Habiendo hecho la meditación acerca de que quien siembra el bien cosechará el bien, y quien siembra vicios cosechará males, estaba pensando en cuál sería el bien que yo podría sembrar estando en mi posición, miseria e inhabilidad mías. En este momento me he sentido recogida y oía decirme en mi interior: “Con todo, con todo su ser el alma debe sembrar el bien; el alma tiene una inteligencia mental, y ésta la debe aplicar a comprender a Dios, a pensar siempre en el bien, jamás dejar entrar en la mente alguna mala semilla, y esto es sembrar bien con la mente; así de la boca, jamás sembrar semillas malas, esto es, palabras malas, indignas de un cristiano, sino siempre decir palabras santas, útiles, buenas, esto es sembrar bien con la boca; así con el corazón, amar sólo a Dios, desear, palpitar, tender a Dios, esto es sembrar bien con el corazón; con las manos hacer obras santas; con los pies caminar tras los ejemplos de Nuestro Señor, y he aquí otra semilla buena.” Yo al oír esto pensaba entre mí: “Así que en mi posición puedo también yo sembrar bien a pesar de mi extrema miseria.” Pero lo pensaba con cierto temor por las cuentas que el dueño del campo me pedirá si he sembrado bien o no; y en mi interior me han repetido: “Mi bondad es tan grande que hace muy mal quien me da a conocer como severo y muy exigente, rigorista, ¡oh! qué afrenta hacen a mi amor, Yo no pediré otra cuenta que del pequeño terreno que les he dado, y no por otra cosa pediré las cuentas sino para darles el fruto de sus cosechas, dando a la inteligencia, por cuanto más me haya comprendido en vida, otro tanto de más me comprenderá en el Cielo, y por cuanto más me comprenderá, con tanto más de gozo y bienaventuranza será inundada; dando a la boca el fruto de los varios gustos divinos, armonizando su voz sobre todos los otros bienaventurados; a sus obras dándoles la cosecha de mis dones, y así de todo lo demás” Libro de Cielo. Agosto 19, 1908 Volumen 8 “Hágase Tu Voluntad En la Tierra Como En El Cielo”
“Hija mía, mi Vida sobre la tierra no fue otra cosa
que semilla sembrada, donde mis hijos cosecharán siempre que se estén en el terreno donde he sembrado esta semilla, y según su actitud de cosechar, mi semilla reproducirá su fruto. Ahora, esta semilla son mis obras, palabras, pensamientos, también mis respiros, etc.; entonces si el alma las cosecha todas, haciéndolas suyas, se enriquecerá de tal manera que podrá comprar el reino de los Cielos, pero si no, esta semilla le servirá de condena.” Octubre 28, 1915 Vol. 11
“He aquí por qué quiero al alma viviendo en mi
Querer, no sólo para sembrar, sino para hacer que mi siembra no se pierda, haciéndome Yo mismo el cultivador para poder producir las más variadas bellezas.” Mayo 17, 1938 , Vol. 36
“Tú debes saber que el alma es mi campo donde Yo
trabajo, siembro y cosecho, pero mi campo predilecto es el alma que vive en mi Voluntad, en este campo mi trabajo es deleitable, no me ensucio al sembrar, porque mi Voluntad la ha convertido en campo de luz, su terreno es virgen, puro y celestial, y Yo me divierto mucho al sembrar en él pequeñas luces, casi como un rocío que forma el Sol de mi Voluntad.” Octubre 20, 1923 Vol. 16