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Cualidades humanas:

Las cualidades humanas se relacionan con las capacidades, rasgos de personalidad, de


carácter o de comportamiento que definen a una persona en específico o a los seres
humanos en general. Se pueden referir tanto a aspectos naturales como a aspectos
aprendidos culturalmente. Cuando se habla de cualidades en seres humanos
normalmente se hace referencia a rasgos positivos; en este sentido, lo contrario a una
cualidad sería un defecto. Las cualidades humanas se dividen en tres: cualidades físicas o
corporales, cualidades psicomotrices y cualidades psicológicas o de comportamiento.

1. Las cualidades humanas físicas son aquellas que se relacionan con las capacidades


corporales y que en conjunto conforman lo que se conoce como “condición física”
de una persona. Éstas pueden desarrollarse y mejorarse con el tiempo. Las cuatro
cualidades físicas son:

 Fuerza. Se refiere a la cualidad mover con determinada capacidad o energía un


objeto o a alguien.
 Resistencia. Es la cualidad de soportar un determinado esfuerzo físico por un lapso
de tiempo largo.
 Velocidad. Es la cualidad de tener una cierta rapidez al realizar actividades físicas.
 Flexibilidad. Es la cualidad de doblar o estirar las articulaciones lo más posible al
realizar movimientos corporales.

Las cualidades humanas psicomotrices son aquellas que se relacionan con una


combinación entre las funciones motrices o de movilidad y las psicológicas. Las tres
cualidades psicomotrices son:

 Coordinación.
 Agilidad.
 Equilibrio.

1. Las cualidades humanas psicológicas o de comportamiento son aquéllas que se


relacionan con las costumbres, los hábitos, las emociones y la personalidad de un
individuo. Se habla de cualidades en sentido positivo. Algunos ejemplos de este
tipo de cualidades son la simpatía, la responsabilidad, el compromiso y el respeto. 

Ejemplos de cualidades humanas:

1. La bondad. La amabilidad. La buena actitud. La positividad. La solidaridad. La


generosidad. La puntualidad. La tolerancia. La higiene. La paciencia. El valor.
fortaleza. La sinceridad. La persistencia. Humildad, buen carácter, prudencia,
carismático y creatividad, organización, disciplina, El compromiso. Liderazgo,
valentía.

Las principales debilidades del ser humano

1. Impaciencia

La impaciencia es uno de los principales obstáculos que nos mantienen separados de


nuestras metas. Los objetivos más ambiciosos requieren invertir muchos esfuerzos,
tiempo y recursos, y si la impaciencia toma el control de la situación, cualquier plan o
estrategia que se dirijan a esa clase de fines se tambaleará por la relativa falta de
compensaciones a corto plazo.

Por ejemplo, la decisión de gastar mucho dinero en un viaje y no es un proyecto personal


que habría tenido muchas posibilidades de prosperar es una muestra de cómo la
impaciencia puede llegar a hacer que nos estanquemos.

2. Egoísmo

El egoísmo puede llegar a ser positivo en situaciones puntuales, pero en una gran cantidad
de situaciones lo único que hace es llevarnos a cortar nuestros vínculos con la sociedad.

Así, nos hace quedarnos solos poco a poco, no solo perjudicando a quienes nos rodean a
causa de las veces en las que les decepcionamos, sino además llevándonos a perder
capital humano a nuestro alrededor: menos gente dispuesta a ayudarnos y a esforzarse
por darnos apoyo cuando lo necesitemos.

3. Celos

Los celos nos llevan a sentir la necesidad de controlar la vida de otras personas por el
miedo a perderlas, lo cual es, paradójicamente, un hecho que daña significativamente
cualquier vínculo personal que pudiésemos tener con ella al no reconocer su
individualidad y libertad personal.

Por ejemplo, una persona que ve con malos ojos que su pareja quede con amigos o
amigas a solas, está cayendo en los celos e intentado que toda la vida social del ser
querido gire alrededor de ella.

4. Cobardía

La cobardía nos lleva a no tomar decisiones que, aunque son incómodas y suponen salir
de la zona de confort, son necesarias para que nuestras vidas o las de nuestra comunidad
o colectivo mejore.

Por ejemplo, no querer cortar con alguien para no exponerse a una situación llena de
lloros y frustración suele ser un ejemplo de cobardía que perjudica a al menos dos
personas (uno mismo incluido).

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5. Conformismo con la ignorancia

El conformismo no tiene por qué ser malo; a fin de cuentas, no todo el mundo vive en una
situación en la que pueda permitirse arriesgar constantemente con tal de aspirar a
objetivos diferentes. Sin embargo, el conformismo aplicado específicamente al
conocimiento si´es una de las debilidades humanas. El motivo es que nos hace quedarnos
a ciegas en un mundo en el que el conocimiento nos puede ahorrar muchos problemas.
Por ejemplo, la creencia de que no se necesita saber absolutamente nada de política para
crear una sociedad justa y funcional suele perjudicar no solo a la persona, sino a toda la
sociedad.

6. Resentimiento

Concentrarse en las viejas ofensas, ya sean reales o imaginarias, es otra de las debilidades
del ser humano que facilita la aparición de hostilidades injustificadas.

A veces, en ocasiones, el resentimiento puede llegar a hacer que toda la sociedad en


general cause antipatía por un vago sentimiento de ofensa causado por la idea de que la
vida nos ha quitado más de lo que nos ha dado. Pero, a la práctica, solo favorece el
aislamiento y las dificultades para crear vínculos sentimentales significativos: a poca gente
le gusta tratar con quien sostiene actitudes pasivo-agresivas.

7. Dependencia

Hay personas que se acostumbran a vivir según el modo en el que otros viven, imitando
sus valores, su manera de pensar y de actuar, e incluso su estética.

Con el tiempo, esto lleva a situaciones insostenibles, porque no es posible vivir


indefinidamente siguiendo un proyecto vital que no es el que uno mismo ha construído. Y,
cuando quien ha caído en esta dinámica de dependencia se da cuenta, a este problema se
le suma el sentimiento de haber perdido el tiempo durante meses o años. Por eso, esta
es una de las debilidades del ser humano con un poder mayor a la hora de generar crisis
existenciales.

8. Poca apertura a nuevas experiencias


El ser humano debería siempre enfocarse hacia nuevos retos, nuevas experiencias que le
permitan dar pasos adelante en su desarrollo personal. Conocer gente nueva, visitar
países y culturas, leer sobre temas interesantes... son hábitos que hacen que un
individuo crezca intelectualmente y esté más abierto a cruzar nuevos horizontes.

Las personas que no son capaces de abrirse a nuevas experiencias, a menudo se estancan
en realidades anodinas, con hábitos poco edificantes y que les anclan a una realidad
aburrida. Para intentar resolver esta situación solo es necesario abrir la mente y estar
dispuestos a salir de nuestra zona de confort y buscar cuáles son nuestras inquietudes.

9. Actitud controladora

La tendencia a querer controlar el comportamiento de grupos o individuos da paso a


muchas disfunciones en la vida social. De hecho, a veces facilita la aparición de violencia,
al usar la fuerza como método para demostrar poder y establecer dominancia. Por eso, es
uno de los aspectos en los que la calidad de vida de uno mismo y de los demás puede
verse dañada: genera confrontación.

10. Exceso de Ego

Las personas que se rigen excesivamente según códigos estrictos de honor y que no son
capaces de admitir sus errores a causa del orgullo presentan una de las debilidades del
ser humano que más dañan la vida social: el exceso de Ego. Esta puede llevar a generarse
enemistades de manera totalmente innecesaria, e incluso facilita que se pierda la salud
por la incapacidad de reconocer que se necesita ayuda.
11. Mala gestión de la ira

Las personas que no son capaces de controlar su ira creen que el mundo es un lugar en el
que cualquier afrenta hacia ellos debe ser corregida de inmediato, aunque solo sea
expresando el enfado y dañando a alguien con ello. De manera irracional, creen que en el
mundo hay un sistema de compensación por el cual si el que ha actuado mal no puede
compensar el daño, al menos puede ser el blanco de la furia de quien se siente ofendido.

Esto solo trae problemas, porque por un lado la ira les ciega y ni siquiera les permite
detenerse a pensar si la persona a la que atacan es la verdadera responsable de lo que les
ha pasado, y por el otro, a veces hacer pagar el plato a alguien es incluso peor que no
hacerlo, si con ello uno mismo pierde aún más.

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