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2009

De sujetos y de textos
en la red
Intento de reflexión semiótica en torno a la
emergencia del sujeto como texto en
dispositivos de enunciación virtuales

Tesina de grado. Licenciatura en Comunicación Social.


Facultad de Ciencia Política y RR. II. Universidad Nacional de
Rosario, Santa Fe, Argentina, Noviembre de 2009

MATIAS ARIEL UGARTE


DIRECTORA ELIZABETH MARTINEZ DE AGUIRRE
01/10/2009
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

La construcción del sujeto en los espacios virtualizados digitalmente

« Primero nosotros formamos nuestras herramientas,


después nuestras herramientas nos forman a nosotros »
Marshal McLuhan
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

TEMA
La construcción de la subjetividad en los espacios virtualizados digitalmente.

ABSTRACT
El presente trabajo se dispone reflexionar sobre la forma mediante la cual una persona
ingresa al espacio virtual propuesto o emergido desde la internet o web, y como, a partir de
ello, se da determinada praxis propia de un dispositivo compuesto por textos en tanto materia
significante. Por tal se han tomado algunos casos que serán usados como material ilustrativo
de dicha reflexión. Así, se dispondrá de dos ejes o nodos semánticos sobre los cuales girarán
lineamientos teóricos, a saber:
1) La web como dispositivo de enunciación virtual. El dispositivo operaría con el objetivo
de que se construya una determinada realidad, que se ligue un determinado sentido. El
dispositivo no permite la construcción libre de sentido, sino que más bien la impone. Esto hace
que las redes sociales se presenten como dispositivos que impactan en los modos de
subjetivación gracias a una praxis del “hacer ver y hacer habla”.
2) La construcción de la subjetividad en espacios virtualizados. En el caso de la persona
que ingresa en la web, ésta no sería más que un objeto semiótico que se manifiesta en tanto
signo por medio de un discurso concreto o texto, dando como resultado procesos de
subjetivación en un espacio virtual (y no concreto). Se analizarán como caso, entonces, formas
de textos (producidas en la red social más utilizada de Argentina: Facebook), con el fin de
indagar procesos de subjetivación que configuran, en correspondencia con las prácticas
generadas a partir de un dispositivo de enunciación virtual, la construcción de subjetividades.
El problema de investigación se enmarca en dilucidar la forma en que se construye la
subjetividad desde la internet por medio de dispositivos como –veremos– son las redes
sociales, y como éstas prácticas impactan en los modos de ser–visibles virtualmente. Dar
cuenta, además, de la producción de tipos de textos en la medida que es a partir de la misma
como el/los sujeto/s se vuelve/n visible/s en espacios virtuales.
Nos ubicaremos dentro del espacio virtual generado por algunas de las muchas redes
sociales existentes, para poder ocuparnos de las formas de intervención pública de usuarios
tomados al azar, en tanto sujeto social que se construye a través de procesos de textualización
y enunciación, operado desde las prácticas sociales–virtuales. Este será nuestro objeto.

PALABRAS CLAVES
Sujetos – WEB (Virtual) – Texto – Dispositivo – Enunciación
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Tabla de contenido

I. INTRODUCCIÓN................................................................................................................6

II. ACLARACIONES PERTINENTES..........................................................................................8

1. MARCO TEÓRICO................................................................................................................10

1.1. Esbozo sobre el/los Sujeto/s..........................................................................................10

1.2. La Importancia del OTRO................................................................................................12

1.3. De lo concreto a lo virtual: una oposición no muy clara.................................................15

1.4. Dispositivos y dispositivos de enunciación.....................................................................18

1.5. Texto..............................................................................................................................22

1.6. Breves sobre medio........................................................................................................25

2. METODOLOGÍA...................................................................................................................27

3. CUADRO APROXIMADO DE PRÁCTICAS VIRTUALES............................................................29

3.1. Una mirada retrospectiva...............................................................................................29

3.2. Formas de web...............................................................................................................31

3.3. Las redes sociales y el acceso a las mismas....................................................................32

3.4. Tipos/ejemplos de redes sociales...................................................................................34

3.5. Facebook........................................................................................................................35

3.5.1. Blogs...........................................................................................................................38

3.5.2. Fotolog.......................................................................................................................40

4. PROCESOS Y FORMAS DE SUBJETIVACIÓN EN TORNO A LO TEXTUAL................................43

4.1. Preliminar.......................................................................................................................43

4.2. Primer nodo semántico: prácticas y procesos vinculados al DISPOSITIVO “internet”....45


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4.2.1. Enunciarse en lo virtual..............................................................................................48

4.2.2. El caso de fotolog.com...............................................................................................51

4.3. Segundo Nodo Semántico: La construcción de la subjetividad en los espacio


virtualizados...............................................................................................................................54

4.3.1. De vuelta a las redes...................................................................................................55

4.3.2. Entonces el medio......................................................................................................57

4.3.3. Facebook y la construcción de la subjetividad............................................................58

5. CONCLUSIONES..................................................................................................................68

6. BIBLIOGRAFÍA REFERIDA....................................................................................................70
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I. INTRODUCCIÓN

I. El nuevo mundo, el nuevo espacio creado por la internet tiene, entre muchas otras,
dos características que, paradójicamente, parecen ser antagónicas: por un lado, cualquier
usuario medio de internet o, para no entrar de lleno en conceptualizaciones, cualquier
persona que utilice herramientas básicas de internet, como pueden ser el chat, el correo
electrónico, algún buscador web, o las tan nombradas hoy redes sociales, etc., tiene la
certeza de que esta tecnología genera múltiples opciones de comunicación entrelazadas
con otras tecnologías de distintos tipos; ese tipo de certeza a su vez se emparenta con
una sensación de asombro constante dado por el avance, también constante, de esas
mismas nuevas tecnologías o TIC. Y por otro lado, si a ese usuario o persona con
capacidad para manejar las herramientas virtuales ya mencionadas, se le preguntase
sobre la historia de internet, es muy posible que, al momento en que hurgue en su
memoria, titubee y quede con pocas palabras.

Con lo dicho, parece ser que internet no deja de sorprender con cada avance, pero,
sin embargo, la apropiación de ese espacio virtual tan cotidiano, “tan de todos los días”
(como se suele escuchar de las cosas simples de la rutina), por parte de sus usuarios
produce, en ellos mismos, un efecto de “normalidad”. Podría decirse que internet genera
una especie de sensación de continuo asombro de la cotidianeidad –virtual, en este caso.

El rápido auge de internet ha hecho que se produzca, como en todo gran avance
tecnológico–comunicacional, un antes y un después, y además se relacionen diferentes
generaciones de personas como usuarios de ese mismo medio. Lo expuesto no es algo
novedoso, claro está, se da a lo largo de la historia de la civilización toda. Sin embargo,
no parece ser igual la apropiación de internet por parte de generaciones disímiles. Existe
una generación que nace con internet, otra que, de a poco, lo va incorporando a su labor
diaria y otra que, si bien puede no saber de lo que se trata siquiera, convive
indirectamente con éste. Esas generaciones (que por otra parte no engloban a todas las
personas del planeta, que tienen características sociales, culturales y, sobre todo,
económicas muy marcadas) cohabitan no solo con el surgimiento de una de las
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revoluciones tecnológico–comunicacional más significativas de la historia, sino además


con su puesta en práctica en forma global.

Lo que se quiere decir con esto es que, no se ha dado solo un quiebre en lo


comunicacional con la aparición de internet, sino además y sobre todo que ese mismo
quiebre ha sido incorporado a lo cotidiano con una inmediatez que, al menos, sorprende.

Es por eso mismo que se cree relevante tomar en consideración primeramente,


aunque sea de forma breve, el paso o recorrido histórico de internet, tratando de ver
así cómo se darían cambios en las subjetividades.

II. Los sujetos–usuarios de internet llevan a cabo procesos de subjetivación que


implican en primer lugar prácticas sociales y, en segundo lugar –y no por ello menos
importante–, espacios y dispositivos a través de los cuales se dan dichas prácticas.
Creemos así, pues, que dejar de lado estos puntos perjudicarían cualquier tipo de
análisis por más llano que este parezca. Intentaremos entonces dar cuenta del tipo de
dispositivo que genera la internet y cómo a partir de éste se tejen redes de relaciones que
hacen a la praxis social de un hipotético sujeto–usuario de internet.

Es importante mencionar, a su vez, qué otro tipo de conceptos se ponen en juego, se


desprenden de un análisis como el que acabamos de exponer. Es claro que toda práctica
social, y la misma idea de sujeto, conlleva a pensar en la importancia de otro para, por,
y/o con el cual se actúa. Ese otro que se sitúa frente a nosotros y gracias al cual nos
constituimos como sujetos, nos apropiamos de la lengua para comunicar, enunciarnos.

Nuestra preocupación, insistimos, se centra (desde recortes, opciones y


delimitaciones de las que daremos cuenta luego) en intentar analizar: a) los modos en
que la internet genera dispositivos de enunciación particulares que impactan en los
modos de subjetivación, b) de qué forma se hace visible ese sujeto, c) qué elementos lo
atraviesan y cómo se construye en espacios que, por no ser concretos, no dejan de ser
cotidianos.
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II. ACLARACIONES PERTINENTES

Si bien es cierto que venimos hablando de internet o de la web indistintamente,


también es cierto que llevar a cabo un análisis que implique “la internet” toda como
objeto de estudio es algo que en principio sería prácticamente imposible para luego
tornarse en un abordaje un tanto híbrido, con laberintos llenos de lugares difíciles de
transitar. Toda delimitación se encuentra intrínsecamente relacionada con las
condiciones y posibilidades de quien o quienes producen, por ello mismo es que se ha
decidido trabajar concretamente con –formas de1– redes sociales, o, para ser más claros
aún, con ejemplos de las mismas.

La ventaja de centrar nuestro estudio en dichos sitios se entiende por el acceso


inmediato, rápido y concreto a las diferentes intervenciones de esos usuarios, por ser
esta información “publica”.

Ingresar a esos sitios implica un primer e indispensable paso: la creación de un perfil,


algo que se configura con la introducción de datos personales. Ahora bien, esos datos no
necesariamente tienen que ser reales, pueden inventarse, concibiendo así también otra
persona que no–somos en la “vida real”, pero que si–somos en el espacio virtual.

Se ha optado, entonces, por un universo conformado por “post”2 de usuarios de las


redes sociales –de la web– más utilizadas de Argentina; la elección de dichos usuarios
se ha de realizar de manera completamente azarosa y busca tan solo ejemplificar,
ilustrar, mas no constituir un dato empírico riguroso e irrefutable.

En términos de objetivos, nos planteamos, para comenzar este análisis, los


siguientes:
1
Hablamos de formas de redes sociales en tanto que no existe una red social, o una plataforma de red
social o determinaciones que indiquen a determinado site como red social y a otro no. Una red social
puede ser Facebook o MySpace, pero también Fotolog o inclusive Messenger o Taringa.
2
Es clave remarcar que trabajaremos sobre post, como pueden ser y son de hecho, por ejemplo, una
actualización de un estado en Facebook, una nueva foto en fotolog, un comentario, etc. Esta aclaración
da cuenta que por razones de delimitación se dejó de lado la comunicación y el intercambio semiósico
textual fluido, como el chat, que se da a partir de software como Messenger, Skype, o el mismo chat de
Facebook.
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a- Presentar, exponer cuáles son, dentro de de la web y más específicamente las


redes sociales, los procesos de construcción subjetiva y para ello indagar acerca
de las prácticas de intervención y visibilidad público–virtual.

b- Intentar desocultar cuáles son, dentro de las redes sociales, las formas que
posibilitan el “ser sujeto en la web” para los usuarios, y para ello analizar y
describir el modelo comunicacional en donde los –hasta ahora– hipotéticos
enunciadores y receptores emergen.

De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, se trabajará, metodológicamente hablando,


interdisciplinariamente, aunque vale mencionar que teniendo un eje teórico sobre el cual
poder anclarnos y de esa forma intentar no caer en un divague psicopatológico. Tal eje
teórico corresponde a la Semiótica, por la simple razón de anhelar erigir un discurso
analítico–descriptivo sobre, en definitiva, un fenómeno social: la construcción de la
subjetividad en el plano virtual de la web.

Así pues, si bien hablaremos de procesos sociales, los mismos serán observados y
estudiados desde elementos que tienen que ver con lo discursivo, lo textual, lo sígnico,
lo enunciado específicamente en ya mencionado universo.

Por último es importante tener en cuenta que el intento de trabajar, tal y como hemos
indicado más arriba, con una metodología interdisciplinaria bajo la tutela, insistimos, de
la Semiótica, permítenos tener –en el análisis– un acercamiento de carácter menos
constatativo y verificador que exploratorio sobre las prácticas sociales en un plano
virtual como es (entre otros) el de las redes sociales, las formas de ser, de volverse
visible, de enunciarse/emerger como sujetos ante un otro (¿”amigo”?, ¿desconocido?,
¿público?).
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1. MARCO TEÓRICO

1.1. Esbozo sobre el/los Sujeto/s

Ante cualquier pregunta cuyo eje central sea el concepto de sujeto o la subjetividad,
es casi imposible no pensar en la imagen de lazo, de vínculo, de estar sujeto a. Esto es
así por el hecho, casi obvio, de que no existe un sujeto a priori o aislado, un molde fijo
que pre–existe, diría Foucault3.

Por otro lado, es importante apreciar que la idea de sujeto se liga a un proceso el cual
se realiza dentro de la praxis social. Dichos procesos son “constitutivos del sujeto o
bien caminos de la construcción del sujeto. Proceso de subjetivación apela a las
tecnologías (vigilancia, corrección, disciplina, control) a través de los cuales se
construyen y constituyen “modos de subjetivación” (Paponi; 2001: 6).

Cada “sujeto” se va a definir como particular, con relación a otros sujetos, dentro de
una estructura donde, y siéndolo común, se desarrolla, se construye a partir de la
intervención en las prácticas sociales y cotidianas de la vida común, mediante
mecanismos de apropiación, lecturas y escrituras de fenómenos sociales diversos.

Acordamos, junto con Urresti, que “cuando hablamos de subjetividad, nos referimos
a un conjunto de elementos conceptuales que provienen de las ciencias sociales
contemporáneas, que resultan de utilidad para comprender la interacción ente los
grandes proceso sociales y las pequeñas escenas de interacción cotidiana. La
subjetividad es la dimensión de los fenómenos sociales que se relacionan con las formas
en que los sujetos se apoderan de –y son apoderados por– las estructuras sociales, las
incorporan y las ponen en juego” (Urresti, M, 2008:39).

De esta manera, una de las formas de manifestar –sino la más importante de las
manifestaciones– la subjetividad es a partir de lo simbólico, del lenguaje. Se llega así a
lo que Herman Parret denomina subjetivación, entendiendo por tal “la relación del
3
Ver Foucault, M., Hermenéutica del sujeto, Madrid, La piqueta
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espacio subjetivo fundamental con sus manifestaciones discursivas” (Parret, H.,


1986:54).

Aquello a lo que Parret llama subjetivación no es otra cosa que el sujeto


exteriorizándose como tal. Aunque esa exteriorización no necesariamente pertenece a
cierto espacio público. La subjetividad, esa idea de hallarse a uno mismo en una
determinada situación, puede presentarse bien en un espacio público o bien privado. “La
subjetividad es el ámbito de lo intimo, el territorio en el que se hace evidente la forma
que adquiere la experiencia histórica, la pertenecía a una época determinada en el
devenir de la historia personal” (Urresti, M.; 2008:40). Con esto último puede verse la
importancia de la experiencia desarrollada, en medio de la práctica social en
determinado momento. Y es que el sujeto no se construye a sí mismo, sino que más bien
es construido al momento de esas mismas prácticas; prácticas que, por otro lado vale
aclara, no son tampoco generada por el sujeto, al contrario “constituyen esquemas que
él encuentra en su cultura y que le son propuestos sugeridos por su cultura, su sociedad,
su grupo social” (Foucault, M; 1994: 125).

Escribe Sibilia: “La subjetividad esta siempre encarnada en un cuerpo y embebida en


una cultura intersubjetiva” (Sibilia, P.; 2008:19), esa cultura a la que se refiere esta
actualmente atravesada por, entre otras cosas, las REDES SOCIALES EN ESPACIOS

VIRTUALES. Por tal y de la misma forma que Lucrecia Reta, creemos que estas “prácticas
sociales no se despliegan en el vacío social e histórico. Por ello dimos cuenta del
momento histórico de una Argentina que tropieza junto a Latinoamérica en Marco
estatal de las prácticas institucionales” (Reta, M.L.; 2006).

1.2. La Importancia del OTRO

Como hemos tratado de mostrar, la subjetividad está dada por una serie de
condiciones en las cuales resalta la experiencia creada en un determinado momento que
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es a su vez histórico y social. En ese momento el sujeto no crea, como vimos, la


situación donde la subjetividad se desarrolla, sino que ésta, al ser social, se encuentra
ligada una multiplicidad de lecturas e interpretaciones propias de otros sujetos.

Comencemos por indicar en este punto que el acto de comunicar está dado por la
relación entre al menos dos elementos empíricos llamados o identificados comúnmente
como sujetos. La posibilidad de la semiosis depende, entre otras cosas, de ello. Peirce
(1931) expresará que el hombre es un signo en la medida de que él es sus pensamientos
y los pensamientos son, a la vez, justamente signos. De igual forma cabría decir que
somos lenguaje o que ése hombre es lenguaje. Pero, ¿existe la posibilidad de pensar a
“un” hombre, “un” lenguaje y “un” conjunto de pensamientos, de manera aislada?
Trataremos de exponerlo a la inversa. Pensar es un acto que implica la elección como un
componente del proceso. Así las cosas, pensar o concebir (dentro de un plano
ontológico) la realidad como algo inmutable, es además no–pensarla como algo
mutable. Justamente esto es un proceso productor de signos, por el cual –visto de un
modo simple– se correlacionan, por un lado, expresiones (mutable / inmutable) y por
otro, contenidos.

Entonces diremos que:

i. Un pensamiento implica elección en tanto acto.


ii. El acto de elegir plantea la oposición de entre, al menos, dos términos.
iii. Por oposición, esencialmente, se entiende un proceso relacional.

Así las cosas, hablar de un individuo implica mínimamente la inclusión de un


segundo hombre que jugaría el rol de elemento empírico número dos. A este elemento
necesario para el acto comunicacional lo denominaremos otro. A modo simple, se puede
decir que el otro es quien hace que la propiedad privada, en el campo del lenguaje, no
exista.

El otro es la necesidad misma del ser, lo que permite pensar, constituir a éste último.
El otro se encuentras antes de toda existencia, para luego confirmarla.
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Figura 2.

Fuente: Ugarte, M., 2008.

El cuadro intenta mostrar las relaciones de sujetos en diferentes niveles. En un nivel


concreto, un sujeto A se constituye como tal a partir de un sujeto B que puede oponerse
o no (otro–antagonista / otro favorable). Ahora bien, en un nivel abstracto se ubica otro
sujeto (C) que también se relaciona con el momento concreto, aunque presentando
característica de doble–intencionalidad. Es por ello que este otro es calificado como
neutro, en tanto que puede servir como otro antagonista o favorable.

Como un primer elemento, el otro se encuentra en ese amasijo de totalidades que


hacen a lo real, en el contexto que nos envuelve. Así las cosas, trataré de graficar lo
dicho: en una habitación cerrada con nada más que un jarrón rojo y un sujeto que
observa al objeto, existe una multiplicidad de otros (sujetos); y es que la misma
semiosis que permitió asignarle el signo “jarrón” al objeto y el signo “rojo” al fenómeno
físico–químico de combinación de luz, lo muestra y justifica.

En Kant y el ornitorrinco, Umberto Eco (1999) explica que existen entes materiales y
de razón, y que fue Peirce quien propuso restaurar el término ens en su significado de
aquello sobre lo que se puede hablar. Así pues, “el ente viene a equivaler al ser, en
cuanto totalidad que comprende no solo lo que está físicamente a nuestro alrededor, sino
también lo que está debajo, o dentro o en torno, o antes o después, y lo funda o lo
justifica”. Sin embargo, aquella totalidad no puede concebirse aisladamente, sin otro.
Ahora bien, volviendo al ejemplo anterior del sujeto y el jarrón rojo, cabría cuestionarse
sobre lo que sucedería en el caso hipotético de un hombre que se topa con un objeto del
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cual desconoce todo, su nombre, el de su color, etc. En primer lugar, el sujeto en


cuestión, de poseer una historia, contaría con ello aquello que se denomina experiencia,
y, de esta manera, se serviría de la misma a la hora del proceso semiósico. En nuestro
ejemplo, el objeto (jarrón) podría ser asociado a un objeto conocido anteriormente de
características similares que funcionaría como materia significante. Otra posibilidad
(más inconcebible, claro) es la de un sujeto sin esa experiencia; en este caso, la
presencia de otro es también necesaria, en la medida que, al pensar a ese objeto, al
asignarle un significado y un significante el sujeto se “bifurca”.

En otras palabras, se podría decir que la semiosis implica “algo” al cual referirse, un
objeto dinámico (Peirce) al que fijamos nuestra mente. Entonces esa mente se une a ese
algo, y en ese accionar se produce un representamen, pero además una suerte de otro a
partir de la construcción de un objeto.

Un sujeto al fijar su atención en “algo” lleva a cabo un proceso de alejamiento–


separación en el que emerge, se desprende un sujeto diferente, necesario a la semiosis.

Figura 3.

Fuente: Ugarte, M., 2008

Eco (1999), al decir que “no podríamos pensar como no fuera partiendo de del
principio (implícito) de que estamos pensando algo”, invita a plantear la existencia de
otro, ese mismo otro que piensa mientras nosotros pensamos, o mejor, mientras se
piensa. El uno y lo otro son en y gracias al lenguaje y viceversa.
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En el mismo trabajo, Eco (1999) va a explicar que las motivaciones por las que se
habla son psicológicas y no lingüísticas. A esto se podría agregar la idea de “social”, es
decir, como una condición más necesaria: se habla sólo a partir de tener otro que se
enfrente.

1.3. De lo concreto a lo virtual: una oposición no muy clara

El concepto de virtual tiene una larga historia llena de discusiones y controversias


propias de pareceres que no son idénticos. En la actualidad, o mejor, en los últimos 20
años, hablar de algo virtual se ha vuelto cotidiano, y eso es así por el simple motivo de
que junto a las nuevas tecnologías de la informática, lo virtual ha ingresado a la
cotidianeidad de cada sujeto (con acceso a las mismas, es importante siempre aclararlo).

Lo cierto es que lo virtual trae consigo una cantidad de otros conceptos que también
comienzan a conformarse o re–conformarse en cada discusión académica. No nos
interesa, vale la aclaración, dejar por sentado en este trabajo todas las significaciones
que ha tenido, tiene y seguirá teniendo el término en cuestión. Sino que más bien lo
tomaremos como un elemento que nos permita conocer el sustrato en donde se da esa
actividad social por parte de los sujetos–usuarios de las redes sociales virtuales. Así
pues, sintetizaremos el enfoque centrado en esta noción tomando en consideración
cuestiones sencillas que permítanos entender, también de forma simple, de qué se habla
cuando se habla de virtual, a qué se opone lo virtual, cómo se configura, etc.

Comúnmente, al hablar de algo virtual, se suele referir a cierta inmaterialidad dada


por la experiencia de no–estar que algo (X) puede tener en determinada circunstancia.
Desde esa perspectiva, virtual pasaría a ser opuesto de concreto o real. Sin embargo,
esto no parece ser tan así. Según Pierre Lévy es lo actual lo que se contrapone a lo
virtual. “Lo virtual tiende a actualizarse, aunque no se concretiza de un modo efectivo o
formal. El árbol está virtualmente presente en la semilla […]. A diferencia de lo posible,
estático y ya constituido, lo virtual viene a ser el conjunto problemático, el nudo de
tendencias o de fuerzas que acompaña a una situación, un acontecimiento, un objeto o
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cualquier entidad y que reclama un proceso de resolución: la actualización […]. El


problema de las semillas, por ejemplo, consiste en hacer crecer un árbol. La semilla
«es» el problema, pero no es sólo eso, lo cual no significa que «conozca» la forma
exacta del árbol que, finalmente, extenderá su follaje por encima de ella. Teniendo en
cuenta los límites que le impone su naturaleza, deberá inventarlo, coproducirlo en las
circunstancias de cada momento. Por un lado, la entidad lleva y produce sus
virtualidades: un acontecimiento, por ejemplo, reorganiza una problemática anterior y
puede ser objeto de interpretaciones diversas. Por otro lado, lo virtual constituye la
entidad: las virtualidades inherentes a un ser, su problemática, el vínculo de tensiones,
presiones y proyectos que las animan, así como las cuestiones que las motivan
constituyen una parte esencial de su determinación” (Lévy, P.; 1998:10–11).

Es muy claro lo que afirma Lévy: virtual no–es actual, y, sin serlo, es concreto y real.
Ese no–ser–real es una problemática (que es también lo virtual) que necesita una
resolución para, efectivamente ser real, y esa resolución es la actualización. Por ello,
como escribe Lévy, lo virtual es opuesto a lo actual.

En otro trabajo el mismo autor expondrá un cuadro para ilustrar lo que


conceptualmente se entiende por virtual y sus consecuentes elementos:

Figura 4. Cuadro explicativo de lo Virtual


Fuente: Lévy, Pierre; 1999

De manera llana podemos decir que el cuadro busca plasmar una suerte de “espacio–
lugar” en donde los términos trabajados por Lévy mantienen ciertos contactos que –al
menos desde nuestro modo de ver– son necesarios. Tratando de ilustrar con palabras lo
expuesto en imágenes, diremos que a primera vista se observan dos clases de relaciones:
por un lado lo que podríamos llamar relaciones contiguas (expresadas por cada lado del
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rombo), y en segundo lugar, relaciones a–contiguas o de oposición lógica (reflejadas por


las flechas tanto horizontales como verticales). Entonces queda establecido que, por
ejemplo, (un) posible es, en principio, opuesto a (un) ser, lo mismo que (un) virtual a
(un) actual, tal como lo afirma Lévy (Lévy, Pierre, 1999:10). Más aun, vale aclarar que
decir que lo virtual es opuesto a lo actual no significa que algo que fue virtual en algún
momento, no pueda ser actual en otro4.

Tomaremos la definición expuesta por Lévy sobre que “la diferencia entre la
realización (ocasión de un posible predefinido) y la actualización (invención de una
solución exigida por una problemática compleja) ha quedado bien clarificada”.
Extrañamente, lo que nos interesa en esta ocasión son las definiciones que se encuentran
encerradas entre paréntesis, y ello es por la simple razón de que, según esas
definiciones, se puede llegar a decir que la interpretación es un sustrato inherente a la
virtualización.

Podemos tratar de simplificar la cuestión diciendo que virtualización es el paso de lo


actual a lo virtual sin pasar por un posible, en tanto lo virtual se presenta como
“conjunto” de posibles. Entonces el cuadro es el siguiente:

Figura 5. La textualización como proceso


Fuente: Ugarte, M., 2008

4
Volveremos con ejemplos sobre estos puntos más adelante.
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Como se podrá observar, al cuadro se le han agregado algunos elementos que


intentan ayudar en la comprensión. La flecha en color rojo representa a la virtualización.
Claro es el argumento que se intentaría utilizar con el fin de derrumbar el razonamiento
expuesto, dicho argumento estaría basado en que estamos trabajando con el concepto de
“desrealización”, que implica “la transformación de una realidad en un conjunto de
posibles” (Lévy, Pierre, 1999:12). Sin embargo la cuestión aquí es otra. Y trata
precisamente de enfocar la atención en la noción de interpretación. Las preguntas que
cabrían plantearse aquí, y sobre las que trabajaremos, son por ejemplo ¿Qué ése
volverse otro?, ¿Cómo se constituye “el proceso de recepción de la alteridad”? (Lévy,
Pierre, 1999:18), etc.

1.4. Dispositivos y dispositivos de enunciación

Algo relativamente común es, dentro de los diferentes tipos de disciplinas sociales y
practicas científico académicas, oír hablar de, por un lado, “dispositivos” y, por otro, de
“dispositivos–de–enunciación”. Sin embargo, no sucede lo mismo con el término
enunciación, a secas, cuyo vínculo claramente se mantiene con las denominadas
ciencias del lenguaje. Y, aun así, dicho concepto es tomado por disímiles teóricos y re–
significado incesantemente. Más allá de esta mutación, propia de la aplicación teórica a
la praxis, ambos términos (dispositivos y enunciación) han mantenido y mantienen cada
vez más un lazo que difícilmente puede ser obviado.

Es poco probable que alguien no pueda aventurar algún significado sobre lo que, ese
alguien, entiende por dispositivo. Según Oscar Traversa, en algunos contextos la noción
de dispositivo se acerca a lo tangible, que resulta de una manipulación instrumental:
en otros, a fenómenos configuracionales, resultado de relaciones que se establecen
entre procesos; en otros, lo que puede describirse con este término se similariza con
algunas de esas alternativas, pero no recibe la designación de dispositivos (Traversa,
O; 2001: 233).
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A la vez, es de usual conocimiento que el término dispositivo cobra su importancia


en los trabajos de Michel Foucault. De manera breve se puede decir que para Foucault
(ver Foucault, M., Saber y verdad) un dispositivo no son los discursos, las instituciones
o las instalaciones arquitectónicas, entre otras cosas, sino la red que, como resultado de
las relaciones que se tejen, se forma a partir de las mismas.

Una ponencia realizada en el marco del II Congreso Internacional de Semiótica sobre


el tema dispositivo5 ayuda a comprender la cuestión. Se escribe en la misma, “Según el
texto, “El juego de Michel Foucault”, podemos definir lo que es un dispositivo, a
través de 3 ejes:

1. por la estructura de elementos heterogéneos y también por cierto tipo de génesis.


Desde esta perspectiva, plantea que el dispositivo, pertenece tanto al campo de lo dicho
como al de lo no dicho. Es decir tanto al campo de lo discursivo como lo no discursivo.
Por ende dispositivo, es la red que puede establecerse entre estos elementos.

2. Foucault también quiere situar en el dispositivo la naturaleza del vínculo que


puede existir entre elementos heterogéneos.

Entre los elementos, discursivos o no, existe un juego de los cambios de posición de
las modificaciones de las funciones que pueden, éstas también, ser muy diferentes.

3. y por último, plantea que el dispositivo se ubica en una posición estratégica


dominante, ya que se constituye con la función de responder a una urgencia, de alcanzar
un objetivo estratégico y, por consiguiente, supone siempre una intervención en
relaciones de fuerza y se inscribe en un juego de poder. Poder productor, entre otras
cosas, de saberes que constituyen un soporte para el dispositivo, a la vez que son
sostenidos por éste.”

En definitiva, es siempre sencillo ligar la idea de dispositivo a la de aparato. Ejemplo


de ello es lo que Foucault escribe: El ejercicio de la disciplina (que) supone un
dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el que las técnicas
5
Ver Marisol Poletti; Leticia Rigat; Andrea Paoloni; Sobre la utilización del concepto de Dispositivo,
disponible en http://interfacesypantallas.wordpress.com/2007/11/22/ponencia–sobre–la–utilizacion–
del–concepto–de–dispositivo/.
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que permiten ver inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los medios de coerción
hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican. Lentamente, en el
trascurso de la época clásica, vemos construirse esos `observatorios´ de la
multiplicidad humana para los cuales la historia de las ciencias ha guardado tan pocos
elogios (Foucault, 1976: 176). Así pues, ¿un dispositivo puede ser un aparato
(estratégico, agregaría Foucault) concreto o abstracto que opera en–pos–de–x? De
aceptar esto, queda bien claro qué quiere decir Deleuze cuando escribe que “los
dispositivos son máquinas para hacer ver y hacer hablar” (Deleuze, G., 1990: 155).

1.5. Enunciación

El tema de la enunciación estará latente en todo el trabajo. Vale mencionar que el


termino seguramente encontrará sus detractores que muestren su inadecuamiento, sin
embargo, es, desde la comunicación, un concepto que genera un acercamiento familiar a
cuestiones que, como muchas en el especio web, aun carecen de terminología teórica
estable.

Al referirse a la enunciación, expone Oswald Ducrot, en "El decir y lo dicho" que la


popularidad de la enunciación data de 1966, fecha en que Benveniste publica problemas
de lingüística general; volumen en el cual Emile Benveniste definirá lo siguiente: “el
acto individual por el cual se utiliza la lengua introduce primero el locutor como
parámetro en las condiciones necesarias para la enunciación. […] en tanto que
realización individual, la enunciación puede definirse, en relación con la lengua como
un proceso de apropiación. El locutor se apropia del aparato formal de la lengua, […] se
declara como locutor y asume la lengua, implanta al otro delante de él.”

La enunciación es pues, para Benveniste, “este poner a funcionar la lengua por un


acto individual […]. El enunciación es el acto de producir un enunciado y no el texto
del enunciado lo que es nuestro objeto” (Benveniste, 1999:83).
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

En este punto comienza un posible conflicto, ya que la idea de acto individual en


correspondencia con texto vs. enunciado, puede conducir a mostrar un error en el uso
del término. De hecho es factible que ese error exista, aunque sin embargo esté anclado
a que su uso se ubica en una realidad diferente a la que Benveniste conocía. Esta
disociación entre epistemes conduce a que el término se torne ambiguo y hasta
equivocado.

Enunciarse en un mundo virtual no niega al individuo de Benveniste, ni a su acto


particular. Lo modifica. Una persona en la web puede enunciarse sin que ella, en ese
momento que se enuncia lo sepa. Mediante un post (como un comentario) un sujeto
realiza un enunciado del que se hace cargo 6. Ahora bien esa misma serie lingüística (en
el caso del comentario, claro está) puede en otro tiempo, y gracias a que otra persona se
enfrenta a la misma, volver a enunciar a aquel sujeto que tiempo atrás se enunciara.

Este juego de palabras se entiende en tanto se entienda la lógica de la web, del


mundo virtual. En esa realidad, complementaria pero no por ello menos diferente, la
condición temporal es otra. Un persona que ve un comentario de 10 días atrás y lo
comenta, se pone como alocutario de una enunciación de 10 días atrás en el plano
concreto, pero sin embargo, actual en el plano virtual.

Volviendo a Benveniste, éste dirá que “el acto individual por el cual se utiliza la
lengua introduce primero el locutor como parámetro de las condiciones necesarias para
la enunciación. Antes de la enunciación, la lengua no es más que la posibilidad de la
lengua. Después de la enunciación, la lengua se efectúan una instancia de discurso, que
emana de un locutor, forma sonora que espera un auditor y que suscita otra enunciación
a cambio.

En tanto que realización individual, la enunciación puede definirse, en relación con


la lengua, como un proceso de apropiación. El locutor se apropia el aparato formal de la

6
Explica Ducrot: “Decir que una serie lingüística producida por un locutor constituye un enunciado,
equivale decir, en primer lugar, que este locutor, al producirla, se ha presentado como asumiendo la
responsabilidad de la misma” (Ducrot, 2001:133).
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

lengua y enuncia su posición de locutor mediante indicios específicos, por una parte, y
por medio de procedimientos accesorios, por otra” (Benveniste, 1999:84).

Para Ducrot “el enunciado es una serie efectivamente realizada supongamos con
locutor diferente del que habíamos imaginado hablar en otro punto del espacio y el
tiempo formule la misma pregunta en término por término o que, diremos entonces que
se trata de otra enunciado. Decidir que los enunciados son realizaciones de la misma
oración equivale a suponer que ponen en práctica por igual la misma lingüística”
(Ducrot, 2001:134).

1.6. Texto

Si bien el concepto de texto trae a colación una diversidad de elementos teóricos que
son de una clara importancia, sería dicha explicación, un tratado o una tesis por sí
misma. Así explica Dinda Gorlée esto que queremos decir: El término texto no
solamente se utiliza para referirse a objetos muy dispares, sino que además puede
contemplarse desde numerosos puntos de vista. En la actualidad, casi cualquier
secuencia de palabras –Guerra y paz, un haiku, la letra de una canción de los Beatles,
el Diario de Ana Frank, una lista de la compra, una entrevista radiofónica, una receta
médica, etc.– puede considerarse texto y, por lo tanto, ser filtrado a través de la misma
malla de procesado textual […]. Consiguientemente, lo que es un texto (y lo que no es
un texto) es sujeto de interpretaciones muy diversas y, más que aclarado, se ha
oscurecido, (Gorlée, D.; 1997)

Normalmente, la noción de texto se encuentra ligada a un determinado acto verbal, y


por tal, su estudio se correspondería únicamente con una metodología lingüística. Más
allá de esto, tomaremos en este escrito al texto como una construcción sígnica, como un
signo complejo (sin ignorar que el signo al que hacemos referencia al hablar de texto
posee las propiedades de un signo lingüístico que es formulado en un código) que
funciona como agente comunicativo. Eco, en “El futuro del libro” explica que existe
una distinción entre texto y sistema: “Un sistema (por ejemplo, un sistema lingüístico)
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es la totalidad de las posibilidades desplegadas por determinado lenguaje natural. En


este marco contiene el principio de semiosis ilimitada, como lo definió Peirce. Cada
objeto lingüístico se puede interpretar en función de otros objetos lingüísticos o
semióticos […]. El sistema es tal vez finito, pero ilimitado”. Dicho esto, Eco explicará
que un texto no es un sistema sino un universo cerrado, que por tal reduce las
posibilidades infinitas del sistema.

De esta manera, tomamos al texto como ese universo cerrado de signo, siempre
teniendo en claro que, en sus definiciones varias, Peirce no suele identificar signo con,
meramente, signo lingüístico, sino que considera signo cualquier fenómeno perceptible
(visual, auditivo, olfativo u otro) que funciona como signo, es decir, que comunica un
mensaje a alguna mente que lo interpreta7.

Creemos que vincular al texto a, simplemente, una cadena de palabras y/o oraciones
hace escapar a una gran variedad fenómenos por no estar contemplados por la
lingüística. Una suerte de aproximación teórica a lo que queremos expresar se puede
leer en Cohesion in English, cuando Halliday y Hasan exponen que “un texto es una
unidad de lenguaje en uso. No es una unidad gramatical, como una cláusula u oración...
Un texto no es algo como una oración, sólo que más grande; es algo con carácter
diferente al de una oración. Un texto debe considerarse una unidad SEMÁNTICA: una
unidad, no de forma, sino de significado” (Halliday y Hasan, 1976: 1–2). Perecería
aparecer aquí una dualidad entre un texto y algo que no es un texto, un no–texto, que se
marcaría por la noción de significado. Todo texto tiene significados.

Como ya dijimos, nuestro enfoque gira en rededor a un eje semiótico. Por esto
mismo, creemos que un texto es un conglomerado complejo de signos –que pueden ser
lingüísticos (o no), icónicos, sonoros, espaciales, etc.–. Así, acordamos con Gorlée que
“desde una visión semiótica, un texto es cualquier cosa o objeto verbal escrito que es, en
primer lugar, reconocible materialmente y delimitable como tal, que es, en segundo
lugar, deícticamente anclado en el tiempo y espacio real o «real», y que, en tercer lugar,
adquiere significado al ser usado en un contexto social” (Gorlée, D. L., 1997).

7
Ver Gorlée, D., Hacia una Semiótica textual peirciana, en Signa: revista de la Asociación Española de
Semiótica. Nº 6, Año 1997.
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Tratar al texto de forma lógica, o mejor, semiótica implica que traigamos a colación
términos como símbolo, discurso, proposición y argumento, pues son esos términos los
elegidos por Peirce en gran parte de su obra para trabajar con dicha noción. “Para Peirce
una proposición es «cualquier producto del lenguaje cuya forma lo adapte para imbuir
creencia en la mente de la persona a la que se dirige, suponiéndole a ésta confianza en el
manifestante» (MS 664: 8, 1910). Finalmente, en lo que Peirce llama argumento «
[c]ciertos hechos se presentan de manera que puedan convencer a una persona de la
realidad de cierta verdad, es decir, que la argumentación está concebida para fijar en su
mente una representación de dicha verdad» (MS 559: 43, hacia 1902). Aplicados a
textos escritos, estos conceptos (símbolo, discurso, proposición y argumento, inter alia)
nos permiten tratar el texto de manera lógica (es decir, semióticamente) como
dispositivo de definición, sugerencia, persuasión, instrucción verbales y de otras formas
de comunicación por palabras” (Gorlée, D. L., 1998).

Siguiendo con esto que expone Gorlée, podríamos adelantar que mediante este
tratamiento conceptual se intentará observar las acciones que llevaría a cabo un texto o
el sujeto textualizado en la web; las cuales pueden ser: SER otro que no se ES, convencer
a otros de x cosas o creencias, presentarse y exponerse como x ante una comunidad
desconocida, etc.

El concepto de texto carece de connotaciones de dimensión; puede referirse al acto


verbal, al suceso verbal, a la unidad temática, al intercambio, al episodio, a la narrativa
y así sucesivamente. Así las cosas, es importante dilucidar además que el texto es lo que
posibilita la construcción de semiosis sustituyente. De modo simple, se puede decir que
una semiosis sustituida es un objeto semiótico que se encuentra en relación con un signo
que lo sustituye, conformando de esta forma una semiosis sustituyente. De esta manera,
en el caso de la persona que ingresa a la red, ésta no es más que un objeto semiótico que
se manifiesta en tanto signo por medio de un discurso concreto o texto. Nuestra
preocupación se centra en dilucidar si las redes sociales generan–producen dispositivos
que impactan en los modos de subjetivación y en qué medida ello se manifiesta en la
producción de “textos”.
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1.7. Breves sobre medio

No pretendemos realizar en este punto un estudio, ni ensayar definiciones sobre lo


que se entiende por medio, mediatización y sus derivados conceptuales. Nuestro fin no
va más allá de exhibir que lo trabajado hasta aquí se encuentra ligado a la idea de
medio. Con respecto a éste se podría decir que es justamente el que posibilita el primer
paso al espacio –en cuestión aquí– virtual.

Lo mismo que texto, por la idea de medio se pueden entender similares cosas
expresadas de diferentes maneras, por ejemplo un medio podría venir a ser el elemento
necesario para la mediación en tanto que ésta es entendida como la posibilidad de
establecer relaciones entre estímulos que no están efectivamente ligados por un parecido
objetivo (una palabra y el objeto que designa por ejemplo) (ver Ducrot y Todorov;
1972:89). En todo caso, un medio es un proceso–elemento que permite determinado
intercambio social. Y en tal sentido, una fotografía, por poner un ejemplo, es un medio
que posibilita la representación de un conjunto de significaciones en tanto recuerdo. El
medio como tal es un enlace, y así la posibilidad de transportarnos o tele–
transportarnos. Todo medio connota una comunicación a distancia, aunque ello solo
implique el salirnos, el transportarnos de un sujeto (nosotros mismos) a un objeto para,
nuevamente, retornar al sujeto.

Ahora bien, de una manera simple se podría dividir al medio como presentación o
re–presentación de–x. Por nuestra parte agregaríamos la noción de actualización o la de
presente perpetuo. Para aclarar un poco la cuestión, diremos sencillamente que “la
construcción de la realidad por parte de los medios [diarios o periódicos] on–line parece
estar, a primera vista, constituida sobre una categoría de tiempo presente, quiero decir,
se “informa” al momento que el hecho sucede (Ugarte, M., 2007)8.
8
En relación con lo temporal podemos agregar que es cierto que […] la doble condición de la fotografía
(por ejemplo) posibilita la predicación de existencia: “esto fue así” (una manzana o un rostro que tengo
frente a mis ojos), junto a “esto que fue así en un sitio recóndito para alguien, ahora es para mí y para
muchos otros”, el traslado de lo público a lo privado (ver Traversa, 2007:38); es decir, un medio (como
hemos señalado) “muestra” un suceso que, en el caso de la fotografía, “fue”, pero que, sin embargo, en
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2. METODOLOGÍA

Hemos optado por la Semiótica como teoría y metodología de investigación, no


dejando de lado herramientas de la Lingüística o Pragmática, ya que aspiramos a
desarrollar un proceso de elaboración de una explicación acerca de cómo y/o por qué
se produce el significado de un determinado fenómeno social en un punto espacial y
temporal determinados. De esta forma, creemos que es importante aclarar que la
entidad observable no serán los fenómenos sociales, sino los textos que en éstos se
registran. A partir de entonces intervendremos desde la triangulación de operaciones

el caso de la web parece estar “siendo” al momento que “es” mostrado. Asi, por ejemplo cabría
preguntarse ¿con qué categoría temporal se puede entender la noción de último momento en medios
digitales tales como CriticaDigital o Clarín, o, la noción, más clara aun, de “Viernes 20.06.2008
Actualizado 19:51 (hace 1 min.)” correspondiente a La Nación Online? Un denominador común parece
ser el concepto de ACTUAL.
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analíticas semióticas, lingüísticas y pragmáticas para llegar a una explicación lo más


acabada posible. Las operaciones mencionadas provienen de una síntesis entre la
Semiótica Analítica y el Análisis del Discurso.

Entendemos junto con Parret (ver Parret, 1983:30) que la disciplina Semiótica
aporta una tridimensionalidad entre

i– la semántica, en tanto valoración del sistema sígnico sobre el signo como entidad
del sistema;

ii– la pragmática, en la medida que se relaciona con las condiciones subjetivas de


producción, y

iii– la sintaxis, entendida como operación lógico–lingüística.

Con relación al “El Análisis del Discurso es una metodología cualitativa cuyo
objetivo consiste en establecer el contenido semántico de los conceptos
correspondiente a los términos efectivamente utilizados en determinados textos, cuyo
análisis se considera interesante. Fundamentalmente, se diferencia del análisis del
contenido al no admitir conocimiento a priori de ninguna clase, en cuanto al contenido
semántico del lenguaje, sino que se propone explicar, respecto de cada término, de qué
modo construye tal contenido o significación en función de su uso en el contexto
material y positivo en el que aparece” (Magariños de Morentín; 1998, 2).

Nuestro trabajo estará centrado en la construcción de una explicación en torno a los


procesos por medio de los cuales a determinado texto se le asigna, en la semiosis,
determinados significados que hacen emerger a su vez fenómenos sociales tales como
la subjetivación.

Primeramente, y de acuerdo a lo que implica la elección de esta metodología,


comenzaremos por la recopilación de datos, esto es el conjunto de textos y discursos
sociales “que circula efectivamente en determinado momento de determinada
sociedad” (Magariños de Morentín; 1996: 275) y que registra tal fenómeno. Nuestro
objeto observable, el texto en sus diversas manifestaciones, intentará ser pertinente
para intentar dar cuenta del desarrollo académico que se pretende.
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Así las cosas, creemos bueno aclarar que: a) el corpus a edificar no tendrá
fundamento estadístico, sino más bien constructivo; y, b) se intentará que los textos
reunidos constituyan el punto de inflexión del problema en cuestión.

3. CUADRO APROXIMADO DE PRÁCTICAS


VIRTUALES

3.1. Una mirada retrospectiva

Es hartamente conocido que internet surgió como un proyecto desarrollado en


Estados Unidos en pos de consolidar el poderío de sus fuerzas militares. A posteriori de
su creación fue utilizado por el gobierno, universidades y otros centros académicos, para
de poco ir introduciéndose en la vida del común de las personas y llegar a ser lo que se
conoce hoy en día.
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Lo que hoy llamamos web o internet indistintamente tiene un punto de partida,


muchas veces discutido y cuestionado y es lo que a menudo se señala como National
Global or Galactic Information Infrastructure (Infraestructura de Información Nacional
Global o Galáctica). En definitiva, aquello que puede denominarse como la “historia de
internet” es algo extenso, con elementos que se relacionan con múltiples teorías que van
desde la cibernética y la tecnología bélica a lo comunicacional, organizacional y lo
meramente social y comunitario en tanto que estamos inmersos en un mundo que
plantea, conjuntamente con lo global, un universo, un espacio virtual en el cual, una vez
dentro de éste, el uso de las herramientas online para llevar a cabo el comercio
electrónico, la adquisición de información y, sobre todo la acción en comunidad
posibilitada por el uso de redes sociales se vuelve algo difícil de pasar por alto en la
medida que se hable de comunicación.

Por otro lado, no es muy complicado darse cuenta que se viene llevando adelante un
conjunto de cambios relacionados con la comunicación que no podemos pasar por alto.
En tales cambios, tal y como lo expone la socióloga Paula Sibilia, se ha venido pasando
de “sistemas fundados en el principio de broadcasting, tales como la radio y la
televisión, medios cuyas estructura comprende una fuente emisora para muchos
receptores” a “computadoras interconectadas mediantes redes digitales de alcance
global”. En esto hay un fenómeno interesante en el que queremos detenernos, el mismo
se relaciona en con la siguiente pregunta: ¿por qué eso que describe Sibilia no se dio
con, por ejemplo, el teléfono: un dispositivo que, al igual que la internet –por medio del
chat– permite la comunicación en tiempo real entre dos sujetos? A esto se podría
responder que en primer lugar porque el teléfono no es una fuente emisora a múltiples
receptores. Solo permite que una persona tome contacto con otra persona mediante un
intercambio de textos sonoros, aunque sí posibilita que esa comunicación sea fluida y en
tiempo real. Sobre esto volveremos más adelante, sin embargo, se puede apreciar que
acabamos de nombrar puntos que corresponderían a cualquier red social de la web, a
saber, a) la inmediatez de la comunicación y b) la posibilidad de intercambio con
múltiples personas.
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

En definitiva, todo parece corresponder y sintetizase a lo que se conoce como


massmediatización de la sociedad. Marcelo Urresti escribe al respecto que “la
massmediatización de la sociedad es la consecuencia de la extensión de estos medios,
que comienza con el cine y la radio en la época de entreguerras y se consolida con la
difusión de la televisión en los años posteriores a la segunda guerra mundial” (Urresti,
M. 2008:20).

Internet, lo mismo que esta sucesión de cambios en el plano comunicacional de la


sociedad, tiene una cantidad de facetas y metamorfosis a lo largo de su –corta– historia,
que sería absurdo detallar por el simple motivo de que cualquiera puede consultar la
misma en librerías o en la propia web9. Lo cierto es que un dato clave en Internet es
saber que no fue diseñada para una única aplicación sino como una infraestructura
general dentro de la que podrían concebirse nuevos servicios, como con posterioridad
demostró la aparición de la World Wide Web.

3.2. Formas de web

Como se sabe la World Wide Web (WWW), nacida en 1989 y cuya traducción
podría ser Red Global Mundial, es un sistema de textos e hipertextos a través de los
cuales se puede acceder por Internet. Tan simple como hacer click en un navegador web
y un usuario puede comenzar a navegar por sitios web compuestos de páginas web que
generalmente se invisten de textos lingüísticos, icónicos, sonoros y/o audiovisuales, y
navegar a través de ellas usando hiperenlaces.

Es muy común hoy en día oír hablar de web 2.0, web social, participativa, etc. Pero
¿qué es exactamente eso?, ¿acaso existió una web que se anteponía a tales
9
Algunos artículos interesantes se pueden encontrar en:
http://www.ati.es/DOCS/internet/histint/histint1.html#reglas,
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Internet#Email_y_Usenet.E2.80.94El_crecimiento_de_los_foro
s_de_texto, http://www.tudiscovery.com/internet/interactivo.shtml, y un video muy instructivo en:
http://www.youtube.com/watch?v=9hIQjrMHTv4.
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características? La web 2.0 surge como un paso en lo que es la web o, a partir de


entonces, web 1.0. Fue Tim O´Reilly, director general de O´Reilly Media, quien expuso
el término por primera vez de web 2.0. Básicamente se puede entender a la web 1.0 de
acuerdo a características que giran en rededor a la existencia de webs personales y la
publicación de contenidos por parte del web máster o creador del sitio web. Para ser
más claros, imaginemos un dueño de la página web que, mediante algunas herramientas,
digitaliza determinado material para luego subirlo a la página de la que es propietario;
de esta forma, una vez listo el contenido en la web, éste puede ser leído por los usuarios
visitantes del sitio en cuestión o mejor conocidos como internautas.

En cambio, la web 2.0 se caracteriza por, entre otras cosas, la sindicalización, la


participación, los blogs. Mientras que en una parecería predominar el famoso sistema de
broadcasting, el cual se basa específicamente en una estructura donde existe una fuente
emisora para un conjunto de receptores en estado de pseudo actividad o de pasividad
constante; la otra, la web 2.0, aunque sigue manteniendo a un web master, éste no es el
único y exclusivo productor de información (y en algunos caso, no es siquiera quien
produce información, limitándose al mantenimiento de la estructura informática del
site), a la vez existen usuarios que (generalmente registrándose primero en el sitio)
pueden contribuir, producir ellos mismo contenido y subirlo además al sitio web para
que pueda ser visualizado por otros internautas. Como puede verse, la posibilidad de
participación es un claro eje sobre el que se funda la web 2.0.

De acuerdo con esto, es más simple entender el crecimiento de por ejemplo, Blogger,
Fotolog, Facebook, MySpace, Twitter, o el sitio argentino Taringa. En todos ellos hay
una constante que es la participación activa de cada uno de los usuarios en tanto
productores de sus mismos contenidos10. A esto mismo es a lo que se le denomina web
social. Y, claro está, nuestro universo de análisis en este trabajo contempla justamente
las redes sociales. Estás son una parte muy importante de esta web 2.0.

10
Una entrevista que muestra muy concretamente los que decimos puede encontrarse en:
http://blogs.tn.com.ar/internet/archives/2008/02/quienes_son_las_caras_detras_de_taringa.html#com
ment–1239801.
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3.3. Las redes sociales y el acceso a las mismas

Hablar de redes sociales es estar hablando de sistemas y estructuras muy complejas


pero muy simples a la vez. Es decir, cualquiera pueda entender, no digamos cómo
funciona o cómo se crea una red social en la web, pero sí a qué hace referencia. El
mismo término compuesto expone que es algún tipo de tejido formado por personas
que, en tanto mantienen vínculos, desarrollan un espacio social.

A mediados del año 1997 SixDegrees.com fue el primer site web que permitió erigir
perfiles, lista de amigos y amigos de sus amigos. Hoy en día, son esos mismos puntos
los que cualquier red social no puede obviar. Sería lo mismo decir que cualquier
definición de redes sociales, tendría que exponer esos puntos como características
principales de las mimas.

Más allá de algunos cambios de liderazgo comercial, propio de un mercado también


cambiante, Facebook (creada por Mark Zuckerberg cuando contaba con 23 años, y con
cerca de 63 millones de usuarios), MySpace (ideada en 2003, por Tom Anderson
cuando éste tenía 33 años y que cuenta algo más de 100 millones de usuarios), Twitter,
entre algunas otras, son las que encabezan el podio11.

Cada una de las redes sociales coincide en haber comenzado como una forma de
“vincular” alumnos de universidades, para luego expandirse, conforme se expandía
también el acceso a la web y a las nuevas tecnologías 12, a la gran masa de potenciales

11
Es importante dejar en claro que cada red social, tiene un público definido y que es de acuerdo a ello
que crean sus herramientas y recursos online. Por ejemplo MySpace comparte con LinkedInn muchas
cosas, pero no son iguales: mientras que la primera apunta a un público joven, definido por gustos
visuales–artísticos (una muestra de ello es la posibilidad de modificar los temes de cada perfil) muy
marcados, la segunda, en cambio, está dirigida a un público profesional, donde lo que predomina no es
tanto la búsqueda de “amigos” para forjar relaciones pasajeras y virtuales, sino mas bien la búsqueda de
“contactos” con los cuales poder establecer vínculos laborales y comerciales. Es por tal que ésta última,
en la creación del perfil ordena tipos de información propias de un currículum vitae.
12
Creemos necesario agregar al respecto algunas notas que ilustrarán mejor a qué se le llama
“crecimiento”. Según datos de un estudio de Prince & Cooke en 2007 en la Argentina había “16 millones
de usuarios de Internet” lo que registraba “un incremento del 23% respecto al año anterior; 3,1 millones
son considerados clientes” (ver Diario La Nación online en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?
nota_id=970128). Además, “en los próximos 5 años el tráfico de las redes que utilizan el protocolo de
internet (IP), como el ciberespacio y las accesos empresariales, en México y el resto de América Latina
tendrá un crecimiento anual de 50 por ciento, de acuerdo con el Indicador Visual de la Conectividad de
la empresa Cisco” (ver: Mundo Contact en: http://www.mundo–contact.com/enlinea_detalle.php?
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

usuarios navegantes de internet. Según expone Urresti “en estos días el acceso a las
computadoras está prácticamente generalizado entre los jóvenes y los adolecentes sin
importar el sector social del que provengan, luego, cubre a casi todas las familias
urbanas de ingresos medios y se extiende con velocidad hasta las familias urbanas con
ingresos menores quedando por el momentos excluidas aquellas que se ubican en las
zonas más alejadas de los centro poblados. De acuerdo con este proceso de extensión se
va generando una vida cotidiana atravesada por las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación” (Urresti, M. 2008:19).

Ahora bien, aunque es claro que esa vida cotidiana de la que habla Urresti no se
encuentra exclusivamente “comunicada” al mundo exterior mediante el uso de la web y
las TIC, éste uso es algo de suma importancia y es en lo que centraremos nuestro
enfoque. Dicho esto, diremos brevemente, a modo de descripción ilustrativa que ese
acceso y ese uso tiene características particulares. En primer término plantea audiencias
cuya forma de consumo es “similar al zapping y por lo tanto completamente centrada en
la demanda. Asimismo, en la medida en que se hace en soledad y casi nunca en grupo,
establece una relación con el medio absolutamente personalizada e individual” (Urresti,
M. 2008:27). Estas características dan al medio de internet la definición de ser un medio
a la carta, como lo expresa el mismo Urresti. Si bien volveremos sobre esto más
adelante diremos que, siguiendo con esta idea de “a la carta”–con la cual estamos
completamente de acuerdo–, agregaremos que de esta forma parece plantearse una
nueva hipótesis: internet es un medio a la carta en el cual el cliente–receptor tiene la
razón.

3.4. Tipos/ejemplos de redes sociales

El contactarse, mediante la posibilidad de las redes sociales virtuales, con un grupo


de “amigos”, paradójicamente conocidos o no, lleva a articular una serie de contactos
con los cuales (o algunos de los cuales) se mantienen tipos de relaciones. Sin embargo,

recordID=13346).
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

poner a estas redes sociales como uno de los resultados de internet sería algo erróneo.
Es claro que las redes sociales existieron siempre y se desarrollaron en espacios que, si
bien eran concretos, también solían ser diferentes. Un club, una escuela, una plaza, un
salón de baile, eran escenarios propicios donde se tejían redes, se vinculaban personas,
se creaban contactos. “Hoy en día se articulan, tal como lo escribe Urresti,
principalmente con la ayuda de sitios como Facebook, MySpace o Fotolog”, (Urresti,
M. 2008:43). A pesar de ello, según el mismo autor, estos nuevos espacios virtuales no
desplazan por completo a otros, pues esas mismas relaciones suelen “terminar luego en
reuniones concretas […], de modo que la red virtual concluye en encuentros reales”.

En las Jornadas sobre Gestión en Organizaciones del Tercer Sector en la Universidad


Di Tella de Buenos Aires, Argentina, en noviembre de 2001, se dijo lo siguiente:

“Las Redes son formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico
entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y
en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas
necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos.”

“La intervención en red es un intento reflexivo y organizador de esas interacciones e


intercambios, donde el sujeto se funda a sí mismo diferenciándose de otros. En las redes
sociales en Internet tenemos la posibilidad de interactuar con otras personas aunque no
las conozcamos, el sistema es abierto y se va construyendo obviamente con lo que cada
suscripto a la red aporta, cada nuevo miembro que ingresa transforma al grupo en otro
nuevo.”

Se puede leer en varios sitios en la red cosas similares a ésta: “las redes sociales dan
al anónimo popularidad, al discriminado integración, al diferente igualdad, al
malhumorado educación y así muchas cosas más.” Una forma de pensar esto es dar por
sentado que en una red alguien lleva a cabo cierta practica carnavalesca –en sentido
bajtiniano– de colocarse y quitarse distintas máscaras en tanto que el espacio –en este
caso, virtual– iguala a todos sus integrantes. Sin embargo puede existir otra forma de
analizar aquello, y es pensar a los sujetos que se encuentran en la red no ya como
sujetos sino más bien como textos, textos que son (i) re–reinterpretados constantemente
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en cada relación/interacción, y (ii) así re–significados. Lo importante aquí es que el


sujeto que ingresa a la red no es quien se pone “su” máscara, sino que es la relación con
los “otros” quien se la asigna.

3.5. Facebook

El 16 de julio de este año la red social Facebook anunciaba oficialmente que tenía
250 millones de usuarios. La noticia fue publicada en el mismo blog del creador de una
de las redes sociales más importante del planeta. Según un mapa realizado Vicenzo
Cosenza13 por Facebook, ocupa el primer lugar en 8 de 10 importantes países. Así se
puede observar el siguiente mapa que intenta ilustrar lo que los números:

Figura 1. Mapa mundial de las redes sociales. Vicenzo Cosenza. Junio de 2009.

Como puede verse en el mapa expuesto, entre todos esos países donde predomina
Facebook, también se encuentra la Argentina.

13
Ver: http://www.vincos.it/world–map–of–social–networks/
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Facebook fue ideada por Mark Zuckerberg a la edad de 20, mientras realizaba sus
estudios en Harvard. Según lo expresa el mismo Zuckerberg el objetivo principal del
proyecto era reproducir el famoso álbum de fotos de los alumnos de la facultad para
facilitar el contacto online entre compañeros. A dicho objetivo se le añadió el diseño de
una plataforma que permitiera reproducir en Internet todos los vínculos sociales. De esta
forma, Facebook comenzó a tener su impronta de red social.

Así las cosas, Facebook fue mutando conforme lo requería su crecimiento. El último
gran cambio realizado por la red social, fue anunciado con varios días de anticipación a
sus usuarios, incorporando elementos de forma poco brusca. Esto muestra la
importancia cobrada por aquellos que, no muchos años atrás, eran los simples receptores
de los mensajes de los grandes medios de comunicación.

Tras esa última modificación de Facebook se pueden resaltar, según lo expresa


Alberto Romero14:

• El flujo de actividad. Toda la información generada por los contactos de un


usuario, ya sean fotos, cambios de estado, contenido traído de otras webs, se verá
ahora reflejada en un sólo registro de actividad (o conjunto de publicaciones, como
reza la versión española). Eso sí, por medio de unos filtros bien visibles, ahora se
podrá elegir fácilmente las cosas de quién queremos que aparezcan en la home.

• Además, la cajita para compartir con el mundo lo que estás haciendo (o el


editor, como lo han bautizado), que tanto éxito ha tenido desde su popularización en
Twitter pasa a ser la navaja suiza para publicar cualquier tipo de contenido...

• Lo más destacado. Éste es el eufemismo que Facebook utiliza para mostrar la


publicidad muy cerca, si no entremezclada, de la información útil y personal. En este
rediseño, aparecerá justo bajo los próximos eventos.

• Perfil es el nuevo Página: Facebook va a permitir a personajes públicos y


organizaciones darse de alta como un usuario más, de modo que se les pueda añadir
como contacto y el contenido que generen aparezca en la página de uno. Y es que,
¿quién no quiere ser amigo de Obama?
14
Ver Alberto Romero, Facebook: rediseño con preaviso, en www.soitu.es, 13–03–2009.
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• Aumento de la cantidad de amigos. Por fin, el cambio que todos estaban


esperando: se levanta el límite de 5.000 amigos.

Solo tres años más tarde del surgimiento de aquel proyecto de garaje –como suele
denominarse a las invenciones tecnológicas– Facebook ya había sido tazada en 15.000
millones de dólares, según el acuerdo firmado en aquel entonces con Microsoft.

Según expertos en tecnologías, Facebook apunta a convertirse “en el más serio


competidor del AdSense de Google basado en las cada vez más actividades y datos
personales que nosotros mismos ponemos a circular en la red social”15.

Con respecto al fenómeno de Facebook, Paula Sibilia escribe: “El director y


fundador de Facebook asegura que “Empujar un mensaje sobre la gente ya no es más
suficiente, hay que lograr que el mensaje se instale en las conversaciones”. Con esto que
expresa Zuckerberg se puede observar la que idea de instalar X mensaje en las
conversaciones es un punto substancial en toda la web 2.0. Sobre esto volveremos
repetidas veces en este texto, a pesar de ello creemos relevante dejar en claro que cada
comentario se convierte en un índice de la instalación de–x–en–m (siendo x=
conversaciones y m=mensaje). El asunto aquí es que pareciera que el mensaje ya no lo
hace “uno” sino que lo hacen “otros”.

3.5.1. Blogs

Los blogs son otra de las tantas forma de lo que algunos especialistas han
denominado socialware. Su crecimiento está obviamente ligado al de internet y a lo
escrito más arriba sobre la web 2.0. Según la empresa Technorati, existían en total, en
2008, unos 133 millones de blog en Internet, cada 24 horas se realizaban más de
900.000 nuevos post o entradas y ese mismo año se registraron un total de 329 millones
de post o entradas16.

15
Ver Ernesto Martelli, Ese fenómeno llamado Facebook, en La Nación Online, 2007:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=958731
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En ellos un internauta puede fácilmente publicar información, textos varios sobre lo


que cree relevante sacar o exponer en el espacio virtual, y, tal como lo muestra Antonio
Funero, estos textos se hallan “ordenados cronológicamente, soportados un sistema de
distribución de contenidos capaz de proporcionar (al autor) la funcionalidad necesaria
para distribuir esos contenidos con cierta frecuencia […] y que puede facilitar la
construcción de conexiones sociales significativas o comunidades virtuales alrededor de
cualquier tema de interés”17

Son sencillos los pasos que permiten la creación de un blog y cada vez más son
empresa de medios que han incorporado esta herramienta a sus ofertas para sus
clientes/lectores (producto esto seguramente de que “los profetas de la informática
afirman que, en 2021, "los ciudadanos–periodistas" producirán la mitad de la noticias
mundiales”18). Sin embargo sería erróneo tildar a los blog simplemente con una nueva
forma de “hacer periodismo ciudadano”. Como cuadernos o diarios virtual–digitales que
son, los blogs son también tomados como una suerte de nuevos diarios íntimos de
acuerdo a su emparentamiento con los conocidos cuadernos de bitácora.

Especialistas como Alejandro Piscitelli, han afirmado que “la comunidad weblogger
es mucho más autista y endogámica de lo que las noticias en los medios –en especial la
autopromoción permanente que los propios weblogger se hacen a sí mismos– dejan ver,
y está a años luz de las preocupaciones y de los esfuerzos que la gente común está
dispuesta a hacer cuando de consumir noticias se trata”. La casi constante necesidad de
exponer algo en la web hace no solo que se produzcan masivos abandonos de blogs,
sino además que, aquellos que sobreviven estén plagados de un contenido heterogéneo
si se lo quiere analizar desde el punto de vista de un tipo de usuario.

Lo cierto es que la creación de un blog, sea cual fuere su propósito o las


características de los textos posibles a publicar, se puede tomar como la adquisición de
un determinado espacio, que aunque virtual, nos “pertenece” o del cual somos dueños.
Esta idea de propiedad, se encuentra más o menos presente en casi todas las redes
16
Ver http://technorati.com/. Extraído de: http://www.atraczion.com/blog/estadisticas–de–internet–
durante–el–2008/.
17
Funero, Antonio. “Historia de los Blog”, revista TELOS, en www.campusred.net, extraído de
Ciberculturas Juveniles, La Crujía, 2008.
18
Ver La Nación, Blogs: ¿La nueva información?, 30 de abril de 2006.
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sociales bajo la particularidad de la confección de un perfil. De todas formas, se vuelve


más notoria ciertamente en los blogs (y agregaríamos también los Fotolog, aunque éstos
puedan ser entendidos como blogs donde lo que predomina es la fotografía y no la
escritura)19.

3.5.2. Fotolog

Una página donde cada uno sube, postea fotografías sobre uno para otros. Eso es lo
que parece ser a simple vista el sitio Fotolog. Sin embargo, varios son los interrogantes
y las problemáticas que se han generado en torno al mismo.

El sitio, Fotolog.com, data del año 2002 y actualmente supera los 27 millones 900
mil miembros activos. Básicamente, y según lo explica Piscitelli, “Fotolog es la marca
registrada de un sistema de publicación de imágenes y textos en internet, con formato de
pagina web. Se compone de una estructura estándar – que puede ser visualizada por
todas la personas que navegan en internet– y una herramienta de publicación que está
cerrada a todos aquellos habilitados para publicar. Está diseñada para que los usuarios–
propietarios (fotologger) publiquen (posteen) imágenes y textos, y reciban comentarios
de otros, así como establecer vínculos con otros fotologs y páginas web. Las principales
diferencias entre este soporte y las paginas convencionales radican en el carácter
gratuito del servicio, y en la facilidad de construcción y administración”20.

Es cierto que el fenómeno de Facebook y MySpace (al menos en la comunidad


hispanohablante) ha provocado que hacer referencia sobre redes sociales sea sinónimo

19
Respecto a esto, el sociólogo Hernán Vanoli escribe que los blogs “funcionan como terminales
desterritorializadas que transforman las coordenadas espaciales de aquello que la modernidad entendió
como el “hogar” y también las coordenadas temporales que organizan la relación entre vida y escritura
de un individuo. Así, el hogar como reducto inviolable de la intimidad abre sus puertas y comienza a ser
inscripto en dichas superficies, y la posibilidad de postear mientras se realizan diversas actividades
rearticulan, por un lado, las relaciones entre vida y escritura y, por otro, entre registro y exposición de
ambas. (Vanolli, H; 2008:230/1)
20
Ver, Piscitelli, A., Qué es un Weblog, en http://www.ilhn.com.filosofitis.
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de dichas empresas. Más allá de esto, el fenómeno de fotolog, al menos en la Argentina,


no puede ser pasado por alto en lo que espacios virtual–sociales se refiere. Según una
encuesta realizada por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad del
Salvador (USAL) a unos 200 estudiantes de 13 a 18 años de cuatro escuelas medias
porteñas, “8 de 10 cada diez entrevistados tienen acceso a Internet. Y el 90% tiene
banda ancha. La mayoría (70%) tiene sólo un fotolog. Los que tienen más es porque los
comparten con amigos”. "Aseguran dedicarle menos de una hora al día, pero reconocen
entrar constantemente". Además, “los que más usan el flog son los de 4ø año (16 y 17
años), que cuadruplican a los que recién empiezan el secundario. Otro dato: las chicas
duplican a los varones. Muchos dicen que abren estos sitios para compartir las fotos con
amigos. Pero en el sondeo el 52,5% dijo que conoció gente a través de estos sitios. No
sólo eso: el 43% de los contactos luego fueron encuentros cara a cara, dice el
informe”21.

Analizaremos el fenómeno fotolog mas delante y en profundidad cuando lo tomemos


como ejemplo de dispositivo de enunciación virtual. A pesar de ello, no podemos dejar
de mencionar que las prácticas que los usuarios realizan, giran en torno a la exposición
de múltiples facetas que hacen a la particular cotidianeidad del usuario–propietario de
cada espacio o flog: las últimas vacaciones, la salida del fin de semanas, un encuentro
por la tarde con amigos, o una simple pose que hable sobre sí, pueden ser los diferentes
textos que se exponen. La idea no parece estar muy lejana a querer contar por medio de
imágenes los momentos e instantes que nos definen de tal o cual manera, esperando los
comments de aquellos visitantes curiosos22.

Cada flog se encuentra atravesado, tal como venimos diciendo, por lo que cada
usuario/propietario quiere exponer, exponiéndose también él mismo. De esa forma, el
flog se asemeja a un espacio propio, como una habitación –virtual– que, dentro de otra

21
Ver Mariana Iglesias, Fiebre por los fotologs: para los chicos es como tener un nuevo DNI, en Clarín
disponible en http://www.clarin.com/diario/2007/10/27/sociedad/s–05015.htm, 27/10/2007.
22
Estos visitantes serían los observadores que describe Godszczynski: Consideraremos tres tipos de
usuarios: el propietario, el posteador y el observador, roles que, desde ya, pueden condensarse en una
misma persona. Vale aclarar que, aunque tengamos en cuenta el papel jugado por los menos meros
observadores –aquellos que leen y miran flog sin dejar comentarios– nos centraremos en propietarios y
posteadores, quienes hacen uso activo –se “apropian”– de los recursos que la herramienta ofrece. Ver
Godszczynski, L., Hacia los usos adolecentes del fotolog, 2008.
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habitación –concreta– de la cual parece intentar independizarse 23, es modificada según


los gustos particulares y actúa, en la exposición24, como postal de la subjetividad de
cada usuario/propietario frente a desconocidos

Parecería que el universo sígnico del fotolog pone en un papel superior, aunque sin
por eso mismo dejar de lado lo lingüístico (marcado por ejemplo en los comentarios que
serían un ejemplo más de aquellos que Roland Barthes llamaba anclaje), lo icónico, el
mundo de las imágenes. Y es entonces sobre ese mundo –donde lo que predomina es el
texto icónico– que los otros, los que se enfrentan con un ecosistema de diferentes
signos, interpretan a esos sujetos–propietarios de cada flog personal, que a su vez hacen
lo mismo con otros sujetos de otros flogs (o en otros sitios). En definitiva, es esta la
praxis que se realiza en esta como en otros espacios virtuales; la misma praxis que hace,
claro está, que estos espacios sean denominados o entendidos como redes sociales.

23
Por ejemplo, según Godszczynski, el flog “se trata de un espacio del que se intenta excluir la mirada
observadora de la familia”. Ver Godszczynski, L., Hacia los usos adolecentes del fotolog, 2008, p. 128.
24
Como en todas las redes, aunque esa exposición claramente puede variar entra las mismas.
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4. PROCESOS Y FORMAS DE SUBJETIVACIÓN EN


TORNO A LO TEXTUAL

4.1. Preliminar

Durante su existencia y permanencia en el mundo real concreto, nos encontramos


como sujetos moviéndonos por espacios disímiles en los cuales solemos o podemos
incursionar de forma fugaz o por períodos extensos. En todos y cada uno de esos
espacios no dejamos de ser sujetos y de constituirnos como tal.

De esta forma, comienzan a entrar en juego un conjunto de reglas o normas


pertenecientes a cada espacio en particular, y de la mano con las mismas, diferentes
tipos de dispositivos que trabajan y son propios de cada uno de esos espacios.

La web, junto a su espacio virtual, provee a su vez de otros sitios–espacios en los


cuales, también y como en la vida real concreta, el sujeto puede irrumpir, transitar,
permanecer; descubriendo de esa manera los dispositivos que gobiernan las prácticas
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socio–culturales de dichos lugares. En ese descubrir (que puede ser conflictivo o no),
claramente el sujeto irá aceptando o rechazando a esos dispositivos. A la vez y en ese
(inter)actuar comienzan, en un primer momento, a emerger prácticas comunes (con el
tiempo, por qué no, cotidianas) e inmediatamente, pero en segundo momento, a forjarse
modos de ser y estar, formas de ser–sujeto–en–y–por–tales prácticas y experiencias. En
el caso de la web, ésta se centraría en formas que tienen que ver un dispositivo de
enunciación virtual.

Así pues, en este apartado se tratará de dar cuenta de lo que nosotros mismos
entendemos por dispositivos de enunciación en espacios virtuales como la web,
trabajando con ejemplos de ese plano virtual que brindan las nuevas tecnologías e
introduciendo hipótesis y conceptualizaciones en torno a lo TEXTUAL, considerando,
insistimos, de suma importancia al texto, en tanto objeto de observación de tipos de
dispositivos de enunciación. Para ello, centraremos nuestra atención en analizar el
funcionamiento de, tal y como expusimos más arriba, tipos de redes sociales.

Por otro lado, es necesario dejar en claro lo siguiente: “cuando hablamos de


subjetividad, nos referimos a un conjunto de elementos conceptuales que provienen de
las ciencias sociales contemporáneas, que resultan de utilidad para comprender la
interacción ente los grandes proceso sociales y las pequeñas escenas de interacción
cotidiana. La subjetividad es la dimensión de los fenómenos sociales que se relacionan
con las formas en que los sujetos se apoderan de –y son apoderados por– las estructuras
sociales, las incorporan y las ponen en juego” (Urresti, M, 2008:39). Sin embargo y por
otro lado existe otro concepto que aflora en algunos trabajos sobre nuevas tecnologías,
hacemos referencia a la noción de identidad. Por ello, creemos importante aclarar que
nuestro trabajo no pretende discernir sobre cuestiones teóricas correspondientes por
demás a la sociología. Así, diremos solamente que acordamos en la definición que
Gabriela Sued da sobre noción de identidad, según la cual ésta “no es una característica
individual, sino un producto social, resultado de un ambiente social determinado y
llevado a cabo de modo diferente en contextos variable”25.
25
Gabriela Sued, Apuntes para pensar la construcción de la identidad en Facebook. Aproximaciones
conceptuales, analíticas y preguntas, disponible en http://www.proyectofacebook.com.ar/apuntes–para–
pensar–la–construccion–de–la–identidad–en–facebook–aproximaciones–conceptuales–analiticas–y–
preguntas/
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Con esto quizá se pueda notar, tal como lo hacemos nosotros, cierta similitud teórica
entre los términos. No obstante, insistimos, no se trabajará sobre la misma y al tomar
trabajos que mencionan el concepto de identidad, lo haremos entendiendo mencionada
similitud teórica y cierto vínculo con la concepción de subjetividad.

4.2. Primer nodo semántico: prácticas y procesos vinculados al


DISPOSITIVO “internet”

Es poco probable que alguien no pueda aventurar algún significado sobre lo que, ese
alguien, entiende por dispositivo. A la vez, es de común conocimiento que el término
dispositivo cobra su importancia en los trabajos de Michel Foucault. De manera breve
se puede decir que para Foucault (ver Foucault, M., Saber y verdad) un dispositivo no
son los discursos, las instituciones o las instalaciones arquitectónicas, entre otras cosas,
sino la red que, como resultado de las relaciones que se tejen, se forma a partir de las
mismas.

Sin embargo, es siempre sencillo ligar la idea de dispositivo a la de aparato. Ejemplo


de ello es “El ejercicio de la disciplina (que) supone un dispositivo que coacciona por el
juego de la mirada; un aparato en el que las técnicas que permiten ver inducen efectos
de poder y donde, de rechazo, los medios de coerción hacen claramente visibles
aquellos sobre quienes se aplican. Lentamente, en el trascurso de la época clásica,
vemos construirse esos `observatorios´ de la multiplicidad humana para los cuales la
historia de las ciencias ha guardado tan pocos elogios” (Foucault, 1976: 176). Así pues,
en una aproximación inaugural: ¿un dispositivo puede ser un aparato (estratégico,
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agregaría el propio Foucault) concreto o abstracto que opera en–pos–de–x 26? De


aceptar esto último, queda bien claro qué quiere decir Deleuze cuando escribe que “los
dispositivos son máquinas para hacer ver y hacer hablar” (Deleuze, G., 1990: 155).

Sin embargo, previo a adentrarnos en algún tipo de explicación al respecto, creemos


necesario dejar sentadas algunas hipótesis:

 Todo dispositivo plantea un cambio, una alteración, al momento de ser


aplicado.

 Dicha modificación tiene su basamento en la creación de una nueva `realidad´


o de una realidad diferente,

 Lo que a su vez genera la posibilidad de que se engendren procesos de


subjetivación.

Con esto, la significación, entendida ésta como la capacidad por medio de la cual se
articula el/los sentido/s, es, antes que nada, el engranaje principal de tan mencionado
hasta aquí aparato, o, mejor, dispositivo.

Pero antes que nada, quisiéramos, a la manera de matemáticos, tratar de despejar las
x y volver sobre aquella en la que todo dispositivo operaría. Entonces, partiremos de la
simple idea de que al hablar de proceso semiósico estamos hablando de cierta
construcción mental (que por tal, aclaramos, no deja de lado el aspecto social–
colectivo). En este punto, el dispositivo opera con el objetivo de que se construya una
determinada realidad, que se ligue un determinado sentido. Esta idea de ligar no es
caprichosa, forma parte de la estrategia que emplea o de la que es parte el dispositivo: el
dispositivo no permite la construcción libre –por llamarla de alguna forma– de sentido,
sino que más bien la impone.

Probaremos ejemplificar esto, en un modo pseudohipotético, tomando el caso del


panóptico (como uno de los aparatos que hacía funcionar “los dispositivos disciplinarios
a que apelaba el miedo de la peste” (Foucault, M., 1976: 184)). Se podría ver como caso

26
Entendiendo a la equis como una acción cualquiera a desarrollar que se prolonga en el tiempo
volviéndose norma (l).
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ejemplificador la torre central del mismo27 en tanto que ésta podría funcionar como
elemento físico y OBJETO primero de una determinada semiosis.

Aclaremos antes que Peirce trabaja como eje de la construcción sígnica el fenómeno
por el cual se realiza determinado proceso mental a partir de, entre otras cosas, una
sensación, una reacción, etc. Dice Peirce en el texto “La Lógica considerada como
Semiótica” que la mente no es nada sino un organismo de ideas (signos); y decir que
puedo abrir mi ventana es decir que una idea puede ser un agente en la producción de
un efecto físico28. Más adelante explicará lo siguiente: “Si yo, sentado en mi estudio,
comienzo a sentir calor, puedo experimentar un proceso de pensamiento que termina
en un deseo de abrir mi ventana. Me digo a mí mismo, si quiero mi ventana abierta,
debo abrirla; y si he de abrirla, debo levantarme de la mesa; y por tanto mi pensamiento
llega a hundirse en las profundidades de la consciencia”. Puede verse como Peirce
considera, aunque sin nombrarla, lo que podríamos denominar como
intracomunicación. Así, cuando habla de que un “una sensación de calor terminaría en
un proceso de pensamiento”, está diciendo con otras palabras que “todo razonamiento
es interpretación de signos de algún tipo”29.

Con esto queremos dejar por sentado que el ejemplo que se expondrá a continuación,
aunque de seguro no podría ser tomado como único y absolutamente verdadero bajo
ningún aspecto, gira en torno a lo expuesto en el párrafo anterior.

Dicho esto, tomemos el caso de la estructura del Panóptico como dispositivo de


vigilancia y veamos que, unida a la certeza primera de estar prisionero (propia de un

27
Conocido es su principio: en la periferia, una construcción en forma de anillo; en el centro, una torre,
ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción periférica está
dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construcción. Tienen dos
ventanas, una que da al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y la otra, que da al exterior,
permite que la luz atraviese la celda de una parte a otra. Basta entonces situar un vigilante en la torre
central y encerrar en cada celda a un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar. Por el
efecto de la contraluz, se pueden percibir desde la torre, recortándose perfectamente sobre la luz, las
pequeñas siluetas cautivas en las celdas de la peri–feria […].El dispositivo panóptico dispone unas
unidades espaciales que permiten ver sin cesar y reconocer al punto. (Foucault, M., 1976: 184).

28
Peirce, Charles S. (1902) - LA LÓGICA CONSIDERADA COMO SEMIÓTICA (L 75) Parte I - Reconstrucción
analítica de Joseph Ransdell - Traducción castellana de Sara Barrena (2004)
29
Peirce, Charles S. (1894) - ¿QUÉ ES UN SIGNO? - Traducción castellana de Uxía Rivas (1999)
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sujeto recluido en la estructura nombrada), la torre de vigilancia puede ser el objeto con
el cual, mencionado sujeto, se topa a cada instante. Ese choque no es casual. Por el
contrario, obedece justamente a un propósito para que la construcción del
representamen surgida, en este caso, del objeto “TORRE DE VIGILANCIA” sea único: en este
punto estamos hablando de un legisigno que se funda en la sensación constate y normal
de ser vigilado–por–x. Y precisamente el por qué de que se haya introducido el
concepto de legisigno, tiene su explicación en la importancia de la no–libre
construcción del primer signo.

De esto se desprende que un sinsigno tal como pueden ser las sombras percibidas en
lo alto de la torre, sea posible gracias a la “norma” que expone precisamente el
legisigno. Es importante aclarar que las sombras, concretas (físicas, diría Peirce) para un
prisionero del panóptico, son sinsignos en la medida que forman parte de un universo de
convención legisígnica. Podemos agregar que, entendiendo tal como lo hace Eco que “el
legisigno establece que el significado del sinsigno es su cualisigno” (Eco, Umberto,
1973:56), lo que sucede con las sombras, en tanto sinsigno, es que éstas son definidas
por cualisignos que pueden ser, por ejemplo, los movimientos que esas sombras parecen
tener, las siluetas de las mismas, etc.

Lo que se quiere mostrar con esto es que el dispositivo trabaja de forma estratégica
en la construcción de un sentido que sea lo más unívoco posible tanto en el
representamen como en el interpretante. Un sujeto en el –dispositivo– panóptico se
reconoce como prisionero, se enfrenta con objetos de vigilancia, y, así, se sabe
vigilado–controlado. Esto último es lo que se puede entender por interpretante posible.
La torre del panóptico, con todas sus características y juegos de luces y sombras, intenta
que el sujeto diagrame de alguna forma un futuro posible, que es, o parece ser, siempre
igual en todos los casos: saber que mañana y todo el tiempo está siendo vigilado. Hemos
llegado así al punto de la Terceridad. “Llamo Terceridad al modo de ser que consiste en
el hecho de que los hechos futuros de la Segundidad asumirán un carácter general
determinado” (Peirce 1931: 1.23–26). Se involucra con esto un nuevo elemento para el
análisis: el factor Tiempo, cuya presencia es bien clara en la fundación de lo que
Foucault llama “la norma”.
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4.2.1. Enunciarse en lo virtual

El termino enunciación, considerablemente reconocido y acuñado en los Problèmes


de Linguistique générale de Emile Benveniste, ha sido trabajado de forma constante
desde los años 60 hasta el día de hoy por diferentes disciplinas. Sin embargo ligar la
enunciación a un determinado momento en el cual emerge el enunciado –como
producto– por ese “poner a funcionar la lengua”, es algo en lo que pocos no estarían en
algún punto de acuerdo. Ahora bien, ése producto que emerge con el nombre de
enunciado es solo en la medida en que, valga aquí la redundancia, es realizado. Es decir,
si dos locutores diferentes utilizan la misma serie de palabras, la misma oración en dos
momentos temporalmente distintos, estamos en presencia de dos enunciados disímiles,
ya que “decidir que dos enunciados son realizaciones de la misma oración equivale a
suponer que ponen en práctica por igual la misma estructura lingüística” (Ducrot, O;
2001:136).

A esto se agrega otro ítem que ubicamos como eje de este trabajo y además que es
clave en la teoría de la enunciación. Hacemos referencia a la cuestión del sujeto. Tal
como se expuso más arriba, nuestros sujetos usuarios de internet llevan a cabo procesos
de subjetivación que implican en primer lugar prácticas sociales y, en segundo lugar –y
no por ello menos importante–, espacios y dispositivos a través de los cuales se dan
dichas prácticas. Dentro de esas prácticas sociales, la enunciación es quizá la más
importante de todas, pues implica siempre otro y así una alocución, una respuesta.

Existe en la enunciación una fuerte marca de subjetividad ya que es en la misma


donde el sujeto se apropia de la lengua y se enuncia a sí mismo. Dirá Benveniste (1970)
en su artículo El aparato formal de la enunciación que “el acto individual por el cual se
utiliza la lengua introduce primero el locutor como parámetro en las condiciones
necesarias para la enunciación. […] en tanto que realización individual, la enunciación
puede definirse, en relación con la lengua como un proceso de apropiación. El locutor se
apropia del aparato formal de la lengua, […] se declara como locutor y asume la lengua,
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implanta al otro delante de él.” La necesidad misma del ser se halla en ese mismo
“otro”. El otro se encuentras antes de toda existencia, para luego confirmarla.

Ahora bien, ¿qué conflictos conceptuales traería la noción de virtual a todo esto?
Volviendo al cuadro explicativo que Pierre Lévy propone para dar cuenta de la relación
entre virtual–actual–ser–posible (ver figura 4), podemos escribir lo siguiente:

Como dijimos, en el cuadro se pueden observar de manera clara dos clases de


relaciones: i) lo que podríamos llamar relaciones contiguas (expresadas por cada lado
del rombo), y ii) relaciones a–contiguas o de oposición lógica (reflejadas por las flechas
tanto horizontales como verticales). Dando por sentado esto, se puede decir que, por
ejemplo, (un) posible es, en principio, opuesto a (un) ser, lo mismo que (un) virtual a
(un) actual, tal como lo afirma Lévy (Lévy, Pierre, 1999:10); aunque, sin embargo, vale
aclarar que decir que lo virtual es opuesto a lo actual no significa que algo que fue
virtual en algún momento, no pueda ser actual en otro.

Para explicar esto, se vuelve necesario centrarnos en el primer tipo de relación del
que hablamos anteriormente: las relaciones contiguas. Este tipo de relaciones
establecen lo que comúnmente se entiende por planos concreto y abstracto. El primero
se da gracias al vínculo entre posible–virtual, el segundo gracias al de actual–ser.

- Plano concreto= actual–ser= realidad empírica


- Plano abstracto= posible–virtual= WEB

En este punto, cabe preguntar qué sucede con el sujeto del que hablábamos
anteriormente. Diremos primero que (ver Ugarte, García; 2008) un sujeto A solo puede
permanecer en la web por medio de un proceso de fragmentación semántica. Entonces
el sujeto ES un (conjunto de) enunciado(s) o texto. En el espacio virtual–actual de la
web (del cual hablábamos anteriormente) el sujeto se textualiza y puede comprender un
“conjunto de lenguajes de manifestación” tales como lingüístico, icónico, fonológico,
fílmico, etc. Una vez en la web, el sujeto en tanto texto no tiene la necesidad de
enunciarse a cada nuevo momento como tal. Su existencia se encuentra ligada a las
incontables significaciones que emergen en el proceso de recepción.
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Inmerso en la web, no es –en un primer momento– el yo quien se enuncia sino que,


más bien, es a partir de la semantización de un texto como ése yo puede enunciarse.
Ahora bien la enunciación implica la emergencia de un enunciado, y éste por su parte se
encuentra ligado necesariamente a, por un lado, un sujeto y, por otro lado, un tiempo. El
primero corresponde, como bien expone Ducrot (Ducrot, O; 2001:134) a aquel que se
hace cargo de una determinada serie lingüística. Mientras que el tiempo es la
contemporaneidad que la enunciación tiene con respecto al enunciado. Por lo tanto la
hipótesis esgrimida en el principio de este párrafo nos lleva no solo a una cierta
controversia teórica, sino además y sobre todo a reflexionar sobre lo que transcurre en
un espacio virtual como la web, donde, si bien sustentado en un momento de inmediatez
constante, dicho estado temporal se tergiversa.

Nuestro ingresar a la web es posible en la medida de que se efectúe un cambio, una


mutación que nos permita ser partícipes de tal espacio diferente al real propio de la
cotidianeidad (¿de antaño?). A esa transformación, sobre la cual profundizaremos más
adelante, la denominaremos textualización, entendiendo que todo elemento en la
network es o forma de parte de un texto. La textualización es el proceso por el cual,
lingüísticamente hablando, tomamos forma en un plano abstracto.

Con esto, podemos aventurar que la web es un dispositivo de enunciación que


funciona bajo la premisa de, entre otras más, hacer hablar, en la medida que, entendida
con relación intrínseca con lo actual, encierra textos–enunciados constantes, es decir,
perpetua y necesariamente actuales. Un texto es en la web un enunciado perpetuo
porque se encuentra en una lógica de actualidad constante 30, que en complementación
con otros textos sirve como índice para la comprensión de un meta–texto: quien
enuncia.

4.2.2. El caso de fotolog.com

30
Sobre este tema ver trabajos de Raimonda, Natalia…., Ugarte, Matías… (trama 13)
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Con lo expresado hasta aquí, puede tomarse un sitio, de los ya puntualizados al


comienzo de este trabajo, como ejemplo para observar de qué forma se dan las acciones
descriptas: FOTOLOG31, como soporte de un dispositivo de enunciación virtual,
funciona haciendo ver y hablar constantemente.

Como simple delineación del sitio diremos que en el índex o página principal de
fotolog.com podemos encontrarnos con algunos de los siguientes elementos: en primer
lugar –y más allá del título del sitio y su invitación a crearse un fotolog– se ubica una
foto bajo la frase de “Cómo se ve tu mundo hoy”, luego hay recomendaciones de
usuarios de diferentes lugares del planeta con los cuales podría uno relacionarse, grupos
de fotologs, etc. En el caso de este trabajo se ha optado por elegir de forma azarosa
diferentes fotologs. El motivo de tal forma de elección es clara: las diferencias entre un
fotolog y otro no solo son obvias (cada fotolog muestra fotos diferente porque
pertenecen a sujetos diferente) sino además mínimas.

La estructura de un fotolog consta de: a) una cabecera donde se observa la marca del
sitio (y sus ofertas web) y más abajo el titulo del fotolog en el que nos encontramos (por
ejemplo, “luca”, “cumbio”, etc.), y b) un cuerpo dividido en tres partes verticalmente
ubicadas: a la izquierda tenemos lo que sería un archivos de las fotos subidas, a la
derecha encontramos enlaces de amigos favoritos y en el centro, en un tamaño superior
a cualquier elemento en el sitio, una foto, o mejor la última fotografía cargada. Esta
última descripción nos pone en un plano espacio–temporal interesante: la imagen más
actual es la que más espacio ocupa y, de esa manera, es lo primero con lo que nos
topamos al ingresar un fotolog cualquiera. Se trata, en definitiva, del primer signo que
vemos. De todas formas, una imagen aislada dice, no pocas, claro, pero si menos cosas
que una serie de imágenes. Entonces, qué tan errado sería decir que esa primera foto
funciona como signo–texto articulador de un espacio más complejo y amplio, en
concordancia con los demás elementos del sitio.

31
Fotolog.com es un sitio web fundado en 2002, que permite la creación de un blog cuyo contenido
primordial es la fotografía. Actualmente y según datos del mismo sitio Fotolog tiene 23.819.502
miembros y 614.674.244 fotos (23 de febrero de 2009).
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Es casi imposible pensar un internauta que ingresa a un sitio –como fotolog.com–


para “observar” siempre una simple y única imagen de un sujeto que no es modificada.
Como sitio de un dispositivo de enunciación virtual, fotolog expone un texto “X”
construido por otros sub–textos. Mientras que el texto expuesto o sobresaliente puede
ser –y es por lo general– la imagen del dueño del fotolog en cuestión, los demás textos
que ayudan a la construcción del mismo son por ejemplo la leyenda de la imagen
central, las imágenes del archivo (bajo el nombre de “imágenes recientes”), los “amigos
favoritos”, los comentarios, etc. Lo que sucede así es justamente el fenómeno de
intertextualidad, que de modo simple y con relación a nuestro trabajo “es la posibilidad
de asociar un texto cualquiera, en este caso, una fotografía, con otro texto cultural, ya
sea real o virtual, escrito o icónico, contingente o imaginario” (Zavala, L; 2003:55).

En la web, o más precisamente en una red social como fotolog, lo que se da es una
semiosis que surge a partir de la intertextualidad. Solo somos parte de la web si y en
tanto si nos constituimos como texto mediante textualización de –pongamos– elementos
que tejen nuestra subjetividad, o, lo que es lo mismo, por razón de una fragmentación
semántica. Una vez en la web somos un texto, que, como en fotolog, puede estar basado
en la interrelación con otra clase de textos (intertextualidad). Esto a su vez muestra que
la construcción semiósica a un nuevo signo sobre ese texto se da gracias a la lectura de
otro sobre nuestros textos (expuestos, mostrados “publicovirtualmente”), y
necesariamente en un espacio que no es ya virtual sino concreto.

Fotolog como dispositivo de enunciación virtual funciona haciendo ver y hablar a


usuarios que no se ubican en el rol del prisionero panóptico sino que por el contrario lo
hacen desde la misma torre y sin tomar en cuenta el aspecto de vigilar. El lugar desde el
cual hablan y se hacen ver los llamados, en este caso, flogger, no tiene como prioridad
la vigilancia–de–x, pero sí la búsqueda de que se llegue a un representamen
determinado, es decir, que la lectura que cada visitante de su fotolog haga sea (más allá
de luego serla o no) la misma.

Dentro del dispositivo, estamos empujados a llevar a cabo una serie de acciones. El
dispositivo de enunciación necesita de la construcción de enunciados. En el caso de un
dispositivo de enunciación virtual, los sujetos–enunciadores buscan constantemente
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enunciarse (como y en tanto texto(s)) por ser esa la única forma de ser en la web. Ahora
bien, para enunciarse no solo hace falta “colgar” un texto en la red sino además que ese
texto sea, por ejemplo, leído, citado, comentado, etc. (Se puede observar de esta forma
cómo se da una de las proposiciones de la teoría de la enunciación, hacemos referencia
al hecho de que cada enunciado remite a un yo que a su vez postula a un tu. Sin
embargo y por otro lado, ese enunciarse no precisa de un sujeto concreto del otro lado
de una computadora que ponga a funcionar la lengua ya que es el dispositivo mismo (la
network) quien nos enuncia, a partir de los textos, desde su temporalidad de “presente
perpetuo” (ver Ugarte, 2008)).

Fotolog es un soporte como tantos otros del dispositivo de enunciación virtual “web”
que nos muestra mediante textos diversos, que nos hace hablar mediante enunciados que
existen en un estado de tiempo presente constate. El textualizarnos (para ingresar en lo
virtual de la web) hace que, quiéramos o no, estemos hablando y haciéndonos ver a cada
visita que se realiza, a cada nuevo internauta que nos lee.

4.3. Segundo Nodo Semántico: La construcción de la subjetividad en


los espacio virtualizados

Las numerosas revoluciones creadoras de tecnologías que la historia ha registrado


han ido provocando el nacimiento o la conformación de nuevas relaciones y con ellas el
cruce, el nacimiento y la conformación de nuevas identidades. Dicho de otra manera, los
numerosos medios tecnológicos han ido, a lo largo de la historia, actuando como
factores que modifican la apropiación cultural de determinados espacios en donde han
intervenido. En simetría con esto, aunque enfocándose en otro objeto de análisis,
explica Canclini que “en esta perspectiva, las naciones se convierten en escenarios
multideterminados, donde diversos sistemas culturales se interceptan e interpenetran.
Hoy la identidad, aún en amplios sectores populares, es políglota, multiétnica, migrante,
hecha con elementos cruzados de varias culturas” (García Canclini, 1995:108).
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En este último punto de análisis nos propondremos intentar echar luz sobre la forma
en que se dan las interacciones entre sujetos en la web, y cómo, de ese modo, se llevan a
cabo procesos de subjetivación que configuran, en correspondencia con las prácticas
generadas a partir de un dispositivo de enunciación virtual, la construcción de
subjetividades. Dar cuenta de la producción de tipos de textos, entonces, es para
nosotros de suma importancia, pues, tal como hemos ya señalado, es a partir de la
misma como el sujeto se vuelve visible en espacios virtuales.

4.3.1. De vuelta a las redes

En las Jornadas sobre Gestión en Organizaciones del Tercer Sector en la Universidad


Di Tella de Buenos Aires, celebradas en Argentina en noviembre de 2001, se dijo lo
siguiente:

“Las Redes son formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico
entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y
en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas
necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos.”

Figura 7. Construcción de redes sociales


Fuente: Zamora (2006)

“La intervención en red es un intento reflexivo y organizador de esas interacciones e


intercambios, donde el sujeto se funda a sí mismo diferenciándose de otros. En las redes
sociales en Internet tenemos la posibilidad de interactuar con otras personas aunque no
las conozcamos, el sistema es abierto y se va construyendo obviamente con lo que cada
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suscripto a la red aporta, cada nuevo miembro que ingresa transforma al grupo en otro
nuevo.32”

Se puede leer en varios sitios en la red cosas similares a ésta, como por ejemplo “las
redes sociales dan al anónimo popularidad, al discriminado integración, al diferente
igualdad, al malhumorado educación y así muchas cosas más”. Una forma de pensar
esto es dar por sentado que en una red alguien lleva a cabo cierta práctica carnavalesca
–en sentido bajtiniano– de colocarse y quitarse distintas máscaras en tanto que el
espacio –en este caso, virtual– iguala a todos sus integrantes. Sin embargo puede existir
otra forma de analizar aquello, y es pensar a los sujetos que se encuentran en la red no
ya como sujetos, sino más bien como TEXTOS.

Dicho esto, partiremos de la premisa básica según la cual (y como sucede en


cualquier lectura de algún tipo de forma textual) estos mismos textos son (i) re–
reinterpretados constantemente en cada relación/interacción, y (ii) así, re–significados.
Lo importante con esto es tratar de observar cómo, y según nuestro punto de vista, el
sujeto que ingresa en la internet no es quien se pone una determinada máscara, sino que,
por el contrario, es la relación con los otros quien se la asigna. (La figura siguiente tiene
por objetivo, no solo reformular la figura 7, sino graficar esto que decimos).

Figura 8. Influencia de “los otros” en el usuario de redes sociales


Fuente: Ugarte (2008)

Como hemos expuesto más arriba, la noción de texto puede ser tomada desde
diferentes perspectivas, y así llevar consigo una variedad considerable de componentes
teóricos sobre los cuales se podría escribir inimaginables páginas.

32
Ver al respecto, Zamora, Marcelo, Redes Sociales en internet. Disponible en:
http://www.maestrosdelweb.com/editorial/redessociales/
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El concepto de texto carece de connotaciones de dimensión; puede referirse al acto


verbal, al suceso verbal, a la unidad temática, al intercambio, al episodio, a la narrativa
y así sucesivamente, de todas formas nuestro objetivo no es aquí realizar una
divulgación sobre lo qué o deja de ser un texto. Tomamos al texto desde la perspectiva
semiótica, es decir como un signo complejo, que, en este caso funciona y posibilita la
construcción de semiosis sustituyente. Recordemos que una semiosis sustituida es un
objeto semiótico que se encuentra en relación con un signo que lo sustituye,
conformando de esta forma una semiosis sustituyente. De esta manera, en el caso de la
persona que ingresa en la red, ésta no es más que un objeto semiótico que se manifiesta
en tanto signo por medio de un discurso concreto o texto. Siguiendo con esto, volvemos
sobre la problemática sobre si las redes sociales se presentan como dispositivos que
impactan en los modos de subjetivación gracias a una praxis cuyo eje es hacer ver y
hablar.

Así pues, intentaremos explicar cómo se generan, por un lado, procesos y modos de
subjetivación en un espacio virtual determinado y en un tiempo histórico limitado
partiendo, por otro lado, del análisis de las formas de textos producidas en la red social
más importante o más utilizada de Argentina: Facebook.

4.3.2. Entonces el medio

La web no solo haría emerger un dispositivo en donde lo predominante es el


enunciarse y mostrarse, constituiría además y claramente un medio. Se puede decir que
el medio es tanto social como físico.

En el caso de las redes sociales, como Facebook, esto se potencia: el carácter


temporal de actualidad perpetua, propio de la web toda, genera que los textos
“colgados” en la red se enuncien contantemente. Sin embargo ese enunciar constante no
depende de los sujetos autores o creadores o enunciadores de esos textos, sino de los
otros que los leen. De esa manera, esos signos complejos o textos, funcionan como
medio y provocan la interacción con otros, que, sin que esos enunciadores así lo
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quieran, o mejor, lo sepan (al menos en principio), se constituyen como tu (s), re–
convirtiendo a los enunciadores en yo para postularlos como tú en su alocución (por
ejemplo en un comment).

Retomemos la hipótesis ya expuesta más arriba según la cual un sujeto A solo puede
permanecer en la web por medio de un proceso de fragmentación semántica. Entonces
el sujeto es un (conjunto de) enunciado(s) o texto. En el espacio virtual–actual de la web
(del cual hablábamos anteriormente) el sujeto se textualiza y puede comprender un
“conjunto de lenguajes de manifestación” tales como pueden ser lingüístico, icónico,
fonológico, fílmico, etc.

Una vez en la web, el sujeto en tanto texto no tiene la necesidad de enunciarse a cada
nuevo momento como tal. Su existencia se encuentra ligada a las incontables
significaciones que emergen en el proceso de recepción. Por poner un ejemplo simple,
si tomamos una de las tantas frases enunciadas por el vicepresidente argentino Julio
Cobos (tras el conflicto surgido en el intento de aplicación decreto 125) y la colocamos
en la web, esa misma frase que tomamos funcionará como signo de un objeto semiótico,
en este caso: Cobos. Es decir, el visitante de la página web –donde está la frase en
cuestión– identificaría la semiosis sustituida (objeto semiótico= Cobos) por medio de la
semiosis sustituyente que emerge del signo, signo que, a su vez, emerge de la frase
expuesta, del texto.

4.3.3. Facebook y la construcción de la subjetividad

En relación a lo que venimos desarrollando trataremos de graficar lo dicho con


algunos patrones simples. Tomaremos como objeto de análisis tipos de casos–ejemplos
del sitio Facebook. Hemos decido para ello trabajar con elementos al azar, es decir, con
perfiles, posteos y manifestaciones que no responden a un interés determinado, sino que
por el contrario, buscan, a partir de dicho acceso azaroso, exponer puntos lo más
diferentes posibles.
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La introducción de la web en lo cotidiano de nuestras vidas y su multiplicidad de


sitios y formas en la que se manifiesta ésta, han producido un conjunto de metamorfosis
en diversos aspectos. Es claro observar, tal como lo hace Sibilia, que “estarían
emergiendo otras construcciones basadas en nuevos regímenes de producción y
tematización del yo. Se vuelve visible la intimidad de cada uno y de cualquiera.
Acompañando las complejas transformaciones económicas, sociales, políticas,
culturales, tecnológicas de las últimas décadas, cuyos sacudones disgregaron buena
parte de las viejas certezas, también estaría desplazándose el eje alrededor del cual se
edifica las subjetividades. Así, por ejemplo, hoy se pone en cuestión la primacía de la
vida interior […]. Emerge así, aquí y ahora, algo que podríamos denominar las tiranías
de la visibilidad.” (Sibilia, Paula; 2008:104).

La cita del párrafo anterior da cuenta de dos puntos sobre los cuales este trabajo no
podrá dejar de incursionar: hacemos referencia en primer lugar a la cuestión del yo, que
se liga inmediatamente con conceptos como el de identidad y/o subjetividad; mientras
que en segundo lugar aparece la noción de visibilidad. Básicamente la problemática
parecería no dejar de girar en rededor a cómo se da esa emergencia del yo o del sujeto
en ámbitos que a priori se podrían entender como “públicos”.

Todo sujeto se construye a partir de procesos de subjetivación donde entren en juego


factores sociales, culturales, contextuales, que a su vez deben su existencia a las redes
de relaciones que una persona teje en un momento determinado. Sin embargo, esa
persona también tiene que ver en su construcción. Toda persona se narra como sujeto.
"Yo no hice más a mi libro que él a mi" confesó Montaigne a propósito de los ensayos.
Pues el sujeto moderno no sólo se explora sino que también se inventa usando toda la
potencia de las palabras" (Sibilia, Paula; 2008:112). A partir de esto, podemos
preguntarnos si es o no el sujeto el que se construye Internet. Por ejemplo, en un blog
uno no parece construirse exclusivamente a sí mismo en tanto dueño del blog, sino que,
por el contrario, podría pensarse que uno se construye a si mismo siempre y cuando
haya otros que incorporen fragmentos para qué ese todo yo sea posible, es decir son los
otros los que en definitiva harían a la construcción de sujeto determinado (en este caso
el usuario–dueño del blog).
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El plano virtual de la web, permite una circulación por sitios donde “es posible
interactuar con otros en entornos textuales que nada revelan sobre nuestras
características físicas. Aún cuando puedan interactuar con otros en un modo
audiovisual, el anonimato puede ser mantenido ocultando información sobre la persona,
como nombre, residencia o filiación institucional. Pero la combinación entre
desprendimiento del cuerpo y anonimidad crea un entorno tecnológicamente mediado
en el que emerge un nuevo modo de producción de identidad. Entre estos nuevos modos
de producción de identidad, se encuentran las re–creaciones o construcciones de nuevas
personalidades, la construcción de la identidad deseada que el mundo real no se puede
obtener, “el role playing” y otros”33.

Si volvemos a la antropóloga Argentina veremos –a la vez que acordamos– que “la


interacción con los lectores, por ejemplo, se presenta como un factor fundamental en los
textos de la blogósfera. Por otro lado los márgenes de esos relatos están tachados de
links que abren ventanas a otros blogs y fotolog, haciendo de cada texto un nudo de una
amplia red híper mediática” (Sibilia, Paula; 2008: 69). Esto muestra que la construcción
de la subjetividad está estrechamente relacionada con la visión de los otros. Por
ejemplo, un blog o fotolog sin esos márgenes tachados de links, como dice Sibilia, tiene
poco futuro en la web, ya que la web es una suerte de vidriera que funciona bajo el
accionar de mostrar constantemente lo que "se cuelga". Esta manera en tanto y en
cuanto no haya espectadores, "amigos”, contactos, que forjen relaciones por medio de,
por ejemplo, "comentarios", ese sitio no tiene razón de ser. A diferencia del diario
íntimo, son los otros los que le dan importancia y razón de existir a los textos que se
encuentran en la web. Esos textos, por otro lado, si se encuentran vinculados a un
determinado sujeto (es decir, se muestra rasgos de una determinada personalidad propia
de una persona), son elementos que componen justamente a ese sujeto y por tal, en su
conjunto, son ese sujeto todo. Siguiendo con esto, los comentarios sobre sus textos
forman también parte de estos, hacen, de esta forma, también al sujeto, son como el
fragmento de un espejo roto, en la medida en que nos devuelven determinada imagen a
modo de interpretación. En definitiva, las preguntas que surgen son varias: i) cómo es

33
Gabriela Sued, Ibídem.
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un sujeto en lo virtual, ii) cómo está formado, iii) que alcance tiene en tanto
hipervínculos que lo forman, etcétera.

Todo sujeto sufre una fragmentación semántica al momento de ingresar al espacio


virtual. Esa fragmentación se da mediante la construcción de tipos de textos que irán
exponiendo partes de la persona que ingresa a la web. En primer lugar diremos que esas
partes pueden ir desde características físicas hasta momentos experiencias, gustos por
determinadas cuestiones culturales, formas de pensar, etc. Por otro lado, diremos que
esas partes serán incorporadas a textos que pueden ser de tipo sonoro, icónico,
lingüístico, audiovisual, etc.

Lo que justifica que tomemos la noción de texto para los fenómenos de presentación
por parte de los sujetos–usuarios en los espacios virtuales es que todos esos partes son
pequeños textos que en a su vez conforman un conjunto, un suerte de meta–texto que
coincide con el interpretante que otros construyen de esos sujetos–usuarios. Según
muestra Gorlée, “La semiosis de texto significa que para el texto–signo es esencial
plasmar ideas, pensamientos, un mensaje, porque eso es de lo que se trata un texto, de
su objeto. Sin embargo, no basta que un texto–signo contenga un significado; debe ser
además reconocido, identificado e interpretado como tal para poder operar como un
verdadero signo simbólico” (Gorlée, D.; 1997). La misma autora, más adelante, dará
cuenta de que “En la perspectiva de la semiótica peirciana, lo que caracteriza al texto–
signo es una semiosis ilimitada, un proceso continuo de crecimiento, del desarrollo a
través de la interpretación. Lo que mantiene vivo un texto es precisamente que una y
otra vez evoca un interpretante, y que los interpretantes (y los interpretantes de estos) no
son solamente entidades regidas por normas, sino también (virtual o realmente) por
actividades creadoras y cambiadoras de normas”. Se podría decir entonces que los
textos–presentaciones de las redes sociales (como por ej. Alguna frase en el “muro
(público)” de Facebook), inmersos en un tiempo de flujo constante, permiten
interpretaciones que dependen de ese tiempo, volviéndose así textos–signos– temporales
que no tardan en “morir”. Lo que a su vez hace que el sujeto, para no morir también,
deba re–textualizarse nueva y constantemente.
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Sabiendo que al hablar de una red social estamos hablando de sites donde es posible,
en la medida que seamos usuarios del mismo, construir (nos) un perfil público o
semipúblico, y de esta manera conectarnos, tejer redes con otros usuarios (que a partir
de ahí serán nuestros “contactos”) y compartir, intercambiar información de distinto
tipo; creemos que estas prácticas sociales posibilitadas por las tic, pueden sernos de
utilidad a la hora de explicitar con ejemplos lo que venimos exponiendo.

En el caso de Facebook34 se pueden observar elementos que nos servirán para el


análisis. El sitio Facebook expone un conjunto de textos que, aunque pueden ser
siempre del mismo tipo (es decir, icónico, lingüístico, sonoros, etc.), irán variando de
acuerdo al lugar del sitio en donde nos encontremos y de esa forma modificando un
posible interpretante. Entre esos textos podemos distinguir: i) fotografías, ii) enunciados
varios, iii) videos, etc. Sin embargo, éstos no se encuentran dispuestos de forma azarosa
y desinteresada, sino por el contrario bajo una estructura que los ordena siguiendo una
determinada lógica. Así, predeterminadamente Facebook brinda a sus sujetos–usuarios
una serie de elementos ordenados, los cuales se corresponden con rincones del sitio
principal, también llamado INICIO. El usuario se enfrenta de esa forma con un orden o
disposición de los textos que cambia de acuerdo al rincón en donde se encuentre.

Facebook muestra cuatro grandes rincones:

1) Inicio: la pagina principal a la cual es dirigido uno al momento de ingresar al


sitio. En la misma se pueden ver tres columnas: la 1º a la derecha, donde se
encuentran los tag´s o etiquetas (enlaces, fotos, amigos, etc.); la 2º en el centro,
aquí puede verse el movimiento de cada uno de los contactos bajo el titulo de
Noticias o Noticias en tiempo real (básicamente son los llamados “estados” los
que se hayan aquí, cada vez que alguien actualiza su perfil, este movimiento
queda reflejado públicamente aquí); y 3º, la columna de la derecha, en la cual
Facebook tienta a los usuarios a determinado accionar por medio de
“Sugerencias” (de amigos posibles), Solicitudes, invitación a ingresar a contactos
de otras redes, etc.

34
Que, aclaramos, será el sitio con el que trabajaremos nuestros casos modelos, analizando esta forma
de construcción de la subjetividad en espacios virtualizados digitalmente.
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2) Perfil: En este, se aloja información sobre cada sujeto–usuario, las fotos, las
notas, los amigos, gustos y preferencias, etc. Además, por medio de este rincón
otros sujetos–usuarios pueden acceder a la información de cada uno de sus
“contactos”.

3) Amigos: este apartado está destinado pura y exclusivamente a acciones que


involucren a los “amigos” en Facebook. Se puede agregar, eliminar, invitar,
buscar, etc. a “amigos”.

4) Bandeja de entrada: Destinada simplemente al envío o recepción de correos


electrónicos.

Creemos que sería posible analizar cada rincón por separado, o lo que es lo mismo,
que cada rincón puede ser un tema central de investigación, tal es la complejidad que
representan si se los trabaja de forma exhaustiva.

Sin embargo nos limitaremos a referir algunos elementos que creemos relevantes
para lo que venimos desarrollando. De esa manera, tomaremos el rincón “Perfil” para
observar la forma en que los usuarios se construyen y son re–construidos como sujetos.
Es importante mencionar que en el “Perfil” se encuentran otros enlaces; básicamente,
los mismos son “Información” (toda la información que se ingresa al momento que
crear una cuenta (aunque es posible modificarla)), “Fotos” (el conjunto de textos
icónicos que se suben al sitio), “Notas” (escritos varios, del propio usuario o ajenos),
etc. Lo que podríamos llamar el principal del “Perfil” (es decir, aquella página primera
que vemos al momento de ingresar en él) es el “Muro”. En éste último se muestran
todos los movimientos, estados, o, como los llama Facebook, los “¿Qué estás
pensando?”. Tomaremos entonces la solapa “Perfil” de usuarios al azar.

Tal como dijimos, Facebook expone una cantidad de textos que se ordenan
dependiendo de la parte del sitio en la que estemos, pero siempre conformando una red
desde donde emerge un metatexto. De acuerdo a lo trabajado, esos textos funcionan
como signos complejos de un objeto determinado: el sujeto–usuario.
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Si tomáramos como ejemplos algunos de estos signos complejos, podríamos, de una


forma un tanto más gráfica, exponer el siguiente esquema35:

Figura 9. Acontecimiento del sujeto entendido como semioticismo


Fuente original: Parret, H., 1983.
Adaptación: Ugarte, M., 2009.

Esta representación (no hace más que ilustrar aquello que ya hemos dicho con
respecto a la forma de emerger del sujeto a partir de textos diversos en los espacio
virtuales) expresa la relación tríadica de lo que Parret denomina “semioticismo” (ver
Parret, H.; 1983:30). Más allá de esto, en nuestro caso específico, se ha tomado el
diagrama y modificado para observar y advertir la forma por la cual el sujeto (y aquí
también objeto) que emerge en la web, lo hace a posteriori de una fragmentación
semántica (por medio de un texto icónico, un texto lingüístico, un texto audiovisual,
etc.), para luego producir un interpretante. Esta ultima construcción, correspondería a
estudios pragmáticos particulares de situación y por tal el conjunto final de la Figura
Nº9 se encuentra sin llenar.

Ahora bien, por otro lado la producción del interpretante es el punto donde el
conjunto de textos, en tanto signo(s), producen significancia a partir de determinadas
condiciones contextuales, por tal la importancia del aspecto pragmático mencionado.

Como sabemos el interpretante es un nuevo signo o idea (según los autores) en la


mente de aquel que recepciona un signo como representamen–de–x. Es de suma

35
El cuadro es una reformulación de uno desarrollado por Herman Parret en Semiótica y Pragmática. Por
otro lado, el perfil tomado para el ejemplo corresponde al del profesor Alejandro Piscitelli del día lunes
02 de noviembre de 2009 a las 10:07 horas.
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relevancia, pues, observar en este caso, la construcción de interpretante(s) dinámico(s) y


de qué forma este/os interpretante(s) a su vez se manifiesta(n) por medio de nuevos
signos. El proceso semiósico se da de igual modo que en el caso que ya hemos
explicitado, es decir que es por medio de textos como vuelve a emerger un signo. Ahora
bien, este signo es, en este caso, una semiosis sustituyente de un objeto semiótico
diferente: el interpretante.

Entonces hablaremos de, por ejemplo, los textos lingüísticos –tales como los
comentarios a determinada actualización del Perfil o de “estado”, los índices
relacionados a la opción “me gusta”– como signos de un objeto, objeto que es a su vez
interpretante de otros signos (el conjunto de textos lingüísticos y textos icónicos de cada
perfil en particular).

Textos
icónicos

Textos
Estado (del
lingüísticos
Perfil) Último,
Actual
Textos
audiovisuale

Comentarios/
Respuesta

INTERPRETANTE
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Figura 10. Captura de pantalla: Perfil en Facebook del profesor Alejandro Piscitelli
Fuente. Facebook.com, miércoles 14 de abril de 2010 (22.40 hs.)

En el caso de Facebook, podemos reconocer un grupo de textos funcionando como


interpretante del proceso semiósico del que dábamos cuenta inicialmente. El sujeto–
usuario–receptor36 que, mantiene únicamente contacto mediante Facebook con una
persona que, insistimos, en otro espacio desconoce, ingresa al Perfil de –en este caso–
Alejandro Piscitelli y lo construye como sujeto. Esa construcción se da en el
enfrentamiento que ese sujeto–usuario–receptor realiza con los textos que el sujeto–
usuario–emisor ha “colgado”, expuesto. Solo a partir de entonces, de la lectura y
posterior interpretación, puede el sujeto–usuario–receptor formarse cierta idea
(metatextual) de quién es Alejandro Piscitelli; pudiendo además ser contestatario de
cualquiera de los textos que el sujeto–usuario–emisor que expuesto, y es en esa
constatación donde, no siempre el interpretante concreto, pero si la acción interpretante
se manifiesta.

Por último y a modo de cierre abierto, diremos que este proceso no hace más que
reflejar la necesidad de un concepto compuesto, que abarque por un lado la noción de
lectura y por otro la de interpretación, como una de las formas que se dan dentro lo
virtual.
36
Los conceptos compuestos “sujeto–usuario–emisor” y “sujeto–usuario–receptor” han sido
incorporados con el mero motivo de distinguir el sujeto al que corresponde el perfil en cuestión y quien
lo visita.
De Sujetos y de Textos en la Red Ugarte, Matías Universidad Nacional de Rosario

Retomando a Lévy, éste se preguntará y trabajará con la noción de inteligencia


colectiva. Dicho concepto se encuentra en paralelo con lo analizado más arriba, esto es
las nuevas formas de semantización que, insistimos, se dan dentro de lo virtual. En tanto
que la idea de inteligencia colectiva puede ser definida como “como una inteligencia
distribuida en todos lados, continuamente valorizada y puesta en sinergia en tiempo
real” se cree de suma importancia continuar analizando los procesos de lectura–
interpretación que posibilitan de algún u otro modo esas inteligencias. A esto que
apuntamos Lévy podría agregar lo siguiente “en primer lugar, nunca pensamos solos,
sino que lo hacemos en el transcurso de un diálogo con uno o más interlocutores, reales
o imaginarios. Nuestra inteligencia posee una dimensión colectiva mayor porque somos
seres de lenguaje”.

Tan importante es esto descrito por Lévy, que, tomándolo, podríamos aventurar que
justamente es la lectura–interpretación aquello que permite la relación entre
actual/virtual por ser ella misma una suerte de solución exigida por una problemática
compleja. Ser en la red plantea de esa forma la problemática compleja de un otro/algo al
que se reinterpreta constantemente sin darnos cuenta de que ese mismo otro/algo es ser
nosotros mismo en la red:

El teléfono (relación uno–uno) permite una comunicación recíproca, pero no


permite una visión global de lo que sucede en el conjunto de la red ni la
construcción de un contexto común. En el ciberespacio, en cambio, cada cual
es potencialmente emisor y receptor en un espacio cualitativamente diferente.
(Lévy, 1999, p. 90)

Es clave enfocar nuestra atención en la idea de que “cada cual es potencialmente


emisor y receptor” (y es ello lo que justifica el retorno a Lévy). Ahora bien, según
nuestro modo de razonamiento, en un espacio no somos potenciales emisores o
receptores por el simple hecho que, en primer lugar, lo potencial, lo posible ha quedado
borrado en tanto se da el proceso de virtualización (como hemos visto más arriba), y, en
segundo lugar, porque dentro de un espacio virtual somos antes que individuos–
empíricos–receptores –de carne y hueso– solo TEXTO en constante enunciación.
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5. CONCLUSIONES

« Quisiera concluir con dos observaciones:


hacer una tesis significa divertirse y la tesis
es como el cerdo, en ella todo tiene provecho »

Umberto Eco.

Se ha tratado de exponer la manera como se construye la subjetividad de un sujeto en


la web, partiendo de la idea de que en el mencionado espacio virtual somos texto, o
mejor un conjunto de manifestaciones textuales. De tal forma, se ha hecho hincapié en
los modos posibles de lecturas/interpretaciones que se suceden al momento en que
interaccionan reales usuarios de la web.

Retrocediendo al inicio de este escrito, nuestra preocupación fue centrarnos (desde


recortes, opciones y delimitaciones de las que daremos cuenta luego) en intentar
analizar: a) los modos en que la internet genera dispositivos de enunciación particulares
que impactan en los modos de subjetivación, b) de qué forma se hace visible ese sujeto,
c) qué elementos lo atraviesan y cómo se construye en espacios que, por no ser
concretos, no dejan de ser cotidianos. Es decir, se buscó echar luz sobre la forma en que
se dan las interacciones entre usuarios en la web, y cómo se forjan los procesos de
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subjetivación para la constitución de sujetos dentro del espacio virtual. Vale aclarar que,
para el referido propósito, es sumamente necesario dar cuenta de la producción de tipos
de textos, pues se entiende que es a partir de la misma como el sujeto se vuelve “visible”
en espacios virtuales.

Pensar en la idea de ser texto en la web plantea, justamente, la necesidad imperiosa


que obliga a un medio como Internet, más que a cualquier otro, no pensar que somos
nosotros mismos los que nos enunciamos, sino, más bien, que en la medida en que
estamos inmersos en el espacio web, nos enunciamos en tanto un interpretante–sujeto
que realiza la tarea de lectura. Ahora bien, este proceso no es algo estático, es decir, no
se conforma (siempre hablando de los ejemplos de espacios sociales virtuales tomados
para este escrito) con el simple hecho de “aparecer”, de presentarnos una vez en
mencionado espacio, sino que necesariamente obliga a la repetición de ello. Y esto es
precisamente así por el hecho de que aquello que llamamos virtual es la tendencia a la
actualización constante, “el conjunto problemático, el nudo de tendencias o de fuerzas
que acompaña a una situación, un acontecimiento, un objeto o cualquier entidad y que
reclama un proceso de resolución: la actualización”. Por tal motivo, como se ha visto en
el primer nodo semántico, la web, como dispositivos de enunciación virtual, induce a
llevar a cabo una serie de acciones. Esas acciones giran en torno a la construcción de
enunciados, o para ser más exactos, a la construcción de enunciados mediantes tipos
diversos de textos.

Como dijimos, los sujetos–usuarios de internet llevan a cabo procesos de


subjetivación que implican en primer lugar prácticas sociales y, en segundo lugar –y no
por ello menos importante, espacios y dispositivos a través de los cuales se dan dichas
prácticas. En el caso de un dispositivo de enunciación virtual, los sujetos–enunciadores
buscan constantemente enunciarse, como y en tanto texto(s), por ser esa la única forma
de ser en la web. Ahora bien, para enunciarse no solo hace falta “colgar” un texto en la
red sino además que ese texto sea, por ejemplo, leído, citado, comentado, etc. Es ahí
donde la construcción del sujeto–usuario–emisor comienza: Ser en un dispositivo de
enunciación virtual implica un proceso de textualización ligado intrínsecamente a un
proceso semiósico donde el interpretante juega un papel preponderante, papel
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manifiesto en necesidad del contestatario (tal es la importancia de otro), del que


“comenta” un estado, del que construye una respuesta, pero antes de la misma moldea al
sujeto (objeto, para él en la semiosis).

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