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LA MUERTE Y EL DESE O

POR JOSE ARANGO


“PREFACIO”

“Prefiero que se prescinda de prefacios. No explicar es, aún, una de las


principales condiciones para la imposición y la victoria. Quede la obra tal cual es,
y sin que nada más sea.”
Fernando Pessoa.
3

LA EMOCIÓN Y EL MISTERIO
4
VIAJE

El río se transformó en vuelo tenaz y


luego hizo el amor con la mujer-cielo.

Llevaba en los ojos


una mancha de tristeza.

Sus alas de mariposa


humedecieron las nubes
que eran sueños ya perdidos.

Había que subir a él


un ser en sí y para sí
para recorrer mundos nuevos.

Asistimos a un ambiente
que no era realidad ni fantasía
ni finito ni infinito
y estaba hecho de lo que hizo volar al

río. El ambiente nos abandonó.

El río se desvaneció dejándome solo.

Sin saber cómo


volví al mundo
existiendo y no existiendo
con el alma viajando junto al
río y el cuerpo casi
desconocido.

Ahora hay un ser


que quiere regresar
a ese espacio
vacío y lleno a la vez…

5
EL TIEMPO Y LA PIEL

Bajo el fulgor de una duda que nace


entre las seis y un seno despierto
el dolor de un dios derrotado desmira un ojo marchito
areola que se ciñe al placer
en un sexo ingenuo
que se arrastra hacia la rutina.

Hay un pubis de arena


con sentidos sedientos chorreantes de ansias
sobre muslos falsos veteranos del amor
a la luz de una caricia como un beso
áspero a las ocho y cuarto de angustia.

La hora se corona de espinas


besada por notas de un pentagrama de pechos
caídos caricia de vellos inexplorados devoran el tacto
mientras la insensatez adora lo arcano
en un templo de cópula y mentira
como un cuerpo de mujer…

6
AROMA DE LUZ

En un abismo de luces envejecidas


coexisten: Una hora canosa con el color del
miedo
torrente de peces bordeados por el estigma de la
muerte promesa de ideas nuevas
encaminadas a la inocencia.

Asoma una tristeza de ondas maculadas


bajo un cielo acobardado
acosada por una fantasmagoría
de afiladas caricias.

Muerden su alma voces verticales ojos roncos


cuando un beso de reojo en la comisura del
silencio devora un pastel de ovarios
manchados de miel.

El mar mira el futuro de una pregunta


ensangrentada pasado detenido en un ataúd de
sospechas cuyo presente invoca una riada de
caricias usadas envueltas en el cordón umbilical del
amor.

Un espasmo lleno de arena


se abraza con una terneza erecta
un abrazo cortado a la mitad se abandona a los besos
y, en el horizonte de ese mar pleno de espectros, un
soplo de tinieblas
marca el límite del averno.

7
MENTIRA

Miento mi cuerpo sobre tu voz sellada.

De mi aliento surge una estrella que


cae sobre el fervor de una falacia
nueva.

Oculto mi piel bajo el áspid de tu risa.

De mi voz nace un puñal de alondras


que rutila sobre tu pecho de luna llena
riada de águilas que torturan mi sombra
con su vuelo de mal augurio.

Disfrazo de ti mi sangre
sobre la emboscada de tu silencio.

En la mirada de mi ánimo
nace un rayo de carne y hueso
con el color de la tristeza.

Simulo mis labios en la paradoja de tu piel


y de mis palabras nacen las uvas del miedo
como campana de sangre
que anuncia el fin del día.

Finjo mi yo
en el amargo fulgor de la vida:
de mi propio ser nace el gusano
que lleva la cifra
de mi muerte.

8
NEGACIÓN

Tu cuerpo
ya casi negando el mío
me apuñaló
pero me negó el cuchillo.

Tu forma
secamente río
se hizo mirada
que no estuvo en mis ojos.

Tu cadáver
pulido en mis sueños
asumió la forma de mi angustia
y me negó su estatura.

Tu figura
lluviamente nube
me dio el verano como daga
que ahora me abandona a su ardor.

Tu carne
cubierta por el odio y el asombro me negó la
muerte y convirtió mi cuerpo en cementerio
donde camino con dolor.

9
COLOR DEL PENSAMIENTO

Mi pensamiento es un chorro de heridas en


proceso golpe de luz que se cierra sobre el aire
y no puede liberarse de la angustia que le
causa clamar la eternidad.

Sed que vuelve a ser fuga


huida asida a su retorno
ave de palabras
bajo las canas de un latido que no pudo ser.

Él, perpetuo viajero de la duda


y la esencia femenina de la noche
es ataúd que se expandirá para cubrirme
por voluntad de algún dios perverso.

Nimbado de golondrinas
emociones y asfódelos muertos
arrastra el color de las ansias
bajo la cifra del miedo
arpa de muerte
condenada al perpetuo silencio.

Roído por gusanos de odio, amor y locura, prisionero


del insomnio, la aurora y el ocaso, busca el sentido de
la vida acosado por el desasosiego tirado a su suerte
sin que yo pueda intervenir…

10
CARNE FUTURA

Fluye tu carne de agua dulce


bajo la sangre de una piedra calcinada.

Sus ojos de nardos pulsan una guitarra de


fuego diluida en dolores de parto.

Son lluvia de noches envejecientes


cayendo sobre pétalos de margaritas
que esperan su dueño.

Caminamos bajo un jardín incierto


cubiertos por una sombra que se unta de ausencia
mojados por un aura de labios colgados como besos
de una virgen bajo la luna.

Hacemos del amor


un decálogo de pecados por cometer
bendecidos por una rosa azul que se
masturba bajo la contemplación de su propio
deseo.

Nuestros cuerpos de humo serán


eliminados pero renacerán abrazados
y se elevaran sobre la piel de la ausencia
que a su pesar nos deja ser.

Volvemos a ser puntos suspensivos


atados a una vorágine de luz que
oscurece cifra sangrante, sobre una
escalera
de palabras que al abrazarse
formulan La Pregunta Suprema.

Sufrimos el pavor de ver


nuestro infinito destruido
mientras Deméter pare el invierno
y nos revela:
La Mentira Creadora: El Poema.
La Verdad Que Destruye: El Amor.

11
CULPA

La noche derrama sus pecados en mí


abrazada a gusanos de luna de la
tarde camino a una puerta sin sombra
clausurada a mi lujuria.

Árboles en pubertad
me dan frutos ajados.

Huele a nube virgen, ardida.

Gnomos golosos descansan


en el crepúsculo.

Ángeles infames
tocan campanas
afanándote un espasmo:
la Noche ya no tiene
en su boca a Melusina.

12
ALTAR

Pongo a secar mis huesos bajo tus labios


custodiados por el humo que nace del
canto de un ruiseñor degollado.

Son cárcel
que sostiene con firmeza
la textura
de mis deseos.

La sangre inacabada
oculta mis pecados
mientras acuesto mi sombra
que es grito siempre cambiante
de las medidas de mi cuerpo
en la piedra de sacrificio
que dio origen a tu boca.

13
MIRAGE

Ella entró en la sala


y todo se volvió azul.

Un viento de tumba
le doblaba la espalda.

Sus manos llenas de horas


parecían cortar la luz
que decapitaba el sueño.

Era su cuerpo relámpago vertical


enraizado al silencio.

Vimos en sus labios precursores de la


lluvia los ojos marrones
profesando el pecado.

En sus muslos, dedos,


garras de luz
que desnacían nuestro ser.

Un yatagán
se adueñó de su garganta inmortal:
Surgió un aullido untado de luz y silencio.

En un rictus, el aire se cristalizó y,


donde ella estuvo,
quedó una herida transparente
llena de su perfume.

Al desvanecerse, el suelo eruptó sus


huellas; mil implosiones desgarraron la
noche: Un humo temeroso quedó
como testimonio de una metamorfosis ¿de amor?
en medio del cementerio
que volvía a estar vivo.

Ella se llevó nuestros huesos


sin quitarnos la piel
y nos envolvió
en las delicias de su enigma.

14
RELOJ
Bajo la sangre del miedo
que se hace demonio en la sombra
la aguja de silencio
afina los dientes del dolor.

En el sepulcro de la risa
la vejez aletea unida a un geranio por
nacer sangre atada al ruido de una
pesadilla
vuelo de halcón
proyectado hacia el olvido.

En ojos del horizonte


la tierra se asemeja a una orquídea
que nace de la carne de un suicida
que sigue lamiéndole a un súcubo
los pezones.

El pensamiento suena
como los ojos vidriosos de un joven
amante poco antes de morir
bajo la piel de la inocencia.

Espero que las horas vuelvan a caer desde las


nubes mientras mi alma
reflejada en el espejo
comete la sonrisa de un pecado sin

castigo. Observo mi muerte con la piel.

Mi sombra vulnerable
descansa bajo su pelo.

Un sonido arrugado amarga mi voz.

Detrás de sus senos


reluce el misterio.

Una mancha de emociones


la acerca a mi lujuria y,
en el espacio de una caricia inquietante,
su cuerpo se aleja despacio
en la exquisitez del abatimiento.
15
EL CAUCE DE MI SANGRE

Clara, virgen, otoñal,


tu piel como ráfaga brota
de los senos de la luna.

Oscura, rugosa, enmarañada,


la luz del silencio
constela mi cuerpo de ti
y no hay más que esperar.

Aleve, decadente, rozagante,


la oscuridad de tu olor de mujer atino a
ver como se sienta en mis venas.

Desolado, cálido, hiemal,


es el cauce de mi sangre,
que va emigrando de mí
y que ya no corre hacia ti.
16
SUEÑO

Un sueño en fuga
construye mis noches.

Mi voz como pulpo


sigue presa en sus manos.

Mi sangre ausente
vive el sueño
galerna en búsqueda
de algún eterno nacimiento.

Mi alma y sombra
se rebelan.

Mi cuerpo en su
angustia sólo puede
fantasear.

La realidad, harta de ya no ser,


en mis adentros ha de morir.

17
JUICIO

La noche se apaga
las aves detienen su vuelo
en el aire envejecido.

El mar se ha vuelto cielo sin nubes.

Los peces suspendidos


por un titiritero.

Un arco iris de cristal


con el nombre de los que Dios
olvidó acampana su luz
en la inmensidad.
Los esqueletos marchan
erguidos hacia quienes los han
de juzgar.

Las banderas del odio


arden con orgullo.

No hay nubes, polvo,


ni color.

Otros dioses esperan.

La muerte está a punto


de abrir sus puertas,
pronto empezará
la eternidad.

18
LA MADRUGADA

Pedazo de náuseas
que se alarga en la sombra de vivir
piloso laberinto de mujer
pelirrojo abrazo
en la sangre del tiempo.

Almohada de mi insomnio
duro seno que alienta mis miedos
averno habitado
por lo mejor de mis pesadillas.
Río bifurcado en mi tristeza
alma caída
luz que será triste después.

Húmeda fosa en la que permanece mi


angustia nube llena de espinas
que presagia mi ataúd.

19
AMBIVALENCIA

Dolor tierno y silente


roma inquietud que no hiere
beso detenido en el morbo de vivir
te prolongas en mi alma
como un orgasmo auto infligido
que adquiere vida propia
y se rebela contra mí.

Estás clavado en mi voz


como un pecado sin color
acaricias mi nombre con la fuerza de la
venganza inocencia a blanco y negro
que en la desidia se engastó.

Eres navaja de piernas dulces


detenidas en la ignominia
como daga horizontal
fracasada en su ardor.

Oscuridad de fuego
engarzada a mi sangre
crimen que el tiempo perdonó.

¡Oh! dolor sonriente ante la muerte


en este suplicio de Tántalo
no me dejas vivir
lo que mi sombra
cuando yo estaba vivo
deseó…

20
MINIATURAS

Verte desnuda es
no partir.

No hay ojos, sólo mirada.

Mi cuerpo en ti: el anhelo de lo perfectible. Tu


cuerpo en mí: la ausencia de lo perfectuante.
En tu femineidad
se gesta el invierno.

Estos versos tienen


sabor de odio
olor de náufrago
a orillas de la muerte.

El relámpago de la verdad
se extingue allí, donde eres mujer.

El tiempo es nuestra coartada


en la muerte plagiada
que es vivir.

Busco el devenir
en el altar del deseo de tu cuerpo.

La muerte tiene la forma


de la sangre del que ama.

Mi nombre corre por tu sangre


en tu sonrisa de un sólo labio
como una tarde para morir
cuando ya no exista el tiempo.

Mi alma se multiplica
entre tus piernas.

El agua es el espejo
de mi muerte.

La belleza en ti
el odio en la espada
la música en el arpa.

21
De las pupilas de tu vientre
nace la duda
de mi mundo.

En mí hay
un eclipse de ti.

¿De qué color es tu voz?


¿Qué forma tiene tu aliento?
¿A qué saben tus pasos
cuando no vienes?

La muerte le teme
a los que se aman.

Desnúdate,
y con tu olor a mujer conoceré la Verdad.

Escapo con la forma


de agua dulce de tu cuerpo
en la textura de un sentimiento
bajo el color de una emoción.

Seré pupila para tu luz


oído para tus silencios
carne para tus deseos
piel para tu calor
hambre para tu pan…
y deseo para tu pasión…

22
CARICIA

El perfume de un astro apagado


permea tu piel
devorada por una sombra
que se aleja de la noche.
La eternidad
moldea tu cuerpo
sostenido con malicia
por el esqueleto del deseo.

Tu boca descalza de verdades


nace con el cadáver de la duda.

Eres pulcro pecado que viaja


hacia una caricia envenenada de sombras sin
saber qué forma tiene el alma de un amante de
sí mismo despoblado …

23
CICLO

Vas desde ti hasta ti


hacia la noche que eres
allí donde la salamandra afila el hacha del
cortejo el sátiro decapita ninfas con su falo.

Marchas desde el día que coexistes


hasta el arcoíris con su cabellera de
golondrinas donde la cabeza de un espejismo
deja un cauce de serpientes
yuguladas.

Caminas desde la lluvia que vives


hasta la inquietud de un cadáver de pelo
largo emoción desatada en jauría de
espumas y donde el eco del Mal
besa la piel del dolor.

Andas desde la tarde que aconteces


hasta la más incauta ignorancia
donde peces cantores perfuman de la
muerte su blanco ataúd
que aun reposa como Ofelia custodiada por
flores con la quietud del deber ya cumplido.

Y Emigras desde la alegría


que eres tú
hasta lo que resta de la muerte
que soy yo.

24
CUANDO

La flor vuelva a ser


de carne y hueso
y el arcoíris, cansado,
tenga forma de mujer.

La imponente voz del odio


tenga alas de mariposa
y las leonadas nubes
ojos de cristal.

Del mar vengan los cuervos


y, convertidos en espadas,
decapiten al tirano.

La lluvia interrogue
a los pecadores talados
y ellos no sepan decir
cómo, cuándo ni porqué pecaron.

Cuando la música sea el crimen


que nos ponga de espaldas a la
luz, los cementerios
llorarán de alegría,
y abrirán sus puertas
a la multitud
suicida.

25
ARENA
Tu cuerpo suicidante
inventa el crepúsculo
y destruye el amanecer.

Tu cuerpo-espada
corta los hilos
del deseo.

Tu cuerpo-mar
ahogadero de caricias libertinas.

Tu cuerpo-hiedra
seduce a los demonios
para que hagan el bien
y a los querubines para que te adoren.

Tu cuerpo-cielo
construye otros pecados
ante los cuales caerán
los restos
de mi conciencia.

26
SALIDA

Entremos al espejo
para amarnos allí donde la noche no
penetra tu piel se puebla de cantos de
sirena
del canto de los grillos
de un lúgubre resplandor.

Habitemos el espejo
resucitemos nuestros pecados
y untémoslos en la piel.

Desandemos
alarmados por nuestros besos furtivos
como dos amantes vestidos
bajo un trueno de luces
en el vértigo de no vivir.

Inmigremos al espejo a rescatar nuestras almas que


se quedaron desnudas después de hacer el amor.

Coronémonos de remordimientos
al expiar nuestros deseos
nazcamos del abismo
para volver a morir.
27
DONDE OCURRE LA NOCHE

Hay fantasmas degollados


una camisa rota con el color de las pesadillas la
imagen de un niño que llora abocado a su muerte
una avenida poblada de calaveras
mirlos y cuchillos sedientos.

Se pudre una emoción


nace un verso.

Se desangran los ojos


bajo el hacha de la mirada.

Reptan su aliento de abejas


los amantes que se quedaron solos
se derriten las guitarras
el polvo se vuelve farol.

Una serpiente-espada
desnuda el vientre del mundo
la lluvia se vuelve angustia
la angustia, mujer.
Donde ocurre la noche
se derrite un gran silencio:
el de los gusanos que prosperan
entre los que poblamos
el cementerio.

28
SEPARACIÓN

El turpial desangrado
lleva la noche en el pico.

Una alondra se enciende en


el crepúsculo que vendrá.

El águila por nacer


aletea en la sombra
como nube guillotinada que
libera arrendajos al sol.

Lloran los asfódelos


bajo la luz de una culpa ajena.

El pecado se derrite
en labios de mujer.

Adán
disfruta su pena
sobre la piel de la

serpiente. El Paraíso se ha

cerrado.

La mano del Amor


lo reabrirá.

29
SOMBRA

Hay una sombra en el espejo


con ojos de muerta en celo
forma de culminación siniestra
textura de una emoción
que no llegó a destino.

La sombra exuda el aroma


de un roce no deseado
abrazo que grita su forma
caricia bien intencionada
que se quedó en el olvido.

La sombra sale del espejo


entra en la piel del poeta que se mira
en el agua vertical enmarcada en caoba
y el hombre se convierte en una cifra
que al levantar vuelo
bajo alas de arcángeles
grita al mundo la alegoría de su
tristeza y la estatura de su derrota.

30
NUBE

Manchada de sangre
convenio de dudas
en rizos del tiempo.

Cúspide que rotura con desgano


la negra tierra del grito.

Árbol muerto en medio del cansancio


donde se prolonga la carne que es reflejo del
averno llueves fantasmas que huelen a pecado y
me van arrastrando
a la lujuria de la tristeza.
31
TORMENTO

La sangre de lo desconocido
forma un remolino de indecisiones que brota
de los libros que me faltan por leer y se
anuda a un soplo
que numera los latidos del tiempo.

Allí brotan ojos que disfrutan


la disociación del pensamiento.

Flamas de muerte
mastican su angustia
bajo temblor de huesos
reclamados por la ausencia.

Dolor de sombra
huida del cuerpo.

Náusea de pasos
en presencia de la duda.

Un jilguero muerto entre la rabia y la


razón. .
Tinta del averno se derrama
sobre el candil de la memoria:
Son tormentos del poeta que,
desde la noche,
escribe lo que su sangre ya vivió…

32
ESPECTROS

Me oigo mirándote
y mi piel adquiere la forma
de un beso a destiempo.

Me veo escuchándote
mi espectro sale de mi cuerpo
se convierte en caricia y se anuda a tus
labios como un abrazo que se demora
en el color de tus pupilas.
Resucito muriéndote
y tu cuerpo vivo se acuesta bajo mi cuerpo muerto
y ambos caminamos besándonos los sueños
soñándonos los besos
amorando los que hacemos
habituándonos al amor…

33
ESA NOCHE

Que muere y nace en tu


vientre que se adhiere como
lagarto
a la verticalidad de tu entrepierna.

Se agolpa como trueno en mi


garganta cuelga implacable
del sólido espejismo
de mis huesos.

Esa noche sin cabeza


llena de fantasmas
que se pasea llena de miedo
por las cenizas de mis
carnes conjuga las adánicas
formas
del sueño.

Esa incertidumbre
bajo el fulgor que dan las
ansias es la noche que me
arrastra
a la deconstrucción
de mi deseo.

34
INQUIETUD

Una incertidumbre
se arrastra como pecado por mi
sangre deja tras de sí
un reguero de calaveras que aúllan
formando nubes de sal
en mis entrañas.

Hay gnomos danzantes


que acuchillan mi corazón
mientras la derrota
se instala en mis huesos
bajo el sonoro fulgor de una
pesadilla que envenenó mis carnes.

Tengo la piel mordida por la ignominia


y una guadaña sonriente
me atraviesa el aliento.

La tristeza silencia mis


deseos y me sumerge con
ellos
en los dominios
de la estigia…

35
ENCUENTRO

Ella y yo
nos desnudamos.
Sonríe coqueta
y tiemblo de terror y excitación.

Me acuesto sobre ella


siento sus huesos inmovilizar mis carnes.

Me abraza:
Huele a miedo, olvido, ausencia.

Veo mi vida desfilar


por sus órbitas vacías.

Muerde mis labios


siento su aliento como si viniese del más
allá tengo un espasmo,
muero…
y luego despierto.

36
DETALLES

La tumba doble
pintada de azul violento
relucía.

Un paraguas multicolor
le daba sempiterna sombra.

Ese hipogeo
era el centro del cementerio.

Una melodía
de violín o espada
surgía de su interior.

Asombrado
me detuve a escuchar.

Se oía un roce como de hueso contra


hueso. Un rayo de entendimiento
me llegó del cielo:
Los habitantes del osario
hacían el amor.

37
MI CUERPO EN EL ESPEJO
Tengo una rosa roja
detenida en el aliento.

Mi alma está inmovilizada en el espejo.

Hay una noche que muerde esta maliciosa melancolía.

Vientos de espadas vacilantes


escupen soles en mis huesos.

Noche-mujer,
noche-espanto, noche-luz,
noche como un cuchillo con voz de niño
sabes que tengo una rosa roja
en la mirada.

Mi cuerpo es un espectro de huesos en agonía.

Soy el espejo donde se manifiesta


la vanidad de morir.

Tengo una rosa roja


como un acertijo en los dientes.

Disfruto el ojo de la eternidad


disperso por el cuerpo.

Mi sangre es río de sospechas


que florece a la nostalgia.

Árboles muy altos


surgen de mi cuerpo,
y se encaminan hacia la rosa roja
que alivia mi muerte.

38
METEMPSICOSIS

Trasmigran los besos


desde dos cuerpos habitados por el deseo
como dolor de ataúd vacío
en la inquietud de un abrazo
lleno de remordimientos.

Dioses en desgracia
dejan escapar flores llenas de pecados
que se anudan con ternura
a los labios del tormento.

Noches colgadas
de los cabellos del miedo
copulan con la mente.

Murmura el sarcasmo
bajo la sombra que afila su
desdicha en el vientre del pecado
original.

Lenguas en vuelo
envuelven corazones (h)alados del sueño.

Piel hablante en la lunicidad del querer.

Somos cadáveres felices


que reencarnaremos una y otra vez…
39
PALIMPSESTO

En un laberinto de emociones
devenido en fulgor de ojos marchitos
mi alma se vuelve una con tus
labios.

Mi sangre
que debe su albura a todos los cementerios
en los que he vivido
que es resumen de los esqueletos que seré
brota en forma de daga
para unirse a la tuya.

Mis ojos a media oscuridad


oyen el tañido de la nostalgia.

Palimpsestos de otras almas


van marcando nuestro destino:
Pronto veremos
la oscuridad del sol.
40
RETIRADA

La noche juega con mi sexo de agua


dulce en el dolor existencial
de la separación de los amantes.

La usada piel del tiempo


se va derritiendo sobre ella
para la transmigración de la
duda en el ciclo eterno
de sufrir.

Tu ausencia coincide
con el tamaño de mi muerte
y pondrá ojos lunescientes
a mi futura oscuridad.
41
ESPÍRITUS

Entro desnudo a tu
sueño te beso
y regreso
a mi sueño.

Entras desnuda a mi
sueño, me besas
y regresas
a tu sueño.

Despertamos
y nuestros sueños
siguen soñándonos
haciendo el amor.

42
VIAJE

Viajo hacia mí
como si la soledad viniera de otra parte
o la sangre del tiempo
fuera cifra, rastro, ceniza o derrota.

Me desplazo
empapado del sabor de una caricia
que no alcanza a matar a la tristeza
liberado del peso de mi alma
por los designios de un hado
que luego cedió al arrepentimiento.
Periplo desde y hacia mí
como agosto sin horas
mayo nostalgia
junio descalzo
noviembre de fe.

Navego hacia un estado que está más allá de la


muerte que no llega a tener ni la certeza de un “quizás”
ni la angustia de un “no sé”.

Pongo rumbo hacia el punto


donde el retorno se convierte en
ausencia unión de lo infinito
lo eterno y el ser.

43
ENCUENTRO

Despierto
y veo a la muerte vestida de
novia desfilar por mi habitación.

Su largo cabello negro


sobresale del blanco velo,
semejando una hermosa
crin de caballo azabache.
Sus bellos y grandes ojos
color avellana
brillan de amor por mí.

Me estremezco ante la visión


de ese esqueleto de prolongado
cabello vestido de impecable blanco
que presagia mi destino.

La parca, enamorada,
extiende sus descarnados
y enamorados brazos hacia mí.

Sonríe
segura de sí misma
igual que una fémina
seduciendo a su amante.

Tiemblo…
y vuelvo a dormir.

44
RESURRECCIÓN

Las hojas del deseo


floculan la noche en sus
puntas y caen desleídas
sobre la hierba de tus pechos.

Mi voz
se agita con violencia
en la punta de tus ojos.

Tu sonrisa con aliento de espasmo


esparce la arena del crepúsculo por
el naufragio que habita mis ojos.

Extiendo con ternura


mi sangre sobre tu piel
mientras mi sombra
rebelde se tiende bajo tu
cuerpo
absorbe la tuya
y cubre los huesos.

Sonríes, soñadora:
El escenario está dispuesto…
pero no sabemos lo que
vendrá…

45
VICARIEDAD DEL INSOMNIO

De los largos pétalos de la


duda surge el tiempo.

En ellos corre mi muerte


sumergida en un manantial de
espejos bajo el vértigo de la prisa
y su textura de árbol caído.

En los espejos
aletea el Insomnio
vicario de la resurrección
en la transmigración del
deseo de ser inmortal.

La Duda es el origen de todo.

Mi muerte acaso
será su final.

46
DUDA

Tu cuerpo en perenne caída con una


mordida de luz en el costado hace
que mi pensamiento
se pudra en el espejo.

Mi alma quiere rebelarse ante tu


voz pero la luna llena
no la deja regresar.

Tengo la mirada
atravesada por tu cuerpo.

Mi cuerpo ausente
me duele desde la
distancia: Sabré donde se
encuentra
cuando me hagas resucitar.

47
MEMORIA

La memoria se suicida
en caricias de vacilación.

El instinto regresa hacia sí


cuando la calavera de la alegría
sonríe en la esencia del aullido.

La piel de los pecados


busca un cuerpo.

Hay tiempo mentido


en el reloj.

La conciencia llega a su averno cuando


el pensamiento ejerce su oficio.

Una emoción se vuelve Fata


Morgana cuando el tiempo recuerda
su sed.

La palabra es
plagio de cielo
que muerde los huesos.

Busco el reflejo
de una mujer-diosa
en un pulido espejo de sangre.

Prevalido del poder


de la desesperanza
en ese enorme espacio lleno de
angustia que el hombre es.

48
INCÓGNITAS
¿Qué forma tiene el odio?
¿Cuál es el tamaño del miedo?
¿A qué sabe y qué cabe en una mirada?
¿Cuál es la estatura y la textura del dolor?
¿A qué huele una caricia?
¿Cuál es el sabor de la tristeza?
¿Qué forma tiene una emoción?
Si el odio tuviera un sonido, ¿Cuál sería?
Cuando muere el poeta, ¿Queda su alma en cada
poema? Después de la muerte, ¿Hay poesía?

49
CICLO

Los monstruos entran


y salen del espejo:
La mujer-anaconda,
la pìtón-niña,
la arpía-violín.

Suelta la noche su ancha


cabellera de escorpiones.

Los aullidos de las rosas


llenan todo el ambiente.

Medusa toca la cítara


con sus pezones ardientes.

El plano abismo del espejo degüella la


noche con un rayo de luna muerta.

Los monstruos se han ido:


Ha llegado el amanecer.
50
LA CABEZA

Salta, rueda y, aturdida, da vueltas sobre sí.

¿Dónde está su cuerpo?


Con horror alcanza a verlo
perdiendo sangre a borbotones.

Se da cuenta que ha sido


decapitada. Todo se vuelve rojo y
negro.
Siente que la halan de los cabellos.

Al elevarse
ve una muchedumbre vociferante.

Le hace falta su cuerpo.


Está muriendo y lo sabe.

Sin embargo, en un acceso de


furia, se voltea en el aire y,
con virulencia,
muerde la mano que la sostiene.

51
BREVEDAD

El caballo del destino no


relincha: maúlla sólo para ti.

Hay una duda,


hecha carne pensante,
donde estaba
mi cabeza.

Mi cuerpo epitafio de sombras


que lleva tu nombre.

Tu voz tiene el color de un pensamiento.

Desde mi sarcófago
veo mi alma subir.

Soy libre: No he sido concebido.


El aullido de tus muslos
no me deja partir.

El desierto nació de la rosa.

¿Para qué encarnar,


si hemos de morir?

El cuchillo se estremece
y duda:
La carne palpitante
se le ha clavado hasta el hueso.

Estoy dentro de mi cuerpo


(al menos eso creo)
y ya no me conozco.

Tengo una derrota


dispersa por el cuerpo.

El hombre:
Obra cumbre
de la Musa.

52
Por hoy, al menos,
soy un poco de polvo
que cree ser carne
y vive de componer olvido y
aire que es el reino
de la Poesía.

Cuando el día pierde su


apuesta la noche vuelve
a ser tú.

Una golondrina de agua


me convierte en cadáver
cuando vacía su vuelo
sobre la masa de mis sueños.

Se desploma un beso
de tu entrepierna
cómplice
de los que arden en mi boca.

53
ESCAPE

Son las seis del insomnio.

Afuera cantan las

angustias. El reloj desnata

mi tristeza.

Las nubes semejan


un enorme cóctel
de sangre y sal.

Sonríe una sombra


en el cielo.
Salgo de mi hasta ti:
Mi cadáver, tibio aún,
espera mi regreso,
ya vestido
de ataúd.

54
ANGUSTIA

Tengo ataúdes degustando mi sangre


y manos que desconozco
que me empujan a no ser.

Mis huesos
ya son sombras de otros
huesos y están vivos
conscientes de sí
pero mi piel agonizante no.

Ojos que me miran desde


dentro me acarician
con su lengua de muerto.

Algo
me despuebla y desnombra.

El aire
es inmensa tumba
ignorada por mis huesos.

Mi carne secuestrada
lo sabe bien.

Llevo mi muerte en la voz


y no soy capaz
de verla…

55
MI ALIENTO

Manchado de olor a luna


llena en el clamor
de ser culpable.

Vestido de crímenes
por cometer.

Azotado por oráculos


toma la forma de la
noche siempre acosado
por unos labios de mujer.

56
MI SANGRE

Pierde su rojez
cuando a través del espejo
se convierte en el ataúd que pronto voy a habitar.

Es puñal que habla


y niega mi cuerpo.

Abandonada por el Árbol de la Vida


precedida por el pecado.
Pretexto para seguir
como espada víctima de su filo.

Es delito que se extiende


más acá de mí…

57
MI VOZ

Abrazable
pese a su gusto a pecado.

Suicidable lucidez del

vértigo.

Volandera de serpientes
en ráfaga de luces caídas.

Mide besos
angustias o rencores.

Cordero degollado
que vive su propia pesadilla.

Pasaje que se bifurca en

silencio.

Preludio de la noche
ruta y despojo del desasosiego.

Me empuja a vivir
en la coartada del insomnio.

58
CADÁVER

Un sonido se agita en el espejo que se mira en mí.


El aliento joven de un enigma se pega a mi
rostro como ala de paloma
que nació entre las piernas de una hetaira.

Una mirada filosa se abraza al espejo


y me obliga a preguntarme:
Cuando muera,
¿Qué ocupará mis lugares?

Ensayo la mirada de no estar


para echarme al hombro el peso de la resurrección.

En el espejo veo un ataúd


que derrama una jauría de aves cantoras sobre los dos.

Mi cadáver sin terminar se agita


florecido de cuchillos como besos y gusanos manoseados.

Y será llamado por una voz de mujer del color de las


ciguas la cual cabe en mi última caída
como palabra que se enciende
en el pubis de una ahogada.

Esa voz tiene la forma de mi temor más


profundo acuarela que dibuja
la esencia de mi sombra.

Y mi cadáver ya casi terminado


abandona el ataúd
sale no caminando del espejo
cubierto por los malos recuerdos de los orgasmos a
medias y me convierte en otro
muerto en entera libertad.

Ahora él vive lo que yo no pude


y yo muero lo que él vivió.

Cuando al fin nos encontremos,


¿Quién nos amará?

59
TRÁNSITO
Ando errante
mi destino cuelga
en la mirada.

Una puñalada
entre el pecado y la conciencia.

Vacilante
una clepsidra de lágrimas
marca mis últimos
latidos.

Marcho a oscuras
con mi esqueleto
a cuestas.

Descalzo
con mis sueños
colgados de la piel.

Desando
entre la nostalgia
y el cementerio.
60
DESERCIÓN

La baba de la
Locura corre como
luz
por las venas del suicidio.

Un sarcófago reside
en mi sangre.

Rubíes como el
sufrimiento adornan la
lujuria.

La muerte me seduce.

Un instinto de fantasma
pugna por salir
de mis dedos.

Corre el ruido
de una mirada asesina por
los huesos del silencio.
La Cordura ha
muerto: Pretendamos
que de la eternidad
hay regreso …

61
(IN)CONCLUSIONES I

…Y llegaron Las Erinias


con su séquito de cuchillos
muertos tu pelo dejó de ser
ausencia
se hizo arpegio de sombras…

…Las ninfas del olvido


se bañaban en mi voz.
Mi lengua como sátiro
lamía su angustia…

…Pero no. Era mejor seguir.


deseaba el mismo cuerpo de antes de nacer.
Mis instintos me guiaban hacia sus
dominios…

…O tal vez no. Era nacer a una


pesadilla. Pero también había azúcar en
sus labios. ¿Soñaba? No sabría decirlo,
aunque era tan dulce la sensación…

…Y terminaba entonces la
montaña. Yo desnudo de ti.
El cielo era un cadáver.
La luz se iba…

62
(IN)CONCLUSIONES II

Poco tiempo después,


cuando el orgasmo no era un lujo…

Extranjero en mi piel, doy tumbos…

Tienes una noche tormentosa entre las piernas…

Lacia luz que lame tus pechos y les cambia el

color… En tu pelo hay náuseas de miel…

Amar es un homicidio…

Cuando la luz se desnuda qué dulce es morir…


63

NUDO DE ALONDRAS
64
ACÚSTICA DE LAS ANSIAS

La daga de tu mirada
tiene en vilo la noche
mientras una a una
mis palabras te desnudan.

El temblor de tu cuerpo
igual que un barco que se
hunde extiende su aroma
desde el lecho hasta mi sed.

Caen sobre nosotros


hojas de sangre y fuego
en ritual de dos cuerpos
bajo todas las formas del deseo.

Mi voz, puñal de ojos


abiertos, reclama el sabor de
tus labios en la ceniza del
dolor.
Cuando todo se consuma,
la noche nos acerca a la
muerte en la herida del
orgasmo,
en el cansancio del querer
y vas andando, aún desnuda
mariposa en la punta de un
beso mientras, a la luz de tu
cuerpo el día sangra de amor

65
CREACIÓN

Tu boca me crea
y me convierte en demiurgo de
ocasos plagiador de amaneceres.

Del barro de la derrota me formaste.

Llenaste la mirada de espejos rotos


pusiste a conciencia
una corona de espinas
a mi pensamiento.

Con restos de relámpago


construiste mis huesos
los llenaste de ansiedad
vestida de palomas muertas.
En la inesperada rutina del
trueno inauguraste mi sangre
y con la esperada sorpresa del
dolor mi aliento.

Soy obra de tus labios


del aire y la tierra.

Por tal razón soy tú


en la insospechable finitud del tiempo.

Pero tú eres yo
en la sospechable infinitud
de Eros.

66
CERTIDUMBRE

El día nos inventa


cuerpos en tránsito a ser flama
y nos hace vuelo de golondrina
que tiñe de azul su voz.

Un arpa forma su nombre


bajo la huella de un beso que tiene su propio
aliento humedece sus pechos con sangre de
orquídeas que han de vivir más que nosotros
colgadas de sus acordes al atardecer.

Su piel de agua salada


pregunta bautizada por mi nombre
duda que se ha de encontrar
con mis ansias de amarla.

Pero el día nos piensa


y volvemos a morir…

67
CONJETURA

Aúlla la tarde como perra en


celo bajo el filo acariciante
del color de las
mariposas y un esqueleto
hembra
vuelve a sus carnes y a la
vida esperando a su amor
quien cree que aún
sigue arrepentida…
68
UMBELA DE LABIOS

Me hablas
una guitarra con forma de tus ojos
se enciende sobre mí
derrite las palabras perfumándome de ti.

Me nombras
la noche se ilumina
convirtiendo la hierba
en blanca extensión de tu nombre
y la luna en prolongación de tu piel.

Me llamas
un asfódelo rasga sus pétalos en tus labios
la tarde se ilumina con tu voz.

Me susurras
mis ojos escuchan tus besos ascender de tu boca a mi
piel y mis oídos ven tus labios besar la punta de mi alma
verso que nace y muere por ti.

Me musitas
un secreto se vuelve rubí
y una cifra va de tu boca a la mía
con la clara textura de un zafiro
que una virgen deslizó sobre su piel.

Me murmuras
y el amanecer se convierte
en violoncelo untado con tus palabras
nombre de carne y fuego
que a la noche ha de matar.

69
AFINADOR DE BESOS

Afino besos
coloreo abrazos reparo caricias
regalo vértigos como excusa
para no volverse a enamorar.
Restauro orgasmos
rectifico sombras
le tomo el pulso a la nostalgia
antes de que como paloma la deje volar.

Le pongo abrigo a la música


una falda hecha de tu mirada a la
tristeza y un sombrero con el color de tu
aliento a la verdad.

Ajusto miradas
para poder mejor saborear a la mujer amada.

Pero no puedo ponerle nombre a la mujer


que a la eternidad me ha de llevar.

70
EN FUGA

Tu nombre es el espejo
donde se afila mi estatura.
(Esta piedad atroz de tú no buscarme
para que no volvamos a pecar).

Tu espejo es el nombre
donde crecen los filos del deseo.
(Este orgasmo que estalla en nuestros cuerpos
cuando no y nos vemos).

Mi nombre es el espejo
donde tu alma sale de ti y se masturba de mí.
(Estos besos que vuelan desde nuestros
labios y se besan, anudan, hielan, abrazan,
muerden, alientan, hacen el amor,
lejos de nosotros).

Mi espejo es el nombre
que huele a ti
y me abandona.
(Esta muerte de no verte que me obliga a
buscarte para que volvamos a pecar…)

71
ROSA AZUL

La rosa azul
me piensa
y me crea.

Se hace mujer
y a mí
su amante.

Se vuelve labio
yo beso.

Se torna piel
y a mí
caricia.

Es diosa
y yo hierofante.

Su azul aroma
hace que mi
corazón resucite
en sus pétalos.

Ella existe
piensa y crea.

Y yo sigo
en la Nada
hasta que ella
me vuelva
a pensar.

72
AMAR

Es tener
un ruiseñor en la sangre
que riega con su melodía
el futuro y el ayer.

Sentir una alondra


en vuelo desde un
beso voz de primavera
que perfuma la piel.

Degustar una estrella


con sabor a
nacimiento nube de
guacamayos con
sonrisa de mujer.

Ver la tarde
que se derrite en el espejo
reflejo de dos cuerpos
coronados de placer.

La alegría
de un juguete
encontrado aroma de un
abrazo al ver la noche
lunecer.

Es el fulgor de la sangre
que se eleva al infinito
albedrío de las ansias
bajo el señorío de la sed.

73
TUS OJOS
De cascada hacia arriba
de río que se va a secar
carne de luces
cayenas con labios
diorama de emociones
ardiendo en mi presente y ayer.

Ojos de clavel bañado de luna


huracanes que destruyen mis
ocasos fresas en los cabellos de una
nube pífanos de atardecer
en la memoria.

Ojos de guitarra afinada


garduña que persigue a una
sombra son las arenas que me
llevan un poco más allá del
placer…
74
VERTICAL

Tu belleza cae
como arcoíris
humedecido por un quetzal.

Jardín de palomas
que caen sobre el silencio.

Tu rostro es una tarde en forma de campana


que unta a la mañana de altos ojos como
pétalo de luz en sonora expansión.

Tu piel es ave lira


en la mirada de la noche
labios que se anudan a la muerte
que a un amante abandonó.
Tu aliento es el alfanje
que decapita a la inocencia
agua llena de ojos
que te ofrecen su fulgor.

Tu belleza deletérea
en alas de primavera
es el horizonte vertical
que mi muerte ensayó…

75
EL RUISEÑOR

Brota del silencio


con una gota de sol
en la punta de las alas.

Anuda su vuelo a tu

mirada.

Tus labios liberan


un beso como un cisne
y va acercando tu boca
al pico del cantor.
Una flor de nube
perfuma a la pareja
que en pleno vuelo
se apareó.

El aire tiembla:
Es la rutina
de otro milagro de amor.

76
EL ESPEJO Y TÚ

Tu piel es un espejo
habitado por un crisantemo.

Una golondrina azulece


los estambres de tu voz.

Tu alma surcada por el asombro


te llena de fulgor.
Tu cabello es arpa demorada en el crepúsculo
torbellino de sangre que busca un Redentor.

Encontraré la fiera en tu mirada


y el trueno de ansias
que a tu feminidad humedeció.

Ato la noche a tu cintura


un violín a tus labios.

Tu cuerpo es goce para mis ojos


abandonados a su suerte
bajo el brillo de tu ardor.

Te hundo en mis manos


menos mías que tuyas
y te corono de eternidad
en la gracia del dolor.

77
EDÉN

Tus muslos detienen el tiempo.

Peces con ojos en la cola


nadan en tus carnes
mientras tus huesos
escilan el cadáver de la
eternidad.

Todo es absorbido
por las ráfagas de tu
cuerpo tornado omnisciente
altivo
que provoca y mata el placer.

Hasta el fuego se acobarda frente


al arco de tus piernas ante ésa casi
omnipotencia ¿Qué puede el
pensamiento hacer?

Las fuerzas de la nada


ortan la noche de ti
y hacen que mi piel sienta
la dulce angustia del
sufrimiento el trauma inevitable
de un nacimiento,
el cuasi orgasmo de morir.

78
DOMINADA

Unta mi nombre en tus pechos


riégalo sobre tus muslos abiertos
déjalo rodar sobre tu vientre
permítele caer desde tu pubis
hasta esa herida en desespero
donde se gesta y muere todo tu placer.

Unge mi nombre en tus labios


muérdelo, bésalo, hazlo aroma entre tus
dientes deja que te haga el amor
con el bienintencionado filo de sus letras
y entonces proclámate reina absoluta de los placeres
soberana sin retorno de todo cuanto te acerque al
éxtasis y que mi nombre comience
a enamorarte otra vez…

79
CUERPOS

Lentos
mis ojos muerden tu rostro y tu aroma.

Sagaces
mis labios miran y desean los tuyos.

Ansiosos
mis dedos degustan y huelen tu cuerpo.

Ardiendo
tu alma se abandona y disfruta mi urgencia.

Esperanzados
nos alejamos del sarcófago donde ardimos de amor…

80

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