La importancia de la diversidad no solo se materializa en el entorno individual o
grupal, sino que este concepto se lleva a otro nivel. A un nivel internacional, donde la diversidad cultural ha sido considerada como patrimonio de la humanidad, necesaria e indispensable. Este es un problema primordial, porque en lo que respecta a la degradación ecológica y del planeta, la naturaleza, la cultura y el futuro parecen no tener las mejores perspectivas. La diversidad cultural como sabemos es la fuerza impulsora del desarrollo, no solo en términos de crecimiento económico, sino también como un medio para tener una vida intelectual, emocional, moral y espiritual más rica. Esta diversidad es una parte importante para reducir la pobreza y lograr los objetivos de desarrollo sostenible, gracias a métodos normativos bien establecidos en el campo cultural. En otras palabras, la diversidad cultural es un componente esencial del desarrollo humano, que constituye nuestra fuente de identidad y creatividad para las personas y por otro lado un factor importante en la lucha contra la pobreza.