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1.1 LA OBRA...............................................................................................................................2
1.2 EL AUTOR.............................................................................................................................3
1.3 EL PROTAGONISTA...........................................................................................................3
2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI: UN IMPERIO GIGANTESCO................................................4
5. CONCLUSIÓN..........................................................................................................................11
6. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................13
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1. LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES Y DE SUS FORTUNAS Y
ADVERSIDADES
1.1 LA OBRA
La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, o mas conocida
como el Lazarillo de Tormes, es una obra española, que, dado el contexto que
describe y sus primeras publicaciones, se sitúa en el Siglo XVI. Se ubica dentro
del género novelístico y el subgénero picaresca, y, debido a la forma en que esta
escrita, se considera también que es epistolar, puesto que esta dirigida a “vuestra
merced” cual si fuera una carta, por medio de la que Lázaro narra su vida.
La picaresca narra la vida de un pícaro, a través de la cual, sin ser una verdad
absoluta, se describe la realidad de una España en concreto, sigue siendo una
novela y por lo tanto sigue siendo una recreación artística. Se destaca también en
la narración el tipo de humor negro de la época, en donde el llanto de algunos es
la risa de otros, así, el pícaro, narra con cierto naturalismo situaciones
desagradables que provocan en los nuevos lectores, más que una burla, un
desencanto por aquella realidad. Sin embargo, uno de los objetivos de la narración
es dejar una moraleja, el ejercicio critico que propone la novela promueve la
reflexión.
Este subgénero narrativo en prosa se extendió por Europa y hasta Asia Central,
algunos de sus más reconocidos exponentes son los españoles Alonso de Castillo
Solórzano con Harpías de Madrid y coches de las estafas (1631), Francisco de
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Quevedo con La vida del Buscón (1626), Vicente de Espinel con Relaciones de la
vida de los escuderos Marcos de Obregón (1618) y Mateo Alemán con Guzmán
de Alfarache (1599). Sin embargo, la obra más representativa es el Lazarillo de
Tormes, que curiosamente, es de autor anónimo y cuya edición mas antigua data
de 1554.
1.2 EL AUTOR
Muchos son los autores a los que se les ha atribuido la obra, sin embargo, no es
posible afirmar a ciencia cierta quien escribió el Lazarillo de Tormes. En 1605, se
le atribuyó la autoría a fray Juan de Ortega, dado que se encontró en su celda un
borrador escrito a mano y siendo el, General de los Jerónimos, se asume que su
puesto justifica la discreción al publicar los escritos y por ende el anonimato.
También se especula sobre la fecha de la obra, dado que algunos datos como la
situación en la que muere el padre de Lázaro, pueden ubicarnos en la batalla de
Gelves en 1510, una jornada militar de Fernando el católico, rey de España en su
año y con la que pretendía adueñarse de costas del norte de África. En
deducciones como esta, se le atribuye la obra, por ejemplo, a Diego Hurtado de
Mendoza, un poeta y diplomático español con formación humanística, en el
entendimiento, que, quien escribe la obra era un hombre conocer y estudiado.
1.3 EL PROTAGONISTA
Sobre el origen de la palabra pícaro se pueden encontrar varias afirmaciones, lo
que sí es más fácil de dilucidar es su aparición en el año 1545, cuando vino a
significar: sujeto ruin o de mala vida (Best, O. 1963). El pícaro es un personaje de
bajo nivel social y de familia muy pobre e incluso indecente y cuyo fin es vivir, o
más bien, sobre vivir a una sociedad en donde la gente muere de hambre. Este
personaje narra su falsa biografía y en medio de sus relatos, incluye realismos de
la época, los hidalgos o nobles sumidos en la pobreza, pero empeñados en
aparentar, los religiosos de palabra, que viven una vida mezquina y falta de
caridad y los pobres, la gran mayoría, mendigando, trabajando, comiendo como
fuera posible. Incluye también geografía real de la época, lugares y escenarios
que existieron.
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Lázaro, quien es el protagonista de la obra, es un joven que cuenta su historia
desde su nacimiento, al parecer, en lo que podría ser una carta dirigida a alguien
que le solicita el relato. Lázaro es hijo de Tomé González y Antona Pérez, su
madre sufrió los dolores de parto cuando se encontraba a la ribera del rio Tormes
y allí lo dio a luz, por eso le llaman: Lázaro de Tormes, este rio recorre las
provincias de Ávila, Salamanca y Zamora.
A pesar de los esfuerzos de su madre, no logran vivir una vida cómoda, así que,
en cuanto la oportunidad se da, Lázaro es entregado al servicio de un hombre
ciego que se compromete a cuidarlo como a su propio hijo.
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leyes y recursos estaban centrados en el rey y la iglesia; el rey hacia uso de ellos
para la guerra y la iglesia estaba empañada por una gran corrupción.
Dado que muchas personas del campo habían llegado a la ciudad y algunos
productos eran traídos del exterior, los precios se elevaron y las familias no podían
suplir sus necesidades completamente, en estas circunstancias, muchas personas
se veían en la pena de mendigar, robar e incluso abandonar a sus hijos para
poder subsistir, esa España que prometía fortuna, no podía responder a las
necesidades de toda su población y el gran imperio era solo para unos pocos
elegidos, entre los cuales, evidentemente no estaba la familia de Lázaro, quien
según su relato, fue entregado a un ciego para que le sirviera a cambio de su
manutención, con lagrimas en sus ojos Lázaro y su madre se despiden y a
sabiendas de que jamás volvería a ver a su hijo, doña Antona no tuvo mas
remedio que dejarlo ir y confiar en que le había dado tanto como podía para que
sobreviviera.
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las muertes no pararon allí, fray Juan de Zumárraga enjuicio a otros nobles, entre
ellos descendientes de Nezahualcóyotl, monarca de la ciudad de Texcoco, tal fue
el agravio, que lo sucedido llego a oídos de la corona y entonces se decidió que
los nativos no fueran juzgados por la inquisición dado que eran nuevos cristianos y
no conocían las prohibiciones de la cristiandad. (Barba, 2010)
Sin embargo, algo mucho mas profundo es evidente en los relatos de Lázaro, a
raíz de la extrema pobreza vivida en esta España, algunos personajes nos revelan
como el ser humano se vale de artimañas y estrategias para salir adelante. Claro
está, que en las circunstancias en las que vivían los españoles, estas artimañas
llegaban a ser extremas, la cultura de la época aprobaba el maltrato y la
humillación y muchas veces Lázaro fue victima de estas permisiones. Esta
mentalidad, era alimentada por las circunstancias, refleja la decadencia social del
imperio, un imperio como muchos gobiernos hoy en día, olvidados de la verdadera
razón de ser de su poder y estatus, el pueblo.
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La revolución de los precios del siglo XVI trajo consigo la puesta en jaque de
muchos nobles, quienes, al verse económicamente en ruina, preferían mantener
su honra que trabajar o pedir ayuda. ¿Pero que es la honra en el siglo XVI?
Comúnmente llamada la negra honra, era la obsesión por la opinión de los demás.
Claramente una sociedad que prefiere anteponer la opinión antes que el bien
propio, es una sociedad consumida por el materialismo y las apariencias.
El mendigo, el clérigo y el hidalgo descritos por Lázaro, son el reflejo mas claro de
la decadencia del imperio.
Lázaro es instruido en sus primeros años lejos de su madre por un ciego, quien
con maltratos y humillaciones lo saca de su inocencia y transforma en un joven
astuto, pícaro y tramposo, tras su primera lección Lázaro afirma “que en aquel
instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba” (anónimo,
2015). El tiempo que paso con el ciego como su amo, no fue nada cómodo para
Lázaro, a pesar de que le había asegurado a su madre diciéndole “que me recibía
[a lázaro] no por mozo, sino por hijo” (anónimo, 2015), las penurias y lecciones
recibidas por el ciego fueron duras y crueles.
Una constante en su paso con el ciego, era el hambre, poco comía con el ciego, y
las veces que Lázaro se las ingenió para comer más, el ciego lo descubrió y
castigo de formas absurdas, en uno de esos castigos, Lázaro perdió los dientes y
no bastándole con el maltrato, el ciego contaba su historia para humillarlo y que
fuera la burla de los demás.
Tales fueron los maltratos propinados a Lázaro por el ciego, que un buen día
decide dejarlo, no sin antes, cobrar venganza por aquellos malos ratos vividos, y
dada la confianza que tenia el ciego en Lázaro, este le dice que salte para
esquivar un arroyo, pero lo lleva frente a un poste y el ciego tomando impulso,
saltó y se estrelló contra el poste dándose un golpe “que sonó tan recio como si
diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás, medio muerto y hendida la
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cabeza” (anónimo, 2015). Fue la ultima vez que le vio, y se fue a Toledo sin nunca
mas preocuparse o preguntarse qué sería de él.
Una vez en Toledo, Lázaro esta sin amo y empieza a mendigar, no tiene otra
opción, pero con las lecciones aprendidas con el ciego, sabe que esta solo y debe
sobrevivir. La fuerte critica reflejada en esta situación nos permite reflexionar sobre
las condiciones de vida de la época, mendigar era para muchos la única opción
para sobrevivir, eso, o vivir de la negra honra. Lázaro opto por mendigar, la honra
no le daría de comer y el moría de hambre.
Lázaro pensó que por ser este un clérigo mejor le iría, pero nada más lejos de la
realidad, su ración se reducía a una cebolla para 4 días o los huesos roídos que
dejaba el clérigo. A los pocos días de estar con el clérigo, Lázaro se desvanecía y
se debilitaba tanto que temió su muerte. En medio de su debilidad Lázaro puede
tramar la forma en que pueda sobrevivir, y logra hacerse de una llave para abrir el
lugar en el que el clérigo guardaba el pan.
A parte de poder comer algunas veces del pan que le robaba, Lázaro disfrutaba de
aquellas misas que se ofrecían por los enfermos y por aquellos que habían
fallecido y pide perdón a Dios diciendo: “Porque en todo el tiempo que allí estuve,
que sería cuasi seis meses, solas veinte personas fallecieron, y éstas bien creo
que las maté yo, o, por mejor decir, murieron a mi recuesta; porque, viendo el
Señor mi rabiosa y continua muerte, pienso que holgaba de matarlos por darme a
mí vida” (anónimo, 2015).
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era solo una falsedad. Pues bien dice Lázaro: “Ya que conmigo tenía poca
caridad, consigo usaba más. Cinco blancas de carne era su ordinario para comer
y cenar” (anónimo, 2015), con esto, sobra decir que, todo aquello que predicaban
en las misas acerca de la bondad y la caridad, era solo de palabra pues sus
corazones y sus acciones estaban llenos de hipocresía y avaricia. Para si mismos
guardaban lo mejor y aun así no perdían oportunidad, cuando se presentaba, de
aprovechar las miserias y dolor ajenos para su satisfacción, con las limosnas, con
las comidas en nombre de los muertos, con las bulas y falsos milagros. Nada lejos
de la realidad, hoy en día la iglesia sigue siendo pionera en hipocresía y falsedad,
atribuyéndose falsos milagros y santos que solo pretenden sacar provecho para sí,
de la necesidad y fe de las personas.
Mismos aprendizajes y aun mas fuertes los que vive Lázaro con el buldero, un
religioso aprovechado que engañaba a todos a su paso, con pequeñas ofrendas y
misas extensas en latín, se hacia de artimañas y engaños, incluso con cómplices y
conseguido el objetivo, se burlaba y regocijaba de sus acciones, ¡cuánta
hipocresía!
Creyendo que por fin había dado con un amo que podría brindarle al menos un
techo y alimentos dignos, Lázaro se encontró con una realidad lamentable. Los
hidalgos, los nobles, los escuderos, se creía que era deshonroso que trabajaran
con las manos, ellos vivían de sus títulos y sus posesiones, pero ¿Qué pasaba
cuando perdían todo? Preferían mantener su posición a los ojos de los demás,
que trabajar o dar a conocer su situación.
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morir de hambre. Pasados un par de días, Lázaro se dio cuenta que este pobre
escudero nada tenía para comer así que, salió a pedir de por Dios y consiguió pan
y algunas tripas cocidas, llegando a la casa de su amo, vio el escudero que traía
de comer y Lázaro amablemente le compartió, sin dudarlo el escudero comió, no
sin antes decirle a Lázaro: “solamente te encomiendo no sepan que vives
conmigo, por lo que toca a mi honra, aunque bien creo que será secreto”
(anónimo, 2015). El escudero prefería mantener las apariencias y el supuesto
estatus de su condición, que procurar un trabajo u otra actividad para vivir
dignamente. Lázaro pensó que entre todos los amos que había tenido este era sin
duda el peor, porque no hacía nada por procurarlo, antes bien, era el quien debía
mantenerlo.
La iglesia del siglo XVI había perdido por completo su esencia, su ética y su fin
espiritual, la vanidad y la ambición habían permeado todas las esferas de la iglesia
y desde el papa hasta los diáconos y religiosos querían amasar fortuna, bienes,
títulos y reconocimiento, dejando a un lado la verdadera premisa de la iglesia, la
caridad. Esa caridad que debe pregonar la iglesia, y no solo pregonar sino
practicar, es absolutamente invisible en la sociedad narrada por Lázaro.
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5. CONCLUSIÓN
Esta histórica obra nos abre las puertas a profundas reflexiones, no solo sobre el
contexto en la cual fue escrita, sino sobre la actualidad. La humanidad, a lo largo
de toda su historia, ha atravesado épocas oscuras y grandes momentos de gloria,
aunque no todos han vivido lo uno y lo otro, mas bien unos disfrutan y otros sufren
simultáneamente. Sin embargo, es también de notar que, aunque el contexto sea
el mismo para todos, cada quien lo asume desde su realidad, desde su formación
o desde sus creencias. El ciego, el clérigo y el hidalgo, así como los demás amos
con los que estuvo Lázaro, vivían en la misma realidad, todos sufrían, por ejemplo,
el alza de los precios, pero todos le enseñaron a Lázaro una forma distinta de
sobrevivir.
Cada lección recibida por Lázaro es el reflejo de la realidad de cada uno de sus
amos, pero él acomodo a sus necesidades cada una de ellas. Finalmente, Lázaro
pudo encontrar su lugar y adapto sus oportunidades a su realidad para sentirse
satisfecho con lo conseguido. Tantos habían sido los sufrimientos de Lázaro, que
por bien servido se dio, cuando pudo casarse, tener techo, alimentos y un trabajo
digno, aunque no fuera perfecto a los ojos de los demás, solo el sabia el camino
transitado y nada le podía quitar esa satisfacción.
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podemos encontrarnos en situación similar a la que vivió Lázaro, es probable que
hoy, muchas historias haya por contar como las del siglo XVI. Así pues, vale la
pena reflexionar de forma individual sobre nuestra caridad y sobre nuestro afán de
gloria o riquezas en nuestro paso por este mundo, más valdría que un día pueda,
como muchas historias, ser contada una vida de caridad, de amor, de paz antes
que una vida de imperios, fortunas y conquistas.
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6. BIBLIOGRAFÍA
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Coronel, M. (2013) La caridad: voces de reforma del clero en el siglo XVI.
Studia philologica valentina, 15(12), 169-188.
https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/35047/169-188.pdf?
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