-
Me parece que es imprescindible considerar este do, no todas las personas que llegan a la vejez
contexto para tratar de abordar la problemática han tenido la posibilidad de disfrutar de recursos
de la vejez desde la perspectiva de la economía. monetarios, bien para ahorrar por sí mismos,
Puesto que las personas mayores ya no están en bien para contribuir a un sistema general que
el mercado, las condiciones para satisfacer sus luego le proporcione pensiones. Como he seña-
necesidades dependen de procesos que la lógica lado, bastante más de la mitad de la población
de lucro capitalista no sólo no fortalece, sino que está en esta situación, lo que da lugar a que, ya
más bien tiende a debilitar. Esto puede parecer mayores, tengan que depender de que se esta-
una simplicidad pero a mi modesto entender es blezcan mecanismos de auténtica caridad públi-

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ca para que no terminen sus vidas en la indigen- grandes empresas y bancos que absorben para su
cia. Eso es lo que explica que los niveles de po- beneficio propio el ahorro generado y por ello
breza sean siempre muy elevados en esta franja terminan por ser un instrumento bastante poco
de la población. En España, por ejemplo, la ge- efectivo para garantizar el futuro. (Sobre este ti-
neralización de las políticas sociales ha sido muy po de problemas se presentan análisis detallados
tardía, y como la mujer se ha incorporado a las en el libro J. Torres López (coord.), Pensiones
relaciones laborales muy tarde (a pesar de que Públicas: ¿y mañana qué? Editorial Ariel, Barce-
trabajan mucho más que los hombres han sido lona 1996).
siempre, estadísticamente hablando, «inactivas») Finalmente, sucede que el mantenimiento de
resulta que apenas si dispone de la mínima auto- un sistema de reparto está hipotecado, al mismo
nomía para terminar sus días con libertad e in- tiempo, por las condiciones económicas genera-
dependencia. Puede interpretarse desde varias les y por las ideas y decisiones dominantes en un
perspectivas, pero momento dado.
sin duda es expre- Lo primero, pro-
sivo de esto últi- voca problemas
mo que mientras si, como ha ocu-
que en el conjun- rrido en los últi-
to de la Unión mos años, resulta
Europea un 56 que los altos nive-
por ciento de las les de paro impli-
mujeres mayores can menos coti-
de 75 años vivan zantes, o si los
solas (un 70 por salarios más bajos
ciento en los paí- llevan consigo
ses nórdicos), en una base de coti-
España sólo viven zación más redu-
así el 28 por cien- cida. Ambas cir-
to. cunstancias dan
Además, hay que lugar lógicamente
tener en cuenta a que los recursos
que no todos los trabajadores están en condicio- del sistema sean cada vez menores cuando suele
nes de ahorrar. La sociedad permanece impasible ocurrir que los mayores y jubilados son más nu-
ante los anuncios publicitarios que muestran las merosos a medida que pasa el tiempo. El segun-
maravillas y las ventajas de todo tipo de los pla- do asunto también tiene que ver con ello: si los
nes de pensiones, no es consciente de que las valores dominantes, los intereses que prevalecen
ventajas fiscales que se les proporcionan son una en la sociedad en un momento dado imponen
trampa tan saducea (nunca mejor dicho) como una crítica a los procedimientos de reparto y so-
injusta, o quizá sólo sea completamente impo- lidaridad social, si tratan de privilegiar a los gran-
tente ante el discurso de los grandes bancos y des bancos siempre deseosos de quedarse ellos
compañías financieras que pugnan por quedarse con los ahorros en lugar de que los gobierne el
con el ahorro familiar. Porque los banqueros y Estado, o si las políticas económicas —como vie-
sus expertos en marketing nunca dicen que po- ne ocurriendo— se preocupan más de controlar
co más del 50 por ciento de los hogares españo- la actividad para que no suban los precios que de
les puede llegar a finales de mes sin endeudarse, crear empleo, resulta que lo que llamamos el Sis-
lo que literalmente impide que generen el aho- tema de Seguridad Social se debilita y con él la
rro suficiente para que al llegar la jubilación ten- posibilidad de garantizar recursos suficientes a
gan una pensión digna. los jubilados.
Para colmo, ocurre que estas fórmulas de Nótese que no es sólo el crecimiento demo-
pensiones por la vía de la capitalización están su- gráfico lo que trae consigo problemas, sino más
jetas a la inestabilidad intrínseca al capitalismo bien la merma de los recursos del sistema como
financiero de nuestros días, a la voracidad de las consecuencia del paro, de los bajos salarios, de la

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privatización, o de las políticas que disminuyen nunca el resultado de aplicar el cálculo mercan-
la actividad y restringen el empleo. til para establecer los umbrales de rentabilidad
Por otra parte, la condición de la vejez está más atractivos. La satisfacción de las necesidades
determinada por un hecho igualmente impor- de las personas mayores no puede depender de
tante: se trata de una situación humana que pre- que proporcionen suficiente beneficio privado.
cisa un tipo de servicios y atenciones especiali- Seguramente, ninguna de nuestras sociedades se
zados, desde los sanitarios a los de cuidado, cuestionaría eliminar el Ministerio de Justicia o
ocio, culturales, etc. Casi todos ellos pueden ser suprimir las Jefaturas del Estado para ahorrar re-
suministrados por el mercado, lo que implicaría cursos. Más bien se plantearía ahorrar de otros
efectivamente la posibilidad de alcanzar buenos gastos para poder sufragarlas. Es así, porque así
beneficios a quienes los proveen, pero un altísi- es la opción ética predominante, porque se da
mo grado de subprovisión, pues, como he di- por hecho que esas instituciones deben mante-
cho, la inmensa mayoría de la población no dis- nerse. Sin embargo, nos planteamos reducir el
pone de los recursos necesarios para poder ingreso de los mayores, disminuir los presupues-
adquirirlos. tos de la Seguridad Social, condenamos y asusta-
Resulta, en definitiva, que la condición eco- mos a la sociedad con su pretendido déficit,
nómica y en general la condición personal y hu- cuando nadie hace cuentas de los verdaderos
mana de la inmensa mayoría de las personas ma- déficit que implica construir un misil o mantener
yores depende de la existencia de mecanismos de un cuartel. Sencillamente, porque no se da por
solidaridad social, de reparto, de distribución del hecho de igual forma que la sociedad debe ga-
ingreso para lograr que no sólo quienes han te- rantizar la supervivencia de las personas mayo-
nido la posibilidad de acumular puedan satisfacer res.
mínimamente sus necesidades. Puede decirse Una de las mayores muestras de cinismo de
que su posibilidad de satisfacción es inversamen- nuestra época es el discurso neoliberal encami-
te proporcional al alcance del mercado en la so- nado a desmantelar los mecanismos de protec-
ciedad y en la economía: más mercado inevita- ción social y a poner en manos de los intereses
blemente siempre lleva consigo menos bienestar privados ingentes volúmenes de recursos que an-
global y, en concreto, para un sector de la po- tes estaban bajo dominio de los gobiernos. Se
blación que, por definición, está excluido de las quiere presentar como el resultado de un cono-
relaciones de mercado. cimiento científico riguroso lo que no es sino el
fruto de la conveniencia de los grupos sociales
más poderosos y que bajo el lenguaje oscuro y
Un problema de compromiso ético tecnocrático que prestan economistas y académi-
cos se le presenta a la sociedad como inevitable.
Todas las sociedades, inclusive las menos desa- Debería quedar claro que el problema de la
rrolladas o primitivas son conscientes de este vejez en la sociedad capitalista no es un proble-
problema y han establecido siempre mecanismos ma de número, de cuentas que no salen, de
más o menos efectivos de solidaridad. La socie- déficits o de ajustes macroeconómicos. Es un
dad capitalista, y muy particularmente en su asunto que tiene que ver, como en general ocu-
época neoliberal actual, no sólo no ha logrado rre con todos los problemas económicos, con el
resolver este problema, a pesar de que los países tipo de impulso ético dominante en la sociedad.
más ricos hayan podido alcanzar niveles de aten- Si la competitividad, el egoísmo y la maximiza-
ción social más o menos suficientes, sino lo que ción del beneficio son las bases sobre las que ba-
es peor: no puede resolverlo. La condición in- samos nuestras relaciones sociales no puede ex-
trínseca de la vejez determina que su posibilidad trañarnos que quienes no dispongan de los
de satisfacción dependa siempre de decisiones recursos que poseen los privilegiados, quienes
ajenas al mercado, mecanismo sobre el que se ya están fuera de los recintos del dinero y de la
quiere hacer descansar cada vez más las decisio- mercancía, sean considerados y tratados como
nes sociales y económicas. un verdadero material humano sobrante, como
El bienestar de la población mayor, el proble- una especie de producto a término, como una
ma de las pensiones por ejemplo, no puede ser carga.

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