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Instituto Centro de Sistemas S.A.S.

System Center.

Docente:
Divier Imitola.

Integrante:
Angélica Ramírez Jerez.

Modulo:
Fundamento de Macroeconomía.

Informe de:
Mi perspectiva en relación al estado actual de la
economía colombiana.

Barranquilla, Atlántico.

Año lectivo
2021
Este informe tiene como objetivo explicar mi perspectiva en relación al estado actual
de la economía colombiana la cual gira en torno a ciertas situaciones que generan un
ambiente de incertidumbre, en las que es de vital importancia una intervención
efectiva del gobierno. El vaivén de la tasa de cambio, por ejemplo, como consecuencia
de un auge del sector minero- energético, es uno de los factores principales que
afectan la economía del país. Este comportamiento de la tasa de cambio, afecta más
que todo al sector exportador, y a pesar de que el gobierno colombiano ha tomado
diferentes medidas para frenar esta situación, aún se esperan con ansias que los
resultados afloren. Sin embargo, el otro lado de la moneda muestra que las
importaciones han registrado recientemente un crecimiento, que se percibe como un
claro indicador de la reactivación de la economía colombiana y el aprovechamiento de
la apreciación de nuestra moneda. El aumento de la tasa de cambio se debe en gran
parte, y como se mencionó anteriormente, al gran crecimiento que ha venido
presentando el sector minero- energético. La moneda extranjera que ingresa al país
asociada con las exportaciones de petróleo, puede generar aumentos en la inflación,
trayendo como consecuencia una falla sobre otros sectores como la agricultura, el cuál
es uno de los sectores más competitivos en Colombia. Esta situación podría conllevar a
que la economía colombiana caiga en el fenómeno conocido como enfermedad
holandesa, generando que el gasto total en bienes y servicios aumente. Además del
crecimiento del sector minero- energético, otra de las causas de la revaluación de la
tasa de cambio, es la carencia en el nivel de ahorro respecto al volumen de inversión.
Éste viene altamente conectado con el auge petrolero, reflejado en el aumento
notable del gasto, aprovechando la “buena temporada”. La crisis internacional, obligó
a Colombia a buscar abrir relaciones con los mercados del litoral Pacífico
latinoamericano, Centroamérica y la Cuenca del Caribe; buscando dirigir de forma
preferencial hacia estas zonas las exportaciones y las inversiones. Sin embargo, el
gremio exportador ha sido el más afectado con la situación actual de la tasa de
cambio, lo que trae como consecuencia la reducción de la generación de empleo
formal. Además, gracias al auge exportador que se ha presentado en el sector minero
energético, y debido a su desmesurado crecimiento, se presentó una caída de las
exportaciones no tradicionales, afectando a los sectores productores de mayor
relevancia y con mayores oportunidades del país. Los sectores más afectados con la
revaluación son el de agroindustria, manufacturas, textiles y servicios. Es evidente que
estos son sectores muy importantes en el país, que por tradición son de gran
trayectoria exportadora. Lo que los empresarios reclaman al gobierno, es que se deben
adoptar medidas que vayan enfocadas a incentivar la producción y la exportación de
los bienes que se han visto afectados. Ante esta situación, tanto el Banco de la
República como el Ministerio de Hacienda, han tomado cartas en el asunto en los
últimos meses. El Emisor a través de sus intervenciones en el mercado cambiario, las
cuales no han sido del todo certeras, debido a que el Banco es un actor más y como
puede que funcionen estas intervenciones, también puede que no. Por su parte, el
Ministerio de Hacienda, tiene la estrategia de implementar una política fiscal
encaminada a la recaudación de los ingresos necesarios para desarrollar propuestas
que ayuden a consolidar los objetivos de la política económica general, enfocada hacia
la competitividad y la diversificación de mercados y exportaciones. Con respecto al
actual auge minero-energético, el gobierno actual hace un énfasis en la estabilidad
macroeconómica, adoptando medidas similares a las implementadas por Chile. El
impacto de la pandemia puso a prueba el historial de Colombia de una gestión fiscal y
macroeconómica prudente. La estrategia de metas de inflación del país y los niveles
de inflación más bajos que sus pares regionales, en los que se registraron en 2020,
según cifras del DANE, una inflación de 1,61%, la más baja de la historia estadística de
la entidad; su tipo de cambio flexible, que brinda cierto margen de maniobra para
absorber los choques externos; y su política fiscal, han contribuido a la confianza de los
inversionistas en los últimos años y han proporcionado cierto grado de estabilidad
macroeconómica. El gobierno respondió rápidamente a la pandemia con una serie de
medidas de bloqueo y un paquete fiscal sustancial de alrededor del 8% del PIB para
mitigar su impacto. Como resultado, suspendió la regla fiscal, y el panorama fiscal a
mediano plazo se deterioró significativamente. Esto supuso uno de los principales
impulsores de la pérdida del grado de inversión en Colombia. La economía de
Colombia se vio muy afectada en 2020 y la recuperación será gradual, a partir de 2021.
El impacto económico de la crisis y la respuesta de bloqueo solo se mitigó
parcialmente con las medidas de apoyo del gobierno a las empresas y los hogares, y el
PIB real se contrajo un -6,9% en 2020 desde una tasa de crecimiento del + 3,3% en
2019. La economía comenzó a recuperarse en el segundo semestre de 2020 y
esperamos que el crecimiento alcance el + 5,1% en 2021 y el + 4,2% en 2022,
fomentado por una flexibilización gradual de las medidas de contención, el aumento
de los precios del petróleo y un impulso de las exportaciones. Esto último,
especialmente en el contexto del estímulo estadounidense, que supone el mayor
mercado de consumo e inversión privados. Sin embargo, las renovadas restricciones de
movilidad en abril de 2021, un reciente aumento en los casos de COVID-19, el lento
progreso en la campaña de vacunación y los disturbios sociales pueden influir en la
recuperación de la economía de Colombia en 2021. El principal reto de la política
económica consiste en afianzar un crecimiento alto y sostenido de la economía
colombiana, con el fin de consolidar los avances obtenidos. Para este propósito es
indispensable identificar los riesgos que podrían afectar negativamente la tasa de
crecimiento económico y tratar de prevenirlos de manera oportuna. Básicamente, la
economía colombiana se fundamenta en la producción de bienes primarios para la
exportación y productos para el consumo del mercado interno, siendo la actividad con
mayor tradición, la siembra del café, cuyo proceso se lleva a cabo en varias regiones
del país, resaltando el Eje Cafetero constituido por los departamentos de Caldas,
Risaralda, Valle del Cauca y Tolima. En este sentido, la calidad del grano que posee un
cuidadoso proceso de recolección y selección, es reconocida internacionalmente,
además, de ser el tercer productor mundial de café. Adicionalmente, dentro del sector
agrícola poseen una gran importancia el cultivo de flores, plantas ornamentales
tropicales, banano, arroz, plátano, algodón, yuca, frijol, maíz, caña de azúcar, y otras
labranzas más pequeñas como cereales, verduras y una gran gama de frutas. En cuanto
al sector ganadero, concentrado en grandes haciendas y pequeñas fincas en los
departamentos Antioquia, Córdoba, Casanare, Meta y Santander, es uno de los más
sobresalientes del Caribe, que incluye la cría de razas autóctonas, como blanco
orejinegro, casanareño, costeño con cuernos, romosinuano, chino santandereano y
hartón del Valle. La economía de la cultura colombiana, también está soportada por el
sector industrial, que abarca el área minera con la extracción principalmente de
petróleo, oro, carbón, y otros minerales como plata, esmeralda, cobre, níquel y gas
natural. Destacando también la industria textil, automotriz, química y petroquímica y
sumando otros sectores, como el de transporte marítimo, terrestre o aéreo, y el
financiero. Al mismo tiempo, el comercio exterior conforma la pata coja de la
economía colombiana, debido a que en gran medida existe una dificultad en la
capacidad de ofrecer productos de calidad que compitan con el mercado mundial, por
otra parte, algunos economistas aseguran que se exporta petróleo y talento humano,
mientras se importan productos chinos para el consumo local, aunado a ello, existe
una repatriación de capitales por parte de empresas multinacionales instaladas en el
país, sin embargo, las remesas que envían los expatriados de alguna forma compensa
esta fuga. A pesar de ello, actualmente, Colombia posee tratados de libre comercio
que incluyen la apertura de mercados para bienes y servicios con México, Mercosur,
países del Triángulo Norte de Centroamérica, Estados Unidos, Canadá, Unión Europea
y Japón, entre muchos, los cuales se han convertido en el puntal para consolidar la
economía colombiana.

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