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La radioaficion: la primera red social

Al momento de elegir el tema de investigación para este final, decidí abordar un tema
seguramente poco frecuente pero que por su historia tiene un fuerte correlato con la
actualidad y atraviesa varios de los puntos que vemos en el transcurso de la materia,
además de esto me atraviesa personalmente por pertenecer a este grupo de personas
desde pequeño por las influencias de mi padre y oficialmente desde hace unos 3 años.

Porque elegir este tema para investigar? En términos de Machado País, todas las
problemáticas de investigación aparecen asociadas, en general, a problemas sociales.
Estos problemas emergen de una realidad material y social, para cuya solución es
forzoso pensar en una realidad distinta. En este mismo sentido, Bourdieu plantea que
la construcción de un objeto de investigación requiere una postura crítica, activa y
sistemática, y propone que al construir un objeto científico, es necesario romper con el
sentido común, romper con nuestras adherencias más profundas y con lo que
“fundamenta” el interés de nuestra investigación, pero sin dejar de tener en cuenta que
estamos posicionados en ella y no podemos ocultarnos bajo la impersonalidad de los
procesos. Es decir, estamos tomando una posición activa como sujetos sociales, a la
vez que como científicos.

Roberto Da Matta propone que el antropólogo, tiene una doble tarea: en primer lugar
transformar lo exótico en familiar y por otro lado transformar lo familiar en exótico. Y en
este sentido, y vinculado con lo planteado por Gustavo Lins Ribeiro, poner en marcha
el “extrañamiento”, esa experiencia subjetiva y objetiva del antropólogo, esa
aproximación y distanciamiento, esa tensión resumida en la fórmula nosotros-as/otros-
as. En el caso de mi tema en particular, y siguiendo al mismo autor, al estudiar “mi”
propia sociedad debo usar como principio y por racionalización metodológica una
posición de extrañamiento, convertir lo familiar en exótico. Como dice Da Matta,
quitarme la capa de este grupo social específico (radioaficionado), para poder, como
antropólogo extrañar alguna regla social.

La radioaficion surge producto de la experimentación en comunicaciones y vino en su


momento a resolver un problema de comunicación a larga distancia, principalmente
entre la ciudad y el campo, en cuestiones bélicas y familiares. En Argentina hace su
aparición en el año 1910, la primera licencia oficial fue otorgada por el Ministerio de
marina el 15 de octubre del año 1913 a don Teodoro Belloq y el 21 de octubre del año
1921 se funda el radio club argentino siendo el tercer radio club del mundo. Esta
actividad fue muy importante en el país hasta mediados de los 90’ cuando las tarifas
telefónicas se redujeron permitiendo que mayor cantidad de población pudieran tener
teléfono propio en sus hogares y presento una notable caída desde la aparición del
internet y los teléfonos celulares, convirtiendo a la radioaficion en un hobbie (siempre
vinculado al control estatal) de clases medias/ altas por el costo elevado de los
equipos en la actualidad.

Dentro del “universo” de la radioaficion existen múltiples aristas a ser analizadas


antropológicamente, principalmente la cuestión identitaria del “ser” radioaficionado,
como se identifican a sí mismos, tanto dentro como hacia afuera del grupo de
pertenencia, el rol que jugaron y juegan las mujeres hoy en día dentro de la actividad,
cuales son las “costumbres” más características del grupo, como fue cambiando a lo
largo del tiempo la regulación que el Estado ejerce sobre la actividad, etc.

Voy a iniciar este trabajo a partir de definir las condiciones con las cuales se conforma
una identidad de grupo dentro de la comunidad de radioafionados, entendiendo a la
identidad en términos de Drubaker como un fenómeno específicamente colectivo que
denota una igualdad fundamental y consecuente entre los miembros de un grupo, en
este caso se construyen dos tipos de identificación, una burocratizada, mediada por el
estado ya que en la actualidad es el organismo estatal Enacom (anteriormente
Ministerio de Marina y CNC) quien toma examen para otorgar las licencias habilitantes
para poder operar por radio y otra intragrupo de reconocimiento entre “colegas”, estas
licencias constan de dos letras (en el caso de argentina LU o LW) que identifican al
país, un numero al azar del 1 al 9 y otro conjunto de tres letras de las cuales la primera
de ellas identifica la provincia desde donde se está transmitiendo, es a partir de la
obtención de esta licencia que se accede a la posibilidad de compartir con otros
miembros del grupo distintas prácticas, lenguajes y costumbres. Una de las partes
centrales del habitus entendido por Bourdieu como "estructuras estructurantes
estructuradas"; son socialmente estructuradas porque han sido conformadas a lo largo
de la historia de cada agente y suponen la incorporación de la estructura social, del
campo concreto de relaciones sociales en el que el agente social se ha conformado
como tal. Pero al mismo tiempo son estructurantes porque son las estructuras a partir
de las cuales se producen los pensamientos, percepciones y acciones del agente. El
manejo de un lenguaje en común como requisito indispensable para las interacciones
intragrupo que son la utilización del lenguaje internacional y el código Q y por otro
lado entender el funcionamiento de los equipos, antenas, etc son ejemplos de este
habitus. Así mismo en la lógica interna del grupo existen jerarquías que implican
limitaciones en la comunicación ya que para ascender de categoría (novato,
intermedia, superior y general) se requiere de la obtención y acumulacion de un capital
simbólico que son las tarjetas QSL (cartones que certifican que vos te comunicaste
con la otra persona) y por otro lado estos ascensos de categorías permiten también
formar parte de las comisiones directivas del radio club.

Como mencione anteriormente el estado, entendido por Oszlak como una


organización jerárquica que tiene la capacidad de monopolizar el uso de la fuerza,
extraer recursos de la sociedad civil, regular identidades nacionales a través de
símbolos e institucionalizar ciertas prácticas y actividades, establece regulaciones en
la actividad que van desde la utilización del espacio radioeléctrico, la habilitación para
colocar antenas hasta el otorgamiento de las licencias habilitantes, esto se justifica
porque el estado necesita tener un control de este espacio radioeléctrico para distintas
actividades y por otro lado por las eventuales necesidades comunicacionales en
situaciones de emergencia (desastres naturales, conflictos bélicos, etc) donde recurrirá
al listado de radioafcionados activos para hacer uso de sus equipos y conocimientos.
relacionando esta idea del estado como regulador de actividades, monopolizador de
poder etc, se compatibiliza de cierta manera con el concepto de tausssing sobre el
fetichismo del estado teniendo en cuenta que todas las actividades antes mencionadas
son reguladas por un estado con E unilateralmente, es decir, que en este caso
particular puede requerir de todos los capitales acumulados por los radioafionados sin
ofrecer a cambio ningún tipo de beneficio ni contraprestación explicita y esta situación
no se ve problematizada o debatida hacia el interior del espacio, porque se asume que
debe ser asi. Y considero que esto está ligado a una fuerte identidad tradicional
verticalizada y militarista donde no hay cuestionamientos de los ejercedores de poder
(evidencia de esto es que hasta no hace mucho las licencias eran otorgadas por el
ministerio de marina) esto también evidencia una reproducción de las estructuras de
poder en términos de Foucault donde no solamente es el estado el que ejerce el poder
sino que también se replica hacia el interior de la comunidad de radioaficionados a
través de un sistema verticalista de rangos o categorías. Otra evidencia de las
desigualdades en el ejercicio del poder se da en relación al enfoque de genero y la
participación de las mujeres dentro de este ámbito que funciono durante la mayor
parte de su historia como un nicho masculino, una suerte de pensamiento y acción
parsoniana en términos de Conway propia de las décadas del 30’ y 40’ donde el
desarrollo de las actividades públicas, productivas o gerenciales estaban vinculadas a
lo masculino y se complementaban con los aspectos expresivos de la mujer para los
quehaceres cotidianos y la crianza de los hijos, en este sentido la inclusión de las
mujeres en la actividad era con el consentimiento del marido y obtenían una licencia
como “operadoras secundarias” de la estación. Si bien en la actualidad esto se
modificó y ahora las mujeres pueden obtener una licencia habilitante aunque el
número sigue siendo muy bajo con respecto a los hombres, por ejemplo, en argentina
hay un total de alrededor de 20 mil licencias activas de las cuales solo 83 pertenecen a
mujeres.

(Ejemplo de la guerra de Malvinas y las inundaciones)

Esta lógica de funcionamiento que implica una regulación importante y que a su vez es
accesible a un número limitado de personas por los requerimientos económicos y
técnicos, es más propia de un contexto histórico previo a las actuales formas de
comunicación, en el proceso de globalización que se da en las últimas décadas del
siglo XX con la aparición de nuevas tecnologías para las comunicaciones que se
socializaron más rápidamente genera que la función de los radioaficionados quede
más relegada a un hobbie. Sin embargo y a pesar de que los radioaficionados siguen
representando una minoría, muchas de las características que se constituyen como
identitarias del espacio reflejan lo que en palabras de Ortiz es la visión optimista de los
procesos globalizadores, la posibilidad de comunión de las personas, reconociéndose
unos a otros rompiendo su aislamiento y las restricciones de los idiomas locales a
través de la utilización de un idioma universal propio y un mismo sistema técnico
compartido entre los miembros del grupo.

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