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las antiguas tradiciones
alfareras de la región del Cuzco

Brian S. Bauer

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Esia obra esrá dedirada (J


/,t1is Barredll Muri //().
amigo y mae.stm

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Este estudio presenta una nueva secuencia alfarera para
la región del Cuzco. en los Andes sur-centrales del Perú.
La investigación se ba~ó en colecciones de superficie y
cateos realizados en dicha región entre 1984 y l 987. La
prospección arqueológica cubrió más de 600 ki lómetros
cuadrados y registró la ubicación de aproximadamente 250
yacimientos que conlénían un total de 450 componentes
culturales. En las conclusio nes del estudio se propone una
nueva cronología alfarera para la tierra natal de los incas.

7
Pre.facio y agradecimientos

Esta obra explora las antiguas tradiciones alf~ras de la región del Cuzco en el
Perú. l .os esmdios alfareros son una herramienta crucial para elaborar modelos de
desarrollos culturales prehistóricos e históricos. Sin ellos es relativamente poca la
investigación arqueológica que puede llevarse a cabo. La primera secuencia alfnrem
para la región del Cuzco fue propuesra por Jobn H. Rowe en 1956. Esta secuencia
general dividió el periodo prehispánico de la región en seis amplias dasificuciones
temporales-alfareras. En 40 aílos no ha habido un im.emo serio por acrualizarla. Si
bien buena1>arte de las actuales investigaciones arqueológicas eo la región del Cuzco
se han concentrado en la descripción y el análisis de sus culmras preincaicas, son
pocos los nuevos estilos alfareros que se han propuesto formalmente. La ausencia
de descripciones e ilustraciones de los estilos cenímicos cuzqueños ha impedido el
desnrrollo de la investig81.:ión arqueológica en los Andes del sur peruaDO.

La sccu.-nda alfarera del Cuzco fue estudiada concienmda e independienr.emcnte


por Mnry Glowacki, Julinho Zapata Rodríguez y yo mi~mo, encre fines de la década
del ochenta y comienzos de In década del noventa. Cada uno de nosotros ha efecmado
reconsrrucciones ligeramente distintas de la secuencia, lo que habla de nuestn\5
distintas :tona~ de inves11gación, colecciones de referencia y experiencia. Nuestra
comprensión de la compleja secuencia alfarera de la región será mayor a medida
que t'ada uno de estos estudios sen publicado. Las similirudes entre ellos servirán
como pumos de análisis y las díferf'Jlcias podrán scr materia de debate. No ~orprcnde
que haya sido posible constn,ir tres modelos altcm;uivos, dado que la ínfonnaci6n
disponible sigue siendo fragmentaria_ Si bien nuestra comprensión de la secuencia

9
Lru lll'lllgua.s rrad/(iOIU!s aljaruos de In rcgiún del Ceyo

cerámkadel CUu:o recién comienza, e.~ claro que ella incluye una norablecombinación
de centros productivos locales y complejas redes de intercambio regional. Sin duda
otras investigaciones permitirán redefinir los distintos e~1ilos alfareros y tal ve1.ínch1so
sugerir distinta.~ secuencias evolutivas.

Muchas personas y organizaciones me ayudaron a completar el presente estudi o y el


libro. La más importante de ellas fue Luis Barreda Munllo. quimdurante mis primeras
estadías en el Cuzco me enseñó mucho sobre La secuencia alfarera cuzquella y
hasta ahora sigo aprendiendo de él. Sin su ayu.da, comprensión y respaldo, este
proyecto jamás se habña init'iado. Deseo agradecer también a Mary Glon•acld, quien
me ayudó a clasificar y describir los estilos del Horizonte Medio que hay en mi
colección. Sin su ayuda el manuscrito jamás se hubiese completado.

Mi comprensión de Ja cerámica cuzqueña se ha bene fic iado gracias a las


conversaciones 1.enidas coo miembros de la Universidad San Antonio Abad del Cuzco,
incluyendo a R11ymundo Béjar Navnrro, Manual Chávez Bailón, José Gonznles
Corrales, Ítalo Oberti Rodrigues, Alfredo Valencia Zegnrra y sobre wdo Julinho
Zapata. Asimismo, mi investigación se benefició del contacto con miembros del
Instituto Nacional de CUitura del Cuzco, entre ellos Percy Ardiles Kieves, Femando
Astete Victoria, Arminda Gibaja Oviedo, Wilbert San Román Luna y Wilñedo Yépez
Valde'J:.

Los miembros de los equipos de prospección fueron Melissa Baker, Tamara Bray,
Silva López Aranguri. Manina M= ~·. Leslie Ranken, Nilo Torres Poblete, \Vilbert
Torres Poblete y Wilbert Vera Robles. c dmundo de la Vega y Wilben TorresPoblete
ayudaron a dirigir los cateos y Fliana Gamarra Carrillo y Marlene Piñares supervisaron
el procesamiento de las colecciones de ar1efactos en el Cuzco. Agradez.co a Michael
Malpass. Oean R. Amóld, Ma¡y Glowacki, Frances Hayashída y Charles SIJlllish
por sus lecturas criticas del manuscrito. Varios capítulos fueron asimismo leídos por
Karen Mohr·Chávez., Chad Gifforo, Pnul Goldstcin. Sara Lunl y M.arana Munsters.
Agradezco de corazón sus críticas y sugerencias. Desearía también e~presarle mi
sincera gi:aritnd a Javier Flores Espinoza, cuyo especial talento fue necesario para
traducir este libro al castellano.

10
Los permisos para el proyec10 fueron concedidos por el Instituto Nacional de C'ulrura
(lNC), Lima y Cuzco. Los fondos ye! respaldo provinieron de In LJ. Skaggs y Mary
C. Skaggs Founda1ion, el Fulbrigh1-llays FeUowship Comittee, la Organización de
Estados Americanos, el lnsriiute for New World Archaeology y el Universrty of
C'hicago Housing System. Agradezco a todos ellos ~u ayuda.

Es1e libro apare<:i6 primero en inglé..~ con ei tirulo The Earl~• Cer(lmics of thi! fllea
Heanla,1d (Bauer 1999), La .-.:rsión española ha sido actualizada y se han añadido
nuevas fotografías.

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1

Los INCAS DEL


Cuzco
La región del C'u2co en la sierra sur-central andina del Pení es famos.a como el
centro del imperio inca (ca. 1400-1532 d.C.). Este imperio, tal vez el~ grande que
haya surgido en el Nuevo Mondo, fue el producto de miles de años de desarrollo
cuhoral (mapa 1-1). La región del Cuzco vivió varios periodos de influencia externa
y desarrollos nativos antes de los incas'. El imperio wari , que nivo su centro en
Ayacucho, controló parte de la región entte 550 y 900 d.C., y recientes investigaciones
indican que el imperio úwanaku y otras fonnaciones políticas más tempranas de la
región del lago Titicaca también tuvieron un impacto sobre la región. El Cuz.co fue el
hogar de prósperas y V1lriadas sociedades locales antes, durante y después de estos
periodos de influencia forár!ea

A comieozos de la década del cuarenta John Rowe dio inicio al estudfo arqueológico
sistemático de la región, con cateas efectuados en diversos lugares en la ciudad del
Olxco o cerca de ella y visitas de e¡¡ploración a otros lugares de la región. A partir
de este trabajo y de la información procedente de excavaciones realizadas en el
Cuzco por el arqueólogo Manuel Chávez. Ballón, Rowe comenzó a preparar una
secuencia cerámica precolombina para la región en 1956, que incluyó siete grandes
clasificaciones temporal-alfareras: inca clásico, killke, wari (huari) y estilos regionales
contemporáneos, buaro, cbanapata derivado, chanapata y marcavolle (Fig. 1-1 ).

El término "rcc,6n del Cuzco" está definido como el ár0:1 con w, radio de 60 Jan •ér""" mcdiciQO• pa,w
de la dudad d<I m,"""' nombre {Bou« 1992A, 1996).

IS
Las amiguas tradiciones alfareras de la región dél Cuzco

A lo largo de los últimos cuarenta años, varios investigadores han llevado a cabo
proyectos de exploración a gran escala, pros¡>eeci('}O.es y excavaciones en la región
del Cuzco. Estos proyectos han mejorado nuestra comprensión de los tipos alfareros
conoc idos y han recuperado evidencias adicionales de varios estilos cerámicos
nuevos. Además se ha recupei:ado una s.erie de fechados radiocarbónicos que son
cruciales para la actualización de la secuencia alfarerd. E l objetivo del presente
trabajo es establecer una cronología cerámica para la provincia de Paruro (en el
departamento del Cuzco) y usarla conjuntamente con los resultados de otros proyectos
recientemente acabados para así revisar la secuencía alfarera de la tierra natal de
los incas.

La zona y los métodos d.e investigación

En este trabajo se describe y anali7..a la secuencia cerámica prehistórica de la provincia


de Paruro. La investigación tiene implicaciones aire.etas para la historia cultural de
los incas porque esta provincia ~e halla inmediatamente al sur de la ciudad del Cuzco
(mapa 1-2). Las colecciones de superficie y los cateos fueron hechos en dicha
provincia entre J 984 y 1987. bajo los auspicios del Proyecto Arqueológko
Pacariqtambo. La prospección arqueológica cubrió más de 600 kilómetros cuadrados.
A lo largo del proyecto se registró la ubicación de aproximadamente 250 sitios, los
que comprendían un tOlal de 450 ocupaciones. Estos sitios iban desde pequeña., y
aisladas dispersiones de cerámica; al gran ccor.ro nucleado deMaukallaqtaque tiene
casi 6 hectáreas (Bauer 1992a,. 1992b, 1996). En cada lugar se hicieron colecciones
de superficie para así establecer la historia de su ocupación. Los cateos fueron
hechos en 15 sitios entre 1986 y 1987. La colección de superficie y de cateos para la
provincia de Paruro es una de las muestras de cerámica más grande y
sistemáticamente recogida que hasta ahora se haya hecho en la región del Cuzco.

16
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1

Chuqulabo (La Paz)


v"'C::>l Cocha!l<lmbn
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Mapa 1.f. El imperio de los lnctJS, 1531

17
Las amiguas tradírifm~s alfareras de wrcgió11 del Cuzm

Por el norte e~1a provincia es ui


,-
ae 1600 Colonial separada del vrul.e del Ctuco por la
"!- 1500 Inca cadena montañosa de Hunnacauri. que
1400 se eleva a unos 4 000 mcrros sobre el
Inca Temprano
.ll
l! 1300 (killke) nivel de mar (msnm) y forma la
{E
.l! 1200 divisoria de aguas entre los ríos

1! 1100 Urubamba y Apurímac (mapa 1-3). Los


límites sudorienta! y sudoccidental de
1000
Wariy la provinc.ía se encuentran rcS¡>C'.ctiva-
900 estilos locales
j 800
mentc definidos por los ríos Apurímac
y Simio Tomás. La frontera sur corre
.!!
700
~
·¡,¡
a través de una elevada (más de 4 000
:e 600 msnm) zona de puna ol norte de
500 Lívitacn.
400

g 300 Huaru La provincia estJí dividida en nueve


e dístntos: Yaurisque, Huanoquíce.
!.2
200
100
Pacariqcambo y Paruro, al nonc del ño
Apuñmac, y Colcha, Pillpinto. Accha,
1
.!l Ccapi y Omach3 al sur del mismo. Este
.s 100 Chanapata río y sus principales tributarios
derivado
200 constiruyen la frontera política iotcma
300 de esto s nueve distrilos. El río
400
Apurímac acravlesa la provincia y un
Chanapata lercio de su territorio se encuentra al
2 500
[ none de él y dos tercios al sur. El tercio
600
<: norteño de la provincia eStá subdividido
~
700
.!!
<: por los ríos Molle Molle y Paruro. dos
~ 800 Marcavalle
tributarios del Apurímnc. El primero de
!!
900 estos se une al Apurúnac cerca de la
1000 a.e aldea de Nayhua (2 400 msnm) y forma
"HT = Horizonle Tardlo
el límite entre los distritos dt! Huano-

Figura t. t. ui s ~ cer.fmica
quice y Pacariqtambo. El río Paruro se
tradicional para el valle del Cuzco encuentra al escc del Molle Molle y se

J8
Los ina,s del Cuzco

urie al Apurímac cerca de la aldea de Cusibamba (2 775 msnm). El valle del (ÍO
Paruro es más amplio que el del Molle Molle y contiene las tierras agrícolas más
productivas de la provincia. Al igual q ue en la antigüedad. el valledeParuro tiene la
concentración más alta de población de la provincia.

UCAYALI
N
A
"""

APURIMAC

Capirol de departamento ...


Capital de pf(JVincia •
Limites de doparlamentó -· -
Limites de provincia
Lago

O 10 20 30 40 50Km.

Mapa 12. Departamento del Cuzco

19
lLts antigUIJS iradidon~s alfareras de la r,,g/6n dl:I C11zco

;& cuzco

Capi/81 de depar.amento e
Comunidad •
Umites de provincia
Zona de inveSligación e:= SANTO TOMAS

O 5 10 20 km.

Mapa 1.3. Provincia de Paturo

20
/.;.>s ü«·as del Cuzco

L<>s dos tercios sureños de la provincia están divididos en dos por el río Velille. El
aislado distrito de Ceapi se encuentra al $Ur del Apurímac y al oe.sic del Velille. Emre
ambos ríos se hallan los discricos de Colcha, Act'ha, Pillpinto y el distrito sureño de
Omacha. La comunidad más grande de los dos tercios sureños de la provincia es
Accha.

La actual distribución poblacional d~ la provincia se concentra mayormeme en las


capi1ales distritales de Yaurisque, Huanoquite, Pacariqtaml>o, Pamro, Colcha, Accha,
Ccapi, Omacha y Pillpinto. Este patrón de asentamiento e~ un reflejo directo de la
política hispana de las reducciones, iniciada en 1571 (Gade y Escobar Moscos()
J982). A fin de obtener tribulll, tierra y trabaj() de los pobladores nativos de modo
más ~,ficieme. así como para promover su instrucción religiosa. el virrey Francisco
de Toledo implementó una reorganización sistemátic:a del p,úsaje demotrnffico andino,
obligando a los nalivos de tos Andes a que abarn.lonasen sus asemamienros
1radicionales. Las poblaciones mrales de la sierra fueron reubicadas en pueblos recién
fundados llamados reduccion.es, deSU1Jy6ndose los anteriores emplázamiemos para
impedir su reocupación. fata política marcó e.l final del sistema indígena de ubicación
de grupos humanos en los Andes. Én consecuencia la acmal distribución poblacional
y los patrones de agrupamiento de la provincia de Paruro no reflejan los sistemas
nativos de organización espacial, social o económica, por lo tamo los patrones de
asentamiento prehistóricos regíonales de la provincia pueden ser captados mejor
mediante las investigaciones arqueológicas.

Delimitación de la prospección y metodología de la investigación

El área explorada representa aproximadame.n te una tercera parte de la pro\~ocía de


Paruro. Élla se exúende desde las ruinas de Huanacauri, cerca al Cuzco, al pueblo
de Accha, a 42 kilómetros por vía aérea hacia el sur. La zona queda delimitada al
oeste por los ríos Velille y Molle Molle, al este comprende la cuenca del río P,m1ro y
más al sur está delimitada por el río Apurímac (mapas 1-4, l-5). La pros¡xxción
sistemática llevada a cabo en esta parce de la provincia cubrió la mayor parte del
territorio que se cree fue controlado por los g.mpos étnicos masca, chiJlque y tambo
(Bauer 1992a, l 996).

21
[,1.1s <J1lliguas tradiciones a/fareras de la región del ( ·uzm

La investigación arqueológica fue realizada siguiendo las directrices que Parsons y


Hastings (1977) trazaran para las prospecciones regionales e:n los A.ndes. El objetivo
de la prospección era identificar la ubicación de iodos los sitios habitados e instalaciones
de abastedmiemo prehistóricos del área estudiada. Para llevar a cabo I¡¡ prospección
unos equipos de dos a tres personas recorrieron áreas asignada., a intervalos de 50 m
a 150 m, identificando la ubicación de asentamientos prehistóricos y rasgos relacionados,
como caminos, terrazas y puentes.

El r.stado general de conservación en la provincia de Pamro oo es tao bueno como


el de muchas otras regiones del departamento del Cuzco. Por ejemplo, el valle del
río Urubarnba, a unos 60 kilómetros al norte del Cuzco, contiene sitios incaicos y
preincaico~ con una muy bien conservada cantería de piedra (Fejos 1944; Kcn<lal l
1974, 1976, 1984, J985 ). En cambio, la mayoría de los sitios incaicos y preincaicos
en.esta provincia están representados tan solo por concentraciones de tiestos en la
super[icie de campos arados o en las laderas de cerros erosionados. Sólo unos
cuantos sitios arqueológicos de la región contienen restos arquitectónicos visibles.
Cuando se hallaba un lugar su ubicación era registrada en fotografías ae<n,as ampliadas
(escala apro"imada 1: 1O000) y en mapas topográficos (escala 1:25 000), se llenaban
fom1ularios de prospección y se tomaban fotografías. Si el lugar tenía restos
estructurales se hacía un levantamiento con ayuda de. brújulas y huinchas de 25 m.

Cobertura regional

La prospección fue diseñada para que t:ubriese toda el área de estudio. Al igual que en
el ttabajo de Parsons y Hastings ( l 977: 1J) en la zona del alto Mantaro, esta prospección
de la provincia de Paruro cubrió en forma sistemática la parte baja y las laderas io.feriores
de los valles, las cadenas de mootafias y sus cumbres y cuestas superiores adyacentes,
así como las laderas de poca pendiente o medianamente empinadas. No se examinaron
sistemáticamente las laderas extremadamente empinadas que resultaba peligroso cruzar,
salvo cuando se podía acceder a ella.~ me-0iante algn.nos se.nderos. La exclusión d~
dichas zonas del trabajo de c¡unpo probablemente no iJJ(r(lducirá un sesgo significativo
en la re.colección de información, pues lo empinado de las laderas que desalemó el
trabajo de prospección, también habría limitado las actividades u ocupaciones prt~históricas.

22
Los inC(lS del Cuzm

La implememación de prospecc1oncs regionales sistemáticas en un medio andino se


complica por Ja5 variaciones que la visibilidad de ta superficie tiene en distintas zonas
ecológicas, Por lo general, el cerricoño en las zonas productoras de cereales presenta
condiciones de buenas a excelentes para la prospecci<in de superficie. E l terreno
e~1á relativamente libre de plantas que cubren el suelo como el pasto y algunas zonas
8(m cultivadas con arado, lo que lleva los artefactos a la superficie. Otras 1.ona5

ecológicas prnseman condiciones muy distintas en la superficie, lo que complicad


proceso para ubicar y fechar los sitios. Por ejemplo, las cadenas de montañas y la,5
cumbres son rara vez cultivadas y los artefactos superficiales de d ichos Jugare!>
quedan constantemente expuestos a la e rosión (Parsons y Hastings 1977: 12). La
naturaleza erosionada de la cerámica de superficie en estos sitios con frec uencia
hace q ue la identificación cultural resulte difícil. Además, las zonas altas de la pu na
del área esmdiacla están a menudo cubiertas con densos pastos silv~stres, t¡ut deJan
ver pocas partes del suelo, MienU'as se recorrían zonas ambientales altas e n busca
de evidencias de ocupación y uso prehistórico de la tierra, la~ personas que tenían a
su cargo la prospección frecuentemente debieron desviru;e de su curso para examinar
quebradas o revisar las porciones dispersas del terreno en donde el past0 había sido
e rosionado quedando expuesto el suelo.

23
Lns antiguas tradiá:mes alfareras de /.a regúS11 del Cuzco

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Á
Mapa 1.4. La región al sur del Cuzco

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Ú>.'í uu . Cuzco
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o 'º 20 60

Mapa 1.5. LB,:ona do pros

25
J.a.r muíg,ms tradlcfr111cs alfareras dr la rrgión dd Cu;:co

Otra d1íicuhad para lograr realmente cubrir el LOO% de la zona examinada fue la
prc~encia de varios poblados relaúvameme grandes y varias pequeñas aldeas. En
comunidades solamente se pudo ex o.minar 7.onas limitadas debido al uso moderno
elita\
de Id w:rr.1 y n las construcciones. Pana apunwlar la ,obertura limitnda de estos
lug¡ir~. !,C llevaron a cabo entrevistas sobre los hallazgos arqueológicos hechos en
e.ida eomunitlacl En algunos de los pueblos, ('Orno Accha, y en varuis de las aldeas
pequeñas, como Ccoipa, se de1ectaron sitios arqueológicos y se hicieron colecciones
de superficie, aunque sus dimensiones exactas resultaron difíciles de.- precisar.

Dado t¡ur las 7.0nas cubiertas por los actuales poblados de la región represcnian 1an
~ólo unu purte muy pequeña de toda el área investigada y dado que en In mayoría de
ellas se realizaron prospecciones de sup,:rfide limitadas, su presenda no afecta
seriamente la base de datos global de la región.

Coleccione"S de cerámica

Se recogieron muestras de cerámica t'n cada siúo y se las anali7.ó luego paro ~ter-
minnr ,us fases de ocupación. Durante el proceso de recoleccíón, el equipo de mvcs-
ligadón recorrió la superficie del Jugar me16dkamen1e en líneas paralcl:ls, nproximooa-
mcocc o cinco me.tros de dista ncia entrt'. sí. En ca.~o deencootrarse unidades arquitc-t6-
nil·as o separadores de campo en el sitio, se haoían colecciones especfficijs én ,nda
unidad. llstas fueron Juego examinadas en el lugar. Se rerovie.ron los fragmentos
diagnósticos. mientras que los que no lo eran se dejaron allí. Esta closifical.'ión
preliminar era necesaria debido a la lejanía de la 7.ona invesúgada y a las dificultades
e.~istl•ntcs para transportar la colección a caballo hasta la c-.arretem más <."Crcana y.
po~tcñom1cnte, en camión a la ciudad dtl Cuzco. Se hizo excepciones en sitios que
arrojaron un número relativamente pequeño de fragmentos superficiales. En e~tos
casos todos los tiestos fueron retenidos. Al finalizar el proyecto todos los tll'lrÍOl'tos
fueron dc.positudos en el !NC de Cuz,.·o p.ini ~er guardados pe:nnancmemcntt.

26
Los inras del Cuzw

Excavaciones

Un programa de excavaciones fue llevado a cabo en la provincia de Paruro a fin de


proporcionar infom1ación complementaria a los datos procedentes de la prospección
regional. En l986 se excavaron varias habitaciones en el sitio de Maukallaqta ( l f
para reunir información acerca de las funciones de los cuartos y buscar rest<>.s
preincaicos·(Bauer 1991. l 9923, 1992b, 1996}. Las excavaciones. fueron realizadas
usando niveles arbitrarios de lOcm hasta encontrar una estratigrafía, prosiguiéndose
con ellas hasta llegar al subsuelo estéril. Una cuadrícula de I x I m fue trazada en l,L~
estructuras grandes, mientras que una de SO x 50 cm fue usa<la en los cuartos más
pequeños.

En el transcurso de las excavaciones en esta provincia también se efectuaron cateos


en otros 14 lugares, incluyendo a Bandera Moqo (206), Aqachkar (233), Muyu Roqo
(432), Roqo Cassa (450), Qachir (463), Sutic (467), Tejahuasi (4%), Cas1illa Moqo
(513), Cmz Moqo (531), Muyu Orco (536}, Llactaccata (575), Marcapata (624),
Mollerada (655) y Ccorpina (659). Las excavaciones consistieron en pozos de 2 m x
2 m ó de 2 m x 4 m en campos a Jo largo de las cadenas de cerros (mapa 1-6). Al
igual que los de Maukallaqta, estos cateos fueron he.dws usando nive,Jes de I Ocm,
dándoselos pClr finalizados al alcanzar el subsuelo estéril. Todos los anefactos
re.cuperados en el transcurso de las excavaciones fueron llevados al Cuzco para el
trabajo de gabinete.

Análisis de la cerámica

El desarrollo de la secuencia alfarera de Paroro comenzó con la recolecdón


concienzuda de,tiestos en sitios de la región y su transporte al Cuzco para su análisis.
En el laboratorio, los fragmentos decorados fueron separados en grupos homogéneos
basándose en las pasias, los elementos del diseño; el color de los pigmentos y el

2 Los nti1ncros juntó .il nombre de un lugíll' se rCfíeren al número de los sitios., ~eg'Ún estos fueran
catatogados durante la prospección regional.

27
Uu· an1iguas rra,liciQnt·s ulfarerus tle. la región del l-uzco

cmtamie·n to de la superficie. Los grupos fueron de~pués subdivididos según la fonna


de las vasijas. Las excavaciones posteriores efectuadas en sitios de mono-
componentes y multí-componentes brindaron infonnació11 sobre el fechado relativo
de los estilos. Las muestras de carbón y hueso recuperadas durante la excavación
e n contextos cultur.ales confiables dieron fechados absolut(lS para algunos de ellos.

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/A

0'l02D 60

Mapa 1.6. Sitio de excavación

28
Los i11cus del Cuzco

Cerámica i.n ca clásico

El estilo alfarero más conocido de la región del Cuzco es el inca clásico (también
llamado inca, inca tardío e inca del Cuzco). Aunque dicho estilo está mal fechado,
por lo general se piensa que su producción comenzó alrededor de l 400 d .C. y que
ésta continuó hasca poco después de la conquista española ( 1532 d .C.). Rowe ( 1946:
246-247) sugiere que la producción de cerámica inca clásica tenía lugar en el valJe
del Cuzcq. El centro de producción más p robable se encuentra emre las actuales
comunidades de San Sebastián y San Jerónimo, en las zonas comiguas de Larapa y
Sanyo (arcilla)' . Las fucnccs de archi vo respaldan esta sugerencia al indicar que en
esta parte del val Je había a.~encamientos de ..ol )eros" (Archivo General de la Nación,
Ard1 ivo Agrario, Miscelánea: Hacienda Larapa, 1596).

Vrufos de los principales museos del mundo obtu vieron coleccjones s ustanciales de
cerámica inca clásica en e l siglo XIX (Seler 1893; Valencia 7..egarca 1979; Bauer y
Stanish J990). Sin embargo. el reporte y el aná.lisis Sistem,íticos de dicho esti lo alfarero
comenzaron con las expediciones arqueológicas más tempranas reali~adas en la
sierra sur cenera] del Perú, a comienzos del siglo XX. La colección más fan10sa es
posible.menee la que fuera reu.oida durru1te los trabajos reali zados por Hiram Binghrun
en Machu Picchu. Usando materiales recuperados e n numerosos entie rros e n las
cue.vas que rodeaban a este Jugar y e n menor medida los hallazgos recuperados
durante sus. excavaciones, Bingham ( 1915) preparó una cipología de vasijas que
actualmente sigue siendo amplian1ente usada. Georgc.f.aton (1916: lámina~-V-XJV),
el médico de la expedición de Bin~ham. asimismo preselltó un gran número de
ilustraciones de mate riales procedentes de este lugar. lgUalmente 1enemos otros
reportes tempranos de cerámica incll clásica hallada en el valle del Cuzco. Por
ejemplo, Luis E. Valcárcel (1934, 1935) analizó la alfarería de d ic ho estilo rec11per.1da
en Sacsahuarmm y Luis A. Pardo ( 1938, 1939, 1957) describió varias piezas de
museo. Además, el trascendental estudio de Rowe sobre la arqueología del Cuzco
contiene un examen detallado de la cerdffiica inca clásico, inéluyendo una clasificación
de los distintos subestilos (Rowe 1944: 47-49).

,) Actual.mente se.s.igucn cxplot1ndo lo$ rec-u.1'Sos de arciH:.l de csla región.

29
l,ir M tiguas rra,ticio11es aljarer,is de la t egió11 del Cu~co

Los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial vieron un mírnero cada vez mayor
de referenci as a la cerámica inca clásic;¡. hechas por investigadores que trabajaban
en la región del Cuzco. Esto no sorprende porque la alfarería de ese estilo se encuentra
en la mayoría de los lugares de la región. Entre los recientes infom1es, que incluyen
desn i¡x:iones e ílustraciones significativas de dicho estilo. tenel)los los csn1dios que
, Ann Kendall (1976) hiciera en el valle bajo del Urubamba. Suobrn ( 1974, 1985: 37),
a$imisrno, produjo uno de los pocos fechados radiocarbónicos publicados para el
estilo inca clásico en el á.rea del Cuzco (véase el Ap6ndicé l ). Las excavaciones que
ella realizara en el sitio de Ancasmarca hallaron cerámica incaica en un contexto
que databade482 ± 9 1 ([BM 930] 1468 ± 9 1 d.C.). El estudio que Saral.unc( 1984,
1987, 1988) hiciera de la cr.rámica inca y killke de esta misma regi6n presentó el
primer examen detallado de las tardías pastas prehistóricas de la región del Cuzco.
Las excavaciones de Dean Arnold en (Jata Casallacta en J 972-1973 (Liu, Riley y
C'oleman 1986: l 08), en una repisa montañosa cerca de la ciudad del Cuzco, rindieron
muestras de la cerámica inca clásico, así como un fechado radiocarbónico de, 370 ±
80 A.P. (íISGS 545] 1580 ± 80 d.C.), Un infonne de Alcina Franch y sus colegas
sobre las excavaciones en el gran yacimiento incaico de Chinchero. al norte del
(.\1zco, trae varias ilustraciones de dicho estilo (Alcina Franch et al. 1976). Heffernan
( 1989) brinda numero.sos i;-jemplos del estilo inca clásico bal.lados en la zona de
Lirnatambo, al oesre del Cu;¡co. Desafortunadall)ente, una muestra de carbón
recuperada con ese estilo cerca de este lugar arrojó un fechado radiocarbónico de
200 ± 80 A.P. ([ANU 5838] 1750 ± 80 d.C.) y otras dos muestras ( ANU 5839 y
.ANU 5840) provenientes del relleno de una terraza inca.ica en la misma zona dieron
fochas igualmente inútiles (Heffeman 1989: 539). Por último, Lisbet Bengtsson ( 1998:
102) reporta haber encontrado cerámica incaica en el transcurso de sus excavaciones
en Ollantaytambo y en la cantern vecina de Kachiqhata. Sus fechados van dc-sde
una fecba tan tardía como 1630 d.C., a otra tan temprana como 1250 d.C. (AA·
1530, AA-1407B, AA-2215, Ua-170, Ua-1710)'.

•t Asimismo hay ut\ nümcror,tda w;¿ nmyor,k, fet'h::idos radiol'...irMni<.'OS. ():lfacdilkadoncs inca tcn1p1;111u
e im:ri clásico en la región del Cu1..co (véá'>ó el Apéndkc 1)

JO
Los incas del Cu:co

Asimismo contamos con varia5descripciones de cerámica incai(,a hallada justo fuera


de la úe-rra natal de los incas, desde el Ecuador a la Argenlina (véase a Jijón y
Camnaño y Larrea 19 18; Jijón y Cáarnaño 1934; Meyers 1975: Baca 1974, 1989;
D' Altroy yBishop 1990: Calderari 1991; Calderariy Williams 1991: D' Altroy 1992).
Este informe no examinará más la cerámica inca clásico, pues las hases de una
amplia bibliografía sobre ese eslilo han sido sentadas y las formas básicas de sus
vasijas fueron igualmente jdentificadas. No obstante, esto no quiere decir q1,1e ya no
se requiera de mayores investigaciones sobre la cerámica incaica. Por el conr.rario,
un gran estudio sistemático de la alfarería inca clásico, procedente del Cuzco es un
proyecto importante que aún queda pendiente y que sería de gran ayuda a los
investigadores que trabajan en todas partes del antiguo imperio incaico.

Otros estilos contemporáneos

Sabemos que o.tros estilos alfareros fueron importados a la región del (.'uzco durante
el periodo del gobierno imperial inca. Se ha encontrado fina cerámica negra chimú
en las excavaciones realizadas en Sacsahuamán (Valcárcel 1946: 181) y Qotakalli
(P. Lyon, com. pers .. 1992), y en la misma ciudad de Cuzco (Carmen rarfán Delgado,
com. pers., 1994). Es más, en el transcurso de sus excavaciones en Machu Picchu,
Bingham recuperó úna vasija no inca.ica que, debido a su a~a estrfüo, pareciera
haber sido importada de la costa norte (Eaton 1916: lámina XN, figura 1). No sorprende
que ea el Cuzco se haya recuperado materiales procedentes de esra región, pues los
i.nca5 controlaron dicha zona durante varias generaciones.

Otras partes de los dominios incas están asimismo representadas en las colecciones
de ~'Uperficie de Paruro, sobre todo la región del lago Titicaca. En varios lugares se
recuperaron fragmentos de cerámica sillustani (Tschopik 1946), urcusuyu (Rowc
1944: 49; Tscho¡iik 1946) y pacajes (Rydén 1957; Albarracín-Jordan y Matbews
1990). Sillustani está compuesta por una pasta blanca llamada "caolín" y füe fabricada
en el departamento de Puno, en la cuenca del hrgo Titicaca (fotograffa 1.1 ) . .Se cree
que las vasijas urcusuyu, idemificadas por sus brillantes diseños anaraujados, rojos,
negros y blancos, fueron hechas en la misma región (fotografía 1.2). La cerámica
pacajes, conocida por su fondo rojo oscuro cubierto con una matriz de Llamas negras,
fue preparada en la región de1íwanaku, en el ex cremo sur del lago Ti ticaca (fotografía

3l
/At a111ig11as 1radirwnrr ulfarcms de la r~gión tkl Cux.m

13). Ko cabe duda de que otros estilos importados procedences de oiras parres del
tmpcrio inca habrán de recuperarse a medida que se realicen in vestigaciones
adicionales en otros lugares de esta región.

Si bien numrrosos proyectos de investigación han sido llevados a cabo en el Cuzco


durante los últimos 40 añoi;, sus estilos cerámicos preincaicos siguen siendo mal
comprend.idos. Dado que las definiciones, descripciones e ilustraciones adecuadas
son herramientas esenciales para configurnr y evaluar los desarrollos culturales
prehistóricos que se dan a lo largo del tiempo, es importante intentar acruali7.ar la
secuencia alfarera cuzqueña.

Hsta investigación dl· la cerámica prtincaica en la tierra nota! de los incas está
dividida en seis capítulos. Los cuatro primeros describen, por periodos, los distintos
estilos alfareros hallados en la provincia de Pamro. El capítulo 2 dl~scribe lo~ e.~ti los
killke y colcha del Periodo lmennedio 'Tardío (1000-1400 d.C.). En el capítulo 3 se
preseman los esijlos proc-cdentes del Horizonte Medjo (600-1000 d.C.), incluyendo a
wari, de estilo wari, arahuay y ccoipa. Los estilos del Peóodo lnlt'rmedio Temprano
(200 a.C.-()()() d.C.). entre ellos qotakalli, muyu orco e incensarios incisos son
presentados en el capítulo 4 y los del Horizonte Temprano (140().200 a.C.) en el
cap(tulo 5. La cronología de periodos-usada en el presente estudio está basada en la
que fuera desarrollada por Rowe (1967). Para que sea de uso práctico en la región
cuzqueña. las fechas de los pcñodos, desarrolladas inicialmente para lns ocupaciones
prehispánicas del valle de lea, han sido alteradas ligeramente.

En el capítulo 6 se comparan e integran la sernencia alfarera de la provincia de


Paruro con los hallazgos de cerámica hechos en proyectos reali1,ulos en otras partes
del Cuzco, para así producir una cronología alfarera corregida. Esta cronología revisada
está basada en la secuencia original de Rowe. así como en los resultados de los
proyectos que fueran efectuados desde ese entonces (Rowe 1956). En general, las
mvestigaciones emprendidas en la provincia de Paruro respaldan las clasificaciones
ccmporal-alfareras propuestas-¡>Ór Rowc para la región del Cu7.co. Sin embargo, la
recuperación sistemática de una gran muesim de cerámica y la publicación de lo~
re.sultados de otr.is investigaciones permiten deli near una secuencia más compleja.
E.sra secuencia cuzqueña corregida es necesariamente tentativa porque aún quedan

32
los im:as del Cu:co
---
amplios periodos sobre los cuales com:amoscon poca informru:ión. El examen cólico
de lus e.~1ilos de ceramica y la secuencia alfarera aquí presentada dará lugur a una
clasificación mejor defmida poro la tierra natal de Tos incas y permitirá a los arqueólogos
comprender mejor el desarrollo de las sociedades complejas en esta importante zona
de los Andes.

33
2

CERÁMICA DEL
PERIODO
INTERMEDIO TARDÍO

(1000-1400 D.C.)
E1 desarrollo dcl temprano Estado inca en el "alle del Cuzco t:S gencralml'ntl'
asociado con el desarrollo de la cerámica killke. Dicho estilo cubre el lupso que
med ia entre 1000 y 1400 d.C., lo que podemos llamar el Periodo lncé:rmcdio Ta.dío.
A pesar de la importancia que el estilo ki llke tiene para la historia cultural de la
reg.ión del Cu1,co, son poca5 las descripciones o ilustraciones de.talladas que han sido
publicadas del mismo. Las colecdones de supc.rficie y los catCQS hechos en ta
provincia de Paruro brindan una mina de nueva información sobré ese estilo. Las
investigaciones hechas en esta zona asi,njsmo hao documemado la difundida pr=c:ia
de un nuevo estilo emparentado con killke, llamado colcha.

Cerámica killke

Las excavaciones dirigidas por Max Uhle ( 1912) en la localidad de Q'atan. en el


valle del Urubamba. se cocueni::ran entre las más tempranas excavaciones conocidas
realizadas en el depaname1110 del Cuzco. Estas excavaciones, junto-con otras
colecciones adicionales recogidas por Uhle en la zona del Cuzco, mosuaron un estilo
cerámico que parecía ser bastante distinto de aquellos generalmente asociados con
,los incas. Como era muy poco lo que en ese entonces se sabía del periodo prerncaico
en est~ departamento, Uhle solamente podía sugerir que ese nuevo estilo alfarero
databa de un pe.riodo Preincaico pero Post·tiahuanaco, proponiendo asf un amplio
marco temporal de 800 d.C. a 1400 d.<'. Jucinto Jijón y Caamaño y Carlos !..arrea
M. hicieron hallazgos similares a los de Uble al poco tiempo de su descubrimiento.
Posterionnente. Jijón volvió a encontrar materiales como los hallados por tlble,
presentando además ejemplos adicionales de cerámica similar que él habfa encontrado

37
las a111igut1s rradici<mes alfitrera.,· de la región del Cm:,co

en el Cuzco y en colecciones de museos. Para la producción de este nuevo estilo


alfarero él proponía, al igual que Uhle, un amplio periodo Preincaicol Post-Tiahuanaco.
Estos hallazgos aislados de Uhlc y Jijón y Caamafio fueron todos posteriormente
clasificados como cerámica emparentada con killke y asignados al periodo
inmediatamente preincaico de la zona del Cuzco (Rowe l 944: 61-62).

En 1941 Rowe inició una prospección del valle del C.'uzco e hizo varios careos.
Miemras que en la región las investigaciones anteriores se habían concen.rrado en la
exploración y de:scripción de sitios, su trabajo representó el primer proyecto sistemático
de investigación arqueológica dentro del departamenro del Cuzco. Uno de los objetivos
dela investigación era la identificación y descripción de la secuencia alfarera preúicaica
de la región cuzqueña (Rowe 1944: 61 ). Las excavaciones de prueba hechas en un
patio del convento de Santo Domiogo, ·~ rea del "1emplo del Sol incaico" (Coricancha).
revelaron un pequeño depósiro no perrurbado con materiales alfareros similares a los
anteriormente hallados por Uhle y Jijón y Caamaño (Rowe 1944: 61 -62) 1• Las
colecciones de superficie posteriormente recogidas por Rowe ese mismo año, en
diversas localidades arqueológicas cuzqueñas, mostraron que ese nuevo estilo alfarero
no sólo estaba presente dentro de la ciudad del Cuzco, sino también ampliamente
diseminado portQ!lo el valle.

Durante l 942 y 1943 Rowe efectuó cateos en y alrededor de esta ciudad para
investigar aún más el nuevo estilo, que para ese enronces había sido denominado
,;killke-" 1. La recolección de una gran cantidad de cerámica killke en Sacsahuamán,
justo al none de la ciudad del Cuz.co, rl'.sultó especialmente importante para dicha
investigación. Usando los materiales de esa última excavación, Rowe logró desarrollar
una amplia úpologíaestilística.para lo que llamó la "seriekillke" (1944: 60-62). Aunque
no habí.a encontrado depósitos superpuestos killke e inca, basándose en sus
colecciones de superficie dedujo que en el valle del Cuzco la cerámica killke era el
antecedente de la alfarería incaica (Rowe 1944: 61 ).

Exca,,acioncs adicionales rca.Hz.:.\das p0r Barreda Murillo (com. pcrs.... 1992; Lyacb 1973: 24J ) y püt
V::ilenda Zegarra (com. pcrs.. 1993) han roofirmadc> la p,:esencia de cerámica killkc en el Corlcancha.
2 EJ estilo alfarero que Ro\\·e enco.nt(Jse durante sus excavaciones en cJ convento de Santo Domingo fue
denominado primero "cani:hón" (Rowe 1944: 46). Después de.sus trabajos de r.ampo de l 942~1 943 lo
rebautizó como "'k.iilke", por una localidad en las afueras de IQ. ciudad (Rowc 1944: 6().61).

38
Cerámica del Periodo Intermedio Tan/fo

La identiúcación de uo tipo cerámico inca temprano en este va11e tuvo un profundo


impac10 ~.n el es1udio de los incas. Hacía tiempo que se conocía la cerámica inca
clásico de la zona del Cuzco (Bingham 1915; Ea1on 1916; Valcárcel Vizquerra 1934,
l935; Pardo 1938, l 939). El descubrinúento de un pream:or de este estilo dio un medio
con el cual identificar los lugares ocupados durante el desarrollo temprano del Estado
incaico. Futuras colecciones de superficie y excavaciones de sitios que daten del periodo
Inca Temprano bl1Jldadm infonnación acerca delas condiciones econónúcas y sociales
en que rovo lugar el desarrollo estatal (Dwyer l 97 l; Báuer 1990, 1992a, 1996).

Jorge Muelle dirigió una expedición a la provincia de Paruro al poco. tiempo que
Rowe lograse identificar formalmente el estilo killke. Allí, cerca de la hacienda de
Ayusbamba. en el distrito de Parariqtambo, logró identificar tres sitios con una cerámica
similar a los materiales killke hallados por Rowe en el valle de~ Cuzco (Muelle 1945).
Es1e hallazgo, realizado fuera de los Iínútes inmediatos de este valle, sugería que
dich9 estilo estaba distribuido por todo el espacio cuzqueño. No obstante, a pesar de
este descubrimiento y de su inmediata aceptación académica como el estilú inca
temprano del Cuzco, pa¡;arían otros veinte. años antes de que se efecruase un estudio
exienso de este estílo alfarero.

En ere l 966 y l 968 Edward Dywer excavó en tres lugares de la región del Cuzco:
Minas Paia, en la cuenca de Lucre; Pucárá Pantillijlla, cerca de Písac. y Sacsahuamán.
La fo1alidad de estas excavaciones fue desarrollar aún más la serie killkc, tal y como
la definiese Rowe. De los tréS sitios elegidos para excavar, Sacsahuaruán nuevamente
proporcionó la mues1ra más grande de ceránúca de dicho estilo y la rnues1ra de
carbón extraída de un fogón en un tontexto killke dio un fechado radiocarbónico de
770 ± 140 A.P. ([GAK 2958] ll80± 140 d.C.). Con esta fecha Dwyer (1971 : 140)
situó el inicio de la producción de cerámica killke ligeramente antes que Rowe,
afinnando que esta cul!Ura "probablemente dominó el valle del Cuzco desde alrededor
de I 100 d.C. y hasta el establecimiento del imperio incaico".

Desde el trabajo inicial de Rowe ( 1944) y el detallado estudio que Dwyer (1971)
hiciera de la cerámica kiUke, otros investigadores han señalado la presencia de esta
alfarería y estilos afines en la zona del Cuzco. Rivera Dorado (1971a, 1971 b, 1972,
1973}. por eJcmplo, describe estos dos tipos de materiales recuperados en las

39
Las amiguas rradiciones a/fareras de la regióll del Cuzco

excava.d ones en los sitios de Cancha-Cancha y Chacomoqo, en la zona de Chinchero.


Trabajando en la ion a de Limatambo, al oeste del Cuzco, Heffeman (1989) encontró
ambos materiales en un gran número de sitios. Kendall (1974, 1976, 1985) y Lunt
( 1983, J 987, 1988) presentan ejemplos de ambos estilos recuperados en excavaciones
y colecciones de superficie en el valle de Cusichaca, en la cuenca baja del río
Urubamba ·Las excavaciones de Kendall en Ancas marca brindaron una muestra de
carbono que óndió un fechado para los materiales killke de 660 ± 60 A.P. ((UCLA
1676M] 1290 r 60 d.C.). Además, Barreda Murillo (1973: 70-71 ), Gibaja Oviedo
( 1983) y Mc.Ewan (1983: 239-243; 1984: 215; 1987) han reportado la presencia de
cerámica killke en la cuenca de Lucre, al sudeste del Cuzco, al igual que la presencia
de un estílo pobremente definido emparentado con él, denominado "lucre" (fotos 2-
1, 2-2). Gibaja Oviedo (coro. pers., J992) también infonna haber hallado cerámica
killke en Písac y Ollantaytambo, en el valle del Urubamba, mientras que Oornales
Corrales ( 1984a, 1984b) señala haber bailado dichos materiales en la ciudad del
Cuzco. Es más, Valencia Zegarra. Chávez.Ballóo y Oberti Rodríguez identificaron
restos killke en la región del Cuzco, cada uno por separado (com. per., 1987). Sobre.
la base de estos diversos estudios puede concluirse que los estilos cerámkos killke y
afines están ampliamente distribuidos por toda la región del Cuzco, sin embargo, la
naturaleza de, su distribución queda por ser investigada.

Descripción

.Bauer y Stanish ( 1990, 1992) han esbozado los criterios básic<>s de la pasta, los
:e::,ec;os del diseño y el tratamie.nto <.l e la superficie usados para identificar la
e-=-~ lillkc. A continuación se presentan estas características definidoras,
~ . a panir de las descripciones anteriores hechas, entre otros investigadores,
. . - ~ •1944), Dwyer(J97 I ), Kendall ( 1976) y Lunt (l987, 1988), conjuntamente
a.izr..-yinformación sobre las formas de las vasijas y composiciones de diseños
~ !.As característica~ definidoras de dicho estilo son entonces comparadas con
~ :olcha un estilo que le es afín, procedente de la provincia de Pauca,tambo.

- r.3.5'<3
L ..:l:cim1ca kilJke está compuesta por una textura medianamente tosca que contiene
_c:nridad moderada de inclusiones no plásticas, cuyo tamafi<l va de 1.01 mm a

40
Cerámica del Periqdo /nurmedia 1'artlío

0.25 mm. Estas inclusiones varían en color,. desde un blanco cenizo hasta un gris
opaco y oscuro. Parecie(llll tener bastante foJdespato, aunque tambiét1 se ha observado
la presencia de cuarzo y de calcedonia, así como de andesita, anfíbol, arcosa y
sienira (Lunt. com. pers., 1987). La limpia mairiz de arcilla sugfore que ésta era
lavada y la distribución bimodal del tamaño de los granos de las inclusiones no plásticas
sugiere que se añadía temperanie {Lunt, coro. pers., 1989}. La pasta es medianamente
dura y la superficie de la vasija frecuentemente ha sido cocida hasta alcanzar un
color pardo o salmón.

- Elementos del dise.ño, color y tratamiento de la superficie


Las superficies interna y externa de los tazones killke y la externa de otras vasijas de
este estilo se encuentran cubiertas con un engobe de arcilla de cuerpo alisado. Las
superficies fueron luego pulidas, lográndose a.5í un efecto me.dianamente brillante
(Dwyer 1971: 87). Las decoraciones de las vasijas killke generalmente son
geométricas en forma y composición. Entre los elementos más comunes del diseño
se encuentran las líneas angostas, las bandas más amplias, los triángulos y los rombos.
El negro es el color más usado, seguido por el rojo y, raras veces. el blanco. Dice
Dwyer ( 1971: J04) "Los colores blanco y negro son uniformemente consistentes,
variando el rojo de un morado profundo al rosado, según las condiciones de aplicación
y cocción. Nunca hay dos tonos de rojo en una vasija. Todos estos colores han sido
pintados sobre un engobe pardo sin pigmentos. La única excepción-es el uso ocasional
del blanco como fondo".

De la gran vari.edad de motivos utilizados en los diseños de este estilo, los que se usan
con mayodi:ecuencia son las anchas bandas rojas u ocasionalmence negras delineadas
por entre una a tres líneas negras angostas. Otros motivos incluyen triángulos concén-
tricos que frecuentemente al.teman su color de rojo a negro; óvalos entrelazados con
puntos centrales; rectángulos entrelazados con óvalos rellenados en su interior; grandes
zonas cubiertas con reticulado de color negro; rombos reticulados e hileras colgantes
de triángulos rellenos o entrelazados (dibujos 2-l, 2-2)_

Los diseños de la cerámica killke frecuentemente mue.stnm un comraste color-moo


entre bajo y mediano. Este pareciera deberse al uso de pigmentos acuosos. Además,
los bordes de los diseños ordinariamente aparecen algo borrosos, caraccerística ésta

41
las anrig,ws trailícioncs alfareras de la regi<>n del Cilzco
~~~~~~~~~

que tal vez se deba a una ligera absorción de los pigmentos finos por la superficie de
la vasija (Lum, coro. pers., 1988). También hay lo que Rowe llama un cierto ''descuido
característico en la ejecución", en comparación con la cerámica inca clásico que
muy probablemente se desarrolló a partir de este estilo (Rowe 1944: 49). Esto se ve
con mayor nitidez en los gruesos y aparentemente rápidos trazos de la brocha en los
diseños de las vasijas, los cuales a menudo dejan bandas ondulantes, así como en la
frecuente superposición de diseños adyacentes.

- Formas de las vasijas


Las formas de las vasijas killke han sido presentadas por Dwyer ( 1971 ), Bauer y
Stanish (1990, 1992). Entre las formas de los tazones killke tenemos de paredes
recias y curvas, asi como convergentes. También se han identificado tres tipos distintos
de jarras de mediano tamaño y un asa: jarras de asas con un gran arco, jarras con
rostros en el cuello (jarras cara-cuello) y otras de cuello cónico (Dwyer 1971; Bauer
y Stanish 1990, 1992). Las grandes jarras killke par lo general tienen cuerpo ovoide,
cuellos cóncavos y asas emparejadas. En las colecciones de killke asimismo
encontramos vasos (Dwyer 1971 , p. 100).

Para ayudar a las futuras irrvt~stigaciones sobre la cerámica de este estiló, he


presentado una descripción de las composiciones del diseño comúnmente encontradas
en las colecciones de Paruro. Sin embargo, eso no quiere decir que éstas aparezcan
exclusivamente en las formas de vasija descritas o que su decoración se limite
estrictamente a dichos diseños. El examen de la ceránúca kiUke en Rowe ( 1944),
I)wyer (1971), Rivera Dorado (1971a, 197Jb, 1972, 1973), Kcndall ( 1976}, Lunt
(1984, 1987), así como en Bauer y Stanish ( 1990, 1992), sugiere que hay una amplia
gama de composiciones de diseño en cada categoría de forma de vasija:.

Tazones de paredes rectas y curvas


Hay una considerable variación en la forma de los tazones killkes. Los más comunes
tienen paredes re.etas o coovexas que divergen desde una base plana. Su diámetro e¡,
mayor en e.l borde. Los tazones varían desde los que tienen paredes casi plana.~y rasi
nada de profuodidad; en cuyo c¡¡.so parecen ser platos, a otros cuyas par~.des se
extienden marcadame,nte hacia arriba, con una profundidad de l Ocentímetcos o más.

42
C,mímka dd Paiodo Intermedio Tcurlío

La pane externa de los iazones rara vez está decorada. Sin embargo. sí son comunes
las decoraciones ea el borde. La mús frecuente de éstas es unn banda negra simple
que cubre el borde y el borde inmediato, o una banda similar que contiene urui serie
de pequeños lriángulos colgantes.

Hay un gran número y una amplia gama de diseños internos de los tazones. Uno de los
más comunes. sobre todo en los UlZOJlCS de paredes rectaS de las colecciones de
Paroro, son cuatro grandes triángulos colgantes dispuestos uniformemente alrededor
del borde interno.Los Indos de los triángulos por lo general están definidos por líneas
gruesas, en wuoque su inreriorcstá adornado coa diversos diseños gt'Oméuicos hechos
con lineas más finas. Los grandes triángulos a menudo tienen un diseño reticulado
(fotografías 2,-3, 2-4. dibujos 2-3). Ocasionalmente, unos círculos cuelgan del ápice de
estos triángulos reticulados (dibujo 2-3E). En otras muestras, los triángulos están
rellenados con un diseilo reáculado hecho con grupos de ires a cuatro líneas (dibujos 2-
4). Los grandes motivos de triángulos en los tazones tnmbiéa pueden contener entre
dos y ocho üneas delgadas que se intersccan en el ápice del triángulo. Ocasionalmente
incluyen líneas cun•as (dibujo 2-5B-C) u óvalosentrelazados(dibujo 2-6).

Un motivo de diseño distinto hallado en los tazones killke consta de dos a treS bandas
paralelas de color rojo que corren diagonalmente dentro de la vasija. Las bandas
es1án delineadas con delgadas lfnéas neo.,ras. Sobre las bnndas o entre ellas se pintaron
líneas negras curvas (dibujo 2-7).

Los diseños también pueden correr paralelamerue al borde de la vasija. Un diseño


común contiene una banda roja delineada por gruesas líneas negras. Entre el borde
y la banda roja hay unas líneas onduladas (dibujo 2-8). Un motivo similar comprende
a un grapo de delgadas líneas verticales que corren entre el borde y la banda roja
(dibujo 2-9)'. El centro de dicbas vasijas frecue.ntemcnte luce una hilera de llamas.
Éstas pueden estarUlll estilizadas que simplememeaparecencomo unas equis (dibujos
2-9 y 2-10). Dwyerdescñbe un motivo afín: '"Ua motivo común es dividir el tazón

l Ot.rn:. C'Oloc."rioncs muc,um que. ha lOfl~ cnu~eJ boddc y 1a h.tntb ruj;a dd.i:nc:ad) puedcesw-ttllClUlda cun
un rct.lculodo o C'"OCI tri4nguJos concénui-cos ·(Ri\•cr::i Dorado 1971b).
las illlliguas 1radicion1:s alfareras de la regió11 del Cuzco

con una o dos bandas rojas paralelas delineadas en negro, las que corren desde el
borde al fondo del tazón y continúan hasta el borde qpuesto. El espacio a cada lado
de estas bandas está adornado con diseños geométricos fonnados por delgadas líneas
negras que usualmente rellenan contamos triangulares con er reticulado o diversas
combinaciones de líneas negras delgadas y bandas más anchas" (Dwyer 1971: 89).
Esms bandas centrales, un motivo asimismo común en la cerámica inca clásico y las
piezas de lrdllsición entre inca y killke (dibujo 2-1 O), so.o a menudo una e.xtensión del
diseño del borde (dibujo 2-9E).

Tazones de paredes convergentes


Esta categoría de forrna de vasija consta de tazones no muy profundos con labios
verticales o convergentes. Los tazones de este tipo en las coleccione~ de Parurn

están decocados con una gama limitada de motivos de diseño (dibujos 2- 11 y 2-12).
Su exterior por lo general tiene una gruesa banda negra en e.Jborde y el labio (foto 2-
5). Una segunda banda negra, normalmente del mismo ancho, se encuentra uno o
dos cemímetros debajo del labio y corre paralelo a éste. El espacio entre ambas
bandas está lleno de diseños geométricos finamente dibujados y compactamente
agrupados. Dichos d iseños por lo ge1Jeral constan de triángulos separados por hileras
de líneas delgadas, aunque también se han observado los rombos reiiculados y la.s
líneas onduladas. Por lo general, el interior de las vasijas no está decorado salvo por
el borde interior. que a menudo está pintado de negro (véase también a Rowe 1944,
fig. 15). Sin embargo, un cspéci.men de las colecciones de Paruro tiene d<lS líneas
negras a lo largo del interior del tazón, con una línea roja entre ambas (dibujo 2- 11 D).
Como lo anotase Dwyer ( 1971: 93), estos tipos de tazones son "consistentemente
más finos que otros tazones en términos del acabado de la superficie, e I grosor de las
paredes y la simetría de la vasija. La decoración fue aplicada con más precisión que
ea ninguna otra vasija kiUke".

Ja.r ras grandes


La forma de las grandes jarras de la cerámica killke es difícil de reconstruir a partir
de los fragmentos procedentes de las colecciones de Paruro. Pareciera q ue la mayoría
de ellas tuvo una base plana, cuerpo ovoide y cuello cóncavo. Las parejas de asas
fueron colocadas o bien horizontalmente, en la parte. baja del cuerpo, o verticalmente,
entre el borde y el ·hombro de la vasija. En e l borde de las grandes jarras usualme.nte

44
Cutimica del Pt-riodo lntcm u:din Tunllo

se encuentra una linea gruesa y oscura. o una serie de uiángulos colgantes. El cuello
supcriore)(temo de las vasijas está frecuentemente pintado con unos diseños simples,
rojos o negros.caracte rísticos de otros motivos geométricos hallados en la cerámica
killke(véase aDwyer 1971: figs. 74-110).

Jarras con una sola asa


Esw vasijas tienen cuerpos globulares que gradualmente se hinchan hacia afuera a
partir de una base plana. Uno sola asa vertical corre desde el botde de la vasija a la
parte inferior de su cuello u hombro (Luru 1987: 2.5). Pareciera, basándose en el
estudio de colecciones de musco, que hubo una gran gama de subtipos de esca forma
general de vasija (Dwyer 1971: figs. 288-292: Bauer & Stanish 1990, 1992). La.~
colecciones de superficie y las excavaciones de cerámica killke en la provincia de
Paruro respaldan esms obSCIV.iciones. Aquí se describen dos subtipos principales:
las jarras de cuello-cara y !ns de cuello cónico.

- Jarras ct«'Llo-cara. Uno de los subtipos más distimivos de jarra en la cerámica


killke es la jarra cuello-cara (Dwyer 1971: figs. 291. 292). Numerosos eJemplos han
sido hallados en las colecciones de Paruro. Ellas tienen un borde divergente con un
labio redondeado y un cuello entre recto y lig,,ramente convexo. En el cuello de la
jarra. en el lado opuesto nl asa. aparece una cara. L.1s mejillas del rostro están
ocasionalmente decoradas con grupos de triángulos coocéntricos o rombos
entrelnu1dos. Encima del rostro hay ya sea un rocad o o un chullo, entre el borde de
la vasija y la se~-ción del filo superior (Bauer &Stanish 1990, 1992). Los cuerpos de
las jarras frecuentemente contienen amplias bandas rojas delineadas por líneas negras,
las cunles dividen la superficie externa eo paneles. Estos esián a veces decorados
coo detalladas figuras geométricas y otras veces quedan vacíos. El 1ocado está
repi:eseotado mediante una serie de bandas amplias y unifom)emente ~1):lciaJas
que corren venicalmente hado abajodesdeel botde(íocografias 2-6, 2-7, 2-8, dibujo:!
2-l 3 o 2-17). Las bandas están delineadas a cada lado por dos o tres líneas. Los
tocados rematan e n un motivo de vinc ha, el cual puede estar rep resemado por una
hilera de iriángulos conc.éntricoso diamantes. El diseño del chullo difiere de la vincha
en la represemación de las orejeras que se exuende-n desde la gorra hacia abajo, a
ambo~ lados de la cara, y la ausencia de la vincha (Seler 11193: Jaro. 6, fig. 6; JiJón y
Carunaño 1934: fig. 54: Baucr y Stanish 1990, 1992).

45
las antiguas tradiciones alfareras de la regúín del Cuzco

- Jarras con ,:uellos cónicos y una sola asa. Este :subtipo de jarra está representado
j)()r especímenes con cuellos entre rectos y ligeramente convexos a los lados; los
cuellos se u1clioan hacia adentro desde la garganta al borde. Estos se abren hacia
afuera y.el asa e.stá fijada a la pieza justo encima de la línea media y el borde. Sólo
unos cuantos ejemplares de este tipo de jarra fueron identificados en las colecciones
de Paruro, pero se conoce.n ejemplares completos en colecciones de museos (Bauer
y Stanish l990, 1992).

Vasijas de paredes re-etas


F.stas piezas son vasijas para beber, angostas, de base plana, con paredes rectas y
labios ligerameme divergentes. Los fragmentos de estas vasijas eran relativamente
raros en las colecciones de Pas:uro. Los diseños comunes en ellas comprenden bandas
hor¡zontales e hileras verticales de rombos finamente reticulados. El borde y la base
de la vasija a menudo están pintados con una sola línea negra (para ejemplos véase
I)wyer 1971: figs. l 18- 120y 126-127}.

Fechado

La comprensión del pe.riodo en el cual se produjo la cerámidl killkees decisiva para


la evaluación de los desarrollos culturales prehistóricos de la región del Cuzco_Rowe
( 1944: 61) sugirió que la transición de la producción de cerámica killke ( o inca
temprano) a la inca clásico se dio durante ur¡ momento de rápido desarrollo estatal.
Este periodo de transición há sido identificado como el del reinado de Pachacuti Inca
Yupanqui, que por lo general se cree comenzó en 1438 d.C. Usando la lista dinástica
de reyes incaicos de Cabello Balboa (1952 [l 5861), Rowe (1944: 57) también sostuvo
que la fundación mítica del Cuzco por parte de Manco Cápac tuvo lugar alrededor
de 12 50 d.C. Así, él propone esta última fecha como el inicio de la tradición alfarera
kil!ke.

El advenimiento del fechado radiocarbónico nos brinda ahora un método con el cual
fechar la producción alfarera de dicho estilo independientemente de la información
que aparece en las crónicas hispanas. Actualmente contarnos con cuatro fechados
radiocarhónicos provenientes de contextos ldllkes confiables en la región del Cuzco:
una muestra tomada del trabajo realizado por Dwyer (l 97 l) en Sacsahuamán, dos

46
Cerámica del Period" lntcrmedu, Tardío
------

muestras procedentes de las excavaciones efecruadas por Kendall ( 1974, J 985, 1996)
en los yacimiemos de Ancacsmarca y Huilca Raccay, y una muestra de las
excavaciones hechas por Bauer ( J990, l992a) en Tejahuasi. Además, Kendall ( 1996:
153) publicó el fechado de uo hueso recuperado en un entierro del Periodo Intermedio
Tardío en Llactallacayoc: 915 ± 50 AP ([Q3090J 1035 ± 50 d.C.). Los fechados de
todas estas muestras de carbón caen entre 1010 :t 140 d.C. y 1290 ± 60 d.C. (véase
el Apéndice J ).

No obstante el pequeño tamaño de la muesrra y las grandes desviaciones estándar


de algunas muestras, pareciei:a que la producción de cerámica killke comenzó antes
de la fecha E'.Stimada de 1250 d.C., actualmente sugerida en la bibliografía. Después
de todo, esta fecha fue sugerida por vez primera en 1944 para señalar la fundación
mítica del Cuzco por parte de Manco Cápac (véase a Báuer 1992a. 1996). Es razonable
reasignar el inicio.de la producción alfarera killke a aproxiroadamente el año 1000
d.C. Es más, podemos escoger a 1400 d.C. como la fecha terminal de killke y el
roicio de la producción inca clásico en la región del Cuzco en tanto se efoccúan
trabajos adicionales coo el carbón acerca de la transición entre dichos estilos y hasta
que no se publiquen más fechados para comextos killl<e e inca·clásico.

Cerámica colcha

Mientras realizábamos una prospección arqueológica en la provincia de Paro.ro se


hizo evidente que además de killke había otro estilo estrechamente emparentado con
el anterior. La densidad de lugares con este nuevo estilo se fue incrementando a
medida que se exploraba el distrito de Colcha. por Jo cual se Je bautizó con el mismo
nombre.

Descripción

El nuevo estilo cerámico está definid() como uno emparentado con killke pues comparte
muchas similirudes e.stilísticascon éste. Sin embargo, se lo puede distinguir de él por
( 1) una composición más tosca de la pasta; (2) el uso amplio de un engobe muy
blanco y yesoso y, en menor medida, (3) el uso de motivos de diseño que no han sido

47
La.< anliguas tradiciones (1/fararas de la rcgi611 del Ctrt.ro

idenríficados como pane de la cer.lmica killke. Las diferencias y similitudes entre


ambos estilos serán esbowdas ahom.

• Pasta
La cer.ímica killke fue descrita señalando que estaba compuesta por una textura
medianamente tosca con inclusiones no plástiC3S. cuyo ro.maño varía entre O.O I mm
y 025 mm. La cerámica colcha tiene una pas111 complctameme disúnta, con una
iextura tosca y una gran cantidad de inclusiones no plás1kas. Las más ftt>.cuentes
son las inclusiones graníticas. que pueden variar bastante en tamaño de 0.01 mm a
2.0 mm. La pasta de In cenímica colcha es de moderada dureza y contiene granos
ruspersos y solos de mica blanca y negra, además de cuarzo, feldespato y biotita
libres. Muchos moldes han sido alterados y unas bolitas de arcilla están presentes
(Lunt, com. per.s., 1989). I.a superficie de la vasija frecuentemente fue cocida hasta
alcanzar un color rojo o anaranjado.

• Elementos del diseño, color y tratamiento de la superficie


En la cerámica colcha predominan los diseños geométricos. De estos los más comunes
incluyen líneas rectas y ondu ladas, bandas más gruesas, criángulos, rombos y
reliculados. Estos elementos del dise~o parecen ser casi idénticos a los que se
encontraron en la cerámica killke. pe.ro la colcha también muestra un u~o frecuente
de puntos, un diseño rara vez visto en el repertorio killke.

Si bien las cerámicas kilJJ¡e y colcha companen un inventario común de elementos


de diseño geométricos básicos. existen diferencias en la forma en la cual estos y sus
motivos de diseños compuestos son aplicados a la superficie de la vasija cerdlIÚca.
Tanto Rowe (1944: 60) corno Dwyer ( 1971: 104) señalan que los ruseños killke
generalmente fueron aplicados a superficies cerámicas no pigmentadas y
frecuentemente pulidas. La excepción a e.sra regla es el uso ocasional de un engobe
blanco. En contraste con la superficie generalmente sin pigmento de killke, en la
cerdIDica colcha la presencia de un engobe blanco como fondo es un elemento
dominaoce. Debido a esto. su supeñicie rara vez es pulida, a diferencia de killke. El
uso de este engobe blanco y de pigmentos más gruesos en la alfarería colcha produce
contrastes tonales más fuertes de los que se encuentran en la cerámica killke. Además,
el engobe (que da una superficie muy yesosa a los cerámicos colcha) sella la superficie

48
Cerdmka del Prrioda fnrermnfio Tardli>

porosa de las vasi¡as e impide la absorción de los diseños decorativos y la pérdida de


nitide,; de los bordes. frecuentemente observadas en_la alfareríakillke.

Ambos estilo~ cerámicos también difieren en su u:;o selectivo de los colores. En la


cerámica killke son comunes las angostas líneas negras dispuestas en diseños
geométricos y aplicadas directamente a unn superficie cerámica de cok,r pardo o
roSlldo. En la colcha. el ne-gro es usado sólo ocasionalrnenre. Sin embargo, en é.~ta es
mucho más común el uso de líneas marrones mediana o totalmeme oscuras. pintada.,
sobre el engobe blanco. Nnestra muestra asimismo indicó que las anchas banda,
rojas delineadas por líneas negras angostas, una señal clásica de la uadición killke,
no aparecen en la cerámica colcha. En tsta. cuando se usa el rojo. es simplcmcmc
en líneas nngostas. rectas u onduladas.

- formas de las vasijas


No se halló ninguna vasija colcha completa en los trabajos realizados al sur del
Cuzco. En consecuencia. la reconstrucción de sns formas es una tarea difícil y
altamente especulativa. Sin embargo. a panir de losfragmencos recuperados parecería
que vurias de las formas de vasija.~ colchas S(' parecen a las killkc.

Tai.011cs de paredes rectas y curvas


Los fragmentos de tazones colchas de parede.~ te,:tas y curvas son comunes en las
colecciones de Paruro. Los bordes de dichas vasijas por lo general están decorados
con una línea marrón y ocasionalmente roja. Su iotcrior exhibe diverso~ motivou. A
menudo~ usa una o dos línea.~ curvas que corren prualelamentc al bordt (dibujo 2·
18). Otro motívocomúndcl bordees una gruesa línea rnarrónubioodnentre I y 2cm
debajo del borde pintado de la vasija. que corre paralelamente a éste. el espacio
entre ambos puede estar rellenado con reticulado (dibujo 2-l 9A y C-F), triángulos
colgantes (d ibujos 2-l 9B), una linea roja ondulada {dibujo 2-20) o triángulos
concén\ricos (dibujos 2-21A y CJ. Este espacio también puede tener grupos de
delgadas líneas que corren perpendicularmente al borde (dibujos 2-21D y 2-22). LCls
tazones colchas, al igual que los de killke, también pueden tener llamas cstili.t:adas
debajo de estas decoraciones del borde (dibujo 2-21}. Las fotografías 2-9, 2-10 y 2°
11 mucsU'llll algunas combinacione.~ de estos elementos.
[_,as an1igua:r tradir iones alfart!.ra...r de la región <fel Ct1..~C<>

Uno de los d iseños observados con mayorfrecuenci:a en los tazones colcha es parecido,
aunque por lo general no tan bien ejecutado, como uno que encontramos en los
tazones killke. F.ste incluye a cuacro grandes rriángulos colgantes gue están dispuestos
unifom1ementeen tomo al interior de la vasija.J,o:s lados colgantes de los triángulos
están formados con líneas relativamente gruesas y su interior puede tener una serie
de delgadas líneas secu ndarias que corren paralelamente a sus lados y se imersernn
en el ápice (dibujo 2-23). Ocasionalmente se pintan líneas onduladas dentro o entre
estos triángulos. Cuando éstas se dan en parejas están, por lo general, ejecutadas en
rojo y marrón (dibujos 2-24 A-C y 2-25). Los grandes moü,•os de triángulos de los
tazones pueden estar rellenos con reticulados {dibujo 2-24E-P).

Otra decoración frecuenteme.nte hallada en los tazones colchas, pero que no está
muy difund ida e ntre los ejemplos puhlicados de su contraparte killke, consiste e n un
borde pintado seguido por una o dos líneas ondulantes, a men udo pintadas en rojo y
marrón. Debajo de ellas hay una delgada banda marrón que corre paralelamente al
borde. Debajo de la banda hay una serie de grandes rombos entrelazados. Sus lados
están hechos con líneas relativamente gruesas, en tanto qu~ su interior está adomado
con un rcticulado delgado. Una segunda y delgada banda marrón, que corre en
paralelo, parece haber sido dibujada debajo de los romhos entrelazados (dihujo 2-
26). En otros tazon<.>.s puede encontrnrse un dís·e ño similar de banda y rombos
entrelazados, pero en lugar de correr paralelamente al borde de la vasija, aquí c ruzan
de un borde al otro a través del centro del tazón.

Los puntos. un elemento de diseño rara vez encontrado en la cer.\mica killke, son un
componente importante del repertorio de diseños co lchas. Ona única hilera de pumos
o, con mayor frecue ncia, línea~ dobles de puntos aparecen corriendo paralelamcme
al borde pintado de ciertos cazones (fotografía 2-12, dibujo 2-27 A, E-F). También se
puede ve r líneas dobles que descienden hacia el centro del tazón (dibujo 2-27B y 2-
28) o usadas como re.lleno (dibujo 2-27C-D).

Tazones de paredes convergent es


En la~ colecciones realizadas en Colcha no se halló ningún fra,gmcnw de este tipo.

50
Cerámica del Pnriud(l lnrt:rmcdi11 Tardí11

Jarras grandes
En el tranSCUrso de las investigaciones en la pro,'111cil'l de Paruro se recuperaron
,•arios bordes de jarrones colchas. AJ igual que en los kilkc. los bordes internos de las
,·asijas colchas &ecueniemente lucen una gruesa línea oscura o una serie de pequeños
triángulos colgantcS. El borocextemo de las vasija~ está urualmente pintado con uno.
gruesa línea oscura y los cuellos c.stán cubien os con diversos diseños geométricos.
incluyendo rombos reúculados, triángulos rellenos de líneas rojas y negras alternantes,
óvalos con puntos en el centro y orros diseños {dibujo 2-29).

Jarrones de una sola asa


El) la~colecciones de Colcha no hay uno solo de estos jarrones. Su auscocia podrfa
deberse a los pot·os fragmenros reco_gidos ames que a la falta de esta forma en su
inventario cerámico. Para aclarar este punto se requiere de más investigaciones.
Ello. no obstante, es imponanre señalar que ningún fragmento cok ha registrado semeja
las jarras cuello-cara killke. Dado que este subtipo de jarrones de una soln usa es
fácilmente identificable en las colecciones killke, es probable que no exista ningún
paralelo denito del conjunto colcha

Vasos de paredes rectas


Enrre los tiestos colchas se identificaron varios fragmentos de vasos de p=des
reclaS. El motivo más común e.o estas vasijas esrá conformado por bandas horizontale,i:
de rombos ent.rcla:tados y reciculados. Encima y deb:\jo de ello~ hay gruesas líneas
marrones {dibujo 2-30).

Fechado

Acroalmente comamos con dos fechas para la cer..hnica colcha. Una muestra proviene
del sitio de C'corpina, cecea de la confluencia de los ríos Apurimac y Velilk. Las
e.iccavacion~ efectuadas en una e.structuÍ4 doméstica recuperaron carbón de un
nivel de piso que cootcnia cer.unica colcha y que dio ullll fecha de 640 ± 50 AP
([AA 350051 1310±50<1.C.). Lacenímicacolchatambién ha sido hallada mcz.clada
con ceramios killke en el sitio de Tejawasi. en un contexto fechado en 1040 ± 140
d.C.

51
las amiguas tradiciones alfareras de la re:gi<Sn del Cu~co

La relación entre la cer'dlllica killke y la colcha

Las relaciones temporales y espaciales existentes entre ambos estilos del?en ser
examinadas para establecer si ambos conforman una secuencia evolutiva o si son
dos estilos alfareros producidos durante e l mismo periodo. Cualq\liera de escas dos
relaciones posibles puede tenet importantes implicaciones para las investigaciones
arqueológic.a s en la zona del Cuzco. De encontrarse que la cerámica colcha precede
a la killke, podrían presentarse nuevas evidencia.~ para una secuencia del desarrollo
cerámico de este estilo. A Sll vez, el descubrimiento al sur del Cuzco de un precedente
de la alfarería k.illke podría respaldar las lecturas literales de las crónicas que sostienen
q ue los antepasados de 1.o s incas migraron al valle del Cuzco desde la provincia de
Paruro (Brundage 1963: 15-18). También es posi.ble que la ceránúca colcha se haya
desarrollado después de la ki Jll(e y que constituya una tradición alfarera relativamente
tardía de la prehistoria de la región del Cuzco, que ful vez coincidió con la p roducción
de la cerámica incaica.

Una explicación alternativa sería que ambos estilos no conforman una secuencia
evolutiva, sino más bien son contemporáneos. Durante largo tiempo la cerámica
killke ha estado asociada con e.J valle del Cuzco y se ha asumido qoe fue producida
allí. F!S posible que la cerámica colcha re.presente una tradición alfarera sureña,
producida en la provinéia de Paruro al mismo tiempo que la killke. La identificación
de un segundo centro productor de cerámica en la región del Cuzco en el periodo
Killke, pero fuera del valle, permitiría entender mejor la producción y distribución de
los estilos alfareros regiooales en este periodo y podría ser usada para responder a
preguntas vinculadas a la relación entre los incas y otros grupos étnicos regionales,
durante el pe.riodo de formación del Estado.

Resultados de los cateos

En 1987 se realizaron excavaciones de prueba en distintos lugares de la provincia de


Paruro, a fin de desarrollar aún más la secuencia alfarera de la región del Cuzco. Un
tema de particular importancia para este estudio fue la relación cronológica existe nte
e ntre la cerámic.a l<illke y la recientemente descubierta alfarería colcha. Se hicieron
excavaciones de prueba limitadas en sitios m\lltícomponentes de las zonas de

52
Caámica deJ Periodl> J111ennedio Tardí.o

Yaurisque, Paruro, Pacariqtambo y Colcha. Desafortunadamente e ncontrdlllos, al


igual que o tros in"estigadores que trabajan en la región cuzque ña, que la mayoría de
estos sitios estaban malamente perturbados (Kendall 1974). Las actividades
constructivas incaicas, el arado de los sitios durante el transcurso de los siglos por
parte<le la población local y una extensa erosión. bab(an reducido el contenido de los
niveles superiores del suelo a mezclas indifere nciadas que conre.nían cerámica inca,
killke y colcha La naturaleza pe;turbada de estos y otros sitios en la región hace
suponer que la interpretatión dela secuencia alfarera de la tardía prehistoria seguirá
siendo difícil.

La evidencia más concluyente ace rca de la relación en.tre las cerámicas killke y
colcha fue encontrada durante los cateas hechos en Tejahuasi. Este lugar es propiedad
del ayllu de Cucuchiray que tiene su centro en Paruro y se e ncuentra a una altura de
3 200 rnsnm, en una cadena montañosa larga y angosta, inmediatame nte al este del
pueblo de Paruro. Si bien en la supe.rficie no hay restos estructurales visibles, sus
laderas están c ubiertas con densas concentrn.ciones de cénímica.

Una serie de cate(>S, cada uno de los cuales medía 2 por 4 m, fue reafü,ada a lo largo
del lado occidental de.l lugar. La.~ excavaciones pasaron por una zona de arado de 20
c m de profundidad y e ntraron Juego a un depó sito de tie rra compacta, de
aproximadamente 30 cm de p rofundidad. En una de la~ unidades de prueba se
eocontrnron los restos de una pared de piedra y arcilla de baja altura, a una profundidad
de 56 cm. En el lado norte de los cimientos de la pared se identificó un piso de tierra
compacta, pequeños guijarros y piedras planas. Debajo de éste y encima del subsuelo
narural de la cadena se halló un depósito de tierrd compacta de color marrón oscuro,
de 30 cm de profundidad, que contenía cerámica killke y colcha. Una muestra de
carbón de esta capa de suelo compacto marrón oscuro dio un fechado radiocárbónico
de 940 A.P. o 1010 ± 140 d.C., una fecha similar a la q ue Dwyer obtuvo durante su
excavación de materiales killke en .Sacsahuamán, cerca ()el Cuzco.

La secuencia estr.acigrafica de Tejahuasi proporciona información imponante para


establecer fechas provision.a les para la producción de la cerámica killke y colcha. E l
muro de arcilla y piedra y el piso adyaceme representan la última fase de ocupación
del lugar, que data del periodo Inca. Sin embargo. para el análisis resulta de mayor

S3
las antiguas tradkio11es alfaraas de la tegüín del Cuzm

importancia la ausencia de materiales incaicos debajo de la estructura y la clausura,


con la construcción de un piso de piedra y tierra compacta. de un depósito de suelo
al parcce.r preincaico que contenía cerámica killke y colcha. Debe señalar;;e que
estas observaciones provienen de careos, los que no siempre brindan resnhados
definitivos debido a su limitada cobertura. Además, la única fecha radiocarbónica
¡Je.J lugar tiene una gran desviación es.tándar. No obstante, la presencia de cerámica
killke y colcha en un contexto situado debajo de un piso, indica que estos dos estilos
alfareros emparemados pueden haber sido producidos y usados durante el periodo
Killke:'.

Evidencias de superficie procedentes de la prospección

Durante las prospecciones realizadas en la pro1'incia de Parur<> se encontraron 102


lugares con cerámica killke o colcha. De ellos 56 contenían cerámica killke y 79
cerámica colcha. Ambos estilos fueron hallados en 33 de los l 02 sitios. Dado que uu
gran número de asentamientos killke y colchas fueron encontmdos durante la
prospección. es posible realizar análisis estadísticos de ambos f.".stilos.

Los datos procedentes de las excavaciones preliminares de Tejahuasi indican que


la5 cerámicas killke y colcha tal vez constituyen dos estilos contempqráneos. Dado
este hallazg() pr()visional, podemos ahora preguntamos si ambos estilos son el producto
de un único cenu:o de producción alfarera o de dos cemros disti.otos. Si arnbos fueron
producidos en dos centros bastante distantes entre sí (por ejemplo, uno e11 el valle del
Cuzco y el otro en la provincia de Paruro), entonces es probable que sus patrones de
distribución al sur de este valle no sean iguales. Si de otro lado, .los dos escilos fueron
producidos p<>r un único centro, sus patrones de distribución podrían aparecer igualéS
en el registro arqueológico.

Para comparar los patrones de distribución de ambos estilos en la provincia de Paruro,


se calculó la distancia entre cada sitio con cerámica cok.ha o killke y el Cuzco

4 Esta c.:t)m,·Jusión qucd!l rC$JJ!lldada pur la r«·ha de 13 10 ± 50 d.C'. p;.U"a ta ctJ·:iJllit~a .:ütl'h3 r~ur>erada eél
el ~itio di;. Ctoq,ina.

54
Cerámica Mf Prriodo fntmnalio Tarrllr,

(figuras 2-1 y 2-2}'. Las observaciones número del sitio-distancia para killkc y colcha
fueron entonces comparadas matemáticamente con lt1 prueba Kolmogorov-Smimliv,
pW11 determinar si en lll provincia de Paruro estos esti los presentan parrones de
di~tribución similares o no. Los resultados descartaron la hipótesis nula (es10 es que
no hay una diferencia significativa entre ambas muestras) con un nivel de confianza
de 0.05. En otras palabras, esta prueba encontró una difl'tenda significativa enuc
los patrones de distribución de ambos estilos. Este hallazgo respalda lasugl'renc1a de
que e~tos estilos soo el producto de dos centros distintos de producción alfarera.

La suge.rencia de qu.e la cerámica k.illke y la cerámica colcha se originaron en centros


separados puede ser explorada aún más comparando la densidad, e.n la zona de
e~rudio, de los sitios que comicncn ambas. Varios inve~tigadores han examinado la
d1suibución de diversos estilos alfareros desde sus cenuos de disu-Jl>ución o producción.
y varios estudios indican que la incidencia espacial de los estilos cerámicos
frccue,11emente caerá en función de la distancia de la fuente (Hodde:r 1974: Hodder
y Orton 1976; Renfrew 1975: Orton 1980; Amold 1980; Rice L987: 19S-I 99).

La relación matemática entre la dens.idád de los lugares que contienen cerámica


killke y colcha, y su disl8Jlcia del Cuzco, fue examinada en una serie de análisis de
regresión. Si la producción de ambos estilos tenía lugar en el valle del Cuico. entonces
la densidad de los sirios con ellos sera mayor en la parte none de la zona estudiada y
decrecerá. a medida que u.no vaya más hacia e.1 sur y la distancia del Cuzco se
incremente. El análisis de la cerámica killkl' indica que la región de Yaurisque tiene
la mayor densidad de sitios con esta cer<Írnica (figura 2-3). Esta es la parte del (arca
estudiada más cercana al Cuzco. La densidad de los sitios killke cae constantemente
a medida que crece la distancia del Cuz.co6. Desde que Rowe descubriese, a
comienzos de los años cuarenia. esta cer<Írnica cerca a.l Cuzco se ha asumido que
ella fue producida en algún lugar del valle. la relación invcrsa que parett exiStir

5 D:.do que. varios de tus si1ios dcJ periodo killkc:. de la provinci.11 de P11rurn son pequeños y rindieron
colcct"ioncs. limitad:is de deseo$ de superticic. docidí US:lf aquí un.u mcdid:1. de: ambos tipos «r:1mic05 en
término$ de su "prescnci.úaU!lendia", en luwir de discutir los montos rc1ati\'Os: ( o los 1tributos c:sparffi,~,~)
de. c::itvj 1:¡,os en rad4 &lila. Por lo l!'lnto, estos rcsuluidos deben J.ict considerados como provisionoles
mientt:is no se cmprcndun 1nvcstig;;icloncs adidonu.le~ en lo re¡ión. que int·Ju>·~n un progr-runa de
cx,·1\"M'iun~ o g&'l.Q ese:al11 en v;u-io~ ~itlus distin,os y un progi'.1mo cxp¡3n.dfdo de rcc:oJección dcsupcrfk,c
6 fil roe:ficte.nt-c d.: c-orrchu;ión <R> de~ mUC$tJll es de 0.4.

55
las antiguas tradidones alfareras de la regián del Cu:co

entre la densidad de los sitios con dicha ce rámica y su distancia del Cuzco implica
que aquel valle puede realmente habe r sido su centro de producción y d istribución.

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Figura 2. 1. Distancia del Cuzco de sitios con cerámica kil/ke

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Figura 2.2. Disroncia del Cuzco de sitios con cerámica colcha

56
Cerámica del Periodo ln temredio Tardía

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Distancia del Cuzco

Figura 2.3. Densidad de los sitios con cerámica killke y su distancia del Cuzco

Sin embargo, la cerámica colcha presenta un patrón dedistnl>ución bastante distinto


del de killke. Si bien se puede encontrar sitios con ella en las partes más ~¡ norte de
la zona estudiada, cerca del pueblo de Yaurisque así como en los límñtes sureños del
pueblo de Accha, la densidad de los sitios que la tienen es mayor cerca de la comunidad
de Araypallpa. Si la producción de esta cerámica tuvo lugar en o cerca de esta
aldea, la densidad de los sitios que la contenían debería decrecer en función a la
distancia del centro productqr sugerido. Para probar esta hipótesis se calculó la
distancia de Araypallpa a los sitios con cerámica colcha y se la sometió a un amUisis
de regresión (figura 2-4). Los resultados sugieren que la densidad de sitios con esta
cerámica cae rápidamente a medida que la distancia de Araypallpa crece'. Estos
hallazgos respaldan la hipótesis de que.esta zona constiruyóel centro de la producción
y distribución de la cerámica colcha durante el periodo kill.ke. Como se. discutirá
luego, las evidencias etnográficas e biscóricas respaldan dicha conclusión.

7 El coeficie~te de i~orrcJ;tción (R) de esta muestra es de O.7.

57
Las antiguas 1rodirla11.s alfareras de la región del Cuz.co

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Distancia del Aray,pallpi,

Figura 2. 4. Densidad á& los sitios con cerámie:a colcha y su distancia do/ Araypalfpa

Infonnaci6n etnográfica e histórica de la producción de cerámica


en la provincia de Paruro

Los dalos etnográficos preliminares de la provincia deParoro indicwi que la comunidad


de Araypallpa. ubicada jUSto al Sllf del río Apurímac. es la únicu aldeu de la región
que há conservado una 1radici6n de producción alfarera. Actualmente sus pobladores
son mejor conocido:; por sus grandes jarras. no dtcoradas, para ~rmcntar chicha,
que tienen aproximadamente un metro de altura. f:.s1os artículo~. al igual que otros
producidos en Araypallpa, son frecuentemen1e denominados "chillque"". En cada
comunidad de la región estudiada se observó vasijas do chicha de este 1ipo. Los
aldeanos de comunidades tan distantes corno Mollebamba y Yaurisque las siguen
describie,ndo como los recípien1e.s preferidos para guardar chicha y varios infonnan1es
señalaron que sus vasijas tenían más de tres generacione.s de amigUedacl. Además,
los informantes más viejos frecuenteme.nte recordaban los arduos viajes de dos o
tres días que emprendieron cuando jóvenes para uansportar las vasijas de.sde
Araypallpa hasta su comunidad. &ta información etnográfica, que indica que esa

S =nic SUSC$1ud1os ctnoirffic:cs •• Paruro y Colcha, Poole cJc.,cubnóCQ'll va,,j¡a ¡11odue1da en el pu,eblo
de A<>)l"I)~ que ,iguc licndo runplbm<,¡icusadacn las fios<i,CI! 13 v,n:i el,: P:uu,o. Ladcxribcromo
un "tnñn de. Ctr:tm1c:. redondo y )in plnlllr. con una...a sut1WDcn~ pequcft:s. que :solamente es fabricado
•• i. comunid~ de 1\rllypallpa y se: us• a..do más en °"""'ID y en c:-arn:,vlllco" ( 1984: 293), Al p<cgimur
por qui' •e lo ll•m•b• "chlllquc" (o "ch'ellqe") se le dijo que "porqu,o fue bccbotn Aroyp>Dpo" t 1984.
46~)

58
Cerámica del Period.a lmennedio Tardío

aldea fue un centro reg ional productor de cerámica amptiameme reconocido hasta
mediados del siglo XX, respalda la ~-ugerencia de que también puede haber sido un
importante centro productor de alfarería e n un pasado más distante.

En documentos .coloniales se conservan aún más evidencias que respaldan la


proposición de que los aldeanos de Araypallpa fueron alfare.ros importantes antes y
durante la conquista española El nombre de "chi!Jque'' fue aplicado al grupo de
incas de privilegio q ne ocupaban la zona al sur del río Apurímac d urdl1te las fases
tardías de la prehistoria y la temprana historia. El centro de este grupo étnico fue la
comunidad de Araypallpa (Poole 1984: 468). Actualmente se aplica la denominación
de "chillquc" a las vasijas fabricadas en esta misma aldea. Parecieca así existir un
vínculo ideotificablc entre la producción de cerámica e n esta zona al sur del río
Apurímac y los incas de pcivilegio chillques que vivieron en dicha región. Este vínculo
fue explicitado por el cronista indio Guamán Poma de Ayala, en una descripción de.
la naturaleza de los diversos incas de privilegio en la región cuzqueña:

En la ley de los Yngas se ordenaua para ser rrey, Capa<: Apo Ynga.
Yltga no quiere dezirdezir [sic] rrey sino que ynga ay gente uaja como
Chilque ynga ollero; Acos y11ga enbustcro. Uarocynga l/ulla Uaroc
mentiroso(...) (Guamán Poma: deAyala 1980[1615:1 17-118]: 96).

En suma, sobre la base de los resultados preliminares del estudio de la distribución de


la cerámica en la provincia de Paruro y a la luz de datos e1nogníficos e histó ricos qne
complementan los hallazgos de la prospección arqueológica. parecierdl1 existir fue.rtes
evidencias para sugerir que Araypallpa fue el centro productor de la cerámica colcha
durante el periodo Killke.

Resumen y discusión

Las investigaciones arqueológicas en la provincia de Paruw han documemado la


difoñdida presencia de la cerámica killke y de un nuevo estilo alfarero denominado
"colcha" . Ambos son estilísticamente similares y comparten un repertorio común de
elementos de dise ño geométrico y formas de vasijas. Difieren, sin embargo, en la

59
Las a111iguas tradicwnes alfareras de la región del Cuzco

composición de la pasta, así como en algunos motivos de diseño. en los colores y en


las técnicas de aplicación.

En la zona en donde se Jlevó a cabo la prospección se hiciemn eateos para establecer


la relación cronológica existente entre ambos estilos. Las excavaciones efectuadas
en Tejahuasi encontraron a ambos en un comexto sellado que databa de IO1O± 140
d.C. La rec uperación de ambos estilos dentro de un único contexto no perturbado
brinda una evidencia adicional que sugiere que ambos {ucron usados al mismo ticmp<i'.

Los sitios con cerámica killke e.stán concentrados en los confines norteños de la
zona estudiada cerca al Cuzco y su número disminuye a medida que uno pasa hacia
el sur. No obstante, se ha encontrado cerámica killke en 1erritorio chillque, cerca de
la comunidad de Araypallpa, así como en los límites sureños de la zona estudiada, en
la zona de Accha. También se na observado que la p resencia de la cerámica colcha
disminuye al crecer la distancia de la aldea deAraypallpa. Con todo, se identificaron
muestras de dicho estilo en varias col'ecc.iones de superficie de Jugares tan al norte
como el vaJJe del rfo Yaurisque y en los confines sureños del áre.a estudiada, en la
comunidad de Accba 'º· Así, a panir de los datos procedemes de la prospección
arqueológica presentados en este capítulo, e~ posible concluir que la cerámica killke
puede haber sido producida en el valle del Cuzco y basándose en datos arqueológicos,
etnográficos e, históricos, parece probable que la colcha fuese fabricada por los
miembros del grupo émico chiUque, en la región de Araypallpa. Sin embargo, los
mecanismos sociales mediante los cuales la cerámie.a y/o los alfareros mismos e ran
trocados o intercambiados quedan por ser investigados. una vez que más
investigaciones arqueológicas e históricas hayan sido completadas en la región.

9 P..ara información adicional sobre la c:cr6mi<.·a killke y los gropos étnicos regionales. asi como el
surgimiento del Estado im.:a. véa.sc a Bauer (1992.a. 1996).
10 Luis Barreda rvtucillo (com. pets., J990) recuperó dos vasijas c.oJc:has c-asi coroplc1as durante lai:
cxeav.:iciones en \VimpiUa)~en las afueras de la ciud¡¡d del Cuz.co.

60
C'crtínzica del Periodo J,uermed iu Tardío
- -- - - - -

Estilos cerámicos del periodo Killke y los grupos étnicos regionales

Las evidencias históricas sugieren queel valle del Cuzco y la región inmediat11Jnente
al $ Uf estuvieron poblados por cuatro _grupos étnicos distintos. cuando menos. Los
incas controlaban el extremo norte del valle del Cuzco, mientras que los chillques
vivían en la región al sur del ño Apurímac, cerca de las actuales comunidades de
Araypallpa y Colcha, y ral vez controlaron partes de Paruro y Ccochirhuay. Los
mascas y tambos estovi·eron ubicados en las zonas de Yaurisque y Pacariqtambo,
entre los chillques al sur y los incas por el norte. Los primeros estuvieron concentrados
alrededor de Yaurisque y tal vez dominaron áreas tan al sur de Paruro y al oeste
como Huanoguite, mientras que los tambos parecen haber tenido su centro en y
alrededor de la zona de Pacariqtambo (Bauer 1992a, 1996). Los cbillques, mascas y
tambos simplemente eran tres de los muchos grupos que rodeaban a la capital incaica,
a los cuales se puede dar el nombre colectivo de incas de privilegio.

La identificación de dos estilos alfareros contemporáneos., producidos en la región


durdDte el periodo Killke en la zona inmediatamente al sur del Cuzco, plantea una
importante pregunta: ¿es.posible identificar los límites exactos de los grupos étnicos
de la región a través de la distribución de dichos estilos alfareros? Si los límites
territoriales de incas, chillques, mascas y tambos fueron factores impo¡tantes para la
distribución de la cerámíca killke y colcha, entonces podría esperarse que. las curvas
de densidad de ambos tipos alfareros m\1estrcn una serie de "mesetas y ondul.aciones"
que reflejen el intercambio.de vasijas de cerámica en y a través de los territorios
étnicos (Hodder 1980: 152). De 01ro lado, si las diversas frooceras étnicas de la
región no afectaron la distribución de los materiales cerámicos k.illkes y/o colchas,
entonces la densidad de los sitios con estos tipos cecámicos simplemente caerá a
medida que se incremente la distancia de sus fuentes de producción. El análisis de
los datos prel iminares procedentes de la prospección arqueológica de la provincia de
Paruro indica que la densidad de los sitios con dichos estilos muestra curvas de caída
relativamente constantes e ininterrumpidas a partir de. sus centros de producción
propuestos. Estos hallazgos sugieren que los incas del valle del Cuzco y los chillques
de Arnypállpa usaron cerámica producida eu su propio territorio, principal aunque no
exclusivamente. La prospección arqueológica ha registrado que ambos estilos alfareros
estuvieron distribuidos a lo largo de los territorios dé mascas y tambos y que cada

61
Las amiguas rradiciones alfareras de Úl región del Cuzco

uno de ellos parece haber ingresado en la.zona productiva opuesta co menor medida.
El hallazg<i de ambos estilos eo los territorios de los cuatro grupos émicos que vivieron
en el Cuzco e inmediacamence al sur, implica que las fronteras de dichos grupos nó
fueron características decisivas parn su distribución; en términos arqueológicos, los
estilos alfareros de la región del Cuzco no parecen reflejar elementos a partir de los
cuales podrfa inferirse una ident.idad émica.

Los estilos alfareros del periodo Ki.llke y el surgimiento del Estado incaico

Si bien la distribución al sur del Cuzco de los es:tilós cenúnicos .killke y afmes no
puede ser usada para identificar las fronteras de los distintos grupos de incas de
privilegio, sus patrones de distribución y métodos de fabricación pueden proporcionar
importantes percepciones de la cronología y el modo en que apareció el Estado en la
región del Cuzco. El uso de elementos de diseño y motivos casi idénticos en la
cerámica ldJJke y afines, como la colcha, sugiere que un fuerte contac.10 social exist.íó
eotre los diversos centros productores de cerámica. Aden1.ás, la supecposición de las
redes de distribución de ambos tipos de cerámica implica que durante el periodo
Killke un aleo nivel de comercio e intercambio existió entre los diversos grupos de
incas de privilegio. A partir de estos patrones superpuestos de distribución alfarera y
sus líneas de comunicación asociadas, puede proponerse tentativamente que en la
región del Cuzco el periodo Killke escuvp tipificado por la armonía y el intercambio
regional. Esta image.n de armonía regioóa\ se contrapone a la generalmente aceptada
de un periodo preincaico o.Killke signado por los coofüctos y la competencia regional
y requiere de mayores investigaciones.

Si bien la cerámica killke y la colcha parecen ser estilíSticamente similares y comparten


redes de distribución superpuestas, los rangos de distribución de ambos esti.los a
partir de sus centros de producción son marcadamen.ce distintos. El radio de distribu~ión
de la cerámica colcha parece ser de aproximadamente 25 km aéreos desde su zona
de producción (figura 2-2). Esto resulta sumamente limitado en comparación con el
rango de distribución de la cer.imica killke; que se extiende sobre más de 60 km
aéreos desde el valle del Cuzco (figura 2- l.). El radio de distribución más grande de
este último estilo, en comparación con el de colcha, podría ser de cierta imponancia.
A partir de estas observaciones es posible sugerir que durante el periodo Killke las

62
Cerámica del Periodo lntemu:dio Tardío

relaciones de intercambio regionales ya habían comenzado a desarroJJarun eje Cuzco--


céntrico y que, durante este mismo periodo, el valle del Cuzco podña haber estado
surgiendo como un centro de producción regional.

En los atributos tecnológicos de la producción de la cerámica killke pueden observarse


aún más indicios de la autoridad regional centralizada que estaba desarroJJándose en
el valle del Cuzco. Por ejemplo, esta cer.ímica es ligeramente más sofisticada eo la
complejidad de las decoraciones y de la pasta que cualquier otro estilo regional
cuzqueño. Además, su amplia distribución sugiere que era producida en mayor
cantidad que cualquier otro estilo añn suyo. La aparición en el valle del Cuzco de lo
que parece ser una producción artesanal a gran escala tal vez refleje el desarrollo,
en el periodo Killke, de personal especializado en lá producción de cerámica a tiempo
t,ompleto. Si bien la mayor calidad y cantidad producida no necesariamente indican
que hubo un alto grado de organización sociopolítica en el valle del Cuzco, cuando
estas evidencias se combinan con la infonnación relacionada con la distribución.de
la cerám.ica killke ellas sugieren que, para ese entonces, el valle del Cuzco era ya un
centro regional de intercambio y tal vez también de autoridad.

Los patrones de distribución cerámica al surde! Cuzco durante el periodo K.illke muestran
tal vez aún más evidencias de relaciones de intercambio regionales que indicarían la
unificación de la región bajo una única autoridad política, coo base en el Cuzco. Las
prospecciones regionales sistemáticas efectuadas en Accha, a 52 km por vía aérea del
Cuzco, revelaron una ligera presencia de la cerámica killke. Cuatro días de trabajo de
prospección en la zona más sureña de Omacha, a aproximadamente 70 km por vía
aérea del Cuzco, no encontraron ninguna evidencia de ella, lo que sugiere que el espacio
entre ambas localidades marca la frontera de la distribución de la cerámica killke al sur
del Cuzco. Las crónicas sugieren que esta misma región también constituyó el límite
extremo de los incas de privilegio. La aparente correlación entre la distribución de. la
cerámica killke y la distribución de los gropos asimilados al imperio incaico como incas
de privilegio indica que tal vez durame la fase de desarrollo del Estado unas redes
distnbutivas Cuzco-céntricas unieron a este lugar con los grupos étnicos ci.= vecinos.

Si el Cuzco surgió como un poder dominante en la región durante el periodo KiUke,


con un nivel de organii.ación política y social no superado por otros grupos étnicos de

63
Las a,u;guas tradki;J11es alfareras dt: /u regití11 del Cuzco.
------

la zona, es entonces posible que su alto estatus s:e reflejara en los distintos diseños
alfareros que los incas produjeron. Hay evidencias provisionales·que sugieren que
esto podría haberse dado. F..n la tradición cerámicak:illke, una figura altamente estilizada
es frecuememente mtratada en las jarras de una sola asa (fotografía 2-8, dibujo 2-
13). Ella puede ser identificada púr una serie de motivos estandarizados, que
comprenden: (1) un tocado (chu.llo) representado a través de una serie de bandas
anchas dispuestas a distancias iguales, delineadas a cada lado por dos o tr~.s lín~.as
angostas. que se encuentra en el borde de la vasij a y en la parte del borde superior;
(2) un motivo de vlncha que aparece con mayor frecuencia como una hilera de
triángulos concéntricos y (3) una serie de rombos o triángulos entrelazados en las
mejillas de la figura. La cond.ición humana de ésta contrasta con el panteón de figur.i.s
mítico-rel ig iosas retratadas en las tradiciones alfareras más tempranas que se han
encontrado en el Cuzco, como wari (McEwan 1987). El tocado estandarizado, la
vincha compleja y las mejillas pintadas sugieren emblemas de poder y autoridad. La
aparición de esta figura estili7.ada durante el periodo Killke y la conspicua ausencia
de otras figuras en las vasijas de dicho estilo sugieren que tal vez sea una represema-
ción simbólica de un gobernante o gropo de elite institucionalizad(>. Su aparición en la
cerámica que se piensa fue manufacturada dentro del valle del Cuzco, insinúa la
posibilidad de que la institución del "Inca" como gobernante supremo o una clase
social dominante hubiese comenzado a cristalizar ya para este periodo. Si bien es
cierto que resulta extremadamente especulativo sugerir que ciertos diseños alfareros
pueden de algún modo reflej.a r e·l orden sociopolítico que los produjo, la aparición en
la cerámica killke de esta figura que pareciera ser un rey, du(ante d periodo de la
temprana formación estatal, sí coincide con otras conclus:iones preliminares extraídas
de los datos de distribución cerámica.

En el modelo tradicional de la fonnación del F.stado en la región del Cuico, que las
c rónicas españolas presentan y varios etnohistor:iadores y arqueólogos aceptan, .el
periodo Killke queda caracterizado como uno de feroces conflictos regionales, un
mundo volátil de incursiones, formaciones políticas competidoras y fragmentación
política. Este modelo tradic.ional sugiere que ern esta región la un.idad política y
económica fue alcanzada sólo después de la victo.ria de Pachacuti Inca Yupanqui en
la mito-histórica guerra con los chancas. Sin e.mbargú, las e videncias arqueológicas
presentadas e n este capítulo, relacionadas a la producción de cerámica en la provincia

64
Cerámira del Periodo Int,•mredio Tardío

de Paruro en dicho periodo, no coinciden con nuestras expectativas de un paisaje


social fragmentado y competitivo. En lugar de ello se sugiere que, en vez de ser una
época de conflictos regionales, este periodo estuvo caracterizado por un amplio
intercambio regional. En lugar de competir con otros grupos, los incas tal vez ya
dominaban las organizaciones políticas y sociales locales de Ja región. Además, ellos
tal vez unificaron la wna del Cuzco, que para este mismo momento podría haber sido
ya el centro de una influencia económica y tal vez política. Eo otras palabras, es
posible que la unificación de laregión no se haya dado simplemente durante el periodo
Killke, sino que ella haya tenido lugar específicamente bajo el dominio incaico. Es
además posible que en este periodo esiuviesen formándose, o ya existiesen, las
relaciones jerárquicas que los gobernantes del Cuzco mantendrían sobre los miembros
de los restantes grupos regionales en el momento de la conquista española.

65
3

CERÁMICA DEL
HORIZONTE MEDIO

(550-1000 D. C.)
E1 Horizon1eMedio cubre un gran periodo en el cual buena parte- de la sielTll ccnlilll
y sur-ccmrnl cayó bajo el con1tol de dos grandes estados. Wari y Tiwanaku. Las
investigaciones actuales sugieren que Wuri comen7.ó a expandirse desde su base de
poder tradicional en la región dtl Ayacucho. Perú, alrededor de 550 d.C. Las
excavaciones en los si1ios waris fuera de dicha región indícan que esa expansión
estaw.l prosiguió hasta por lo menos 850 d.C., después de lo cual el Estado parece
haber colapsado. Se sabe menos del desarrollo de Tiwanaku, sin embargo parece
que para JOOd.C. laciudad del mismo nombre, situndacercade la orillu !.Uduec1dem:nl
del lago ºliticaca. en Bolivia, tenía una importancia considerable. La expan,ión de
Tiwanaku podría haberse iniciado altedcdor de 500 d.C. y haberse agotado, al igual
que Wari, hacia el final del primer milenio (Kolata 1993: 85-86).

Hace 1iempo que los investigadores han notado la presencia de materiales dr esti lo
wari en In región cuzqueña y por lo genero! se acepta que Wari controló el valle del
Cuzco durant,· varios siglos {McEwan 1987, 1989, 1991). F.o; má.<, cuando Rowe
estableció la primera secuencia alfarera parn el Cuico en 1956 se dio cu~DUI de que
las culturas lot.-ales de la región debieron b.iber producido cerámica durante la
ocupación wari y que algunos de estos CSlilos deben haber sido influidos por las
lntdiciones alfareras waris. Uno de estos estilos locales afín a wari fue identifkado
y llamado .;lucre" por Chávez Bailón (Rowe 1956: 142; McEwan 1989: 55). Dicho
e_stilil sigue mal comprendido y sólo se han publicado unos cuantos ejemplos dcl
mismo (McEwan 1984: 13, 15; 1987: 58. 102-104)1• La cerámica de In províncíu de

D<bc :rclWMsc que mmo Chlhv Ballóa .,...., Bonc<Lt Murmo Uomaroo •1uc1c- • 4uún11,s Cilllo<

69
Utr amiguas rradit·ione.< llifllrera.< de la región del Cuzco

Paruro ha ayudado a definir otros estilos que fueron manufacturados en la región del
Cuzco dltmnte el Horizonte Medio, enrre ellos arahuay, qotakalli' y ccoipa.

Cerámica wari y de estilo wari

La influencia wari en la región puede ioforirse a partir de la presencia, en el registro


arqueológico, de cerámica wari, de esti lo waJi y emparentada con aquella. E.~ necesario
definir y explicar estos tres términos antes de iniciar un análisis de los materiales de
Paruro. Pata los fines del preseme estudio, ia "cerámica wari" está caracterizada
como la alfarería que iealmente fue producida en la zona de Ayacucho y fue luego
importada a la región del Cuzco. Ella comprende los eslilos ayacuchanos de
cbakipampa, <¡eros, viñaque y robles moqo (Knobloch 199 1; Glowack i 1996). !.,a
"cerámica de esti lo wari" está defin.ida como los e_sti los alfareros que imitan a uno
delos estilos wari arriba mencionados, pero que no fueron producidos en la región de
Ayacucho. Un ejemplo de ello es la cerámica de estilo ocros de Pikillacta (Knobloch
1991: 253-254), la cual imita la cerámica ocros de la tierra natal wari pero fue
p.resumiblememe producida en la región del Cuzco. Otro ejemplo es el esti.lo arahuay,
coy a base estuvo en el Cuzco, que p~~cc imitar la cei:ámica huamaoga de Ayacucho.
Estos ceramios también han sido llamados "wa¡i cuzqueño". Por último, la "cerámica
emparentada con wari" comprende los estilos alfareros influidos por la cerámica
wari pero que no la imitan directamente.

La-influencia wari en la región del Cuzco fue sugerida por vez primera por Toeodore
D. McCown y Rowe a comienzos de la década de 1940 (Rowe 1944: 53). Ella fue
confirmada por Chávez Bailón y Rowe a comienzos de los años cincuenta en el
1ranscurso de su revisión de colecciones procedentes de excavaciones y de superficie
de varios yacimientos arqueológicos ubicados al este de la ciudad del Cuz.co (Rowe
1956; 142). La infomiación más importante provino de Batán Orco, una pequeña

ccrámiC'os de 1-arcgióndel Cuu:o. Scgtín Rowc ( l956; l42), el de(~havé¿H.:sllón es on estilocroparen1$dc>


con \vari. en t~to que el de B3rrcda Murillo (J973, 1991 ) t':Slá re1ac.ionádú con kilt"kc:.
2 La~ actuale~ in"enigacioncs sugieren que la ccrámira qolakalti fue produdda desde el t.:udío Periodo
lntcrmcdjo Temprano hasta el tardio Horizoalc ~1cdio. En el ca_pítu1o 4 so pres<.:nta uaa descripdón d<::
ese estilo

70
Ce.rdmi.ca ·de/ l/01iwn1c Medio

c<¡lina que se adentra en el valle del río Vilcanota, cerca del pueblo de Huaro {Reichlen
l 954; Rowe 1956: 142). El descubrimiento, e n 1952 por parte de unos saqueadores,
de una tumba de e.lite en este lagar a trajo la atención de los funcionarios c uzqueños
y del público e n general (Comercio l 952a-k: Reichlen 1954). Chávez BaJ16n (com.
pers., 1990) excavó allí ese mismo año pero sus colecciones fueron destmiclas antes
de que pud iera completar sus análisis. Barreda Murillo ( 1973) efectuó otras
excavaciones en Batán Orco en 1952, en tanto que Panerson y Rowe hideron
colecciones de superficie allí en la década de 1960 (Pa tterson 1967). Los hallazgos
hechos en Batán Orco fueron inicialmente clasificado~ como emparentados con
Tiwanaku (Reic hlen 1954). No obstante, un e xamen más detenido de los mate riales,
por parte de Chávez Bailón y Rowe, sugirió una relación más estrecha con Wañ -el
Estado ayacuchano- q ue con 1íwanaku. Esta conclusión queda respaldada por las
re.cientes investigaciones de Zapata en Batán Orco (1997), que. descubrieron un
cementerio de elite con numerosas vasijas e mparentadas con wa.ri .

El cemro de influencia wari en la región cuzqueña fuePikillacta, siruado en l.a c uenca


de Lucre a aproximadamente 30 km al este de la ciudad del Cuzco. Este yacimiento
bien conservado fue visitado por Cieza de León (1976: 261 (155 1: la Pte., Cap. 97))
apoco de la invasión europea y, siglos más tarde, por Squier ( 1877: 419-422), quien
comentó su gran tamaño y evidente .antigüedad'. Entre las muchas características
notables de Pikillacta se e ncuentran muros que alguna vez cu vieron 5 m de altura y
una zona central de estructuras con un área aproximada de 500 000 m'. El sitio está
co:nstn1ido con un impresionante sistema de retícula que contiene más de 700 edificios
individuales (McEwan 1987: 24: 199 l: 9J) .

El saqueo del lugar a comien2os de la década de 1920 hizo que se descubrieran dos
depósitos de figurillas de turquesa que han sido el tema de un reciente estudio dé
Anita Cook (I 992). Varias personas han investigado el Íugar, incluyendo a llarth-
Terré (1959), iianders ( 1973) y Barreda Murillo (1973, 1991) . Las rt'cientes
investigaciones realizadas por McEwan (1983, 1984, I98i, 1991) en PikiUacta se

3 Tao10 Ci~ c-0mo Squier ilamaron t•~1uyna" n Piklllacta. Squic:r { 1877: J 19-422) lJtUTió «P:iqojlh,t~ti'l"
a l:i portada inc.aic.a del \<'illlc dc.1 Cu.u-o ~c;tu'11'mcnte denominado "·Rum( (,~olea". ('ie1.a { 1976: 2Q 1
[ 1551. la Pte., C:ip. 9·¡¡) menciona cst::i port.1d-<A pero no <l.:t su nombre

71
Las anliguas lta(liciOJJt:S alfatt:ra.t de la región ,ltd Cutcu
-~~~~~~~~~~~~~~~~~

ban plasmado en un plano del lugar. Según él, éste muy probablemente fue el centro
administrativo provincial sureño del imperio wari y fue mamenido por comunidades
satéliles de la <alenca de Lucre. Sus excavaciones· eo Pikillacta y en los basureros
fuera de los macizos muros de la ciudad indican que sus ocupantes usa(On distintos
tipos de ceramios waris, de estilo wari y emparentados con él (Knobloch 1991: 253;
Glowacki J996), a~í como unas cuantas vasijas exóticas imponadas desde Nazca y
Cajamarca (l'v!cEwan 1990; Glowacki 1996). Sin embargo, la mayoría de las vasijas
decoradas de este lugar pueden ser caracterizadas e.orno de estilo O<ToS, el cual se
distingue por un engobe anaranjado claro (Knobloch 1991: 25.,; Glowacki 1996).

Un detallado análisis de ta cerámica de Pikillacta acaba de ser completado por Mary


Glowacki ( 1996). Ella presenta una base alfarera con la cual se pueden comparar
otros ceramios de estilo wari o emparentados con wari, procede-mes de otros lugares
e.n la región del Cuzco. En su estudio Glowacki también disc.uce varios de los e.stilos
aquí presentados y expone su parecer sobre su secuencia evolutiva.

Piki llacta noes el ilnico Jugaren la región del Cuzco donde se han hallado materiales
wati y de dicho estilo. Chokepuquio, u.nos 2 km al .oeste de Píkillacta, contiene Wta
serie de estructuras macizas y cerámica de estilo wari (Gihaja Oviedo 1973, 1983:
McEwan 1983, 1984, 1987). McEwan (1984, 1987) también halló una serie de
pequei\os sitios en la cuenca de Lucre con cerámica wari y de eslilo wati. Otros
investigadores reportan baber encontrad() materiales de este esti lo en otras partes
de la región del Cuzco. Entre ellos se encuentran los de Batán Orcú, a 12 km al
sudeste de Pikillacra, y Ccotococoyoc, cerca de U reos. Hay otros lugares con estos
materiales en los vecinos valles de Andahuaylillas y Huaru (Zapata 1997). Es más,
la cerán1ica de e~tilo wari ha sido encontrada cerca de la ciudad del Cuzco, en
Coripata (Zapata, com. pers., 1991), Arahuay (Torres Poblete 1989), Aqomoqo,
Qotakalli y Wimpillay (Espinoza Martínez 1983), al oeste del Cuzco, en la pampa de
Anta4 y al sur en la provincia de Paruro (Bauer J992a. 1996) .

..: En 19921.i Casa de G:.uc.ik1so tcní;i en exhibic;ión varios f¡ag;inentos de cCr:imica wari recogidos en la.
pmtp~ de Anta. ·

72
Cerámica del Horizonte Medw

También se han reportado materiales wari y de estilo wari en otras partes del
departamento del Cuzco. Rowe y sus colegas encontraron cer.l.mica de este estilo
en varios lugares cerca de Sicuani (Rowe 1956: 142- 144). Sergio (1lávez ()985.
1987) reporta una colección compleja de 14.1 objetos de metal de eslilo wari en la
zona de Pomacanchi. Dentro de esia colección había dos vasijas de cerámica, una
de las cuales fue clasificada por S. Chávez (1987: 8) como chakipampa B; la otra
parece ser de un estilo local. Las excavaciones realizadas :por Wilbert San Román
(,una (1979, 1983) en K'ullupata, en Pomacanchi, dieron varios artefactos de estilo
wari. Otros hallazgos aislados de este estilo fueron recuperados aún más al sudeste
del Cuzco por S. Chávez (1987, J988) y Lantaron Pfoccori (1988) en la provincia de
Chumbivílcas y en la de Espinar por Meddens (1989).

A pesar de la creciente 1oma de conciencia de la importancia que la influencia wari


tuvo en la reg.ión del Cuzco, son pocos los ejemplos de artefactos waris o de este
estilo que hayan sido publicados. Entre las muestras actualmente disponibles contamos
con las excavaciones de McEwan (1983, 1984, 1987, 1.991) y Barreda Murrillo (1973,
1991) e.n Pikiltacta, los materiales de Espinoza Martínez ( 1983) de Aqomoqo, los
trabajos de Torres Poblete ( 1989) en Atabuay, así como los de Cháv-e-¿ (1987, 1988)
y San Román Luna (1979, 1983) en Pomacanchi. Sin embargo, debe señalarse que
el estudio realizado por S. Chávez (1987: 17) de una gran coJe.c<:ión de objetos
metálicos de estilo wari, recuperados en la provincia de Pomacanchi, sugiere que
dichos objetos podrian también estar reflejando cierta influencia de Tiwanaku. Es
más, S. Chávez señala haber hallado un vaso de estilo wari provincial en Chumbivilcas
que. asimismo, muestra cienos rasg.os tiwanakus. Estos hallazgos enfatizan la idea
de que casi con toda seguridad hubo personas que viv'ían en zonas tradicionales,
como las elevadas regiones altiplánicas al sur del Cuzco, que no fueron controladas
directamente ni por Wari ni por Tiwanaku, pero que sí fueron influidas por dichos
estados emergentes.

Cerámica de estilo ocros de Ja provincia de Paruro

Las investigaciones realizadas en la provincia de Paruro registrarQn ejemplos de


diversos ceramiós de estilo wari en nueve sitios. En todos salvo en uno de el.los, los

73
Las amiguas 1radicio11es alfareras de la re¡:frín del Cuzco

materiales de dicho estilo constituían un porcentaje extremadamente ~ueño de los


inventarios alfareros (por lo general e ntre uno y cuatro tiestos de estilo wari por
sitio). La excepción fue Muyo Roqo (432). ubicado en la ladera de una montaña
inmediatamente al oeste del pueblo de Paruro. Las colecciones de superficie de este
pequeño lugar, que mide aproximadamente 50 x 50 rn, reunieron un gran número de
fragmentos de estilo ocros. Los cateos hechos en el lugar permitieron hal.larcientos
de más pedaz.os de cerámica, así como casi 2 000 hue$OS fragm.ent,1dos de carnélidos.
Como este Jugar es excepcional, sus restos alfareros ser<Íl1 examinados aquf'.

Descripción

• Pasta
La pasta de la cerámica de estilo ocros recuperada e n Muyo Roqo es de textura fina
e inclu ye uoa cantidad moderada de diminutas inclusiones que cambian de color,
desde blanco a gris oscuro. La pasta varía de un anaranjado claro a un rojo ladrillo
oscuro, o a veces es un negro opaco debido a su cocción en una atmósfera reducidora
de oxígeno,

- Formas de las vasijas, elementos del diseño1 color y tratamiento de la


superficie
Las partes interna y externa de los materiales de estilo ocros de Muyu Roqo están
cubiertas con un delgado engobe. Ambas partes fueron cuidadosamente pulidas.
Toda la parte. externa de los vasos y aproximadamente la tercera parte s uperior de la
parte interna tarobiéo estáo pulidas. La porción interna de los tazones y ocasional-
mente la externa, así como las partes del labio supei:ior de los vasos, ·están pintadas
de color rojo (Munsell 2.5YR 5/6) o con lo que podríamos llamar un anaranjado
claro. Los diseños dibujados encima de este fondo rojo (anaranjado claro) fueron
pintados encima de las vasijas con un cuidado considerable.

Como se discutirá luego con mayor detenimiento, las piezas pintadas de estilo ocros
procedentes de Paruro mue.s tran un número limitado de elementos y motivos de

5 Vé::ise en Glowacki ( 1996) una compar3ción de la et.rámica muyu roqo con Jade Pik:iUacta.

74
Cerámica del llorizome Medio

diseño y los primeros, así como las formas de las vasijas en la colección, son uniformes.
Los elementos más comunes en los vasos son las bandas horizontales que pueden
estar pintadas o bien con un color sólido o contener una retícula que usualmente es
blanca. Los tazones, de orto lado, están frecuentemente decorados con rectángulos
colgantes de diversos colores, diseños enlazados o triángulos dependientes reticnlados.

Una amplia gama de colores fue usada en estos materiales, incluyendo crema (o
blanco), amarillo (o anaranjado), gris y marrón. También se usó el negro, pero sólo
en líneas delgadas que o bien delinean las bandas y elementos colgantes, o pasan (en
los tazones) a través del centro de los rectángulos colgante-~.

Además de tiestos pintados, las colecciones de superficie y excavaciones de Muyu


Roqo reunieron un gran número de fragmentos d.e vasos negros incisos, decorados
con bandas horizontales y círculos incisos. No se b.a:reportado vasos incisos simil¡u-es
en gran cantidad en.ningún otro sitio de la zona del Cu.z.co donde se haya encontrado
materiales wari, de estilo wari o emparentados con éste.

Resultados de los cateos

Los materiales de supedicie recogidos en Muyu Roqo fueron marcadameme distintos


de aquellos recuperados en cualquier otro yacimiento arqueológico de la región
explorada. En lugar de brindar apenas unos cuantos artefactos de estilo wari o, lo
que era más común, ninguno en dicho estilo, las laderas de esta pequeña repisa
montañosa arrojaron un número sin precedentes de materiales de estilo ocros de
calidad relativamente alta. Aquí se hicieron cateos en 1987 para comprender mejor
la naturaleza de este lugar inusual. Dichas exca.vaciones no produjeron evidencia
alguna de restos estratificados, aunque sí rindieron un gran número de fragmentos
de cerámica (más de 1 000) y de restos (más de 1 900) de mamíferos grandes (muy
probablemente caroélidos)6. Si bien algunas aisladas piezas de estilo chakipampa y
fragrnentosqotakallis fueron identificados en la colección procedente de la excavación,
la inmensa mayoría de los fragmentos procedfa de vasijas de estilo ocros.

6 En esta cuenta se incluyen ·todos tos fragmencos de hueso idc más de 2 cm dé l.ugo.

75
la.s a111ig11as r,a,fici0/1es. alfareras de. la. región del Cuzco
------

Las formas de las vasijas identificadas en el inventario muyu roqo son limitadas. Se
halló un pequeño número de razones de paredes convergentes, hechos con pasta
naranja o negra (dibujo 3-1), así como los restos de algunas jarras domésticas. El
resto de las vasijas que se podía reconstruir eran razones<; de paredes rectas divergentes
y altas copas, estas últimas estaban o bien pintadas o si no incisas.

Los tazones de paredes divergentes y rectas de Muyu Roqo tien<;-.n base plana. El
ángulo del borde es bastante constante y tiene labios finamente redondeados pero
ligeramente.adelgazados. Ellos ocasionalmente están aplanados en lo que parecieran
ser grandes tazones. La parte externa de los mismos no está decorada, fuera de
estar pintados ocasionalmente de anaranjado. El interior luce una variedad de diseños.
Los más comunes son to.s rectángulos colgantes, delineados en negro,. que pueden
tener una única línea negra curva o re.eta que pasa por su centro. Los rectángulos
colgantes generalmente son de color blanco o amarillo (o anaranjado), aunque
ocasionalmente se usó el negro y.el gris. Si bien la mayoría de. los elementos colgantes
son monocromos, también se han observado ejemplos de elementos bi y policromos
(fotografías 3-1, 3-2, dibujos 3-2 a 3-4).

ót(OS diseños encontrados en el interior de los tazones de paredes divergentes rectaS


son un parrón blanco en fonna de V partida, m.'Í como una serie de curvas blancas en
fonna de U (dibujo 3-3B) que bordean el borde interno. fütas curvas aparecen solas o
en vasijas con el motivo del rectángulo colgante. En varios fragmentos de tazones también
se observó un gran tri{mgulo colgante reticulado, por lo general pintado de blanco.

Además de los tazones de paredes divergentes y rectas, los trabajos en Muyu Roqo
hallaron otro tipo de vasija en gran número, que no ha sido descrita en ningún otro
lugar. Se trata de copas de por lo meoos 15 cm de altura, con bordes ligeramente
divergentes. Los bordes de esta.~ va~ijas son a veces angostos en su cima y están
redondeados. Su base es plana y las pare.des tienden a ser ligeramente cóncavas. La
superficie exterior siempre está engobada, así como la pane superior de su interior.

Las copas recuperadas en Muyu Roqo fueron divididas en dos categorías generales
de pasta: anaranjada y negra. Las dos terceras partes superiores de las vasijas
anaranjadas están decoradas con diseños geométricos. Si bien se observó una gran

76
Cerámica del llorizo,ue Medio
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

variedad de diseños en las vasijas anaranjadas de la colección, sí hay un patrón


decorativo dominante (dibujos 3-5 a 3-8). Este patrón comprende. una banda gris
angosta y horizontal, delineada en negco a aproximadameme 0.5 cm por debajo del
borde no decorado. Debajo de esta banda gris hay una ancha banda horizontal pintada
con un diseño repelitivo de "X-y-puntos", por lo generalejecutado en blanco (fotografía
3-3, dibujo 3-5C). La sección inferior de la copa está cubie11a por dos o cuatro
banda~ delineadas en negro (fotografí;is 3-4, 3-5). Varios colores fueron usados en
dichas bandao¡, incluyendo el blanco, el gris, el amarillo, el anaranjado y el marrón
(fotografía 3-6).

Las vasijas negras son de forma parecida a las anaranjadas, aunque sus bordes
parecieran ser ligeramente más divergentes (dibujos 3-9 al 3-11). El uso del espacio
decorátivo en las copas negras y anánlI!jadas es similar; las dos terceras pártés
superiores están decoradas, en tanto que el tercio inferior queda sin modificar. La
palie externa de las copas negras está incisa con líneas finas. Estas copas muestran
una ancha banda horizontal a. 1-2 cm del borde. Ella contiene una serie de círculos
incisos, círculos concéntricos, semicírculos, triángulos y puntos (fotografías 3-7, 3-8
y 3-9). la composición de esta banda varía. Una banda angosta se encuentra debajo
de la dominante. Ella puede estar sin decorar o tener una serie adicional de diseños.
En unos cuantos casos, la banda dominante de esta~ vasijas está decorada de blanco
con el mismo diseño de X-y-puntos que las copas anaranjadas (dibujo 3-12). En
otros casos aún m~ raros, la banda dominante está en realidad levantada de la
superficie de la vasija (dibujo 3-9B).

La colección efe cerámica muyu roqo sugiere que el lugar podría habenenido una
función inusual. La proporción de vasijas más finas (esto es, anaranjadas y negras)
con respecto a las domésticas es distinta de la de.la mayoría de los sitios domésticos,
en donde estas últimas superan en número a las primeras. En Muyu Roqo apenas el
16% de los tiestos son domésticos, en tanto que el 84% restante se divide entre las
más finas vasijas naranjas (60%) y las negras (24%). Es más, los tazones y copas
dominan las fonnas de las vasijas más finas. De éstas, el 19% de los fragmemos
podía atribuirse a cazones y 49% a copas. El restante 32% comprendía piezas que o
bien eran demasiado pequeñas como para que se pudiera determioar la forma original
de la vasija o eran otras formas, como los tazones de paredes convergentes. El

77
IA.r w1tigUllS 1rcuii<'iones alfareros de. ÚJ región dd Cuzco
~~~~~~~~~-

mayor porcentaje de vasijas finas en Muyu Roqo sugiere que ésre no fue un sitio
doméstico. El elevado porcemaje de razones y copas implica que aquí tuvieron lugar
extensas actividades de comida y bebida. Esta interpretación queda reforzada por el
gran número de huesos de mamíferos grandes recuperados eo el lugar. En suma. si
bien la nacuraleza exacta de Muyu Roqo no podrá ser determinada en ramo no se
efectúen excavaciones adicionales, las e vide ncias actuales s ugieren que el lugar fue
usado para actividades rituales durante el Horizonte Medio.

Fechad o

Actualmeme contamos con una fecha de Muyu R.oqo: 1135 ± 50 AP ([AA 35003]
815 ± 50 d.C.). Los trabajos de McEwan (1987. 1996) en Pikillactabrindaron unas
diez muestras radiocarbónicas adicionales con las cuales fechar la ocupación w-.i.ri
del valle del Cuzco. Dos muest.raS de In~ nivele.s inferiores de las excavacioncs de
Pikillactadieroo fechados de 1430±90 A.P. ([TX 4751 J520 ±90d.C.) y 1350± 60
A.P. ([TI( 47S0J 600 ± 90 d.C.). Como senalasen Knobloch (1991: 253) y Glowacki
( 1996). estas excavaciones asimismo pro<luj,•ron muestras de cerámica de es1ilo
ocros. Tres muestras adicionales procedenrcs de Jiaoas dentro de la n¡.atriz de los
muros dieron fechados radiocarbónicos de 1140 :t 60 AJ'. ([TI( 4247] 8 10 :t 90
d.C.). 1100 ±60 A.P. ([TI{ 3996] 850 :t 60) y 1060 ± 50 AP ([Beta43233 890 ± SO
d.C.I). Estas fechas sugieren que la ocupación inicial de Pi:ldllacta podña haber
tenido lugar entre 550 y 650 d..C.. y que In conStrUcción prosiguió basta por lo menos
800 o 850 d.C. McEwan (1987: 80) cree que ella fue abandonada en fecha tan
tardía como 1000d.C.7 En consccuoncin. en 1nnto no se disponga de más fechados.
et periodo de.influencia wari en la región del Cuzco queda establecido tentativameme
en 550-1000 d..C.

Distribución

Sólo nueve sitios de la zona explorada rindieron cerámica de estilo oc ros y todos. con
la excepción M.Muyu Roqo, arroja.ron un número extremadamente pequeño de estos

7 Vtuc bs ícrll:1$ odicion>lesdel'il:illacu a, el Aptndicc l.

78
Cerámiéa del Horiwnte Medio

fragmentos (mapa 3-1 ). Ello no obstante, el patrón de distribución de sitios con esta5
alfarerías es distinto del de cualquier otro estilo cerámico de la provincia de Paruro.
Seis de los n11eve sitios están ubicados en el valle de Paruro, en tanto que los otros
eres se encuentran al sur del río Apurírnac.

La cuenca de Lucre, donde se hal la el centro wari de Pikillacta, está situada a


aproximadamente 20 km al noreste del valle deParuro. Ambas áreas están conectadas
por varios caminos grandes; el viaje a pie toma entre 6 y 8 horas. Si bien hoy el
transporte en cam.ión·entre la comunidad de Paruro y la ciudad del Cuzco domina las
redes regionales de intercambio, cierto tipo de comercio sigue teniendo lugar entre
los pobladores de Paruro y Lm.-re. El estrecho agrupamiento de los sitios con materiales
de estilo ocros en el valle de Paruro sugiere que las redes de intercambio entre dicha
zona y Lucre fueron más extensas en la prehist-0ria. De ser este el caso, sería de
esperar que encontremos estilos producidos en Parun,) --como colcha y ccoipa (véase
infra}- en sitios de la cuenca de Lucre.

79
L,,s antiguas tradicilmes alfareras de Ju regwn del Cuzto

N
/A

01020 60

Mapa 3.1. Distribución de sitios con cerámica estilo wari cuzqueño

so
Cerámica del Horitorite Medio

Cerámica arahuay

La cerámica arahuay toma su denominación del sitio del mismo nombre, ubicado a
aproximadamente 2 kilómetros al sur del Cuzco, en las laderas del valle. Este lugar
fue exc.avado por Nilo Torres Poblete en 1989 y el e.stilo fue definido eo su tesis de
licenciatura (dibujo 3-13)'. Otros ejemplos de cerámica arahuay han sido ideorificados
en las colecciones de alfarería de Pikillact.a (McEwan 1990; Glowacki 1996)? y por
7.apara (1997) en las rumbas con materiales relacionados con Wari de Batán Orco.
Si bien es cierto que se requiere de más investigaciones para definir mejor este
nuevo estilo, sabemos yak, suficiente como para concluir que hay una ligera presencia
del mismo en la proviocia de Paruro'º·

Diversas formas de vasija fueron ide.mificadas en las colecciones de cerámica arahuay,


pero los fragmentos más comunes son los cazones de paredes divergentes rectas
(fotografías 3- 10, 3-11, 3- 12 y 3-13; dibujos 3-1 3, 3-14). Algunos de ellos están
decorados con amplias bandas rojas borizontales, delineadas con líneas negras y que
corren varios centímetros por debajo del borde. El espacio entre e-$ta banda y el
borde ha sido llenado con bandas verticales de color rojo, delineadas con líneas
negras. En la cerámica arahuay también podemos encontrar pequeños motivos
decorati vos. Son comW)es las comas, pero asimismo se han observado líneas c urvas
y equis. El interior de los tazones puede también estar decorado con parejas de
líneas negras verticales, con una líoea curva y roja entre ellas (Torres PobJete 1990:
59-61, 94-95). La parte externa de las jarras arahuay está decorada con motivos
similares (fotografías 3-14 y 3-15).

Tanto la composición de los diseños, como las formas de las vasijas arahuay, recuerdan
a las de la cerámica de estilo ocros, en particular las de los tazones de paredes
divergente rectas. También hay ciertas similitudes entré la cerámica arahuay y la
killke. Una de las más notables características de esta última es la ancha banda roja

8 Las cxcavacione$ en Tatawi. cerca dc.Arahuay, fue-roo cfcc:tuad.a.c: por Rowe )' 1.yon en 1 975 (K. Cl:iá\'CJ.
1980: 215: Lync~ 1975: 230).
9 Glowacki ( 1996) prefiere denominar ar.thu::iy/w;unang::i a dk:ho estilo.
l O Toda la c:;cr:í.mic:a :n:lhuay mosuada en f::is fotogtaffas del presente infofme pro,•iene de las oolect:iones
héX.·ha$ en el valte de.J Cuzco.

81
Las amiguas tradiciones alfareras de la región ,le/ Cuzc-,

delineada con negro. Este mismo rasgo parece ser una característica distintiva de la
cerámica arahuay. Las bandas delineadas se encuentran tanto en las jarras como en
los tazones arahuay. Al igual que sus contrapartes entre las vá.5ijas killke, estas
bandas corren horizontal y venicalmente, y a veces se las usa para definir paneles
rel lenos de motivos geométricos.

Fechado

La cerámica arahuay ha sido recuperada en dos sitios de la región del Cuzco, en


cienos contextos wari: Pikillacta (McEwan 1990; Glowacki 1996) y Batán Orco
(Zapata, com. pe.rs., 1994, 1997). Las estrechas similitudes estilísticas compartidas
por el esiilo ocros y los materiales arahuay implican que estos últimos fueron
fuertemente influidos por las tradiciones alfareras waris y que fueron producidos
durante la ocupación wari del Cuzco.

La cerámica wari introducida en la región del Cuzco comprende vasijas decoradas


con ancha~ bandas rojas delineadas con líneas negra~. El uso de esras bandas prosiguió
en la posterior cerám.ica killke, así como en la inca clásico. Sohre la base de estas
observaciones propongo la siguiente hipóte.sis: (1) la producción de cer.ímica arahuay
comenzó después de establecerse la presencia wari en la región del Cuzco y (2) que
esta cerámica influyó en la cerámica killke. o ial vez fue su antecedente dire.cto. Es
más, si la alfarería killke sí se desarrolló a partir de las tradiciones arahuay, yo
propondría que la transición entre.uno y 01ro e.stilo tuvo lugar despu6s de que Pikillacta
fuese abandonada, a comienzos del Periodo Intermedio Tardío.

Distribución

Se ha recuperado fragmentos de cerámica arahuay en contextos de superficie y de


excavación en ocho sitios de la región de Paruro (mapa 3-2). Lo más notable fue la
recuperación de cerámica arahuay debajo de los restos incas de Maukallaqta (Baue.r
1992b). El número de sitios en esta provincia coo este tipo de cerámica crecerá a
medida que comprendamos me_jor el nuevo estilo.

82
. deJ Horízc>nte '\folio
Cerún11ca

N
A

O 10 20 60

L
-----:----:::;--;, ··n de
Map.i 3.~. La di$tribuc10
<> ·,;As con cera·mica arahuay
Stuv

83
Las <'J1.tiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzm
---

Como arahuay es un estilo alfarero recién identificad() es poco lo que se sabe de su


distribución en la región del Cuzc(). El siti() tip() de Arahuay, ubicad() justú en las
afueras de la capital inca, contiene un gran númer() de fragmentos y se recuperaron
restos adicionales en Pildllacta y Batán Orco. Sin embargo, la prospección regional
sistemática de la provioda de Paniro sólo dio unos cuantos sitios con dicho estilo
alfarero. Aunque se han bailado muy pocos yacimientos con cerámica arahuay como
para poder definir el patrón de distribución del estilo, las evidencias actuales sugieren
que los yacimientos más grandes con este. estilo se encuentran en el valle del Cuzco
y en la cuenca de Lucre. En consecuencia es posible, aunque altamente especulativo,
proponer que la cerámica arahuay fue producida e:n algún lugar demro de la zona del
valle que conecta al Cuzco con Pikillacta y que de allí era intercambiada hacia el sur.
en la provincia de Paruro.

Cerámica ccoipa

Ccoipa es otro posible estilo alfarero del Horizonte Medio. Esta cerámica fue
identificada por vez primera en un lugar inmediatamente al sur de la aldea del mismo
nombre, en el distrito de Pacariqtambo, del que tomó su nombre (Bauer 1989). El
sitio tipo de Ccoipa (312) se encuentra situado en una cadeoa montañosa al sur de la
iglesia del pueblo. Esta pequeña localidad, que mide menos de 2 500 rol, está cortada
por Ja única carretera que pasa a través de la aldea. La ladera norte de la cadena
montañosa se eleva desde el borde mismo del pueblo. Esta ladera, que actualmente
está cultivada, fue la mejor zona para las colecciones de superficie realizadas durante
las temporadas de campo de 1984-1985 en la región. La cima de la cadena está
cubierta con césped y árboles de eucalipto. Estas zonas rindieron pocos fragmentos.

Descripción

Se ha preparado una definición de la cerámica ccolpa a partir de las colecciones de


superficie hechas en la aldea del mismo nombre y con otras muestras de la misma
recuperadas durante la prospección y las excavaciones efecruadas en la provincia
de Paruro.

84
Cerámica de./ Horizonte Medio

• Pasta
La cerámica ccoipa está compuesta por una textura medianamente tosca que contiene
algunas inclus.iones no plásticas entre finas y medianas ( <1-0 mm). La mayor parte
de ellas consiste·en granos blancos o crema, aunque también están presemes orros
de color negro, rojo mate o lustrosos. así como mica. Se han observado grande-s
ejemplares ocasionales de e.stos granos, que no superan los 2.0 mm. Et color de la
pasta oxidada generalmente es un amarillo rojizo.

• Formas de las vasijas, elementos de diseño, color y tratamiento de la


superficie
La mayor parte de los materiales ccoipas hasta ahora recolectados consisten en
copas con paredes rectas y bordes no divergentes (fotografía 3-16). Sin embargo,
también se han ídenúficado fragmentos de copas con bordes divergentes, tazones
profundos y de paredes divergentes rectas, tazones poco profundos de paredes curvas
y ollas globulares. Tanto el interior como el exterior de estas vasijas están por Jo
general pulidos (fotografías 3-17 y 3-18).

Sólo tres colores aparecen en la cerámica ccoipa: rojo, negro y blanco. De estos el
rojo y el ne.gro son considerablemente más importantes que el blanco. Hay también
una variedad limitada de diseños. Los más comunes son grupos de rectángulos
concéntricos que alternan en color entre el rojo y el negro. Dentro del rectángulo
más interno hay un punto rojo {dibujos 3-I5A-B y 3-16A-B). Este diseño a veces
está rotado en 900, formando grupos de rombos (dibujos 3- l6B, 3-I 7D, 3-20B y 3-
2JE e I). Los diseños de los tazones parecieran ser má.s variados que los dé las
copas (dibujo 3-1 9).

Los labios de las vasijas ccoipas·están p<)r lo general pintados con una línea roja o
negra, y en la parte externa unos triángulús inverúdos negros pueden colgar del
borde (dibujos 3- 17Ay C, y 3- 18A-C). En algunas de las vasijas mejor hechas, la
base-de los triángulos negros invertidos está delineada en blanco (dibujos 3-15B y 3-
1?C). En algunos ejemplares, una banda roja, que varia enormemente de ancho, se
encuentra en el borde interno dela vasija (dibujos 3-!5A, 3-I 6C, 3- 17C y 3-18E), en
tanto que en otros casos toda la supetficíe interna está pintada de rojo.

85
Lt,s a111ig11as tradicione$ alfarems de la región del Cu«·o

Otro diseño común es una hilera de rombos (u óvalos) horizontales entrelazados


formados por la incersección de dos líneas zigzagueantes. Los rombos entrelazados
están pintados de negro . Al centro de los mismos tenemos puntos roj os y,
ocasionalmente, se colocó otros de estos puntos en su exterior, cerca de sus puntos
de intersección (dibujos 3-20A, C y E, y 3-21C).

Aunque los diseños no lineales son raros, ellos sí se dan (dibujo 3-16C). Los motivos
animales son asimismo raros, sin embargo se ha recuperado una copa con animales
semejantes a llamas de color rojo y negro que rodean la base, y unas aves negras
(¿cóndores?) encima de ellas (dibujo 3- l 6D).

La decoración de la cerámica ccoipa fue aplicada informalmente: el grosor de las


líneas varia a medida que éstas se ~>ndulan a través de la superficie de la vasija; las
esquinas formadas por dos líneas perpendiculares secantes muchas veces esrán mal
he<:has y los motivos del diseño a menudo se superponen.

Resultados de los e.ateos

Las excavaciones de prueba en Rokeccasa (45} y Ccorpina (659). dos localidades


de la provincia de Paruto, arrojaron bastante infommción sobre la cerámica ccoipa

- Rokeccasa
Este lugar se encuentra hacia el final de una pequeña y empinada cadena montañosa
al oeste del pueblo de Paruro. Allí hay una zona aterrazada que mide aproximada-
mente 20 x 8 ro, cerca de la cima en la ladera norte. Se hicieron colecciones de
superncie en el lugar en 1985 y 1987. Estas colecciones comprendieron unos cuan-
tos fragmentos i1tca y killke, así como numerosas muestras (más de 60) de cerámica
ccoipa.

En 1987 se hicieron cateos en Rokeccasa. Para excavar se prefirió este lugar a la


aldea de Ccoipa porque buena parte del mismo jamás ha sido muy cultivado y e.l
lugar está mejor conservado. Varias unidades de cateo abiertas en las laderas de
Rokeccasa brindaron evidencias adicionales de materiales ccoipas, pero no de un
depósito estratificado.

S6
Cerámica dd Horho11te Medio

También se hizo dos cateos cerca del centro de la zona aterrazada de Rokeccasa.
pues este parecía serel lugar más probable en donde encontrar restos arquitectónicos.
Una de escas excavaciones·. de 2 x 2 m, rindió información significativa. Los primeros
40 cm no mostraron ningún anefacto cultural. Sin embargo, se hallaron fragmentos
de cerámica dispersos a una profundidad de 41-42 cm y a ni veles ligeramente más
profundos comenzaron a aparecer las partes superiores de. varias piedras. A 50 cm
de profundidad era claro que eJ cuad(ame nordeste <le la excavación contenía los
cimiencos de un muro. El cateo fue luego ampliado I m hacia el norte y otro al este.

Las excavaciones revelaron una estructura oval (aproximadamente de 3 x 5 m), tal


vez con un puerta en el lado norte' 1• En e.l piso se encontraron varios pedazos de
cierra quemada con manchas de carbón, así como varias pequeñas concentraciones
de cerámica. Una de ellas contenía los restos de un tazón de paredes rectas (dibujo
3-22-), ocra, dos fragmentos de cerámica ccoipa dec,orada y una tercera concentración
un piruro. Asimismo se recuperó una serie de fragmentos de huesos de venado. El
fragmento más grande, hallado cerca de la "esquina'' noreste del edificio, en la
intersección de la pared y el piso, fue enviado para ser fechado ractiocarbónicame.nte.
La muestra dio un fechado de 730 :!: 55 A.P. ([AA 8936] 1220 :!: 55 d.C.). Una
segunda muestm fue posteriormente remitida, la cual arrojó una fecha de 1230 ± 50
AP ([AA 35004] 720 ± 50 d.C.). La modesta consiI:ucción de la estruccura, la ligera
dispersión de fragmentos óseos y de cerámica en su piso, así como la concencración
de tierra quemada, sugieren que ésta fue una casa.

. Ccorpina
Esta localidad se encuentra en una empinada cadena montañosa que baja al río
Apurímac,justo al oeste de la comunidad de San Lorenzo. Ella contiene los cimientos
de baja altura de varias estructuras circulares y una densa dispersión de cerámica.
Las colecciones de superficie efectuadas en el lugar en 1987 produjeron fragmentos
de alfarería inca, killke, colcha y ccoipa. Ese mismo año se excavó aUí. Las

11 Se cnc.ontró un pozo no muy ¡nofundo aproximn.damen1e il 10 <:m por debajo de este nivc1 del piso. La
fos~i:contcnia parte de un.;1 pelvis humano y una m:tno dececba anjculada. a.,:;f como dos pies artkulados
(el i-zquicnio,ooloc.ldoe:ncima del derecho). Estos restos p;J.Tccicran representar un cnl'icrro más r.empfMo
que fue JY.i.rc:ialmehte destruido al consu:ui'l'se la cs.tructur-a oval.cncin1a de él.

87
Las amiguas tradiáones alfa,-eros de la región del Cuzco

excavaciones encontr.1ron cerámica ccoipa en un estrato de tierra, a una profundid;ld


de 61 -75 cm, directamente debajo del piso de una estructura con cerámica colcha".

Fechado

El periodo de producción de ccoipa no ha sido bien establecido. Como ya señalásemos,


la primera muestra ósea de Rokecassa dio un fechado de 1220 ± 55 A.P., sugiriendo
así que la cerámica ccoipa foe producida durante el Periodo Intem1edio Temprano.
No estoy cómodo con esta fecha relativamente tardía. Las excavaciones en Ccorpina
e.ncontraron materiales ccoipas en un estrato de tierra debajo de una estructura con
cerámica colcha, lo cual sugiere que la producción de la primera se inició antes de
esta última. Es más, los motivos de diseño de la alfarería ccoipa y en panicular los
rectángulos concéntricos de colores altemantecS, respaldan una clasificad1Sn en el
Hori.zonte Medio. Una segunda muestra dio una fecha de 720 ± 50 AP, que me
parece más razonable. Debido a sus cualidades estilí~~icas y a su posición estratigráfica
en las excavaciones de Ccorpina, me parece que la c.erámica ccoipa fue producida
durante el Horizonte Medio. Esta hipótesis necesita ser evalnada con excavaciones
y fechados radiocarbónicos adicionales.

Distribución

La cerámica ccoipa es relativamente poco sofisticada en su diseño y manufactum.


Se la ha encontrado en 35 lugares de la zona estudiada (mapa 3-3), la mayoría de los
cuales se encuentran en Yaurisque, Pacariqtambo, Paruro, Colcha y Accha. Estas
áreas tienen )as mejores tierras agrícolas de la región y siempre han mantenido las
poblaciones tnás grandes. La difundida presencia de este estilo alfarero en la provincia.
de Pamro sugiere que durante el Horizome Medio éste podcía haber sido el estilo
dominante en la región inmediatamente al sur del Cuzcoll.

t 2 La oc-t1p3<:i,i n colcha fue f«hada en 1310 :t 50 d <~.


J3 Elt l987 identifiqué. un lugar con materiale:. ccoiJXI,~ en La pampa de Uuanoquitc,justo at oosce de l:1
región invcs1i,g.ada. y en 1991 y 1994 hallé fragmentos de este tipo en vados lugílfcs del valle del Cu.zco.

88
Cerámica del Horiwnte Medw

01020 60

Mapa 3.3. La distribución do sitios con coromii:a ccoipa

S9
Las amiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzco

Copas horizontalmente incisas

Las investigaciones arqueológicas en la provincia de Paruro ,'ncontraton numerosos


fragmentos de copas horizontalmente incisas (fotografía 3-19). Ejemplos de estas
vasijas fueron recuperados en localidades con cerámica ccoipa, incluyendo la aldea
del mismo nombre y Rokeccasa. Estas copas fueron asimismo encontradas con
fragmentos de cerámica de estilo oc ros en Muyu Roqo y en los niveles inferiores de
las excavaciones en Maukallaqca con alfarería arahuay (Bauer 1996: 158). Zapata
(1997) bailó ejemplos adicionales de las copas en los entierros con materiales
emparentados con wari de Batán Orco. Si bien estos hallazgos sugieren que las
copas horizontalmente incisas fueron tal vez producidas durante el Horizonte Medio,
se requiere. de más investigaciones para poder afinnar con cerreza su afiliación
cukurnl y temporal. A pesar de ello presentaré una breve descripción e iluscrac iones
de estas vasijas en aras de las futuras investigaciones en la región del Cuzco.

La parre externa de las copas está pulida e incisa (dibujo 3-23 a 3-25). En unos raros
ca5os se pueden ver restos de un pigmento blanco a lo largo del borde (dibujo 3-
24A). Los centímetros superiores de la superficie interna están pulidos, en tanto que
la parte inferior no lo está. Las paredes de las vasijas tie.nden a ser rectas o lige.rameme
divcrgcntes,-sin embargo se han recuperado algunos ejemplares en forma de lira
(dibujo 3-24D). Los bordes por lo general son ligeramente más divergentes que las
paredes de las vasijas. Ellos usualmente están engrosados, aunque se. han encontrado
algunos ejeropkrs más rectos. Es característica la banda horizomal incisa relativamente
profunda de la vasija, a 2-3 cm del labio. La parte externa puede tener una banda
incisa similar, aunque no necesariameme en el mismo ni ve! que la incisión anterior.

Aunque el cuerpo externo de la vasija podía quedar sin decorar, es más común que
esté cubierto c-on \!Da serie de líneas horizontales incisas. Estas incisiones tienden a
ser casi paralelas y su número y calidad varían de vasija en vasija. Algunas de esta~
copas tienen incisiones que apenas si son ligeramente más profundas que el pulido, en
tanto que otras las tienen de varios milímetros de profundidad. La pasta parece ser
similar a la ccoipa. l,.os ejemplos de copas horizontalmente incisas fueron recuperados
en 15 .localidades distribuidas por wda la provincia de Paruro (mapa 3-4).

90
Cm1m,ra tkJ Hori:.onu Medio

N
A

01020 60

Mapa 3.4. Dlstnoución de sitios con copas horizontalmonte incisas

91
Las an1iguas tradiciones alfareras de la. tegión deJ Cuzco

Resumen y discusión

Se ere.e que varios estilos alíarerns distinios de la región del Cuzco datan del Horizonte
Medi.o y la complejidad de sus relaciones temporales recién comienza a ser tratada
(véase a Glowacki 1996).Los estilos alfareros del Horizoote Medio recuperados en
la provincia de Paruro incluyen a qotakalli y ccoipa. La primera está relativamente
bien manufacturada. Las piezas más finas de este estilo se reconocen por su engobe
blanco y complejas decoraciones geométricas. Se ha encon!rado ejemplos del estilo
qotakalli en numerosos lugares de la región del Cuzco, incluyendo a Pikillacra y
Batán Orco. Las actuales evidencias sugieren que la producción de esta cerámica
comenzó en el tardío Periodo Intermedio Temprano y prosiguió durante todo el
Borizonte Medio (véase el capítulo 4). Las investigaciones regionales en Paruro
asimismo identificaron un difundido estilo alfarero denominado ccoipa, que también
pareciera haber sido producido en el Horiz.onte Medio. Su fechado es actualmente
probleinático, aunque podría haber sido producido en el Horizonte Medio y en el
temprano Periodo Intermedio Tardío.

Durante el Horizonte Medio, un número limitado de vasijas chakipampas y ocros


fueron importadas de la tierra natal wari a la región del Cuzco. Sin embargo, la
influencia wari se refleja en lo que pareciera ser la producción local a gran escala de
cerámica de estilo ocros en esta región". Su distribución en la provincia de Paruro
indica que la influencia wari varió enormemente a lo largo de la tierra natal de los
incas. Hay varios lugares con materiales de estilo occos en la cuenca de Lucre,
incluyendo el gran sitio de Pikillacta. Varios de estos lugares simados al éste de
Pikillacta, en el valle del río Vilcanota, como Batán Orco y Ccoto.cotuyoc, también
tienen una cantidad de materiales de este estilo. Dichos hallazgos sugi.eren que
Pikillacta controlaba buena parte del valle que corre de este a oei,1e entre las ciudades
de Urcos y Cuzco, o ejercía una considernb!e influencia sobre él. De otro lado,
apenas unos cuantos sitios examinados en la zona investigada tenían cerámica de
estilo wari. Su escasez en la provincia de Paruro sorprende dada su proximidad a la

14 La cerámica ocros (e.n particul;ir los tazones de p:ircdes divetgentes rcrms) se encuentra en u.o gran
númcco <le lugates dcl 1nismo silio de \\fati (Brewste.r-\Vtay J990) y las vasijns de estilo ocios han sido
,ocupcr.idas en numcros.os lugares por todos lu.s Andes ( Knobtoc.h 199 1~ {jlo\vacki t996).

92
Cerárrúca del -¡.fo,i~onte Medio

cuenca de Lucre. A panir de estos datos concluyo que la influe.ncia wari era
sustancialmente menor al sur de Pikillacta de lo que lo era al este y oeste.

No obstante, es importal)te señalar que el valle de Paruro también tiene al


exrraordinario yacimiento de Muyu Roqo. Este pequeño lugar dio una gran cantidad
de huesos y va5ijas de estilo wari, varias de las cuales pueden ser.clasificadas corno
de estilo ocros. Las colecciones de superficie y los cateos hechos en Muyu Roqo
arrojaron un porcentaje inusualmente elevado de tazones y copas de fina calidad, y
uno bajo de vasijas utilitarias. Estos hallazgos indican que en el lugar se realizaban
actividades .rituales, incluyendo comidas a gran escala y ceremonias de bebida. La
naturaleza exacta de dichas aéti vidades y los fmes para los cuales se usaba esta fina
cerámica en el lugar y luego se abandonaba quedan por investigarse.

La presencia wari en la.región del Cuzco influy6 en el desarrollo de n.uevos estilos


alfareros, el mejor ejemplo de ello es la cerámica arahuay. Los colores y formas de
las vasijas en este estilo reflejan estrechamente lós rasgos de la cerámica wari,
incluyendo la huamanga. Si bien es poco lo que sabemos acerca de la cerámica
arahu"y, he propuesto que su producción comenzó poco después de establee.ida
Pikillacta y que ella influyó en la alfareria killke o bien fue su antecedente direclo.

93
4

CERÁMICA DEL
PERIODO
INTERMEDIO
TEMPRANO

(400 A.C.-550 D.C.)


Los estilos alfareros del Periodo Incennedio Temprano son los menos comprendidos
de esra región. En la secuencia cerámica tradicional, el periodo que ancecedió a la
influeocia wari en la región del Cuzco está asociado con un estilo llamado "huaru" (o
waru). Dicho esti lo fue iden tificado en 1952 po r Ch ávez Bailón duran te sus
excavaciones en Batán Orco. Se piensa que la cerámica huaru semeja un estilo
alfarero denominado "carmenca'', identificaao por R.owe (1944: 19-20) a comienzos
de la década de 1940 en el sitio llamado Chanapata (Rowe 1956: 142). Sin t~mbargo,
los mate.riales huaru siguen siendo virtualmente desconocidos porque no se ha
puhlicado ni u na sola ilustración o descripción de los: mismos.

Durante el Periodo Intermedio Temprano el sitio de Pttcará, ubicado aproxiJJ1adamente


a 200 km al sudeste del Cuzco, en la cuenca del lago Titicaca, alcanzó su máxima
área de influenc ia como centro de una de las más tempranas sociedades complejas
de los Andes de) sur (Kolata 1993: 70-7&). La cerámica pucará, caracteriz.ada por
vasijas incisas con complejas figuras amarillas y negra.~ pintadas sobre un fondo rojo
oscuro (Kidder 1943; Rowe y Brandel 1971), ha sido hallada en la parte a lta de las
cuencas de los ríos Vilcanota y Apuríruac. Las exp1oraciones de Núñez del Prado
Bf~ar ( 1972), S. Chávez ( 1988) y Lamarnn Pfoccofi ( 1988) recup.eraron m ue,Stras
de cerámica pucará p<>r toda la provincia de Chumbivikas, a unos 75 lcms al sur del
Cuzco. Más recientemente, las excavaciones efectuadas por Zapata en Batán Orco
arrojaron e~e.mplos claros de. dicha cerámica. La conclusión de su trabajo ciertamente
cambiará nuestra visión de las relaciones emre las regiones del Cuzco y el lago
1iticaca e n este periodo temprano del desarrollo c ultural de los Andes.

97
ú1y a1uigut4r tr,uliciones (.1ljflrerns de lt: regirin del (ºuzco

Sin embargo, las investigaciones efectuadas en la provincia de Paruro sugieren que


una serie de orros estilos alfareros pueden ser fechados en el Periodo Iorern1edio
Temprano. Entre ellos tenemos a qotakalli, muyu orco y los ince¡Jsarios incisos.

Cerámica qotakalli

Los estudios actuales sugieren que la cerámica qotakalli e.ra la tradición alfarera
dominante en el ,•alle del Cuzco euando los wari llegaron por vez primera y que ella
sigui<Í siendo producida mucho después de ello. En cuanto ml, qotakall i constituye un
estiro nativo que fue fabricado desde el tardío Periodo Inrenuedio Temprano hasta
algún momenro en el Horizonte Medio.

La ccrárnicaqotakalli, otro estilo alfarero del Horiwnte Medio, fue identificada por
vez primera por Lyon y Rowe (l 9i8). El sitio tipo está ubicado al sur del moderno
aeropuerto, cruzando el río HuatanaycUna descripción de esta cerámica fue publicada
por Barreda Murillo en 1982. Desde ese entonces, este cipo de cerámica ha sido
encontrada en vs1rios lugares de la región del Cuzco (F.spinoza Ma:rtínez 1983: Valencia
Zegarra 1984; McEwan 1984: 12; 1987: 19, 58, 98, 99, 1990; Torres Poblete 1989:
56-59, 92-93, Fig. 14; Zapata 1997; Glowacki 1996).

Desi:ripción

Lyon y Rowc (1 978), y posteriormente Barreda Murillo (1982), dcscribi<~ron la


cerámica qotakalli recuperada durante sus invesügaciones en la región del Cuzco.
Basándome en dichos trabajos y en la gran mue.stra de materiales qmakalli reunidos
en la región de Paruro, a Jo largo de las investigaciones arqueológicas, he preparado
una descripción ampliada de este estilo.

- Pasta
La pa.~ta de la cerámica qotakalli se caracteriza por estar compuesta por una textura
fina con diminutas inclusiones blancas y grises. La fina pasta es medianamente dura
y al quemarse frecuentemente da un color anaranjado claro o rosado.

98
Certlmira dtl Parindo Intermedio Te111pra110

• Elementos del disc.ño, color y tratamiento de la superficie


La cerámi<.,-a qotakalli tiene una variedad limitada de decoraciones geométricas
(dibujos 4-1 y 4-2). Los elementos más comunes son líneas rec1a5 horizontales y
v.erticales, líneas zigzagueantes, rombos, triángulos y puntos (fotografía 4- 1), Se ha
identificado diversas variantes de este estilo, incluyendo piezas mooócromas
(fotografías 4-2 y 4-3; dibujos 4-3 y 4-4) o, lo que es m,ís raro, bícromas (negro y rojo
sobre crema), Los principalcs 'discños están por lo general definidos en negro, en
tanto que los subsidiarios están ejecutados ya sea en rojo o negro, Las líneas rectas
y zigzagueantes tienden a no aparecer solas sino en grupos paralelos dedos o cinco,
En las vasijas bicromas estas líneas frecuentemente alternan entre negro y rojo. El
interior de los rombos está usualmente reticulado o contiene mmbos concéntricos, RI
interior de los triángulos está a veces íntegramente pintado de un solo color, en otras
está lleno de triángulos concéntr.icos o puntos,

El exlerior de l¡¡s vasijas qotakalli más comúnmente visto tiene un engobe crema o
blanco y está bien pulido. El engobe brinda una superficie plana en la cual se pintan
las decoraciones y asegura contrastes de tono-color relativamente fuertes, Si bien el
color del pigmento negro no difiere mucho de un fragmento a otro. el del pigmento
rojo varía de rosado a rojo y a un anaranjado oscuro, Las 1ínea~ usadas para form.ar
los diseños pueden ser hasta de 0.5 cm de ancho, pero por lo comiÍn Lienen 0.2-03
cm de ancho. En general, las muestras bícromas tienden a tener líneas más delgadas
que las monocromas y están pulidas más extensamente. Varios de los diseños de la
cerámica qotakalli están ejecutados con un cuidado considerable y hay poca
superposición de líneas o motivos de los diseños.

- Formas de las vasijas


Lyon, Rowe ( 1978) y Barreda Ml!rill<> (1982) indican que las fomias de vasijas qotakalli
frecuentemente halhidas comprenden tazones, platos profundos y cántaros de cuerpo
redondo y cuello recto. Tal vez la forma más distintiva es un 1azón con trípode de
paredes agudas, con patas que varían de tamaño entre I y 3 cm (dibujo 4-SA-C). La
base de dichos tazones es redondeada y las paredes son Jigerameme divergentes.
Otras vasijas tienen una base plana y se paran sobre un borde de aproximadamente
05 cm de altura (dibujo 4-5-D-E).

99
Las antiguas rradi<'iones alfareras de la región del Cuzéo

Los bordes de los tazones pueden prolongar la suave pendie.nte ex1erna de la pared
de la vasija o inclinarse marcadamente. Los labios generalmente terminan en una
punta fina, al igual que los de la mayoría de las vasijas qotakalU. El exterior de los
tazones dt-paredes fuertemente inclinadas tiende a estar cubierta con decoraciones
(dibujos 4-6 y 4-7). Los bordes internos f recuememente están decorados con triángulos
concéntricos o reticulados que p ueden alternar su colo r ( fotograf'ia 4-4). Es más raro
que toda la superficie interna de estos tazones esté cubierta con diseños geomébÍNS.

Otra fom1a común de tazón tiene c ue rpo de calabaz.a, con pared es recras a
convergentes y una base pequeña y p lana o ligeramente c urva (dibujo 4-3A). La
parte externa de este tipo de razón está frecuentemente decorada en su mitad superior,
eo tanto que la interna no lo está.

Los inventarios de cerámica qotakalli también pueden incluir grandes vasijas con
ras.gos humanoides mode lados o aplicados, pintados d e dos colores con líneas rectas
11 curvas (Barreda Murillo 1982: 21). La pasta de esras otras vasijas tiende a ser más
tosca que la de las demás piezas qotakalli. Es más, estas vasijas mode lada.,; por lo
general no están cubiertas con uo e ngobe c rema o blanco.

}'echado

Aunque Ja cerámica qotakall i ha sido hallada en numerosos lugares de la región del


Cuzco es poca la infom1ación acerca de la focha en qu e fue producida. Actualme nte
sólo hay un fechado r-adiocarbónko para estos materiales. Las e xcavaciones de
Kendall ( 1996: 153) en Huillca Raccay, en el valk- de Cusithaca, rec uperaron es1a
cerámica e n un basural que dio una fecha de 1580 ± 60 A.P. ([Q 3091 J 370 ± 60
d.C.). Esta muestra sugiere que la producción de este est ilo alfarero comenzó en el
tardío P,~riodo Intermedio Temprano. Los resultados de las investigaciones realizadas
por otros investigadores en otras partes de la región del Cuzco indican que los materiales
qotakalli siguieron siendo producidos a lo largo del Horizonre Medio. Por e~ernplo,
Barreda Murillo ( 1982: 14) señala habec recuperado esta alfarería mientras excavaba
en Pikillacta. La presencia de materiales qotakalli en este Jugar ha sidü confinl\ada
por McEwan (1984: 12; 1987: 98, 99, 100} y porG!owacki (1996). En e l transcurso
de su trabajo en este J,>ran centro wari, McEwan halló ejemplares de cerámica qotakalli

100
Cerámica del Periodo Intermedio Tempr<11111
- - - --

monocrnma (negro sobre blanco) en el piso de unos cuantas estrocmns. Lns


excavaciones en los basurales en las afueras de la ciudad asimismo produjeron
ejemplos monocromos y bícromos de la misma (Glowacki 1996). Otros mateáales
qo1akalli fueron recuperados por Zapaia en Batán Orco, en entierros que también
1enían materiales relacionados con wari. La recuperación de fragmentos qotakalli en
las estructuras y basurales de Pikillacta y en los entierros de Ba1án Orco indican que
dicho estilo siguió siendo producido duranie la ocupación wari del Cuzco. Un fechado
más preciso requiete de mayores investigaciones sobre esie importante estilo.

Distribución

La cerámica qotakalli fue hallada en diecinueve lugares de la provincia de Paruro


(mapa 4-1}. La densidad y distribución de los sitios con ella son marcadamente
distintos de aquellos con otros estilos alfareros del Horizonte Medio. Su densidad es
mayor en los sec1ores al norte de la zona investigada. cerca a Yaurisque. y caen a
medida que se pasa hacia el sur. Dieciséis de los sitios se encuentran al nort:e del ño
Apuñmac,quedivideen dos la zona de la prospección. Los ocros creses!án ubicados
a lo largo de la margen merid,ional de este no. No se halló ningún ejemplar de esta
cerámica en la parte sur de la zona estudiada, cerca de Accha o Pillpinto. Aunque el
número de sitios es demasiado pequeño como para efectuar pruebas estadísticas
válidas de densidad-distancia, la concentración de sitios qotakalli en la parle norte
sugiere que la cer.ímica de dicho estilo podría haber sido llevada a la provincia de
Paruro desde el valle del Cuzco.

101
Las antiguas rradiciones alfareras de la región del Cuzco

N
A

01020 60

Mapa 4. 1. Distribución de sitios con cerámica qotakalli

102
Cerámica del Pericd<> Intermedio Tempra,zo

Cerámica muyu orco

Durante la prospección en Paruro se hizo evidente que un nuevo estilo alfarero .


caracterizado por una brillante pintura bla nca, negra y anaranjada sobre un pigmento
pulido rojo oscuro, estaba preseme e n la colección. Este fue denominado muyu orco,
por el lugar en donde e ra más común (Bauer 1989). Al finalizar el proyecto este
estilo había sido recuperado eJJ catorce localidades dela zona de investigación. Desde
ese entonces ~e ha recuperado alfarería similar en otros yacinúentos arqueológicos
de la región del Cuzco. Por ejemplo, fragmentos de lo que parecía ser esta cerámica
fueron encontrados por Héctor Espino-za Martínez ( 1983) en el 1ranscurso de sus
excavaciones en Acomoqo (Pueblo Joven Primero de Mayo), por Torres Poblete
(1989: 59-61, 93-94, Fig. 15) e n Amhuay y por Zapata (com. pers., 1994. 1997) en
Batán O rco.

Descripción

El sitio de Muyu Orco (536) se encuentra entre las aldeas de Yaurisque y Pumate,
en la cima de un prominente cerro redondo 1. El lugar se encuentra a aproximadamente
30 minutos a pie al norte de Yaurisque, a lo largo del camino real del Cnntisuyu, en
dirección del Cuzco. Se ha preparado una definición de la cerámica muyu orco a
partir de los mate riales recogidos e n la superficie y en los caieos realizados en el
lugar.

• Pasta
La composición de la cerámica muyu orco es · similar a la de la cco ipa, aunque
liger;m1ente más fina Está compuesta por una iextura medianamente tosca que
contiene algunas inclusiones no plásticas. Al igual que en la alfarería cc()ipa, estas
inclusiones constan <ie graoos blancos a crema, de dimensiones fina.o¡ a medianas
(<1.0 mm). Ocasionalmente,-sin embargo, hay ejemplos de granos grandes que no
superan los 2.0 m.m. Y al igual que en la cenl.rnica ccoipa, ocasionalmente también

El nombre ~tuyu órco (montnñ3-rcd(>nda) es un topónim.o común en la región del Cuz.e-o.

103
Las anliguas trad.ido11es alfareras de la región del Cuzco

están presentes inclusione.s finas de granos negros, rojo mate o lustrosos y mica. Al
cocerse la pasta generalme:nte alcanza un color rojo oscuro.

• Elementos del diseño, color y tratamiento de la superficie


La cerámica muyu orco tiene una gama distintiva de pigmentos de colores, incluyendo
el rojo oscuro, negro, blanco y anaranjado (fotografías 4-5 y 4-6). Además, un
fragmento tiene manchas grises. El rojo oscuro es usado como el fondo sobre el cual
se aplican los demás colo~s (dibujos 4-8 y 4-9}. Las superficies externas e in temas
están fuertemente pulidas. Los pigmentos negro, blanco y anaranjado son
relativamente gruesos, muchas veces con poca absorción dentro de la va~ija
(fotografías 4-7 y 4-8).

- Formas de las vasijas


Pocos fragmentos recuperados del presente estilo e.ran lo suficientemente grandes
cómo para sugerir formas de vasijas específicas. Las formas que han sido
reconstruidas comprenden copas de paredes rectas, tazones de paredes empinadas
y tazones anulares.

Se recuperó una serie de complejos fragmentos muyu orco que merecen ser descátos
individuamente. Uno de ellos, el resto de una copa de paredes rectas, es especialmente
interesante porque tiene un motivo con el de un dios, con el rostro en posición frontal
(dibujo 4-1 O). La nariz del rostro ha sido levantada aproximadamente I cm ¡xirencima
de la superficie de la vasija, en tanto que los ojos fueron levantados aproximad.unente
a 3 mm. Un pigmento rojo oscuro cubre las supei:ficies externa e interna de la vasija.
Gruesas líneas negras dividen eJ frente de la vasija en paneles los cuales fueron
pintados con rectángulos concéntricos anaranjados y blancos. La vasija probablemente
se paraba sobre las tres o cuatro patas de un pedestal, pero sólo una de ellas sobre.vive.

Una segunda copa muyu orco que resulta interesante tiene una banda horizontal
convexa, varios centímetros debajo del b()rde (dibujo4-I I ). La banda está delineada
por una serie de líneas negras, blancas y anaranjadas. y se dobla en un complejo
diseño en zigzag. El resto de la pane externa de la vasija es de color rojo oscuro, en
tanto que el interior está libre de pintura.

104
Ccrámiro dtl Periodo tmumuf/q Temprano

Los re,<;tos de un tazón ligeramente cóncavo de paredes empinadas fueron asínúsmo


recuperados en Muyu Orco (dibujo 4-12). Este razón tiene aproximadamente 7 cm
de altura. A lo largo de su base hay una linea horizontal negra dcl.ineada por dos
líneas blancas adyacentes. Por lo demás. la vasija no tiene decoración alguna.

Más excavaciones permitieron encontrar ua tazón anular de paredes cóncavas


elaboradameme decorado (dibujo 4-13). La parte externa de la ,'aSija tiene un fondo
rQjo oscuro. en tanto que el interior quedó sin pintar. Gruesas líneas ne,,"TilS dividen la
parte externa en paneles, en uno de los cuales hay un reticulado blanco triangular y
una serie de n-..s círculos anaranjados. Un segundo panel está libre de diseños. La
vasija se paraba sobre una base apedestalada hueca El borde de la vasija origin.almente
lucía una serie de scallops, de los cuales sólo una queda. Más de estos fueron
hallados en las colecciones de superficie y en las Cl(cavaciones efectuadas en la
provincia de Paruro (dibujo 4-SA-B}, lo cual sugiere que son un rasgo relativamente
común en la cerámica muyu orco.

.Resultados de los cateos

!,as excavaciones de prueba realizadas en Muyu On:o (536) ~ concentrnron en


evaluar las relaciones temporalc$ de !.os diversos estilos encontrados en la superficie
del sitio. Los primeros 30 cm de la.~ mismas. que representan la zona arad.a del Lugar.
rindieron una macla indiferenciada de ccr.í.mica inC'.i. killke, ccoipa. qot:akallt, muyu
orco y formativa de paruro. Debajo de esta zona se encontró un esml.lo mucho más
oscuro y compacto que arrojó una !Del.c:la de cer.ímica qoiakalli y muyu orco. y
ocasionalmenre formativa de paruro. Las e~cavaciones más profundas terminaron
en un pequeño nivel de cerámica fonnativa de paruro, justo encima del subsuelo
natural La recuperación de alfarería mu)'U orco debajo de la zona de arado inca y
killke, y encima de los depósitos formativos sugieren que este esolo fue producido en
algún momento entre el final del Horizonte Temprano y el comienzo del P!!riodo
lntennedio Tardío.

También se halló cantidad de cerámica muyu orco en Marcapata (624), una pequeña
cadena montañosa al sur del río Apurimac. cerca de la alden de Araypallpa. Las
colecciones de superficie hechas en este lugar descubrieron muestras de materiale.s

IOS
las antiguas tradiciones alfareras de la región de./ Cuzco

incaicos, colchas, qotakall i, ccoipas, muyu orcos y formativos. Las excavaciones de


Marcapata arrojaron muestras de alfar;:ría muyu orco debajo de la zona de arado
inca y killke. R~te estilo se encuentra con mayor frecuencia mezclado con tiestos
qotakalli y en menor medida con fragmentos ccoipas.

Fechado

Dado que no se recuperó ningún resio de carbón adecuado para ser fechado, la
datación tentativa de muyu orco debe hacerse a partir de su posición estratigráfica y
de su similitud con otros estilos alfareros. Las excavaciones en el sitio de Muyu
Orco produjeron cerámica del mismo nombre mez.dadacon alfarería qotakalli, encima
de un nivel formativo y debajo de una zona de· arado que contenía restos incas y
killkc.. Las excavaciones hechas en Marcapata descubrieron cerámica muyu orco
mezclada con materiales qotakalli y ccoipa. Sin embargo, debe subrayarse que las
muestras de cerámica de ambos lugare.s provienen dé unidades de excavación sin
ningún contexto cultural claro y por lo tanto tienen un valor limitado para fechar este
estilo. A pesar de ello. los resultados ak.anz.ados sugieren que 1.a alfarería muyu orce
fue producida durante el Periodo Intermedio Temprano o el Horizonte Medio.
Actualmente me parece que la cerámica muyu or;co documenta una relación entre el
Cuzco y el Altiplano, que terminó al arribar los wari al valle.

Tres excavaciones hechas en la región del Cuzc:o encontraron Jo que parecen ser
fragmentos de cerámica muyu o rco. 7,apata recuperó vasijas de este estilo en los
entierros de Batán Orco (com. pees., 1994 ). Torres Poblete ( 1989: 59-61, 93-94, Fig.
15) sostiene haber recuperado un nuevú estilo alfarero y por sus ilustraciones parecería
ser muyo orco. Las vasijas encontradas por Torres Poblete incluyen una copa con
una banda horizontal convexa y un tazón de paredes rectas con scallops. Él clasifica
estos fragmentos como ..araway- 5" o "wari de Araway", sugiriendo así una relación
con la ocupación wari del valle del Cuzco.

En 1978 Espinoza Martín.ez ()983) recuperó cerámica muyu orco, conjuntamente


con úes tos qotakalli, en el sitio de Aqomoqo, simado dentro de la moderna ciudad del
Cuzco. Al igual que Torres Poblete, F,spinoi.a Martfnez asimila este estilo a la ocupación
wari del Cuzco y lo llama "wari de Aqomoqo". Si bien es cierto que investigaciones

106
Cerámica del Periodo /111en11cdio Trmprono

adicionales podrían probar que Espinoza Martínez y Torres Poblece escán en lo cierto
al clasificar a muyu orco como un escilo emparentado con wari, en las conclusiones
del presente artículo se propondrá que en realidad lo está con el Altiplano presence
en el Cuzco en época pre-wari.

Distribución

La distribución de los catorce sitiO!; con cei:ámi.ca muyu orco en la zona de investigación
está señalada en el mapa 4-2. Hay uno cerca del límite sur de la zona estudiada,
cerca de PilJpinco, así como ocro en el límite norte, cerca a Yaurisque. Asimismo hay
hace.5 de sitios muyu orcos cerca de Colcba, Paruro y Pacariqrnmbo. En otras palabras,
esta cerámica no se limita a o se concentra alrededor de un área dada de la zona de
investigación y los estudios efectuados por ocros investigadores hallaron vasijas
similares en el valle del Cuzco.

- Incensarios incisos
La cerámica muyu orco no es la primera relacionada con el Altiplano en ser
idemificada en la región del Cuzco. K. Chávez ( 1985) ha señalado la gran dispersión
de los fragmentos de incensarios incisos en lugares entre el valle del Cuzco y el lago
Titicaca2• Sus rrabajos también documencan lo q ue parec.ie;a ser la influencia del
Altiplano en la región cuzqueña.

Las colecciones sistemáticas y excavaciones en Ia provincia de Paruro recuperaron


fragmentos de incensarios incisos (dibujo 4-14) en cinco lugares (mapa 4-:3)' . De
estós , Muyu Orco (5·36), que está a menos <le 15 kilómetros por vía aérea del Cuzco,
r.indió el número más gmnde de fragmentos. bsco es particularmente inte.resante
porque este Jugar asimismo produjo la colección más grande de cerámica muyu
orco, que se cree también refleja la influencia del Altiplano en la región.

'2 Para una cxtcns.1 dcs<.:ripción de esrns v:1sijas véase a K Cháve:,; ( 1985}.
3 K. Chávcz ( 198.S) rc¡x,rm haber bailado dos frog,ncntns do iru:cns:,ri0$ ceremoniales <Jl Tcjuhuaci (496)

107
l.as a111íguas /rodicumes alfareras de lo. región dd Cuzco

N
A

o 'º 20 6-0

Mapa 4.2. Distribución de sitios con cerámica muyu orco

108
Cut1111ica del Peri@ Intermedio Tempra1111

N
A

O ,o 20 60

Mopa 4.3. Distnbucíón de sitios con incensarios incisós

109
Las atlliguas tradiriones 11/farert'1s de la regi<in del Cuzw

Los diseños en los incensarios incisos tienden a ser geométricos (fotografía 4-9).
Los círculos fueron hechos con una herramienta hueca, la cual dejó un área levantada
y sólida en su centro (K. Chávez 1985: 138). Las líneas fueron hechas arrastrando
uoa her(amienm en forma de U a través de la superficie de la vasija. El exterior está
toscamente pulido, en tanto que el interior simplemente fue alisado. Dos de los
fragmentos parecieran ser scallops de bordes (dibujo 4-14F-G), uno de los cuales
está decorado con un.a sede de círculos (dibujo 4-14G), en tanto que otro tiene los
restos de un motivo de purna tiwanaku (dibujo 4-l4f). Un tercero es un fragmento
de borde con una serie de pequeños cfrcukls (dibujo 4-14A). l.<lS res1antes ejemplos
lucen una compleja serie de círculos, líneas y puntos (dibujo 4- l 4B-E). Durante las
excavaciones efecmadas en el valle de.l Cuzco en 1999 encontré una serie de.
fragmentos adicionales, que nos ayudarán a definir mejor este esttlo (fotografías 4-
10 y 4- 11).

K. Chávez ( J985) sugiere que los incensarios incisos fueron producidos durante el
periodo del desarrollo temprano de tiwanaku (o 1)wanaku III [ 100-400 elC. J; Kolata
1993: 78). Ella afirma que los fragmentos que recuperó - similares a los que fueran
encootrados durante la prospección y excavación de la proviocia de Paruro- están
relacionados con Tiwanaku. No obstante, sob.re la base de su esto.dio de las pastas,
formas y moti vos de las vasijas, K. Chávez concluye que estas piezas no son
importaciones de Tiwanaku, sin<> que más bien reflejan una influencia estilística sobre
la producción alfarera que viajó al norte desde la región del lago Titicaca.

• Tazones poco p~ofundos (¿huaru?)


Durante .las excavacione.s que hiciera en Cbanapata en la década de 1940, Rowe
(1944: .19-20) reportó haber encontrado una pequeña cantidad de fragmentos de
tazones poco profundos, cubiertos con un engobe blanco y pintados con simples
diseños rojos. El llamó a este estilo "carmenca" y presentó varios dibuj9s del mismo
(Rowe 1944: 3,8,Fig. 16).

Recuperé varios fragmentos de tazones poco profundos en los ni vetes inferiores de


Marcapata (624). así como en la superficie de otras cu;itro localidades, que parecen
ser similares a la cerámica carrnenca de Rowe y huaru de Chá\"eZ BaU6n (mapa 4-
4, fotografía 4-12, dibúj()S4- 1S y 4-16). fatas vasijas están pintadas con pigmentos

11 0
Cerámica del Periodo Intermedio Temprano
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-

que pueden variar entre rojo oscuro y marrón o negro. Los diseños decorativos,
trazados con pigmentos delgados. han sido absorbidos por la superficie de las vasijas.
Unos cuaneos de los fragmentos parecen tener un engobe blanco, aunque la mayoría
no cuentan con él. Hay un bajo contraste tonal entre los pigmentos y las superficies
de los fragmentos ~in engobe. Aunque la profundidad a la cual la mayor parte de los
tiestos fueron recuperados sugiere que son de considerable antigüedad, no es posible
ofrecer ninguna fecha confiable.

111
l.as anrig«11s tftldidcmes alfareras de la rrgi/$11 d•I C:r,zco
----

N
A

O ,o 20 60

Mapa 4.4. Dislribuclón de Sitios con razones poco profundos

11 2
5

CERÁA1ICA DEL
HORIZONTE
TEMPRANO

(400 A.C.-1000 A.C.)


Los estilos alfareros de In secuencia estándar cuzqueña se llaman ··chanapata» y
=chanapata derivado··. La divisi6n entre ambos estilos ei.lá fundacln
,. en la frecuencia
relativa de vasijas finas negms y rojas en las colecciones. Los más tempranos'
materiales chnnapalll están marcados por el predomínio de finas va~as negras."
Esta situación se invierte en las posteriores colecciones de "chanapntn derivador en
donde hay un mayor porcentaje de finas vasijas rojas.

La cenímicachanapata fue ident ificada por vez primera por Rowe ( l 943, 1944: I0-
23) durante sus investigaciones en el Cuzco a comienzos de la década de 1940. El
estilo recibió su nombre por Chanapara, un lugar ubicado justo al norte del Cuzco, en
el suburbio de Sama Ana. en donde Rowe excavase en l 942. Durante sus primeras
investigaciones l."11 el Cuzco ball6 muestr.is de ccr',umca chanapaw en ouos treS lugares,
dos de ellos en el va.lle del ('uico (Picrhu y Límpillay [Wimp1Uuy)) y otro cerca de la
comunidad de Maras (Pacallamocco), a 30 kil6me1ms del ('u7co por vía aétea.

El uabajo que Rowc hiciese en Chanapata en 1942 fue notable porque definió el
primer tipo cerámico pre incaico de la región del Cuzco. Las excava.cione.~ recuperaron
una gran muestra de materiales chanapara. Rowe anotó:

Las características alfareras de los niveles preincaicos de Chnnapata


son tan claras que incluso los tiesros simples puede.o r~.conocerse si no
están demasiado gastados~El grueso del mismo Jo constituyen vasijas
de cocina, ollilS más o menos globulares simples o decoradas con
incisiones puntuadas o pulido'en patrones~ La cerámica finamente hecha
está constituida mayormente por formas de platos y ta.rones .:on una
"'
115
Las amiguas 1radiciones alfareras de la regitJn de.l Cuzco

superficie brillante, y la decoración incisa o modelados aplicados


(adornos}. Un pequeño porcentaje tiene decoraciones pintadas algo
simples, ya sea solas o combinadas con incisiones (Rowe 1944: J5).

/ El tratamiento de la superficie de la cerámica chanapata comprende el pulido y las


incisiones'. La intensidad del pulido puede variar desde vasjjas que apenas si tienen
unos cuantos golpes en su pane externa,
, a otras que han sido cuídadosamente pulidas
tanto por dentro como por fuera La decoración más común en estas vasijas consta
de puntos en torno a la base del cuello o alrededor de la protuberancia de los cuerpos
globulares.'Las incisiones finas también son diseños comunes y por lo general forman
patrones geométricos simples de líneas rectas, aunque en algunos casos se bao
encontrado líneas curvas (Rowe 1944: 16).

Las excavacio.nes en Chanapata permitieron encontrar muestras de vasijas tanto


negras como rojas~ Usando las características de la decoración y del tipo de vasija,
Rowe dividió su colección chaoapata en vatios subtipos:simple, simple incisa,
, puntuada.
pulida con patrones, negra pulida, negra incisa, roja pulida y roja incisa: En Cbanapata
también se recuperó muestras de cerámica pintada~ Sin embargo, Rowe clasificó
es1os fragmentos rnmo pacallamocco blaoco sobre rojo y pacallamocco rojo sobre
pardo, pues las pie,.as pintadas eran más numerosas el! el sitio del mismo nombre.
,, También sé encontró que la cerámica cbaoapata tenfa diversas figuras modeladas
de animales y seres humanos, así como pequeñas figurillas en sus asas y otras
superficies ex temas. Estos aspectos de las colecciones chanapata han sido estudíados
por Jorge Yábar Moreno (1972, 1982) y Dwyer (1972).

En 1anto que uno de los sit.ios más tempranos del valle del Cuzco, Chaoapata, ha
recibido considerable atención arqueológica. En I 960 Chávez Bailón excavó allí con
m.iembros de la Expedición Científica a los Andes de la Universidad de Tokio. F.studios
adicionales fueron llevados a cabo por Jorge Yábar Moreno ( 1959, 1972, 1982),
Frederic Engel, Barreda Murillo y otros profesores y alumnos de la Universidad San
Antooio Abad del Cuzco. El sitio fue destruido por la expansión urbana del Cuzco.

Las investigaciones proseguidas por Rowe en la región del Cuzco, a mediados de la


década de l950, identificaron varios sitios chanapata que contenían una mayor

116
Cerámi<'a del Horizonte Tempra,w

frecuencia de vasijas rojas finas que negras. Estos hallazgos le hicieron revisar su
información de Chanapata y allí encontró que la frecuencia de las vasijas negras
pulidas disminuía desde la cima hacia e l fondo de las excavaciones. Rowe ( 1956:
143) dice: ·'E.sta situación sugiere que los lugares únicamente con vasijas cocidas
rojas son posteriores a la ocupación principal de C..1tanapata. A esta fase roja recie:'n
identificada la hemos llamado "chanapata derivado" [ . .. J'. Los fechados
radiocarbónicos de Chanapata y Marcavalle respaldan la propuesta de que en la
secuencia chanapata hubo un cambio de vasijas negras a otras rojas. Sin embargo, a
pesar de este cambio varias de las fom1as de vasijas de "chanapata derivado" son
similares a las chanapata. Patterson (1967: 143) halló una importante e xcepción a
este enunciado; él señala que la característica.tal vez más típica de las colecciones
de chanapata derivado "son bordes engrosados en vas(jas cerradas y groesos l'¡ordes
biselados o planos en los platos abiertos y tazones.".

Gracias a que el infonne inicial de Rowe sohre la arqueología del Cu zc-0 incluía una
extensa descripción y numerosos dibujos de la cerámica cbanapata, comprendemos
eSte esti lo relativamente bien, además que se le ha hallado en diversos Jugares de !a
región cuzqueña. Esta cerámica ha sid(l identificada por Chávez Bailón (com. pers.,
1992), Barreda Murrillo (com. pers., 1992) y Zapata (com. pers., 1992) en sus
res¡>e{:tivas excavaciones e n Batán Urco, y por Dwyer ( 1972) en Minas Pata. Los
trabajos realizados en Marcavalle por Chávez Bailón, Barreda Murrillo y Lyon e n
1963, y por K. Chávez entre 1966 y 1968, también produjeron numerosos ejemplos
de cerámica chanapata y ''chanapata derivado". Dichos estilos fueron asimismo
encontrados en Wimpillay (Valencia ?..egarra. com. pers., 1992), Písac (Gibaja Oviedo,
com. pers., 1992), en la pampa de Anta y en Paeallamol'.CO (Zapata, com. pers.,
1992), a~í como en otros lugares de la región de Cusichaca (Kendall 1976., 1982:
Hey 1984; LunL 1984) y dela cuenca de Lucre (McEwan 1987: 9-21)1 .

J A vece.~ se denomina pacalJanlocco a c:h:ino.p;i,t:i. derivado (Pauerson 1_%7: 143).


1 Para un examen comprehensivo de los sitios formativos conocidos en la región del gran Cuzco v~c
Zapota 1998.

117
Las a111igüas tradiciones alfareras de la región del Cuzco

Fechando la cerámica chanapata y cbanapata derivado

Hay dos fechados disponibles para materiales "chanapata derivad o" de las
excavaciones que K. Chávez (1980: 24) hiciera en Marcavalle (Lawn 1971 : 373).
La primera de ellas e.s 2131 ± 55 A.P. ([P 1560) 181 ± 55 a.C.) y la segunda 2096 ±
51 A.P. ([P 1561] 146 ± 5 1 a.C.). Zapata (1998: 333) dio un fechado adicional de
2073 A.P. ([Hd 17619-17089} 105 ± 35 a.C.) procedente de Batán Urco.

Hay varios fechados radioca,bónicos de los niveles excavados con cerámica


chanapata. Los crabajos realizados en Chanapata en 1960 per Chávcz Ballón
produjeron dos de eJlos (Yamasaki et al. 1966: 337). La primera muestra dio 2520 ±
150 A.P. (fN 89] 570 ± 150 a.C.). La segunda dio la fecha menos útil de 2360 ± 760
A.P. ([N 90] 4 IO ± 760 a.C.) debido al pequeño tamaño de la muestra Patterson
(1967: 143) menciona otra muestra (¿Gak?) del sitio que dio 2600 ± 150 A.P. (650±
150 a.C.). Una de Chanapata pre.~entada por Engel (Krueger y Weeks 1966: 155)
dio 3330 ± 240 A.P. ([GX 203] 1380 ± 240 a.C.), lo que parece ser demasiado
temprano para chanapata. pero podría estar fechando uo nivel inferior de materiales
marcavalle del sitio. Las investigaciones de Kendall en la región de Cusichaca dieron
otra muestra eón una fecha de 2380 ± 70 A.)'. {[BM 1633J414 ± 70 a.C.), procedence
de Hu.iUca Raccay (Burleigh et al. 1983). Con base en estas fechas se puede sugerir
que la producción de la cerámica chanapata y afines comenzó alrededor de 600 o
700 a.C. y prosiguió tal vez hasta el final del primer milenio después de Crist(l.

Cerámica marcavalle

Marcavalle se encuentra entre Cuzco y San Sebastián, en la margen occidental del


río Cachimayu. La ocupación prehistórica de este lugar fue señalada por vez primera
por Chávez Ballón y Yábar Moreno en 1949. Chávez Bailón y Rowe hicieron
colecciones de superficie allí en 1954 (K. Chávez 1980: 211 ). En su artículo de 1956,
Rowc concluyó correctamente que el Jugar comenia restos chanapata y pre-chanapaia.
La cerámica de este último tipo se llama ahora marcavalle.

l 18
Cttámi<'u del lli>riwntc Ttmpumo

Las primeras excavaciones en el lugar fueron dirigidas por Barreda Murillo y Lyon
en 1963 y J964. Los resultados preliminares de estos 1r.1bajos fut'.ron presentados
por Barreda Murillo ( 1973), conjuntamente con la primera. descripción e.le la cerámica
del lugar. K. Chávt'-Z. (1980: 2 13) informa que otras colecdones de 511perficie y
excavaciones fueron realizadas en el lugar durante las décadas de 1960 y l 970 por
miembros de la comunidad académica cuzqueña, incluyen do a Leandro Zans Candia,
Jorge Yábar Moreno, María Luisa Núñez del Prado de Guzmán y otros profesionales
como Edward P. Lanning, John Rowe, Tom Pattcrson y Frt'.deric Engel. A pesar de
su posición singular en la historia culwral dela región del Cw;co, el yacimiento ahora
está destruido casi por completo. Valencia Zegarra y Gibaja Oviedo (1991) han
documenlBdo su destrucx:ión y han abogado por su preservación.

El eswdio más grande de Mnrcavalle fue supervisado por K. Chávez emre 1966 y
196S. Sus invesugaciones es1án documentadas en una serie de publicaciones (K.
Chávez. 1977, 1980, 198 la, 1982). K. Chávez a partir de su extenso esrudio de los
atributos de la cerámica de este lugar definió diez formas principales de vasijas
(ollas, tazones, tazones cuadrados,jarras, tazones poco profundos, tazones carenados,
tazones ovales. tazones de paredes convergentes y tazc,nes dobles) y dividió las
colecciones de Marcavallc en cuatro fases (de la A a la D). Asími~mo describió
ocho acabados de la superficie, dieciséis grupos de pasta-temperante y numerosas
técnicas decorativas.

A diferencia de chanapaia, la alfarería marcavallc no ha sido hallada en ningún ouo


lugar de la región del Cuz.coy pareciera estar limitada al valle. Se han hec.hoesfuerzos
considerables por fecharla, en tanto es el estilo alfarero más temprano conocido en
es1a región. Una muestra de carbón (GX 0453) procedente de las excavaciones de
Barreda Murillo y Lyon de 1963, dio una fecha de 695 :t 115 a.C. (Panerson 1967:
143; Lawn 1971: 373)3• K. Chávez dio cinco fechados para la cerámica marcavalle:
2571 ::t 45 A.P. ([P 1562) 621 ± 45 a.C.), 2661 ± 46 A.P. ([P 1563] 711 :!: 46 a.C.),
2685 ± 49 A.P. ([P 1564] 735 ±49 a.C.), 2860 ± 47 A.P. ([P 1566] 910 ± 47 a.C.) y
2916 ± 55 A.P. ((P 1567] 966 ± 55 a..C.). EstaSfechas indican que la producción de

3 K. Oi.ivcz. ( 1980; 214) r<pOl'l:l que Engcl oblu,-o dos íecmdos od.ñollAlt.s (1 3093 e 1· 3094) en CSlC
lug;,r cn 1966.

119
Las antiguas tradiciones (!/fareras de la región del Cuzco

cen1rrnca marcavalle comenzó alrededor de 1000 a.C. y prosiguió hasta alrededor


de700a.C.

Cerámica formativa de Paruro

La cerámica marcavalle es reconocida como la forma má~ temprana de alfarería en


.la re;gión del Cuzco y ha sido fechada entre 1000 a.c. y 700 a.C. por K. Chávez
( 1982: 2). Le sigue la cerámica chanapata, así como un ampl io espectro de alfarería
afín denominada "chanapata derivado". La cerámica más 1emprana de la provincia
de Pamro comparteunasestrechassími lírndescon la "chanapata deriv.ado", tal como
la describiese Rowe ( 1944, 1956), antes q ue con la chanapata o marcavalle. No
obstante, debe señalarse que la alfareña temprana de Paruro no es idéntica a la
"chanapata derivado" encontrada en el valle del Cuzco. Por lo tanto se la clasificará
como "formativa de paruro".

Descripción

• Pasta
La cerámica formativa de paruro tiene una textura tosca con una eantidad sustancia:!
de inclusiones - no plásticas- blancas, que .varían en tamaño entre 0.01 y 0.30 cm.
Hay una presencia considernble de oro y mica neb'Ta, así como de numerosas
inclusiones mates y negras. La pasta es medianamente suave en su dureza y al
bornearse alcanza un color anaranjado, rojo o, más raramente, negro.

• Elementos del diseño, color y tratamiento de la superficie


La cerámica formativa de paruro tiende a estar extensamente pu lida en el exterior,
pero la cal idad del mismo varía. Algunas piezas Jo están de modo ocasional y presentan
una matriz suelta de líneas verticales y horizontales, en tanto que otras están
extensamente pulidas y su exterior retiene un brillo medio. Sin embargo, los golpes
del pulido pu~den ser identificados incluso en las piezas más finas.

Algunos de los fragmentos formativos recuperados en Paruro comienen los restos


de una pintura roja oscura y se han notado los posibles restos de un pigmemo blanco

120
Cerámica del Horizonie Temprano
- - - --

en unas cuantas piezas adicionales. Unas finas incisiones y otras tallas apanxen en
el excerior de la~ vasijas y en algunos casos se observaron pu neos.a lo largo del cuello
de las jarras.

- Formas de las vasijas


Es difícil discuti-r las formas e.specíficas de las vasijas dado que durance las
investigaciones.efectuadas en la provincia de Paruro no se rec uperó ninguna de ellas
completa o que pudiera ser reconstruida (fotografías 5-1, 5-2, 5-3). A partir de los
fragmentos disponibles pareciera que las vasijas más comun.e s eran globulares y que
-, fueron producidas con una gmn variedad de formas de-los hombros, cuellos y bordes
1
r, (dibujo 5-0. Varias de estas formas globulares contienen bordes divergentes con
' puntos de inflexión definidos (dibujo 5-2). No es raro que los labios imemos de esws
J
v últimos bordes sean aplanados(dibujo ~-2A-C). Otras vao;ija~ tenían grandes cuellos
ligeramente divergentes (dibujos 5-3 y 5-4A) o pequeños cuellos abreviados (dibujo
5-4B-C).

Se ha encontrado pequeños tazones de paredes convergentes (dibujo 5-41;:), así como


numerosos ejemplos de grandes tazones con paredes divergentes rectas. Los labios
de estos tazones ha n sido pellizcados a 1 o 2 cm del borde (dibujo 5-5A-C), eo tanto
que otros tienen un labio bulboso que ha sido aplanado en el interior (dibujo 5-5D-F).
F,s más raro que toda la superficíe del labio interior conteoga diseños incisos·complejos
(dibujo 5-6). Estos tazones acampanulados de paredes rectas son similares a las
vasijas "chanapata derivado" descritas por Pattcrson (1967: 143) como platos abiertos
-'
' y tazones con bordes biselados o planos.

En las colecciones de alfarería formativa de paruro también hay una gran variedad
' de tazones con pare.des verticales o divergentes (dibujo 5-7). El interior de algunos
D
de ellos están incisos (dibujo 5-7B-C) o tallados (dibujo 5-7E), y otros tienen bandas
protuberantes (dibujo 5-7A). Los labios de varios tazones ~scán recubiertos con
impresiones ovales {dibujo 5-7D) y algunos tienen asas incisas con lúieas paralela~
cortas (dil:iujo 5-8A-B).

Las figurillas planas en losas, hace tiempo observadas en las colecciones de chanapata
de la región del Cuzco (Dwyer 1972; Yábar Moreno 1982), asimismo han sido halladas

12 1
l~s (lntiguas trlUliciones alfareras de la regü~n del Cuz.1.'o
~~~~~~~~~~~~

en la región de Paruro (dibujo 5-8C). Es más, se encontró que algunas vasijas con
cue.llo tie.nen rosrros humanos modelados con ojos semejantes a granos de café, y los
ojos y nariz son prominentes (dibujos 5-9 y 5-10).

Distribución y fecbado

Si bieo actualmente no contamos con fechados radiocarbónicos para los materiales


formativo de paruro, las similitudes que tienen con la cerámica "chanapata derivado"
del valle del Cuzco sugieren que fueron producidos aproximadamente al mismo tiempo.
La cerámica formativa fue hallada en treinta y un sitios de la zona de investigación
(mapa 5-1 ). Estos lugares tienden a e.star en las altas laderas de los valles,
frecuentemente en las cumbres de cerros, colinas, promontorios y en los extremos
de las cadenas montañosas. F..stos hallazgos no son inconsistentes con los de otros
investigadores que trabajan en diferentes partes de la región del Cuzco. Por ejemplo,
Huillca Raccay, el sitio más grande en la región de Cusichaca relacionado con
chanapata, se encuentra en un elevado promomo.io (Hey 1984) y el de Chaoapata
está en una pequeña c.olina bastante alejada del piso del valle del Cuzco. Asimismo
debe señalarse que en los materiales formativos de Paruro hay una co.nsiderable
variación en las formas y atributos de las vasijas. Ello sugiere que en este periodo tal
vez hubo una serie de zonas locales de producción alfarera.

122
• · d~J Pmodo
Cerunuca , ¡ntermed,n
. "(t1nprnn"

N
!A

o 'º 21) 60

L
~ ~~ ~~ ~·~s,••
Mapa 11r. oor.~tribucidnde
• sitios con cer.fmica formabva

123
6

UNA SECUENCIA
ALFARERA REVISADA
DE LA REGIÓN DEL
Cuzco
Las cronologías de cerámica son una herramienta decisiva que los arqueólogos
usan al examinar los desarrollos culturales prehistóricos e históricos. Relativamente
_p<)cos estudios arqueológicos pueden llevarse a cabo sin ellas. La primera de estas
secuent:ias para la región del Cuzco fue propuesta en 1956 por Rowe y esta secuencia
general dividió el periodo prehispánico de la región e.o siete amplias clasificaciones
temporal-alfareras. Si bien buena pane de las actuales investigaciones arqueológicas
en la región del Cu7.,co se han concentrado en la descrip¡;ión y el análisis de sus
culturas preincaicas, son pocos los nuevos estilos alfareros que han sido propuestos
formalmente. La falm de descripciones e ilustraciones de varios de los estilos
rnzqueños limitan las investigaciones arqueológicas en la región. Dado que hay pocas
fueote.s publicadas de alfarería cuzqueña, cada invesligador debe comenzar
nuevamente la identificación, definición y descripción de los estilos de esta región.

En el presente estudio se desarrolla una secuencia alfarera para la provincia de.


Paruro y se la combina con los resultados de las investigaciones llevadas a cabo eo
otras partes de la región del Cuzco (figura 6- l ). La secuencia revisada resultante
cubre más de 2 000 años. Ella se inicia con las rústicas pastas y vasijas del Horizonte
Temprano y termina con la espectarnlar cerámica del imperio incaico.

El estilo alfarero más temprano hasta ahora i<kntificitdo es marca valle, que ha sido
hallado en un solo lugar del valle del Cuzco. Los fechados radiocarbóoicos indican
que esta cerámica fue producida entre J 000 y 700 a.c. Mayores investigaciones en
este valle tal vez remonten hacia atrás el origen de esta alfarería o descubrirán a su
predecesor.

127
l.as antiguas tradiciones uljarcrus de la región del Cuzc<>

Las vasija~ chanapata, "chanapata derivado" y afines, como la cerámíca fomiativa


de l'aruro, que sigue a marcavalle en la secuencia. están ampliamente esparcidas
por toda esta región. Muy probablemente hubo varios pequeños centros productores
de esos estilos alfareros en toda ella, cada uno de los cual('.S producía arúcu los
vagamente similares. Se requiere de extens<>s análisis de las pastas para así
comprender mejor la distribución de estos tempranos estllos.

Comprendemos mal la cerámica del Periodo Intennedio Temprano. La producción


de algunos eslilos derivados de chanapata podría haber proseguido a lo largo de este
periodo o haber s.ido reempla7..ada por la de estilos actualmente no identificados. La
alfarería de la región del Cuzco podría haber sido influenciada por formaciones
políticas del Altiplano en ese periodo.

A pesar de la larga presencia wari e11 la región del Cuzco, la mitología incaica sugiere
que los incas se asociaban a sí mismos más con Tiwanaku que con Wari. En los
mitos incaicos las ruinas de la ciudad de este mismo nombre son mencionadas
específicamente corno un lugar de importancia primaria y el lago Titicaca es identificado
como el lugar de origen del sol y la luna. Esta aparemc "afiliación altip Jánü:a" resulta
algo problemática, pues hay poca.~ evidencias - a diferencia de lo que sucede con
Wari- de que dicha formación púlítica lacustre haya influido en la reg:ión del Cuzco.
Sin embargo, se hace cada vez más e.Jaro que podría haber existido algún tipo de
contacto entre Cuzco y el Altiplano durante el Periodo Intermedio Temprano. Por
ejemplo, se hallaron incensarios incisos entre e l lago Titicaca y el Cuzco. Las
investigaciones en la provincia de Paruro recuperaron fragmentos de estos a menos
de 15 l<ilómetros del Cuzco por vía aérea. Es más, un nuevo esti lo alfarero llamado
muyu orco fue identificado en la provincia de Paruro y materiales similares han sido
encontrados en e.J valle del Cuzco. Este e.~tilo está caracterizado por unas brillantes
figuras negras, blancas y anaranjadas pintadas sobre un fondo rojo oscuro; dichos
colores están tradicionalmente asociados con la cerámica pucará y tiwanaku. Diversas
formas y atribucos de las vasijas halladas en la~ colecciones de alfarería muyu orco
asimismo sugieren vínculos con el Altiplano antes que con Wari . Habiendo recuperado
la cerámica muyu orco en la región del Cuzco, podemos proponer qu.c la iofluencia
procedente del área del Títicaca debe haber proseguido hasta la ocupación wari.

128
Una secuencia alfarera revisada de la regMn del Ci,zco

Qotakálli es un estilo singular con engobe crema y complejos diseños geométricos.


Identificado por vez primera en el valle del Cuzco a mediados de la década de 1960,
ahora se sabe que estuvo ampliamente difundido. Las excavaciones realizadas en
Píkillacta y Batán Orco recuperaron piezas de este estilo asociadas con fragmentos
relacionados con wari, lo cual indica que fue usado d\lrante el periodo de control de
esta cultura. Sin embargo, el único fechado radiocarbónico disponible para este estilo
sugiere que su producción comenzó hacia el final de Periodo lntennedio Temprano.
En otras palabras, qotakalli actualmente parece haber sido el prindpal estilo alfarero
nativo de la región, durante el tardío Periodo Intennedio Temprano y el Horizonte
Medio:

Durante el Horizonte Medio dos fomiaciones políticas, tal ve-l com¡x~tidoras entre sí,
controlaron las sierras del centrn y sur de los Andes. El Estádo wari se. e.~pandió
desde. Ayacucho entre 550 y 900 d.C. La formación política tiwanaku, ton su centro
en la región del lago Ti ti caca, comenzó a expandirse alrededor de 500 d.C. y colapsó
aprnximadamente al mismo momento que Wari. Durante este periodo de desarrollo
estatal en los Andes, 1a región del Cuzco experimentó un florecimiento de la cerámi,a
imponada y aquella producida localmente. El Cuzco fue ocupado por Wari desde
aproximadamente 600 d.C. hasta el colapso del imperio. Pikillacta, uno de los más
grandes sitios de la sierra sur, fue construida por los waris en la cuenca de Lucre, a
unos 35 km al sudeste del Cuzco. La conStrucción de este lugar constituyó una
enorme inversión de tiempo y trabajo para ello&, Se cree que este fue el centro
admin.istraúvo de la región sur de su reino. No obstante, aún quedan por esnidi.arsc
los efe.ctos que los siglos de ocupación wari tuvieron en las poblaciones locale.5
a~ntadas en el Cuzco, así como Ja naturaleza y el grado de control wari en la región.

129
Las a11tig¡,as tradiciones alfareras de la región del Cuzco

1600dC

1500
1l
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1400
11 1 • s
1:!
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1300

1200

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J:
700
800
900
~1
~
~
:E


1000 aC
·HT :Hoñzonte Tardío

Figura 6. 1. La sucesión cerámica actualizada para el valle del Cuzco

130
Una secuencia alfarera revisada de la rtgió11 tkl Cu~ro

Los investigadores han reponado haber hallado pe.queños números de vasiJas


chakipampas y ocros en la región del Cuzco. Estas vasijas fueron importod:is de la
región ayacuchana. Sin embargo, en el Cuzco !ambién se produjo cerámica de estilo
wari durante el l lorironte Medio. La cerámica de este estilo imita estre<:hamente a
la de la tierra natal wari. pero fue producida localmente. Porejemplo, 11.\S tazooes dt'
estilo ocros (wari cuzqueño) han sido hallados en diversos sitio~ de la región del
Cuzco y frecuentemente se les usa para identificar los que fueron ocupados durante.>
el periodo de control wari. Sin embargo, en la región de Paruro hay relativamente
pocos lugares con dkhos eslilos alfareros. Los pocos que sí tien,·n cenlmica wari y
de estilo wari escán relativamente cerca de la cuenca de Lucre. en el valle d~I río
Paruro. Estos hallazgos sugieren que la influencia wari estuvo concentrada en ~1s1a
cuenca y que no cubrió un área significativa hacia el SUL

Hace ti.empo se ha aceptado que varios esúlos alfareros fueron producidos en la


región del ('uzco durante d Horizonte Medio. Arahuay es uno de lo$ nuc\'os estilos
más importantes recién identificados en esta región y periodo. Se carac1cñza por
usar amplias bandas rojas deline-.ulas con angostas líneas negras. La ccr.unic-., arahuay
parece ha~r sido producida durante la presencia wnri en la región cuzqueña. pues
se han recuperado frngmcntos de la misma en Pikillacta y con estilos afines n wari
en Batán Orco.

Ccoipaes un escilo alfarero relativamente cose-o que tiene diseños geonll'!tricos simples
sobre pintura roja y Mgra, alternante. Tal vez un estilo autóctono; ccoipa pareci.-ra
haber sido producido en la región de Paruto dorante el mismo periodo que qotakalU o
tal vet algo más carde.

La caída de Wari y el abandono subsiguiente de su centro administrativo de Pikl llacta.


en la cuenca de Lucre. tal vez en fecha tan tardía como 900 o 1000 d.C., marró el
inicio de un desarrollo esiatal autóctono en la región del Cm:co. Alrededor de 1400
d.C. los incas habían unificado esta región bajo su control y el Cuzco había pasado a
ser su capital. Las evidencias procedentes de las prospecciones regionales sistemáticas
efectuadas en la provincia de Paruto sugieren que la cerámica killke fue producida
en el vnlle del Cuzco durante cs1a fase de fonnacióo estatal y que er.i intercambiado
en una región coa un radio de 60 km.

13 1
Las antiguas tradit:iones a/fareras de la región del Cuzco

Otros estilos alfareros fuerou producidos en la región del Cu,:co durante el Periodo
Intermedio 1ardío. La cerámica colcha. manufacturada al sur-del río Apurímac, en
la zona del río Araypallpa, constiwye uno de estos esci los. Esca cerámica ha sido
c lasificada como afín a kilke porque ambas comparten una serie de atributos,
incluyendo e lementos geómecricos de diseño y formas de vasijas. Se e:spera que
otros estilos relacionados con killke serán identificados a medida que prosigan las
investigaciones e n esta región.

Debe señalarse que las relaciones crono lógicas propuestas eotre varios de los estilos
alfareros aquí presentados son especulativas y re<¡u iere.n de más investigaciones.
Algunos de ellos, comochanapata, marcavalle y de estilo ocros (wari cuzqueño) han
sido techados con varias muestras radiocarbónicas. Las datacio nes de otros, como
killke, colcha, qotakalli, ccoipa y "chanapata derivado" se basan en apenas eres
muestras o menos. Arahuay fue fechado estratigráficamente en las e xcavaciones
de los yacimientos waris de P ikillacta y Batán Orco. Las fechas de o tro~ materiales
<:erámicos más, como muyu orco, siguen estando mal comprendidas, aunque se puede
inferir su edad a partir del estilo.

Fuwras investigaciones tal vez hagan necesario redefinir los estilos aquí descritos.
Para evaluar las afiliaciones temporales propuestas son especialmente importantes
la excavación de sitios estratificados y la recuperación de fechados radiocarbónjcos
adicionales. Dado que e l ritmo de las investigaciones arqueológicas c rece
gradualmente en la región del Cuzco, no cabe duda de que se habrán de hacer
nuevas observaciones y que nuevos estilos alfarero!> serán identificados en el
transcurso de la década siguiente. Est0s avances son necesarios para que podamos
comenzar a comprender la historia cultural de la región y los procesos que llevaron al
desarrollo de uno de los más grandes imperios del Nuevo Mundo.

132
ANEXO:

F OTOGRAFIAS

1.U
Capítu!CJ 1

CAPÍTUU) 1

Foto 1.1. Cerámica. sillvstani

Foto UJ. Cerámica vrcusuyo


!,as anrigaas lrat!icüJnl'.\ aljart'ra.,· dt' la r,,gión dt,I ( ·uzco

Foto 1.3. Cerámica pacajes

l.l 6
Capítulo }.

C APÍTULO 2

Foto 2. 1. Ccr6mlca lucre

roto 22. Cerdm/cll Juc,e

IJ7
~ uad1n,me.< a/;arcmr de la región del ( kco

Foto 2.3. Cerámica ki/lke: tazones

Foto 2.4. Cerámica ki//kc: tazones

1.1 &
C<1pl111/" :?

roto 2.5. Cerámica killke: tazones de pareaes convc,gontes

Foto 2.6. Cerámica killke: jarras cuello-cara

139
las ,u111guaj !l'tulicünu:s alfcu·eras de la región del Cu::cu

Foro 2.7. Cerámica kíllke: jarras cuello-cara

Foto 2.8. Cerámica killke: jarras cuello-cara

140
('opír¡tlo 2

Foto 2.9. Cerámica colcha; tazones

Foto 2.10. Cerámica colcha: tazones

141
Í.d., ,uui,f!,tu1s tr(J(lici<>lt('S a(fo,,·1<1.)' d,/ U1 región tic! ('uzco

F.oto 2.11. Cerámica colcha: tazones

...
• •
'

Foto 2. 12. Cerámica colcha: tazones

142
(.( ;pitulo

.: CAPÍTULO 3

Foto 3.1. Tazones de paredes dívergentes y rectas de Muyu Roqo

Foto 3.2. Tazones de paredes divergentes y rectas de Muyu Roqo

14J
l.as a,11iguas 1radido11es alfareras de la región del Cuzco

Foto 3.3. Vasijas anaranjadas de Muyu Aoqo

..

Foto 3.4. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo

144
(.'apí1uln 3

Foto 3.5. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo

Foto 3.6. Vasijas anaranjadas de Muyu Aoqo

145
<
l .d:.' mHigutL\' trtuli rion(ls t.újáreras tÜ• li~rt'git~n tirl Cuz.ro

Foto 3.7. Vasijas negras con incisos de Muyu Roqo

Foto 3.8. Vasijas negras con incisos de Muyu Roqc>

14(,
C'1Jf1Ítul1> ¡

ro:o 3.9. Vasi¡as negras con incisos de MIJ)'IJ R4q0

Foto 3.10. Cerámica arahuay

14 7
!:as a11tigru1.,· Jradh·i<)lzes aljatrras de fa re~üJ,r del (."u:ca

Fo.to 3.11. Cerámiea arahuay

Foto 3. 12. Cerámica amhuay

l 41(
<~apítulo

Foto 3. 13. Cerámica arahuay

Foto 3. 14. Cerámica arahu;;y

149
í
/.as antigtt(l.'f ;rad;ciones alf(ireras de la ragián del ('uz t·o

Foto 3. 15. Cerámica arahuay

1-·oto 3. T6. Copas (ccoipa) con paredes rectas

150
Capít1ti<1 3

Foto 3. 17. Cerámica ccoipa

a:
Foto 3. 1 Cerámica ccoipa

15 ]
fos ""liguas rnuiiciu11es tl/jlJrt'ras de la tegión del Cuzco

).

'

Foto 3. 19. Copas horizontalmente incísas

152
Cap,1ulo 4

C,4PÍTULO 4

Foto 4. 1. Cerámica qotakalli

Foto 4.2 . Cer:ímiéa qotak31//

J 5.l
! ..as antiguas trtulü:i(nu~s a lfurc.ras dt· la región del (~uzct,

Foto 4.3. Cerámica qot/ilkalli

Foto 4.4. Cerámíca qotaka.1/i: t~zones de paredes fuerlemente inclinadas

154
C11pí111/a .¡

Foto 4.5. Cerámica muyu orco

Foto 4.6. Cerámica muyu orco

155
/.(~5 an1iguas rrtutU.·ioues a1ft::r'er1.tr de Id re.~h.ín <le/ ( ·uzco

/-oto 4.7. Cerámica muyu orco

Foto 4.8. Cerámica muyu orc:o

15ó
( ·apitula 4

Foto 4.9. Incensarios incisos de Parurc

F-oto 4. 1O. Incensarios incisos del valle do/ Cuzco

157
Las antf.'tu.as tradiciortCs alfarera,f de fa regU511 del c·uzco

Foto 4.11. Incensarios incisos del valle del Cuzco

/,<>to 4.12. Tazones poca p,otundos

158
C11p1111/i, .'i

CAPÍTULO 5

Faro 5 1. Ccrdmíca tarmaffl,a de Poruro

Foto 5-2. CQ!ilmica fom>.ativa de Ponuo

159
ÚIS t11ll/.~11t1r m1d/(/011~s a/jllr~ra.r de la región del ( ·u;:, 11

Foto 5.3. Ceramica formattvt1 de Paruro

l60
DIBUJOS

16 1
Capirulo !

CAP!Tl!L02

A B

E F

• Negro
[fil Rojo

Dibujo Z 1. Cerámics killke

ló3
Las amiguas tradicio11es a/fareras de lo región del Cu::co

A B

e o

--~--
O 'i 2 3 4 5CM

Dibujo 2.2. Cerámica l<il/ke


~
Negro

Rojo

164
Capírulo 2

A
)
B

---~
O 1 2 3 .4 SCM
• Negro
®! Rojo
Dibujo 2.3. Cerámica killke: tazones

165
Las antig/,/aS tradiciones alfareras de la región del Cuzc.o

._.._..._
O 1 2 3 4 5CM

~
Negro

Rojo

Dibujo 2.4. Cerámica killke: tazones

166
Capítulo 2

• Negro
mi Rojo
Dibujo 2.5. Cerámica killke: tazones

167
l.as omiguas tradiciones alfareras de ·la región del Cu::,·o

A ·r:p¡
B

O 1 '2 3 ,¿ SCM
~ .... • Negro

Dibujo 2.6. Cerámica kil/ke: tazones

168
t·apitulo 2
----

• Negro
O 1 2 3 4 5a,
..-..--..;¡ rmJ Rojo

Dibujo 2. 7. Cerámic;, killke: t;,zones

169
l,as antiguas tradiciOnéS alfareras de la región del C.kco

• Negro
012345CM

~ ~ Rojo

Dibujo 2.8. Cerámica kil/ke: tazones

!70
Capihtlol

O 1
'-'-
2

- -
3J J CU

Dibujo 29. Cerámica kíllke: tazones


Negro

Rojo

171
Las antiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzc°'
~~~~~~~~~

• Negro
____
O 2 3-..;¡
1 4 S CM

fm Rojo

Ojbujo 2.10. Cerámica kil/kelinka

172
Capitulol

A 1 •

8 l .

• Negro

ffill Roj"o

Dibujo 2.11. Cerámica lcillke: tazones de paredes convergentes

17J
ú1.r anriguas cradiáones alfareras de la regió n del Cuzco

A
,. e, t
w
B 1

Q
e '
'4jj D \
D

)
E

F
J
O 1 2 3 4 5C'.1
• Negro
.---s.1 ~ Rojo

Dibujo 2. 12. Cerámica kil/ke: tazones de paredes convergentes

174
l'apítu/,J 2

uu
- --~ 5 CM

~
Negro
Rojo

Dibujo 2. 13. Cerámica killke: jarras cuello-cara

• Negro
~ Rojo

Dibujo 2. 14. Cerámica killke: jarras cuello-cara

! 75
Lns antiguas tradiciones alfareras de la región del C11zco
- - - - -- -

~ªl
B

u~ 2 3 4 50,1
• Negro

ffl1 Rojo
Dibujo 2. 15. Cerámica ki/lke: jarros cuello-cara

176
Ccpitui,, 2

.... '

----...
O 1 2 3 4 SCM

ffl
Negro
Rojo

Dibujo 2. 16. Cerámica kí/lke: jarras cuello-cara

177
,

Las amiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzco

O 1 2 3 4 SCM
• Negro

~ !iJ Rojo
Dibujo 2. 17. Cerámica ki//ke: jarras cuello-cara

178
Capi1ulo 1

...
A

o ·11
~
B

F
I
~---
O 1 2 3 4 5CM
11 Negro o marrón
00 Rojo
Dibujo 2. 18. Cerámica colcha

179
IAs QJttiguas tradiriones alfarera., de la n,gi6n del Cu:co

B \ =·, ~ 7
e U 81
o
V'~
E O'e77'
F
r;;7
O 1 2 3 4 5 CM • Negro o marrón

~ fm Rojo
Dibujo 2. 19. Cerámica colcha

ISO
Capitulo 2

A
( )

D
0[~7
E
pt
F
.~'. v ~

-- ...
O 1 2 3 < SCIA •
Íffi

Dibujo 2.20. c«funica wlcha


Negro o marrón
Rojo

181
Las u111iguas tradiciont!f alfa,·1,ra., de la rcgióll del Cuzco
----

B • 1
I •

,... ~ J'
e

~
D

- .......
• Negro o marrón
~ 2 3 4 5CM
~ Rojo

Dibujo 227. Cert,miC6 colcho

182
7
B

• Negro o marrón
~ Rojo

Dibujo 2.22. Cerámica colcha

183
las antiguas rrad,ciones alfareras de la región del Cuzro
--------

U \J7
B

• Negro o nwrón
(3 Rojo

Dibujo 2.23. CerámiC3 colcha

184
Ct1pirulo J

o '11
~ ' .•
-~w

L.r2
-~
~
3 • 5CM
• Negro o mamln
!fill Rojo
Dibujo 2.24. Cerámica colcho

185
[,as antiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzco

O ~ 4 S CM
11 Negro o marrón
-:mm.¡¡ ~ Rojo

Dibujo 2.25. Cerámica colcha

186
Capúulo 2

• Negro o marrón
!iID Rojo
Dibujo 2.26. Cctámica colcha

IS7
Las 11mig11as rradiliones alfareras de la región del Cuzcu
~~~~~~~~~~~~

A
(J ry7
B
t:J'D/
e

• Negro o marrón
!fJJ Rojo
Dibujo 2.27. Cerámica colcha

188
C(lpítu!o 2

0 1 2 3 4 5CM • Negro o marrón

~ !ffl Rojo
Díbujo 2.28: Cerámica colcha

189
l,as antiguas lradiciones alfareras de la. región del Cuzco

I
D

-----
1 2 3 4 5 CM

Dibujo 2.29. Cerámica colcha


• Negro o marrón

ti Rojo

190
Ci1pirulo 2

A
,J

• Negro o marrón
~ CM
iJ Rojo
Dibujo 2.30. Cerámica colcha

191
CapihdoJ

CAPTTUL03

O 1 2 3 4 SCM • Negro O Blanco


~ OOJ Rojo 12'.l Incisa
Dibujo 3,1. Ccrómica de Muyv Roqo; tazones de paredes convergentes

193
Las antiguas tradiciones alfareras de la ragián del Cuzco
~~~~~~~~~~~~

llllO Amarillo/anaranjado
0 1 2 3 4 5CM O Blanco • Negro

~ ff@ Gris ~ Rojo/anaranjado

Dibujo 3.2. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de paredes rectas

194
B

-\
:;.
"•;,:,'

l
_.,,.,,

111111 Amarillo/anaranjado

o
~
1 2 3 4 SCM
D Blanco
mi Gris •m Negro
Rojo/anaranjado

Dibujo 3.3. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de paredes rectas

195
[,as a!lliguas tradiciolles alfareras de la región del Cuzco

!JIIII Amarillo/anaranjado

'-ir---
o 1 2 3 4 scr.1
O
j)J!
Blanco
Gris

§!l
Negro
Rojo/anaranjado

Dibujo 3. 4. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de paredes rectas

196
Capitulo 3

~,.,,- ·' ..
.•..
...

lllllJ Amarillo/anaranjado
w&
2 3 j;jCM O Blanco
El Gris
• Negro
mJ Rojo/anaranjado
DibLJío 3.5 Cerámica de Muyv Roqo: tazones d9 poro<ics rectas

197
I,as antiguas tradici<>ne$ alfareras de la región ,te/ Cu:co
~~~~~~~~~~~

F
I

!llill Amarillo/anaranjado

~--
O 1 2 3 4 So.1
O
1§1
Blanco
Gris
• Negro
lfill Rojo/anaranjado
Dibujo 3.6. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo

198
Cupitu](I J

uno Amarillofanaran¡ado
O Blanco • Negro
rm Gris ¡g Rojo/anaranjado
Dibujo 3.7. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo

199
Las a11tig11us tr<1didmr~ a/fareros de la región del Crcco

llBB Amaril1olanaranj:ido
0 Blanco • Negro

F&l Gris !fil Rojo/anaranjado


DibuJO 3.8. Vasí¡as anaranjadM de Muyu Roqo

200
C'ap/tu[t) J

0
o

- :·

~--
u '- 3 • SCM
O
12:'J
Blanco

Incisa

Dibujo 3.9. Vasqas negr.,s con incisos de Muyu Roqo

201
las anliguas rradieiones alfareras de la región del Cu=,·n

O t 2 3 4 S CM

~ IZI Incisa
Dibujo 3.10. Vasijas negras con incisos de Muyu Roqo

202
Capitulo .1

~ D
B

~ D
~
e

V
o

Dibujo 3. 11. V3Syas negras con incisos de Muyu Roqo

203
las a,1rlguas rradldonas alfareras di!. la región del Crc:co

I
'
'•
••

IIDll AmarUlofanaranjado
O 1 2 3 4 5CM O Blanco • Negro

~ fil Gris ~ Rojo/anaranjado

Dibujo 3.12 Vasijas negras de Muyu Roqo

204
Capituio 3

• Negro

~ Rojo

Dibujo 3. 13. Cerámic;a arahuay


(CQ!t'esia de Ni:.O To«e$ P<>bJete y Luis Bs.treda liifun'flo)

205
Las antiguas //'(l(/1('/ones alfareras de la región dél Cuzco

I
o

Q "J
E

• Negro
[i) Rojo

Dibvjo 3. 14. Cerámica arahuay

206
Capítulo 3

• Negro

~CM
ifill Rojo
O Blanco
Dib.ujo 3. 15: Cerámica ccoipa: copas con paredes rectas

207
Las antiguas tradiáones alfareras de. In región del Cu:xo
------

··-····

• Negro
lli]j Rojo

Dibujo 3.16. Cerámica ccolpa: cepas con patedes rectas

208
Capitut,, J

uu
- -~
4 SCM
• Negro
GiJ Rojo
Dibvjo 3.17 Cerámict1 ccoipa: copas con paredes rec111s

20'l
!.as a111iguas Y-adiriones atfarr,,ra.• de la n·g,ún ,le/ Creen

1
B

• Negro
[ } Rojo

Dibujo 3. 1B. Certimlca rxoipo: copas con panules rectas

210
Capitulo 3

• Negro
0 1 ?. 3 4 S CM

l.íl".~ fffl Rojo

Dibujo 3. 19. Cerámica ccoipa: tazones

21 1
LO$ antl'guas tradiciones alfareras de la región del C¡aco
~~~~~~~~~~~~

O 1 2 3 4 5CM
• Negro

~ !ffll Rojo
Dibujo 3.20. Cerámica ccoipa

2 12
Capítufo 3

ª~O
, ~ (1 ,.¡ D
·tiff ·~o
"f D
G

-----
O 1 2 3' 4 5CM

Dibujo 3.21. Cerámica ccoipa



!@!
Negro
Rojo

213
Das antiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzc<>

'""","',,
\
\ ..
'•i

'

/J

0 1 2 l 4 5 CM
~
Dibujo 3.22. Cerámica ccQipa: tazón

214
Capítulo 3

O 1 2 3 4 5CM
~
Dibujo 3. 23. Copas horizontalmente incisas

2.15
(.a.t antigua,- trrJdlri<Jnes alfanmJ.S de /u n,gión del Cu:UJ

·<
: ..,. }

Dibujo 3.24. Copas horizontalmcnto Incisas

216
Capit,úo ]

e
I
(
e

Dibujo 3.25. Copas horizontalmente incisas

2 17
Capítulo 1

CAPITUL04

...-.-..
O 1 2 3 4 5CM • Negro

00 Rojo
Dibujo 4. 1. Cerámica qofaka/li

219
Las ar.ng-.ias tradiciones alfareras de la región del Cuzco

• Negro
0 1 2 3 4 5 CM
¡..-_-.;¡¡ @m Rojo

Dibujo 4.2. Cerámica qotakalli

220
Capiri,/o 4

-----
O 1 2 3 4 5CM

Dibujo 4.3. Cerámica qotakalli: monocroma


Negro

Rojo

221
La.r antiguas tradidcfll!.f alfanr0$ de la rogión del Cu::co

• Negro
~ CM
i:'ffi Rojo
Dibujo 4.4. Cerámica qótaka/11: monocroma

222
Capi111/o 4

O 1 2 3 < SQI • Negro


Lf*íííi ~ tEl Rojo
Dibujo 4.5. CertJmlca qotakallí.: bases

223
l.as nntlgr<as tradidanl!S alfareras de la reglón del Cr,;co
~~~~~~~~~~-

A L

• Negro
O 1 2 3 • so.,
'-*'-~ iifil Rojo
Dibujo 4.6. Cerámica qotakaHi: bordes

l24
Capítulo 4

D
'
E

• Negro
O 1 2 3 ~ SCM
líííí*- -..J 1m Rojo
Dibujo 4.7. Cerámica .qotakalli: bordes

22:i
Las antigua.< tradicione.< alfareras de la regioll de[ Cuzco

~
e

'

o
Q '

e
'
F

• o . • .
.

llllO Anaranjado

-----
1 2 3 4 S CM
o Blanco
mJ Gris •
~
Negro
Rojo

Dibujo 4.8. Ceramica muyv orco

226
Capítulo 4

' fj
1

OJlD Anaranjado

O Blanco • Negro
mJ Gris lffl Rojo
Dibujo 4.9. Cerámica muyu orco

227
Las amiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzco

IIIJD Anaranjado

- --
0 1 2 3 4 5 CM O Blanco
!im Gris
Dibujo 4.10. Cerámica mu-yu orco
• Negro

ffi1 Rojo

IIllll Anaranjado
0 1 2 3 4 5CM
O Blanco • Negro

~ ffl Gris ~ Rojo

Dibr.¡jo 4.11. Cerámica muyu orco

22&
Capitulo 4

,.
.....,:::·'

Ul!D Anaran¡ado
O 1 2 3 4 5 CM O Blanco • Negro
~ IID Gris ~ Rojo

Dibujo 4.12. Cerámica mlJ'/fJ oa:o

. '

Ul!D Anaranjado
O Blanco • Negro

ffi Gris ~ Roj o

Dibl.J}o 4. 13. Cerámlc.J muyu otCO

229
Las antiguas 1radicio11cs alfareras de la región del Cuzco

A ~
· ~~~~~~'~~~~~-J¡
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B

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e
$ ¿) I
o
~ ¿? 1
E

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G

O 1 2 3 4 5CM
~~-...i
Dibujo 4. 14. incensarios incisos

230
Capitulo 4

A .• ~!J~
-,..L--- t\ )\
·u ~~-,
, ~~

F
)
• Negro o marrón
iiJ Rojo •

Dibujo 4.15. Tazones poco profundos

231
Las antiguas tradiciones ll/fareras de la región del Cuzco

~ '(1))
A

)
B

e
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D

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\ .

-----
1 2 3 4 ~ CM
• Negro o marrón

Dibujo 4.16. Tazones poco profundos

2J2
Cap/rulo J

CAPTTUL05

\
e

,
o

r
I
F

Dibujo 5.1. Cerámica formativtJ de PDnUO

ll3
!.as antiguas tradil'iones alfareras·de la región del Cuxco

(
e

0 1 2 3 4 S CM
'-l"*--.;¡j.]
Dibujo 5. 2. Cerámica formativa de Paruro

234
CapÍIIJo 5

Dibujo 5.3. Cerámica formativa de Paruro

235
Las anriguas tr aditi<Jnes alfareras de la región del Cu::co
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-

Dibujo 5.4. Cerámica formativa de Paruro

236
Capítulo 5

• , .
'

• , '
.

o
,
E '
G,
,
'
Dibujo 5,5, Cerámica formativa de Paruro

237
l,as antiguas tradiciones alfareras de /a. región del Cuzc{>

O i 2 3 4 SCM
~

Dibujo 5. 6. Cerámica formativa de Paruro

238
Capitulo S

B
'
J
e

Dib11]o 5. 7. Cel'ámica formativa de PatufO

2J9
[,as antiguas tr.adiciones alfareras de la región del Cuzco
-------

B
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...
·-. .~
..,:pt
-..~' .,D
. ,,
·,·.·~

~~--
0 1 2 3 4 5CM

Dibujo 5.8. Cenimica formativa de Paruro

240
Capitulo 5

012345CM

~
Dibujo 5.9. Cerámica formatíva·de Paruro

241
Las antiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzco
~~~~~~~~~~~

Dibujo 5.10. Cerámica formativa de Paruro

242
APÉNDICE

24 3
Fechas radiocorbó11icas de IRregión d e Cu~co
1 1 1
Cerán1lcu 1 F•cho, Fechas cultnd:1rios
Sitio No.deLab aso<luda rndiocarb6nlcay (no callbrói Fuente

Joclmy Co>eco UCJ..A 1676}0 ninguno*" modenio n1odemo Kcndnll 198S:347


Pisac UCI. A l676Q n:nguno*" ll) odCJ'lll') moderno Kendall 1985:347
Pisnc UCI..A 16?6R u1nguno>J• mO<krno rno<lcrno Kcnd.111 19&5:3,17
Pisac UCLA t676S ninguno•-• moderno modctno Kendall 1985:347
L':'("O UCI.A 16761 runguno•• 160 Bl' ADl 790 Kcndall 1985:347
Petallocrn BM 926 ninguno,,.~ 168±73 01' AD 1782:t73 Kendnll J985:347
Queswnwnyqo ANU 5838 lllCll • 200.tSO Br> AD 1750J.80 llcífomon 1989:53P
Urro l BM 9~8 rungunott l09:,;6S l!P AD 1741:t65 KcndJll 1985.3'17
,,
N
V,
C8nab:lmtx, BM 927 n!ng,Jno•• :?~7~ BP AD 172'~9 Kcndall 1985:347
Pcmam•~ M5353 n1n;guno-= * :!ó0:,;35 BP AD 169<>.1:)5 KendAll 199(,;¡53
Pur:iaina.rcn AA 5354 nln~uno•• 260:!:IIO BJ> Al) 16!>0:tAO KcnJ~II 11196:153
For1olcin 011 BM 931 l'UllSJ.UDO •• 295,:54 81' AD 16$5:t.:14 Kc.ndoll 19&5:341
U:-coJ BM 919 ltk\l• 30,±'1 1 BP AD 164l.z:41 Kcndlll :~S.347
Q=wnwayqo ANt: 5&40 lni:a'?· JIOt:80 BP AD 1640:,;80 1 Hcfrcmnn '.9S9:539
Ollanwyrnmoo AA-1530 lnríl'? 320±60 BP AD 1630:t.60 Bengr,.c,n 1998.102
Ollantoy111nibo AA, IS"28 1úngunoii* 320;;70 flp AD 1630:70 1 Bcngtsson 199$: 102
QueswnWO)<tO ANU S839 Inca?.. 320±110 BP AD 1630,:llO Hcffern~n 1989:53º
Yucsy
1
UCLA t676K lnco•* 365,:(,() 13P AD IS8S"60 f{cnd:111985:347
Pnlaíi3Cla
Qata Cn~lll:g1n
UCLA 16?6A
ISOSS45
lnc••
lnco •
1
365±60 BP
370,cBO llP l
'
AD 158n60
A D 1~80;;80
Kend.1ll 1985:J47
IJill, Rito.y, y Cotcn1nn
1986·!08 1§-
• rl..a;;u:rñt,....11h,u,,, • 11 ar:¡:.tue.:.tur,, ' .. e~.:a"Oc1m,. hw~
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[
Cerámica Fechas Fechas calendarios
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Pun~n.marcn ,\A 5352 ninguno*" 380±35 BP AD 1570:t35 Kcndnli 1996: 153 -iS.:l
:,.
ForU\!01.a 0 11 SJ 6991ll ninguno'6'« 390:tlOO IJP AD 1560,:!00 Hollowell J987 5:
1!"
Ol!aruay:a,nho AA·22l7 ninguno** 409:t66 IJP AD 1541±66 Bcng1sson 1998:102
Tunas,nocco UCIA 1(;768 ninguno** 4 15±60 BP AD 1535±60 Kcnclell 1974. 1985
Kendnll !974, 1985
--s;
Canara.ccay ninguno"• 425±67 BP AD 1525±67
BM 925 ;¡
Kachiqhnio AA-221$ n111guno 11 '+' 454±49 BP AD 149G:t49 Bcnglsson 1998, 102 ;:,
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Ponalez., 0 11 SI 6991A ninguno** 470,:70 BP AD 1480±70 Hollowcn 1987 1}
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P\11nanu,rct1 AA 50S8 01nguno..,'f! 475±50 BP J/17S±50 Kcnd•ll 1996:153
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BM 930
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Inca*
475:!:60 BP
482±91 HI'
AD 1475~60
AD 1468±91
Kcndall 1985:347
Kcndnll !985:347
~
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KaclnqhAtn Ua,l711 n.inguno"* 4&5:t60 BP AD l465:t60 Ueng,$son 1998:102 ~
Kacl11qhma u•. 1110 Inca•• 4&5:t60 BP AD 1465±60 Hengtsson l 998: t02
Palacio de S.iyri Tupac (nea** 500:tlOO AD !450:t!OO Gibaja l 982:90 8
lntihu~tana Sl6989 ninguno'*"' 5 !5:t50 BP AD !435:tSO lfollow~U l987
Ollanlnyt3nlbo f\A-22 15 lnC'n*· 540:49 BP AD !494:t49 Ben¡;tsson 1998: 102
Kachtclun::i SI 6990 ninguno~• 640±55' BP AD 1310:tS5 Hollowel! l9S7
Pu1niun::u-c:1 SJ 6988(l ninguno• • 645:t45 BP AD 1305±45 Hol!owell .987
Ci.:Ot¡Hllíl AA 35005 Colcha' 640±50 BP AD r31°"50 8:iuer. this \•olui:na
Pun1a1n:irca SJ 6988A ning\ 1110•* 660±50 llP AD 1290±50 Hollowcll 1987
1\ ncits n'i nrcri B UCLA 1676M Kil!ke' 660,:60 BP AD 1190"60 Kcndnll 19&5·347
Ch1,qucpuquio DM 9'.?•1 :unguno*• 695,:59 BP AD l255:t59 KcndnU 1985:347
l<ac!nqluna ua.J 709 tnCrl** 700-lí5 BP AD 12iox64 Bcngmon 1998: 101
y

Cerámica Fechas !?echo$ cnltndnri0$


Sitio No.deLob nsoclada rndiocnrbónicas (no collbr6¡ Fuente

Pum= St 6987 nin¡uno•• 710±55 BP AD 12•W1.SS Hollo\\ell 1987


Rokc:«aMI AA 8936 Ccot()l • 730.t S5 BP AD 12.."0±SS Baucr.1989
SacsayhU8JJ\llD GaK 2958 Killke• 770..140 BP AD 1180:1:140 Dwycr 1971
Hoillca Racray OXA 3958 Klllkc?• 8$0±55 BP AD I l O(li:55 Kendoll 1996: 1S3
Juchuy Coseco UCLA 1676G 1 nlngijno•• 8S0:t60 BP AD 11 00~60 Kcndoll l98S:347
Llac1allnctayoc Q3090 Klllkc'i'"' 9i,:1:50 BP AD 1035:1:SO Kcndall 1996: 1S3
Pumnmacca S169ll6 ninguno• • 94(h:40 BP AD 1010:40 HoiloweU 1987
'ftjahuasi B 27494 Ki!lke y Colcha' 940,:MO BP AD 1010.:140 8300r 1992
Kacbic¡ha1a AA, 14079 lnco•• IIS0:60 OP AD80(h60 Bcngtsson 1998;:0l
o¡:
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Pikil!aqta Bela-43233 \Vrtn*"• 10<\0:~0 BP AD 890:tSO McEwnn I ll96: 181
Plkillacla TX 3996 \Vo.n11
• l 100:t60 BP AD 850~60 McEwmi 1984:Z27: 1987
M nyu Roqo AA 35003 Wnri y negros- 1135:l:SO ll P AD 81~:1:SO Baucr. e$tD ton10
lnci,os•••
l'ildl!acla TX 4247 \VAn• ' l !40t60 BP AD 810.60 McBwun 198~;2;.7. 1')87
Pikilbqta Beta--43'!3,0 \V'An-· 1IS0.:80 BP AD 800;:80 McEwon 19% 1K1
Pikl.ll3qlll Be!o-43232 \V&n•• 1180:l:60 BP AD 770.-60 McEwnn ! ()()(, IKI
Rokeoc,lSi• AA 35004 Cc·oipa•• 1230:tSO BP AD 7:!0=SO Rauc.r. uu, , i:1h11nc
Pikillaqta neta-43231 Wn.n• • 1290±60 BP AD 660:l:60 Mcliw,111 J'l'J/1 1111
Pikillaqrn Bcia,432.34 \Vr.r,.-• l 330;t60 BP
i3S0t60 BP
AD 620J:~0
AD 600.tóU
Mcl\w1111 l'rtt, 1H1 .,,:i.
Mcl?w1111 i~~ I Z21 l'lii7
Pikillaq10
1'11:lllaqt•
TX 4750
TX 4751
W:in•
,v,r.• M'l<u'lO BP AO ~W,IIIJ ~h:liY.•1n 19K·1·:z1.1.,i,':'
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Cerámica Fechas t'cchas calendarios §"'
SllJo No. de Lnb ai;ociad::i radlocnrb6nicas (no calibró) Fu.e nte Jg,
~
PikH1aqta TX 4747 Wañ"' 141(n370 BP AD S20±370 Mtr::wa11 1984:227: 1987
Kendall J99Ci:153
[
Huil!ca Rnccay Q309 1 Qotaka11e•*• 158(n60 !W AD 370±60 ~:
Baton Uxo Hd 17619·1708' Chánap•ta·De.rivado ' 2073±29 PB 105"35 oc Zapata 1998:333 "~
Marcavallc P 1561 ClHlnapata-Derivado ' 2096±51 BP 146±SJ BC Lawn 1971:373
Chokcpukio Beta 8 1424 Chanapata' 2130±70 B'P 180±70 BC McEwanet. al 199S:15 ""
'::,;

J\,1arcavalie P 1560 Chanapau1 Del'lvado i1


4
2131±55 BP 1s1,.5s ac Lawn 1971 :373 ~~
Choktpukio Beta 81 425 Clu1napata* 2190:t60 (IP 240±70BC Mcl.lwan c.t. al 1995: J5 "Íi-
Chanapata N 90 Chanapata " 2360:1:760 R.P 410±760 BC Yanu1saki. l"llltnadn, y ¡¡-
Fui1yama 1966:337
....
~
'.;:;
00 Hulllca Racc~y BM 1633 Chanapata• 2380±70 BP 414±70 BC Burleigh. A1\1b<:1~. g~
Mathews 1983: KcndalI l 98i !t
Chanapata N 89 Chanaparn• 2520±150 BP 57fül50 uc Ynmasnki. l·la1nad;.1, y Q
Fu¡1yama l966:337 a
N

Marcav•tle P 1562 Marcavalle~ 2571:t45 BP 621 ±45 BC Lawn i 97 l :373


Chaoapa~a Gak ? C-har.ap3ta• 2600±150 BP 650:tlSOBC Patterso11 1967: 143
Mnrcavallc Gak 04-5:i Marcavalle• 2645:!:l 15 BP 695,; 115 oc Pattcrson 1967: 143
?-v1archvallc r 1563 tv1;.ucavalle* 2661±46 BP 111,;46 ne Lawn 1971:373
Marc-avalle P 15(>4 Marcav,1He* 2685:t49 BP 735±49 ne Lawn 1971 :373
Marcavalle i> 1566 l'v1arcavallc·* 2860±47 BP 91 0±47 BC L,1w11 i97i :373

Ji.,tarcavaHc P 1567 Marcávanc• 2915±55 BP 966~55 BC L8Wíl 1971 :373

Chan;,t1>nt<\ GX 203 Chanapata or 3330*24Ó B'P 1380±240 ne Kn1cgcr y Wceks


Marcavállc• 1966:155

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2S7
,.

,,
•.
INDICE

Prefacio y agradecimienlos 9

1. Los incas del Cuzco 13


2. Ceránúca del Periodo lnterme,dio Tardío ( l 000- 1400 d.C.) .>5
3. Cerámica del Horizonte Medio (SS0-1000 d.C.) 67
4. Cer.ímica del Periodo Intermedio Temprano (400 a.C.-550 d.C.) 95
5. Cerámica del Hori1.onte Temprano (400 a.C.- 1000 a.C.) 113
6. Una secuencia alfarera revisada de la región del Cuzco 125

Apéndice 243
Bihliogr.úia 249

Índice de figuras
Figura 1.1. La sucesión cerámica tradicional para el Valle del Cuzco 18
Figura2.1. Distancia del Cuzco de ~itios con cerámica killke 56
Figur.12.2, Distancia del C'1m:o de sitios con cei:ámica colcha 56
Figura 2.J . Densidad de los sitios con cerámica killke y
• su discanc,a del Cuzco 57
Figura2.4. Densidad de los siúos con ceránúca colcha y
su distancia del AraypaUpa 5S
Figura 6.1. La sucesión ~·C'.!ámica actualiwda pa.r-.i <.'I valle del C'uzco J lO

259
!,as a111igum 1nulkia11es alfareras d.e la re.güín del Cuzco

Índice de mapas
Mapa J. J. El imperio de los Incas, 1531 l7
Mapa 1.2. De.partamento de Cuzco 19
Mapa 1.3. Provincia de Parur<J 20
Mapa IA. La región al sur del Cuzco 24
Mapa 1.5. La zona de prnspección r_)
Mapa 1.6. Sitio de e.xcavación 28
Mapa 3.1. Distribución de sitios con cerámica estilo wari cuzqueño 80
Mapa 3.2. Distribución de sitios con cerámica arahuay 83
Mapa 3.3. Distribución de sitios con cerámica ccoipa 89
Mapa 3.4. Distribución de sitios con copas horizontal.mente incisas 91
Mapa 4.1. Distribución de sitios con cerámica qotakalli 102
Mapa 4.2. Distribución de sitios con cerámica muyu orco 108
Mapa 4.3. Distribución de sitios con incensarios incisos 109
Mapa 4.4. Distri bución de sitios con tazones poco profundos 112
Mapa 5. 1. Distribución de sitios con cerámica formativa 123

Índice de fotografías
Foto 1.1 . Ceti'unica sillustani 135
Foto 1.2. Cerámica urcusuyo 135
Foto 1.3. Cerámica pacajes 136
Foto 2.1 . Cer:tmica lucre 137
Foto2.2. Cerámica lucre 137
Foto 2.3. Cerámica kíllke: tazones 138
.Poto 2.4. Cerámica killke: tazones 138
Foto2.5. Cerámica killke: tazones de paredes convergentes 139
Foto2.6. Cerámica killke: jarras cuello-cara 139
Foto2.7. Cerámica killke: jarras cuello-carn 140
Foto2.8. Cerámica killke: jarras cuello-cam 140
Foto 2.9. Cerámica colcha: tazones 141
Fom2. JO. Cerámica colcha: tazones 141
Foto 2.11. Cerámica colcha: razones 142
Foto 2.12. Cerámica colcha: tazones 142

2()0
Foto 3.1. Tazones de pacedes di.vcrgeoies y reclas de Muyu Roqo 143
Foto 3.2. Tazones de paredes divergentes y rectas de Muyu Roqo 143
Foto :l.3. Vasijas.anaranjadas de Muyu Roqo 144
Foto 3.4. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo 144
Foto 3.5. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo 145
Foto 3.6. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo 145
Foto 3.7. Vasijas negras con inciso~ de Muyu Roqo 146
Foto 3.3. Vasijas ne.gras con incisos de Muyu Roqo 146
Foto 3.9. Va~ijas negras con incisos de Muyu Roqo 147
, Foto 3. JO. Cerámica arahuay 147
Foto 3.11. Cerámica arahuay 148
foto 3.12. Cerámica arahuay 14.~
Poto:i.U. Cerámica arahuay 149
Foto 3.14. Cerámica arahuay 149
Foto 3.15. Cerámica arahuay 150
Fmo3.16. Copas (cco.ipa) con paredes rectas 150
Foto3 ..17. Cerámica ccoipa 151
Folo3.1S. Cerámka ccoipa 15 1
Foto3 .l9. Copas horizontalmente incisas 152
Foto 4.1. Cerámica qotakall i 153
Foto4.2. Cerámica ciotakall i 153
Foto4.3. Cerámica qotakalli 154
Foto4.4. Cer.ímica gotakalli: tazones de paredes fuertemente inclinadas 154
Poto4.5. Cerámica muyu orco 155
Foto4.6. Cerámica muyu orco 155
Foto4.7. Cerámica muyu orco 156
Foto4.8. Cerámica muyu or~o 156
Foto4.9. Incensarios incisos de Paruro 157
roto4.IO. Incensarios incisos del valle del Cuzco 157
Foto4. J l. Incensarios incisos del valle del Co.zco· 15S
Poto4.12. Tazones poco profundos 158
Foto 5.1. Cerámica fonnativa de. Paruro 159
Foto5.2. Cerámica fommtiva dú l'aruro 159
Foto 53. Cerámica fonnativa de Paruro 160

261
Las mmg!lll.J rn:dicuJ1U!S aljat,·ras de· la regi<ín t!t·I ('uzco

Índice de dibujos (diseños cerámicos)


Dibujo 2.1 . Cerámica killke 163
Dib1tjo 2.2-. Cerámica killke 164
Dibujo 2.3. Cerámica killke: tazones !65
Dibujo 2.4. Cerámica killke: tazones 166
l)ibujo2.5. Cerám.ica kil lke: tazones 167
Dibujo 2.6. Cerámica killkc: tazones 168
Dibujo 2.7. Cerámica killke: tazones 169
Dibujo2.8. Cerámicakillke: tazones 170
Dibujo 2.9. Cerámica killke: tazones 171
Dibujo2.IO. Cerámicakillke/inka 172
Dibujo 2.11. Cerámica killke: tazones de paredes convergentes 173
Dibujo 2. 12. Ce,rámica killke: tazones de paredes convergentes l 74
Dibujo 2. 13. Cerámica killke: jarras cuello-<:ara 175
Dibujo 2.14. Cerámica killke: jarras cuello-cara 175
Dibujo 2. 15. Cerámica killke: jarras cuello-cara 176
Dibujo 2. J 6. Cerámica killke: jarras cuello-cara 177
Dibujo 2. 17. Cerámica kiUke: jarras wello-cara 178
Dibujo 2.1 8. Cerámica ,,olcha 179
Dibujo2.19. Cer'dIIÚca colcha 180
Dibuj<) 2.20. Cerámica colcha 181
Dibujo 2.21. Cerámica colcha 182
Dibujo 2.22. Cerámica colcha 183
Dibujo 2.23. Cerámica colcha 184
Dibujo 2.24. Cerámica colcha lS5
Dibajo 2.25. Cerámica colcha 186
Dibujo 2.26. Cerámica colcha 187
Dibujo 2.27. Cerámica colcha 188
Dibujo 2.28. Cerámica colcha 189
Dibujo 2.29. Cerámica colcha 190
Dibujo 2.30. Cerámica colcha 19J
Dibujo 3.1. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de paredes convergences 19'.>
Dibujo3.2. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de p"ared.e,s rectas 194
Dibujo 3.3. Cerámica de Muyu Roqo: tazone.~ de paredes rectas 195

262
D ibujo 3.4. Cerámica de Muyu Roqo: tazones de paredes rectas 196
Dibujo 3.5. Cerámica de Mu yu Roqo: tazones de paredes rectas 197
Dibujo 3.6. Vasijas anaranjadas de Muyu Rogo 198
Dibujo3.7. Vasijas anaranjadas de Muyu Roqo 199
Dibujo 3.8. Vasijas anaranjadas de Muyu Rogo 20()
Dibujo 3.9 . Vasijas negras con incisos de Muyu Roqo 201
Dibujo 3.10. Vasijas negras con incisos de Muyu Roqo 202
Dibu.io 3.11. Vasijas negras con incisos de Muyu Roqo 20.,
Dibujo.l.12. Vasija~ negra5 deMuyu Roqo 204
Dibujo 3. U . Cerámica arahuay 205
Dibujo .,.14. Cerámka arahuay 206
Dfüujo3.15. Cerámica ccoipa: copas con paredes rectas 207
Dibujo 3.16. Cerámica ccoipa: copas con paredes rectas 208
Dibujo3.17. Cerámica céoipa: copas con paredes rectas 209
Dibuj n 3 .18. Cerámica ccoipa: copas con paredes recras 210
Dibujo 3.19. Cerámica ccoipa: cazones 21 1
Dibujo 3.20. Cerámica ccoipa 212
Dibujo 3.21. Cerámica ccoipa 213
Dibujo 3.22. Cerámica ccoipa: tazón 214
Dibujo 3.2:,. Copas horizontahúente incisas 215
Dibujo.3.24. Copas horizontalmence incisas 2 16
Dibujo 3.25. Copas horizontalmente incisas 217
Dibtijo 4. 1. Cerámica qotakalli 219
Dibujo 4.2. Cerámica qotakalli 220
Dibujo 4.3. Cerámica qotakalli: monoc roma 221
Dibuj o 4.4. Cerámica qotakalli: monocroma 222
Dibujo 4.5. Cerámica qotakalli: hase.s 223
Dibt1jo 4.6. Cerámicaqotakalli: bordes 224
Dibujo4.7. Cerámicaqotakalli: b<mles 225
Dibujo4.8. Cerámica muyu orco 226
Dibujo4.9. Cerámica muyu orco 227
Dibujo4. IO. Cerámica muyu orco ??8
Dibujo 4.1 l. Cerámica muyu orco 228
Dibujo4.12. Cerámica muyu orco 229

263
Las amiguas tradiciones alfareras de la región del Cuzcn

Dibujo 4.13. Ce(árnica muyu orco 229


Dibujo 4.14. Incensarios incisos 230
Dibujo 4.15. Tazo nes poco profundos 231
Dibujo 4.16. Tazones poco profundos 232
Dibujo 5.1. C.erárnica formativa de Paruro 233
Oibujo 5.2. Cerámica formativa de ?antro 234
Dibujo 5.3. Cerámica fom1atíva <le Paruro 235
Oibujo 5.4. Cerámica formativa de Paruro 236
Dibujo 5.5. Cerámica fomiativa de Paruro 237
Dibujo 5.6. Cerámica formativa <le Paruro 238
Dibujo 5.7. Cerámica formativa de Paruro 239
Dibujo 5.8. Cerámica fonnativa de Paruro 240
Dibujo 5.9. Cerámica formaciva de Paruro 241
Díbujo 5. IO. Cerámica fonnatí va de Paruro 242

264
l-'1$ @tr,:uu1. u udiriMtl ulfa,r,.u:, d~ la t{glú" dt! C"'u:<"
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