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3.4.1.

Acción de ineficacia

Cuando nos referimos a ineficacia (entendida como aquel estado

sobrevenido que se atribuye a un negocio jurídico determinado y por

el cual no debe surtir sus efectos prácticos y jurídicamente normales

y, de haberse ya producido se consideran como si no se hubieran

realizado185) nos estamos refiriendo específicamente a la ineficacia

funcional, porque la causa de la ineficacia no proviene del mismo

acto sino por hechos extraños, pudiendo encontrar en este grupo a la

suspensión, impugnabilidad, resolución, rescisión, revocación y la

inoponibilidad, que es cuando la eficacia de un cierto negocio jurídico

no puede ser oponible a ciertos sujetos, por lo que su aplicación

implica una relatividad en cuanto a las personas a las que vinculan

los efectos negociales.

Y justamente, ese es el efecto principal de la acción pauliana, que

tiene una acción indemnizatoria de manera subsidiaria, en el

entendido que elimina para el acreedor impugnante, los efectos a él

perjudiciales del acto impugnado, dejando de producir para él sus

efectos propios en virtud de la ineficacia relativa186, lo que nos

expresa que estamos ante la presencia de una ficción legal.

Esta ratio reparatoria justifica que solo puedan impugnar los

acreedores que efectivamente hayan sido perjudicados por el acto

impugnado. Ello conlleva a que solo se produzca la ineficacia a favor

del acreedor impugnante y no a los demás acreedores del deudor; a

su vez, que no es completamente inoponible porque permanece

válido tanto inter partes cuanto en relación a los terceros. Por ello,

señalan que la ineficacia es doblemente relativa187

Esta ineficacia relativa, es lo que se denomina inoponibilidad, que

atañe a la ineficacia funcional considerándose como un subtipo.188

Este poder de inoponibilidad, que se presenta como una acción


personal,189como se infiere de nuestra definición, tiene carácter

sustancial como tutela constitutiva, rechazando la idea de que solo

sea una mera pretensión procesal de ineficacia, de carácter procesal.

La acción revocatoria genera una ineficacia de tipo funcional con dos

características especiales:

a) De la relatividad: “La ineficacia que sigue al éxito de la acción

revocatoria –la operada en virtud de la sentencia judicial

firme revocatoria- sólo se produce respecto del acreedor o

acreedores impugnantes, y no respecto de cualquier sujeto

distinto a ellos. Se trata, pues, en cuanto a su ámbito

subjetivo, de una ineficacia relativa (sólo frente a

determinados sujetos: el actor o actores) y no absoluta -con

alcance erga omnes-.”

b) De la limitación. Porque es “limitada a la medida cuantitativa

del perjuicio económico que el acto impugnado haya

causado al sujeto o sujetos impugnantes. Esta segunda nota

–referida, ahora, a su ámbito objetivo- confiere a la ineficacia

revocatoria un carácter tendencialmente parcial. Lo que no

significa que la ineficacia del acto impugnado no pueda

extenderse a la totalidad de su objeto, sino que la ineficacia

de tal acto solo será total cuando ello sea estrictamente

preciso para reparar el perjuicio que causó al acreedor o

acreedores impugnantes; o sea, cuando así lo exija la

medida cuantitativa del perjuicio económico de éstos. En

cualquier otro caso, la ineficacia revocatoria solamente será

parcial: hasta el límite máximo del perjuicio económico cuya

reparación (por vía de ineficacia) se pretende -el del sujeto o

sujetos accionantes-.”

Volveremos más adelante en adentrarnos a los efectos específicos


de la acción pauliana derivadas de su naturaleza relativa y

limitada.

Y no, como equivocadamente nuestra “gran Corte” señala en la Casación N° 781-

2002-Santa, en la cual considera como característica de la acción pauliana la nulidad.

Se debe señalar que la acción pauliana como mecanismo de tutela

es de carácter sustancial, pero sus efectos son de carácter procesal

ya que no se dan automáticamente (ipso iure), ex lege, por la sola

concurrencia de los presupuestos, requisitos y elementos de la

acción pauliana, sino que es necesario que se constate ello en una

sentencia judicial que declare la misma, principalmente verificar que

exista el eventus damnis (perjuicio pauliano).

Ya habíamos tomado posición sobre la naturaleza de la acción

pauliana, como facultad adquirida por el sujeto activo perjudicado por

el acto de disposición del deudor de impugnar dichos actos; sin

embargo, queda otro asunto por resolver, que la doctrina es muy

batalladora con posiciones contrarias y es respecto a qué tipos de

efectos tiene la sentencia que establece la ineficacia relativa y

limitada, un sector de la doctrina opina que no solo los efectos sino la

misma acción tienen carácter constitutivo195 y por otro lado que

ambos tienen carácter declarativo.196

Al respecto, se debe señalar ante todo de que los autores de una

posición u otra conceptúan el carácter constitutivo o declarativo de un

remedio como éste de manera no muy uniforme otorgándoles

significados distintos, por lo que muchas veces se refieren a lo

mismo.

Lo que podemos decir de la naturaleza de los efectos paulianos, ya

que anteriormente desarrollamos nuestra posición respecto a la

naturaleza de la acción pauliana, es que, el acto de disposición

hecho por una de las partes en un contrato (ej. Que produzca una
relación jurídica obligatoria) que perjudique a los interés legítimos de

la otra parte, no son per se ineficaces e inoponibles a él, sino que

pueden serlo con sentencia que establezca la misma. Es decir, son

eficaces inter partes y erga omnes, pero potencialmente limitados

cualitativamente y cuantitativamente. Se podría decir que tiene

rasgos más similares a la anulabilidad que a la nulidad de un negocio

jurídico, salvando las distancias claro.

Además, una vez prescrita la acción pauliana los efectos

posiblemente atacables, ya dejan de ser amenazados con ser

inoponibles, por tanto, los efectos no sufren ninguna modificación,

por tanto, la sentencia tiene finalidades de no solo declarar su

ineficacia relativa sino constituirla de dicha manera, modificando los

efectos del acto dispositivo hasta el inicio del acto (efectos

retroactivos).

Del mismo modo el ilustre profesor italiano Cesare Massimo Bianca,

haciendo referencia que si bien la tesis mayoritaria es la que

considera a la sentencia meramente declarativa, sostiene que:

“parece todavía más correcta la tesis que reconoce a la sentencia

naturaleza constitutiva. La tesis de la naturaleza declarativa de la

sentencia implica de hecho la ineficacia originaria del acto, y es por

tanto desmentida por la necesidad de la sentencia, sin la cual el

revocante no puede hacer valer sus intereses sobre el bien

enajenado. Va además tenido presente que el acto conserva su

eficacia con relación a los acreedores que no hayan ejercitado la

acción.197

Sorprende, por tanto, que MORALES HERVÍAS, sostenga que “el

acreedor tiene el poder de solicitar la declaración de ineficacia del

acto y la sentencia tiene naturaleza meramente declarativa,”198


citando el mismo texto para basar su argumento (aunque

culposamente incompleta199). Lo que es, primero, totalmente

contradictorio ya que si está diciendo que tiene el poder de “solicitar”

la ineficacia del acto, que implica que el juez otorgará la ineficacia,

idea seguida, sostenga que sea declarativa; es decir que el acto

impugnado sea desde sus orígenes ineficaz. Y, segundo, que no es

cierto, que el profesor Bianca sostenga ello, siendo que postula la

tesis contraria.

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