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2. Las condiciones del hogar: ¿La mayoría de tus ambientes son interiores u
oscuras? ¿Quieres aprovechar el espacio y conseguir que tus estancias parezcan
más grandes, combinando dos ambientes? ¿Vives en una zona cuyo clima es
húmedo o seco? ¿Temperaturas altas o frías? ¿La orientación de tu casa hace que
determinados ambientes sean muy calurosos en verano o muy frías en invierno?
Ahora veremos varios ejemplos de decoración con distintos colores para interiores,
la funcionalidad de dichos colores e ideas para cada ambiente.
Naranja: Otro color dinámico y cálido, que igualmente puede servir para comedores
o estancias en las que se quiera tener un toque de energía. El naranja inspira
positivismo y se dice que aumenta también el apetito y la creatividad, de modo que
se puede aplicarlo en zonas de juegos para niños. El color naranja tiene muchos
matices y aporta calidez y buen humor. Es uno de los colores de moda esta
temporada y da la libertad de elegir múltiples opciones para el mobiliario,
convirtiendo por completo las estancias, especialmente si se vive en zonas frías o
húmedas.
En la siguiente imagen, el truco para conseguir una estancia más amplia ha sido
pintar paredes y techos del mismo color. Los halógenos y luces indirectas
provenientes de los cuadros, aumentan aún más la calidez del salón en el que se
combina el mobiliario en tonos blancos-grises y el suelo enmoquetado en color
beige. El resultado es un espacio amplio, confortable y cálido a la vez que moderno.
Rosa: Este color mezcla el dinamismo y la energía del rojo con la neutralidad y la
sensación de amplitud del blanco. Posee efectos relajantes y dependiendo de la
intensidad del rojo puede servir para decorar la habitación de las peques (es el típico
color de habitaciones para niñas por ser un color muy femenino) pero también puede
resultar perfecto en baños, cocinas y salas de estar, sobre todo si no están muy
iluminadas.
Verde: Este color se asocia con la naturaleza y el buen humor. Es un color relajante
y se dice que es “el color de la esperanza”. Es un color perfecto para combatir la
ansiedad y el estrés y no es tan frío como el azul (que también es relajante). En sus
diferentes tonalidades se puede aplicar prácticamente en cualquier estancia, de
Azul: Es un color relajante y frío idóneo para lugares, ambientes o estancias muy
luminosas y calurosas. Se dice que el color azul consigue reducir el calor. Al igual
que ocurre con el color rojo, cuando elegimos los colores para interiores, el azul
resulta bastante complicado. En sus tonalidades más claras, puede resultar bastante
monótono e insulso y en sus tonalidades más fuertes puede resultar incómodo y muy
frío. Todo depende de los gustos, ya que podemos convertir un salón en un auténtico
espacio de lujo o conseguir un estilo chill out. En este caso, lo ideal es jugar con
texturas, materiales, iluminación y mobiliario.
Negro: El negro es la ausencia de color y resulta muy chic y urbano. Aunque parezca
lo contrario, el color negro puede hacer que una estancia parezca más grande y se
pueden realizar muchas combinaciones con maderas en las paredes o con paredes
pintadas en tonos claros, preferiblemente blancos grisáceos o incluso azules
grisáceos. El negro es un color que no se puede utilizar en exceso y que también
evoca el lujo. Para un resultado minimalista o urbano, la combinación del negro y
colores grisáceos, resulta sorprendente. Para conseguir un resultado moderno y a
la par acogedor, puede combinarse con paneles de madera y si deseamos romper
la oscuridad del negro, puedes combinar las paredes con colores cálidos como
naranjas, rojos o rosas. Además, el mobiliario admite colores de todo tipo.
Colores neutros (cremas, ocres, grises): Los colores neutros son los más
adaptables, se pueden aplicar a cualquier estancia, los colores del mobiliario y los
complementos de decoración que combinar son múltiples y se pueden lograr
muchos estilos, desde estancias confortables, estancias lujosas, eclécticas,
urbanas, minimalistas, rurales, orientales… Los colores neutros son también idóneos
para zonas exteriores. El color blanco despierta cierto rechazo porque es un color
muy insulso, pero es ideal para lograr ambientes minimalistas, zen, chill out.
Combina con todo tipo de mobiliario y decoración, pero puede resultar monótono,
por lo que las tendencias actuales apuestan por utilizarlo como un color “comodín”,
combinándolo con colores neutros o cálidos, ya que aumenta la frialdad de los
colores fríos, aunque también es cierto que dichos colores, en sus tonos pastel,
logran resultados espectaculares combinados con el blanco.
Como los colores neutros son muchos, aquí tienes tres ejemplos de distintos estilos:
Las luces son básicamente indirectas, con sólo dos puntos de luz a la altura del
cabecero de la cama. El suelo enmoquetado, alfombra y cortinas, también
combinarían colores neutros y en cuanto a los complementos, varían en sus colores.
Las lámparas, cojines…
Otro ejemplo de cómo los colores neutros pueden dar mucho juego en espacios
reducidos. Paredes ocre y techos blancos, consiguen luminosidad y amplitud. En
este caso, se combinaría un estilo rústico con un estilo moderno. El suelo de madera
más clara que el mobiliario, consigue que la decoración no sea recargada y la
lámpara sobre la mesa aporta intimidad.
Hay que ir paso a paso, componiendo nuestras estancias para que adopten el estilo
que queremos y para conseguir el efecto deseado. Por ejemplo, puede que
queramos para nuestro salón un estilo moderno y acogedor que parezca más amplio
e iluminado. O bien queremos un estilo clásico y contamos con una estancia muy
amplia en la que nos gustaría crear varios ambientes, logrando una combinación de
colores para interiores idónea con paredes, mobiliario y demás complementos para
que no parezca tan “vacía”.
Primeramente, vamos a explicar cómo funciona el mundo del color y las diferentes
combinaciones. Como sabemos, los tres colores principales son el rojo, azul y verde.
De las combinaciones que se realizan con esos tres colores primarios obtenemos
los colores secundarios: Naranja, verde, púrpura. Y a partir de la mezcla de colores
primarios y secundarios vamos obteniendo otros colores. A ello hay que añadirle el
blanco y el negro, que son colores acromáticos. El blanco contiene todos los colores
mientras que el negro es la ausencia de color.
El hecho de que veas varios colores no significa que se combinen todos, sino
que te proporciona un conjunto de posibilidades para que tú elijas los que más
te gusten. Puede que algunos colores sólo necesiten un ligero toque, como
cojines, jarrones u otros objetos de decoración.
En la franja central verás el color del suelo y las franjas que le rodean son de la
misma gama monocromática. El marrón puede servirte para elegir el color de la
madera del mobiliario y los tonos cremas pueden ser una buena opción para sofás
o paredes.
Dependiendo del color base que elijamos, es decir colores cálidos o fríos, el efecto
puede invitar a la relajación, puede ser más energético, hacer que nuestra estancia
parezca más luminosa o disminuir el exceso de luz.
Otra técnica es la de utilizar colores análogos. ¿En qué se basa esto? Consiste en
elegir un color principal y después mezclar dicho color con otros colores adyacentes
del círculo cromático, con diferentes matices.
Como primer ejemplo, vamos a elegir nuevamente la madera, esta vez en otro tono
más vivo.
Como ves, el abanico de colores es mucho más amplio. La gama de los marrones,
naranja, ámbar, ocre, cremas, corinto, rosa… Puedes pintar las paredes en color
ámbar u ocre o bien, si quieres una estancia más cálida elegir los anaranjados. Los
colores crema y marrones son perfectos para sofás y sillones, dándoles un toque de
color con el rosa, que también puedes aplicar a las cortinas.
Tomemos ahora como ejemplo el color de las paredes. Imaginemos que has elegido
un color determinado, te has cansado de la decoración y deseas buscar una
combinación de colores para interiores distinta, de modo que te propones cambiar
el mobiliario.
Tenemos múltiples tonalidades con las que jugar y crear una atractiva combinación
de colores para interiores. Los colores rosas y púrpuras pueden ser perfectos para
ropa de cama (edredón, colchas), los tonos marrones, cremas, beige y el color vino
puedes aplicarlos a sofás y sillones, En cuanto al gris rosado y el gris azulado son
perfectos para cómodas o alacenas.
En este primer ejemplo hemos elegido un sofá “L” en color beige medio.
Para no aburrirte con colores crema o maderas, hemos elegido otro sofá, en esta
ocasión un sofá cama rojo de dos plazas en tela.
Ejemplo:
Esta es la combinación de colores para interiores más atrevida, pero no por ello más
escandalosa. ¿En qué consiste esta combinación? Verás trazado un triángulo en el
círculo cromático. Cada uno de sus vértices apunta a un color. Inevitablemente, lo
coloques como lo coloques siempre obtendrás dos colores calientes y uno frío, como
ocurre en este caso o bien lo contrario, dos colores fríos y uno caliente.
Vamos a tomar como ejemplo nuevamente el suelo (piso) para esta original
combinación de colores. En primer lugar, hemos elegido un suelo de tarima flotante.
Basándonos en el color de la madera, la triada juega con dos tonos cálidos, el ámbar
y el ocre. Como ves, el resto son colores fríos, varias gamas de azul y verde.
Por otra parte, tenemos los marrones. Un ejemplo de decoración podría ser el
siguiente: Si la estancia es luminosa, tomaríamos el azul intenso o el azul violáceo
para cortinas. Los muebles pueden ser marrones para un estilo más clásico o de
color ámbar u ocre para un estilo más moderno. Sofás y sillones pueden ser
En el segundo ejemplo tomaremos como base el color de una vitrina para una
combinación de colores análogos o colores monocromáticos, incluso una mezcla de
ambos.
Nuevamente vemos una gama de colores cálidos y dos gamas de colores fríos.
Podría ser, al contrario, dos gamas de colores cálidos y una gama de colores fríos,
Los colores marrones pueden aplicarse al mobiliario para romper con la monotonía
de incluir todos los muebles de un mismo tono. Los colores ocre y crema supondrían
quizá demasiado contraste si los aplicásemos a los muebles por lo que pueden
aplicarse a sofás, sillones y sillas. En cuanto a los colores fríos, los púrpuras
aportarían un toque dinámico en cortinas, cojines y objetos decorativos. Los verdes
pueden aplicarse también a cortinas y cojines. Los objetos decorativos en verde
resultarían excesivos, de modo que podríamos aplicarlos con precaución,
decantándonos por los más oscuros, para mantener cierta armonía con el color de
la boiserie. Los verdes más claros podríamos aplicarlos en pequeños detalles.
Ejemplo:
Aquí tienes algunos modelos de circulo cromático para crear propias combinaciones
de colores para la decoración de un ambiente.
El círculo cromático en el diseño podemos usarlo para sacar los colores que
podemos implementar en un espacio, si decides no arriesgar puede usar la
colorimetría tonal que es utilizar un mismo color para todo el espacio, pero con
diferentes tonos e intensidades. Otra modalidad que existe en el diseño es la
colorimetría análoga, es decir combinar colores cálidos con colores cálidos y los fríos
con los fríos, generalmente este método nunca falla ya que nos permite dar armonía
en el color en los espacios, el riesgo viene cuando decidimos contrastar colores en
un principio fuertes, ya que si lo hacemos mal podemos romper con toda la armonía
visual de nuestro espacio y daremos al traste con todo lo bien diseñado que pudiera
estar el sitio.
colores ya que podemos correr el riesgo de crear confusión y saturación visual con
tantos colores, una vez que ya tienes elegidos los colores con los cuales
ambientarás el espacio el siguiente punto es la proporción, de nada sirve elegir
buenos colores y tenerlos mal proporcionados en cantidad.
Si vas a usar dos colores una buena proporción sería 70-30% donde utilizaríamos
el 70% del espacio de un color base (por lo general el menos fuerte) y el 30%
restante de un color más vivo. Si son 3 colores los que usarás, entonces una
proporción adecuada sería 60-30-10. Los primeros dos colores los trabajaríamos
igual y el último color sería un 10% que no necesariamente tiene que estar
presente en los muros, podemos usarlo como parte de la decoración o con algún
mueble en específico.
Proporción
80 – 20 %
¿Cómo
combinar
colores?
o complementario
Un color que
predomine de
fondo y los otros
como
complementos
Colores cálidos
Las tonalidades cálidas son ideales para crear un entorno familiar y acogedor. Puede ser
perfecto para los salones, donde se suele hacer vida familiar. Lo que sí se puede hacer,
para romper con esos colores, es el uso de otos tonos más atrevidos. Por ejemplo, el rojo
para los cuadros de las paredes o bien el naranja para las cortinas o cojines. El uso de un
color de contraste sorprendente revive cualquier espacio.
Colores amarillos
Para muchos es considerado el color de la mala suerte y debido a esto, muchos no lo quieren
utilizar en sus hogares. Dejando la superstición a un lado, el uso de este color aporta
luminosidad a cualquier habitación. También es uno de los favoritos de los niños y es
recomendable utilizarlo en sus habitaciones ya que ayuda a estimular el desarrollo de sus
capacidades, mejorando el funcionamiento de su cerebro.
Color blanco
El color blanco está relacionado con la pureza. Por sí solo es capaz de transmitir limpieza y
pulcritud, además de crear una sensación de vacío y un ambiente de calma. Ideal para
personas nerviosas que buscan elementos que les ayuden a estar tranquilos. Muy útil para
crear ambientes minimalistas.
Tonalidades azules
Los colores azueles están estrechamente ligados al sexo masculino. Se trata de un color
que llama a la calma debido a que está relacionado con el aire y el agua. También forma
parte del grupo de colores fríos, por eso su uso no está recomendado para casas que estén
orientadas al norte. Si quieres crear un lugar sereno y tranquilo, el azul es el color por el que
debes apostar.
Tonos rojos
Uno de los colores más fuertes que nos podemos encontrar y que transmite vitalidad, alegría
y atrevimiento. No es fácil decantarse por él a la hora de decorar una parte de nuestro hogar.
También está relacionado con la pasión y el amor. Puede ser una buen opción para decorar
un dormitorio, aunque siempre con moderación. Por ejemplo, pintar solo una de las paredes.
Es bueno acompañarlo de otros colores más suaves para contrarrestar su fuerza.
Colores verdes
Negro
Puede que no sea tu color favorito a la hora de decorar una parte de tu hogar debido a que
lleva consigo una ausencia de luz. Los expertos en decoración afirman que aquellas
personas que se decantan por el uso de este color, son personas que transmiten mucha
seguridad.
Dentro del negro nos podemos encontrar el gris, un color derivado del anterior. Simboliza
neutralidad e indiferencia, llegando incluso a transmitir tristeza. Es un color que se mantiene
al margen de los demás, y que no influye sobre ninguno de ellos haciéndonos percibirlos de
formas distintas.
Violeta
Este color, formado a partir de la mezcla del rojo y el azul, está relacionado con la
espiritualidad y el pensamiento. Para muchos, es un color que está ligado con la
feminidad. En la antigüedad, el pigmento para la elaboración de este color era muy caro y
solo os más adinerados tenían la posibilidad de hacerse con él. Por eso pasó a la historia
como el color de la realeza y las clases nobles.
Color rosa
Si el color azul era el color asociado al sexo masculino, el rosa es al femenino. Dentro de
sus muchas tonalidades, el fucsia se puede definir como su máxima expresión, siendo este
un color festivo y excitante. En el lado opuesto, nos encontramos los tonos más claros que
crean una sensación de calma y sosiego. También es un color capaz de transportarnos a
otras épocas, ya que está muy relacionado con la estética pop.