La palabra aborto proviene del latín abortus y se refiere directamente a la interrupción de un embarazo no deseado de una manera intencional. No es un tema reciente ya que existe evidencia de su practica desde la edad antigua. Cabe mencionar que históricamente también, han existido muchos métodos dirigidos a lo que es la detención del desarrollo fetal. Existe evidencia desde 1,500 años antes de Cristo, en el papiro de Ebers, que en el antiguo Egipto se utilizaban distintas recetas para invocar el aborto. Una receta abortiva según Kusko (2018) “incluía la fruta inmadura de la acacia, dátiles y cebollas trituradas con miel.1” Parte del debate del aborto es el tema de método utilizado, pero también, se involucra lo que es la legalidad del procedimiento al igual que ideales de la moralidad y la religión. Es por esta razón que se vuelve un tema tan controversial porque afecta muchas facetas de la dignidad humana y no es tarea fácil deslindarse de un tema sin afectar recíprocamente otro de igual importancia. Por ejemplo, en un país puede ser legal dicho procedimiento, pero no significa que una persona opte por practicarla ya que puede existir, en este caso, por ejemplo, un tema religioso que le impida. La legalidad del aborto es vasta dentro los países permisivos y no permisivos, en este caso procedo al análisis de Estados Unidos y nuestro país, Honduras. En Estados Unidos el aborto fue legalmente permitido en el año 1973 en el caso Roe vs. Wade. Este caso particular estableció que, según Monge (2019), “el aborto era un derecho constitucional protegido por la enmienda 14 de la Carta Magna.2” El aborto solo está parcialmente restringido en 9 estados de dicho país, es decir, su legalidad es más ancha en los restantes 41 estados. Es importante mencionar la amplitud legal del tema ya que se puede volver muy engorroso por factores como edad del feto, edad de la madre, condición de embarazo y muchos otros. Por la simplicidad de este comparativo, me refiero en su esencia si es legal o no dicho procedimiento. En este caso, una mujer puede legalmente acudir a una clínica y solicitar el servicio profesional de un médico dicho procedimiento abortivo. Mientras tanto en nuestro país Honduras, el aborto está totalmente prohibido. Esto lo refleja nuestro código penal en el artículo 128, “La mujer que produzca su aborto o consienta que otra persona se lo cause, será sancionada con reclusión de tres (3) a seis (6) años.3” Es decir que aparte de ser prohibido, es sancionado penalmente en contra del infractor y el profesional que le apoye. Incluso cabe la prohibición de la pastilla anti- conceptiva del día siguiente. Se puede analizar desde una perspectiva informática los distintos efectos que han tenido sobre las sociedades el tema del aborto, tanto siendo legal como no. En Estados Unidos surgió el fenómeno del estrés post-traumático en respuesta a los miles de soldados que regresaban de la Guerra de Vietnam con una salud mental deplorable. En los años 90 se acuña el síndrome post-aborto en el que se han generalizados sufrimientos como pesadillas, insomnio, alcoholismo, depresión, psicosis y suicidio en mujeres que han llevado a cabo aborto intencionalmente. En efecto, la mujer, al igual que los soldados de Vietnam, pueden aparentar una salud física impecable, pero en su interior el caso puede ser lo contrario por el trauma vivido anteriormente. Como menciona Gutierrez (2019), “en el año siguiente al aborto, esas mujeres sufrieron 60 veces más muertes por causas naturales (enfermedad) que las que habían dado a luz, 4 veces más muertes por accidentes y 14 veces más muertes por homicidios.4” En Honduras, las mujeres recurren a clínicas clandestinas para realizarse el aborto ilegalmente. Miles de estas mujeres exponen sus vidas a estos procedimientos inhumanos y en muchas ocasiones fallecen, en caso contrario, deben ser internadas en hospitales para su cuidado intensivo. Se puede apreciar el efecto psicológico que tiene el aborto en sociedades donde es legal el aborto y el efecto de salud física en sociedades donde es ilegal y recurren a métodos alternativos. Es evidente que la segunda víctima de este procedimiento, indudablemente es la mujer. Son tantos los riesgos del aborto, como cáncer e infertilidad, que una mujer ni siquiera debería tener tal idea en su mente. Es mi opinión que la legalidad del aborto puede mitigar o incrementar las secuelas que he mencionado en las distintas naciones del mundo. Por esta misma razón, siempre será un tema de debate ya que la legalidad del aborto deja mucha zona gris que atender ya que en los dos casos de legalidad existen secuelas desastrosas. Es por eso que el tema de la moralidad y la religión es de suma importancia a ser considerado como la jurisprudencia para el tema del aborto. Siendo yo tocante a las doctrinas de la iglesia católica, es por esta razón por la que fundamentalmente me opongo a dicho procedimiento. Ya que la ley humana deja mucho que desear, es la ley de Dios la que definitivamente nos da el norte a seguir para este tema. Tal como se mencionó en la Conferencia Episcopal (1991), “La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción.5” Desde que el espermatozoide se integra con el ovulo se engendra el comienzo de una persona. La división de células es inmediata y comienza el proceso de la vida, por más microscópico que sea este. Cabe mencionar que el aborto natural es algo que está por fuera del control humano y tendrán su razón biológica. Pero lo inmoral yace en el acto voluntario de arrebatar la vida de otra persona por mas microscópica que esta sea. Como se mencionaba en la Conferencia Episcopal (1991), “[Las personas] han de procurar por todos los medios lícitos a su alcance que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e indefensos.5” Mas allá de las leyes, debemos tener la obligación interna de vigilar a estos seres indefensos. Hemos analizado anteriormente que para un tema tan fuerte como este, en ocasión la ley humana no es suficiente ya que las personas recurren a vías alternas. Es por esto que es necesario uno introspección profunda de análisis subjetivo junto con el apoyo de las sagradas escrituras. Uno de los mandamientos en la biblia menciona “no mataras” y en el nuevo testamento se instruye “amarse uno mismo como al prójimo”. Es mi opinión que el mandamiento de no matar se aplica también, en este caso, al tema del aborto. Que él bebe venga con predisposiciones negativas de salud o físicas, no debería ser justificación para proceder con el aborto. Por ejemplo, Stephen Hawkings nació con esclerosis múltiple agresiva y sin embargo su aportación a la humanidad con la materia negra y los agujeros negros ha sido imprescindible para confirmar los hallazgos de Albert Einstein. De haberse aplicado el principio de abortar por temas de salud, en este caso, hubiera sido una gran pérdida para la humanidad y la ciencia. Menciona la Conferencia Episcopal (1991), “con la Gracia de Dios se allana el camino y se superan las dificultades, por grandes que parezcan. También nos dijo Jesús que fuéramos a Él con confianza, y Él nos aliviaría de nuestras angustias.5” Si la moralidad fuera un barco y las sagradas escrituras una brújula, es prudente deducir que la moralidad se debe afinar en el transcurso de la vida con las enseñanzas de la biblia. No debemos permitir que nuestra moralidad se deteriore con cuasi- verdades o estudios mal intencionados. En este caso, he analizado el aborto bajo la lupa de las leyes humanas y las doctrinas católicas. Se ve gran sufrimiento tanto en naciones donde el aborto es legal y en naciones donde el aborto es ilegal. Desde daños psicológicos luego de someterse al procedimiento, hasta exposición de la dignidad humana a condiciones de riesgo al recurrir a clínicas clandestinas en el caso de nuestro país. Se puede deducir que el ser indefenso es la primera víctima y luego la madre es la segunda víctima, en ambos casos de la legalidad humana. Es mi opinión que todo este sufrimiento innecesario puede mitigarse con el seguimiento de las sagradas escrituras cristianas, en este caso la iglesia católica a la que pertenezco. Las leyes de Dios son irrefutables y día tras día vemos como se cumplen sus advertencias al no apegarse a ellas. En este caso, al arrebatar la vida de un inocente pues se incurre en trastornos emocionales, cargas morales, distorsión de la verdad hacía con intereses propios, entre otros. Si vivimos en un país donde toda forma de aborto es ilegal, por favor no procedamos a buscar vías alternas; simplemente cumplámosle en este caso al estado y a la palabra de Dios. Si vivimos en un país donde el aborto es legal, recordemos que todo me es permitido, pero no todo me conviene. Por ende, afinemos nuestra brújula moral con la palabra de Dios y desistamos en utilizar este derecho legal en dicho país permisivo. BIBLIOGRAFIA
1) La Capital. Federico Kukso. 2019. https://www.lacapital.com.ar/mas/breve-historia-del-aborto-