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En Memoria

María Rostworowski de Diez Canseco


(1915 - 2016)
CHORNANCAP
“PALACIO DE UNA GOBERNANTE Y SACERDOTISA DE LA CULTURA LAMBAYEQUE”

©MINISTERIO DE CULTURA DEL PERÚ Dibujo, artes y 3D:


Unidad Ejecutora 005 Alberto Gutiérrez Vásquez
Proyecto Especial Naylamp Lambayeque Robert Gutiérrez Cachay
Calle Pimentel N°165, Urb. Santa Victoria, Chiclayo Luis Chayan Ruiz
Telefono: 074-499523, web: www.naylamp.gob.pe Amy Ñiquen Ortiz
E-mail: uenaylamp@hotmail.com
Primera Edición
EDICIÓN: Año 2015
©Ministerio de Cultura del Perú
Unidad Ejecutora 005 Naylamp - Lambayeque Tiraje:
Museo Nacional Brüning de Lambayeque 7000 ejemplares
Calle Pimentel N°165, Urb. Santa Victoria, Chiclayo
Telefono: 074-499523, web: www.naylamp.gob.pe Reservados todos los derechos. Queda prohibida, sin la
E-mail: uenaylamp@hotmail.com autorización del autor del copyright, bajo las sanciones
establecidas en la ley, la reproducción parcial o total de
©CARLOS WESTER LA TORRE esta obra por cualquier medio o procedimiento incluido
E-mail: carloswesterlatorre2000@yahoo.es el tratamiento informático.
Atahualpa 140, Lambayeque
Impreso en el Perú.
Diseño y Diagramación: Esta obra se terminó de imprimir en los talleres gráficos
Luis Torres Rojas de EMDECOSEGE.S.A.
Alberto Atoche Roque Orfébres 280, La Victoria - Chiclayo.
Josué Becerra Bustamante ENERO 2016

Fotografía profesional: ISBN:978-612-47117-0-1


Aníbal Solimano Gutiérrez / Yutaka Yoshii Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del
Perú N°2016-00139
Fotografía documental:
Proyecto Chotuna Chornancap,
Marco Fernández Manayalle,
Samuel Castillo Reyes,
Fausto Saldaña Camacho,
Carlos Wester La Torre.
Diana Alvarez Calderón Gallo Dr. Haagen D. Klaus
Ministra de Cultura Antropólogo Físico

Juan Pablo de la Puente Brunke Dr. Mario Millones Figueroa


Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales Antropólogo Físico

Carlos Aguilar Calderón Dra. Catherine Gaither


Unidad Ejecutora 005 Naylamp Lambayeque Antropólogo Físico

Carlos Eduardo Wester La Torre Dr. Daniel Fairbanks


Museo Arqueológico Nacional Brüning de Lambayeque Antropólogo Forense

PROYECTO ARQUEOLÓGICO CHOTUNA-CHORNANCAP Ing. Robert Gutierrez Cachay


Ingeniero de Sistemas
Mg. Carlos Eduardo Wester La Torre
Director del Proyecto. Miguel Córdova Peña
Topógrafo y Dibujo de Campo
Arql° Samuel Castillo Reyes
Arqueólogo Residente Miguel Suclupe Chicoma
Dibujo de Gabinete
Arql° Fausto Saldaña Camacho
Arqueólogo Asistente Marco Seclén Fernández
Conservador de Gabinete
Arql° Luis Sánchez Saavedra
Arqueólogo Asistente Segundo Gonzáles Rumiche
Conservador de Gabinete
Arql° Denis Echeverría Chimú
Arqueólogo Asistente Alberto Gutierrez Vásquez
Dibujante de Gabinete
Arql° Jorge Álvarez Torrealva
Arqueólogo Asistente Marco Antonio Fernández Manayalle
Director del Museo de Sitio Chotuna
Arql° Jaime Jiménez Saldaña
Arqueólogo Asistente Pobladores de Bodegones, Ranchería, San Carlos,
El Guabo, Carrizo, Yencala león, San José, Lambayeque.
Arql° Mariela Melendres Soto Personal Auxiliar
Arqueólogo Asistente
13  PALABRAS INICIALES
ÍNDICE
15 PRESENTACIÓN

19 PRÓLOGO

25 COMENTARIO

28 AGRADECIMIENTOS

31 INTRODUCCIÓN

37  PRIMERA PARTE

ESCENARIOS SAGRADOS Y RITUALES FUNERARIOS

39  CAPÍTULO I

39  Espacios arquitectónicos como escenarios sagrados.

55  Rituales funerarios de élite como expresión de poder.

73  CAPÍTULO II

73  Cultura Lambayeque: Definición territorial.

77  Caracterización sociopolítica de lo Lambayeque.


89  SEGUNDA PARTE 163  TERCERA PARTE

LA ARQUITECTURA LOS CONTEXTOS FUNERARIOS EN CHORNANCAP

91  CAPÍTULO III 165  CAPÍTULO V

91 Localización. 165  Hallazgos previos: Entierros 1 y


2, contenidos y ofrendas.
93  Huaca Chotuna.
171  Sepultura del Personaje de Elite
97  Huaca Chornancap. (Tumba 3): ofrendas y acompañantes.

101 CAPÍTULO IV 173  El contexto de la Tumba 3.

101 El Trono en Chornancap. 174  Tumba 4: La Sacerdotisa de Chornancap.

101  El Trono: Fase Final. 188  El Fardo Funerario.

107  El Trono: Fase Intermedia. 250  El Personaje Principal.

109  El Trono: Fase Temprana. 252  Los acompañantes.

116  El Patio de las Pinturas en Chornancap. 258  Bioarqueología de la tumba 4: aproximaciones.

122  Los Grafitis en la Fachada de los Murales. 259  El rostro de la sacerdotisa.

128  La Residencia de Elite en Chornancap.

141  Significado del Trono y la Residencia de Élite.


263  CAPÍTULO VI 322  Ornamentos para función semi – divina.

263  Identificación del género del personaje 327  Significado y valor simbólico de los ornamentos.
principal de Chornancap.
329  CAPITULO IX
273  CAPÍTULO VII
329  Buscando la identidad del personaje de Chornancap.
273  El personaje de los Spondylus:
Sepultura y ornamentos. 343  CAPÍTULO X

275  La Tumba. 343  El vaso de Denver y su relación con


la tumba de Chornancap.
286  Los Acompañantes.
369  CAPÍTULO XI
293  CUARTA PARTE
369  Roles del personaje: soberana,
PODER, GÉNERO Y RELIGIOSIDAD EN CHORNANCAP sacerdotisa y ancestro mítico.

295  CAPÍTULO VIII 393  CAPÍTULO XII

295  Ornamentos y simbología en la 393 Conclusiones.


Tumba de Chornancap.
399 BIBLIOGRAFÍA.
298  Ornamentos para función política.
406 CRÉDITOS DE IMÁGENES.
311  Ornamentos para función religiosa.
409 DIBUJOS DE CERÁMICA DE LAS TUMBAS 4 y 5.
PALABRAS INICIALES
Lic.Carlos Aguilar Calderón El Ministerio de Cultura a través de la Unidad Ejecutora N°005
Director Ejecutivo Naylamp Lambayeque se complace en presentar a la comunidad
Proyecto Especial Naylamp Lambayeque científica, investigadores, estudiantes y público en general el libro
Ministerio de Cultura
“Chornancap: Palacio de una Gobernante y Sacerdotisa de la Cultura
Lambayeque”, a cargo del Arqlº Carlos Wester La Torre, director de las
investigaciones arqueológicas en el complejo Chotuna Chornancap que
realiza desde el año 2006 hasta la fecha y que le han permitido con el
apoyo y financiamiento de la inversión pública, documentar y registrar
uno de los más importantes hallazgos de los últimos tiempos como es la
tumba del personaje femenino de mayor poder y prestigio de la cultura
Lambayeque que se conoce, que junto a su séquito y en una compleja
sepultura en la denominada residencia de élite forma parte de uno de
los tesoros funerarios más significativos de la arqueología de América
Andina.

La investigación arqueológica ha sido uno de los principales


propósitos para la creación de la Unidad Ejecutora N° 005 Naylamp
Lambayeque y precisamente los resultados que se han obtenido en los
diferentes monumentos arqueológicos intervenidos constituyen el reflejo
más claro de cómo la inversión del estado en el patrimonio genera una
respuesta duradera que contribuye a fortalecer la identidad de nuestro
pueblo y afianzar la autoestima de nuestra nación. El acontecimiento
del hallazgo de la tumba de Chornancap, abre también el espacio para
continuar con el debate de la presencia de mujeres en el gobierno y
13
religiosidad de los pueblos del pasado, que como en el caso de la cultura
Lambayeque constituía hasta antes del descubrimiento de la tumba de
Chornancap en un misterio que hoy puede ser entendido a partir de la
lectura de la presente obra, que nos conduce en forma progresiva por
el proceso del enterramiento, el sentido de los episodios del funeral, el
significado de los objetos, los rituales desarrollados, los roles y funciones
del personaje principal, así como su conversión en una de las deidades
femeninas más conspicuas que el mundo andino conoce.
La presentación de esta publicación, constituye también una
extraordinaria oportunidad para remarcar la vocación editorial de
nuestra institución, que se ha puesto de manifiesto en la presentación
de importantes obras producto de trabajos arqueológicos conducidos
por nuestros arqueólogos que han hecho de la investigación científica
uno de los rasgos de mayor prestigio institucional y que ha generado
naturalmente la admiración y reconocimiento de la comunidad académica.

A través de estas líneas permítanme remarcar nuestro compromiso


con la investigación, conservación y difusión de nuestro patrimonio
cultural, tarea en la que vamos a continuar con responsabilidad de la
mano del talento de nuestros especialistas que son la principal fuente y
fortaleza con la que contamos. La obra que entregamos a la comunidad
nacional e internacional revela la voluntad del Estado Peruano y
especialmente del Ministerio de Cultura en contribuir a que nuestro
saber ancestral sea reconocido y forme parte del conocimiento al que
los peruanos tenemos derecho a disfrutar.

Al concluir, ratifico mi especial reconocimiento a Carlos Wester La


Torre, a su equipo de trabajo, a todo el personal que ha hecho posible
esta obra, pero principalmente a la comunidad que habita en el entorno
de este monumento, que estoy seguro recibirá esta obra como un regalo
para sus generaciones.

14
PRESENTACIÓN
Dr. Luis Jaime Castillo Butters Estamos viviendo la era de los grandes descubrimientos
Pontificia Universidad Católica del Perú arqueológicos en el norte del Perú. Si bien el tiempo de los fundadores,
Uhle, Tello y Larco fue cuando se descubrieron y describieron las
grandes culturas Salinar, Virú, Mochica, Lambayeque y Chimú, ha sido
en los últimos 30 años cuando se han producido los descubrimientos
arqueológicos más notables en la historia de la arqueología Peruana de
la costa norte, que no solo nos han causado asombro, sino que además
han permitido reconfigurar las nociones que tenemos acerca de las
sociedades antiguas del Perú. Esta afortunada coincidencia, de que
tantos hallazgos se hayan hecho en tan poco tiempo, y que estos hayan
estado en manos de equipos científicos nacionales, con la participación
de algunos extranjeros, es solo un reconocimiento a la constancia,
calidad y en muchos casos terquedad y tesón, de estos equipos y sus
líderes. Es menester destacar el papel que ha tenido en esta revolución
paradigmática arqueólogos como Walter Alva, Ruth Shady, Bernarda
Delgado, Santiago Uceda, Regulo Franco, Carlos Elera, y por supuesto
Carlos Wester, por nombrar solo algunos de los investigadores que han
tenido a su cargo estos trascendentales descubrimientos, todos ellos
trabajando con grupos de jóvenes arqueólogos igualmente dedicados. Es
importante reconocer el trabajo y la contribución de esta generación de
arqueólogos, pues a ellos y a su inquebrantable curiosidad y dedicación
es que por siempre deberemos los descubrimientos que hoy y en el
futuro marcaran esta época, nuestra época.
15
Pero es por todos conocido, y puebla nuestro folclore, que antes que
estos notables arqueólogos, otras personas realizaron descubrimientos
fantásticos. Desde que los primeros colonos españoles decidieron
sistemáticamente saquear los templos y cementerios de nuestros
antepasados, continuando en la República con huaqueros de toda calaña,
hasta los más recientes comerciantes inescrupulosos y coleccionistas
deshonestos, todos ambicionaron satisfacer su curiosidad extirpando de
las entrañas de la tierra los tesoros de esos pueblos de indios con los
que evidentemente nunca sintieron ninguna relación. Si algo caracteriza
a la generación presente de arqueólogos es el reconocimiento de que
su tarea ha sido rescatar nuestro pasado, nuestra historia y nuestra
herencia, que iba dilapidándose y se desvanecía ante nuestros ojos a
medida que se iban destruyendo los sitios y se saqueaban las tumbas.
Esta tarea de rescate se ha vuelto aún más imperativa y urgente en
los últimos años, ante el avance avasallador de una nueva encarnación
de los extirpadores, que justificados por la necesidad de desarrollo o
movidos por el mero lucro, ha logrado destruir en una sola generación
más de lo que 500 años de saqueo colonial y desidia republicana no pudo
hacer. Ante esto se erige la noción del bien público, de la necesidad de
rescatar para la sociedad, la del presente y la del futuro, los pocos restos
que quedan, antes de que otro Caterpillar termine por pasar encima
de los sitios arqueológicos. Los restos del pasado, los que pueblan
nuestros museos y centros de investigación, son bienes públicos, les
pertenecen a todos los peruanos y están bajo la custodia experta de
estos profesionales. Pero también son bienes de la humanidad, de la
memoria común de quienes fuimos y somos en este planeta, de cómo
interactuamos entre nosotros, de cómo respetamos no solo el medio
que nos rodea sino también la herencia cultural que recibimos.

Los descubrimientos que se presentan en este extraordinario


volumen, a cargo del Director del Museo Nacional Brunnig de
16 Lambayeque, el Magister Carlos Wester La Torre, son un ejemplo
de cómo se deben conducir los esfuerzos que caracterizan hoy a la
arqueología de esta región. Quisiera destacar el carácter silencioso,
sostenido y sistemático del trabajo; su falta de una arrogancia que es
lamentablemente muy común entre los arqueólogos, y que nos lleva a
pensar que nuestros hallazgos son la pieza clave que se requería para
cambiar el rumbo de la historia. No es el caso de las verdaderamente
importantes excavaciones realizadas en Chornancap, del descubrimiento
de la tumba de una de las mujeres más ricas y seguramente más
poderosas en el Antiguo Perú. Se trata de un descubrimiento que quizá
no apareció en las portadas de los diarios, sino que fue el resultado de
la acumulación de trabajo de un dedicado equipo que a lo largo de los
últimos diez años ha venido realizando con responsabilidad y entrega
la misión que los fecundadores trazaron para el Museo Brunnig, una
de las instituciones tutelares de esta región. Esta misión, rescatar,
atesorar, conservar y presentar al mundo la historia y la grandeza de
las antiguas civilizaciones que poblaron Lambayeque, nuevamente se
traduce en un programa de investigaciones científicas de uno de sus
más importantes monumentos de la región. Bien hubieran podido los
arqueólogos del Museo Brunnig escudarse en la desidia y la crónica
falta de recursos, y esperar la llegada de algún equipo de investigación
a que realizara el trabajo. A decir verdad tanto la Huaca Chotuna como
Chornancap habían sido ya excavadas por un equipo norteamericano
por lo que podíamos presumir que ya se sabía todo lo que se tenía
que saber de estos monumentos, incluso de su misteriosa relación
con la leyenda de Naylamp, que explica la fundación de esta región.
Pero las buenas intenciones no son suficientes sin los recursos que se
requieren para llevar adelante los planes y programas y en este sentido
es menester reconocer el hecho de que la edad de oro de la arqueología
lambayecana ha estado sin duda relacionada con la creación de una
unidad de gestión, La unidad Ejecutora No 005 Naylamp Lambayeque,
que ha dotado de recursos y de apoyo administrativo a programas como
el que aquí se presenta de manera impecable. 17

Más allá de sorprendernos, los hallazgos realizados por Carlos


Wester y el equipo del Museo Brunnig permitirán reconsiderar algunos
de los más importantes aspectos de las sociedades norteñas, como
la configuración de sus sistemas de poder, por el encumbramiento de
mujeres como lideresas religiosas y seguramente políticas de estas
sociedades, y por el carácter múltiple de las unidades políticas que
conformaban el mosaico de sociedades que, en conjunto, reconocemos
como Lambayeque. Estas son cuestiones trascendentales para
entender cómo se constituyó la sociedad Lambayeque, para poder
asumir que debieron existir mecanismos de interacción que permitieran
que las diferentes unidades políticas, independientes en lo político, se
integraron a través de sistemas económicos, sociales e ideológicos
comunes. En estos tres puntos es posible ver una coherencia con los
descubrimientos que se han realizado en otras áreas de la costa norte y
con las consideraciones esenciales de organización geopolítica con las
que hoy nos aproximamos al estudio de estas sociedades.

Los hallazgos que aquí se presentan son solo una introducción a


lo que nos espera si continuamos con investigaciones sistemáticas y
sostenidas, si contamos con los recursos públicos que permitan ampliar
la frontera de nuestro conocimiento, si además podemos atraer la
inversión privada en esta tarea que no solo nos dan orgullo sino que
contribuye a la formación de nuestra identidad. Finalmente, los recursos,
públicos o privados, no podrían por si solos lograr nada si no tuviéramos
la fortuna que contar con investigadores como Carlos Wester, Fausto
Saldaña, Samuel Castillo, Marco Fernández, Juan Martínez Fiestas,
Manuel Curo, Julio Cesar Fernández y tantos otros jóvenes arqueólogos
que han hecho posible que hoy disfrutemos con lo que hoy nos presenta
esta impecable publicación.

18
PRÓLOGO
Arql. Alfredo Narvaez Vargas La arqueología peruana en general y la norteña y lambayecana en
especial se encuentran de plácemes, pues el arqueólogo Carlos Wester
La Torre hace entrega de un excelente libro dedicado a Chornancap,
monumento en el que se descubrió un conjunto de edificaciones, arte
mural y entierros de elite extraordinarios que contribuyen de manera
consistente con la arqueología lambayecana.

Probablemente lo que más se recuerde de este reciente proyecto


científico, sea el hallazgo de la tumba de la ahora famosa Sacerdotisa
de Chornancap, por la cantidad y calidad de sus ornamentos y por el
rol que debió cumplir en una sociedad jerárquica. Por primera vez se
descubría una mujer de esta época, formando parte importante de un
grupo selecto en el seno del poder. Sin embargo, Chornancap debe ser
comprendido además, por las asociaciones entre este extraordinario
hallazgo y la arquitectura, como consecuencia de un paciente trabajo
en los últimos años, que con mucha constancia permitió en principio
comprender aspectos esenciales del asentamiento, los detalles de la
arquitectura y sus asociaciones, para luego relacionar el entierro del
personaje con un contexto amplio y notable.

Sin ninguna duda, este libro marca uno de los hitos en el


conocimiento del pasado prehispánico lambayecano, entendido como un
territorio parte de un escenario mayor, tanto en el plano geográfico como
temporal. Por esta razón y de modo ordenado, el autor inicia su obra
con una mirada panorámica del territorio costeño y norteño, incluyendo 19
además a la sierra, llamando la atención respecto de los datos científicos
relacionados con los entierros de personajes de elite más importantes,
buscando a través de ellos elementos que permitan una argumentación
respecto del personaje femenino al que ha llamado la Sacerdotisa de
Chornancap. La comprensión previa de este panorama le permite luego
dirigir su mirada al entendimiento de la cultura Lambayeque, incluyendo
una definición de su territorio a la luz del conocimiento actual, por lo
menos en el área nuclear.
En este entendimiento, el autor ratifica la identificación del personaje
principal de esta tradición cultural, como Naymlap, este héroe que arriba
a esta parte de la costa norte, procedente de algún lugar ubicado en la
“parte suprema”, como sostiene la versión de Cabello de Balboa, recogida
en 1586. Esta idea básica promovida por otros autores (Kauffmann
1986), es asumida por Wester, ratificando la idea de Naymlap, en las
secciones introductorias del libro, como una deidad que se expresa
en diferentes ornamentos, atributos o gestos rituales, generalizándolo,
además, a través del famoso “huaco rey”, vasija prototípica de esta
tradición cultural, desde sus orígenes, hasta el final de este proceso
regional, previo a la llegada de los españoles. En esta sección del libro,
además, ratifica el concepto de Naymlap como “Dios Naymlap”, deidad
única y que según el autor, permite dar solidez a la estructura social y
política del estado lambayecano.

Sin embargo, a la luz del estudio detallado de los materiales


asociados al entierro femenino de elite en Chornancap, en especial, de
la iconografía de los objetos rituales asociados, el autor plantea luego
la existencia de una deidad femenina, concordando con propuestas
previas basadas en el estudio iconográfico del famoso Vaso de Denver
(Mackey y Pillsbury 2013, Narváez 2014), que hemos considerado
como una especie de “Génesis” de la compleja mitología lambayecana.
Precisamente, los materiales procedentes de los entierros de elite
20 de Chornancap, constituyen una fuente sumamente valiosa para dar
continuidad al debate respecto de la mitología norteña y lambayecana
en particular, aspectos sobre los que haremos algunos comentarios
adicionales más adelante. Un caso específico es la imagen representada
en la corona que luce el personaje de Chornancap, asociado a dos
elementos importantes: un telar en forma de “X” y una media luna
creciente. Por estas y otras asociaciones iconográficas, la consideramos
en su momento como una deidad femenina, corroborando la propuesta
con un tocado bipolar de serpientes, atributos que justamente luce la
máscara del fardo funerario de la Sacerdotisa de Chornancap, tal como
el autor del libro menciona.

Uno de los aspectos más valiosos del libro que hoy prologamos,
radica en el prolijo estudio espacial de la arquitectura relacionada con
el edificio principal, trabajado por otros investigadores de una manera
bastante limitada. El enfoque metodológico de campo, permitió el
registro de un conjunto articulado de espacios interrelacionados cuya
complejidad es interpretada correctamente como un recinto de elite,
incluyendo espacios cuya relación con conceptos de ritualidad y
sacralidad es consistente. En especial, deben mencionarse los espacios
relacionados con el patio del trono, interconectado con estructuras cuyo
simbolismo es muy profundo, como los módulos laterales al patio del
trono, ubicados de modo opuesto y simétrico, luciendo como elemento
de mayor importancia, la cola enroscada de un felino hacia arriba, que
emana de una banda simple que se comporta como una estructura
adintelada que separa la cola de un espacio inferior de mayor extensión
vertical, que da la idea de mayor profundidad. Desde nuestro punto de
vista, esta gráfica expresa el rol de la cola del felino como un elemento
conector de mundos opuestos, como lo hemos expresado antes
(Narváez 2014). Si esto es correcto, el aspecto religioso y ritual, está
imbuido además de profundos simbolismos en el campo mítico.

Lo mismo podríamos decir del área este al patio del trono, en la


que se aprecia un friso policromo pintado con escenas complejas y 21
además, otro espacio que expresa arquitectónicamente la relación
entre el símbolo escalonado y la ola, que permiten al autor sugerir la
existencia de un espacio ritual para el “recorrido de transformación”
del sacerdote, pues el estrecho corredor que forman estos símbolos
arquitectónicos, admiten el paso de una sola persona a la vez. Estos
espacios arquitectónicos han sido objeto de varias remodelaciones a lo
largo del tiempo, sin embargo, nunca perdieron su función religiosa.
Un capítulo igualmente importante, es el detalle en la descripción del
registro de las tumbas de Chornancap, los detalles completos de la tumba
de la sacerdotisa, incluyendo el fardo fúnebre, luego de la excavación de
varias capas de hallazgos notables: cerámica fina de diferentes alfares,
grandes cantidades de vasijas en miniaturas, conocidas como “crisoles”,
telas pintadas cubiertas de colgajos metálicos y capas de barro con las
huellas de los pies de los constructores. Estos elementos resultan muy
valiosos pues corroboran la presencia de estas telas pintadas como
elementos finales en la sepultura de estos personajes. Podemos decir,
además, que esta capa de barro con huellas de pies, atestigua la labor
de algunas de las personas relacionadas con la ceremonia fúnebre y
expresa un concepto poco conocido que relaciona al barro como material
parte del sello del pozo en el que se colocó el entierro.

Uno de los aspectos más notables y sin duda dramáticos de este


extraordinario hallazgo, fue la verificación de una cara máscara metálica,
adornada con “lacrimones” y un tocado “bipolar”, que corrobora la
propuesta de identidad de género como de orden femenino a partir de
nuestro trabajo en Huaca Las Balsas y el estudio introductorio sobre la
mitología lambayecana.

Entre los aspectos que nos llamó la atención, ha sido la recurrencia


notoria de vasos de diverso tipo en asociación con el personaje
femenino. Estos vasos y copas, no solamente fueron elaborados por
22 eximios especialistas, sino que utilizaron metales preciosos adornados
como elementos iconográficos que corroboran lo complejo del aspecto
mitológico de esta civilización norteña. Este hallazgo científico nos
permite una mejor idea para la comprensión de objetos semejantes en
poder de coleccionistas privados o museos, consecuencia del saqueo
clandestino de sitios arqueológicos en esta región.

Este singular hallazgo, relaciona al personaje femenino, además, con


un conjunto de joyería femenina de muy alta calidad, incluyendo objetos
de perlas con cuentas de oro y plata y el hallazgo de obras de arte
exquisitas, como la litera en miniatura tallada en conchas marinas, piruros
de metal, tupu de cobre, estatuillas de piedra en miniatura, morteros y
ollas en miniatura también, vara de mando de madera, asociados a su rol
femenino en el campo chamánico. Este rol se ve claramente expresado
además en la presencia de orejeras decoradas con flores como parte
del ajuar fúnebre. Al margen de lo correcto o no de la relación formal de
estas flores con las tajadas del San Pedro, cactus alucinógeno de uso
chamánico, son un elemento propio y bastante difundido en el escenario
chamánico universal. Vemos pues, que diversos argumentos favorecen
la identificación del personaje con el complejo mundo religioso y la
estructura social del antiguo territorio de Chornancap, rol al que Wester
agrega el del poder político y el de ancestro mítico luego de la muerte,
por la calidad de la sepultura y su relación o asociación con el conjunto
arquitectónico. Como sostiene el autor, este hallazgo científico, nos
ubica en el inicio de un largo camino en la búsqueda del rol de la mujer
en la sociedad prehispánica lambayecana, antes de la llegada de incas
y españoles.

El trabajo muestra además los resultados de una intervención


interdisciplinaria, con un interesante estudio en el campo de la
bioarqueología, que ha permitido conocer diversos rasgos físicos
del personaje, pero además, el uso de tecnología que permite la
reconstrucción del rostro, devolviéndolo al presente. Sin duda, una 23
herramienta muy poderosa en el campo de la interpretación del
patrimonio.

El hallazgo de una tumba adicional, del personaje conocido como


el Señor de los Spondylus, ubicada por debajo de la tumba de la
sacerdotisa, constituye un hecho sin precedentes en la arqueología
regional. Su asociación con una cámara funeraria, en posición de cúbito
dorsal, siguiendo el viejo concepto de la tradición moche, son elementos
realmente significativos, a los que se suma una vasija de estilo moche
final, que el autor considera como una reliquia, objeto de importancia
que lo acompañó hasta la tumba. Las reflexiones en torno a la relación
simbólica de los entierros de Chornancap con el agua del subsuelo –
que dificultó la excavación- tienen mucho sentido, pues puede reiterar el
caso previo de las famosas tumbas del sitio de Pómac. Así, la relación
de tan importantes personajes con el agua los puede identificar como
intermediarios con el mundo divino.

Sin lugar a dudas, las propuestas de Wester a consecuencia de


la revisión de la iconografía plasmada en los objetos asociados con
los contextos funerarios y la arquitectura, son bastante pertinentes.
Y es que los materiales, varios de ellos muy novedosos lo permiten.
Su importancia para la comprensión del complejo mundo mítico en
Lambayeque prehispánico ha sido enfocada a la luz de los más recientes
estudios iconográficos que hemos mencionado antes, realizando
aportes interesantes. Entre ellos, la propuesta de asociar la arquitectura
que el vaso de Denver muestra con el patrón arquitectónico de Huaca
Chornancap, que debemos decirlo, también se aprecia en algunos de
los edificios de Túcume y el sitio de Pómac.

Finalmente, concordamos con el autor respecto de la organización


socio política de los asentamientos Lambayeque, pues el rol de los
personajes de elite en Chornancap, permite discutir la existencia de
24 más de un centro de poder y no uno solo. La situación actual permite
un escenario distinto, en el que la organización política de la sociedad
Lambayeque no tuvo un centro único de poder que define un estado
altamente centralizado y jerárquico. Estudios futuros en los demás sitios
monumentales de esta época serán necesarios y contribuirán con el
debate de estos planteamientos en su momento.

Felicitaciones a Carlos Wester por este logro importante y a través


de él a todo su equipo auxiliar, técnico y profesional del Proyecto
Arqueológico Chotuna-Chornancap y el Museo Brüning de Lambayeque.
COMENTARIO
Dra. Joanne Pillsbury A mediados de siglo XX, si uno quería conocer como vivían las
The Metropolitan Museum of mujeres en el antiguo Perú había que recurrir a las fuentes históricas
escritas en la época colonial. En ellas podemos encontrar descripciones
Art New York, USA
de las acllas, las mujeres escogidas por el Inca, y las capullanas,
mujeres aristócratas de la cultura Tallán de los valles de Piura y Chira.
Sin embargo, estas menciones fueron breves ya que las mujeres
recibían mucho menos atención que los hombres de elite, en parte
porque en tales registros, las descripciones no estaban relacionadas
a las distintas funciones que las mujeres desempeñaban en los Andes.
En la década de 1970, los antropólogos Patricia Lyon y Christopher
Donnan, entre otros, empezaron a reconocer que ciertas figuras en el
arte precolombino podían representar a mujeres, mujeres poderosas
y mujeres íntimamente asociadas con ciertas prácticas rituales. Los
estudios iconográficos empezaron entonces a enriquecer la imagen que
teníamos de las fuentes históricas. Sin embargo, pasarían otros 20 años
para que los arqueólogos propusieran con evidencia física la existencia
de mujeres de alto rango, comparables con la tumba del Sacerdote-
Guerrero del valle de Virú o las espectaculares tumbas del Señor de
Sipán, todos pertenecientes a las altas esferas de la sociedad Moche.

En 1991, excavaciones en San José de Moro realizadas por


Christopher Donnan y Luis Jaime Castillo, y las posteriores excavaciones
de Castillo en el mismo sitio, cambiaron esto. Por primera vez, teníamos
evidencia de mujeres en los más altos niveles de la sociedad Moche, 25
y que enigmáticamente, guardan estrecha relación con las mujeres
representadas en la cerámica Moche. Dichos hallazgos fueron sucedidos
por el descubrimiento de la Señora de Cao, una mujer Moche de alto
rango excavada en Huaca Cao Viejo por Régulo Franco, César Gálvez
y su equipo. Repentinamente, teníamos abundante y nueva información
sobre mujeres, lo que nos ofrece una mirada diferente sobre estas y que
desconocíamos antes.
Esta increíble evidencia continúa creciendo, sobretodo ahora
gracias al extraordinario trabajo del arqueólogo Carlos Wester La
Torre en Chornancap. El sitio de Chornancap posee una ubicación
estratégica y simbólica, está ubicado en las costas del Pacifico,
cerca de la desembocadura del rio Lambayeque. Gracias al estudio
meticuloso y multi-disciplinario de Wester y su equipo, contamos con
una visión excepcional de la vida de las mujeres de alto rango en la
cultura Lambayeque (850-1350 d. C.). Una de las grandes fortalezas
de esta publicación es su amplio alcance intelectual, pues partiendo
de diversas disciplinas como antropología física, etnohistoria e historia
del arte, permite al autor entender la singularidad de Chornancap en la
prehistoria Andina y la relación entre este y otros sitios arqueológicos de
la costa norte Peruana. Una de las muchas contribuciones del estudio
de Wester es su enfoque en el contexto más amplio de Chornancap,
particularmente en su relación con el paisaje real y el sagrado.

Es interesante notar como en el estudio de Wester, la información


obtenida de un área de investigación contribuye a preguntas de
investigaciones que corresponden a otra área, conduciendo a
conclusiones que no hubieran sido posibles alcanzar si Wester hubiese
seguido una simple línea de investigación. Sus excavaciones revelan
nuevas formas arquitectónicas o patrones de asentamiento, induce el
retorno a las fuentes iconográficas e históricas para su posterior estudio,
26 que a su vez, determina los lineamientos de futuras investigaciones.
La publicación de Wester revela una de las correspondencias más
sorprendentes entre el registro arqueológico y las artes visuales
registradas en el antiguo Perú.

En el 2002, junto a Carol Mackey publicamos un artículo sobre dos


vasos de plata que se encuentran actualmente en la colección del Museo
de Arte de Denver. Hélène Bernier elaboró un admirable dibujo desplegado
de una de los vasos, revelando una composición extraordinariamente
compleja. En dicho vaso se representa una figura muy similar a la imagen
de la Sacerdotisa presente en la iconografía Moche. Cuando el artículo
fue publicado en el año 2013, Wester ya había excavado la tumba de
una mujer ataviada que podría haber salido caminando directamente del
vaso. Gracias a su trabajo, y el de sus colegas, Alfredo Narváez y otros,
nuestro entendimiento del vaso y del sitio de Chornancap se enriquece.
Más importante aún, la contextualización del vaso y del mismo sitio en
un contexto más amplio de la prehistoria en los Andes ha provocado
nuevos conocimientos excepcionalmente importantes en el rol de la
mujer, la estructura de la práctica ritual y la naturaleza de la vida de
palacio siglos antes del surgimiento de los Incas.

Carlos Wester nos deja con una imagen imborrable de Chornancap


y su lugar en el mundo. Leyendo estas páginas, uno puede imaginar
cómo habría sido acercarse a Chornancap y su mágico escenario,
descubrir que sin importar los detalles de las interacciones individuales
dentro de estos espacios, los objetos intercambiados dentro de estos
recintos fueron infinitamente más valiosos y sagrados por su asociación
con este sitio. Ahora, gracias al trabajo de Carlos Wester, tendremos
a Chornancap siempre presente, al igual que aquellos que tuvieron el
privilegio de conocerlo en la antigüedad.

27
AGRADECIMIENTOS
Arql. Carlos Wester La Torre La elaboración de un libro, implica todo un proceso en el cual el
investigador se sumerge no solamente en el tiempo sino en el espacio;
en ambos casos genera una serie de relaciones, vínculos e intercambios
con colegas, investigadores, amigos y compañeros de estudio, quienes
de una u otra manera alientan la voluntad de investigar, estimulan el
descubrimiento de nuevos retos, pero sobre todo contribuyen con su
tiempo a escuchar nuestras ideas.

Muchas personas se hallan involucradas en el presente texto,


algunos tienen nombre propio, otros se han confundido en mi memoria,
pero expreso primero mi eterna gratitud a mis padres Jorge Martin (†)
e Irma Yolanda quienes me trajeron al mundo, me cuidaron con amor
y me educaron con responsabilidad e inigualable sacrificio; a mis hijos
Macarena, Ximena y Carlos Eduardo, que me acompañan con su cariño
y ternura, dándole sentido a mi vida. A mis maestros, colegas y a todos
aquellos que con una palabra y gesto depositaron su confianza en
nuestras investigaciones en Chotuna y Chornancap.

Agradezco de manera especial a las instituciones que han


apoyado decididamente en la ejecución del proyecto arqueológico:
Chotuna – Chornancap, así como en la impresión de este libro, el
Ministerio de Cultura, Unidad Ejecutora Nº005 Naylamp Lambayeque,
Museo Arqueológico Nacional Brüning, Museo de Sitio de Chotuna,
Municipalidad Provincial de Lambayeque, Comunidad Campesina
28 San José, al personal del Proyecto, arqueólogos, asistentes, técnicos,
dibujantes y personal obrero de los caseríos: Ranchería, Bodegones,
Yencala León, San Carlos, El Guabo y El Carrizo.

A través de las siguientes líneas, expreso mi particular reconocimiento


a la generosa ayuda prestada por amigos y colegas, quienes de
alguna u otra manera han brindado su apoyo en las investigaciones
arqueológicas en el Complejo Chotuna Chornancap: al Dr. Luis Jaime
Castillo Butters, extraordinario maestro y entrañable amigo que siempre
tuvo una expresión y gesto de aliento profesional, sincero y fraterno;
al Dr. Christopher B. Donnan reconocido investigador quien con sus
palabras estimuló mi interés en Chotuna y Chornancap, al Arqlº Luís
Alfredo Narváez Vargas, destacado estudioso e investigador cuya
lectura del texto, ideas e intercambio de las mismas he plasmado en este
trabajo, a la Dra. Joanne Pillsbury, por la oportunidad de tratar el tema de
investigación sobre uno de los vasos de plata de la cultura Lambayeque
existente en el Museo de Arte de Denver USA, al Dr. Larry Coben, Arqlº.
Solsiré Cusicanqui, al Ing. Armin Bülow y Dr. Bernardo Schmelz, a ellos
mi sincera gratitud por su permanente respaldo y apoyo.

Al Dr. Santiago Uceda Castillo, distinguido docente, con especial


reconocimiento por sus oportunas orientaciones y lectura del borrador que
fue enriquecido con sus acertados comentarios, críticas y sugerencias,
así como por su amistad. Igualmente a los arqueólogos Luis Coronado
Tello y Juan Castañeda Murga, por la revisión del texto. Expreso también
mi singular agradecimiento al Dr. Ricardo Morales Gamarra, reconocido
y prestigioso conservador que orientó mis inicios en la arqueología. A
los Antropólogos Físicos: Mario Millones, Catherine Gaither y Haagen D.
Klaus por su valiosa contribución profesional en el análisis y estudio de
las osamentas. Tambien agradezco al Dr. Daniel Fairbanks antropólogo
forense, quien tuvo a cargo la reconstrución del rostro de la Sacerdotisa
de Chornancap. Los estudiantes Callie Chapman, Lauren Coontz,
Derrick Nuesmeyer, Chanelle Nichols de la Universidad del valle de
29
Utah y Jenna Hurtubise de la Universidad Estatal de Lousiana de USA,
dedicaron su valioso tiempo y profesionalismo en el estudio de los restos
humanos de los contextos funerarios que acompañaron al personaje de
Chornancap.
Hago constar mi eterna gratitud a la memoria de Susana Meneses
Castañeda (†), cuya amistad y aprecio fortaleció mi vocación. Así mismo,
a la Dra. Ruth Shady Solís, Dr. Walter Alva Alva, Dr. Jeffrey Quilter, Dr.
Terry D´Altroy, Dr. Yuji Seki, Dr. Izumi Shimada, Dr. Milosz Giersz, Arqlº.
Regulo Franco Jordán, Arqlº. Bernarda Delgado Elías, Arqlº Ignacio
Alva Meneses, Arqlº Ulla Holmquist, Arql° Isabel Collazos. Al Museo
Arqueológico Rafael Larco Herrera-Lima, Museo de Arte de Denver-
USA, Museo Peabody de la Universidad de Harvard- USA por facilitarme
el acceso a imágenes de sus investigaciones y colecciones que ilustran
el texto.

Las ilustraciones fueron realizadas con la colaboración y calidad


profesional del Ing. Robert Francis Gutiérrez Cachay y Alberto Gutiérrez
Vásquez experimentado dibujante artístico; Flor de María Wong Falla
ayudó con el tipeado del presente documento y Yutaka Yoshii realizó
la fotografía profesional que ilustra la presente obra. Expreso también
mi singular agradecimiento a los Arqls° Fausto Saldaña Camacho y
Samuel Castillo Reyes responsables con el suscrito de la excavación
arqueológica y documentación del contexto funerario, así como a Jorge
Álvarez Torrealva, Luis Alberto Sánchez Saavedra y Mariela Melendres
Soto, por su participación en las excavaciones en Chotuna y Chornancap
y con singular estima para: Marco Fernández Manayalle, Juan Martínez
Fiestas, Manuel Curo Chambergo, Julio Fernandez Alvarado, Quirino
30 Olivera Nuñez, Jorge Rosas Fernandez, Sam Ghavami y Gabriel Prieto
Burmester, colegas y amigos con quienes a lo largo de los años hemos
tratado, discutido e intercambiado ideas sobre la cultura Lambayeque.

Finalmente, a todas las personas que han hecho posible esta


publicación y que por involuntaria omisión no aparecen pero que habitan
en mi memoria.
INTRODUCION
Arql. Carlos Wester La Torre El presente texto denominado “Chornancap: Palacio de una
Gobernante y Sacerdotisa de la cultura Lambayeque”, forma parte
del resultado de las excavaciones científicas multidisciplinarias,
desarrolladas en las temporadas 2011 y 2012 en Huaca Chornancap1,
situada al norte del distrito San José, provincia y región Lambayeque,
efectuado bajo la dirección del suscrito con un equipo compuesto
por: Arqueólogos, Antropólogos Físicos, Conservadores, Arquitecto,
Ingeniero Civil, Ingeniero de Sistemas, dibujantes y personal obrero del
entorno del monumento arqueológico y de la ciudad de Lambayeque.

Cuando los cronistas Miguel Cabello de Balboa (1586) y Justo


Modesto Rubiños y Andrade (1782), registraron una de las tradiciones
orales más trascendentales y significativas que se conocen en el
antiguo Perú; nos narraban la llegada a las playas de la actual caleta
San José, de un personaje legendario llamado Ñaymlap, quien habría
sido el fundador simbólico de la dinastía del antiguo reino de los
Lambayeque, cultura desarrollada en esta región entre los siglos IX al
XIV d.C. Este singular relato, contiene valiosa información relacionada
con las costumbres de dicho pueblo, como es el caso de la navegación,
composición cortesana, modalidad y proceso de colonización, sucesión
dinástica, nombres de personajes, escenarios, patrones funerarios de
élite, prácticas religiosas, tradiciones conyugales, etc.

El relato del arribo de Ñaymlap describiría al parecer el


reordenamiento del pueblo Mochica del norte (Castillo y Donnan 1994) 31
que coincidiría con el reflejo de la irrupción cultural del sur y la expresión
Cajamarca, que probablemente produjo el decaimiento o colapso de
1
Jorge Zevallos Quiñonez (1993), sostiene
que el vocablo es Chornancáp y que en 1906 la sociedad Moche en la costa norte del Perú en los siglos VII al VIII
se escribía SEORNANCACUM, considerada d.C (Castillo 2003; Castillo y Donnan op. cit.; Rucabado 2008 y Uceda
huaca lindero en las tierras de la parcialidad
de CORÑAM, cerca de Lambayeque (Archivo y Mujica 2003). Fue tanto el prestigio que habría alcanzado Ñaymlap,
Víctor Rivadeneira en Lambayeque 1736 AVRL). que su pueblo lo perennizó y simbolizó en una serie de materiales y
escenarios difundidos en todo su territorio al cual luego los españoles
2
Hans H. Brüning (1922), considera en sus bautizaron con el nombre del ídolo que representaba a este caudillo:
estudios que el vocablo LAMBAYEQUE
proviene del topónimo Llampallec. Llampallec, conocido hoy como Lambayeque2.
No es propósito en la presente publicación, discutir el significado
de la Leyenda de Ñaymlap, su valor ni mucho menos el contexto de
la terminología derivada de ella o de otras propuestas que al respecto
se han formulado. Nuestro interés, en primer lugar, es presentar los
resultados producto de las sostenidas investigaciones arqueológicas,
efectuadas en Huaca Chornancap y su entorno, que han permitido
rescatar extraordinaria información para reconstruir no sólo la historia del
sitio, sino entender la jerarquizada organización sociopolítica de la elite
de la cultura Lambayeque de Chornancap; y en segundo lugar, identificar
las posibles actividades ceremoniales, los protagonistas de los rituales,
pero sobre todo el complejo sistema ideológico que convierte a este
escenario en una de las principales zonas de concentración de poder y
religiosidad que se conoce en Lambayeque y que está estrechamente
ligada al ámbito marítimo como geografía sagrada (Elera 2008) y
asociado a la presencia de una importante dignataria o sacerdotisa.

De otro lado, a través de continuas excavaciones arqueológicas


desarrolladas en el valle La Leche, Izumi Shimada (1985, 1995 y
2014b), ha puesto en segundo plano el valor histórico del relato de
Ñaymlap, elaborando una secuencia ocupacional que se desarrollaría
desde el final de los Mochicas hacia la cultura Lambayeque, incluyendo
el cambio de la designación de cultura Lambayeque por el topónimo
Sicán3, propuesta que a nuestro entender y con los resultados con los
32 que disponemos hoy, debe ser replanteada, pero que en todo caso se
aplicaría solo para denominar el área y/o territorio del Santuario Histórico
Bosque de Pomac, en el ámbito de la ex-hacienda Batán Grande y no
para involucrar a la expresión cultural de toda la región Lambayeque
bajo una nueva denominación cuya unidad cultural y paisajística esta
caracterizada e identificada por un estilo cuya identidad va más allá de
las tumbas de élite excavadas, cuyos materiales han sido acertadamente
3
Izumi Shimada (1985), propone el
descritos y estudiados por el Historiador Jorge Zevallos Quiñonez (1971
término SICAN para denominar a la cultura
Lambayeque. y 1989), así como estudios realizados por Alva (1985), Kauffmann (1989
y 1992), Donnan (1989 y 2012) , Castillo (2003), Narváez (2011 y
2014a y 2014b) entre otros.

Al respecto, debemos precisar que Chotuna-Chornancap constituye


un importante y emblemático complejo arquitectónico, que formó parte
del desarrollo de la cultura Lambayeque en el norte del Perú. La pirámide
principal que sobresale imponente, corresponde a Huaca Chotuna
ubicada a 4 kilómetros del litoral del pacífico en una zona intermedia, a la
cual se asocian diversos edificios de forma tronco piramidal, separados
por zonas urbanas, áreas públicas y domésticas, algunas sepultadas
por enormes dunas de arena eólica. Huaca Gloria (Donnan 1989),
llamada Huaca de los Frisos (Wester 2010), se ubica al noreste de
Huaca Chotuna, es el edificio que se hallaba parcialmente enterrado y
contiene restos de relieves pintados que representan escenas complejas
que aluden al mar, aves, felinos, serpientes; y que presenta la plaza de
planta rectangular en eje norte sur con acceso indirecto ubicado al norte.

Al norte de Chotuna, se ha excavado y puesto al descubierto


una estructura platafórmica, que denominamos Huaca de la “Ola
Antropomorfa” (Wester op. cit.), que presenta pinturas murales
polícromas y frisos, estructura que estaba cubierta por una enorme
duna de arena; las imágenes representadas aluden implícitamente a
dos escenarios el mar (representado por la ola antropomorfa policroma)
y la luna (definida por los frisos circulares). Huaca Norte, ahora conocida
como Huaca de los Sacrificios, sumamente importante por haberse 33
excavado 33 entierros, en su mayoría de sexo femenino entre niñas,
adolescentes y algunas adultas, todos correspondientes a rituales de
sacrificios humanos vinculados al período Chimú-Inca que se relacionan
con el crecimiento del edificio como una especie de ritual de renovación
simbólica. Huaca Susy, al este de Huaca Gloria, rodeada hacia el norte
de estructuras domésticas, donde también se evidencia un crecimiento
vertical con materiales que sugieren una ocupación del sitio desde el
Lambayeque Tardío, Chimú e Inca.
Huaca Chornancap, emplazada al oeste de Chotuna constituye un
edificio estratégicamente ubicado entre el mar y la desembocadura del
río Lambayeque, que ha reportado uno de los más importantes hallazgos
como es el caso del trono sagrado y la residencia de élite donde se
ha documentado el extraordinario contexto funerario de la denominada
Gobernante o Sacerdotisa Suprema de Chornancap, uno de los episodios
y contextos funerarios más notables de la cultura Lambayeque, único en
su género que contribuye al debate sobre la presencia de mujeres en
el escenario del poder y religiosidad en los andes centrales, así como
sus roles en la historia y la connotación semi-divina que adquieren en la
memoria de su pueblo.

Bajo este importante contexto yacía la sepultura de un personaje de


elite que hemos denominado El personaje de los spondylus, que permite
demostrar la intensa actividad publica y ceremonial en este complejo
monumental, así como la existencia de una estructura sociopolítica que
controla este territorio y que lo usa para perennisar su existencia.

34
35
PRIMERA PARTE
ESCENARIOS SAGRADOS Y RITUALES FUNERARIOS
CAPÍTULO I

1.1 Espacios arquitectónicos como


escenarios sagrados.

La arqueología de la cultura Lambayeque está de conexión con deidades ancestrales y finalmente el


asociada a elementos que permiten entender y reconstruir acceso al área andina y evidentemente al Marañón y
su estructura sociopolítica, económica e ideológica, nos Amazonia, que se convierten en los aspectos de mayor
referimos a aspectos como: territorialidad, arquitectura influencia que han generado la consolidación de la
monumental, relaciones comerciales, producción cultura Lambayeque.
de bienes, jerarquía política y religiosa, rituales y En cuanto a la configuración del territorio y su
consecuentemente la tradición oral (leyenda de Ñaymlap). entorno, este se convierte en un componente básico
A pesar de quienes discuten y cuestionan el valor de la sobre el cual actúa el hombre para transformarlo y
tradición oral sobre Ñaymlap (Shimada 1995 y 2014a; aprovecharlo; a pesar de ello existen condiciones
Zuidema 1990), este relato se ha convertido en motivo climáticas o fenómenos que ejercen fuerte influencia
de debate (Zevallos 1989), con pruebas arqueológicas en la distribución del territorio; en el caso singular de
cada vez más consistentes (Narváez 2011, 2014a y la costa norte del Perú (Figura 1), lo constituyen las
2014b; Paredes 1987; Rucabado 2008, Fernández corrientes marinas de Humboldt de aguas frías y la
2012, Wester 2013). No obstante, para reflexionar sobre corriente marina El Niño de aguas cálidas. Hechas estas
la dinámica urbana regional y macroregional de esta precisiones con respecto al territorio y a la geografía de la
sociedad y analizar los espacios arquitectónicos como costa, es necesario examinar el panorama arquitectónico
escenarios sagrados, es indispensable examinar en la en el contexto de la historia regional, macro regional y la
historia de la cultura Lambayeque y buscar argumentos influencia que esta ha recibido a lo largo de los siglos.
en su pasado para entender a esta sociedad como el Las evidencias sobre el periodo Arcaico o Preceramico 39
resultado y consecuencia de un proceso de continuidad con agricultura (Lumbreras 1981), fueron inicialmente
y cambios. documentadas en el norte peruano en huaca Prieta en
En este contexto, el primer escenario que evaluamos la parte baja del valle de Chicama y presentadas en
está referido al territorio, un ámbito geográfico con 1948 por Junius Bird, los resultados que muestra su
superficie regular, de leves contrastes, con valles trabajo pionero, certifican la ausencia de cerámica y una
que discurren perpendicularmente en la región que evidente actividad extractiva en el océano Pacifico como
garantizan la estabilidad del agua como el componente consecuencia de la proximidad con el litoral, así como
básico de la productividad agrícola y de la vida en arquitectura de piedra construida por cantos rodados
general. Paralelamente, el litoral marítimo aseguró y domesticación de plantas y animales, asociados a
valiosos recursos no solo para la subsistencia sino para nuevas formas de organización, proceso que ha venido
inspiración ideológica y mágico religiosa, como elemento en llamarse: Neolitizacion (Lumbreras op. cit).
40
41
Posteriormente, con las investigaciones de Tom
Dillehay (1992), en el sitio de Nanchoc ubicado en la
cabecera del valle de Zaña, donde registró montículos
con estructuras simples de probable uso ritual, asociados
a grupos de cazadores no especializados y horticultores
incipientes de una antigüedad de 8000 a 5000 años
Fig. 1.
antes del presente (Dillehay op. cit.), se convierten en Paisaje de la Costa en Lambayeque.
valiosas evidencias para certificar la antigua data de la
ocupación en la región Lambayeque, con un modelo
de asentamientos dispersos en el Arcaico Tardío, hacia Fig. 2.
un modelo de organización más compleja que tiene su Edificio Principal Mayor de la Ciudad
máxima expresión en el valle de Supe en el sitio Caral Sagrada de Caral.

(Figura 2) perteneciente al Formativo Inicial, y que es


considerado como el escenario físico social para el
surgimiento y consolidación de la ciudad y estado más
antiguo del nuevo mundo (Shady 2003).

42
La expresión física de los edificios en Caral revela de Pacífico, que en suma revelan la existencia de un centro
manera indiscutible que estamos ante uno de los paisajes simbólico con culto al fuego, arquitectura con murales
culturales más antiguos de América precolombina, policromos con escenas de cacería de venado –llamado
cuya configuración permite reconocer el desarrollo de mural del venado cautivo- (Alva Meneses op. cit.), que lo
actividades ceremoniales, comerciales, productivas, convierten en un centro religioso de especial valor único
estructura política, desarrollo de arte (música), que en su género en la costa norte del Perú. Este centro
expresan a una sociedad altamente organizada. Esta ceremonial del Formativo inicial, asociado al valle y a una
investigación abrió las puertas para el entendimiento sobre elevada montaña como paisaje, constituye la más clara y
lo que sucedió al final del Arcaico e inicio del Formativo remota evidencia del vigoroso surgimiento del urbanismo
en los Andes centrales, sobre todo en un escenario poco temprano en Lambayeque,y muestra como los grandes
explorado como es la arquitectura publica monumental y centros de culto están inspirados en armonía con el
de función ceremonial. La concentración de importantes paisaje.
asentamientos entre la costa y el valle medio en lugares Centros ceremoniales de esta magnitud, que
como Caral, Vichama, Bandurria, Végueta, Las Shicras, emergen en los años siguientes en esta región como:
Áspero, etc., constituyen un claro indicador de como Purulén, Corbacho, Guayaquil, Huaca el Toro, El Búho,
este territorio se convirtió en el escenario ideal para El Águila, Chumbenique, Poro Poro y Udima en el valle
este desarrollo que encuentra en la arquitectura y en su de Zaña, Morro Eten, Collud en el valle de Reque, Raca
entorno la expresión material del paisaje sagrado (Shady Rumi en Chongoyape, Huaca Lucia en el valle La Leche
2003). y Boliches en el valle de Olmos, todos ellos como parte
Al abordar esta compleja combinación de elementos del explosivo apogeo que toma la religiosidad y que se
urbanos y ceremoniales, tiene sentido en varios aspectos expresa en edificios y parajes que son centros del poder
reflexionar sobre la perspectiva de la arquitectura como político y culto religioso, escenarios sagrados para los
escenario simbólico (Shimada 2014a:53-54), es decir rituales durante los 1500 años a.C. Esta época asociada
cuando esta revela un mensaje como el caso de la forma a una agricultura desarrollada, con técnicas alfareras y
del puma para el Cuzco (Shimada 2014a [Gasparini y sofisticadas obras orfebres, así como jerarquías sociales
Margolies 1980; Hyslop 1990; Rowe 1968 y Zuidema y una estructura sociopolítica estrictamente religiosa y
1983]), o como el símbolo de la montaña y la ola, tan de fundamento teocrático, asociada tradicionalmente
recurrentemente representado en el arte Mochica y con una deidad ancestral que se configura como la
Lambayeque que alude al tema del poder y el agua divinidad felínica con atributos de serpiente, ave rapaz
(Bock 2003 y 2012). Un aspecto que hay que destacar en y ser humano, conocida como: Falcónida. Esta imagen
la arquitectura temprana de Lambayeque, es que se ha aparece frecuente y recurrentemente representada en la
documentado científicamente un templo perteneciente al arquitectura así como en la producción material.
Formativo Inicial, se trata de un singular centro ceremonial 43
cuya construcción ubicada en la parte baja del cerro
Ventarrón en la margen norte del rio Reque, el mismo que
Fig. 3.
corresponde a un edificio pintado de varias fases, con
Chavín de Huántar,
típicos rasgos de arquitectura publica y convertido en el escenario sagrado.
reflejo del discurso religioso de la época (Alva Meneses
2012). El funcionamiento de este extraordinario edificio,
estuvo vinculado no solo a actividades rituales de elevado
contenido ideológico, sino que la población desarrolló Fig. 4.
Templo de Pacopampa,
una agricultura con algodón, usó productos traídos de la
escenario del Formativo medio.
zona amazónica y mantuvo una conexión con el litoral del
En los Andes centrales existen extraordinarias Poemape excavados por Carlos Elera (1993 y 1998).
evidencias que permiten demostrar que la arquitectura Todos estos centros ceremoniales concebidos en un
monumental se convierte en esta época en el escenario espacio sagrado vinculados al agua, con un modelo
público principal para asegurar la presencia de la elite arquitectónico que es el reflejo de la arquitectura con
sacerdotal que transmite la liturgia y conduce los rituales. planta en “U”, plaza delantera cuadrangular, acceso
En la región norte de los Andes, existen casos concretos, mediante escalinata empotrada ubicada al centro del
como son los centros ceremoniales de: Montegrande, edificio principal (Figura 3).
Kuntur Wasi excavados por la misión japonesa dirigida Al analizar la configuración, emplazamiento y
por Yoshio Onuki (Onuki 1997), Pacopampa investigado distribución de estos centros ceremoniales del Formativo
bajo la dirección de Yuji Seki (Seki et. al. 2010 y Seki en la costa y sierra norte del Perú, debemos reflexionar
2014), Poro Poro y Udima excavado por Walter Alva y si cada uno de estos centros fue autónomo y sirvieron
Susana Meneses (Alva 1985), posteriormente en una como centros sociopolíticos religiosos de un grupo
nueva temporada por Walter Alva y Emma Eyzaguirre social (Burger y Salazar 2014:308), o es que pueden
(2012), Purulén (Alva 1985), Templo El Rollo en el rio ser interpretados como lugares sagrados o huacas
Paltic (Wester et. al. 2000), La Congona excavado por conmemorativas de ancestros y fuerzas míticas y/o
Walter Alva y Emma Eyzaguirre (2013), Morro Eten y supernaturales responsables de la prosperidad de la

44
comunidad (Burger y Salazar op. cit.). Otro elemento que que podemos citar son: Kuntur Wasi, Pacopampa (Figura
es necesario destacar, especialmente en los edificios 4), El Rollo y Udima por citar los más reconocidos. Este
del periodo Formativo en la Sierra norte del Perú, es breve recuento de los grandes centros ceremoniales
que la gran mayoría están asociados a una ubicación del periodo Formativo en el norte (costa y sierra),
estratégica en una ladera plana de la montaña, mirando permiten demostrar que el rasgo de escenario sagrado
al escenario donde se ubica un rio o cauce de una no solo estaba marcado por la monumentalidad de la
quebrada, y estos a su vez tienen en el interior de la construcción, sino que estos se asocian a una geografía
construcción monumental principal una trama de canales o paisaje sagrado. Las ceremonias religiosas más
subterráneos (Onuki 1997, Seki et. al. 2010 y Seki 2014; importantes se desarrollaban en estos lugares, donde
Alva 1985, Wester et. al. 2000), que se articulan como un la elite sacerdotal transmite su discurso con una liturgia
tejido que genera la circulación del agua, en una mágica que se mezcla con gestos, acciones y ornamentos
escena de culto al agua y a su vez a la fertilidad agrícola. que contribuyen a legitimar los rituales, el poder y la
Esta trama de canales subterráneos da la idea que el naturaleza sagrada de estos espacios arquitectónicos en
edificio se constituye en un centro que genera el agua, el cual su entorno formo parte del ámbito ceremonial.
la misma que se precipita hacia el exterior como parte
del ritual simbólico al agua elemento sagrado. Casos

45
Dos elementos complementan esta reflexión, el Hacia los primeros años de la era cristiana, durante
primero es que en esta época surge un singular y el periodo conocido como Desarrollos Regionales
peculiar estilo de cerámica fina (Chavín y Cupisnique), Tempranos o Periodo Intermedio Temprano (Lumbreras
que se convierte en el espacio donde el discurso ritual 1981 y Rowe 1962), desarrollado entre los años 500
es transmitido por la clase sacerdotal a la población; a.C. hacia 850 d.C., se producen profundos cambios
el segundo es el impresionante despliegue para lograr en los Andes centrales, que son el resultado de un
bienes confeccionados en oro, plata y platino que proceso de deterioro, extinción o declinación del sistema
deslumbran por su calidad tecnológica pero que revelan político y religioso instaurado en el Formativo, producto
en superficie un conjunto de imágenes religiosas de también del crecimiento poblacional, el insospechado
extraordinario impacto, prueba de ello son los materiales aumento de la productividad agrícola, pero sobre todo
provenientes de Chongoyape, Corbacho, Kuntur Wasi, El el surgimiento de entidades políticas marcadamente
Rollo (Figura5) y Pacopampa. Sin duda estos materiales regionales con legítimas aspiraciones de independencia
certifican la especialización y elevada productividad, y e identidad propia (Canziani 2012: 179). Esta época,
se convierten en la señal del prestigio de la compleja plenamente caracterizada por notables resultados
estructura sociopolítica que emerge en esta época y que artísticos, especialmente en cerámica, metales, textiles
va a mantenerse con ciertos cambios en el siguiente y arquitectura monumental, de carácter administrativo
milenio.

46
y residencial, constituye la verdadera época clásica o en el escenario ideológico donde aparece un nuevo
conocida como la época de los maestros artesanos discurso o libreto cargado de imágenes y escenas,
(Lumbreras 1969). Un importante elemento para este en las que deidades mayores y menores protagonizan
proceso lo constituye sin duda el manejo profesional e interactúan en solemnes actos que tienen singular
del agua, a través de sistemas de riego masivo que impacto en la vida de la sociedad y que se convierten en
incorporó grandes extensiones de campos que elevaron el vehículo más dinámico para lograr el sometimiento y/o
la productividad y transformaron la base económica de convencimiento de la población hacia la elite que se halla
las sociedades de dicha época (Canziani op. cit.), y que en la cúspide de la estructura jerárquica. Aparece una
alteraron sensiblemente el paisaje del bosque costero. “nueva cosmovisión” (Canziani 2012), que marco con
Como consecuencia de este proceso, aparecen mayor énfasis las diferencias sociales entre aquellos que
colosales construcciones de adobe y barro en forma de gozan del poder y controlan los recursos bajo un sistema
estructuras escalonadas, tronco piramidales, edificios institucionalizado calificado como Estado (Castillo 2000,
elevados de lados inclinados, con rampas de acceso Uceda 2000, Shimada 2014a, Canziani 2012 y Makowski
asociados a grandes plazas, algunos de ellos con 2008), frente a quienes se hallan al servicio de la clase
fachadas decoradas con relieves policromos con escenas gobernante.
religiosas complejas donde deidades, líderes, ídolos y Los grandes edificios que se construyeron,
ancestros presiden estas fachadas como distintivo del especialmente en la costa norte durante la época Mochica,
carácter sagrado y venerable de estos monumentos, fueron el reflejo del poder que habían logrado las elites,
donde las elites ejercían el poder que se reafirmaba y el control de la productividad, solvencia económica
legitimaba en los rituales presididos por sacerdotes para el desarrollo de obras públicas, pero sobre todo el
y sacerdotisas (Castillo 2000 y 2003) y (Uceda 2000), convencimiento que habían obtenido en las comunidades
que formaban parte de una clase distinguida que tiene adyacentes. Estas construcciones fueron escenarios
el privilegio de usar todo un conjunto de bienes para sus para grandes ceremonias instauradas en un calendario
ceremonias y que accede en forma exclusiva a la liturgia ceremonial, fueron también lugar para la concentración
más selecta de la religiosidad de esta época. Otro aspecto masiva de grupos que presencian y participan de
fundamental es la aparición de pequeños ejércitos a ceremonias claves como sacrificios humanos (Bock 2012)
manera de una elite militar, cuyos integrantes forman parte y culto a los muertos. Las plataformas de adobe y barro
también de la nobleza gobernante. Existen evidencias fueron también espacios sagrados para el enterramiento
que en el entorno de estos centros ceremoniales, de los señores y de su linaje más próximo, donde eran
residían los más expertos artesanos encargados de sepultados con sus bienes, patrimonio político y religioso
confeccionar los bienes más finos y valiosos que usaban con el que arriban al inframundo; casos conocidos son
las elites (Uceda 2000). Un elemento muy importante los documentados en las tumbas de: Sipán (Alva 1994 y
que debe remarcarse, es que los cambios drásticos que 1999), San José de Moro (Castillo 1993, 1996 y 2000), 47
se operaron en esta época tienen visible repercusión Huaca Cao (Franco 2008), Ucupe Pueblo (Bourget
2008), Sacerdote Guerrero del valle de Virú (Strong y
Evans 1952), La Mina (Narváez 1994), tan solo por citar
los casos donde ha existido una excavación arqueológica
Fig. 5. científica.
Templo El Rollo, escenario
sagrado del Formativo medio.
La arquitectura monumental en la costa norte función de templo-mausoleo y espacio para que estos
durante la época Mochica, estuvo expresada en dignatarios vivan por siempre convertidos algunos
reconocidos edificios como: Huacas El Sol y La Luna, de ellos en ancestros recordados y venerados. Un
Galindo, Huancaco, Pañamarca, Mocollope, Huaca importante fundamento y complemento que justifica a
Cao, Dos cabezas, Pacatnamu, San José de Moro, este despliegue en la construcción de estos edificios, lo
Ucupe Pueblo, Sipán , Pampa grande (Figura 6), Santa constituye en la época Mochica la difusión de conocidas
Rosa de Pucala, Huaca Bandera de Pacora, entre escenas o temas, plasmados en el arte Mochica (Donnan
otras, que mantienen características comunes como 1975), en las que destacan impresionantes ceremonias
edificios elevados mayormente de lados inclinados, con como La Presentación, El Entierro (solo por citar los
grandes rampas de acceso, plataformas superpuestas, más emblemáticos), que debieron demandar de grandes
fachadas decoradas, recintos techados, altares, tronos, escenarios y espacios arquitectónicos, que se convierten
escaleras que conectan recintos a desnivel; todos estos en lugares sagrados donde se reafirma la religiosidad y
articulados bajo un claro y definido diseño y concepto se consolida el poder de la clase gobernante. Hay que
48 simétrico y volumétrico. La idea generalizada de estos destacar que la arquitectura cumple un rol fundamental
monumentales espacios arquitectónicos, es que fueron en esta composición iconográfica donde aparece
destinados principalmente para actividades rituales que representada como escenario sagrado.
transmiten el poder de los gobernantes, algunas de estas En las proximidades a las grandes construcciones se
ceremonias eran públicas y otras privadas o restringidas. ha documentado por ejemplo en Huaca de La Luna (Figura
Así mismo, se estima que en algunos de estos lugares 7), residencias de elite en un área denominada núcleo
se emplazaban exclusivas residencias para la realeza, urbano, estas corresponden a complejos asentamientos
es decir, que podían tratarse de palacios o templo- planificados con espacios diferenciados en cuyo interior
residencia. No obstante, es importante destacar que en reside un personaje de estatus privilegiado (Tello 1998),
varios casos se ha documentado arqueológicamente (Armas et. al. 2000),( Montoya et. al. 2000) y (Uceda
que estos escenarios fueron destinados también para el 2008).
enterramiento de la elite sacerdotal, lo que significa la
En el territorio Mochica, hacia la época llamada y Castillo 2003). Esta etapa, está caracterizada por el
Moche Tardío (Castillo y Donnan 1994), se empiezan a paulatino descenso de las formaciones regionales,
producir algunos cambios, que fueron consecuencia del y una serie de cambios que afectan la esfera material
debilitamiento estructural interno (Rucabado y Castillo que se traduce en el surgimiento de nuevos patrones.
2003), que habría coincidido con los efectos de un gran Este es un proceso gradual definido a partir de estudios
meganiño (Shimada 2014a) y que estos se producen con estratigráficos y funerarios y ha sido bautizado como
la presencia de estilos importados, venidos del sur y de periodo Transicional, comprendido aproximadamente
la sierra norte (Wari y Cajamarca), a esta etapa se ha entre los años 750 y 900 d.C. (Rucabado y Castillo 2003).
calificado como el colapso de la sociedad Mochica (Proulx Las evidencias de materiales Wari en la costa norte han
1973, Wilson 1988, Castillo y Donnan 1994, Uceda y sido claramente definidas en el sitio arqueológico de San
Mujica 1994, Shimada 1994,Bawden 1996, Castillo 2001 José de Moro (Castillo 2003, 2008, 2011) y recientemente
en el sitio Castillo de Huarmey (Giersz 2014 y Makowski
2014); en ambos casos corresponden a bienes de
indiscutible factura Wari que han profundizado el debate 49
Fig. 6.
Pampa grande centro urbano sobre la naturaleza y carácter de la presencia Wari en el
del periodo Mochica Tardío en territorio Mochica norte y Mochica sur. Naturalmente, este
Lambayeque. proceso ha originado cambios que han sido definidos
para el caso de San José de Moro como la aparición de
Fig. 7. un periodo Transicional (Castillo op. cit), luego del cual
Relieve policromo en Huaca de se formalizan los Chimú al sur (territorio Mochica sur) y
la Luna, centro principal de la
Lambayeque al norte (territorio Mochica norte).
cultura Mochica en La Libertad.
De acuerdo a las evidencias con las que se cuentan, estilo alfarero de vasijas asa estribo generalmente de
todo hace indicar que el periodo Transicional trajo como cocción reductora, con imágenes relacionadas al mar la
consecuencia el surgimiento de lo Chimú y Lambayeque luna y una deidad ancestral llamada Taycanamo, el héroe
que se produjo entre los años 950 hacia 1400 d.C. en fundador descrito en la tradición oral de esta época.
una época conocida como Estados Regionales Tardíos Con respecto a la cultura Lambayeque, emplazada
(Lumbreras 1981) o Periodo Intermedio Tardío (Rowe en el territorio del mismo nombre y comprendida por
1962), que corresponde a un periodo de resurgimiento los valles de Olmos, Motupe, La Leche, Lambayeque
de las formaciones regionales que aspiran nuevamente y Zaña, la misma que ha sido estimada su cronología
a su identidad propia y la recuperación de su autonomía entre los años 850 al 1350 d.C. muestra un inconfundible
política de naturaleza territorial, acompañadas de estilo bajo la forma clásica del conocido huaco rey, que
los efectos que ocasionó el llamado colapso en el se difundió rápidamente por los valles mencionados.
área Mochica, con presencia de material importado Sin embargo, se conoce hoy que su influencia cultural
(Cajamarca y Wari). En el caso de la cultura Chimú, se extendió hasta Piura por el norte, y en los valles de
se conocen los cambios que se expresan en un nuevo Jequetepeque y Chicama por el sur (Mackey 2009);
modelo y diseño arquitectónico que tiene a Chan-Chan (Franco y Gálvez 2014); (Narváez 2014a) y (Prieto
como la capital y principal metrópoli de esta sociedad 2014), y hacia el este en la región Cajamarca (Wester,
y máxima expresión del urbanismo tardío en los Andes Martínez y Tandaypan 2000). La tradición oral definida
centrales (Canziani 2012), que se asocia a un peculiar por la Leyenda de Ñaymlap, generó interés en conocer

50
el valor de este relato y su relación con las evidencias su lugar original por lo que recibe un castigo y termina
arqueológicas, el debate sobre la validez sigue vigente y “sepultado” en el mar. Estos episodios nos interesan en
cada vez existen mayores argumentos con sustento que la medida en que los templos en el relato tienen una
prueban consistentemente la estrecha relación entre el condición sagrada y se convierten en escenarios donde
relato y las evidencias arqueológicas recuperadas. Es suceden los principales acontecimientos vinculados a la
importante señalar aquí lo que sobre este tema afirma élite política y sacerdotal.
Julio Rucabado (2008:185), en el sentido de que antes Las evidencias arqueológicas en el territorio de la
que un recuento histórico de datos fidedignos guardados cultura Lambayeque en el aspecto urbano arquitectónico,
en la memoria, la tradición oral sobre Ñaimlap, habría dan cuenta de un proceso de continuidad de las antiguas
tenido un rol político para legitimar el poder de las formas de sus antecesores: los Mochicas; es decir,
estructuras sociales existentes. se mantiene la construcción de grandes edificios a
Esta propuesta resulta interesante, hasta el punto manera de plataformas superpuestas, con rampas de
en que el discurso del relato se transforma en un acceso directas e indirectas, lados inclinados, formas
argumento para dar legitimidad a una elite o a un grupo escalonadas, asociadas a plazas delimitadas con muros
de familias que detentan el poder en este territorio. Sin perimetrales, con altares en la parte superior, muchos
embargo, hay que hacer notar que en esta narración de ellos con postes que soportaban techos a una y dos
es donde precisamente se citan nombres de lugares, aguas, fachadas con elementos decorativos en la forma
personas y escenarios en los cuales suceden hechos y de relieves, pinturas polícromas con escenas simbólicas
acontecimientos que al constatar su valor hallamos que que aluden frecuentemente al tema marítimo y lunar,
algunos de ellos corresponderían a la realidad. Pero pero sobre todo constituyen reflejo y consecuencia de
además, no deja de inquietarnos el hecho que en este que los viejos modelos mochicas tienen vigencia aún
relato se habla de un templo que se construye (Chot), a pesar de los profundos cambios producidos, sobre
donde se produce un hecho fundacional que a su vez todo en asentamientos a manera de grandes centros
se puede interpretar como un hecho de naturaleza urbanos como: Pomac, Túcume, Apurlec, Pátapo, Luya,
política pero también religiosa; o el caso de la muerte Collique, Úcupe, Chotuna – Chornancap, La Pava,
de Ñaymlap que se encierra en un recinto donde se Los Perros, Solecape, Mirador, Mocce entre otros que
deja morir y le salen alas y vuela, o el de Ceterni para forman una configuración urbana íntimamente ligada a la
quien Ñaymlap mando a construir su palacio-templo estructura ideológica y de producción agrícola, es decir
en un lugar que hasta la fecha sigue siendo materia de los emplazamientos constituyen los principales valles de
debate y que bien podría tratarse de Chornancap, como la región Lambayeque (Figura 8, 9 y 10).
lo sostiene Zevallos (1993). Es importante el hecho de Lo que reafirma la propuesta de que los escenarios
que Tempellec o llamado Fempellec traslada el ídolo de principales en el ámbito nuclear y territorial de la cultura
Lambayeque estuvieron articulados a los valles y al 51
Fig. 8. mar como condición fundamental y que la configuración
Vista parcial del Santuario monumental y urbana obedeció a una estructura socio
Histórico de Pomac.
política estatal descentralizada, pero articulada por un
discurso o liturgia que unifica los conceptos políticos
Fig. 9. y religiosos que se expresan en modelos, formas,
Complejo Monumental de patrones y estructuras arquitectónicas que mantiene
Túcume. relación durante un periodo importante de esta sociedad.
Shimada (2014a), sostiene que el centro político o
Fig. 10. centro cívico (Sicán) personificaría y/o materializaría un
Huaca Chotuna.
símbolo sagrado que se constituye en un rasgo difundido
en los centros ceremoniales andinos. Se refiere a que templo mausoleo y morada de los ancestros (Shimada op.
el complejo arqueológico del Bosque de Pomac estaría cit.). Otra razón y argumento para que estos escenarios
configurado tomando la forma de la silueta del “tumi” tengan la condición sagrada, lo constituyen los elementos
que simboliza el control sobre la vida. Esta propuesta decorativos que se colocan en las fachadas principales,
radicaría en el hecho de que el tumi como un bien en los accesos a las plazas ceremoniales en los altares,
material usado en rituales de sacrificios no solamente entre otros y que concurren en un discurso que recuerda
es un elemento representativo, sino que está asociado el contenido de la tradición oral de la historia de Ñaymlap
a los rituales de sacrificios humanos que precipitan el y su descendencia.
52 corte en el cuello para la emanación de la sangre que El caso del Complejo Úcupe resulta excepcional,
se convierta en agua que fertiliza la tierra. A pesar de porque se trata de una plataforma con fachada mirando
nuestra evidente discrepancia con esta propuesta, al este, en cuya superficie frontal principal fueron
coincidimos en el hecho de que estos escenarios son excavados los murales polícromos que constituyen uno
espacios arquitectónicos sagrados, porque constituyen de los hallazgos más importantes del arte mural que
un territorio donde las élites desarrollan sus actividades sobre la cultura Lambayeque se conoce (Alva 1984). El
rituales y cotidianas, pero cuando mueren son sepultados investigador ha postulado la idea de que este templo o
junto a las plataformas principales que se convierten en centro de culto y/o peregrinaje, pudo haberse constituido
en un escenario sagrado centro de actividades rituales se hallaba emplazada en la margen sur del río Reque
trascendentales presididas precisamente por quienes próximo a su desembocadura en el litoral y el caso de
aparecen en las fachadas como personajes del más Chornancap emplazado cerca al litoral y próximo a la
alto estatus y que estos forman parte de una sucesión desembocadura del río Lambayeque (anteriormente
dinástica de señores que encarnan a la descendencia llamado Faquisllanga). Esta condición de ubicación de
del mítico Ñaymlap (Alva 1984). Recientes excavaciones un templo importante entre la desembocadura de un
en el mismo lugar (Alva y Alva Meneses 2011) han río en el mar, no obedece a un hecho fortuito sino a
ratificado el concepto sagrado de este sitio arqueológico un requisito de naturaleza probablemente religiosa y a
y la estrecha relación que tiene con algunos elementos una condición territorial, y nos permite sostener que la 53
que se formulan en la tradición oral sobre Ñaymlap. ubicación de los lugares sagrados obedecen a un modelo
Este escenario es uno de los pocos edificios que en preestablecido, que se repite en otros lugares, y que
el territorio de la región Lambayeque se encuentran asocia edificios importantes con un espacio o contexto
próximos al litoral del pacífico y precisamente paisajístico que está determinado por el cauce del río
emplazados en la cercanía de la desembocadura de un y su desembocadura en el litoral, casos como Úcupe,
río en el mar, en este caso en la desembocadura del río El Taco y Chornancap, constituyen un claro ejemplo de
Saña; semejante a lo que sucede con Huaca El Taco que como la élite gobernante Lambayeque establece que los
templos cercanos al mar con acceso al este, deban tener Especial énfasis debemos poner en el caso de
cercanía al punto de la desembocadura de un río como Chotuna y Chornancap, cuyo paisaje está dominado por
si este emplazamiento hiciese recordar a la tradición oral el entorno agrícola pero sobre todo por la proximidad al
cuando se habla del arribo de Ñaymlap y la construcción mar. Los volúmenes arquitectónicos de Huaca Chotuna,
del templo de Chot, junto a la desembocadura del río Huaca Susy, Huaca de los Sacrificios, Huaca de la Ola
Faquisllanga (Cabello de Balboa 1951:928 [1586]). Antropomorfa y Chornancap forman parte también de
El Complejo Túcume, resulta ser uno de los más los conceptos arquitectónicos y formales del esplendor
emblemáticos que se conoce para la cultura Lambayeque, del urbanismo de la época Lambayeque, pero son el
porque en este escenario próximo a un valle como el río claro reflejo del afianzamiento del poder y capacidad
La Leche, aparece un componente importante como parte administrativa, productiva y las relaciones que habrían
del paisaje arquitectónico: el Cerro La Raya, llamado logrado desarrollar las élites emplazadas en este
también Cerro Purgatorio, que se constituye en el centro territorio. No se trata de un conjunto de familias que
del espacio urbano arquitectónico en el núcleo de esta dependen de una capital central, estamos ante varios
configuración monumental o en el “axis mundi” (Narváez centros emplazados estratégicamente en los valles
2011). Algunas de las plataformas de este complejo de esta región que comparten una tradición religiosa,
monumental como por ejemplo Huaca 1, Huaca Larga, así como fundamentos de carácter político y modelos
Huaca Las Balsas, muestran elementos decorativos de arquitectónicos.
extraordinaria calidad artística y cromática que exhiben Huaca Chotuna que es un volumen constructivo
un repertorio donde el universo marítimo, el espacio masivo con rampa circunferencial orientada al oeste
celeste y el escenario terrestre convergen y revelan con un apéndice alargado al norte, con una cima para
incuestionablemente que estos lugares fueron espacios actividades rituales, se constituye como fiel reflejo
sagrados que transmiten en las fachadas escenas del semejante a Huaca El Loro en Batán Grande que
54 mundo religioso y la mítica lambayecana. Las cuatro fases resulta ser un modelo similar con la única variante de
identificadas en huaca Las Balsas, asociadas a superficie que la rampa en Chotuna se desplaza con trayectoria
de relieves (Narváez 2011) reafirman la relación de los oeste, norte, este y accede a la cima y en el caso de
elementos de aves, el mar y seres sobrenaturales que Huaca Loro inicia en el oeste, accede al sur asciende
interactúan en estos escenarios sagrados. por el este hasta llegar a la cima; esta semejanza del
emplazamiento, orientación y modelo constructivo obedece 1.2 Rituales funerarios de élite como
a un principio religioso donde el eje lunar y solar expresión de poder.
convergen (este y oeste), donde el eje norte y sur se
mantiene opuesto y el acceso proviene del oeste es decir Las investigaciones arqueológicas en las últimas tres
desde la dirección del mar que es de donde arriban estos décadas han abierto una línea de trabajo principalmente
hombres. Además cerca a ambos edificios en el lado nor- orientada a entender el estudio de la muerte a través
este se emplaza una plataforma rectangular con planta de los vestigios materiales pertenecientes a las culturas
en “T” cuya rampa se orienta hacia el lado este; para del antiguo Perú (Kaulicke 2000). Tal parece que los
el caso de Huaca Chotuna tenemos a la Huaca Susy contextos funerarios constituyen uno de los principales
y para Huaca El Loro tenemos la Huaca El Ingeniero, focos de información sobre los rituales, jerarquías
ésta configuración espacial es semejante para Chotuna políticas, religiosas, estatus socio económico, relaciones
y Huaca Loro, y revela la existencia de modelos que macro regionales, comercio, tecnología de producción,
obedecen a patrones religiosos y que los convierte en mitología, religiosidad y actividades sacrificiales, entre
espacios concebidos como: escenarios sagrados, que otras. Todo este conjunto de actos y acciones estuvieron
tienen también connotación dual. orientadas a ratificar la histórica vocación de las
Chornancap ubicada en la proximidad del litoral, sociedades antiguas por mantener en el mundo de los
presenta no solo en su concepción arquitectónica el vivos el culto a los muertos.
modelo de edificio de planta en “T” con rampa al este,
sino que muestra en su arquitectura asociada al edificio,
el concepto dual, donde el escenario político determinado
por el trono y el patio de las pinturas polícromas se ubica
al norte y el área de la residencia de élite y mausoleo
de la Sacerdotisa se ubica al sur; espacio opuesto 55
pero complementario a la vez que revelan el profundo
significado religioso que adquieren los escenarios de
condición sagrada, que desde el inicio de la arquitectura
temprana en los andes muestra un binomio entre
religiosidad y paisaje.
Al respecto es importante reflexionar sobre las complejidad de los rituales, sino la riqueza del contenido
razones que conducen a una sociedad a establecer el donde aparecen objetos que intencionalmente fueron
ritual funerario como una actividad fundamental, así como colocados cumpliendo un orden de ubicación que alguien
cuáles son las implicancias que tiene lo que se denomina les dio para un fin específico (Castillo 2000:104). Si nos
como la “culturización” de la muerte (Kaulicke 2000). Esta remitimos a las tumbas de elite excavadas en la región
consiste en convertirla en una serie de acontecimientos Cajamarca, por la Misión Japonesa en Kuntur Wasi (Onuki
continuos, cuya finalidad es la reinserción de los muertos 1997), podemos comprobar no solo la impresionante
en la sociedad bajo nuevas formas y funciones, en calidad tecnológica de los objetos sino el repertorio de
algunos casos bajo la denominación de ancestralidad. imágenes grabadas en finos y sofisticados bienes de oro
(Kaulicke op. cit.). que más allá del valor del metal precioso se constituyen
El episodio de la muerte, ha sido objeto de especial en obras de profundo contenido simbólico que permiten
estudio, porque está más allá de su sentido biológico, documentar la identidad y roles de quienes las uso en
se convierte en un elemento social muy dinámico por vida. Estos contextos funerarios no solo contienen un rico
todas las actividades que involucran; más allá de la ajuar sino que además están ubicados en la plataforma
jerarquía del individuo la muerte convoca la presencia de principal del templo de Kuntur Wasi asociadas a las fases
grupos humanos, genera una reacción emocional, social, Copa (550-250 a.C.) y Kuntur Wasi (800-550 a.C.), que
política y religiosa. Naturalmente que en el área andina, adquiere la connotación de lugar sagrado.
el culto a los muertos constituye paradójicamente una de En el sitio arqueológico Pacopampa, ubicado en
las actividades más complejas en el mundo de los vivos, el centro poblado San Pedro de Pacopampa, distrito
más aun si el individuo ostentó en vida un estatus o de Querocoto, provincia de Chota, departamento de
jerarquía política y religiosa que hace que el episodio de Cajamarca, a una altitud de 2500 msnm, fue excavado
la muerte se convierta en ese vehículo de tránsito entre en el año 2009 un importante entierro correspondiente
el mundo de los vivos y de los ancestros (Uceda 1996; a una mujer de 25 a 39 años, perteneciente a la elite
56 Hocquenghem 1987, Donnan 1978 y Bourget 1994). del periodo Formativo de esta zona. (Seki 2014). Este
Las evidencias que se conocen en prácticas contexto funerario correspondiente a una mujer de elite
funerarias de elite en América Andina revelan no solo la de Pacopampa (Figura 11), se convierte en un importante
antecedente de tumbas de mujeres de rango y jerarquía, esto demuestra la función y la relación que tenían estos
que son sepultadas en los escenarios sagrados de bienes con el estatus e identidad de los individuos.
su tiempo (Pacopampa) y que refuerza el estatus del No cabe duda que los hallazgos arqueológicos sobre
edificio, pero que también generan la idea de que la la cultura Mochica, dan cuenta de una sociedad con un
elite desarrollaba acciones para legitimar la presencia insospechado desarrollo tecnológico y artístico que
de mujeres en la estructura sociopolítica en los andes emergió en el territorio norte del Perú, entre los siglos
centrales. I al IX d.C, son incuestionables los contextos funerarios
Es oportuno recordar, que entre la década del sesenta provenientes de las diversas Tumbas excavadas en
y setenta del siglo pasado, Terence Grieder excavó un Sipán (Alva 1994, 1999), las Tumbas de las Sacerdotisas
importante contexto funerario intacto, correspondiente a en San José de Moro (Castillo 2011), los hallazgos en
una mujer de elite de la cultura Recuay, fechada entre el Complejo El Brujo con la denominada Dama de Cao
los años 400 a 650 d.C.(Grieder 1978). El contenido de (Franco y Gálvez 2005), los sorprendentes trabajos en
la tumba, corresponde a un personaje femenino que el Complejo Huaca El Sol y Huaca de La Luna (Uceda
estaba asociado a tupus y piruros entre sus principales 2000), el hallazgo de la Tumba del Sacerdote Guerrero
ofrendas y demuestra como ciertos elementos de la de Virú (Strong y Evans 1952), y las excavaciones en
tumba enfatizan la condición del individuo sepultado el Complejo Ucupe Pueblo con la Tumba del Guerrero
su rol y naturalmente el estatus. Al respecto hay que de Úcupe (Bourget 2008), todos estos eventos
recordar que los tupus son bienes que destacan en el arqueológicos han recuperado la versión material e
vestuario de una mujer en la época prehispánica y que inmaterial de los Mochicas, han permitido construir el
estos suelen ser un elemento indicador para asociar el entendimiento del origen, desarrollo y colapso de esta
género del personaje sepultado. Guamán Poma de Ayala sociedad, pero han generado también la excepcional
(1936 [1613]) en el documento Nueva Crónica y Buen oportunidad de entender el significado de las imágenes
Gobierno, destaca en una de sus imágenes a una mujer y representaciones que con frecuencia y reconocida
como la primera Coya Mama Huaco sentada en un trono calidad aparecen en las botellas asa estribo pintadas 57
con tres mujeres que la acompañan, dos de ellas llevan bajo la técnica de línea fina.
un tupu y Mama Huaco lleva dos tupus sobre el pecho,
Cuando abordamos el estudio de los rituales convierte en una “oportunidad” que permite protagonismo
funerarios y los contextos que lo configuran, partimos del de las elites que trascienden en la población, logrando
hecho que un enterramiento es un proceso “intencional” mayor cohesión religiosa y sobre todo dependencia para
(Castillo 2000), cuyo punto de inicio es la muerte del participar de estos actos y renovar la fe en sus deidades
personaje a sepultar, el mismo que aparentemente (Castillo 2008).
no tiene decisiones sobre el tipo de sepultura, lugar, Si examinamos el panorama del ritual funerario,
acompañantes, objetos que serán colocados como presumimos como bien lo señala Christopher Donnan
58 ofrendas y su ritual de enterramiento, en fin todo el (1995), véase también el trabajo de Luis Jaime Castillo
conjunto de hechos que envuelven la circunstancia de (2000), que para entender los enterramientos Mochicas
la muerte y que la transforman de un suceso inevitable es indispensable analizar cinco aspectos básicos:
a una ceremonia pública. No obstante, el episodio del primero, la preparación del cadáver; segundo, el envoltorio
enterramiento como ceremonia de culto a los muertos, ha funerario; tercero, la estructura funeraria; cuarto, cantidad
tenido en las antiguas sociedades de América Andina un y calidad de ofrendas; y quinto, la localización de la
especial énfasis sobre todo en el escenario público con tumba. Estos indicadores, deberán ser considerados en
el propósito de perennizar la memoria del personaje que forma simultánea y no de manera aislada con el propósito
va al encuentro de los ancestros, y con la clara intención de establecer con mayor rigurosidad la posición social o
de mostrar a su pueblo el poder y religiosidad de estos estatus de los individuos (Donnan op. cit.). Evidentemente
individuos más allá de la vida. Al parecer, la muerte aunque éstas condiciones existan, hay decisiones que
como proceso ceremonial de repercusión ideológica se se toman en el momento de la muerte y después de ella,
que son asumidas por quienes ejecutan el ritual, que estudio de antropología física de esta tumba determinó
constituye un acto público de implicancias religiosas y de que el personaje principal tenía una edad mayor de 60
indiscutible impacto político y social. (Castillo 2000:111) años (Figura 12), que supera la esperanza de vida de
La arqueología de la costa norte, ha logrado en la época. El señor de Virú fue entonces un hombre muy
los últimos 30 años, definir con mayor aproximación viejo para la época, un record para el mundo Mochica,
los modelos de enterramiento e identidades de los comparable solo al “viejo Señor de Sipán” (Mogrovejo
personajes sepultados, evidentemente que mientras más 2008:296).
objetos son colocados en la sepultura, existen mayores Las tumbas de elite nos permite confirmar
condiciones de acercarnos a la función del personaje. categóricamente que el enterramiento de personajes
Así por ejemplo, las tumbas de los personajes de Sipán de estatus de la elite Mochica, no solamente tiene
obedecen a un patrón determinado de tipo de sepultura, la jerarquía por la cantidad de bienes y el brillo de los
posición, acompañantes, tipos de ofrendas, estilos, entre ornamentos que acompaña su sepultura, sino el evento
otros (Alva 1994). Similar circunstancia se presenta en del enterramiento está íntimamente relacionado a una
las tumbas de las sacerdotisas de San José de Moro edificación que al recibir la sepultura se convierte en el
(Castillo 2008), tumba del personaje de Úcupe, (Bourget mausoleo y escenario sagrado para la vida permanente de
2008), la Dama de Cao en el complejo El Brujo (Franco este individuo que se transformará en el ancestro mítico,
y Gálvez 2005), y el Sacerdote Guerrero en Virú (Strong que habría recibido actos conmemorativos a su memoria.
y Evans 1952). Si hay algo común en estas tumbas es Sin embargo, hay que precisar que en la década del 80
la extraordinaria calidad tecnológica e informativa de los del siglo pasado ha resultado sumamente extraordinaria
objetos asociados, que forman parte de los contextos, así para la arqueología peruana en razón a que se realizan
como la correlación de los personajes con los existentes a partir de 1987 una serie de sucesivos descubrimientos
en la iconografía Mochica. Otros elementos comunes y hallazgos de tumbas de elite en el sitio arqueológico
son la existencia por ejemplo de los ataúdes de madera de Sipán, donde, los arqueólogos del Museo Brüning
y caña, la posición y orientación de los sepultados, encabezados por Walter Alva, Luis Chero y Susana
hornacinas en los lados de la tumba, individuos como Meneses (Alva 1994) tuvieron la difícil responsabilidad
acompañantes (eventualmente ofrendados), o tal vez
séquitos, guardianes de la tumba, entierros secundarios,
ofrendas de camélidos, perros, serpientes, techo de viga
de algarrobo, entre otros componentes que ayudan y
contribuyen a reconstruir el escenario funerario así como Fig. 11.
Dama de Pacopampa.
el ritual desarrollado.
En el caso de las tumbas de élite en la época Mochica a
pesar de que habrían existido ciertas “convenciones” sobre 59
las formas, modelos y estructuras de los enterramientos Fig. 12.
Tumba del Guerrero de Virú.
de elite, existen marcadas diferencias que son el reflejo
de los territorios mochicas norte y sur (Castillo 2000). Sin
embargo, uno de los primeros episodios funerarios de Fig. 13.
elite excavados científicamente corresponde a la tumba Tumba del Señor de Sipán.
intacta de elite Mochica del llamado Sacerdote Guerrero
de Virú (Strong y Evans 1952), conocido también como
Sacerdote Lechuza de huaca de la Cruz (Mogrovejo 2008),
que por razones que desconocemos se ha ido perdiendo
de la memoria colectiva de la arqueología peruana. El
de documentar científicamente uno de los tesoros determinada acción que llamamos: Poder. Además se
funerarios más importantes que América andina habría ve sustantivamente fortalecido cuando el personaje es
conocido en ese momento (Figura 13).El investigador, presentado o aparece en un determinado escenario
(Alva 1994), motivado por los impresionantes objetos público con sus bienes y que puede convertirse en el
arqueológicos recuperados, interpreta el significado de destino de su sepultura. En el caso de Sipán podemos
60 los bienes, primero bajo la condición de que pertenecen reconocer en este santuario que la plataforma donde han
a un alto dignatario que desempeñó roles específicos sido excavados los personajes de élite, corresponde a lo
que denomina autoridad militar, política y religiosa, que se denomina Mausoleo Real (Alva op. cit).
dejando naturalmente la posibilidad de entender que las Los años siguientes a este descubrimiento le
tumbas de elite con su extraordinario contenido no solo seguirían otros más como la Tumba del Sacerdote,
pueden constituir un compendio de arte y tecnología, Viejo Señor de Sipán, Noble Guerrero, hasta la Tumba
sino que permiten reconstruir la vida de estos personajes 16 de un importante Jefe Guerrero que confirma que
sus funciones, las actividades ceremoniales en la que este escenario sagrado llamado plataforma de Sipán,
participan y a que elementos se asocian; claro está que fue en su tiempo el lugar para el enterramiento de la
nada fuese posible si el individuo muerto en la sepultura más alta jerarquía militar, política y religiosa de la época
con sus bienes pero vivo en el inframundo no hubiese Mochica entre los siglos III y IV d.C. Si hacemos un
tenido esa autoridad, que le permite llevar a cabo una balance de las excavaciones arqueológicas que sobre
61
contextos funerarios se han realizado en los últimos 60 Donnan y Guillermo Cock, permitieron el inicio inmediato
años, encontramos que se han documentado más de 50 de una acción de emergencia, encargada al arqueólogo
tumbas de elite, pertenecientes al periodo Formativo, Alfredo Narváez Vargas. La tumba saqueada presentaba
Desarrollos Regionales, Wari, Reinos y Señoríos hasta la las paredes interiores pintadas con un mural polícromo
época Inca. Todas estas tumbas no solo son fantásticas con diseño geométrico y figurativo (Narváez 1994), donde
por la riqueza del contenido, sino que corresponden a aparentemente habían sido sepultados 5 individuos
personajes investidos de autoridad reconocidos como entre: un niño (7 y 10 años), una joven mujer (17 – 20
señores, sacerdotes, sacerdotisas, jefes guerreros años) un hombre joven (15 – 17 años), un hombre adulto
incluso, algunos de ellos de corta edad pero con el estatus (25 a 45 años) y un adulto mayor más de 50 años (Verano
probablemente adquirido desde el vientre materno y 1994:84); así mismo, un importante conjunto de objetos
reflejarían que esta investidura era transmitida como de oro y cobre dorado, así como exquisitas botellas de
una dinastía hereditaria de generación en generación. A cerámica. Uno de los objetos de oro perteneciente a esta
pesar de ello en el año 1989 otro suceso conmocionó la tumba y recuperado en el año 2006, corresponde a un
arqueología en la costa norte del Perú, una importante gran tocado que tiene la forma de un gran ornamento
tumba real de cámara de un personaje de elite fue frontal de oro laminado, repujado y recortado con restos de
violentamente saqueada en el sitio arqueológico La pintura, que representa la cabeza de una deidad felínica
Mina, ubicado en la margen sur de la parte baja del río con fauces de spondylus, ojos de turquesa y rodeado
Jequetepeque, en el sitio arqueológico La Mina, ubicado por ocho tentáculos serpentiformes que terminan en la
en el Cerro La Mina, distrito de Jequetepeque, provincia cabeza de la representación del reconocido “pez gato”
de Pacasmayo, región La Libertad. La intervención (Donnan 1999, Lám. 123), y donde uno de los lados de
de emergencia promovida por el Museo Brüning de estos tentáculos presenta una sucesión de triángulos
Lambayeque, la dirección del Instituto Nacional de calados que generan la impresión de un ser sobrenatural.
Cultura de La Libertad y el aporte valioso de Christopher En la década del 90 se produce un impensado
62
giro en los resultados que ofrecen las investigaciones tecnológico y documental. Las tumbas de San José de
arqueológicas en contextos funerarios de élite Mochicas Moro (Figura 14) con más siete Sacerdotisas excavadas
en la costa norte, y es que en el sitio San José de científicamente y pertenecientes a la época Mochica
Moro ubicado en el centro poblado del mismo nombre, y Transicional, han abierto el debate sobre el tema de
provincia de Chepén, región La Libertad, Luis Jaime género en las sociedades prehispánicas y los roles
Castillo y Christopher Donnan documentan en el año que estas mujeres desempeñaban, los mismos que
1991 la primera tumba de un personaje femenino de no dependen de su relación con un hombre (Castillo
la elite Mochica asociado a uno de los personajes 2000), aun cuando seguíamos pensando que el poder
más conspicuos de la iconografía Mochica (Castillo y estaba centralizado y monopolizado en los personajes
Donnan1994), (Castillo 2000, 2001 y 2008) y que se masculinos, las tumbas de San José de Moro, muestran
vincula con el personaje llamado: Personaje “C” del tema la dualidad del poder en vida y en la muerte, tanto a cargo
de la Presentación (Donnan 1975). de hombres como mujeres (Castillo op. cit).
Estas tumbas y su singular repertorio de bienes
generó evidentemente una nueva lectura del panorama
de la arqueología Mochica, sobre todo desde las tumbas Fig. 14.
de personajes de elite, en razón a que se incorpora de Sacerdotisa de San José de
manera categórica un componente insospechado que Moro.
es la presencia de mujeres protagonizando en la elite
política y religiosa, con poder que les permite movilizar Fig. 15.
recursos para la realización de grandes rituales donde Dama de Cao.
aparecen con diversidad de roles e identidades, con
los cuales son sepultadas en complejas tumbas, con
acompañantes y bienes de inestimable valor artístico,
63
Hacia el año 2004 la arqueología norcosteña se política y religiosa de la sociedad Mochica en la costa
ve sustantivamente fortalecida por la excavación de norte del Perú, pero sobre todo ayudó como los otros
un contexto funerario de una importante joven mujer contextos funerarios descritos a acercarnos al complejo
perteneciente a la elite Mochica hallada en el Complejo mundo ceremonial de los procesos de enterramientos de
Arqueológico El Brujo o Huaca Cao (Figura 15), que soberanos y soberanas, de sacerdotes y sacerdotisas,
corresponde al enterramiento de una señora vinculada de curanderos y curanderas, que tras el suceso de su
con las fases más antiguas del edificio principal y muerte son conducidos por un conjunto de actividades
sepultada en un especial recinto ceremonial en la parte rituales que convierten el episodio de su muerte en la
alta de la pirámide principal (Franco 2008). El hallazgo de “oportunidad” para que sus descendientes protagonicen
la Dama de Cao con sus acompañantes y extraordinario y legitimen su estatus ante la población, la misma que
ajuar que envuelve a este personaje como objetos de asume compromisos en estos rituales que equivalen al
64 oro, collares, aretes, orejeras, narigueras, piedras semi encuentro con la ancestralidad.
preciosas, entre otros conjuntos de bienes de exquisito Hacia mediados del año 2008 Steve Bourget,
arte orfebre, constituye sin duda una clara señal de excavó en el sector nor este de la Huaca llamada Ucupe
que los contextos funerarios no podían seguir siendo Pueblo en la parte baja de la margen sur del valle de
vistos como espacios de rico contenido de bienes que Saña, la Tumba de un Gobernante perteneciente a la
deslumbran a propios y a extraños, sino como testimonios elite Mochica, aparentemente contemporáneo al Señor
para reconocer el estatus y jerarquía que ostentaron de Sipán; en esta Tumba se hallaron valiosas piezas
estos personajes en vida y que en la muerte se reafirma de oro, ornamentos de cobre dorado y ofrendas de
como señal de su poder y autoridad que se legitima con cerámica. El investigador (Bourget 2008), sostiene que
grandes ceremonias en los rituales de enterramiento. el personaje central debió corresponder a un individuo
Este hallazgo, contribuyó también a reafirmar el de 30 años envuelto con un vestido a manera de túnica
importante rol que desempeñaron las mujeres en la vida adornado con placas de cobre dorado, su rostro se halló
cubierto con dos máscaras funerarias, collar de discos como El Castillo de Huarmey, situado en la provincia de
y sonajeros de plata, seis coronas y otros tocados en Huarmey, región Ancash y asociado al periodo Horizonte
forma de “V” conocidas con el nombre de diademas. Medio (Giersz 2014). Las investigaciones desarrolladas
Estaba acompañado por dos individuos uno masculino y permitieron documentar el hallazgo de una tumba muy
una mujer aparentemente embarazada, probablemente importante, perteneciente a un entierro múltiple de más de
su concubina, y que en sus restos óseos no indican 64 individuos y 3 enterramientos de élite correspondiente
señales de manipulación por razones de sacrificios. a personajes femeninos de la más alta aristocracia de
Esta tumba refuerza la hipótesis de que cada valle tenía la sociedad Wari, acompañados de un inestimable ajuar
un importante señor o autoridad local de alta jerarquía funerario que revela la presencia de esta civilización en
(Alva 1994) y que a su muerte era conducido a un el límite sur del territorio Mochica.
enterramiento que sigue ciertos parámetros y formas
que se hallan debidamente establecidas y articuladas 65
como una especie de protocolo funerario que en la
época Mochica se cumple con cierta rigurosidad de
estilo y forma. Es decir, estamos ante una sociedad que
ha institucionalizado y oficializado el protocolo funerario
de personajes de élite en un territorio amplio como la
costa norte, a tal extremo que el ritual de enterramiento
se halla registrado en clásicas botellas de asa estribo de
línea fina sobre todo en aquella que conocemos con el
tema del enterramiento (Donnan 1975).
En setiembre del año 2012, se produjo un significativo
y sorprendente hallazgo en el sitio arqueológico conocido
66
El hallazgo del Mausoleo Wari en el Castillo de
Huarmey (Figura 16), no solo resulta transcendental en
su riqueza de contenido, complejidad de la estratificación
de la nobleza femenina, si no que incorpora argumentos
para el debate sobre la presencia Wari en la costa norte,
que desde este fantástico evento funerario muestra
una sepultura múltiple que revela como el poder y el
estatus son reafirmados desde la muerte en un territorio
insospechado.
De otro lado las tumbas Lambayeque, excavadas
en Batan Grande (Shimada 1995, 2014b), aparecen
como grandes cámaras a mucha profundidad bajo la
superficie, como tumbas complejas con el personaje
central que no está dentro de un ataúd, éste aparece
sentado flexionado mirando al oeste, en un fardo o
envoltorio. Son pocos los eventos funerarios Lambayeque
excavados científicamente, lo que si se conoce es que
estas tumbas contienen importantes cantidades de
ofrendas elaboradas en oro, plata, cobre y diferentes
aleaciones, en la que existe un repertorio simbólico que
se circunscribe prioritariamente al personaje de ojos
alados, nariz prominente, a quien se le conoce como
Dios Ñaymlap.
Las tumbas este y oeste documentadas en huaca
Loro (Shimada 1995, 2014b), son la prueba indiscutible
del enorme poder que ejercen estos personajes más
allá de la muerte; son enterrados en grandes cámaras,
envueltos en fardos que guardan todos sus ornamentos,
y además reciben ofrendas exóticas, sacrificios
humanos, importantes cantidades de “naipes” de cobre,
que son considerados como una especie de medio de
cambio o moneda y tienen amplia difusión durante la
época considerada como Sicán Medio (Shimada op. cit.). 67
Así mismo, se registraron conchas spondylus, conus,
perlas entre otros bienes exóticos que revelan que estos
personajes en vida ejercieron un enorme poder en la
sociedad y una relación de influencia con contactos en
una esfera superior al ámbito local y regional.

Fig. 16.
Vista aérea de Mausoleo Imperial Wari en Castillo de
Huarmey, Ancash, donde fueron halladas 58 mujeres
de la nobleza Wari.
El contenido de ambos contextos funerarios de
extraordinaria calidad informativa asociados a uno de los
edificios más importantes del complejo ceremonial de
Pomac identificado como huaca Loro (Figura 17), permite
reflexionar sobre el enorme despliegue de mano de obra,
recursos, bienes, insumos para ser invertidos en un acto
ritual sin precedentes, el enterramiento de uno de los más
altos dignatarios de la élite Lambayeque. Naturalmente
que la arquitectura monumental de huaca Loro se
constituye en el espacio sagrado para el establecimiento
de un templo mausoleo, que demando el despliegue
masivo de cientos de personas que concurrieron a estas
exequias que permiten sospechar sobre el enorme
poder y autoridad política y religiosa que ostentaban
estos personajes más aun con la incorporación de
grupos humanos como acompañantes como es el caso
de la Tumba oeste, donde los entierros de más de 20
individuos correspondientes principalmente a mujeres de
etnias importantes del grupo Mochica y del extremo norte
de la costa, indican el prestigio del personaje central, la
influencia que ejerce en un ámbito macro regional y la
posibilidad de tratarse de un gobernante asociado a una
singular y especial simbología como son los elementos
ornitomorfos, marítimos y lunares; en estos contextos
funerarios debemos remarcar la enorme diferencia con
las tumbas Mochicas que hemos comentado; en las
tumbas de elite Lambayeque provenientes de Pomac,
concurren nuevos elementos: las sepulturas son a
gran profundidad, son masivas en personajes como
acompañantes, sequitos y/o sacrificados, presentan
grandes acumulaciones de bienes, oro, plata, cobre y
tumbaga con un nuevo repertorio simbólico, contienen
68 grandes cantidades de ofrendas de concha spondylus y
conus que constituyen un elemento simbólico novedoso
producto de la fluida relación comercial con los
grupos del Ecuador y probablemente centro américa y
especialmente la presencia de materiales exóticos como
piedras preciosas: ámbar, perlas y amatista. Hacia el
año 2006 las investigaciones arqueológicas en Pomac a
cargo de Carlos Elera permiten documentar un nuevo e
importante contexto funerario que denomina la anciana
enterrada en posición sentada con máscara dorada y un
Fig. 17.
acompañante, así como un importante ajuar funerario
Tumba Este y Oeste de huaca el Loro.
(Elera 2008:308).
69
Otra excavación arqueológica de singular valor fue la así como un vaso ceremonial de cobre y tizas de huaca.
realizada en el sitio “El Arenal” de Illimo, a cargo del Arqlº Esta asociación certifica el enorme valor que tenían las
Juan Martínez Fiestas, quien en una intervención de mujeres que se dedicaban al arte del hilado y la textileria.
rescate arqueológico encargada por el Museo Brüning, Hay que destacar que del conjunto de ofrendas de
identificó la tumba de un importante personaje de élite que cerámica el tipo de cerámica Lambayeque más frecuente
podría corresponder a lo que el autor llama “El Guerrero en este contexto corresponde a la botella doble pico
de Illimo” (Martínez 2014), que estuvo acompañado por divergente, asa puente, cuerpo globular achatado, base
dos mujeres jóvenes, ofrendas de cerámica entre las pedestal, conocida como tacho (Alva Meneses 2012)
que destaca botellas de gollete troncocónico asa lateral, (Figura 18b).
cuerpo globular, base pedestal pertenecientes a la fase Este breve recuento de los principales contextos
Lambayeque tardío, así mismo objetos de oro, tumbaga funerarios de elite provenientes de la costa y sierra norte
y plata (Figura 18a). del Perú, desde el periodo Formativo hasta la época de
Las investigaciones arqueológicas en Collud a Reinos y Señoríos Tardíos, revelan que la muerte como
cargo del Arqlº Ignacio Alva Meneses, permitieron circunstancia biológica es transformada en un evento
registrar una importante tumba intrusiva perteneciente cultural, social, político y religioso, con una perspectiva
a la época Lambayeque Tardío (Alva Meneses 2012) de repercusión y trascendencia, que permite el propósito
que corresponde a una mujer adulta que portaba una de fortalecer a la estructura jerárquica más alta, ayuda a
máscara y cuchillo de cobre, así como un extraordinario consolidar la liturgia y el discurso en miles de personas
cetro de madera, cuya imagen representa a una deidad que son sometidos y/o convencidos de que estos rituales
sosteniendo discos y que se asemeja a la reconocida son indispensables y en los cuales las elites deben
representación de Ñaymlap, esta escultura muestra hacia gozar de estos privilegios porque los personajes más
la parte posterior del personaje dos cabezas de serpientes importantes cuando viajen al inframundo intercederán
o felinos estilizados. Este hallazgo de extraordinario ante los ancestros por su pueblo, es decir la muerte forma
contenido y riqueza informativa corresponde a una parte de una especie de sacrificio en la que el sepultado
importante mujer tejedora, sepultada con un cesto con es presentado en un ritual masivo en el que su poder y
70 artefactos de hilado y con ofrendas de cerámica del autoridad se incrementa.
estilo Lambayeque Tardío, especialmente de botellas
de doble gollete divergente unido por asa puente, este
hallazgo tiene un ajuar que constaba de más de 214
usos de madera muy fino, 22 de los cuales se hallaban
con hilo algodón de color blanco y negro, 6 ovillos de Fig. 18a.
Tumba del guerrero de Íllimo.
algodón, 52 agujas de cobre, 6 cayhuas, 7 porta agujas
de cobre, torteros, mates y cestas conteniendo algodón
y fragmentos de textil, la mujer que estaba sentada Fig. 18b.
tiene como rasgo de prestigio un cuchillo de cobre y una Vista Superficial de tumba
máscara del mismo metal con aplicaciones en los ojos, Lambayeque en Collud.
71
Así mismo, este balance y recuento breve de los
contextos funerarios en el norte peruano, constituye un
revelador indicador del enorme poder que cimentaron las
elites a través de la acumulación de bienes, del repertorio
de ornamentos y símbolos que identifican y asocian
roles, jerarquías e identidades. Al respecto (Gertz 2000)
en su estudio sobre el estado-teatro en el Baly siglo XIX,
incorporó el concepto de “estados teatrales”, en los que
la presentación de rituales, ceremonias de gran magnitud
contribuyen en mantener la coerción y control político y
económico (Gertz op. cit.). Este recuento nos permite
reflexionar sobre lo que sostiene Luis Jaime Castillo
(2000), que mientras más bienes aparecen en la tumba,
se cuentan con mayores argumentos para reconstruir las
actividades que cumplió el difunto en vida, pero también
es importante destacar la ubicación de la sepultura, el
escenario y paisaje cultural con el que se asocia, así
como el destino en términos de espacio arquitectónico,
72 de manera tal que la sepultura de un personaje de elite
no es un mero trámite ceremonial, sino que constituye
el episodio que eleva el estatus del lugar donde es
sepultado y lo convierte en escenario sagrado.
CAPÍTULO II
2.1 Cultura Lambayeque: Definición La cultura Lambayeque puede ser descrita como
territorial. una sociedad compleja, con un estado no centralizado,
conformado por varios núcleos familiares constituidos
Es muy probable que hacia el siglo VII – VIII d.C., como entidades políticas en torno a grandes centros
las consecuencias y efectos de un meganiño4 hayan ceremoniales y administrativos estratégicamente
producido dramáticos cambios en la costa norte peruana, ubicados en los valles (Zaña, Lambayeque, La Leche
que generara una sucesión de “colapsos” en el orden y Motupe), cuya unidad cultural se mantuvo gracias a
político, religioso y económico de la sociedad Mochica a una ideología común, con un discurso mítico basado
finales del Horizonte Medio (Rowe 1955; Uceda y Mujica en la creencia de deidades ancestrales, inspirados
2003; Castillo 2010; Shimada 2014a). Esta circunstancia principalmente en el mar, la luna y las aves. De igual
originada por la naturaleza y por causas sociopolíticas forma, a la sostenida intervención y control estatal
coincidió con la presencia estilística de culturas serranas ejercido sobre el agua, la producción agrícola,
como Cajamarca y Wari que junto a lo Mochica produjo manufactura y la distribución de bienes y objetos rituales,
el surgimiento del estilo Lambayeque que muestra un así como al aprovisionamiento de recursos exóticos
inconfundible sello y personalidad, bajo la forma clásica como el spondylus, conus, perlas y piedras preciosas de
del conocido “Huaco Rey” (Figura 19), que se difundió origen ecuatorial, que demuestran en forma inequívoca
rápidamente por los valles de Olmos, Motupe, La Leche, como las relaciones entre grupos ubicados en el actual
Lambayeque, Reque y Zaña, aproximadamente entre los Ecuador y la costa norte del Perú se acentuaron e
años 850 o 900 d.C. hasta 1400 d.C. Sin embargo, se intensificaron durante esta época. Prueba de ello, son la
conoce hoy que su influencia cultural se extendió por una aparición en la liturgia oficial Lambayeque de las escenas
zona mucho más amplia, hasta Piura por el norte, en los de los grupos de “recolectores de spondylus” (Figura 20)
valles de Jequetepeque y Chicama por el sur (Mackey conocidos como buzos5, que tienen protagonismo ritual 73
2009); (Franco y Gálvez 2014); (Narváez 2014a) y hacia en esta época y que revelan un escenario comercial
el este en la región Cajamarca (Wester et. al. 2000). intensamente aprovechado para actividades productivas
y rituales.
4
Izumi Shimada (2014), manifiesta que existió una era transformativa en
la que ocurrieron importantes cambios naturales y culturales de amplio
y duradero impacto: una severa y prolongada sequía (562 – 594 d.C), Fig. 19.
seguida por un meganiño al final del siglo VI y principios del siglo VII.
Botellas Lambayeque, llamada
5
Narváez (2011), señala acertadamente que: …¨el tráfico de spondylus, no Huaco Rey, Colección Museo
solo debe observarse como un asunto estrictamente económico, sino que Brüning.MAB.
encierra un sentido y propósito religioso, vinculado a los dioses mayores.
De otro modo este recurso no hubiese tenido tal relevancia y significado en
las tradiciones culturales prehispánicas peruanas¨ (2011:119).
74
75
76
En cada valle constatamos colosales construcciones La cultura Lambayeque, tal como la calificó Jorge
de adobe, bajo la forma de plataformas o pirámides Zevallos (1971 y 1989), estuvo Chimuizada, es decir
truncas, que se diferenciaban una de otras y que podían todas las precisiones sobre la cultura regional estaban
ser vistas desde lejos por la población local. Desde asociadas a una extensión de lo Chimú, que fue definido
allí habrían desempeñado sus roles los gobernantes, por el estilo representado en las deslumbrantes máscaras
sacerdotes y sacerdotisas, que decían ser descendientes de oro, plata y cobre con ojos alados (Figura 21) y los
del legendario Ñaymlap, fundador de la dinastía cuchillos tipo Tumi, asociados como bienes de la cultura
Lambayeque. Chimú. El mismo Max Uhle (1959) denominó al estilo
local con el topónimo Eten6, (Shimada 1995 y 2014a),
2.2 Caracterización sociopolítica de lo no obstante, Rafael Larco (1948) es quien propone el
Lambayeque. término Lambayeque para referirse al estilo de la región
del mismo nombre.
La cultura Lambayeque puede ser entendida, De otro lado, la imagen que proyectaba la tradición
también como parte de un proceso ideológico que tiene oral definida por la Leyenda de Ñaymlap, generó interés
en la tradición oral un soporte litúrgico que fortalece el en algunos investigadores en conocer el valor de este
poder político y social de las élites, y que posee singular relato y su relación con el pueblo. A pesar de ello,
coherencia en la producción material; es decir los el debate sobre la validez de esta tradición oral sigue
elementos de la tradición oral aparecen representados vigente y cada vez existen mayores argumentos con
en forma frecuente sobre todo en íconos vinculados a sustento arqueológico, lingüístico e iconográfico que
la luna, mar y aves. Esto habría permitido una sólida prueban consistentemente la estrecha relación entre el
estructura sociopolítica en un territorio que revela un relato y las evidencias arqueológicas recuperadas.
Estado que se constituye como una expresión no central
sino multivalle y macroregional, con autoridades locales
que mantienen un vínculo a través del discurso religioso 77
Fig. 20.
que transmiten acompañado del adecuado manejo del
Recolectores de Spondylus en oro
sistema hidrológico que compromete e incorpora a la laminado. (Colección Museo Brüning
población de los valles altos, medios y bajos, así como la MB 00194).
zona del litoral, escenario que puede ser entendido como
territorio o espacio sagrado.

6
Eten es el nombre del actual puerto de pescadores ubicado al sur de
Lambayeque. Jorge Zevallos (1993), sostiene que en diferentes documentos
aparece como ETHEM, ETEM, ETIM.
78
En la cultura Lambayeque, podemos definir Chornancap, La Tina, La Pava, Los Perros, Solecape,
claramente que existe un vasto territorio conformado por Huaca de Barro, El Mirador, Huacas de Mocce, Luya,
los valles de Olmos, Motupe, La Leche, Lambayeque Huaca Brava, Huaca Miguelito, Huaca Teodora,
y Zaña, que expresan una unidad hidrológica, política, Miraflores, El Taco, entre otras decenas de edificios
ideológica y económica altamente productiva (Kosok emplazados en los valles, y que fueron progresivamente
1965; Shimada 1995), a partir de cuyos valles o ríos erigidos como la expresión monumental del poder y
estables, se generó un complejo y sofisticado sistema de prestigio que habían logrado las élites Lambayeque
irrigación intervalle (canal Taymi, Ynalche, Cucureque, instaladas en el territorio y que se hallaban al frente de
entre otros), que permitió fertilizar extensas áreas esta sociedad. Ésta fuerte inversión estuvo acompañada
agrícolas convirtiéndolas en productivas (Hayashida naturalmente de un elaborado discurso religioso a
1999 y 2014). Algunas aproximaciones formuladas por manera de una liturgia que se diferencia de los Mochica,
Kosok (1959), sostiene que para la época de apogeo porque se habría centrado aparentemente en la imagen
en Lambayeque se cultivó casi dos tercios del área del personaje del relato mítico: Ñaymlap; cuya figura
disponible con beneficios para más de 150,000 personas, aparece recurrentemente representada en gran parte de
convirtiéndose entonces ésta región en una verdadera los materiales producidos en esa época entre cerámica,
despensa de los andes centrales (Shimada 1995). metales, tejidos, tallas de madera, hueso, moluscos y
Este éxito agrícola, generó evidentemente sobre todo relieves e imágenes polícromas que decoraron
excedentes que debieron contribuir sustantivamente en templos y edificios, tal y como lo podemos comprobar
la planificación y ejecución de grandes obras públicas hoy en las excavaciones arqueológicas.
con fines religiosos, como es el caso de las pirámides La simbología que aparece con frecuencia en los
en Pomac, Apurlec, Túcume, Ucupe, Pátapo, Chotuna, materiales Lambayeque alude permanentemente al Dios
Ñaymlap, su origen marítimo y estructura sociopolítica
de tipo dinástica. Por lo tanto, hay dos elementos que
Fig. 21. proponemos como la estrategia usada por las élites 79
Mascara de oro cultura Lambayeque, Lambayeque para alcanzar el afianzamiento y continuidad
colección Museo Brüning MB-00003.
en el poder: La primera, es el manejo y control “profesional”
de la fe (entendida como aceptación de la población),
a través de los rituales, resultando así ésta en el eje
articulador de todas las esferas de la vida política, social religiosidad como soporte ideológico que justifica y
y cultural. Este control debió significar la existencia de legitima el poder y autoridad de la clase gobernante. Por
una élite sacerdotal que aparece en ceremonias públicas lo tanto, el establecimiento de la “nueva” sociedad en la
con “performance” de alto impacto en la población. La época post-Mochica, pasó por un proceso inevitable de
segunda, es la eficiente administración del sistema reestructuración del control político a través de la religión
hidrológico y de la tierra, ambos medios debieron formar con la incorporación de un renovado y complejo panteón
parte de una especie de “propiedad” que se controló de divinidades que aparecen con atuendos y gestos y
con un sistema instalado en lugares estratégicos, y que que están asociadas a escenarios como la luna, el mar
tuvo como complemento la ejecución de las actividades y la tierra y, de otro lado, económico a través del manejo
festivas y rituales masivas, orientadas a reiterar y renovar eficiente y especializado del agua y la tierra, así como la
el culto a la fertilidad, culto a los ancestros, etc. masificación de los talleres y áreas de producción. Pero
Estos fundamentos estratégicos contribuyeron sobre todo ejerciendo una mayor “inversión pública” en
a promover que las prácticas ceremoniales logren la construcción de infraestructura de riego (canales y
la cohesión de la sociedad para enfrentar y elevar la campos de cultivo) o la ampliación de la ya existente,
productividad, lo que puede constituirse en una especie generando así un mayor abastecimiento de productos
de “compromiso” de la población con sus deidades; para el sostenimiento de grupos administrativos que
que se refuerza a través de una decidida participación contribuyeron a maximizar el control de la producción. Las
en las obras públicas. Estos elementos constituyen a elites gobernantes aparentemente eran “propietarias” del
nuestro juicio la base socioeconómica y política para agua, pero sobre todo tenían el control y administración
definir el carácter de la administración Estatal en la de la infraestructura del riego (canales), y los campos
civilización Lambayeque, en razón a que la estabilidad donde garantizaba producción, destinado a los dioses, la
económica y el fundamento ideológico principal en élite y la población.
80 el área andina históricamente ha estado vinculada
al equilibrio estratégico entre la relación agua, tierra y
Esta estrategia permitió también que los excedentes personaje que arriba o retorna a Lambayeque (Wester
de producción garanticen la ejecución de grandes 2013), como hombre de mucho valor y talento (Cabello
obras para las actividades ceremoniales. El agua fue de Balboa 1951) y que alcanza el estatus de deidad con
transportada y canalizada por gran parte del territorio su transformación en un ser sobrenatural con atributos
Lambayeque y se manejó bajo la forma de un bien común ornitomorfos (hombre – ave), que le permite desde el
de este recurso, a fin de lograr “bienestar” en la población otro mundo interceder para garantizar la estabilidad en el
que mostró voluntad y aceptación por la estructura pueblo y que es perennizado en los diversos materiales
religiosa y sacerdotal que controlaba este sistema y que que esta sociedad produjo, en las cuales la imagen de
ofrecía estos resultados. Los centros monumentales esta deidad con sus atributos y gestos es reiterada y
de carácter religioso y urbano – habitacional y lo que ampliamente difundida, pero sobre todo es objeto de
podríamos denominar como núcleos urbanos, mantenían permanentes actos ceremoniales que buscan renovar el
ciertos modelos y empezaron a constituirse a mediados compromiso con esta deidad ancestral, cuya veneración
del Lambayeque Medio (siglo XI d.C.), y principios de garantiza el éxito de la sociedad.
Lambayeque Tardío (silgo XII d.C.), casos concretos Un argumento valioso resultan las tumbas de élite
pueden ser Pomac, Túcume, Cinto, Collique, Jotoro, documentadas en la Reserva de Pomac (Shimada 1995),
Chotuna y Chornancap, entre otros que han nucleado asociadas a la tradición cultural denominada con el
grupos de habitantes entorno a los monumentos, que topónimo Sicán, para referirse a la cultura Lambayeque
también debieron constituir el reflejo del crecimiento (Zevallos 1971 y 1989; Narváez 2011, 2014a y 2014b;
demográfico. Wester 2010 y 2014). Lo que revelan estos excepcionales
De otro lado, la tradición oral debió formar parte de contextos funerarios, es la presencia de elementos de
un mecanismo que justificó y legitimó el poder de la élite mucho valor para afianzar la existencia de una sólida
Lambayeque (Rucabado 2008), que buscó consolidar institucionalidad política y religiosa al frente de la sociedad.
el culto a través de la imagen de un líder carismático, Las tumbas de Huaca Loro, muestran exquisitos bienes 81
mesiánico (Shimada 1985), conocido como Dios Ñaymlap, de valor tecnológico y artístico elaborados en oro, plata
cobre, aleaciones, etc., vasijas de cerámica, ofrendas de la religiosidad, expresada en imágenes de deidades y
spondylus y conus, acompañantes en los enterramientos; símbolos que formaban parte del discurso religioso.
tumbas múltiples con grupos familiares algunos de los El patrón funerario de las tumbas de élite, constituye
cuales de acuerdo a estudios de bioarqueologia proceden un formato definido con sepulturas profundas, en ejes
de la zona ecuatorial (Shimada 2014b) y perfilan a una que vinculan a los personajes con el este y oeste para
sociedad con contactos a grandes distancias, donde se relacionarlos con conceptos de dualidad o bipartición y
consolidan alianzas estratégicas materializadas por el cuatripartición; las imágenes grabadas e impresas en los
intercambio de bienes, relaciones de carácter comercial objetos y el ajuar funerario contienen íconos recurrentes.
y probablemente lazos matrimoniales. Así mismo, las ofrendas de grandes conjuntos de
Todo este despliegue, sería para abastecer la conchas spondylus y conus que reafirman el acceso
pomposidad de los personajes sepultados considerados de los personajes a estos bienes que están vinculados
como semidioses. Adicionalmente, podemos establecer a la abundancia del agua y la fertilidad (Hocquenghem
que éstos debieron demandar de una sostenida 2009) y que certifican la sólida relación con sociedades
articulación de talleres productivos dependientes de del Ecuador. Estos enterramientos revelan también
éstos señores que abastecieron con su trabajo las labores la institucionalización de rituales para los muertos y
artesanales en metales, textiles y otros con cánones culto a los ancestros, que deben ser abastecidos y
artísticos definidos e inalterables a lo largo de siglos, objeto de veneración y recordación a través de un
como es el caso por ejemplo de la vasija denominada calendario ceremonial, con el propósito de garantizar la
huaco rey, cuya forma muestra un mensaje que alude productividad, estabilidad y orden de la población.
al personaje más emblemático de esta civilización: El ámbito marítimo, constituyó un espacio sagrado,
Ñaymlap y que se expresa artísticamente como una pero a la vez un escenario de abastecimiento de recursos
deidad que aparece en todos los valles de Lambayeque. para mantener la satisfacción de las comunidades
82 Los talleres no solo debieron ser considerados como periféricas, el mar fue incorporado como ámbito para
centros de producción, sino como lugares donde se actividades comerciales y de comunicación con grupos
promovió la dinámica y masiva difusión de la esencia de del extremo norte, así como suministró la inspiración de
imágenes e iconos como la conocida “ola antropomorfa” se centraría en una deidad única pero que se expresa
“ola ornitomorfa” y “ola geométrica”, que forma parte de con diferentes ornamentos, atributos, actitudes o gestos
una complejidad iconográfica que conjuntamente con el rituales y que también se vincula a la incorporación de
sol y la luna, aparecen en la denominada “cosmovisión una deidad desconocida: la deidad femenina que revela
Sicán”, documentada en 1991 en Huaca Las Ventanas la introducción del tema de género en la religiosidad de
(Shimada 1995). Este elemento de origen marino (ola) se la cultura Lambayeque.
convirtió en un ícono de identidad y en un emblema de En consecuencia la sociedad Lambayeque, logra
género que revelaría e identifica a una de las deidades hacia mediados del siglo X d. C., la unidad del conjunto de
femeninas más importantes de la religiosidad durante la entidades políticas que la constituye o grupos de familias
época de Lambayeque Medio y Tardío entre los siglos IX que se estructuran en élites emplazadas en los valles
al XIII d.C., que al parecer contribuye a unificar a esta que comparten una tradición que tiene indudablemente
sociedad como parte de un discurso que rige los destinos sus antepasados en la sociedad Mochica, pero que
de este pueblo. Estos argumentos son de valor para muestra una personalidad e identidad propia, que se
empezar a entender que tipo de sociedad se desarrolló difundió probablemente a través del relato del arribo de
en esta región a finales de la época Mochica. Ñaymlap y su corte. Debemos agregar los contactos al
La religiosidad, comercio, comunicación, control sur desarrollados por la civilización Lambayeque con
administrativo y político debidamente articulados, presencia arqueológicamente muy bien documentada
definen en su conjunto a un aparato institucionalizado, como es el caso del Complejo, El Brujo (Franco 2003),
eficaz, eficiente correspondiente a un Estado muy bien Pacatnamú (Mackey 2009) y San José de Moro (Castillo
constituido, expresado en un territorio, con una tradición 2000 y 2003), en este último caso esta tradición cultural
común y con una doctrina que se difunde a través de habría empezado a gestarse desde aquel periodo que
una liturgia construida con imágenes religiosas como el se ha bautizado con el nombre de periodo Transicional
Dios Ñaymlap, ola antropomorfa, símbolo escalonado, (Castillo 2003) y que explica con evidencias concretas el 83
ola geométrica, cruz andina, ave mítica o ave en picada, proceso de cambios y continuidad que se desarrollan en
que muestran una unidad ideológica que aparentemente el tránsito del Moche a Lambayeque.
De otro lado, hay que señalar que la arquitectura del ritual del entierro (Alva 1994). Igual configuración
monumental prehispánica en la costa norte del Perú, presentan las tumbas documentadas en la década del
durante el primer milenio después de Cristo, estaba 90 en San José de Moro (Donnan y Castillo 1994), que
expresada básicamente por construcciones masivas corresponden a cámaras funerarias de la Sacerdotisa
de adobe, que de acuerdo a la época, varía en forma y Mochica vinculada con el Personaje “C” del tema de La
tamaño. Generalmente asumimos que los edificios por su Presentación (Donnan 1975), la misma que presenta
magnitud, emplazamiento, configuración arquitectónica y similares características y el patrón funerario de tumbas
acabados tienen una jerarquía que revela evidentemente de cámara con acompañantes y ofrendas, cuyo ritual se
la función que debieron desempeñar en su época. Sin realizó tras una ceremonia trascendental que tuvo como
embargo, la arqueología en los últimos tiempos, ha escenario de fondo el entorno arquitectónico monumental
demostrado que los cambios en la función no siempre y paisajístico de San José de Moro.
se pueden definir por la magnitud de la construcción. Otro caso que ya hemos comentado son las cámaras
Así tenemos el caso de la pequeña plataforma en funerarias excavadas en Pomac (Shimada 1995 y
Huaca Rajada Sipán, aparentemente una construcción 2014b), que muestran edificios en cuyas proximidades
no tan monumental, pero sin embargo fue en su tiempo se enterraron estos personajes y que los convierten en
el Mausoleo Real, donde en los últimos 28 años han espacios sagrados de uso estrictamente ritual y funerario.
sido documentados científicamente notables contextos Al respecto Izumi Shimada (1995), sostiene que las tumbas
funerarios de la élite Mochica (Alva 1994 y 1999), que llamadas este y oeste ubicadas en las proximidades de
muestran la compleja jerarquía de ésta sociedad, cuyos Huaca Loro, formarían parte de un conjunto de cámaras
personajes principales fueron sepultados en cámaras funerarias de personajes de la cultura Lambayeque,
funerarias que contienen no solo la presencia material que habrían sido sepultados en el perímetro del edificio
de los Mochicas, sino fundamentalmente la expresión principal en cuyo centro “aparentemente” reposaría la
84
tumba del personaje del más alto estatus jerárquico, por Cuando examinamos la arquitectura monumental
esta razón la idea del espacio del ancestro mítico o del ceremonial de la costa norte, encontramos que ésta
antepasado en cada una de las huacas constituye una destaca por varios elementos, por ejemplo el volumen
propuesta de singular significado (Elera 2008), pero que del área construida, la altura, áreas con las que se
debe ser arqueológicamente comprobada. integra (plazas, patios, recintos, corredores, accesos,
Por otro lado, al excavar un importante templo de etc.), pero principalmente los elementos decorativos
la cultura Lambayeque Walter Alva (1984), documentó que expresan simbolismo, religiosidad, jerarquía, etc.
una fachada donde aparece una sucesión de personajes Estas razones constituyen indicadores para proponer
importantes de la dinastía Lambayeque que decoran que el entorno inmediato a las zonas arquitectónicas
con soberbia policromía la superficie principal del de aspecto monumental y de apariencia religiosa no
templo que ha sido bautizado como mural de Ucupe. eran considerados cualquier espacio, por el contrario
Recientes excavaciones en el mismo lugar (Alva y Alva son escenarios de poder y/o espacios sagrados, donde
Meneses 2011), han permitido poner en evidencia la se desarrollan y conmemoran las más importantes
complejidad escenográfica y polícroma de los personajes actividades rituales y donde además habitan los ancestros
representados, cuyo vigoroso color y acciones podría por lo tanto las construcciones que se realizaban en el
establecer un discurso de corte litúrgico y festivo de la entorno de las mismas tienen la condición de establecer
religiosidad Lambayeque, asociada probablemente al la jerarquía del espacio, y reiterar el mensaje del poder y
tema del mítico Ñaymlap o de su descendencia (Figura autoridad de los funcionarios y/o sacerdotes que tienen
22), así mismo permiten definir un claro posicionamiento acceso a estos espacios y finalmente la necesidad de
de los Lambayeque en el valle de Zaña que se materializa mantener un equilibrio entre la arquitectura monumental,
en monumentos como: Ucupe, Teodora, Miguelito, Cerro el área de culto a los ancestros y los espacios donde
Corbacho, Cerro Guitarra, La Otra Banda, Mata Indio, los personajes desarrollan actividades inherentes a su
Cerro Culpón, entre otros. rol político y religioso. 85
Por otro lado, y más allá de los límites cronológicos,
en la región Lambayeque se mantiene cierta tradición
arquitectónica que emerge como reflejo del concepto
monumental. Este es coherentemente desarrollado
desde épocas tempranas, por la sociedad Moche y
mantenido por la élite Lambayeque. Es decir, por más
de 1200 años la construcción monumental y arquitectura
religiosa se configura como parte de un discurso que
muestra jerarquía, poder y ritualismo, tres conceptos
articulados entre sí, esta reflexión nos permite remarcar
que en el entorno de las huacas y el funcionamiento de
las mismas, la arquitectura complementaria no escapó ni
fue ajena al prestigio de la autoridad local, al poder del
gobernante sacerdote o sacerdotisa y a las actividades
que estos realizaban.

86

Fig. 22.
Personaje Lambayeque representado en el mural de Ucupe.
87
SEGUNDA PARTE
LA ARQUITECTURA
CAPÍTULO III
3.1 Localización.

El complejo arqueológico Chotuna – Chornancap, y este de Huaca Chotuna, la prospección arqueológica


situado a 9 kilómetros al oeste de la ciudad de realizada en el año 2007 y 2008 permitió documentar más
Lambayeque, y a 4.5 kilómetros del litoral del Pacífico de cien montículos con claras evidencias de ocupación
en el ámbito del Distrito de San José; políticamente se que datan desde la época Virú (Gallinazo) Moche Medio,
ubica en el Distrito, Provincia y Región Lambayeque, Moche Tardío, Lambayeque, Chimú, Inca y Colonial
limita por el norte con la Comunidad Campesina de (Wester 2010).
Mórrope (Distrito Mórrope); por el sur con la Comunidad
Campesina de San José (Distrito San José); por el este
con campos de cultivo y por el oeste con campos de
cultivo y el Océano Pacífico (Distritos de San José y
Mórrope) (Figura 23). Se emplaza sobre formaciones de
meandros arenosos, cubriendo un área aproximada de 95 Fig. 23.
hectáreas para Chotuna y 17 hectáreas para Chornancap. Plano de ubicación
del complejo Chotuna
La superficie está formada por la presencia de dunas
Chornancap.
estables, algunas de las cuales se hallan sepultando
parcialmente importantes estructuras arquitectónicas;
otras posiblemente han cubierto totalmente edificaciones
o rasgos arquitectónicos menores. Fig. 24.
Vista de Huaca Chotuna.
En los reconocimientos realizados, se constató
en la periferia la presencia de decenas de montículos 91
con posibles áreas de viviendas, actividad doméstica
y evidencias de fragmentos de cerámica dispersa en
superficie. El área monumental está compuesta por
grandes edificios como: Huaca Chotuna, Huaca de los
Frisos, Huaca Susy, Huaca de los Sacrificios, Huaca de
la Ola Antropomorfa y Huaca Chornancap7. Su entorno
está definido por campos de cultivo, dedicados al sembrío
de arroz, algodón; sin embargo, entre estos terrenos,
se aprecian pequeños montículos arqueológicos, 7
Christopher Donnan (1989), usa la denominación Huaca Chotuna, Huaca
Gloria (hoy de los Frisos), Huaca Susy (en memoria a Susana Meneses),
observándose la ubicación de algunas viviendas en los Huaca Norte (hoy de los Sacrificios), Huaca de la Ola Antropomorfa (No la
límites del área intangible, sobre todo por los lados sur registro) y Huaca Chornancap.
92
3.2 Huaca Chotuna.

Definida por una imponente estructura monumental, han registrado evidencias que indican que se trataría de
de forma tronco piramidal de lados inclinados; edificada un espacio dedicado a desarrollar diversas actividades
con adobe plano convexo, asentados con argamasa de artesanales (Figura 25 a y b) y de especialización,
barro. Hacia el frente oeste de la pirámide se inicia el posiblemente talleres, estos fueron fechados con análisis
recorrido de una larga rampa de acceso indirecto que de Carbono C14, con resultados de la siguiente forma:
recorre los lados oeste, norte y este del cuerpo del edificio cuarto 10 UCR1477(1225 ± 55 d.C.) ; cuarto 3 UCR
hasta llegar a la parte superior de la misma. La altura de 1478 (1280 ± 20 d.C.) y cuarto 28 UCR 1479(1275 ± 20
esta pirámide es de aproximadamente 40 metros y 80 d.C.), (Donnan 1989 y 2012). Hacia el lado suroeste, sur
metros en la base (Figura 24). En la cima se aprecian dos y sureste del monumento se ubican grandes espacios 93
recintos cuadrangulares al norte y sur respectivamente amurallados de forma rectangular, construidos con
que se articulan a través de un corredor en eje este – adobes de regular tamaño, que delimitan un espacio
oeste, que conduce a una rampa en el mismo eje y que que constituyó la gran plaza principal para actividades
genera el acceso a una plataforma alargada ubicada rituales y administrativas, que permitieron masivas
en el frente oeste, dando la impresión de tratarse del concentraciones de personas.
altar principal. Esta parte fue fechada con los siguientes Hacia al frente norte del cuerpo de la pirámide se
resultados: Bonn 1958 (1360± 60 d.C.) y Bonn 1957 aprecia una estructura perpendicular alargada, donde
(1280 ± 50 d.C.) (Donnan 1989 y 2012). se han documentado evidencias de almacenes y
Hacia el oeste (en la parte baja), cerca de la rampa, depósitos “exclusivos” finamente acabados que tenían
se aprecian los restos arquitectónicos de lo que fue un techo inclinado hacia la parte posterior y articulados
gran recinto rectangular con acceso al norte, donde se a un espacio ritual que certifican las actividades
A B

administrativas y ceremoniales en esta zona (Figura Fig. 25a y b. Fig. 26.


26). Hacia el noreste y noroeste formando parte de este Cuadrángulo de los Frente norte de
artesanos en Huaca Huaca Chotuna,
complejo, se observan también otros edificios de menor
Chotuna. con exclusiva área
volumen que la pirámide principal, conocidas con los de depósitos y
nombres de Huaca de los Frisos, Huaca Susy, Huaca de escenario ritual.
los Sacrificios y Huaca de la Ola Antropomorfa (Figura
27), en cada una de ellas se puede apreciar una intensa
actividad de cambios y remodelaciones (Wester 2010),
Fig. 27.
94 que debieron obedecer a las exigencias de los rituales y Frisos circulares y
políticas de la época, pero que revelan que este complejo pinturas policromas
tuvo un largo lapso de ocupación en el que la arquitectura con escena de
ola antropomorfa,
monumental constituyó la señal del estatus sagrado de
registrados al norte
quienes protagonizan en este territorio. de Chotuna.
95
96
3.3 Huaca Chornancap.

Se ubica a 1,5 kilómetros al oeste de Huaca Chotuna Producto del acarreo eólico, la arena ha cubierto
y a 3 kilómetros del litoral del Pacífico. Se trata de una una importante área con arquitectura, algunas visibles
plataforma superpuesta de planta rectangular en eje norte en superficie que fueran parcialmente excavadas en la
– sur y rampa orientada hacia el este que da la idea de década de 1980. Se cuenta con un fechado Carbono C14
una estructura con planta en forma de “T”, determinada proveniente del ángulo noroeste del edificio principal,
por una rampa central que articula tres plataformas cuyos resultados son: UCR 1476 (1100 ± 70 d.C.),
superpuestas. A partir del frontis principal, se aprecia con (Donnan 1989 y 2012). Las actuales excavaciones,
mayor detalle los diferentes niveles, el primero de ellos a reportaron las construcciones finales, correspondientes
la altura de la superficie actual, el segundo a una altura de a sucesivas fases de ocupación y remodelaciones,
10 metros y el superior de 15 metros, aproximadamente sobre todo un patio con elaboradas pinturas polícromas,
(Figura 28). Hacia el lado norte de Chornancap, existe un realizadas sobre la pared superior a manera de
corredor definido por el paramento en talud de la huaca “cenefas”, que reflejan una bien desarrollada tradición
y una pared sur que delimita el área del llamado trono y artística y cromática con imágenes y composiciones que
patio de las pinturas policromas emplazada a 6.50 metros muestran un ritual de desfile de personajes portando
al norte de Chornancap, que determinan un corredor de cabezas decapitadas (Figura 29). Hacia el sur se aprecia
eje este-oeste de 7 metros de profundidad, con respecto un cauce aluvial que ha cortado la conexión con el área
a la superficie actual. circundante, observándose un pequeño montículo de
arena.

Fig. 28. Fig. 29.


Vista aérea de Huaca Vista parcial de murales 97
Chornancap. policromos de Chornancap.
98
99
100
CAPÍTULO IV
4.1 El Trono en Chornancap. Esta área muestra al centro un pequeño patio de
planta rectangular trapezoidal, de 10 metros de largo
por 8 metros de ancho, emplazado en eje norte-sur, con
En el año 1982, Christopher Donnan documentó acceso al norte a través de un vano central de 1.20
parcialmente el denominado patio con murales polícromos, metros que permite acceder a través de una pequeña
ubicado en el frente noreste del edificio principal del Templo rampa la misma que conduce hacia una plataforma
de Chornancap (Donnan 1989, 2012), por esta razón en baja con dos banquetas laterales emplazadas al este y
la temporada del año 2009, Iniciamos las excavaciones oeste respectivamente, delante de las banquetas existen
arqueológicas en este espacio con la reapertura de los a nivel del piso unos pequeños depósitos o cubículos
murales policromos, porque teníamos la firme sospecha cuadrangulares de baja altura enlucidos en barro, y
de que esta extraordinaria evidencia debería articularse distribuidos simétricamente en un número de 17 a cada
a una arquitectura de mayor complejidad, que ayudaría lado. Hacia el frente principal de esta plataforma, existe
a entender la razón de las escenas del mural polícromo un altar a manera de una banqueta longitudinal en eje
y su relación con el contexto arquitectónico y ceremonial este-oeste, en cuyo centro se aprecia una singular
de la cultura Lambayeque. estructura de barro finamente enlucida que presenta la
forma de “L” dando la impresión de un asiento o trono8,
4.1.1 El Trono: Fase Final. con su respectivo respaldar adosado a la pared sur del
patio (Figuras 31 y 32).
La excavación fue programada en un área de 20 por El altar del trono muestra hacia la parte delantera un
20 metros al oeste del patio de los murales polícromos pequeño depósito y/o cubículo y a los lados aparecen
y permitió identificar y documentar un área de singular 4 hoyos originalmente utilizados para los postes que
y excepcional calidad arquitectónica y simbólica, que debieron soportar el techo, construido exclusivamente 101
tiene un extraordinario poder narrativo que permite para este escenario privilegiado. Hacia los lados del
comprender la naturaleza constructiva, su función y trono, se aprecian dos vanos que se conectan con un
condición jerárquica (Figura 30). corredor externo de la plaza, uno al este y otro al oeste,
que conducen al acceso principal ubicado al norte. Estos
corredores, constituyen el acceso exclusivo y restringido
al área del trono.

8
Susan E. Ramírez (2008: 234) sostiene que…“Los Señores cuando se
sentaban en su Duo o Tiana al momento de asumir el poder eran considerados
como sagrados”. En esta cita hace alusión a las denominaciones que tenía el
TRONO y su significado.
102

Fig. 30.
Patio con trono en Chornancap.
Fig. 31. Fig. 32. 103
Detalle de trono en Planta de trono en
Chornancap. Chornancap.

Fig. 33. Fig. 34.


Pedestal este, ubicado en el interior de Pedestal oeste, ubicado en el interior de
patio del trono. patio del trono.
Junto al acceso principal se aprecian a cada lado de un felino en posición vertical cabeza hacia abajo; en
(este y oeste), dos pequeñas estructuras bajo la forma la cola y patas posteriores se aprecian círculos como
de altares y/o pedestales (Figuras 33 y 34), conformados elemento decorativo (Figuras 37 y 38), actualmente sólo
por dos plataformas superpuestas, con una pequeña se conserva la parte de la cola y extremidades inferiores,
rampa lateral, que se articulan a una pared baja cuya consideramos que este diseño podría representar la
planta define la forma de una media chacana con círculo imagen del felino lunar o felino mítico, importante icono
central delantero, este elemento constituye un rasgo presente en el arte Lambayeque, que está representado
singular, que hace que el recinto del trono, adquiera una también en vasijas Moche de línea fina, y aparece en
connotación de alto contenido religioso, por el profundo cerámica Recuay (Mackey y Vogel 2003).
simbolismo que la arquitectura representa, este elemento Este elemento constituye el icono más representativo
da la idea de un espacio diferenciado en dos mitades del escenario del trono por hallarse también en los
como un escenario bipartito o dual. murales policromos de Chornancap, en el cual aparece
104 Hacia el lado sureste del trono, se emplaza una un ser felino echado sobre una plataforma rectangular
estructura rectangular como un pequeño recinto que baja, este constituye el símbolo hacia donde se dirigen
por su significado y proximidad que tiene al patio del todos los seres que participan del desfile de personajes
trono, lo denominamos recinto de culto ó “sacristía”. que portan armas y que llevan cabezas decapitadas;
Este presenta dos ambientes internos conectados estos se aprecian en el segmento del mural en sentido
por un vano, el acceso al recinto de culto se ubica al norte a sur (Figura 39).
norte a través de un sistema de gradas de tres pasos,
hacia la izquierda del ingreso en la pared este se ubica
un pequeño altar o reclinatorio invertido (Figura 35 y
36), en cuya pared principal muestra una estructura
rectangular vertical, que al interior presenta fragmentos
de un relieve cuya representación sospechamos se trata
105

Fig. 35. Fig. 36.


Acceso al área llamada recinto de Altar con friso en alto.
culto, obsérvese altar.

Fig. 37. Fig. 38.


Detalle de friso en recinto de culto. Imagen en 3D de altar con friso en
recinto de culto en Chornancap.
El recinto de culto está dividido en dos espacios, el
primero inmediato al acceso que incluye el altar con el
relieve del felino, presenta dos asientos con respaldar que
sirvieron para recibir solo a dos individuos a la vez; el otro
espacio, hacia el fondo del recinto atravesando un vano,
donde se aprecia un área más reducida determinada
Fig. 39. Fig. 40.
por una “mesa de barro”, en cuya pared sur se aprecian
Personajes llevando Plataforma baja
cabezas decapitadas, ubicada al exterior tres columnas de algarrobo enlucidas en forma circular,
en mural policromo de norte del recinto de y pintadas de color rojo, éstas indudablemente debieron
Chornancap. culto en el patio del soportar el techo del espacio que llamamos recinto de
106
trono de Chornancap.
culto.
Hacia el exterior de este recinto, al norte se aprecia una
pequeña plataforma de barro baja en forma cuadrangular,
con improntas circulares, una grande y la otra más
pequeña (Figura 40), que debieron formarse como
producto de la instalación de dos vasijas de cerámica.
En esta plataforma se desarrollaron probablemente
actividades vinculadas a labores de acabado de algún
objeto de metal, en razón a las evidencias de quema y
una tobera (artefacto para fundición de metales), que se
ha identificado “in situ”.
4.1.2 El Trono: Fase Intermedia.

Con la finalidad de tener una mayor idea de la La conexión del trono con el recinto de culto (en esta
evolución constructiva y cambios que tuvo el escenario fase) era interna, y se proyecta al este por un acceso en
del trono, sospechamos por la altura con respecto a la pared del recinto, que conecta el área del altar y el
la superficie del patio de las pinturas polícromas, que trono con el espacio llamado recinto de culto a través de
el área del trono habría pasado por algunas fases un vano angosto y tres gradas que fue clausurado en la
previas, pero, manteniendo la misma función. Por esta fase final (Figura 42). A esta fase intermedia, al igual que
razón excavamos al centro del patio del trono cerca a la fase final se asocia el patio de las pinturas polícromas.
las banquetas, logrando identificar una pequeña rampa 107
delante del trono que define una fase anterior a la
identificada, en la que la configuración del patio mantiene
su forma, pero desaparecen las banquetas laterales y
los pequeños cubículos, quedando solo el que se ubica
frente al trono, así como los pedestales ubicados junto al
acceso principal (Figura 41).
108
4.1.3 El Trono: Fase Temprana.

Al profundizar la excavación en el lado oeste, debajo


de la fase intermedia, identificamos una fase temprana, Fig. 41.
que está asociada a paredes pintadas de color amarillo Dibujo de planta de
fase intermedia de
intenso, que delimitan un espacio cuadrangular a mayor
patio de trono en
profundidad. El frente sur de esta fase, está determinado Chornancap.
por una pared delgada, pintada de amarillo con dos
vanos simétricamente dispuestos en los extremos,
en la cabecera de este muro, se aprecia un elemento Fig. 42.
decorativo a manera de cenefa geométrica, con diseños Animación en 3D 109
de “triángulos escalonados” en forma de muro “almenado” de fase intermedia
elaborados en color blanco, dispuestos a lo largo de patio de trono en
Chornancap.
del muro sur y posiblemente a los lados este, oeste y
probablemente al norte. Estos elementos decorativos se
asemejan a las evidencias arquitectónicas, registradas en
la década del 80 por Christopher Donnan, en el extremo
noreste del sector 2, a unos 100 metros de distancia del
recinto principal del trono, en el área llamada sector “K”
(Donnan 2012). Este triángulo escalonado, corresponde
a una figura geométrica que presenta el escalonado al
lado derecho y recto al lado izquierdo.
Fig. 43. Fig. 44. En la fase temprana identificada por el color amarillo,
Detalle de pared de Animación 3D de fase sospechamos que debió existir también un altar con
fase temprana en temprana.
110 un trono techado, evidentemente que esta constituye
patio del trono en
Chornancap una proyección hipotética, siguiendo el patrón definido
en la fase intermedia y fase final; asimismo el recinto
de culto no aparece en esta fase que es más profunda
(Figuras 43 y 44). En el extremo sur del patio de los
murales, las excavaciones realizadas por Christopher
Donnan, revelaron una fase antigua previa a la de los
murales policromos, conformada por un muro orientado lo que significa que en la fase antigua del trono con las
de este a oeste. Este muro mide 4.90 metros de largo paredes amarillas, tanto al interior como exterior de
por 0.45 metros de ancho, cuyo paramento norte, se estas, se articulaban con un patio al este donde la cenefa 111
caracteriza por presentar decoración de relieves en decorativa la conformaban grandes círculos enmarcados,
forma de grandes círculos (en alto relieve), encerrados similares a los que documentáramos en la fase final de
dentro de un marco de forma cuadrangular, que mide la Huaca “ola antropomorfa” (Figura 46), ubicada al norte
70 centímetros de ancho por 78 centímetros de alto de Huaca Chotuna. En la pared sur, siguiendo la línea
(Figura 45), los cuales se encuentran parcialmente de los relieves circulares, se aprecian bandas paralelas
destruidos, por algún fenómeno pluvial y por la mano del horizontales, como si representasen simbólicamente el
hombre. Estos elementos se ubican en la parte anterior Mar y los círculos la Luna (Figura 47).
al muro, donde se encuentran las pinturas polícromas,
112

Fig. 45.
Frisos circulares
correspondientes a
la fase temprana el
patio del trono en
Chornancap.
113

Fig. 46. Fig. 47.


Frisos circulares y Imagen en 3D de la
pinturas policromas fase temprana de
con ola antropomorfa patio del trono en
al norte de Chotuna. Chornancap., con
fachada de frisos
circulares.
114
115
4.2 El Patio de las Pinturas en El paramento norte del muro perimetral sur del patio
Chornancap. de los murales, mantiene en un segmento la continuidad
de las escenas polícromas, interrumpiéndose
Los murales polícromos fueron pintados en la parte dramáticamente como producto de la destrucción
superior de un patio cuadrangular abierto intencionalmente originada por algún fenómeno aluvial y también
al este, con dimensiones de 21 metros norte-sur y 20 intencionalmente por la mano del hombre. A diferencia
metros este-oeste. En la parte central del paramento de la pared oeste, ésta no presenta la capa de enlucido
este del muro principal hay una hendidura vertical o vano blanco, tal parece que el enlucido blanco solo es usado
clausurado que divide la pared en dos segmentos, que en el paramento este del muro principal, dando la idea
genera también el cambio de la escenografía polícroma que dicha representación estaría relacionada con el mar
representada (Figura 48). Debajo de la cenefa polícroma, y la luna.
a una altura de 2.70 metros se ubica el piso del patio En líneas generales, las imágenes plasmadas en los
de los murales, toda la pared oeste se halla enlucida diseños del mural, muestran un sorprendente colorido,
por una capa blanca y este revoque cubre algunos producto de la armoniosa combinación de colores
segmentos que aparentemente estuvieron pintados de como rojo, amarillo, verde oscuro, verde claro, negro y
color negro, indicando que bajo esta capa blanca, existió blanco que provienen de origen mineral (Donnan 1989
una superficie pintada probablemente con diseños que y 2012). Para elaborar los murales no es claro si es que
hoy se hallan cubiertos por el enlucido blanco (Figura 49). los artistas hicieron un boceto previo en la pared antes
de pintar el mural; no hay evidencia de líneas incisas o
trazos que podrían indicar este tipo de trabajo preliminar.

116
Sin embargo, es posible que usaron carbón, y es por
ello que no han quedado las líneas del boceto (Donnan
1989). Todos los murales parecen haber sido pintados de
la misma manera, con los mismos pigmentos aplicados,
siguiendo la misma secuencia. Asimismo, el estilo es
consistente en todos ellos, sugiriendo que el trazo se
hizo para formar una unidad. Sin embargo, hay una
clara distinción entre los objetos, personajes y acciones
pintadas en la pared sur y los que están en la pared oeste.
A pesar de que las escenas, por razones de
conservación, no se encuentran completas, se puede
identificar claramente personajes y elementos que
mantienen un sentido o dirección que le da movimiento
a la acción, es decir los personajes están de perfil en
sentido de norte a sur, interrumpiéndose de forma alterna Fig. 48.
por un personaje de alto estatus que mira al frente; éste a Escena de pinturas
policromas en
diferencia de los demás aparece recurrentemente y está
Chornancap.
ornamentado con corona semilunar, orejeras, pectoral,
bastones en las manos y un cinturón que cae a ambos

117
lados de su cintura en forma trapezoidal. Los personajes los personajes y participantes de esta escena (seres
que complementan la escena, parecen tratarse de antropomorfos, ornitomorfos, etc.); sin embargo, podemos
guerreros con armas, que asisten a un desfile de certificar que se trata de un importante ritual desarrollado
prisioneros llevados con sogas amarrados al cuello, y en en la zona, y que tiene su momento culminante en el
algunos casos cabezas decapitadas llevadas en la mano recinto de los murales polícromos y el trono sagrado.
como trofeo. El punto de convergencia de estos desfiles, No obstante, hemos proyectado la reconstrucción
resulta ser una plataforma baja alargada donde se halla aproximada de la escena (Figura 50d), haciendo uso
reposando una deidad de apariencia felínica, la cual de fotos proporcionadas por Christopher Donnan y con
sospechamos podría tratarse de la versión Lambayeque otras imágenes de la iconografía Lambayeque. De otro
del felino lunar o felino mítico (Figura 50a), semejante lado, de la evaluación del arte mural en la costa norte,
al que aparece en los relieves de huaca Las Balsas, se puede precisar que existe una técnica y tradición que
Fase 3 denominada La Escena Compleja del Rito y los se mantiene durante un largo tiempo en la zona, donde
Sacrificios (Narváez 2011: 97)(Figura 50b) el color rojo es usado como fondo o color base, sobre el
Así mismo, durante las excavaciones del 2013 al cuál se hacen los diseños polícromos. Prueba de ello son
sur de Chornancap cerca a la tumba de la sacerdotisa, las semejanzas estilísticas con los murales de Úcupe
se documento una estructura de barro a manera (Alva y Meneses, 1984), el mural de Huaca Loro (Florián,
de una plataforma baja rectangular con las mismas 1951) y (Shimada 1995), mural de Huaca Blanca en
características que la existente en el mural polícromo Pacora (Curo 2014), mural de Huaca Pintada en Illimo
(Figura 50c). Es complejo efectuar por ahora una (Narváez 2011) y el mural de la Ola Antropomorfa en
descripción detallada y pormenorizada de cada uno de Chotuna (Wester 2010).

118

Fig. 49.
Animación 3D de patio
de pinturas policromas en
Chornancap.
119
Fig. 50a.
Cerámica Lambayeque con deidad felínica.

120
Fig. 50b. Fig. 50c.
Friso con deidad felínica Lambayeque en Plataforma rectangular de barro hallada en residencia de élite de
Huaca las Balsas de Túcume. Chornancap, junto a tumba de sacerdotisa.

Fig. 50d.
Reconstrucción de escena de los murales polícromos en Chornancap,
indicando identidad del personaje echado en plataforma baja.

121
4.3 Los Grafitis en la Fachada de los
Murales.

En la pared oeste del patio de los murales, excavado


parcialmente por Donnan en la década del 80, al Fig. 51.
profundizar nuestras excavaciones hasta el piso al cual Grafitis hallados en la fachada
se asocia este recinto, hemos identificado en el segmento donde se ubican las pinturas
policromas de Chornancap.
sur de la llamada hendidura, cuatro importantes grafitis
que se asocian al momento del abandono de la función
principal del patio que corresponde a las pinturas murales
y la fase final de la plataforma y altar del trono. Otros
grafitis fueron identificados en la misma área por Donnan
en el año 1982. Por sus características, las imágenes Fig. 52a y b.
Grafitis hallados en la fachada
representadas se asocian estilísticamente a la época
donde se ubican las pinturas
Lambayeque (Figura 51); sin embargo es preciso señalar policromas de Chornancap.
que existen antecedentes de representación de grafitis
desde épocas muy tempranas y están relacionadas con
el fin del uso o abandono de las estructuras o espacios
arquitectónicos. Por razones metodológicas y para
efectos de su descripción, hemos asignado a los grafitis
de Chornancap un número arábigo.

122
Grafiti 1: Corresponde a un personaje de alto estatus,
visto de frente con corona y tocado semilunar, con
ornamentos (aparentemente armas) colocadas en las
extremidades superiores; así mismo un pectoral y toda la
vestimenta típica Lambayeque, como por ejemplo camisa
de forma trapezoidal; al parecer se trataría del mismo
personaje representado en las pinturas policromas del
patio de los murales de Chornancap (Figura 52 a y b).

Grafiti 2: Personaje en posición de perfil en sentido


de derecha a izquierda con un ornamento (arma) en la
mano derecha, corona y tocado semilunar, un detalle
significativo del rostro de este personaje, muestra un perfil
hacia ambos lados. Tanto en el Grafiti 1 como el Grafiti
2, se aprecian elementos comunes como los tocados
y las armas, que son atuendos que indican el estatus
y la identidad del personaje, por lo que se tratarían de
personajes de rango (Figura 53 a y b).

123
Grafiti 3: Corresponde a lo que podría tratarse de una El entorno del grafiti está determinado por símbolos
versión tardía del llamado “Decapitador o Sacrificador” geométricos como: triángulos escalonados y círculos
de la época Mochica, o probablemente se trata de un similares a los hallados en la fase temprana del trono de
personaje aparentemente femenino que lleva un tocado Chornancap. La búsqueda de elementos comparativos
“bipolar”, hacia los lados de su rostro en la parte superior nos ha permitido asociarlo con una reconocida vasija
derecha o izquierda aparecen apéndices decorativos no existente en la colección del Museo del Banco Central
definidos, en cada una de las manos porta una cabeza de Reserva Lima código ACE: 1914, en la que aparece
esquematizada en forma de triángulo, cada una de las representada una fachada similar con vano central, y
cabezas la está tomando del cabello, y podría tratarse elementos decorativos en forma de relieves de círculos,
de uno de los personajes representados en las pinturas olas, y triángulos escalonados (Figura 56).
polícromas ubicadas en la cenefa del patio de los murales Posterior a la elaboración de los grafitis, probablemente
(Figura 54 a y b). como parte del ritual del cierre o cubrimiento de la pared
Grafiti 4: Se trata de la imagen esquematizada de un de las pinturas y los grafitis, se edificó un muro paralelo
típico templo Lambayeque, con la clásica alegoría en la con paramento externo hacia el este que sepulta y
parte superior del cuerpo del ave en picada o llamado sella la fase de los elementos decorativos (Figura 57),
también símbolo “punta rectángulo punta” (Zevallos clausurando la llamada hendidura (Donnan 1989 y 2012).
1989), en el centro de la estructura se aprecia un vano de
acceso que indica que estamos en la representación de
la fachada de un clásico templo Lambayeque (Figura 55). Fig. 53a y b.
Grafiti 2 in situ, dibujo.

124
125

Fig. 54a y b.
Grafiti 3 in situ,
dibujo.
Grafiti 4 in situ.

126
127

Fig. 55.
Grafiti 4 in situ.

Fig. 56.
Botella Lambayeque (Colección Museo BCR).
4.4. La Residencia de Elite en
Chornancap.

Las excavaciones realizadas en el año 2009 al norte ancho de este a oeste, y un área de aproximadamente
de Chornancap, tuvieron como consecuencia el hallazgo una hectárea. La superficie del montículo se encontraba
del patio con el trono, el recinto de culto y todo el conjunto cubierta por vegetación arbustiva y árboles de algarrobo,
arquitectónico que articulado a las pinturas polícromas estaba conformada por una gruesa y densa capa de
generan indudablemente una lectura del escenario arena que cubría toda el área donde se apreciaban
que se traduce en el espacio donde debieron aparecer en superficie muy escasas excavaciones clandestinas
128 los personajes más representativos de la estructura (pozos de huaquero), dando la impresión de un montículo
sociopolítica y religiosa de la cultura Lambayeque, que intacto y de una duna estabilizada por la vegetación
desempeñan sus funciones en Chornancap y que lo (Figura 58).
convierten en el escenario del poder. Por ello, en el año
Fig. 57. Fig. 58.
2011 continuamos las excavaciones hacia el lado sur de
Pared que sepulta fase Inicio de
Chornancap en un montículo que previamente habíamos de pinturas policromas. excavaciones al sur
identificado en las labores de Prospección Arqueológica de Chornancap
realizada el año 2007 (Wester 2010).
El montículo se ubica a 93 metros al sur de
Chornancap y se trata de una elevación irregular con
una altura promedio de 8 metros, sus dimensiones son Fig. 59.
Material arqueológico disturbado y perteneciente
de 100 metros de largo de norte a sur por 80 metros de a tumba 1, hallada al sur de Chornancap.
129
Al iniciarse la intervención en este montículo, se
trazó una trinchera central exploratoria de 30 metros de
largo de norte a sur por 2 metros de ancho, cuya finalidad
fue registrar evidencias arquitectónicas, hallazgos o
descartar esta posibilidad. Al limpiar los escasos pozos de
huaqueo, se pudo detectar en uno de ellos, la presencia
de restos materiales disturbados, consistentes en
fragmentos de cerámica, piruros de cerámica llamados
también torteros, que se usan para la labor de hilado,
tiza de huaca, cuentas de nácar que formaron parte de
collares, piruro de cobre, cuentas de spondylus y restos
óseos que formaban originalmente parte de un entierro
disturbado, al cual denominamos Tumba 1 (Figura 59),
estos indicios constituyeron las primeras señales de la
ocupación que había en este montículo. El perfilamiento
de esta excavación dejó expuesto en el perfil este una
nueva evidencia, se trató de un enterramiento intacto
correspondiente a un niño que llamamos Tumba 2. Al
excavar el contexto se pudo evidenciar que correspondía
a un infante de aproximadamente 8 a 10 años con una
ofrenda de cerámica correspondiente a una botella asa
estribo color negro de estilo Chimú – Inca, que estaba
depositado en posición extendido de cúbito dorsal en eje
sur hacia el norte, sobre un lecho de una gruesa capa de
arena fina (Figura 60 y 61).

Fig. 60.
Tumba 2 hallada al sur de Chornancap.

130

Fig. 61.
Dibujo de individuo de Tumba 2.
131
Con estas evidencias se realizó el levantamiento especie de banqueta elevada escalonada, con un muro
topográfico detallado del montículo con curvas a posterior al sur y 8 columnas de algarrobo revestidas con
nivel cada 25 centímetros, y se formularon los ejes de barro y de lados planos, que originalmente soportaron el
cuadriculación en áreas de 10 x 10 metros, que fueron techo que por la disposición de las columnas pensamos
progresiva y sistemáticamente excavadas (Figura 62), que fue a dos aguas; este altar mayor o principal presenta
y que permitieron al retirar la densa capa de arena se hacia la parte norte un patio pequeño de planta cuadrada
pudiera evidenciar la presencia de un complejo conjunto con el cual se conecta a través de una rampa central,
arquitectónico de adobe plano convexo debidamente a cuyos lados se han adherido pequeñas banquetas; al
articulado, en regular estado de conservación. A éste centro de la plaza, se aprecian dos muros divisorios y un
conjunto, lo denominamos inicialmente como El Palacio9, pequeño pedestal o altarcillo en la esquina noreste del
entendiendo esta categoría como la residencia oficial de mismo patio que presenta las mismas características que
un soberano o líder religioso supremo (Pillsbury y Toby los pedestales hallados en el patio del trono.
2004), sin embargo, luego de analizar los componentes
optamos por denominarlo La residencia de élite (Figura
63).
Esta estructura arquitectónica singular, se trata de un
complejo conjunto construido de adobe que ocupa gran
parte del montículo, y que podríamos definirlo en dos
grandes sectores: el sector ritual y residencial al norte
y el sector doméstico al sur, ambos separados por un
muro de 3 metros de ancho emplazado en eje este oeste, Fig. 62.
Plano topográfico de Chornancap.
como si se tratase de un elevado muro perimetral que
separa dos grandes espacios con funciones diferentes,
Fig. 63.
132 pero complementarias y que generan la idea de que la Vista general de residencia de
huaca Chornancap estuvo originalmente delimitada por elite al sur de Chornancap.
un muro perimetral que define su área principal y nuclear
distinguiéndola de la periferia. En el espacio norte del muro
perimetral, se ubica al centro un altar compuesto por una

9
Krzysztof Makowski señala:…” que en los complejos de posible función
palaciega predominaba los patios, altares, mausoleo y recintos amurallados,
destinados a congregar multitudes en rituales y ceremonias diversas. Desde
el horizonte medio, las hipotéticas residencias palaciegas se convertían en
el lugar de sepultura y del culto funerario de soberanos luego de su deceso”
(Makowski 2014:192).
133
134
135
Hacia los lados este y oeste del altar principal de los aposentos, compuesta por dos recintos, uno de
se aprecian estructuras con acceso restringido, que ellos con una banqueta ancha a manera de cama, así
dependen del patio y del altar principal; por un lado, mismo, el corredor conduce en forma restringida hacia
al oeste se ubican cuatro recintos contiguos de planta el acceso norte del patio principal. Al este del recinto se
rectangular que conforman un agrupamiento de han documentado tres espacios al parecer habitaciones
espacios a manera de depósitos; uno de ellos destaca grandes en las cuales no se aprecian mayores evidencias,
por presentar junto al acceso, cuatro pequeños cubículos y el piso se encuentra bastante erosionado (Figura 65).
136 que muestran improntas de techos, seguramente en
éstos se depositaron bienes de singular valor y otros
productos (Figura 64). Al lado este, se evidencia una Fig. 64.
pequeña plataforma o altar secundario con 6 columnas Área de depósitos
en residencia de
de algarrobo revestidas con barro y en forma circular,
elite de Chornancap.
que permitió la instalación de un techo a dos aguas,
esta estructura o altar menor tiene una pequeña rampa
central, y se encuentra delimitada por un muro con
planta en “L” invertida. Por un corredor angosto que se
incia en este altar menor y en eje norte se ubica el área
Indiscutiblemente ésta área, dada sus características escalonado). Toda esta complejidad de recintos, altares,
y especial configuración, constituye un espacio ritual aposentos, patios, en suma revelan una intensa actividad
destinado a un personaje de élite. Entre ambos altares, ceremonial de concurrencia limitada y selecta, como si se
el principal y el secundario se evidencia un componente tratase de un edificio sacralizado que expresa un concepto
arquitectónico extraordinario e inédito, que conecta a dual común en toda el área andina (Bock 2003), que con
ambos altares, el de las columnas circulares con el de las el símbolo de la ola geométrica articulado al elemento
columnas de lados planos, el elemento al que hacemos escalonado (Figura 66), encuentran su mayor expresión
referencia, es una composición ritual de carácter dual, ritual, y convierten a este espacio en un área altamente 137
definida por un trazo arquitectónico bajo la forma de religiosa de acceso restringido, y complementaria a las
un muro de adobe, que describe una ola geométrica o funciones que debieron desarrollarse en el lado norte de
greca, que se articula a un símbolo escalonado, y que Chornancap que denominamos el trono.
genera un recorrido ritual, como si se tratase de un
recorrido ceremonial o espacio de transformación, que
debió generar el cambio simbólico del personaje que
recorre y accede por este elemento, como paso previo Fig. 65.
e inevitable a su presentación en el altar principal. Este Área de aposentos y altar
en residencia de elite de
elemento simbólico está compuesto por dos partes, el
Chornancap.
que representa al mar ubicado al oeste (ola geométrica)
y el que representa a la montaña ubicado al este (símbolo
El elemento geométrico identificado en la residencia De otro lado, al sur del muro delimitatorio o
de élite (ola montaña), ha sido frecuentemente perimetral, las condiciones de la arquitectura cambian al
documentado en la simbología del área Andina y forma definirse un área abierta con un muro perpendicular al
parte de una composición dual más representativa que perimetral que forma una planta en “L”, con una banqueta
se conoce en la historia del nuevo mundo, y ha sido delantera que genera el acceso restringido e indirecto
interpretado como el símbolo del agua y la tierra, el agua a un conjunto de seis recintos cuadrangulares, que se
y la montaña, el elemento de la fertilidad (Willey 1971, encuentran articulados como habitaciones paralelas con
Bock y Zuidema 1991, Bock 1988 y 2003), una serie accesos próximos, en los cuales la actividad principal
de explicaciones que le atribuyen un sentido mágico y parece ser la vinculada al almacenaje de productos y
religioso, convirtiéndolo en el emblema más connotado bienes de consumo rápido como alimentos y bebidas.
138 y representativo del antiguo Perú. Adicionalmente, Probablemente el área en cuestión, está asociada al
debemos precisar que el eje de este recorrido simbólico recinto donde pueden haberse desarrollado actividades
es este-oeste convirtiéndose la orientación este en el de participación masiva como festines o concentraciones
destino desde donde los ríos que nacen en las montañas de personas dedicadas a labores principalmente de
desembocan su cauce en el mar, que se ubica al oeste. producción textil, que son mantenidas en estas áreas
Evidentemente que este elemento dual que conecta y donde se les provee de alimentos e insumos durante el
articula a los espacios rituales en la residencia de élite, desarrollo de sus funciones artesanales (Figura 68).
permite caracterizar a este lugar como un escenario
sagrado de elevado contenido simbólico y de alta
influencia sobre la personalidad, roles e identidad
religiosa de quien lo usa en las actividades ceremoniales
(Figura 67).
Fig. 66. Fig. 67.
Vista de altares y Imagen en 3D de
recorrido ritual o residencia de elite
espacio definido en Chornancap, lado 139
por símbolo ola y norte.
escalera.
140

Fig. 68.
Imagen del lado sur de residencia de elite
en Chornancap.
4.5. Significado del Trono y la Residencia
de Élite.

Las excavaciones en Chornancap durante los años estructura está asociada al funcionamiento del templo
2009, 2010 y 2011, han sido sumamente importantes Chornancap, evidentemente que la plataforma con el
y los resultados permiten entender el significado del trono, el recinto de culto y los elementos decorativos, no
monumento arqueológico, las actividades religiosas que solo se articulan estructuralmente, sino que simbolizan
se han desarrollado, así como documentar escenarios y un espacio y/o conjunto religioso, que está determinado
espacios que presentan un inestimable poder narrativo, por la Huaca, como el área principal para el ancestro,
para reconstruir la historia del sitio y los mecanismos el trono como el escenario para la máxima autoridad
políticos e ideológicos que se desarrollaron y el tipo política y religiosa que ejerce y ostenta el poder, ante
de material que se asocia a estos. La excavación este poder aparecen asociados símbolos fundamentales,
de la arquitectura con el patio del trono al norte de expresados en los pedestales o altares que tienen la
Chornancap, nos ubicó en una dimensión excepcional, forma de la mitad de la Chacana con círculo central; la
donde la existencia de los espacios arquitectónicos que está al este representaría el elemento solar, la tierra,
revelan actividades que allí se desarrollaron, y permite y lo masculino; y la que está al oeste el elemento lunar,
a partir de estos elementos constructivos, decorativos el mar y lo femenino. Estas medias chacanas unidas,
y símbolos religiosos representados, aproximarnos a la forman la imagen completa de la cruz andina, que
presencia humana en el monumento, y al carácter de articula los espacios, las dimensiones, los territorios, los
cada uno de estos espacios en torno al edificio principal. ciclos estacionales, el tiempo; que traducen un concepto
El trono de Chornancap fue en su momento, un ideológico principal en América Andina, que llamamos
espacio privilegiado y destinado al uso de una importante dualidad y complementariedad.
autoridad del más alto estatus jerárquico. Físicamente la
141
De la revisión de diversos temas que aparecen en camélidos, y traídos desde el norte para ser presentados
el arte Moche (Donnan 1975; Hocquenghem 1987), ante el altar del señor como testimonio del culto al agua y
representados en botellas asa estribo de línea fina el poder que este personaje tiene. Así mismo, los grupos
y otros materiales que simbolizan escenas rituales, de recolectores de spondylus en la época Lambayeque
ceremonias y actividades que a nuestro juicio no proveían este preciado recurso para ser usado en rituales
solo son antecedentes, sino que debieron mantener y ceremonias como elemento de purificación, como
continuidad en la tradición Lambayeque, como producto ofrenda en las sepulturas, como materia prima para la
de la evidente transmisión de rasgos, costumbres y confección de pectorales, pero sobre todo como símbolo
hábitos que se heredan de una civilización a otra, sobre mágico de la abundancia de agua (Figura 69).
todo si estas formaron parte de un escenario geográfico
y paisajístico común como la costa norte. Al respecto, el
trono de Chornancap sugiere la hipótesis, por un lado,
de explicar su configuración espacial y estructuración
arquitectónica desde la óptica de la forma, el diseño y
la construcción (técnicas y materiales). De otro lado, nos
aproxima a esbozar explicaciones sobre uso y función,
más allá del solo hecho de identificar el espacio para el Fig. 69.
personaje principal que se emplazó, nos interesa conocer Recreación de patio de trono en
qué tipo de actividades ha presidido, trasmitiendo Chornancap con supuesta escena
autoridad política y religiosidad. En la búsqueda de de presentación de spondylus a
personaje de estatus.
explicaciones de la funcionabilidad y significado de este
espacio sagrado, encontramos un tema que en el arte
142 Mochica está referido al ritual de entrega de ofrendas
de concha spondylus y conus, que son transportados en
143
Formulamos esta asociación, porque durante la usado también para ser derramado como polvo al paso
excavación en el área del patio del trono, se halló en de los personajes más importantes. Recordemos que en
el relleno sobre la arquitectura, un sorprendente objeto el relato de Ñaymlap (Cabello de Balboa 1951[1586]),
elaborado en palo de balsa, se trata de lo que podría cuenta sobre uno de los servidores llamado Fongasigde,
ser el cuerpo de una orejera circular de 6 centímetros quien era el encargado de derramar concha molida al
de diámetro con delicado repujado y calado en bajo paso del señor, lo que significa el valor que tenían estos
relieve, que en uno de sus lados planos muestra una moluscos, que eran usados para purificar el área por
extraordinaria escena donde dos personajes opuestos donde pasaba la máxima autoridad. Este objeto, con
sentados sobre una balsa rectangular, sostienen con la representación de los recolectores de spondylus,
sogas a dos buzos que se hallan sumergidos en la nos permite inferir las posibles actividades rituales
profundidad del mar, recolectando spondylus para ser vinculadas con la obtención de este preciado molusco
colocados en la balsa (Figuras 70a y 70b). Esta escena, y que guardaría relación con algunos de los roles que
es la clásica representación de la conocida imagen de los desempeña, así como las actividades que presidía quien
recolectores de spondylus, comúnmente conocidos como se halló sentado en el trono de Chornancap (Figura 71).
buzos, que revela la estrecha relación entre los grupos
Lambayeque y aquellos de la costa del Ecuador, quienes
extraían este preciado producto, que era trasladado a
Lambayeque en cantidades “industriales”.
Como sabemos el spondylus es una concha espinosa
de agua cálida considerada como un bien de prestigio
de alto valor religioso y simbólico (Hocquenghem 2009 Fig. 70a.
Objeto de madera con
y Narváez 2011), aprovechado desde épocas tempranas
representación de
144 y adquiere durante el periodo Lambayeque un elevado recolectores de spondylus.
valor ceremonial para los rituales de enterramiento, y

Fig. 70b.
Escena de buzos
representada en objeto 70a.
145
Otro elemento de comparación, está referido a
la clásica representación en el arte Mochica, de una
sacerdotisa con tocado bipolar y bufanda que remata
en cabeza de serpientes, la que entrega con la mano
izquierda una copa conteniendo la sangre de un
prisionero sacrificado previamente, y que es elevada
ante el personaje principal que se halla sentado en una
estructura que da la idea de tratarse de un trono, quien
recibe esta ofrenda como testimonio de la reafirmación
del poder y autoridad, no solo por su investidura, si no por
el escenario que ocupa y que le concede el privilegio de
decidir sobre la vida y la muerte (Figura 72). Recordemos
que en el patio de los murales polícromos en Chornancap
la escena principal representada, muestra el desfile de
personajes llevando un prisionero con una soga, otros
portan armas y cabezas humanas decapitadas que se
presentaran ante un espacio o manera de altar o trono
donde reposa una deidad con atributos antropozoomorfo
(hombre-felino), que guardaría similitud con la imagen
del personaje C representado en la Fase 3 de Huaca Las
Balsas en Túcume (Narváez 2011:97).

Fig. 71.
Recreación 3D de
146 personaje sentado en
trono de Chornancap.
147
Fig. 72.
Iconografía Mochica en la
que personaje de alto estatus
sentado en trono recibe copa de
148
Sacerdotisa.
Un tercer elemento usado para correlacionar el
significado del trono, lo constituye uno de los tumis o
cuchillo ceremonial de oro perteneciente a la cultura
Lambayeque, cuya hoja inferior laminada termina en
una forma semilunar, y en el extremo superior que es
la empuñadura, aparece la imagen escultórica de un
personaje semidivino con rasgos ornitomorfos, ojos
alados, nariz prominente, conocido como el Dios Ñaymlap
(Kauffmann Doig 1989, 1992), ricamente ataviado, lleva
tocado semilunar, un ornamento en forma de alas a la
altura de las espaldas, orejeras y pectoral. Ésta deidad,
está sentado con las piernas flexionadas, descansando
sobre lo que sería un trono; lleva en la mano derecha
una esfera, y en la izquierda un cuchillo ceremonial tipo
Tumi, esta es una clásica representación que alude
simbólicamente al estatus y jerarquía suprema de este
personaje, y a la relación que tiene con los elementos
que porta en las manos, que al parecer estaría vinculado
al poder y la luna, tratándose este en uno de los
elementos más importantes que preside la vida religiosa
de los hombres (Figura 73). En este objeto cabe resaltar
dos hechos, por un lado, la ornamentación que tiene el
personaje que ya por si mismo ostenta un nivel elevado 149
en el mundo ancestral, y de otro lado, el hecho de que
esta imagen “mítica” aparece sentada sobre lo que sería
un trono que reafirma su condición y alto estatus.

Fig. 73. Fig. 74.


Cuchillo ceremonial de oro, cultura Lambayeque, Vista general de patio con
personaje sentado en trono trono en Chornancap.
150
151
152

Fig. 75.
Conjunto de osamentas humanas
dramáticamente sacrificados, hallados al
oeste de área del trono en Chornancap.
Fig. 76. Fig. 77. Fig. 78. 153
Iconografía Mochica, Fragmento de Escultura de cerámica
representando desfile de cerámica estilo estilo Lambayeque, hallado
prisioneros desnudos y Lambayeque, hallado en huaca Casimira al este
sacrificados ante personaje en área de trono en de Chornancap.
en altar y trono. Chornancap.
En la arquitectura de la fase final del trono, se define personaje Lambayeque con atributos de ave (Figura 78),
la estructura como tal, donde se emplazaba la autoridad estos materiales nos aproximan a ubicar el escenario en
religiosa que a nuestro juicio presidio y controló un la época Lambayeque Tardío de los siglos XII al XIV d.C.
conjunto de rituales que se sucedieron en un tiempo, De otro lado, comentario especial merece la fase final
mientras que en la parte inferior, donde aparecen las del trono donde en una de las dos banquetas paralelas
banquetas y los pedestales con la representación de la ubicadas en el corredor que une la denominada sacristía
media chacana con círculo central, es donde se reitera y el patrio de las pinturas, fue documentado el entierro
simbólicamente el mensaje de la dualidad, es decir: el de un individuo joven aparentemente de sexo femenino
espacio de la tierra y el mar, el día y la noche, el sol y adulto portando una concha spondylus en la mano y
la luna, masculino y femenino, todo esto dentro de un en posición flexionada, que indica la sacralización del
espacio sacralizado, por lo tanto, la conclusión preliminar escenario con ofrendas humanas (Figuras 79a y 79b).
sobre este escenario sagrado, es que la autoridad En la plataforma del trono se debieron recibir e instalar
Lambayeque instalada en el trono presidió rituales de a un grupo específico de personalidades y oficiantes
culto al ancestro que es la Huaca Chornancap a través invitados que tienen jerarquía, y que participan en un
de un calendario ceremonial, que demandó un entorno ritual presidido por el personaje principal instalado en el
simbólico que le permite reiterar el poder y estatus del trono tal como se muestra en la recreación (Figura 80)
personaje que lo ocupa, y la jerarquía del escenario. y que sugiere que al escenario concurrió la más alta
(Figura 74) Es muy probable que el patio con la cenefa jerarquía política y religiosa del territorio. El corredor
donde se ubican las pinturas policromas, era el escenario donde fue hallado el entierro flexionado, se conecta con
donde se realizaba el ritual de presentación de sacrificios una rampa empotrada con recorrido en zigzag en eje
humanos y entrega de cabezas de sacrificados que son oeste-este con un vano muy angosto que reduce el paso
llevadas en un desfile hacia el trono; formulamos esta y restringe la circulación y conecta tanto hacia la parte
interpretación, por que adicionalmente se registró al oeste superior como hacia la parte inferior (Figura 81). Esta
del trono de Chornancap, un conjunto de osamentas configuración define categóricamente la condición ritual
humanas de sacrificados que presentan profundos cortes de esta área donde el trono y el patio de las pinturas
en la cervical 2, clavícula derecha e izquierda, esternón policromas forman parte de un área de elevado contenido
e incluso algunos de estos cuerpos presentan la cabeza religioso y político.
separada totalmente del tronco (Figura 75).
A pesar de que estos contextos son de época
posterior, es sin duda un evidente indicador de la
continuidad de esta actividad sacrificial que se ha
desarrollado en este monumento, cuyos rituales podemos
154 reconocer en el arte Mochica en el que los prisioneros
desnudos son llevados en hamacas ante un altar donde
un personaje principal sentado en un trono decide su
sacrificio (Figura 76). Los elementos arquitectónicos y los
rasgos estilísticos, así como algunos materiales como es
el caso de un fragmento de cerámica hallado en el área
del trono y que tiene la representación de un personaje
Lambayeque con tocado semilunar que frecuentemente
aparece en botellas de doble pico divergente unidos
por asa puente, conocida como tachos (Figura 77) y
una escultura de cerámica con la representación de
155
Fig. 79a.
Entierro en la arquitectura
156 del trono.

Fig. 79b.
Dibujo de entierro en la
arquitectura del trono.

Fig. 80.
Recreación 3D oficiantes y
personaje principal en trono
de Chornancap.
En lo que respecta a la residencia de élite de Este icono, tan recurrentemente documentado en
Chornancap emplazada en la zona sur de este monumento, casi todos los materiales (cerámica, textiles, metales,
el carácter de la construcción está determinado hacia madera, hueso, entre otros), y durante todas las épocas
actividades que consisten en el desarrollo de rituales, en la simbología de América Andina, forma parte de uno
articulado con las áreas de producción, abastecimientos de los símbolos más representativos que se conocen en
de recursos, y un espacio que funciona como aposento. la historia del nuevo mundo y ha sido interpretado como
Dentro de la actividad ritual destaca la existencia de lo el símbolo del agua y la tierra, como el elemento de la
que denominamos el recorrido ceremonial o espacio de fertilidad, como el rasgo particular y distintivo del agua y
transformación, que está determinado por la arquitectura la montaña (Bock 1988 y 2003; Bock y Zuidema 1991).
existente entre los altares donde se aprecia un elemento No obstante, debemos reflexionar que este elemento
de adobe a media altura (como un laberinto), constituido más allá de su significado como símbolo trascendental
por una forma que determina una ola geométrica o greca, de la fertilidad andina, expresaría a nuestro juicio en el
que se articula a un símbolo escalonado, que genera un caso de la residencia de elite de Chornancap, una señal
recorrido que debió suponer la transformación o cambio dual o indicador simbólico de la existencia de elementos
del personaje (sacerdote o sacerdotisa), que de manera que se hallan sepultados bajo esta representación
exclusiva accede por este elemento, recorriéndolo de y que aluden a una expresa voluntad de la estructura
este a oeste, del espacio de la Luna hacia el Mar, como religiosa de mantener estos conceptos no solo en el
paso inevitable a su presentación ante el altar principal, arte en los materiales, sino en la arquitectura como es
donde llega convertida de diosa de la Luna en deidad del este caso y que estos se vinculen con posibles contextos
Mar; es en este recorrido donde el personaje principal de alto contenido religioso cuya recordación a través
adquiere ciertos atributos y características de deidad. de la arquitectura genera un permanente culto. Con el
Este elemento dual, describe el elevado rol religioso del hallazgo de la sepultura de la denominada Sacerdotisa,
oficiante que propicia el encuentro del agua y la tierra documentada en Chornancap (Wester 2012 y 2014),
para asegurar la fertilidad agrícola. y otros contextos excavados en la residencia de élite

157
158

Fig. 81.
Reconstrucción 3D, rampa empotrada con recorrido en zigzag que
conecta trono y patio de pinturas policromas en Chornancap.
(tumbas 3 y 5) este escenario adquiere una nueva
condición o estatus, lo que constituye que este espacio
usado en vida para actividades rituales, ceremoniales
y como residencia, sirve también como área para
sepultura o mausoleo, como escenario sagrado que
le permite el acceso al mundo de los muertos, donde
habitan sus ancestros, más aún si arqueológicamente se
ha demostrado en esta sepultura que bajo el personaje
llamado Sacerdotisa se halló la tumba de un personaje a
quien denominamos: Personaje de los spondylus (tumba
5), que deja la idea del encuentro entre la Sacerdotisa
con uno de sus más cercanos antecesores convertido
en ancestro, que nos hace sospechar la posibilidad de
un encuentro de carácter dinástico. Estos elementos
arquitectónicos documentados arqueológicamente, como
el trono y la residencia de élite de Chornancap (Figura
82), estamos seguros son los mayores argumentos para
entender la configuración ritual de los espacios alrededor
del monumento principal que adquiere la connotación de
templo y/o palacio, como escenario para la dinámica del
poder y la religiosidad en la cultura Lambayeque10.

159

Fig. 82.
10
Izumi Shimada (2014), presenta los resultados de las excavaciones en
POMAC, sobre todo las tumbas este y oeste, consideradas sepulturas de Élite
Templo Chornancap (2), al norte patio del trono y pinturas
y que están emplazadas alrededor del Templo de Huaca Loro que significa que
polícromas (1), al sur residencia de élite (3). el edificio presenta un entorno sagrado.
160
161
TERCERA PARTE
LOS CONTEXTOS FUNERARIOS EN CHORNANCAP
CAPÍTULO V
5.1 Hallazgos previos: Entierros 1 y 2,
contenidos y ofrendas.

Al registrar y documentar la residencia de élite ofrendan estos objetos como elementos simbólicos de
ubicada al sur de Chornancap, se identificó delante rápida elaboración y rústico acabado (Costin 1999:85),
del altar principal un conjunto de intrusiones (cinco pero que representan materialmente a grupos familiares
intrusiones incluyendo la tumba 3 y tumba 4), que (Figura 84). Sobre estos pequeños recipientes o vasijas
fueron excavadas sistemáticamente (Figura 83). En en miniatura, Gabriela Cervantes (2014), ha estudiado a
las intrusiones 1, 2 y 3, se registraron concentraciones través de análisis de granos de almidón, las colecciones
de ofrendas consistentes en vasijas de cerámica en de crisoles provenientes de las tumbas de Pomac (Huaca
miniatura, conocidas como crisoles, acumulados en Loro), encontrando en el interior de ellos residuos de
pequeños agrupamientos de ofrendas dispuestas sobre maíz y probablemente ají (Cervantes 2014:229), lo que
grandes fragmentos de vasijas conocidas comúnmente indicaría que dichas vasijas en miniatura habrían sido
como urnas, dando la idea de contenedores; el total llenadas simbólicamente con variedades de comidas y
de estas vasijas en miniatura suma un número 2,101 bebidas.
colocadas como ofrendas masivas, como si éstas
representaran la presencia simbólica de grupos humanos,
comunidades de personas que participan masivamente
en rituales o celebraciones conmemorativas, y que

165

Fig. 83.
Planta general de residencia de elite en
Chornancap, con ubicación de intrusiones.
166
167
Junto a estas ofrendas, se hallaron vasijas de Fig. 84.
cerámica como ollas, botellas asa estribo, ornamentos Conjuntos de ofrendas en la
residencia de elite, en torno a
de cobre como un disco calado con la representación
tumba 3.
168 repujada de volutas en una banda circular concéntrica
y la imagen calada de cuatro spondylus, también se
hallaron pequeños objetos de concha recortada con
la silueta de un personaje visto de perfil en miniatura
(Figuras 85 y 86) y un conjunto de pequeños objetos
de cobre dorado entre los que destaca una corona o
diadema cilíndrica con apéndices semicirculares hacia
los lados, un cuchillo y cuchara de cobre, un pequeño
cetro – cuchillo alargado en cuya parte superior de forma
elipsoidal aparece la imagen laminada que define la
silueta de la representación de la deidad Lambayeque
conocida como Dios Ñaymlap (Figura 87).
Fig. 85.
Ofrendas de cerámica y metales.

Fig. 86.
Detalle de ofrendas de cobre.

169
Así mismo, destacan en estas intrusiones (Intrusión Fig. 87.
Ofrendas de objetos de cobre y
1, 2 y 3) la presencia de dos entierros secundarios
cobre dorado.
fuertemente removidos e incompletos, probablemente
170 individuos masculinos adultos, que revelan el traslado
de cuerpos que son retirados de sus tumbas y llevados
a este escenario como ofrendas conmemorativas que
forman parte de una reconocida tradición funeraria.
Estos elementos fueron un indicador indiscutible de la
posible existencia de otros contextos funerarios más
complejos y de mayor estatus.
5.2 Sepultura del Personaje de Elite
(Tumba 3): ofrendas y acompañantes.

Dentro de la intrusión 4, se localizó al fondo de la


misma, a una profundidad de 3.50 metros un piso de
buen acabado y muy consistente en el cual se evidenció
el corte rectangular de una sepultura que denominamos
Tumba 3. Esta sepultura corresponde al entierro de un
individuo joven de sexo masculino en posición de cúbito
dorsal en eje este – oeste, mirando al oeste. El análisis
de las osamentas permiten aproximar una edad de 18
años al momento de la muerte (Klaus 2014), asimismo se
ha identificado parte de la extremidad superior izquierda
se encuentra removida notándose que el húmero está
ligeramente fuera de su lugar, y que el cúbito y radio
se superponen hacia la parte media del húmero, lo
que indica que probablemente se trate de un entierro
secundario o en su defecto el individuo pasó algunas
semanas expuesto a la intemperie antes de su sepultura
y en el momento que esta se produce la manipulación
del cuerpo ha originado esta alteración. El personaje se
hallaba acompañado por un individuo de sexo masculino
de edad indeterminada, pero aparentemente se trate 171
de una persona adulta, cuya posición en la sepultura es
fuertemente flexionado, colocado sobre el lado derecho
de su cuerpo, y ubicado a la altura de la extremidad
inferior izquierda del personaje principal de la Tumba 3
(Figura 88).
172

Fig. 88.
Vista de Tumba 3 in situ.
5.3 El contexto de la Tumba 3.

El personaje central de la tumba 3 se trata de un El hecho de que este personaje tenga bienes en su
individuo colocado en una sepultura rectangular en sepultura como ofrendas, que se halla acompañado de
eje este-oeste que corta el piso 2 del montículo sur en otro individuo, hace pensar que se trate de un personaje de
Chornancap. El individuo tiene una vestimenta que desde estatus que tiene una sepultura especialmente trabajada,
la altura de la cadera hacia las rodillas la conforman ofrendas como bienes de prestigio y un acompañante.
placas circulares de cobre cosidas al vestido, presenta Además el conjunto de ofrendas que aparecen en las
sobre las extremidades inferiores un cuchillo grande de intrusiones 1, 2 y 3 son efectuadas en conmemoración
cobre tipo Tumi doblado en dos partes, esta circunstancia a este personaje de élite que denominamos tumba 3.
hace pensar la idea de que los objetos también son Evidentemente, que esta sepultura confirmó la sospecha
sacrificados con el propósito de anular su función (Figura de la existencia de otras tumbas en esta área ritual de la
89). Fueron hallados en este contexto un par de discos residencia de elite de Chornancap.
de cobre, un tocado plumario de cobre sobre el hombro
derecho, un pequeño bastón de cobre al lado derecho
y finalmente un pequeño cuchillo de cobre. También se
halló un fragmento de cerámica gruesa a manera de
fuente, que contenía un grupo de vasijas de cerámica en
miniatura llamados crisoles.

173

Fig. 89.
Reconstrucción de Tumba 3 de residencia
de elite.
5.4 Tumba 4: La Sacerdotisa de
Chornancap.

Al excavar la intrusión cinco en la denominada


residencia de élite, ubicada en el montículo al sur de Fig. 90.
Chornancap, junto al altar principal en un área de Vista de intrusión principal en
aproximadamente 10 metros cuadrados (Figura 90), se residencia de elite en Chornancap.

definió los primeros indicios de un conjunto de ofrendas


significativas. En el lado oeste y este del corte de la
Fig. 91.
intrusión a 60 centímetros de profundidad se halló un Primer nivel de ofrendas colocadas
primer grupo de vasijas fragmentadas y colocadas en una en una capa de barro sobre lecho
capa de tierra que se había compactado como producto de arena.
de la percolación de agua. Estas ofrendas resultan ser
parte de un acto ritual conmemorativo, consistente en
Lámina 2.
la reapertura parcial de la intrusión con el propósito de
Dibujo de planta con primer nivel de
colocar vasijas de filiación Chimú y Chimú-Inca (Figuras ofrendas.
91 y 92, Lámina 2).

174
175
En niveles inferiores, aparecieron al lado oeste Fig. 92.
un agrupamiento de 35 vasijas de cerámica de la más Ofrendas de cerámica
Chimú-Inka colocadas en
fina calidad artística y tecnológica, asociadas al estilo
una capa de barro.
Cajamarca, que se caracteriza por elaborar cerámica
con arcilla conocida como caolín, pero que sobre todo
muestra un indiscutible sello de color, acabado y singular
176 decoración. Estas ofrendas de cerámica, representada
por juegos de platos, cuencos, copas-sonajas y finas divergente con asa puente y vasijas escultóricas de
jarras, pintadas al interior como al exterior de las mismas clara filiación cultural Lambayeque Tardío (1100–1350
y que revelan a simple vista la extraordinaria belleza e d.C.); éstas se hallaban junto a un entierro secundario
inconfundible identidad cajamarquina, definida a partir de fuertemente removido perteneciente a un individuo adulto
las inigualables imágenes pintadas, que corresponderían de sexo indeterminado, cuya osamenta fue retirada de su
a lo que se conoce como estilo Cajamarca costeño sepultura inicial para ser colocada como ofrenda en este
(Figuras 93 y 94). En el mismo nivel y al este de la tumba, importante contexto funerario, como parte de un acto
se definió un conjunto de 38 ofrendas de cerámica ritual conmemorativo. (Figura 95). Estos actos rituales de
preferentemente de color negro y gris con la clásica traslado de sepulturas a una “nueva” ubicación o a su
representación de botellas asa estribo, botellas de doble destino final, supone la elevada jerarquía e importancia
cuerpo en forma de spondylus, vasijas de doble gollete que tiene el personaje a quien se le hacen estas ofrendas.
Fig. 93. Fig. 94.
Primeras vasijas completas de Vasijas completas de estilo Cajamarca
estilo Cajamarca costeño. costeño dispuestas sobre una capa de
telas pintadas.

177
Estos indicios, constituyeron un claro indicador Fig. 95.
para confirmar la hipótesis sobre la existencia de la Ofrendas de cerámica
Lambayeque y entierro secundario
178 tumba de un personaje de alta jerarquía, con ofrendas
colocadas al este de la tumba.
simbólicamente diferenciadas en su sepultura. Al
respecto, hay que destacar que la ubicación de la
cerámica Lambayeque (Figura 96), puede ser entendida
por el ámbito donde se encuentra, pero los lotes de intercambio de productos y recursos (comercio); estas
las vasijas de estilo Cajamarca costeño (Figura 97), razones confirman una estrecha e histórica relación
podrían interpretarse como la consolidación de vínculos entre dos grupos étnicos contemporáneos (Lambayeque
y lazos que el personaje sepultado en la tumba habría y Cajamarca), que reafirman sus vínculos no sólo en la
sostenido en vida, con la región de Cajamarca. De vida, sino en la muerte y que aparecen como grupos
existir estos vínculos, podrían considerarse como de que desarrollan una intensa relación que ya había sido
índole familiar (enlaces matrimoniales), de relaciones documentada en las excavaciones del Programa San
territoriales o probablemente como circunstancias de José de Moro (Castillo 2003).
Fig. 96.
Cerámica Lambayeque
tardío asociada a entierro
secundario.

179

Fig. 97.
Cerámica Cajamarca costeña
colocada sobre la tumba 4.
Adicionalmente, hemos analizado la posibilidad de afianza y fortalece a nivel político, religioso y productivo,
que la presencia de este importante y fino conjunto de pero que se origina desde el aprovechamiento de la
cerámica de estilo foráneo, forme parte del afianzamiento expresa voluntad de la naturaleza. En reciprocidad, los
de un vínculo más profundo que a nuestro juicio tendría grupos Cajamarca habrían recibido de los Lambayeque
que ver con el tema del agua, recurso que genera la recursos exóticos como spondylus, conus, productos
fertilidad con la tierra, ello por la razón que el agua que agrícolas, tejidos entre otros, así como el acceso al
llega al territorio de Lambayeque tiene su origen en la territorio de Lambayeque, sobre todo al mar que no solo
parte alta de las vertientes andinas de Cajamarca, que aparece como un espacio sagrado sino que se convirtió
fluyen y descargan este recurso hídrico a través de los en un territorio común tanto para Cajamarca como para
ríos que conforman los valles de la región Lambayeque. Lambayeque (Figura 98).
Por lo tanto, el agua de vital significado, constituyó
históricamente y hasta hoy en el aporte generoso de
Cajamarca para que los campos de Lambayeque sean
fertilizados con éxito, lo que conlleva a una relación que se

Fig. 98.
Valles de Lambayeque que
se originan en la región
Cajamarca.

180
Al retirar los objetos de cerámica, se encontraron
restos de un tejido de fibra vegetal, que había sido
colocado para cubrir dos importantes ofrendas que
se hallaron debajo. Retirada la fibra vegetal, dos
extraordinarios mantos o telas pintadas fueron definidos
(Figura 99 y Lámina 3 y 4), uno extendido hacia el este
(manto 1) y el otro doblado en tres partes y ubicado al
oeste de la tumba (manto 2). El primero posee forma
Fig. 99.
rectangular de 5 metros cuadrados y presenta una
Capa de telas pintadas con
significativa y colorida simbología que identifica un tema perímetro policromo y centro
emblemático y recurrente en la iconografía de la cultura metalico.
Lambayeque, conocido como el símbolo de la “ola
antropomorfa”, asociada a 90 discos de cobre laminado 181
de 12.5 centímetros de diámetro, dispuestos en líneas
ordenadas de 9 por 10, los cuales presentan cuatro
orificios para ser cosidos o adheridos al textil. El segundo
manto, presenta las mismas características pero este
se halla doblado o recogido. La recuperación de estas
singulares ofrendas significó un reto, pero sobre todo
una oportunidad para documentar en forma detallada
todos los elementos que forman parte de este ornamento
(Figura 100).
182
Fig. 100.
Detalle de tela pintada con diseño
antropomorfa.

Lámina 3.
Dibujo de planta de textiles
pintados.
183

Lámina 4.
Reconstrucción de textiles
pintados hallados en la tumba de
Chornancap.
La temática iconográfica que presentan ambos acciones materiales y simbólicas como en este caso en
mantos, aluden a una clásica y alegórica composición: el que se asocia al tema del agua como medio para el
la Luna y el Mar, dos escenarios trascendentales en la acceso del sepultado al mundo de los ancestros. Este
ritualidad de la sociedad lambayecana, y sobre el cual mensaje metafórico indicaría la relación del agua sobre
el personaje sepultado habría tenido acceso como el fardo sepultado en la profundidad de la tumba que
parte de los elementos ideológicos que identifican su reafirma el tema de la fertilidad. Es posible que el agua
condición y jerarquía semi-divina o tal vez como el reflejo en esta especie de poza haya representado la ofrenda
de la dualidad que constituye parte de la identidad del líquida por excelencia consagrada a los difuntos de más
personaje. Es importante señalar que mantos como alto estatus enterrados en la tumba y que tienen una
estos se constituirían en una señal, marca o anuncio evidente relación con el culto a la fertilidad.
de la existencia de complejos contextos funerarios en la Efectuado el registro de esta evidencia, a 60
época Lambayeque, tal y como fue registrado en Huaca centímetros de profundidad se halló un conjunto de
Las Ventanas, (Shimada 1994 y 2014), el manto pintado cerámica Lambayeque y Cajamarca costeño, colocadas
del sitio arqueológico El Chorro en Pomalca (Bracamonte juntas hacia el lado este de la tumba (Figura 102),
2015), así como lo sucedido en nuestro caso. hay que notar que en este caso ambos estilos tanto el
Levantados los mantos pintados, y superando una Lambayeque como Cajamarca aparecen en un solo
capa de arena de 20 cms. de espesor, se identificó conjunto a diferencia de los niveles superiores donde
una estructura de barro a manera de una poza o cada grupo tiene su espacio propio dentro del contexto.
construcción modelada, que formaba un perímetro de Seguidamente, se identificó un tejido llano de algodón
configuración ovoide de 4.25 metros de largo orientado nativo color pardo que se hallaba en muy mal estado
de oeste a este por 3.30 metros de ancho de norte de conservación y que se extendía en eje este oeste
a sur, y 25 a 30 centímetros de profundidad. Esta cubriendo toda la superficie de la intrusión.
construcción encerraba una superficie de barro plana
(emplasto), a manera de piso irregular con huellas de
pisadas humanas que corresponderían a 3 o 4 personas
(Lámina 5), que recorrían la parte central en dirección
este-oeste, así mismo alrededor de la estructura donde
se habría “preparado barro”, como si este acto se
tratase de un ritual del cierre de la tumba, como una
especie de “danza” que se constituye en un evento
inusual en contextos funerarios (Figura 101), pero que
indica la complejidad del ritual del enterramiento de la
184 personalidad sepultada, en la cual suceden una serie de Lámina 5.
eventos. Esta circunstancia, resulta novedosa y revela Dibujo de planta con impronta de
pisadas sobre tumba.
que el enterramiento constituye todo un proceso, en
el que cada uno de los detalles y decisiones tomadas,
dejan evidencias como el caso de las pisadas que son Fig. 101.
claramente intencionales. Este episodio inédito confirma Escena de cierre de tumba con
la idea que el enterramiento constituye un proceso de danza simbólica en poza de agua.
185
186

Fig. 102.
Concentración de ofrendas de cerámica Lambayeque y
Cajamarca costeño al este de contexto funerario.
187

Fig. 103.
Primera imagen de fardo funerario (tumba 4) en Chornancap.
5.5 El Fardo Funerario.

Al retirar la tela de tramado llano de color Marcando el límite del fardo funerario, se halló tres
marrón, sorpresivamente emergió un rostro metálico vasijas de cerámica negra de borde evertido, con rasgos
imperturbable, originado por la extraordinaria y clásica escultóricos zoomorfos con la representación entre el
cara-máscara que identifica a la cultura Lambayeque, gollete y la parte superior del cuerpo de la cabeza de
con ojos alados y la aplicación de pequeñas añadiduras mono comiendo un pacae (Figura 104). También reposa
de cobre, que representan lágrimas que caen de sobre el fardo un collar de 21 discos de cobre de forma
sus ojos y que expresarían el “sollozo” de un rostro cilíndrica achatada. Además, el fardo estaba definido por
divinizado, que en la sepultura muestra un revelador y un conjunto de discos de cobre laminado y repujados
metafórico mensaje rumbo a la otra vida. Como si estas a manera de círculos concéntricos que debieron estar
lágrimas, simbolizaran el agua que fertiliza la tierra adheridos o cosidos a una delgada tela (Lamina 6 y
donde el fardo convertido en semilla genera una nueva Figura 105). Estos objetos que se hallan sobre el fardo
vida en el mundo de los ancestros11. Esta simbología funerario le dan la configuración volumétrica a la imagen
plasmada en las máscaras Lambayeque constituye sin mítica del individuo sepultado, al revisar el borde de los
duda uno de los rasgos más característicos de esta discos de cobre que delimitan el fardo, se identificó que
sociedad. Adicionalmente, se aprecia a la altura de la presentan decoración repujada, con la imagen de la
nariz de la máscara un elemento alargado, que sostenía “ola antropomorfa”, similar al tema definido en las telas
colgajos que adornaban la máscara, y que constituyen el pintadas, es decir se reitera la simbología que alude al
complemento a la simbólica composición (Figura 103). Mar y la Luna. Indiscutiblemente que esta reiteración
En la parte superior de la máscara se aprecia una frágil constituye una clara evidencia e indicador de la estrecha
corona cilíndrica de cobre plateado, en la cual aparece relación del personaje sepultado con estos escenarios
un tocado bajo la forma de penachos metálicos, que que revelaron su identidad mítica y el poder que había
caen en lados opuestos y rematan en cabezas de felinos ejercido en vida a nombre de estos.
estilizados, este ornamento anunciaba el indiscutible
estatus del personaje sepultado, y nos hacía recordar la
representación de los personajes femeninos que en el
arte Lambayeque presentan el mismo tipo de ornamento
denominado tocado “bipolar”, como es el caso del
Personaje B de la Fase 3 de los relieves de Huaca Las
Balsas del complejo arqueológico Tucume (Narváez
2011: 97).
188

11
El Dr. Federico Kauffmann Doig, me hizo llegar una imagen de Felipe Guamán Poma de Ayala (1980 [1615]), donde aparecen un grupo de mujeres que
imploraban por lluvia a la Luna, derramando lágrimas en una súplica diciendo: “Ay, ay, ay lloremos, Ay, ay, ay nos apenamos. Adoloridos están tus hijos, Adoloridos
están tus pobres. Solo nuestro llanto te ofrecemos. En cambio de tus lluvias En cambio de tus aguas, envía a nosotros Tus pobres, tus gentes…”. Esto podría ser
análogo a las lágrimas que se colocaban en las máscaras de las tumbas de élite Lambayeque que expresan simbólicamente el ruego por el agua para la fertilidad
agrícola.
Fig. 104.
Representación en cerámica
de mono comiendo un
pacae, ofrenda en la tumba.

Lámina 6. 189
Fardo funerario de
sacerdotisa en su primer
nivel de excavación.
En esta tumba la noción de ataúd está ausente, una especie de asta muy característica y frecuente en la
hecho que ratifica la tradición Lambayeque de enterrar a iconografía Lambayeque. Igualmente se registra al lado
sus personajes envueltos en fardos, como una práctica derecho del fardo un pequeño cetro elipsoidal de cobre,
funeraria que marca un significativo cambio en los en cuya parte superior aparece la imagen laminada,
hábitos de enterramiento. Tal pareciera que la idea del recortada y calada del conocido y legendario personaje
fardo busca que el individuo con sus bienes y cubierto mítico Ñaymlap (Figura 106), muy similar al hallado en
con un envoltorio con corona y máscara, transmita el conjunto de ofrendas metálicas ubicadas muy cerca
la apariencia de vida, como si fuera testigo vivo en el a la Tumba 3. Este ornamento relaciona al individuo
momento de su enterramiento. También aparece un sepultado con una de las imágenes más frecuentes en
objeto de cobre a manera de un bastón alargado, en la religiosidad Lambayeque y protagonista de la tradición
cuyo extremo superior se aprecia una silueta en forma oral.
romboidal, asociado a un círculo, dando la impresión de

Fig. 105.
Fardo funerario definido por conjunto de
discos de cobre laminado y repujados
a manera de círculos concéntricos que
estaban cosidos a una delgada tela.

190
El personaje principal dentro del fardo estaba La representación de la imagen femenina en la corona
sentado, mirando hacia el este y uno de los primeros nos sitúa en la especial condición de identificar en primer
ornamentos en aparecer fue un pectoral de concha blanca lugar el elevado estatus de quien uso este ornamento, en
(Conus), que cubría toda la región principal del pecho del segundo lugar la posible identidad mítica del personaje
individuo, este ornamento está compuesto por pequeños sepultado, así como sus posibles vínculos con el complejo
recortes de concha ensamblados en degradé (Figuras mundo ceremonial de la cultura Lambayeque, la mujer
107 y 108), con apéndice de pequeños objetos de metal tejedora representada como la deidad o ser sobrenatural
de forma circular (tambores), cuya forma aludiría a la aparece en el escenario del poder, está sentada en la
luna. Al iniciar la excavación del fardo funerario y retirar la Luna creciente con la cual se asocia y tiene elementos
máscara, se registró una extraordinaria corona cilíndrica del felino lunar, lo que permite sostener que este ícono
de oro laminada y calada, bordeando el límite superior constituiría la identidad religiosa, pero también mítica
del cráneo que muestra una extraordinaria escena del personaje, que fue la representación de la deidad
compuesta, en la que una mujer sobrenatural reposa lunar o diosa de la Luna, divinidad que no conocíamos
sentada de perfil izquierdo sobre la luna creciente, cuyas arqueológicamente para la cultura Lambayeque.
extremidades superiores e inferiores rematan en forma
de cabezas de felinos estilizados, así mismo tiene un
telar en forma de cruz al frente; ésta escena se halla en
el interior de un clásico palacio Lambayeque definido por
un doble techo con la conocida forma de la silueta del ave
mítica, o ave en picada. Esta imagen al parecer se asocia
al ser lunar, que aparece en el área andina desde épocas
muy tempranas (Mackey y Vogel 2003; Narváez 2011).

Fig. 106. Fig. 107. Fig. 108. Fig. 109.


Pequeño cetro elipsoidal de cobre, en cuya Pectoral de concha Pectoral de concha Corona de oro.
parte superior aparece la imagen laminada, conus in situ. conus.
recortada y calada de mítico Ñaymlap.

191
192
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194
195
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197
198
Del mismo modo, se hallaron tres deslumbrantes funerario de un personaje femenino, la herencia Mochica
pares de orejeras de oro: la primera con la representación en la tumba que excavamos no deja de sorprendernos
de un personaje visto de frente con bastones a cada y reafirma el concepto de continuidad. La presencia de
mano y con un gran tocado semilunar y corona cilíndrica objetos que cumplen la misma función, confeccionados
decorada por pequeños círculos, acompañado a cada en oro y plata revela también el mensaje de la dualidad y
lado por dos criaturas de perfil; otro par de orejeras con complementariedad, conocidos conceptos que muestran
un círculo central y al borde el diseño en relieve de la “ola la estructura filosófica de la religiosidad Lambayeque.
antropomorfa”; el tercer par de orejeras de oro, presenta Otros juegos de orejeras en plata y cobre dorado (Figura
un diseño circular, y en el borde en relieve la imagen 117 y 118); formaban parte del complejo ajuar que tenía
seccionada del cactus (Trichocereus pachanoi), conocido el personaje en su tumba y que revelan que guardaba
como San Pedro, alucinógeno usado frecuentemente en vida apreciables bienes para sus presentaciones
en sesiones de curanderismo (Figuras 111, 112, 113 y públicas y que la acompañan rumbo al encuentro con
114). Otros pares de orejeras de plata, revelan también sus ancestros.
la compleja simbología; entre estos destaca un par de
orejeras de plata con un personaje de frente y un bastón
Fig. 110. Fig. 113.
a cada mano mano similar al hallado en oro (Figura 115);
Detalle de imagen Orejeras de oro con ola
y otro con la conocida representación del “felino lunar”, representada en corona antropomorfa.
rodeado por un contorno de símbolos escalonados de oro.
o almenados (Figura 116); este par de orejeras nos
hace recordar la imagen polícroma pintada en una de Fig. 111. Fig. 114.
las fachadas del recinto de la sepultura de la Dama Orejeras de oro in situ. Orejeras de oro con
representación del San
de Cao (Franco y Gálvez 2005). El personaje aludido,
Pedro
tiene una sorprendente semejanza tanto en su aspecto Fig. 112.
formal como en su asociación vinculada con el contexto Orejeras de oro con
personaje central.

199
200
201
202
203
204
205
206
Fig. 115. Fig. 116.
Orejera de plata con personaje central. Orejeras de plata con imagen de felino.

207

Fig. 117.
Orejera de plata.

Fig. 118.
Orejera de cobre dorado.
208
209
En la extremidad superior derecha del personaje
principal, se ubicó un primer vaso sonaja en forma
alargado, confeccionado en cobre plateado, este se
convierte en el ornamento que cumplió también la
función de sonaja (Figuras 119 y 120), y que nos permite
identificar y vincular al individuo sepultado con otras
representaciones en el arte Lambayeque, pero sobre todo
lo relaciona con las funciones rituales donde los vasos
desempeñan un papel crucial en las ceremonias, tanto
para ofrecer bebidas sagradas o simbólicas, como para
libaciones rituales (Carcedo 2014). Un cuchillo grande
tipo Tumi de cobre aparece hacia la parte media del fardo
(Lámina 7 y Figura 121), junto a 44 botellas de cerámica
Lambayeque, 18 vasijas de cerámica Cajamarca costeño
y 96 miniaturas de arcilla (crisoles), que complementan Fig. 119.
el contenido de la compleja parafernalia ritual (Figuras Vaso sonaja en forma alargada,
confeccionado en cobre plateado.
122 a y b; 123 a y b).

210
211

Lámina 7.
Nivel de excavación con
vaso de plata a la mano
derecha.
212
Fig. 120.
Cuchillo grande tipo tumi de cobre aparece
hacia la parte media del fardo.

Fig. 121.
Vaso sonaja de cobre plateado, hallado en
la mano derecha del personaje central.

Fig. 122a.
Cerámica Cajamarca costeño junto al fardo
funerario.

Fig. 122b.
Cerámica Cajamarca costeño junto al fardo
funerario.

Fig. 123a.
Cerámica Lambayeque junto al fardo
funerario.

Fig. 123b.
Cerámica Lambayeque junto al fardo
funerario.

213
214
215
Un ornamento de extraordinaria calidad artística, Quiñones (1971 y 1989) como el ícono “punta rectángulo
elaborado en lámina de oro apareció hacia la parte punta”, o también como “alas y cola” (Narváez 2015). En
superior izquierda del personaje principal (sobre la mano este techo se aprecia también repujado el símbolo de la
izquierda), que evidentemente revolucionó el contexto ola marina o voluta que decora ambos frentes del techo
funerario y ratificó indiscutiblemente el elevado estatus del templo, al cual se ha adicionado piezas móviles a
del individuo que lo usó en vida. Se trata de un pequeño manera de colgajos que al movimiento generan un
bastón ceremonial o cetro de mando, elaborado en oro, sorprendente efecto visual (Figura 125). Este ornamento
de aproximadamente 23 centímetros de largo con un expresa una imagen divina de limitada difusión en el
extremo alargado laminado y con la representación de arte Lambayeque, que correspondería a una deidad
un clásico personaje Lambayeque, que aparece de pie probablemente femenina, que aparece con el mismo
sobre un podio rectangular con gesto ritual con brazos en gesto, pero asociada a diferentes elementos en el
alto (Figura 124), en aquella conocida actitud de “mochar” territorio de la costa norte.
o besar el aire (Martínez Cereceda 1995). La imagen
representada tiene finos y delicados trazos repujados
que definen asombrosamente su rostro; a la altura de su
cuello se aprecia una banda como si fuese una bufanda
o chalina en cuyos extremos brota la cabeza de felinos
estilizados (conocidos también como dragones). Sobre
su cabeza porta una pequeña corona que tiene la forma
del cuerpo de un ave en picada, como complemento
aparece el techo a dos aguas de un recinto o templo Fig. 124.
sagrado Lambayeque, con la clásica representación Cetro ceremonial o bastón de
216 del cuerpo del ave mítica, llamado por Jorge Zevallos mando, elaborado en oro.

Fig. 125.
Detalle de parte superior del
cetro de mando de oro.
217
218
Este ornamento ubicado en el cuello del personaje
del cetro de oro, nos recuerda a un personaje Wari
representado en cerámica, como es el caso de la
botella estilo Pachacamac procedente del Museo de
Arte de Cleveland USA, (Katharina Schreiber 2012: 34,
fig. 20), que lleva el mismo tipo de ornamento en el cuello
(Figura 126) y podría tratarse de un claro indicador de la
influencia de algunos elementos Wari que trascienden
hacia la época Lambayeque. Los textiles Lambayeque
(Figuras 127, 128 a y b), muestran el mismo ornamento
ubicado a la altura del cuello. Este objeto certifica la
autoridad política y religiosa del personaje sepultado,
y muestra a la deidad femenina en el recinto del poder
representado bajo la forma de un cetro, hecho poco
frecuente en este tipo de ornamentos que se conocen
en la cultura Lambayeque.

Pocas veces el arte orfebre de esta sociedad ha mostrado


de manera explícita la representación de una deidad
situada en el escenario arquitectónico, recordemos el
cetro de cobre hallado en la tumba saqueada de Sipán
(Alva 1994), en la que aparece un pequeño recinto de
poder o templete Mochica o también el cetro de oro
y plata que porta en su mano derecha el personaje
conocido como Señor de Sipán, y que presenta la
forma de una pirámide invertida en cuyos lados se ha
representado escenas de combate. Así mismo, el textil
documentado por Christopher Donnan en Pacatnamu
(Donnan 1986), que muestra a un personaje sentado
en un trono con un techo con el símbolo del ave mítica,
similar al representado en el cetro de oro de Chornancap.
A parte de estos ornamentos no existe un registro en
la arqueología de la costa norte del Perú, de un objeto 219
que de manera inequívoca se asocia a un personaje
divinizado en el escenario sagrado, en el que debía
aparecer en los actos más importantes de sus complejas
obligaciones rituales. Resulta importante destacar que
este personaje que porta el cetro de oro reafirma en
su tumba las funciones y roles que le tocó desarrollar
tanto en el escenario político como sacerdotal, así
como permite reconocer a una deidad no identificada
arqueológicamente y que en la corona y hoy en el cetro
de oro muestra su protagonismo religioso, político y su
naturaleza divina.
Fig. 127.
Fig. 126. Textil estilo Lambayeque con personaje
Botella Wari con personaje con “bufanda” y portando “bufanda” con remate de
discos en el cuerpo. cabezas de serpientes estilizadas.
220
Fig. 128a y b.
Textil estilo Lambayeque con personaje portando
“bufanda” con remate de cabezas de serpientes
estilizadas, procedente de Pacatnamú. 221
Un objeto que por su soberbia calidad artística ha personaje sepultado (Figuras 129 y 130a). El enorme
deslumbrado en la sepultura, es un pequeño cuenco poder narrativo de las escenas representadas en este
de plata hallado en la mano izquierda del personaje y singular objeto, nos remite al complejo mundo ceremonial
presenta complejas escenas repujadas en la superficie de la cultura Lambayeque (Figura 130b), cuyos símbolos
externa, que muestra un mensaje de profundo contenido desconocíamos, pero que en estas escenas abren
religioso y simbología que incluye elementos como nuevas posibilidades para entender la religiosidad y
el mar, aves, felinos, serpientes y seres que en suma, estructura simbólica de los Lambayeque (Figuras 131 y
expresan parte del universo ceremonial de esta sociedad, 132).
de la que no teníamos sospecha, sin duda este cuenco,
que podríamos calificar como el “cáliz Lambayeque”,
“vaso ceremonial Lambayeque” o “vaso sagrado”, forma Fig. 129.
también parte del contenido del fardo, y constituye uno Cuenco de Plata al momento
del hallazgo.
de los más preciados bienes de la función sacerdotal del

222
Fig. 130a.
Cuenco de Plata luego de limpieza
y conservación.

Fig. 130b.
Imagen repujada en Cuenco de
Plata.

223
224
225

Fig. 131.
Cuenco de Plata con fino repujado externo.
226
227

Fig. 132.
Compleja escena finamente repujada en el
exterior de Cuenco de Plata.
228
Otro vaso bimetálico (oro y plata), hallado también
a la altura de la mano izquierda del personaje principal
presenta una escena repujada en la superficie de plata,
en la que se ha compuesto una trama romboidal y
triangular delineada por olas o volutas, en cuyo interior
aparece un personaje femenino de perfil (izquierdo),
sosteniendo una especie de soga o lazo, alternado por
un felino con tocado semilunar, también de perfil pero
en posición opuesta al de la mujer representada en esta
misma escena (Figuras 133 y 134).
Este último equivaldría a la imagen mítica o a su
correspondiente simbólico de la mujer representada; en
los espacios triangulares superior e inferior aparecen
dos aves en posición opuesta, en la parte superior de la
escena se registra una línea de olas o volutas que cierran
la representación. La estructura romboidal usada para
plasmar la representación de la mujer y el felino lunar con
tocado, nos hace recordar al mismo diseño que aparece
en la fachada principal con relieves policromos de una
de las fases de Huaca de la Luna en La Libertad, donde
precisamente el concepto romboidal y triangular sirve
como marco para representar a las deidades (Uceda
2000), lo que significa que este concepto geométrico
dual como soporte de elementos artísticos de contenido
religioso, bien podría tratarse de una indiscutible señal
de como los viejos cánones del arte Moche mantienen
continuidad y vigencia en la época Lambayeque. Una
vez más los ornamentos principales del personaje nos Fig. 133.
remiten a símbolos e imágenes que aluden directamente Vaso bimetálico (oro y plata).
a su personalidad femenina, donde se constituye en la
protagonista de las escenas.
Fig. 134.
Fueron registradas también láminas cuadradas de
Detalle de repujado en vaso bimetálico.
cobre plateado así como láminas ovaladas originalmente 229
adheridas a un textil que debieron adornar las vestimentas
Fig. 135.
del personaje. Aparecieron complejos pectorales de miles
Pectorales de cuentas de concha
de cientos de cuentas de concha spondylus calcifer y spondylus calcifer y prínceps de color
princeps de color blanco y rojo, cuentas de turquesa, así blanco y rojo, cuentas de turquesa, así
como conus y strombus que deben contener singulares como conus y strombus.
composiciones cuya recuperación fue todo un reto; en
razón a que al estar el personaje sentado y flexionado,
todos los ornamentos se han desplazado al avanzar el
proceso de pérdida del tejido corporal, generando una
especie de desorden de estos ornamentos (Figuras 135,
136, 137 y 138).
230
231
232
Fig. 136. Fig. 138.
Pectoral cuentas de conchas recortadas. Pectoral cuentas de concha spondylus.

Fig. 137. 233


Pectoral cuentas de conchas recortadas.
234

Un par de copas bimetálicas de oro y plata de forma Fig. 139.


inédita reafirman el indiscutible mensaje de la dualidad Juegos de recipientes y vasos para
rituales diversos.
presente en este contexto funerario. Estos bienes únicos
en su género revelan la intensa actividad religiosa del
personaje principal que tiene varios juegos de recipientes
para rituales diversos (Figuras 139, 140 y Lamina 8).
Láminas repujadas con diseños de personajes, asoman
en la tumba, y un par de collares de idolillos de oro (Figura
141) y otro en plata, refuerzan el estatus del personaje, y
reafirmaron el mensaje dual.
235

Lámina 8.
Nivel de copas bimetálicas.

Fig. 140.
Copas de oro y plata en forma inédita.
También aparecen vasos de plata con imágenes Fig. 141.
complejas (Figuras 142 y 143) y un sonajero compuesto Collar de idolillos de oro.
por cuatro cuentas esféricas de oro que debieron
originalmente estar atados por una fibra vegetal, estos Fig. 142.
se hallaron en un recipiente metálico en cuyo interior Vaso de Plata repujado.
aparecen residuos de cinabrio (Figuras 144 y 145).
Al retirarse los objetos del fardo funerario se definió Fig. 143.
claramente la osamenta del personaje central que Vaso de Plata repujado.
portaba brazaletes de esferas de oro, esferas de plata
y otro par elaborado en cuentas de concha blanca, roja
y turquesas que definen diseños zoomorfos, los dedos
de sus manos se hallaban adornados con cuentas de
238 oro, plata y perlas (Figura 146 ,147 y 148). Así mismo,
dentro del fardo se halló un conjunto de láminas y
recortes de concha spondylus asociado a pequeñas
esculturas antropomorfas que al reconstruir las partes
sorpresivamente mostraban la escena en miniatura de
un personaje en una litera cargado por cuatro individuos
(Figura 149). La litera presenta la típica forma con los
soportes que rematan en cabezas de felinos estilizados
conocidos como “dragones”; esta composición muestra
simbólicamente el estatus del personaje sepultado que
tiene el privilegio de ser trasladado en una litera no solo
en vida sino en el viaje al inframundo.
Fig. 141.
Collar de idolillos de oro.

Fig. 144.
Cuatro cuentas esféricas de oro,
halladas en un recipiente con residuos 239
de cinabrio.

Fig. 145.
Cuentas esféricas de oro.

Fig. 146.
Brazalete de plata y otro par elaborado en
cuentas de concha blanca, roja y turquesas,
colocados con el personaje principal.
240
241
242
243
244
Fig. 147. Fig. 148. Fig. 149.
Brazaletes de esferas de oro al vacío. Anillos de esferas de oro, plata y Miniatura de litera confeccionada en
perlas colocados en ambas manos. concha y aplicaciones de turquesa.

245
246
247
Especial significado tiene en la sepultura la presencia tumba en diferente material y dimensión, como si tratasen
de objetos trabajados como miniaturas en diferente tipo de transmitir el tema dual.
248 de material, que buscan introducir en el mensaje del Un especial significado, lo constituye la miniatura
ritual funerario el valor simbólico de cada uno de estos, de un mortero trabajado finamente en piedra granito y
que al aparecer bajo la forma de representaciones en la que aparece una base con una oquedad producto
pequeñas muestran la función implícita que tuvieron en del uso y la mano en una pequeña piedra alargada,
la vida del personaje. Por ejemplo, se registró un cetro estos fueron hallados junto a un conjunto de dos vasijas
de madera pequeño alargado vinculado a la autoridad en miniatura de cerámica que revelan el uso en los
política del personaje (Figura 150) y que lo acompaña rituales de preparación de productos usados para las
en el viaje al inframundo, este objeto complementa sesiones de curanderismo (Figura 151). Este objeto que
la función del cetro principal elaborado en oro y en el originalmente debería corresponder a un mortero de
cual si aparece la representación de la divinidad lo que escala mayor, es presentado en la tumba con especial
significa la diferenciación de los objetos que al cumplir simbolismo y asociado a otros bienes. Finalmente, un
simbólicamente el mismo rol, son presentados en la objeto de metal aunque pequeño contiene un profundo
mensaje metafórico, se trata de un ave de pico alargado, Fig. 150.
ojo concéntrico, base cilíndrica con un disco como colgajo, Cetro de madera en miniatura.
este probablemente sea de origen marino (Figura 152) 249
confeccionada en cobre dorado y plata, que podría hacer Fig. 151.
alusión al rasgo ornitomorfo de la dinastía a la cual habría Mortero de piedra y vasijas en
pertenecido la sacerdotisa de Chornancap. Estos bienes miniatura.
de apreciable valor simbólico certifican que el proceso
Fig. 152.
del enterramiento de personajes de elevado rol político y Ornamento que representa un ave
religioso tiene toda una preparación que empieza desde trabajada en plata y cobre dorado.
la vida del personaje, porque no solo se incorporan en
su ajuar funerario los bienes de sus naturales roles como
ornamentos joyas, emblemas, sino que se introducen
bienes representados y miniaturizados que muestran el
valor que contienen en su función y no en su dimensión
5.6 El Personaje Principal.

Retirada una delgada y frágil lámina de cobre El reporte de los antropólogos físicos señala,
plateado que formaba parte de una segunda máscara, que no se han hallado signos de infección, trauma o
que misteriosamente cubría de forma directa el lado enfermedades metabólicas; así mismo, su salud bucal
frontal del cráneo del personaje, esto permitió apreciar en era normal y varios dientes se habían perdido antes
su real magnitud el cráneo que luego de las evaluaciones de la muerte, se han observado algunos cambios
realizadas por los antropólogos físicos: Mario Millones degenerativos (osteoartritis) en sus vértebras cervicales,
(Perú), Haagen D. Klaus (USA) y Catherine Gaither además algunas de las superficies anteriores de las
(USA) (Figura 153), certificaron que se trataba de un falanges de la mano demostraron exostosis óseas
personaje de sexo femenino de aproximadamente 45 mediales y laterales, el personaje presenta deformación
a 50 años de edad en el momento de la muerte, sus artificial del cráneo en la forma fronto occipital típica de
restos óseos no estaban bien conservados, sin embargo personajes de elite, tal como se registra para la sociedad
el cráneo presentó mejor estado de conservación que Mochica. Así mismo, se ha identificado una exostosis en
permitió analizar algunos detalles sobre su vida. algunos de los dedos de las manos por el tendón extensor,

250
esto es posiblemente consistente con actividades físicas de la sociedad Lambayeque en su conjunto, en razón a
durante la vida, incluyendo el tejer (Klaus 2014). El que erróneamente se entendía que sólo los personajes
resultado del análisis antropométrico se sustentó en varones tenían acceso al poder político y religioso, salvo
medidas longitudinales de fémur y húmero, además del las evidencias de las sacerdotisas excavadas en la
diámetro de este último y la observación de la apófisis década del 90 en el sitio arqueológico San José de Moro
mastoides. Se realizó también análisis de funciones de Chepén (Castillo 2000) y la Dama de Cao (Franco y
discriminantes, a partir de la prueba de T2 de Hotelling, Gálvez 2005).
la cual resultó estadísticamente significativa para la
asignación dentro del grupo femenino, en este caso es
la dimensión de la cabeza del húmero la que aportó el
mayor peso en la determinación de la prueba (Millones
Fig. 153.
2011). Esta identificación produjo un inusitado cambio Antropólogos Físicos: Dr.Haagen D. Klaus (USA), Dr. Mario
en la perspectiva interpretativa acerca del personaje y Millones (Perú) y Dra. Catherine Gaither (USA).

251
5.7 Los acompañantes. Acompañante 1 (sur)
Los restos óseos estaban muy mal conservados, esta
La sacerdotisa estuvo acompañada en su sepultura fue probablemente una persona mayor de 15 años de
por 8 individuos y un camélido joven, todos los edad. Un canino muestra una hipoplasia del esmalte; al
acompañantes fueron hallados alrededor del personaje menos seis dientes se vieron afectados por caries dental.
principal siguiendo las cuatro direcciones cardinales, El sexo no ha sido posible determinarlo, sin embargo se
dos al norte, tres al este, dos al sur y uno al oeste. A sospecha que fue de sexo femenino.
continuación describimos cada uno de los acompañantes,
cuyo análisis fuera realizado en Junio del año 2013, Acompañante 2 (sur)
por un equipo bajo la dirección del Antropólogo Físico Los restos óseos estaban muy mal conservados,
Haagen Klaus y cuyos resultados hemos resumido en el esta fue probablemente una persona mayor de 15 años
presente acápite (Klaus 2014). de edad. No hay otras observaciones posibles.

252

Fig. 154. Fig. 155.


Esculturas en miniatura, elaboradas en Ofrendas de acompañante 3 de
piedra. personaje de Chornancap.
Acompañante 3 (norte)
Los restos óseos fueron mal conservados. Aparte cuentas de cuarzo, 4 agujas de cobre y piruros de metal
del hecho de que se trataba de fragmentos de huesos (Figuras 155 y 156). Esto hace suponer la idea de que se
humanos, no hay otras observaciones que se pueden trate de una tejedora o probablemente recibe estos bienes
hacer. Este acompañante presenta como ofrendas: dos como ofrendas que le proporcionan prestigio o estatus de
pequeñas esculturas de piedra que sospechamos se tejedora en la sepultura. Al respecto hay que anotar que
trate de material traído del Ecuador (Figura 154). Estos los Tupos constituían un implemento personal asociado
materiales sugieren la hipótesis de que este acompañante exclusivamente a contextos femeninos o considerado
provenga del área norte (Ecuador). Este individuo al que como símbolo ancestral de identidad femenina (Vetter y
no ha sido posible determinar el sexo, presenta material Carcedo 2009).
asociado como dos Tupos de cobre de 15 centímetros
de largo con 50 cuentas de cobre de forma cónica, 19

253

Fig. 156.
Piruros de metal y tupu de cobre.
254
Un claro ejemplo lo constituye la imagen de Felipe Esta mujer estaba asociada a un camélido joven que
Guamán Poma de Ayala (1980 [1613]), donde aparece aparece junto a este individuo, se ha observado que muy
la primera Coya Mama Huaco sentada en un trono con probablemente la posición de este acompañante próximo
tres mujeres que la acompañan como si fuesen sus a la espalda de la Sacerdotisa podría estar revelando la
servidoras dos de ellas llevan un tupu y Mama Huaco condición materna del personaje principal, en razón a
lleva dos Tupos sobre el pecho (Figura 157). Otra versión que existe la costumbre ancestral que las mujeres lleven
sobre la denominación del tupu está referida cuando se a los hijos a la espalda atados o sujetados con una manta
utiliza solo uno de ellos para sujetar la manta o lliclla en lo que constituiría su rasgo de identidad materna.
este caso es denominado con el vocablo tipqui.
Acompañante 6 (este)
Acompañante 4 (norte) Los restos óseos estaban muy mal conservados,
Este individuo presentaba los restos óseos bien esta fue probablemente una persona mayor de 15 años
fragmentados, pero en mejor estado de conservación, de edad. Sólo cuatro dientes fueron documentados y es
esta fue probablemente una mujer joven entre las edades difícil proporcionar observaciones sobre la salud oral
de 12-18 años de edad al momento de la muerte. No hubo de esta persona. No hay otras observaciones que se
evidencia de trauma, infección esquelética, o patología podrían hacer.
metabólica. La mayor parte de la dentición se recuperó.
Al menos cinco dientes se vieron afectados por caries Acompañante 7 (este)
dental, y el diente 25 se vio afectado por los depósitos de Los restos óseos estaban muy mal conservados,
cálculo dental. esta fue probablemente una persona mayor de 15 años
de edad. No hay otras observaciones que se podrían
Acompañante 5 (oeste) hacer.
Los restos óseos estaban mal conservados, esta
fue probablemente una persona mayor de 15 años de Acompañante 8 (este)
edad. Menos de la mitad de la dentición se recuperó, Esta corresponde solo al cráneo decapitado de un
y los dientes presentes parecían saludables. No hay individuo de sexo probablemente femenino no mayor
otras observaciones que se podrían hacer. Cuando se 15 años que aparece como símbolo de una persona
realizó el examen del cráneo se halló en el interior de sacrificada o probablemente como parte de un entierro
la boca 13 pepitas de oro y un pequeño lingote irregular secundario, cuyo cráneo ha sido ritualmente extraído de
de plata (Figura 158), que revela el estatus del individuo. su sepultura y trasladado a este escenario funerario.

255

Fig. 157. Fig. 158.


La primera Coya Mama Huaco sentada en un trono Pepitas de oro y lingote de plata.
con tres mujeres que la acompañan.
256
257
5.8 Bioarqueología de la tumba 4:
aproximaciones 12

Todo hace indicar por los límites de edad que reportan oral es buena en términos generales en casi todos los
los acompañantes de la Sacerdotisa de Chornancap, individuos de esta tumba, las caries dentales, perdidas
que los 8 individuos que forman parte de esta sepultura, dental antemorten, abscesos, enfermedad periodontal
son jóvenes no mayores de 20 ni menor de 15 años, que eran muy poco frecuente o ausente. Estos datos son muy
se constituyen en una especie de “sequito” de jóvenes importantes por que revelan una dieta que contiene un
mujeres que acompañan al personaje en su viaje al cierto grado de comida con almidones y carbohidratos. El
encuentro con sus ancestros. personaje central de la tumba en Chornancap demostró
En segundo lugar todos están sentados flexionados algunos de los peores estados de salud oral, con un buen
mirando al personaje central y colocados simbólicamente grado de perdida de dientes antemorten. Esta condición
siguiendo un orden, en direcciones específicas, existen patológica es de algún modo motivada por la caries dental
ofrendas limitadas sobre todo relacionadas a la textilería avanzada, pero también es resultado del desgaste de los
que acompañan a estos individuos, salvo el caso del dientes por la edad avanzada. Estos patrones biológicos
acompañante número 3 que tiene bienes de textilería y generales son muy similares a los documentados en
el acompañante 5 que presenta las pequeñas ofrendas otros contextos funerarios de alto estatus en la región
de oro y plata en la boca y que la distingue de los demás; Lambayeque como Sipán y Sicán (Klaus 2014).
los materiales que acompañan a los otros individuos son
mínimos.
Este evento funerario desde la perspectiva de la
bioarqueologia resulta atractivo a pesar de que la napa
freática con alto contenido salino ha afectado la matriz
circundante, así como ha generado el ingreso de raíces
finas por diferentes partes de los restos óseos, salvo Fig. 159.
Cráneo del personaje principal de
el caso del individuo del acompañante 8, el resto de
Chornancap.
acompañantes no muestran evidencias de traumas que
originaron su muerte en forma dramática e intencional.
Los restos de osteofitos marginales sobre algunas de las
falanges de los dedos de la Sacerdotisa pueden estar
relacionados con la avanzada edad, pero también puede
representar la hipertrofia del hueso debido a la larga
258 duración y la extensión repetida de los dedos en algún
tipo de actividad física (probablemente hilado). La salud

12
El presente capítulo es un breve resumen del Informe Técnico entregado
por Haggen Klaus (2014).
5.9 El rostro de la sacerdotisa.

Concluida la excavación arqueológica de la Tumba años en el momento de su sepultura; evidentemente


de la Sacerdotisa de Chornancap y recuperados los que esta información generó en el momento y hasta
extraordinarios ornamentos y ofrendas que formaban hoy una extraordinaria oportunidad de reconocer a
parte del fardo funerario y sus ocho acompañantes, uno de los personajes femeninos más conspicuos que
tuvimos la oportunidad de contar con la opinión profesional se conocen para la cultura Lambayeque, que revela a
de tres distinguidos Antropólogos Físicos para identificar través de sus bienes y cultura material un enorme poder
en la osamenta de la Sacerdotisa información referente y rol protagónico en el escenario más alto de la política y
a las condiciones bioarqueológicas, aproximaciones de religiosidad de su tiempo (Figura 159).
su edad al momento de la muerte y la definición sobre
el género. La opinión de los Antropólogos Físicos: Mario
Millones (Perú), Haagen Klaus (USA), Catherine Gaither
(USA), fueron concluyentes en el sentido de coincidir
que se trataba de una mujer adulta de entre 45 – 50

259
Considerando la visita del reconocido Antropólogo El siguiente paso fue la colocación de los ojos protésicos
Forense Dr. Daniel Fairbanks, de la Universidad del Valle hechos en resina acrílica, ubicados exactamente en la
de Utha – USA, propuso efectuar la reconstrucción del orbitas, a continuación fueron colocados los marcadores
rostro de la Sacerdotisa Lambayeque de Chornancap. de profundidad que identifican las distancias entre la
El trabajo se inició con la visita del especialista a superficie del hueso del cráneo y la superficie de la piel
nuestro campamento de investigaciones en Chotuna – en varios lugares del cráneo.
Chornancap en Junio del año 2012, para evaluar “in situ” Una vez que se instalaron los marcadores de
las condiciones de conservación de los huesos del cráneo profundidad, fueron progresivamente colocados los
y la posibilidad de obtener una reconstrucción exitosa. músculos de la cara, en este caso se inició en el músculo
El especialista aplicando técnicas forenses trabajó con temporal y así sucesivamente los músculos faciales.
tres huesos principales: la parte frontal del cráneo, el (Figura 161). Una característica muy especial en este
maxilar izquierdo y cigomático y la mitad derecha de la cráneo, con otros cráneos del grupo étnico Muchik es
mandíbula; a partir de estos huesos elaboró una réplica una marcada protuberancia muy hacia adelante de la
del cráneo en arcilla polimérica, para cuyo efecto utilizó un parte exterior de las órbitas oculares que se convierte en
instrumento que le permitió duplicar los huesos dentro de un rasgo frecuente y debidamente documentado.
una precisión sub-milimétrica como si se tratase de una
especie de “pantógrafo” de alta precisión (Figura 160);
como consecuencia de ello realizó la reconstrucción del
Fig. 160.
cráneo en arcilla blanca duplicando los huesos de acuerdo Daniel Fairbanks en el proceso de
a las formas convencionales de la anatomía del cráneo. reconstrucción del rostro.

260
Fig. 161. Fig. 162.
Proceso de reconstrucción Rostro final de sacerdotisa de Chornancap
del rostro. elaborado por Daniel Fairbanks.

Un factor determinante en este proceso de la personalidad femenina y con los principales ornamentos
reconstrucción del rostro y que constituyó un pequeño de su protagónico rol de Sacerdotisa.
tropiezo fue lograr directamente del cráneo como era la Este proceso cuyo resultado final fue presentado
forma de la nariz y los labios, esta situación fue superada públicamente en el Museo Brüning – Lambayeque, en
porque fueron usados los archivos fotográficos de Hans Diciembre del 2012, con una masiva concurrencia de
Heinrich Brüning quien a finales del siglo XIX logró periodistas constituye una brillante oportunidad para
documentar con su cámara fotográfica a las mujeres de aproximar el extraordinario hallazgo de un personaje
este pueblo Muchik, constituyendo este en una fuente de femenino a su imagen que tuvo en vida, significa
primera mano para suponer que la nariz y labios podrían también el acercamiento a la identidad fisonómica
tener la misma forma para el caso de la Sacerdotisa. Con del personaje más allá del valor, brillo y significado de
estas características se logró la reconstrucción final de los objetos encontrados en su sepultura (Figura 162).
la cara en arcilla, elaborando a continuación un molde Como resultado de la recreación forense del rostro de
de silicona y luego en poliéster que permite una forma la Sacerdotisa de Chornancap; elaborada por Daniel
proveniente del molde único y principal, de este resultado Fairbanks y el valioso apoyo de Haagen Klaus, hoy
fue el pulir los ojos, agregar detalles como las cejas, muchas mujeres se sienten representadas en este rostro
261
pestañas color de labios e instalar el rostro con cráneo que viene de nuestra historia y asumen el protagonismo
en un torso que permita tener una especie de busto del y rol que tuvo la mujer en la cultura Lambayeque, que se
personaje al cual se le colocó el cabello, se elaboraron las convierte hoy mas que nunca en una oportunidad de abrir
trenzas, se incorporó parte de la vestimenta, un pectoral el debate sobre el equilibrio de género en las antiguas
de concha spondylus proveniente de la colección del culturas de América Andina. El rostro de la Sacerdotisa
Museo Brüning, réplicas a escala natural de las orejeras de Chornancap, forma parte también de la personalidad
con el diseño de la ola antropomorfa, réplica en escala de esta mujer que desde la sepultura con sus bienes y
1/1 de la corona de oro colocada en un soporte de tela acompañantes revela el misterio de una sociedad como
de algodón nativo, un manto que cae de la cabeza hacia la cultura Lambayeque que necesitamos reconstruir en
ambos lados que permite definir al personaje con su el presente para el disfrute de las futuras generaciones.
262
CAPÍTULO VI
6.1 Identificación del género del
personaje principal de Chornancap.

La confirmación del sexo femenino del personaje


central, nos situó en una condición interpretativa
singularmente extraordinaria, al tener la oportunidad
de documentar científicamente a uno de los primeros
personajes femeninos de élite de la cultura Lambayeque
que a juzgar por los bienes de su tumba, habría
desarrollado principalmente funciones de gobernante,
soberana de su tiempo y roles de sacerdotisa. La
revelación del sexo del personaje central, acompañada
por todo el conjunto de ofrendas que se han encontrado e
individuos (acompañantes) que forman parte del sequito
funerario en su compleja tumba, nos permite conocer las
posibles actividades ceremoniales que desempeñó este
personaje y su relación con la población en el escenario
jerárquico, pero sobre todo los vínculos que fue capaz
de mantener con espacios próximos como Cajamarca,
La Libertad y especialmente el Ecuador, generando una
esfera de poder muy compleja, y de relaciones a grandes
distancias que le permiten acceso a recursos y bienes
263
exóticos (Figura 163).

Fig. 163.
Área de influencia macroregional
del personaje principal sepultado en
Chornancap.
Resulta importante el hecho de que esta sepultura de su necesaria presencia como parte de ese equilibrio
forme posiblemente parte de un conjunto de sepulturas filosófico. Así mismo, podemos comprobar en la tumba
de personajes de la elite Lambayeque, que mantienen de la sacerdotisa de Chornancap que la preferencia
a Chornancap como uno de los escenarios religiosos de acompañarla solo de mujeres constituye un claro
de singular valor ceremonial por tener proximidad al mensaje que excluye al sexo masculino en este tipo de
mar, considerado éste como el territorio del legendario prácticas tal vez por una razón de identidad religiosa o
Ñaymlap. Hoy sabemos con autoridad científica, que las probablemente porque estas mujeres desempeñaban
antiguas sociedades de nuestro país, especialmente el rol de los más altos funcionarios de culto religioso
Lambayeque (al igual que sus antecesores los Mochicas), relacionado con el mar y la luna.
incorporaron a mujeres en el ámbito del poder y del El contexto de Chornancap, muestra indudablemente
manejo de la religiosidad, esto implica que el territorio la compleja estratificación de la aristocracia femenina en
de la costa norte del Perú ha tenido durante épocas la que su estatus no necesariamente tendría que ser
muy prolongadas la presencia de mujeres que transitan inferior a la del varón y en la que evidentemente dentro de
en el escenario público con la más alta autoridad su propio género (femenino) existen niveles o jerarquías
política y religiosa existente en su sociedad. Este caso que van desde las mujeres madres, trabajadoras de
también reviste de singular importancia porque revela campo, tejedoras, chicheras, funcionarias intermedias,
un elemento que debemos someterlo al debate como doncellas, concubinas, curanderas, sacerdotisas,
es la consideración de que el equilibrio de género en sacerdotisa suprema, deidad femenina y ancestro mítico
la vida política y religiosa de la sociedad no solamente femenino. Al respecto María Rostworowski (2006), señala
constituye parte de un proceso formal inevitable; sino que el papel de las coyas o reinas incaicas poseedoras
que revelaría también la expresión del concepto de de tierras propias y numerosos llanos o servidores tenían
masculino y femenino, que implica que esta concepción mucho prestigio y poder, lo que le permitió resaltar en el
incorpora estos elementos binarios como una relación mundo andino que el poder no constituyó un privilegio
264 de unidad de contrarios pero de complementariedad, del varón ya que hubo señoríos gobernados por mujeres
las evidencias con las que se cuenta hasta la fecha, curacas, tal y como acertadamente lo describe Don
no debe hacernos pensar solamente que la incursión Francisco de Toledo, conde de Oropesa, Virrey del Perú
femenina en la historia debe ser vista desde el ángulo entre 1569 y 1581, quien sostiene:
del éxito y sostenibilidad de las mujeres en el poder, sino
“Los pueblos de la costa y los llanos que se llamaban yungas; Felipe Guamán Poma de Ayala (1980 [1615]),
eran personas débiles, en la mayoría de la región las mujeres grafica en sus dibujos la presencia de la mujer curaca
gobernaban y daban órdenes y se llamaban Tallaponas y en inca finamente vestida con uso en la mano y tupu en la
otras partes Capullanas. Ellas eran altamente respetadas, lliclla como señal de estatus, igualmente conocemos en
aunque también hubo curacas de alta estima. Estaban a cargo el recuerdo del incario las mujeres míticas como Mama
de los campos y otras labores pero el sentido más común eran Ocllo la esposa subordinada y Mama Huaco la valiente
serviles y tomó la palabras de las Capullanas o Tallaponas; y mujer guerrera. En el contexto funerario que analizamos
esta tradición se mantuvo en toda las llanuras costeras como en el presente estudio, el personaje femenino de la
la ley y las Capullanas eran las madonas las responsables” tumba de Chornancap, está ubicada sentada con piernas
(Francisco de Toledo, conde de Oropesa, Virrey del Perú entre flexionadas mirando al este de la tumba, junto a sus
1569 y 1581). ornamentos de rango político, religioso y divino (Figura
De la misma forma Fray Reginaldo de Lizárraga 164). Esta posición resulta intencional debido a que al
(1545 – 1615) en la descripción breve en toda la tierra oeste se ubica el mar, lugar de la procedencia de sus
del Perú, Tucumán Río de la Plata y Chile. Biblioteca ancestros, y al este la aparición de la luna, mostrando otra
de autores españoles tomo 216 – Madrid. 1960 – 1602, vez el tema dual y de complementariedad (Mar – Luna).
señala: El personaje estaría también asociado simbólicamente a
“En los bancos del río Motape, encontré pueblos gobernados por la temática “ola antropomorfa”, tal vez esta sacerdotisa
mujeres que fueron llamadas por los españoles las Capullanas, representaría la cabeza de la ola antropomorfa,
debido a su ropa que se hizo de un pedazo largo de tela, que aparece frecuentemente en el arte de la cultura
una capuza, que les cubrieron la cabeza. Estas Capullanas, Lambayeque. La Sacerdotisa mira al este, que es el
que eran mujeres en su infidelidad, casadas como ellas se escenario del territorio del reino de la Luna, elemento
satisfacían, porque si el marido no era satisfactorio lo descartan de su total dominio y que permiten aproximarnos a que
y se casaban con otro. El día de la boda el hombre elegido se la sepultura hace alusión a su capacidad simbólica de
sentaba al lado de la Capullana y había una gran fiesta de la ingresar a la profundidad del mar, transformarse en ola, 265
embriaguez. El esposo descartado también estaba allí en un volar como ave, (Narváez 2011) o aproximarse a la Luna,
rincón, sentado en el suelo, llorando su desgracia, nadie se que es el elemento celeste; características que muestran
atrevería a darle ni siquiera agua para calmar su sed. La novia a un ser divinizado en su época e inmortalizado en su
y el novio con alegría sabían burlarse de él”. Fray Reginaldo de tumba (Figura 165 y 166).
Lizárraga (1545 – 1615).
266
Fig. 164. Fig. 165. Fig. 166.
Dibujo explosivo de tumba de personaje de Grafico que muestra posición de personaje Recreación de tumba de
Chornancap y ajuar funerario. de Chornancap y el corte de sepultura. Sacerdotisa de Chornancap
y acompañantes, en la
residencia de elite.

Así mismo, la estructura religiosa de la élite las investigaciones desarrolladas en Pomac. También
Lambayeque reflejada e inspirada en los reconocidos se conoce la difundida cara-máscara Lambayeque con
ornamentos que se aprecian en colecciones de diversos el rostro del personaje solemne de ojos alados, nariz 267
Museos del país y del exterior, así como en algunas tumbas destacada, labios asomados, de quien se sospecha se
Lambayeque excavadas científicamente (Shimada trataría de una mezcla de rostro de hombre-ave, cuya
1994 y 2014a; Elera 2008; Martínez 1996, 2014; Alva apariencia es ampliamente representada en objetos
Meneses 2012), habían logrado que nuestra visión sobre de oro, plata, cobre entre otros (Alva 1984; Kauffmann
esta temática esté “enfocada” a imágenes que el arte 1989, 1992; Zevallos 1971, 1989; Carcedo 1989, 2014;
Lambayeque expresaba de manera clásica y frecuente Narváez 1995, 2011; Castillo 1996, 2000; Donnan 1989,
como es la representación del Dios Ñaymlap, atribuida 2012; Shimada 1994, 2014a y 2014b; Fernández 2012 y
al icono que aparece en el famoso cuchillo ceremonial Wester 2010, 2014).
llamado Tumi o el Dios Sicán (Shimada 1994, 2014a);
bautizado sin considerar las perspectivas históricas,
lingüísticas y arqueológicas, tomando en cuenta solo
268
Se conoce además, la clásica imagen del denominado de la cultura Lambayeque; por lo menos eso es lo que se
“Huaco rey”, representado tanto en vasijas de color negro puede constatar. Por un lado los Mochicas maestros del
como rojas, donde el personaje central bautizado como arte mural creativos en la construcción y composición de
el Dios Ñaymlap es flanqueado por seres antropomorfos escenas de línea fina de enorme repertorio simbólico y
y zoomorfos, eventualmente estilizados o divinizados, en realista, donde concurren recursos de flora, fauna, seres
cuyo entorno se encuentran asociados personajes en antropomorfos, deidades, que han legado un valioso
posición decúbito ventral como si estuvieran “flotando”, a conjunto de elementos que permiten ahora con mayor
quienes se les denomina con el nombre de “nadadores” seguridad entender el complejo mundo ceremonial y ritual
y el caso más emblemático son aquellas imágenes que de esa sociedad. De esta cultura provienen las clásicas
se conocen en arte mural como las pinturas polícromas representaciones de los famosos “temas” (Benson 2003;
de Huaca Pintada en Illimo (Schaedel 1978) Murales de Donnan 1975, 1978; Hocquenghem 1987) como el del
Úcupe (Alva y Meneses 1984; Alva y Alva Meneses 2011), Sacrificio y Presentación, el Lanzamiento de flores, el
Huaca Loro (Florián 1951), (Shimada 2014a), los relieves Entierro, Cacería del Venado, Travesía Marítima, tan
de Huaca Las Balsas en Túcume (Narváez 2011) y las sólo por citar los más representativos y difundidos. Sin
Pinturas de Chornancap (Donnan 1989 y 2012), entre embargo, para el caso de la cultura Lambayeque se
otras; donde el elemento recurrente generalmente es el producen cambios “sustantivos” en el concepto de la
personaje de ojos alados con tocado semi-lunar adornos liturgia y simbología, donde los personajes aparentemente
plumarios, alas, rostro con gesto ritual indistinto, pero son más limitados y el repertorio no es tan amplio, como
que resume un conjunto de elementos que parecerían si la dimensión pública y masiva lograda por los Mochicas
vincularse a la legendaria historia de Ñaymlap. se hubiese circunscrito ahora con los Lambayeque por
Forman parte también de estos materiales, las razones políticas y religiosas a un mensaje específico
vasijas clásicas donde se expresa el arte Lambayeque, en el cual existe una clara intención de asociar las
como es el caso del tipo conocido como huaco rey, la representaciones del arte Lambayeque con la tradición
botella tronco-cónica con pedestal alto y aquella forma oral de la historia de Ñaymlap y sus descendientes,
denominada “tacho”, que corresponden a vasijas de que coherentemente guarda relación con gran parte del
doble gollete tronco-cónico divergente, unidos por asa material producido. Esta circunstancia entendida como
puente, articulados a cuerpos globulares con base la estrategia de la élite Lambayeque para legitimar su
pedestal y que frecuentemente muestran sobre el asa poder (Rucabado 2008), puede ser concebida más allá
un elemento escultórico antropomorfo que se asocia a la del límite político e interpretarse como la construcción de
imagen del mítico Ñaymlap (Figura 167). En este contexto un discurso a manera de doctrina oral y artística que se
de imágenes conocidas, que han permitido construir reconoce y reafirma en actos públicos bajo la forma de una
el panteón de dioses, divinidades y ancestros míticos liturgia13 que se materializa y moviliza y que busca unificar
Lambayeque, concurren también elementos simbólicos un territorio a través de la presencia de la élite sacerdotal 269
en forma figurativa o geométrica como: la “ola marina que actúa a nombre de estas deidades vinculadas
simple”, “ola antropomorfizada”, “ola ornitomorfa”, “ola al mar como origen y al infinito como destino donde
antropo-ornitomorfa”, etc.; símbolos como el triángulo vuelan como aves míticas, generando subordinación
escalonado, círculos, cruz andina o chacana, etc. Con de la población a través de actos religiosos, donde los
estos símbolos es que se aprecia aparentemente una celebrantes y conductores de estos rituales actúan con
enorme diferencia entre la concepción prioritariamente una performance de singular impacto masivo.
escenográfica del arte Mochica y la alegórica y simbólica
Las tumbas excavadas por Izumi Shimada en Huaca Adicionalmente a este contexto material se asocia
Las Ventanas (1991) y Huaca Loro (1994) (Shimada el contexto litúrgico, simbólico, es decir el conjunto de
1995 y 2014b), así como la tumba excavada por Carlos imágenes que se asocian a ciertos objetos que reiteran
Elera en el año 2006 en Huaca Las Ventanas (Elera conceptos como dualidad, bipartición o escenarios como
2008), en la que se halló el fardo funerario que contenía La Luna y El Mar. En el caso de la tumba excavada por
los restos de una anciana, proveyeron nuevos elementos Carlos Elera en el año 2006 que se trata de una mujer
iconográficos que ayudaron a redefinir el rol y funciones de de avanzada edad con un importante ajuar funerario en
los personajes sepultados, pero sobre todo la asociación su sepultura (Elera 2008). Tratándose de un personaje
de los materiales y ornamentos permitiendo reconocer femenino de los que no se conocía para el Santuario
el estatus de los individuos enterrados. Los contextos Histórico Bosque de Pomac, resulta interesante el
funerarios de las Tumbas este y oeste en Pomac, han hecho de que las mujeres poseen también estructuras
revelado de manera inequívoca varias situaciones funerarias complejas con bienes de prestigio que incluyen
que debemos remarcar. Por un lado, la presencia de acompañantes, sin embargo a nuestro juicio esta tumba
grandes y complejas tumbas a mucha profundidad con no ostenta el nivel jerárquico que la documentada en
personajes envueltos con sus bienes más preciados, con Chornancap.
acompañantes sepultados como producto de rituales, Hasta hace dos décadas, este era el panorama en la
cultos y prácticas funerarias cargadas de significado simbología de la cultura Lambayeque, no obstante con el
social (Castillo 2000), que debió constituir la oportunidad hallazgo en el 2011 y 2012 de las tumbas denominada:
para remarcar el poder y autoridad que estos seres La Sacerdotisa de Chornancap (Tumba Nº4) y Personaje
tuvieron en vida y que seguían teniendo en su tránsito al de los spondylus (Tumba Nº5), aportan un insospechado
mundo de los ancestros. También deja en claro la riqueza repertorio de íconos de la cultura Lambayeque del que
de las élites gobernantes que a partir de los rituales de no teníamos idea, sobre todo porque las imágenes se
enterramiento reafirman el enorme control que ejercen en encuentran asociadas a cierto tipo de objetos, muchos
todo el territorio, siendo capaces de manejar y movilizar de los cuales fueron usados en vida por el personaje
para su beneficio recursos necesarios que son colocados principal, como bienes de prestigio que expresan el
en su sepultura, construidas cerca a grandes edificios, ritual que desarrollan quienes lo usan (vasos, cuencos,
erigidos para honrar su memoria que incluye además la brazaletes, pectorales, etc.) como elementos que revelan
colocación de bienes exóticos como: concha spondylus, su poder y autoridad (corona, orejeras, cetro), o como
conus, perlas, turquesas, cinabrio, lapislázuli, etc.; símbolos que muestran su condición en la tumba (tela
productos que no son frecuentes en este territorio y que pintada y máscara). En dichos casos la simbología
pueden ser entendidos como medios que demuestran el representada constituye una clara señal del acceso que
poder de quienes los ostentan (Makowski 2014:194). tiene el personaje para usar estos símbolos como parte
270 de su discurso ritual y de la legitimización de su autoridad
en vida y en el inframundo (Lámina 9).

13
Luis Jaime Castillo y Carlos Rengifo (2008: 172), manifiestan que la ideología es quizás la única alternativa para explicar la capacidad de integración. Agregan
que con este término se refiere a las ideas materializadas a través de formas simbólicas que se movilizan al servicio de los intereses de ciertos grupos, que
llaman como la teatralización del tiempo (véase también a John Thompson 1990).
271

Fig. 167.
Tipos frecuentes en la cerámica
Lambayeque (Colección Museo Brüning).
272
CAPÍTULO VII
7.1 El personaje de los Spondylus:
Sepultura y ornamentos.

Las excavaciones arqueológicas en Chornancap a


finales del 2011 y durante el 2012, no sólo permitieron
la recuperación científica de un excepcional contexto
funerario al cual hemos denominado Gobernante y
Sacerdotisa Lambayeque, hallada envuelta en un fardo
con su ajuar y extraordinario contenido de ornamentos,
símbolos y acompañantes que expresan estatus, poder y
roles que desempeñó en vida en la sociedad de la cultura
Lambayeque de los siglos XII y XIII d.C., sino que al
concluir dicha excavación y una vez que se retiró la frágil
y fragmentada osamenta del personaje principal y sus
ocho acompañantes, se efectuaron cortes exploratorios
en el fondo de la tumba excavada, con el propósito de
comprobar o descartar la posible presencia de nuevas
ofrendas, como una necesaria práctica metodológica en
la investigación arqueológica.

273

Lámina 9.
Recreación de entierro de sacerdotisa de
Chornancap.
274
7.2 La Tumba.

Al profundizar la excavación, a 60 centímetros bajo 3.20mts. de largo (este – oeste) X 2.00mts. de ancho
el lecho de la sepultura de la Sacerdotisa, se produjo (norte – sur), donde el personaje central en posición de
el sorpresivo e inesperado hallazgo de un nuevo e cúbito dorsal extendido en eje este-oeste (mirando al
importante contexto funerario (Tumba 5), el mismo que oeste), que de acuerdo a los análisis de Antropología
empezó asomar con algunas ofrendas de cerámica Física efectuados por Haagen Klaus en el año 2013,
y concentraciones de concha spondylus (Figura se trata de un individuo masculino de 30 – 40 años de
168). Estos indicios permitieron definir que se trataba edad, el mismo que presenta una compleja asociación
indiscutiblemente de otro “personaje de élite” de la cultura de ofrendas y acompañantes. Hay que destacar que el
Lambayeque, cuya sepultura o enterramiento subyace contexto de este personaje no se halla en un fardo como
debajo de la tumba de la sacerdotisa, y que constituye el caso anterior, sin embargo está determinado por la
un hecho inédito en la arqueología de América Andina. presencia de concentraciones de ofrendas entre las que
A este contexto por su asociación y contenido destacan diez bivalvos de conchas Spondyllus Princeps
lo denominamos “El Personaje de los Spondyllus”. ubicadas a cada lado del cráneo, así como una en cada
La tumba, está definida por un corte rectangular de mano (Figura 169).

Fig. 168. Fig. 169.


Área con primeras evidencias de contexto Primer nivel de ofrendas.
funerario bajo la sacerdotisa.

275
En la mano derecha se halló una concresión de
cinabrio (oxido de mercurio) y a la altura del cúbito y
radio derecho aparece un vaso alargado bimetálico
en mal estado de conservación. Tal parece que estos
bienes tratasen de enfatizar el indiscutible vínculo e
identificación con la extracción, movilización y uso
de estos preciados moluscos provenientes de aguas
cálidas, cuyo valor en las antiguas sociedades resulta
incalculable (Hocquenghem 2009 y Narvaez 2014). Se
conoce en la literatura arqueológica la existencia de
grupos de hombres que desempeñaban la función de
“buzos” que ingresan a la profundidad del mar, atados
con sogas a la cintura y a más de 10 a 20 metros
extraían estos moluscos que formaban parte de bienes
exóticos vinculados y usados en los rituales de culto al
agua, fertilidad y para las ceremonias de ritual funerario.
En estas escenas los “buzos” depositan los spondylus
en canastas o cestas en una actividad que en la época
de la cultura Lambayeque tuvo una frecuencia intensiva
y sostenida y que ha sido representada en diversos
materiales. (Figura 170).

Fig. 170.
Escena de recolección de spondylus,
documentada en complejo Jotoro-Jayanca.

276
277
Fig. 171. Así mismo, se encuentra junto a la osamenta del
Ofrendas de cerámica, concha spondylus y personaje principal hacia el lado sureste 10 vasijas de
cuchillos de cobre y plata.
cerámica entre ollas con decoración paleteada (con
278 restos de hollín), platos y especialmente un plato grande
de estilo Cajamarca costeño, una de las ollas presenta
un plato que cubre la boca de la vasija a manera de tapa
(Figura 171). Sobre el cráneo se evidencia una delgada
lámina de cobre sujetada por una banda de metal de
5 cmts. de ancho a manera de una vincha; un par de
deslumbrantes orejeras de oro de 12 centímetros de
diámetro, en cuyo borde externo se halla repujada la
imagen sucesiva de la “ola antropomorfa” (Figura 172
y 173), y en el centro se aprecia un adorno circular de
madera que al parecer hace alución a la luna (elemento
circular).
Fig. 172. Se evidencia también pectorales de concha
Orejeras de oro y discos del mismo metal spondylus, conus, perlas, turquezas y 28 discos de
forman parte de los principales bienes.
cobre que reposaban sobre el pecho del personaje. Dos
alargados cuchillos uno de cobre y otro de plata se hallaron 279
sujetados en la mano derecha del personaje central,
Fig. 173. éstos se encuentran en una posición invertida, con la
Orejeras de oro con imagen de ola hoja alargada o empuñadura hacia abajo y el semicírculo
antropomorfa.
o cuchillo hacia la parte superior, junto a estos objetos
metálicos se aprecia una botella asa estribo color crema,
base plana con decoración geométrica perteneciente a
la época Moche Tardío, la cual sorpresivamente presenta
reparaciones de su tiempo y decoración fugitiva en línea
fina con la imagen de la ola antropomorfa (Figura 174).
280
281
282
Seguramente esta botella formó parte de un objeto de
mucho valor y significado, guardado y transmitido como
“herencia” de sus antepasados Un tocado rectangular
alargado de cobre plateado sobre cuya superficie se
han adherido cuatro personajes de cobre plateado,
con la imagen típica del personaje Lambayeque que
porta un bastón y un vaso en cada una de sus manos
respectivamente, esta imagen es la típica alusión a un
Fig. 174.
alto personaje Lambayeque, con tocado semilunar y Botella asa estribo Mochica tardío.
ricamente ataviado con ornamentos y vestimentas,
esta representación nos hace recordar la imagen de
un personaje recurrente en el arte Lambayeque. Este
“tocado” está colocado en forma inversa, es decir los Fig. 175.
Tocado con representación de
personajes representados miran al este, mientras que él
personaje Lambayeque.
sepultado mira al oeste (Figura 175).

283
Junto a este objeto aparece un pequeño tocado
laminado, como un elemento plumario y una pequeña
corona de cobre dorado con la silueta del cuerpo del
“ave mítica”, cerca al lado sureste de la tumba, aparece
también un par de finos discos de oro y los restos de lo
que fue parte de un camélido joven, como complemento
a este conjunto de ofrendas metálicas se evidenció un
grupo de vasos pequeños en un total de 16, colocados
en paquetes de 3 y 4 respectivamente. Cerca de la mano
izquierda aparece un bastón de madera alargado y hacia
el lado noroeste, oeste y suroeste se identificaron cinco
“recipientes” confeccionados por grandes fragmentos de
vasijas que contienen objetos de cerámica en miniatura
llamados “crisoles”, que fueron colocados directamente
sobre la superficie del entierro, y debieron formar parte
del conjunto de ofrendas durante el ritual funerario
(Figura 176 y Lámina 10).

284

Lámina 10
Planta con ofrendas de crisoles, cerámica
y otros objetos.
285

Fig. 176.
Ofrendas de crisoles colocados en la
tumba.
7.3 Los Acompañantes.

Hay que anotar que la extremidad inferior izquierda El personaje principal presentaba tres acompañantes,
del personaje principal no aparece articulado en la uno de sexo femenino (acompañante Nº01) que se trata
osamenta, ha sido retirada y no existe evidencia del de un entierro secundario de aproximadamente 14 – 18
destino que ha tenido. Hacia la parte superior izquierda años de edad, ubicada al norte de la sepultura con dos
del personaje central se aprecian un conjunto de 9 botellas de pedestal alto con gollete divergente unidos
vasos pequeños de cobre en forma cónica, junto a éstos por asa puente, conocida como “tachos” (Zevallos 1989),
recipientes se registra una acumulación de cinabrio en ellas aparece la clásica efigie escultórica del personaje
(oxido de mercurio). Lambayeque conocido como Dios Ñaimlap (Figura 177 y
Figura 178).
Así mismo, dos bivalvos de concha spondylus,
cuentas de turquesas y doce objetos de cobre en forma
de colgajos se asocian a este acompañante que había
Fig. 177.
sido trasladado de su sepultura inicial para formar
Botellas doble gollete divergente con
apéndice escultórico Lambayeque. parte de este contexto como su destino final, por esta
razón parte de sus osamentas se hallaron removidas

286
o desarticuladas. Otro acompañante (Nº02) de sexo
masculino de 18 años de edad hallado en el lado sur
oeste de la tumba se encuentra sentado flexionado con
conchas spondylus en las manos que también forma
parte de este contexto funerario. Un tercer acompañante
(Nº03) masculino de 18 años de edad, al oeste de
la tumba, presenta un pectoral de cuenta de concha
spondylus y turquesas y una botella de doble gollete
divergente del tipo tacho que fue hallada fragmentada,
así como dos conchas spondylus completas (Lamina 11).

Fig. 178.
Botellas Lambayeque tipo “tacho”
asociadas a acompañantes de personaje
principal.

287
288

Lámina 11.
Dibujo explosivo del señor de los Spondylus.
Fig. 179.
Grafico que ilustra superposición de
tumbas en Chornancap.

El hallazgo de esta sepultura bajo la tumba de la episodios diferentes, dos momentos uno separado del
Sacerdotisa, nos sitúa en una condición sumamente otro por un lapso de tiempo no determinado, pero dentro
compleja, en razón a que tradicionalmente entendíamos de una misma época (Figura 179).
que cada uno de los personajes de estatus tiene su Con respecto a la superposición es necesario contar
sepultura independiente, y está rodeado de ofrendas y con mayores elementos de análisis para plantear cuales
acompañantes, así se puede certificar en las diversas son las razones que se habrían considerado para llevar
tumbas Moche excavadas en la plataforma funeraria a cabo este tipo de sepultura, son personajes que no 289
de Sipán (Alva 1994), las tumbas de San José de Moro tienen vínculo alguno, hay un lazo familiar que genera
(Castillo 2003), las tumbas Lambayeque excavadas este tipo de sepultura, o probablemente forma parte
en Batán Grande (Shimada 1994), y otros contextos de un personaje de élite de nivel intermedio, que al ser
funerarios conocidos en la costa norte del Perú. Sin parte de la “familia” o linaje de la Sacerdotisa (Esposo y/o
embargo, ésta superposición nos permite replantear Hermano) es sepultado en el mismo espacio, uno sobre
la forma y el patrón del entierro o reflexionar sobre otro, generando la idea del Mausoleo Familiar. Existen
las circunstancias que originaron esta decisión, que algunos elementos comunes entre ambas sepulturas, uno
genera una superposición de enterramientos, porque de ellos es el tipo de orejeras de oro que ambos presentan
de acuerdo a la estratigrafía excavada en estas tumbas, y está referido al diseño de la “ola antropomorfa”, que
la Sacerdotisa y el Personaje de los Spondylus son dos podrían sugerir la idea de un rasgo familiar que los
identifica y asocia a este símbolo emblemático como en una posible e inevitable condición en la sepultura, o
parte de un elemento “familiar”, “religioso” o “político”. probablemente parte de la “intención” de quienes tuvieron
Ambos personajes presentan también sobre su rostro a cargo el evento funerario, que consideran que estos
una delgada lámina de cobre plateado que cubre toda la personajes narran su origen desde el mar, es decir por
parte frontal del cráneo, como una máscara, este rasgo el agua arriban y vuelven a ella como parte del círculo
podría corresponder a un modelo de enterramiento ritual y misterioso que envuelve su vida y la muerte, o
que invariablemente de la posición implica cubrir el probablemente el personaje y los spondylus retornan
rostro en la sepultura y por último la posición de cada con estos bienes a su fuente de origen para garantizar
uno difiere marcando aparentemente la época a la que su abundancia.
correspondería o rol que desempeñan.
Una singular condición se presentó desde el inicio Debemos señalar que ambas sepulturas muestran
de la excavación de esta sepultura, es que apenas de forma extraordinaria la intensa actividad ritual y
se empezó a profundizar y definir los objetos, el agua ceremonial de alto contenido religioso que por largo tiempo
del subsuelo brotó en grandes cantidades de forma se desarrolló en Chornancap, convirtiendo a este lugar
desconcertante, obstaculizando la excavación. Para ello en un espacio sagrado donde los más altos personajes
se construyeron dos pozos de filtración cerca a estas de la elite de la cultura Lambayeque son sepultados en la
tumbas, de los cuales se retiró con la ayuda de una residencia donde viven y que con su muerte adquiere el
motobomba aproximadamente 5,000 litros diarios de agua estatus de Mausoleo. Una vez más la compleja dinámica
por casi un mes, con la finalidad de que el agua no brote sociopolítica y religiosa de este escenario revela como
en la sepultura. Esta condición de la excavación genero el poder de los personajes se inmortaliza en el mundo
inevitablemente la idea de que el contexto funerario en el de los vivos y propicia el encuentro con sus ancestros
momento de su colocación, seguramente no presentaba (Figura 180).
la napa freática que debió encontrarse mucho más
abajo, sin embargo quienes tuvieron a cargo la sepultura
no ignoraron que este nivel de agua no es estable y es
irregular porque es producto del volumen de agua que se
riega en los campos aledaños y que filtra desde las partes
altas de los valles hacia la parte baja, por lo tanto, fueron Fig. 180.
290 conscientes de que el enterramiento en algún momento Vista final de tumba con
podría ser cubierto por agua, convirtiéndose entonces personaje y acompañantes.
291
CUARTA PARTE
PODER, GÉNERO Y RELIGIOSIDAD EN CHORNANCAP
CAPÍTULO VIII

8.1 Ornamentos y simbología en la


Tumba de Chornancap.

Las imágenes plasmadas en cerámica, tejidos,


metales, relieves, pinturas polícromas desde épocas
tempranas, muestran personajes en escenarios,
asociados a flora, fauna, pero sobre todo los personajes
portan ornamentos que revelan sus roles e identidades;
por ejemplo, las armas asociadas a un individuo generan
la idea de un guerrero, los espacios privilegiados y los
bienes de uso ritual asocian al individuo a funciones de
alto estatus, no obstante, la extraordinaria documentación
que existe en las tumbas excavadas científicamente en
los sitios de: Sipán, San José de Moro, Huaca Cao, Virú,
Úcupe, Pomac, Huarmey, etc, revelan que los contenidos
de estos contextos muestran a individuos que desde
la ubicación, significado, tipo de material, y elementos
simbólicos, permiten sostener las funciones que han
cumplido y el estatus que ostentaron en vida. Estas
razones las hemos evaluado para considerar nuestra
propuesta metodológica de definir tres categorías en
295
base a los ornamentos provenientes de la tumba de la
gobernante y sacerdotisa de Chornancap, estos pueden
agruparse en objetos para roles: Nivel político, religioso y
semidivino (Figura 181).

Fig. 181.
Principales bienes que reflejan el
estatus y jerarquía de la sacerdotisa de
Chornancap.
296
297
8.2 Ornamentos para función política.

El personaje denominado gobernante y sacerdotisa


de Chornancap, muestra en su sepultura ornamentos
claves que permiten vincularla con el estatus y condición
de autoridad política, describiremos brevemente los más
representativos.

Corona de oro: Deidad tejedora en el


templo de la Luna.

Confeccionada en oro y conformada por 2 cintas


laminadas y alargadas, este ornamento tiene 61
centímetros de largo por 12.5 centímetros de alto con un
diámetro máximo de 19.4 centímetros. Está compuesta
por cinco representaciones figurativas elaboradas bajo
la técnica del laminado, calado, repujado y piezas
móviles, que aparecen como centro entre las dos
cintas. Las láminas alargadas de la corona, presentan
decoración geométrica (círculos) y orificios para sujetar
los pendientes. En la cinta superior se aprecian 47
círculos en alto relieve de 7milímetros de diámetro, ésta Fig. 182.
Corona de oro.
tiene 02 reparaciones antiguas ubicadas en los lados
derechos y unidos con cuatro grapas, además presenta
10 perforaciones para sujeción, el extremo izquierdo Fig. 183.
tiene el borde redondeado. La cinta inferior tiene 43 Recreación en 3D de Corona de oro.
círculos en alto relieve de 7 milímetros de diámetro, al
centro presenta 2 reparaciones antiguas con dos y tres
grapas respectivamente. Presenta 09 perforaciones
para sujeción. Entre las 2 cintas se observan 5
representaciones figurativas (parte central de la corona),
las cuales tienen en su parte superior la imagen de un
298 templo con doble techo, con el emblema del “ave mítica” concéntrico que se proyecta hacia una forma trapezoidal.
llamada también símbolo “punta-rectángulo-punta” Esta imagen fantástica arqueológicamente desconocida
(Zevallos 1989), asociadas a un techo inclinado de cuyos en la cultura Lambayeque y que se asocia a la corona del
bordes inferiores penden 21 laminillas trapezoidales de personaje central de la Tumba de la Sacerdotisa (tumba
oro. 4), constituye la simbología que alude a la vinculación
En el interior de este templo se aprecia la representación del personaje sepultado con la deidad lunar y la actividad
de la luna creciente, sobre la cual descansa una mujer de la mujer tejedora. No obstante, el ornamento que
en posición sentada de perfil izquierdo, con manos y describimos como la corona de la Sacerdotisa permite
pies cuyos extremos son cabezas de felinos estilizados, identificar el estatus del personaje que lo porta en vida y
tiene al frente un telar en cruz y de su cabeza cae que en la sepultura mantiene su condición de símbolo de
hacia su espalda un penacho que remata en un círculo poder y autoridad suprema (Figura 182 y 183).
299
Par de Orejeras de oro: Personaje con
corona semilunar.

Ornamento elaborado en oro, con diámetro de 7.2


centímetros y alto de 4.9 centímetros, incluyendo el
vástago; la parte principal de este objeto presenta un
perímetro circular a manera de una banda que encierra
toda el área en cuyo centro aparece la imagen repujada
de un personaje visto de frente con corona semi-lunar con
pequeños elementos decorativos en el borde y corona
cilíndrica con 5 pequeños círculos repujados. El rostro
está definido con orejeras, extremidades superiores
sosteniendo en cada una un bastón ceremonial alargado
que remata en un círculo concéntrico que se proyecta
en una forma romboidal alargada dando la apariencia de
un asta. El personaje se encuentra vestido con faldellín
en cuyo borde inferior se aprecian pequeños conos o
pendientes, las extremidades inferiores aparecen de
frente y opuestas una con respecto a la otra, a cada lado
de los bastones que porta el personaje se aprecia de
perfil derecho e izquierdo un ser antropozoomorfo con un
Fig. 184.
pequeño tocado, los mismos que se ubican a cada lado Par de orejeras de oro con diseño
con respecto a la imagen central (Figura 184). de personaje de frente.

300
Par de orejeras de oro: Ola
Antropomorfa.

Ornamento elaborado en oro de 7 centímetros por la cabeza del personaje representado y el círculo
de diámetro y alto de 4.1 centímetros incluyendo el central que articula el elemento lunar como escenario
vástago, la parte principal está definida por un círculo complementario al mar. Este par de orejeras constituyen
que encierra tres círculos concéntricos, que determinan la representación de un objeto que por su condición,
cuatro campos definidos, un campo central circular que material en el que está elaborado y la iconografía que
se muestra en forma prominente. El siguiente campo está encierra, sólo puede ser usado por un personaje de élite
determinado por una decoración repujada con la imagen y estatus que reitera su dominio simbólico en el territorio
de la conocida “ola antropomorfizada” que aparece en marítimo y lunar (Figura 185).
09 cabezas con tocado que se suceden cada una en una
línea sinuosa que determina una “ola marina”, el tercer
campo está determinado por una especie de hendidura
en bajo relieve que debió servir probablemente para la
colocación de un elemento aplicado, el cuarto campo
asociado al borde final de la orejera que presenta una
sucesión de la ola antropomorfa u “ola mítica” repujada y
determinada por 17 cabezas con tocado que se asocian
a una línea sinuosa que conforma la ola. Este ornamento
trabajado bajo la técnica de repujado, con técnica de
Fig. 185.
soldadura y totalmente al vacío presenta dos elementos Par de orejeras de oro con diseño de
que son recurrentes en la tumba: el Mar antropomorfizada ola antropomorfa y luna llena.

301
Par de orejeras de oro: Imagen del
cactus “San Pedro”.

Ornamento circular elaborado en oro de 5.5


centímetros de diámetro y 2.5 centímetros de alto,
compuesta por dos partes, un disco circular con relieve
central en forma de una circunferencia y un perímetro
externo formado por una segunda parte que presenta en
el borde decoración repujada con la imagen seccionada
del Cactus (Trichocereus Pachanoi) conocido como “San
Pedro”, alucinógeno usado frecuentemente en sesiones
de curanderismo y que produce efectos psicotrópicos.
Este par de orejeras no solo reafirma el estatus del
individuo, sino que también nos permite establecer la
Fig. 186.
condición sacerdotal (curandera) del personaje sepultado Par de orejeras de oro con diseño
que lo usó en vida (Figura 186). de San Pedro y luna llena al centro.

302
Par de orejeras de plata: Personaje con
corona semilunar.

Ornamento elaborado en plata con diámetro de 7.3 conos o pendientes, las extremidades inferiores aparecen
centímetros y alto de 4.5 centímetros de alto incluyendo de perfil y opuestas una con respecto a la otra, a cada
el vástago, la parte principal de este objeto presenta un lado de los bastones que porta el personaje se aprecia,
perímetro circular a manera de una banda que encierra un ser antropozoomorfo con un pequeño tocado, los
toda el área en cuyo centro aparece la imagen en relieve mismos que aparecen de perfil con respecto a la imagen
de un personaje visto de frente con corona semi-lunar central (Figura 187).
con pequeños elementos decorativos en el borde,
corona cilíndrica, rostro definido, orejeras, extremidades
superiores sosteniendo en cada una un bastón ceremonial
alargado que remata en un círculo concéntrico que se
proyecta en una forma romboidal alargada dando la
Fig. 187.
apariencia de una asta. El personaje se encuentra vestido Orejera de plata con diseño de
con faldellín en cuyo borde inferior se aprecian pequeños personaje de frente.

303
Orejera de plata: circular concéntrica.

Ornamento elaborado en plata con diámetro 4.2


centímetros y alto de 2 centímetros, conformado por dos
partes unidas por soldadura, el vástago y la tapa circular
han sido articulados dando la forma de un solo objeto,
el vástago presenta una concavidad en la base y la tapa
presenta cuatro círculos concéntricos sin decoración
alguna (Figura 188).

Fig. 188.
Orejera de plata en forma circular
concéntrica.

304
Par de orejeras de plata: felino lunar.

Ornamento elaborado en plata de 6.7 centímetros de la mano izquierda del felino se proyectan dos valvas de
diámetro y 2.4 centímetros de alto incluyendo el vástago, spondylus y un ornamento no definido, en la parte posterior
está configurada por un disco circular en cuyo borde de su cabeza se aprecia un dibujo esquematizado
exterior presenta una banda que delimita la longitud de que podría corresponder a un ave y/o pez. El segundo
la circunferencia y que genera un espacio en bajo relieve campo está definido por una sucesión de 20 triángulos
determinado por dos campos repujados, en el campo escalonados, conocido también como la representación
central principal aparece un ser mítico (felino lunar) simbólica de la montaña en dirección izquierda-derecha.
sentado de perfil izquierdo, presenta tocado a manera Este par de orejeras permite reconocer a una de las
de penachos dobles que caen hacia cada lado y que deidades más remotas del área andina como es el
se articulan a una corona cilíndrica con cuatro círculos felino lunar, asociado a la luna creciente, a la simbología
repujados, el rostro de perfil del felino muestra ojo femenina y que aparece en este contexto como un ícono
concéntrico, nariz curvada, sobre el lomo se aprecia un de identidad del personaje sepultado (Figura 189).
aditamento dentado, la cola recogida hacia el interior, en

Fig. 189.
Par de orejeras de plata con diseño de
felino lunar.

305
Brazaletes de oro.

Ornamento conformado por esferas de oro armadas


en dos partes, y unidas en la parte media por soldadura,
este objeto está compuesto por 7 filas de esferas que
articulan más de 90 que se hallaron sujetadas por hilos.
Debió colocarse en el antebrazo derecho e izquierdo del
personaje principal (Figura 190).

Fig. 190.
Brazalete de oro, esferas al vacío.

306
Cetro de oro: Deidad en el templo.

Ornamento elaborado de oro, con 23 centímetros


de largo y ancho máximo de 4 centímetros, ha sido
confeccionado bajo las técnicas de laminado, repujado,
calado y piezas móviles. Está compuesto en dos partes,
la primera que corresponde a la empuñadura o vástago, la
misma que es de forma plana y alargada, confeccionado
en una sola lámina con el extremo inferior redondeado
que da la impresión de un cuchillo ceremonial y en el
extremo opuesto al cuchillo se aprecia una lámina
rectangular alargada en forma de podio sobre el cual
se observa un personaje antropomorfo en posición de
frente con gesto ritual que involucra las extremidades
superiores extendidas hacia los lados y ligeramente
hacia arriba, el rostro del personaje está definido por un
trazo repujado que determina ojos, nariz, boca, corona y
vestimenta (faldellín). Alrededor de su cuello se aprecia
un elemento alargado como si se tratase de una “bufanda”
cuyos extremos rematan en las cabezas de “serpientes
estilizadas” en cuya lengua pende una lámina trapezoidal
como pieza móvil; la representación descrita se aprecia
en ambos lados del ornamento.
Hacia la parte media de la pequeña corona
trapezoidal que presenta el personaje principal del cetro,
se proyectaba una varilla muy delgada confeccionada en
oro que articula con una extraordinaria estructura que
representa el techo de un templo a dos aguas, en cuyo
perímetro superior se aprecia la simbología de la imagen
del “ave en picada”, conocida como el símbolo “punta
rectángulo punta” (Zevallos 1971, 1989), o también
conocida como “alas y cola” (Narváez 2015) en el contorno
exterior del techo hacia ambos lados se aprecia una 307
sucesión de olas marinas que asocian el templo con el
escenario del mar, así mismo pequeñas perforaciones en
el contorno del frente principal y hacia ambos lados que
sirvieron para sujetar pequeñas láminas trapezoidales
como piezas móviles que con el movimiento debieron

Fig. 191.
Imagen completa de cetro
de oro de Sacerdotisa de
Chornancap.
darle el sentido mágico a este cetro. Este extraordinario la deidad femenina en el palacio mítico, y que guarda
ornamento, certifica indiscutiblemente el máximo estatus relación con la imagen similar representada en las
de quien lo usó en vida, su autoridad política, religiosa y orejeras de oro y plata.
semidivina, pero nos remite a la presencia de una deidad Muy pocas veces ha aparecido en un objeto la
poca conocida en el arte Lambayeque que transita en asociación directa con el escenario arquitectónico,
el escenario supremo de la religiosidad como deidad recordemos el caso del cetro de cobre hallado en la tumba
lunar y en el espacio marítimo. Uno de los ornamentos saqueada de Sipán (Alva 1994), el mismo que presenta un
que lleva el personaje representado a la altura del cuchillo alargado cilíndrico que termina en punta que en
cuello y que hemos denominado “bufanda” a manera de el extremo opuesto muestra la representación escultórica
serpiente bicéfala, constituye aparentemente el rasgo de un palacio Mochica en cuya pared principal del altar
característico que permite asociarlo con otras imágenes superior se aprecia una escena mitológica en la que un
en el contexto de la costa norte y costa central, lo que felino posee a una mujer en un acto sexual simbólico
significa que esta imagen correspondería a una deidad teniendo como respaldar o lecho a la luna creciente. De
transcendental en un vasto territorio de la costa peruana. otro lado, en la Tumba del Señor de Sipán (Tumba 1), el
De otro lado, debemos precisar que la corona personaje principal presenta en la mano derecha un cetro
trapezoidal con pequeñas bandas repujadas que hacen de oro y plata en la que la parte de oro ubicada hacia
suponer el plumaje del ave representa el cuerpo similar arriba simboliza una pirámide trunca invertida, mientras
al techo que está sobre su cabeza, el mismo que que la hoja de plata presenta símbolos y emblemas
consideramos sintetiza el ave en picada sobre el mar, militares; curiosamente en la Tumba de la Sacerdotisa de
ícono característico de la cultura Lambayeque, ésta Chornancap el Cetro de Oro está ubicado en la mano
imagen haría alusión metafórica al relato sobre el origen izquierda, lo que podría significar que la ubicación de los
y final de la dinastía Lambayeque representada por cetros en los personajes de élite está asociado a un tema
Ñaymlap, que arriba por el mar y termina convertido en de género esto es en la mano derecha para los varones
ave. Sin embargo, sospechamos que la representación y la mano izquierda para las mujeres (Figuras 191 y 192).
308 de la imagen principal del cetro podría corresponder a

Fig. 192.
Detalle de cetro de oro con imagen de
deidad mítica en templo Lambayeque.
309
Pectoral de concha conus.

Ornamento elaborado en cuentas trapezoidales de


concha conus recortada y articuladas en seis hileras
semicirculares ordenadas en degradé, que rematan
en objetos circulares de cobre, algunas cuentas están
incompletas por desgaste y erosión, sin embargo
debió conformar uno de los pectorales principales del
personaje que mostraba color blanco en el momento del
uso (Figura 193).

Fig. 193.
Pectoral de concha blanca
(Conus).

310
8.3 Ornamentos para función religiosa. Collar de idolillos de oro.

Estos bienes destacan porque su posible uso está Collar de oro compuesto por 18 cuentas con
determinado para ceremonias en las cuales fueron parte representación antropomorfa y 14 cuentas esféricas
activa como el caso de los vasos y copas entre otros. A que están dispuestas intercaladamente. El objeto está
continuación describiremos los más representativos: elaborado en tres partes: Remate de forma cónica a
manera de gorro del personaje, el cuerpo que se encuentra
soldado en la espalda y la base plana circular con orificio
en la parte central para sujeción al igual que en la parte
superior. Las cuentas esféricas han sido confeccionadas
en base de dos semi esferas soldadas y con orificio
central para sujeción. Las cuentas antropomorfas están
formadas en gran parte por la cabeza del personaje
Fig. 194. que conforma casi la mitad del objeto y que muestra un
Collar de idolillos de oro. personaje que se encuentra en posición solemne con las
manos juntas hacia adelante (Figura 194).

311
Sonajeros de oro.

Sonajero de oro conformado por 4 cuentas esféricas


con orificio de entrada y salida en la parte superior
e inferior del cuerpo. Originalmente debieron estar
articulados por un hilo de sujeción que atraviesa la
perforación que permitió articular el objeto el mismo que
en el interior es vacío y contiene pequeños residuos
metálicos que emiten sonido con el movimiento. Estos
sonajeros fueron hallados en el interior de un cuenco
metálico fragmentado que contenía cinabrio, colocado a
la altura de la mano derecha (Figura 195).

Fig. 195.
Sonajeros de oro.

312
Vaso bimetálico repujado.

Vaso de forma cilíndrica alargada que cumplió Este ornamento certifica la identidad religiosa y
también la función de sonajero (vaso-sonaja), se sacerdotal del personaje sepultado, pero sobre todo
encuentra ensamblado y artísticamente equilibrado en permite establecer la relación que existe entre el “felino
tres partes de oro y tres de plata. Tiene una longitud lunar” y la identidad femenina del personaje de la tumba,
de 20.5 centímetros. y diámetro de la boca de 7.3 que podría tratarse de la imagen felínica del ícono que
centímetros. En la superficie exterior de plata se aprecia representa la versión mítica de la mujer o del mediador
una magnífica y fina decoración repujada en un panel que conduce al personaje femenino en su viaje por la
compuesto por tres alineamientos de rombos que son el luna y el mar, escenarios de su religiosidad terrena y
centro de la representación y dos de triángulos ubicados celestial (Figuras 196 a y 196 b). Este objeto que ha sido
en la parte superior e inferior que están delimitados por trabajado en dos metales de singular valor en el mundo
la representación de volutas u olas marinas. En el interior andino, oro y plata, revela implícitamente un mensaje
de los rombos superiores e inferiores aparece de perfil vinculado a la dualidad, lo que significa su condición
(izquierdo) un ser antropomorfo con tocado dentado especial usada en ceremonias muy trascendentales,
al cual le caen un par de trenzas hacia su espalda donde además en la superficie de plata se ha repujado
que rematan en un círculo y un trapecio sugiriendo la una escena compuesta por varios elementos donde la
posible identidad femenina del personaje representado. mujer con las trenzas hacia la espalda se asocia al felino
Éste se halla parado de perfil sobre un podio tomando sentado con tocado semilunar, y estos aparecen en una
una especie de lazo en una de sus extremidades trama romboidal delimitada por olas marinas y como
superiores y la representación de la cabeza de una complemento las aves aparecen en la parte superior
especie indeterminada (posiblemente serpiente). Esta e inferior de la escena; esta escena es un argumento
representación femenina se ve alternada simétricamente categórico para sostener el enorme valor religioso de este
con la presencia en el rombo central de la imagen del ornamente, que muestra no solo la identidad femenina,
conocido “felino lunar” que a nuestro juicio podría tratarse sino su equivalente simbólico y los escenarios en que
de la versión mítica o mitológica de la mujer representada; actúa.
este ser felínico lleva sobre la cabeza doble tocado semi
lunar y se halla en una posición opuesta al personaje
femenino (perfil derecho), lo que sugiere un trazo y
configuración de complementariedad. Tanto en la parte
superior como inferior del panel romboidal se aprecian
triángulos sucesivos en cuyo interior se han repujado
dos aves opuestas, una con respecto a la otra en actitud 313
de vuelo. Finalmente en la parte superior del panel se
cierra la escenografía con una banda que contiene la
representación de la ola marina sucesiva.
Fig. 196a.
Vaso bimetálico repujado.

Fig. 196b.
Detalle de simbología repujada.

314
Vaso de plata

Vaso de plata, de forma alargada y acampanulado,


presenta un largo de 15.5 centímetros por 7.1 centímetros
de diámetro en la boca. En la base se aprecia un espacio
que permite que cumpla la función de vaso sonaja, la
parte superior del vaso presenta una forma abocinada
expandida, el cuerpo es angosto y alargado. Fue hallado
a la altura de la mano derecha del personaje principal
(Figura 197).

Fig. 197.
Vaso de plata.

315
Par de copas bimetálicas de oro y plata

Objeto bimetálico elaborado en oro y plata, presenta dos metales de singular valor en el mundo andino, oro y
la forma de un cuerno o la silueta de una lagenaria. plata, que revela implícitamente un mensaje vinculado a
El objeto es de forma tubular que se expande de un la dualidad, lo que significa su condición especial usadas
extremo a otro hasta alcanzar boca ancha con diámetro en ceremonias muy trascendentales. Cada una de estas
de 7.9 centímetros y la altura de 18.3 centímetros. La aparece a la altura de la mano derecha e izquierda
mitad del objeto en la parte superior es de plata y la otra del personaje principal, que generan la idea de un uso
mitad es de oro. Tecnológicamente está confeccionado personal y exclusivo, pero sobre todo en actos muy
en seis partes que se van articulando sucesivamente importantes. Es necesario precisar que en este caso la
bajo la aplicación de soldadura, en el extremo inferior parte de plata se halla hacia la parte superior del objeto,
presenta un pequeño orificio que podría permitir la salida y el oro, hacia el inferior, a diferencia de otros objetos en
lenta de líquidos. Se trata de uno de los ornamentos que tumbas de la época Mochica, la posición de los metales
se ubica uno en la mano izquierda y el otro en la mano es el oro en la parte superior, y la plata en la parte
derecha y corresponde a una forma única en su género, inferior; o el oro al lado este y la plata al lado oeste; esta
pero que permite reforzar la compleja función sacerdotal condición de la configuración tecnológica y simbólica del
y religiosa del personaje principal del fardo (Figura 198). objeto podría hacer alusión al tema de género, donde
Hay que destacar nuevamente que como en otros los objetos de plata vinculados a la luna tiene mayor
casos estas copas han sido finamente trabajadas en presencia y dominio.

316 Fig. 198.


Copas bimetálicas (oro y plata).
317
Cuenco de plata: vaso sagrado

Se trata de una pequeña vasija de plata de forma superiores, sólo presenta extremidades inferiores vistas
circular horizontal de 5 cm de altura y 9 cm de diámetro de perfil. Este porta un bastón o estólica, cuyo extremo
de la boca, éste aparece en el interior del fardo funerario superior se aprecia un elemento decorativo en forma
del personaje central a la altura de la mano izquierda. La de remate circular concéntrico y apéndice trapezoidal
superficie interior presenta señales de uso y, la superficie dentado. En el lado opuesto aparece un gancho que se
externa se halla finamente repujada en una compleja y asocia a la cabeza decapitada de un ser felínico visto
extraordinaria decoración figurativa y simbólica, lograda de perfil, sobre el cual se aprecia un ave en vuelo. En la
con un fino punzón que permitió repujar una de las joyas parte inferior de las extremidades del personaje central,
más importantes de la orfebrería en plata que se conoce se han representado simbólicamente la cabeza de un
en américa andina y que muestra un inigualable poder felino, una serpiente con cabeza estilizada y un ave en
narrativo (Figura 199a). actitud de vuelo vista de perfil, éstos tres elementos
La escena representada en la superficie exterior del nos hacen recordar la famosa y antigua trilogía andina
cuenco muestra tres espacios o escenarios bien marcados, compuesta por: felino, serpiente y ave que expresa un
delimitados por 5 círculos concéntricos de mayor a menor ser a manera de deidad que ha sido bautizado con el
diámetro que determinan los 3 escenarios cada uno de nombre de falcónida. De la extremidad inferior izquierda
los cuales contiene un mensaje simbólico: El primero del personaje se evidencia dos pequeños apéndices
de ellos, muestra en el centro a un ser antropozoomorfo triangulares concéntricos, en cuyo borde externo se han
con rasgos de hombre y felino, cuyo cuerpo muestra colocado una banda dentada que configura una especie
una versión simplificada del personaje representado, en de protector coxal. Este primer escenario está delimitado
la que se exhibe solamente su cabeza con ojos, boca en su longitud total por una voluta u ola continua sucesiva
y orejas, con un doble tocado semilunar, delimitado por que se desplaza en sentido antihorario y que encierra
una sucesión de pequeños triángulos a manera de un este primer espacio que denominamos espacio terrestre
318 arco dentado. El personaje no presenta extremidades delimitado con límites marítimos, es decir dos elementos
básicos: tierra y agua.

Fig. 199a.
Cuenco de plata finamente repujado.
319
El segundo escenario, está determinado por una género, estatus, etc. Estos felinos míticos llevan también
gran ¨ola marina¨ sucesiva en sentido antihorario que se sobre el interior del lomo un elemento que podría tratarse
asocia al cuerpo de un ave que va en sentido opuesto. de la representación de un spondylus.
Esta ave aparece en forma continua hasta en un número La iconografía representada en el cuenco desde
de once; el ave se halla con alas desplegadas en actitud el punto de vista ideológico nos sitúa en un contexto
de vuelo y hacia su cola se aprecia un elemento triangular realmente complejo al concurrir varios elementos
que termina en un borde dentado, tanto en el interior de manera simultánea donde el agua y las aves son
como en el exterior de la ola, sugiriendo la posibilidad de predominantes; no obstante, que la representación
tratarse de la representación de spondylus. Este espacio de seres como serpientes y aves terrestres resultan
es encerrado por una circunferencia simple sobre la cual sorprendentes (Figura 199b).
aparece la representación de olas o volutas marinas en La temática representada en esta vasija de exclusivo
sentido antihorario que genera el segundo escenario que uso ritual demuestra que el celebrante o sacerdote
hemos denominado escenario del mar y del aire. que tuvo acceso a este bien cumplió por lo menos dos
El tercer y último escenario simbólico resulta ser el funciones importantes con este objeto: el primero de
más complejo de todos; aquí aparecen representados de ellos es el sentido del contenido, es decir usado para
perfil izquierdo seis seres antropozoomorfo (felino mítico) recepcionar líquidos, y de otro lado para transmitir una
que llevan en una de sus manos un vaso alargado, portan simbología perfecta, cuya liturgia solo es comprendida
sobre su cabeza doble tocado semilunar dentado, ojo por los más cercanos a este personaje, mientras que
concéntrico, oreja redondeada y de la cola se genera la para el gran público este objeto solo se convierte en una
cabeza de un ser antropomorfo del cual brotan triángulos especie de cáliz o vaso sagrado, cuyo impacto del uso se
escalonados con borde dentado, dando la idea de una traduce solo en el contenido.
ola antropomorfa, se aprecia en la parte superior de Desde la óptica de la confección, se puede definir una
esta representación aves en vuelo así como aves en compleja técnica no solo de la aplicación del repujado,
la superficie, tres serpientes con cabezas estilizadas, sino que fundamentalmente la composición del elemento
un rostro circular y otro con un turbante que termina en geométrico circular se constituye en el hilo conductor del
punta. Junto a uno de los felinos míticos representados desenvolvimiento de las escenas plasmadas, como si
aparece un ser zoomorfo de perfil izquierdo que al parecer los espacios cosmogónicos y celestes fueran entendidos
se tratara del ser conocido como el “animal lunar” o “el desde la perspectiva circular. El artista que ha logrado
320 felino fantástico” que presenta doble tocado semilunar este despliegue de alta tecnología y composición no solo
dentado, ojo concéntrico, manos, pies y cola que remata maneja de manera extraordinaria los espacios, si no que
en un círculo y un triángulo y de la boca sale una lengua en forma proporcional y equidistante sitúa a los seres de
estilizada, este felino presenta sobre el lomo triángulos manera tal que muchos de ellos generan la impresión
sucesivos como un elemento decorativo dentado. De los de movimiento. Llama la atención que los personajes
seis felinos míticos representados de perfil que llevan situados en el tercer nivel se relacionen con el personaje
cada uno un vaso, uno de ellos presenta en el cuerpo una del primer nivel, por el tipo de tocado que llevan, así como
silueta concéntrica que lo distingue de los demás como por la forma de los pies mientras que en el segundo nivel
si este elemento constituye aparentemente un rasgo de las aves en vuelo no portan ningún ornamento.
321

Fig. 199b.
Cuenco de plata finamente repujado.
8.4 Ornamentos para función semi – divina.

Estos ornamentos han sido considerados como laminado trapezoidal en forma de colgajo, hacia la parte
aquellos que no necesariamente fueron usados en inferior de la máscara junto a las orejeras se proyecta
vida pero contienen además un mensaje simbólico que la cabeza laminada de un felino o serpiente estilizada
los asocian con el ritual del funeral. Describiremos a de cuya boca también pende un ornamento laminado
continuación algunos de ellos: trapezoidal, en la parte inferior de la máscara se delimita
las orejeras.
Máscara funeraria adherida al fardo. Sobre la máscara se halla una frágil corona cilíndrica
de cobre plateado, en la cual aparece un tocado bajo
Máscara de cobre plateado con ojos alados, y la la forma de penachos metálicos que caen a los lados
representación en cobre de tres lágrimas volumétricas opuestos y rematan en cabezas de felinos estilizados de
que caen de cada uno de los ojos y que se encuentran cuya boca pende un ornamento trapezoidal laminado en
articuladas, éstas podrían expresar el sollozo de un rostro forma de colgajo, que podría tratarse de la lengua. Este
divinizado que en la sepultura muestra un revelador y ornamento confirma el indiscutible estatus del personaje
metafórico mensaje rumbo a la otra vida. Adicionalmente sepultado y nos hace recordar la representación de los
se aprecia la nariz prominente de la cual se precipita personajes femeninos que desde el arte Moche y hoy en
un ornamento alargado que sostenía colgajos que el Lambayeque presentan el mismo tipo de ornamento.
conforman la decoración de la máscara y que constituye La composición máscara corona y tocado opuesto
el complemento a la simbólica representación del rostro. constituye el complemento más importante de todo el
Hacia el lado superior de la máscara se aprecian fardo funerario que da la apariencia de que el individuo
articuladas láminas repujadas y caladas que definen la a través de la máscara mira desde la otra vida su propio
322 representación de la cabeza de un felino estilizado con ritual de enterramiento (Figuras 200 y 201).
tocado semilunar de cuya boca pende un ornamento

Fig. 200.
Mascara de cobre plateado.

Fig. 201.
Dibujo de mascara de cobre con
corona y penachos.
323
Tela pintada 01.

Manto de 1.80 metros de ancho por 2.46 metros


de largo, extendido a lo largo de toda la sepultura, en
la parte superior del fardo, éste ornamento de singular
valor y composición simbólica presenta un perímetro
polícromo representado por la imagen sucesiva de la ola
antropomorfa, en el centro o cuerpo principal del manto
se aprecian 90 discos de cobre de 10.7 centímetros de
diámetro elaborado en base a la técnica de repujado de
dos círculos concéntricos, estos se hallan dispuestos en
una hilera de 9 x 10 respectivamente en forma ordenada
que originalmente estuvieron cosidos al soporte de
la tela. En la parte superior e inferior del manto se
aprecian 9 cuadrados de cobre de 0.12 centímetros de
lado que definen el marco superior e inferior de la tela.
Este ornamento presenta una temática iconográfica
que alude a una clásica composición: la luna y el mar,
dos escenarios trascendentales en la ritualidad de
la sociedad Lambayeque, sobre la cual el personaje
sepultado indudablemente ha tenido acceso como
parte de los elementos ideológicos que identifican su
condición y jerarquía semi-divina así como el reflejo de
su identidad femenina (Figura 202).

324
Fig. 202.
Tela pintada 1.
Tela pintada 02.

Manto de 1.80 metros de ancho por 2.4 metros de


largo, originalmente fue hallado envuelto en tres partes,
hacia el lado Oeste de la sepultura, éste ornamento
de singular valor y composición simbólica presenta
un perímetro polícromo representado por la imagen
sucesiva de la ola antropomorfa, en el centro o cuerpo
principal del manto se aprecian 90 discos de cobre
de 10.7 centímetros de diámetro elaborado en base a
repujado de dos círculos concéntricos, estos se hallan
dispuestos en una hilera de 9 por 10 respectivamente
en forma ordenada haciendo un total de 90 discos, que
originalmente estuvieron cosidos al soporte de la tela.
En la parte superior e inferior del manto se aprecian
una banda pintada de color anaranjado con la imagen
de la ola o voluta marina seguida de una banda de
color negro que cierra los marcos superior e inferior
respectivamente. Este ornamento presenta una temática
iconográfica que alude a una clásica composición: la luna
y el mar, dos escenarios trascendentales en la ritualidad
de la sociedad Lambayeque, sobre la cual el personaje
sepultado indudablemente ha tenido acceso como parte
de los elementos ideológicos que identifican su condición
y jerarquía semi-divina así como el reflejo de su identidad
femenina (Figura 203).
Es importante remarcar que estos mantos (manto 325
1 y manto 2) constituyen una señal, marca o anuncio
de la existencia de contextos funerarios en la cultura
Lambayeque tal y como ha sido registrado en Huaca Las Fig. 203.
Ventanas (Shimada 1994 y 2014) y ahora en Chornancap. Tela pintada 2.
Miniatura en concha: Litera con
personaje y cargadores.

Corresponde al objeto que llamamos miniatura de


recortes de concha y esculturas del mismo material
cuyas dimensiones se aproxima a 15 centímetros de
largo por 10 de ancho máximo, se trata de una pequeña
litera conformada por dos bastones largos y dos cortos,
en cuyos extremos se halla representado la cabeza de
un felino estilizado con lengua hacia adelante en las
intersecciones de los bastones se aprecia la cabeza de
un “mono” con aplicaciones en el rostro que se trataría
de los cargadores, la litera lleva un respaldar con una
almohada adicional y sobre ella aparece la escultura de
un personaje finamente elaborado en concha blanca con
turbante y aplicaciones en los ojos.
Este ornamento a nuestro juicio se trata a la
representación simbólica de una litera en la que el
personaje sepultado es trasladado al mundo de los
muertos como señal inequívoca de su reconocido estatus
político y religioso. Normalmente esperamos encontrar
la litera completa, sin embargo en el fardo aparece esta
pequeña miniatura que alude obviamente a la elevada
jerarquía del personaje femenino sepultado (Figura 204).

Fig. 204.
Miniatura elaborada en concha,
con representación de litera con
personaje y cargadores.
326
8.5 Significado y valor simbólico de los
ornamentos.

Aun cuando contamos con mayores argumentos alto rango. No obstante, que la condición de ancestro
arqueológicos sobre la presencia de mujeres en el poder mítico que encarna a una divinidad y que es resultado
político, religioso, y en el escenario mítico de las antiguas de todas las actividades ceremoniales desarrolladas en
sociedades de la costa norte del Perú, desde el periodo vida, el despliegue realizado para su enterramiento y la
Formativo (Seki 2014) y especialmente en la cultura conmemoración periódica de este episodio funerario así
Mochica, donde fueron importantes para la construcción como su asociación a una conspicua imagen femenina
y subsistencia de la sociedad como sus contrapartes considerada por sus atributos sobrenaturales como la
masculinos (Castillo 2003);(Franco y Gálvez 2005) y deidad mítica Lambayeque que aparece representada en
(Holmquist 1992); es necesario examinar y reflexionar uno de los vasos de plata del Museo de Arte de Denver
cuidadosamente sobre el valor y significado de los USA, constituyen las razones para establecer sus roles
principales ornamentos hallados en el fardo de la tumba de gobernante, sacerdotisa y ancestro.
de la llamada soberana, gobernante y/o Sacerdotisa de Los bienes de prestigio que forman parte de la
Chornancap. Hemos precisado las características de los parafernalia del personaje principal de la tumba de
principales bienes y roles a los cuales se asocian, sin Chornancap, están confeccionados en materiales cuyo
embargo más allá de la lectura de cada uno de ellos, acceso no es frecuente y común en cualquier personaje,
es indispensable esbozar algunas explicaciones sobre el nos referimos a artefactos u objetos de oro, plata, cobre,
contexto sociopolítico y ritual que acompaña a este rico y aleaciones, concha spondylus, conus, turquesa, madera,
extraordinario personaje femenino. piedra, textiles, etc., complementados con elementos
Por un lado, estamos ante un personaje de género simbólicos de implicancias sagradas como el cinabrio
femenino del más alto estatus y jerarquía de la cultura por ejemplo, demuestran que el personaje tiene acceso
Lambayeque que conozcamos arqueológicamente, a bienes de alto valor tecnológico, artístico y de culto,
el cual tiene la capacidad y privilegio de gozar de una no solamente por el valor de los objetos que tienen sino
sepultura con todos sus bienes y riquezas (corona, que además su obtención, transformación y confección
juegos de orejeras, cetro, vasos ceremoniales, mascara, demandan de toda una organización y contactos, con un
telas pinatadas, cerámica, etc.), con ocho acompañantes entorno macro regional para poder acceder a ellos, como
(principalmente mujeres, jóvenes) que conforman el caso de los spondylus, cinabrio, perlas, oro, plata, etc.;
su sequito, en una estructura funeraria dentro de un que se enriquecen al provenir de un contexto intacto
complejo recinto arquitectónico que funcionó como excavado científicamente. Estos bienes de prestigio
residencia y se transforma en mausoleo. Así mismo, forman parte de la parafernalia ritual oficial de una elite
administra un corpus iconográfico insospechado que religiosa que instruye a las áreas productivas sobre la 327
se relaciona con imágenes como el mar, la luna, así producción de estos bienes donde deben destacarse
mismo seres como aves, felinos, serpientes, etc. El ciertos elementos, rasgos, características e imágenes
estatus político y religioso le permiten sostener el orden que se resaltan como una especie de liturgia o doctrina
social y dotar de legitimidad a un sistema altamente que transmita de manera categórica el estatus, rol,
jerarquizado y ritualizado, por las razones expuestas capacidad e identidad del personaje, no solo en vida sino
resulta incuestionable su condición de personaje de en el mundo de los ancestros.
Para referirnos solo a la simbología religiosa con sus principales riquezas que lo identifican, por
plasmada en los ornamentos (corona, orejeras, vasos, lo tanto si miramos el panorama arqueológico de las
copas, etc.), estos aluden a la imagen de un ser mítico principales tumbas excavadas científicamente (Sipán,
femenino, asociado a dos escenarios principales: la San José de Moro, Cao, Pomac, etc.), nos damos
luna y el mar que son el espacio de su dominio y en los cuenta que todas exaltan el culto a los muertos como
cuales actúan elementos complementarios como aves, un ritual institucionalizado y oficializado, que forma parte
felino, serpientes, ola escalonada, ola antropomorfa, del calendario ceremonial de las sociedades. Algunos
Spondylus, telares en cruz, felino mítico, etc., que forman de estos son personajes que en vida desempeñaron
parte del contenido complementario de estos escenarios roles y funciones importantes y pocos se transforman
mencionados (Figura 205). Evidentemente que los en ancestros míticos que son recordados y venerados
objetos del personaje propietario y/o poseedor de los con cierta frecuencia, cuya identidad sepultada en una
bienes que hemos descrito, sugieren principalmente a tumba bajo tierra no solo puede ser definida a partir de
estos escenarios, así como a su capacidad de actuar la ubicación, sino que habita en la memoria colectiva
con poder político, autoridad religiosa y privilegio de de la población como la imagen de una deidad mítica
transformarse en un ser mítico que es recordado y con atributos sobrenaturales que elevan y exaltan
venerado con frecuencia como la diosa de la luna y el su condición humana a una condición de divinidad
mar. ancestral (Matzumoto 2014). Esta aproximación como
Hay un elemento que debemos destacar y que se resultado de la lectura de la evidencia arqueológica y los
constituye en una condición invariable en los rituales materiales comparativos que hemos expuesto, nos sitúa
funerarios de los andes centrales y es que casi todas en la condición de sostener que el personaje femenino
las tumbas excavadas que se conocen presentan de Chornancap cumplió en vida roles de soberana
ofrendas, más allá de la condición social y política de con autoridad política en un territorio, sacerdotisa con
los sepultados, el colocar ofrendas forma parte de una actividades ceremoniales en la que hace uso de sus
irrenunciable costumbre que por un lado se entiende bienes que revelan su identidad y tras su muerte asume
como que el muerto viaja con sus bienes pero también la equivalencia de ancestro mítico semejante a lo que
como que el individuo sepultado arriba a la otra vida llamamos diosa del mar y de la luna.

328 Fig. 205.


Cuadro comparativo con
escenarios del personaje de
Chornancap.
CAPITULO IX

9.1 Buscando la identidad del personaje


de Chornancap.

El personaje principal de la tumba excavada en pueblo el poder y religiosidad de estos individuos más
Chornancap, presenta en su sepultura rasgos que nos allá de la vida. Al parecer, la muerte como proceso
permiten definir el modelo de enterramiento de un típico ceremonial de repercusión ideológica se convierte en
personaje de la más alta jerarquía de la élite Lambayeque, un acto sacramental que constituye una oportunidad,
y aproximarnos a los roles y funciones que cumplió en que permite protagonismo de las elites que trascienden
vida. Partimos del hecho que un enterramiento es un en la población, logrando mayor cohesión religiosa y
proceso “intencional” (Castillo 2000), cuyo punto de sobre todo dependencia para participar de estos actos y
inicio es la muerte del personaje a sepultar, el mismo renovar la fe en sus deidades.
que aparentemente no tiene decisiones sobre el tipo La arqueología de la costa norte, en los últimos
de sepultura, lugar, acompañantes, objetos que serán 30 años ha logrado definir con mayor aproximación
colocados como ofrendas y su ritual de enterramiento, los modelos de enterramiento e identidades de los
en fin todo el conjunto de hechos que envuelven la personajes sepultados, evidentemente que mientras
circunstancia de la muerte y que la transforman de un más objetos son colocados en la sepultura, existen
suceso inevitable a una ceremonia pública. No obstante, mayores oportunidades de acercarnos a la función del
el episodio del enterramiento como ceremonia de culto personaje; así por ejemplo, las tumbas de los personajes
a los muertos, ha tenido en las antiguas sociedades de Sipán obedecen a un patrón determinado de tipo de
de América Andina un especial énfasis sobre todo en sepultura, posición, acompañantes, tipos de ofrendas,
el escenario público con el propósito de perennizar estilos, entre otros (Alva 1994). Similar circunstancia se
la memoria del personaje que va al encuentro de los presenta en las tumbas de las sacerdotisas de San José 329
ancestros, y con la clara intención de mostrar a su de Moro (Castillo 2011), tumba del personaje de Úcupe,
(Bourget 2008), la Dama de Cao en el complejo El Brujo que hemos citado brevemente, podemos entender más
(Franco 2008), y el Sacerdote Guerrero en Virú (Strong sobre el tema de la muerte y aproximarnos a la identidad
y Evans 1952). Si hay algo común en estas tumbas es de cada uno de estos individuos y los posibles roles
la extraordinaria calidad tecnológica e informativa de los que asumieron en vida, sin embargo, para el caso de
objetos asociados, que forman parte de los contextos, así la cultura Lambayeque considerada como la civilización
como la correlación de los personajes con los existentes que emerge como consecuencia del “colapso” Mochica
en la iconografía Mochica. Otros elementos comunes en la costa norte (Shimada 2014b; Castillo 2003), los
son la existencia por ejemplo de los ataúdes de madera rituales de enterramiento sufren sustantivos cambios,
y caña, hornacinas en los lados de la tumba, individuos obviamente producto de las influencias de las que se
como acompañantes (eventualmente ofrendados), o ha hablado, como la presencia de grupos Cajamarca
tal vez séquitos, guardianes de la tumba, entierros o influencias venidas del sur (Wari) y también grupos
secundarios, ofrendas de camélidos, perros, serpientes, provenientes del Ecuador, que seguramente produjeron
techo de viga de algarrobo, entre otros componentes. un impacto en el concepto y organización de estas
En la sociedad Mochica, las evidencias indican prácticas funerarias.
que existía un rito o libreto funerario para los actos
de enterramiento, que además se encontraba
simbólicamente definido en una escena desarrollada
en una botella conformada para este tema al cual los
arqueólogos han bautizado como la botella con el tema
del Entierro (Donnan 1975), éste protocolo se habría
Fig. 206.
cumplido en un territorio muy vasto, y se aplicó con Cara máscara, corona y
rigurosidad ritual. Gracias a todas estas investigaciones penachos in situ.

330
331
Las tumbas excavadas en Batan Grande (Shimada (Shimada 1995, 2014b), son la prueba indiscutible del
1995, 2014b), aparecen como grandes cámaras a mucha enorme poder que ejercen estos personajes más allá
profundidad bajo la superficie, como tumbas complejas de la muerte; son enterrados en grandes cámaras,
con el personaje central que no está dentro de un ataúd, envueltos en fardos que guardan todos sus ornamentos, y
éste aparece sentado flexionado mirando al oeste, en además reciben ofrendas exóticas, sacrificios humanos,
un fardo o envoltorio, el concepto de ataúd no es que importantes cantidades de “naipes” de cobre, que son
desaparece como tal, lo que sucede probablemente es considerados como una especie de medio de cambio
que se introduce un nuevo componente en el ritual del o moneda y tienen amplia difusión durante la época
enterramiento, que revoluciona la ceremonia, porque considerada como Sicán Medio (Shimada 2014b). Así
no es lo mismo trasladar un ataúd con el individuo en mismo, conchas spondylus, conus, perlas entre otros
el interior, que llevar un fardo en una litera con una bienes exóticos que revelan que estos personajes en
cara máscara y corona, creando con ello la sensación vida ejercieron un enorme poder en la sociedad y una
de que el individuo en el fardo aún con “vida” participa relación de influencia con contactos en una esfera mayor
activamente de sus propias exequias, en la “despedida” al ámbito local y regional (Figura 207).
de este mundo rumbo al espacio de los muertos, donde
se encontrará con sus ancestros (Figura 206).
Son pocos los eventos funerarios Lambayeque
excavados hasta hoy científicamente, lo que si se conoce
es que estas tumbas contienen importantes cantidades
de ofrendas metálicas que sobrepasan lo imaginable,
pero en la que existe un repertorio simbólico que se
Fig. 207.
circunscribía prioritariamente al personaje de ojos alados,
Reconstrucción de Tumba Este, excavada
nariz prominente, a quien llamamos Dios Ñaymlap. Las en Huaca Loro.
332 tumbas este y oeste documentadas en huaca Loro
333
Con estas evidencias, se ha sostenido que el Otra excavación arqueológica de singular valor
escenario privilegiado para la existencia de estas grandes fue la realizada en el sitio El Arenal de Illimo, a cargo
tumbas para la élite Lambayeque, es el denominado del arqueólogo Juan Martínez Fiestas, quien en una
Bosque de Pomac o el llamado complejo arqueológico intervención de rescate arqueológico encargada por
de Batán Grande (Shimada 2014b; Carcedo 2014)14, el Museo Brüning, logró identificar la tumba de un
esto por la presencia y procedencia de gran cantidad importante personaje de élite que podría corresponder
de objetos metálicos entre oro, plata, cobre, aleaciones a lo que el autor llama El Guerrero de Illimo (Martínez
así como cerámicas, que provienen de estos escenarios 1996 y 2014), que estuvo acompañado por dos mujeres
y que están asociados a la concentración de grandes jóvenes, ofrendas de cerámica entre las que destaca
edificios como: Huaca Loro, Las Ventanas, Rodillona, botellas de gollete tronco-cónico asa lateral, cuerpo
Soledad, El Corte, Sontillo, entre otras, que permiten globular, base pedestal pertenecientes a la fase
suponer la idea de una capital única o centro principal Lambayeque tardío, así mismo objetos de oro, tumbaga
donde la élite Lambayeque reside, desarrolla actividades y plata. Este entierro correspondería a un personaje de
rituales, productivas y es sepultada. Además, muchos rango medio, probablemente vinculado al territorio donde
objetos obtenidos ilegalmente de esta zona (huaqueo) se ubicó su sepultura, quien por razones de origen, o
forman hoy parte de colecciones privadas; incluso la por las funciones que debió cumplir en dicho ámbito fue
historia contemporánea atribuye que una familia durante sepultado en esta área (Figura 208).
más de medio siglo tuvo el privilegio de ser los autorizados
a huaquear en el complejo Batán Grande.

334

14
Paloma Carcedo manifiesta:..¨ que no se cuenta con suficiente información que sustente que Chotuna – Chornancap es el área de desarrollo de Lambayeque
Temprano. Así mismo, que no se han reportado la cantidad, la magnitud, del estilo o la iconografía de los objetos metálicos encontrados en el Santuario Histórico
Bosque de Pomac en Batán Grande¨ (2014: 110). Sin embargo, esta afirmación no considera los resultados actuales de las investigaciones en Chotuna y Tucume.
335

Fig. 208.
Tumba El guerrero de Illimo
excavada en 1996.
Las investigaciones arqueológicas en Collud a Este hallazgo de singular contenido y riqueza
cargo de Ignacio Alva (2012), permitieron conocer informativa corresponde a una mujer tejedora sepultada
algunas tumbas intrusivas de la fase Lambayeque con un cesto con los artefactos de hilado y con ofrendas de
Tardío, la primera de ellas corresponde a un adulto con cerámica del estilo Lambayeque tardío, especialmente de
vestimenta muy deteriorada asociado a 5 vasijas de botellas de doble gollete divergente unido por asa puente,
cerámica colocados a los lados de la osamenta, una (Véase Figura 18b. en este volúmen). Este hallazgo tiene
de estas vasijas destaca por tratarse de una botella de un ajuar que constaba de más de 214 usos de madera
cuerpo globular, gollete tronco cónico, base pedestal con muy fino, 22 de los cuales se hallaban con hilo algodón
decoración en bajo relieve, asa lateral cintada, apéndice de color blanco y negro, 6 ovillos de algodón, 52 agujas
ornamentales sobre el cuerpo y sobre todo una fina de cobre, 6 cayhuas, 7 porta agujas de cobre, torteros,
decoración con diseños como olas marinas sucesivas mates y cestas conteniendo algodón y fragmentos de
en la técnica conocida como negro fugitivo (Zevallos textil, la mujer que estaba sentada tiene como rasgo de
1989); este tipo de cerámica descrita corresponde a prestigio un cuchillo de cobre y una máscara del mismo
la clásica representación de la cerámica Lambayeque metal con aplicaciones en los ojos, así como un vaso
de la fase tardía también fueron hallados una vara de ceremonial de cobre y tizas de huaca (Figura 209 y 210).
madera al lado derecho, varios calabazos, palillos de Esta asociación certifica el enorme valor que tenían las
tejer, entre otras (Alva Meneses 2012). Sin embargo, se mujeres que se dedicaban al arte del hilado y la textileria.
registró una importante tumba intrusiva perteneciente Hay que destacar que del conjunto de ofrendas de
a la época Lambayeque Tardío (Alva Meneses op. cit.) cerámica el tipo de cerámica Lambayeque más frecuente
que corresponde a una mujer adulta que portaba una en este contexto corresponde a la botella doble pico
máscara y cuchillo de cobre, así como un extraordinario divergente, asa puente, cuerpo globular achatado, base
cetro de madera, cuya imagen representa a la reconocida pedestal, conocida como tacho (Alva Meneses 2012).
336 imagen de Ñaymlap, esta escultura muestra hacia la Curiosamente en la tumba del personaje femenino de
parte posterior del personaje dos cabezas de serpientes Chornancap la representación en cerámica Lambayeque
estilizadas o felinos estilizados. más frecuente en este contexto corresponde también a
la forma llamada “tacho”.
337

Fig. 209.
Entierro de tejedora hallada
en Collud.
De otro lado el fardo funerario de la Sacerdotisa
o Gobernante Lambayeque de Chornancap con sus
ocho acompañantes, mayoritariamente mujeres jóvenes
(Klaus 2014) enterradas en una sepultura “intrusiva” en el
contexto arquitectónico de la llamada residencia de élite
ubicada al sur de Chornancap, nos permite identificar
a uno de los más notables personajes femeninos de la
élite de la cultura Lambayeque, de los siglos XII a XIII
d.C., que a juzgar por sus emblemáticos y asombrosos
ornamentos de rango, poder y autoridad, nos conducen
a documentar a una de las más conspicuas autoridades
políticas y religiosas de su tiempo. La protagonista
principal de la sepultura del personaje, no sólo es una
mujer importante sino que tiene un amplio dominio en
el territorio local, regional y macro regional, logrando
establecer vínculos con sociedades complejas de su
tiempo como: Cajamarca, La Libertad, Ecuador, etc.
Administró, un insospechado corpus iconográfico que
al provenir de un contexto arqueológico intacto, nos genera
una lectura de sus vínculos en el escenario religioso
donde tiene singular protagonismo. El enterramiento
de este personaje, así como el ritual de su sepultura,
tanto como el contenido, permiten entender la compleja
jerarquía política y religiosa en la cultura Lambayeque,
de la cual solo se conocían personajes masculinos.
Esta mujer de inmenso poder, no sólo es extraordinaria
por la riqueza de sus bienes, sino porque el acceso a
éstos constituye un privilegio solo para individuos del
más alto estatus, comparable a los grandes sacerdotes,
Fig. 210.
soberanos o jerarcas de las sociedades complejas o las
Escultura de madera hallado en entierro
Reinas del viejo mundo. de tejedora excavada en Collud.
Debemos recordar que en la década del 90 del
338 siglo pasado, se han producido los más espectaculares
hallazgos de personajes femeninos que se conocen
en la historia de América Andina; son los casos de
las sacerdotisas de San José de Moro, excavadas por Fig. 211.
Luis Jaime Castillo (Castillo 2000); y la llamada Dama Tumba Sacerdotisa de San José de
de Cao, excavada por Régulo Franco en el complejo Moro, excavada en 1991.
El Brujo (Franco y Gálvez 2005). En ambos casos se
trata de extraordinarios personajes de incuestionable
poder y autoridad en su tiempo; no obstante que
ambas pertenecen a momentos diferentes de la cultura
Mochica de la costa norte del Perú, sin embargo tienen
un especial tratamiento en su sepultura que guarda Es importante anotar aquí que esta continuidad de
singulares objetos que certifican su estatus e identidad. personajes femeninos documentadas científicamente en
Hay que precisar que para el caso de San José de Moro San José de Moro y que guarda estrecha relación con la
se han documentado hasta la fecha siete tumbas de imagen de la mujer mítica (Personaje “C”) que aparece 339
sacerdotisas pertenecientes al periodo Mochica Tardío en el tema: La Presentación (Donnan 1975; Holmquist
y Transicional (Castillo 2011:54), lo que revela que no 1992) constituye una de las evidencias más concretas
estamos hablando de un solo personaje femenino que de la continuidad de los roles políticos y religiosos de
ejerce poder y autoridad en un territorio definido, sino mujeres al final del periodo Mochica, y que por razones
de una élite de mujeres que se sucede una tras otra en que no conocemos habrían aparentemente desaparecido
un lapso de tiempo, y cuya presencia en el escenario del escenario público dando la impresión de que las
político y religioso es prolongada y no está vinculada a mujeres dejan de formar parte de la alta jerarquía de la
su relación con un hombre, sino que independientemente sociedad de la costa norte en el periodo post Mochica.
tienen autoridad y prestigio propio que las convierte en
una especie de Gobernante, Soberana o su equivalente
a Reinas (Figura 211).
Después de estos acontecimientos, como es del pasado a partir de la presencia masculina. A pesar
lógico los arqueólogos lograron precisar con mayores de las evidencias pertenecientes a la época Moche, la
argumentos los roles de éstas importantes mujeres, investigación en el complejo Chotuna – Chornancap con
usando para ello toda la parafernalia ritual, así como la el hallazgo de la tumba de la Sacerdotisa Lambayeque,
relación con las complejas escenas del arte Moche, con la permite demostrar que más allá de la época Moche,
cual se produce una sorprendente e histórica coherencia cuando creíamos que las mujeres habían casi
que permite una clara lectura sobre la jerarquía política y desaparecido de los escenarios de la política, religiosidad
religiosa en los espacios sagrados que son transmitidos y de la dimensión visible del poder, la excavación de esta
a través de símbolos, expresados con singular compleja tumba nos aclara que el rol de las mujeres se
calidad y contenido. Obviamente, que a raíz de estas mantuvo con cierta continuidad a lo largo de muchos
investigaciones el tema de género en la arqueología de siglos, y que por el contrario fue fortalecido con la
la costa norte toma fuerza y se introduce en el debate presencia de objetos en esta tumba que demuestran que
académico, no solo como la identificación del rol sino no sólo estamos frente a una dama importante de su
como la consolidación de la presencia femenina cuya tiempo, y que podría tratarse del equivalente como se ha
naturaleza de roles es sumamente diversa desde el papel citado líneas arriba a las “Reinas o Soberanas” del viejo
de madre, responsable de las actividades domésticas, mundo. En consecuencia, queda claro que las mujeres
hilandera, tejedora por naturaleza y hoy identificada en que cumplieron estas funciones de carácter excepcional
el escenario más importante de la religiosidad, así como no son solamente grandes personajes, sino que también
en el contexto de las deidades ancestrales donde tienen se convierten cuando mueren en ancestros divinos que
espacio propio (Carrión 1923; Lyon 1978; Hocquenghem aseguraban el equilibrio y continuidad de sus pueblos
y Lyon 1980; Holmquist 1992; Castillo y Holmquist 2000). (Castillo 2000).
Entonces, estas evidencias nos ayudan a entender Para poder determinar el rol del personaje femenino
el papel de la mujer en la sociedad a lo largo de la de Chornancap, y su posible identidad hemos analizado
historia que no habíamos reconocido por una marcada inicialmente los ornamentos que para nuestro entender
actitud de asociar todos los hechos y acontecimientos son señales del estatus e indicador de su jerarquía. Estos

340

Fig. 212a.
Diseño pintado en fachada oeste del recinto
funerario de Dama de Cao.

Fig. 212b.
Diseño de orejera de plata de Sacerdotisa de
Chornancap.
bienes que la acompañan por siempre, permiten inferir la interior y el perímetro o su entorno está definido por
identidad y roles del personaje sepultado. De otro lado, triángulos escalonados que se desenvuelven en sentido
a partir del corpus iconográfico representado en algunos horario. Ambas imágenes se asemejan y al parecer
objetos, atribuidos sólo a cumplir funciones para grandes constituyen la misma representación, pero sobre todo
ceremonias e importantes rituales, podemos deducir que están asociadas a un importante contexto funerario de
tipo de actividades desarrolló, por ejemplo, los juegos un personaje femenino del más alto estatus político y
de vasos – sonajas y copas bimetálicas, que son de religioso como es la Dama de Cao de la cultura Mochica y
excepcional calidad artística y tecnológica, los juegos de la Sacerdotisa de Chornancap de la cultura Lambayeque
orejeras, corona y cetro, son del indiscutible estatus del (Figura 212 a y 212 b). Lo que nos lleva a reflexionar que
poder de quien los usa, y la máscara que cubre el fardo este ícono llamado felino lunar transita desde épocas
así como los mantos pintados sugieren la condición divina muy remotas (cultura Recuay), pasando por la época
del personaje sepultado, que revelan simbólicamente los Mochica hacia la sociedad Lambayeque, Chimú e Inca;
escenarios de su identidad y jerarquía como: El Mar y La pero en nuestro caso vinculado a la sepultura de una
Luna. mujer importante.
Al analizar los principales ornamentos identificamos
que uno de los pares de orejeras de plata que tienen la La existencia de este ícono bautizado como “felino
representación del felino sentado de perfil, identificado lunar” que es registrado en una etapa larga de la historia
como el “felino lunar”, es semejante a la imagen en la costa y sierra norte del Perú (Mackey y Vogel 2003),
polícroma pintada en la pared oeste del recinto donde refuerza la idea no solo de su importancia en el escenario
se halló la tumba de la Dama de Cao (Régulo y Gálvez religioso al cual pertenece, sino que su asociación con
2005). Si comparamos detenidamente ambos elementos contextos femeninos aporta nuevas evidencias para
iconográficos encontramos que en los dos casos el ser deducir la naturaleza de su origen, las circunstancias en
sobrenatural representado, tiene un tocado que se abre la que se asocia y el género al que se vincula; todo hace
en penachos bipolares, tiene sobre el lomo una sucesión indicar que este ícono constituye el equivalente femenino
de triángulos continuos, su cola es recogida hacia el o el símbolo que acredita la identidad de género en el
cual aparece representado.

341
342
CAPÍTULO X

10.1 El vaso de Denver y su relación con


la tumba de Chornancap.

Uno de los dos vasos de plata existentes en el


Museo de Arte de Denver-USA, muestra en sus paredes
exteriores y base, un conjunto de extraordinarias y
complejas escenas en la que se aprecian personajes,
seres mitológicos, escenarios y deidades todos
ellos en acciones y en rituales que se suceden
independientemente, pero que para el caso del vaso han
sido representadas en una sola superficie.

Uno de estos sorprendentes vasos de plata (Figura


213a y 213b), revela un universo simbólico e iconográfico,
que ha sido objeto de importantes opiniones como el
de Paloma Carcedo, quien sostiene que estos vasos
pertenecen a la época Sican-Chimu (Paloma Carcedo
2000 [King 2000]) o el estudio de Carol Mackey y Joanne
Pillsbury (2013) y el de Alfredo Narváez (2011 y 2014b),
que han realizado exhaustivos análisis y acertadas
observaciones sobre el desenvolvimiento de las escenas,
la posible función de los personajes, la identidad, 343
significado y roles de los seres que forman parte de estas
escenas, pero que lamentablemente no han contado Fig. 213a. y 213b.
con un contexto arqueológico primario e intacto para Vaso de plata Lambayeque finamente repujado,
existente en el Museo de Arte de Denver USA.
asociarlo y empezar esa larga tarea de reconstruir los
rituales, escenas y todo lo que envuelve esta magistral
representación. Sin embargo, los ornamentos hallados en
la tumba de la Sacerdotisa de Chornancap nos brindan Fig. 214. y 215.
Compleja iconografía repujada en Vaso de plata
una valiosa oportunidad para identificar y asociarlos con
Lambayeque, existente en el Museo de Arte de
los existentes en la iconografía del vaso de Denver e Denver.
iniciar la lectura de algunas representaciones.
344
345
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347
348
349
Al respecto debemos precisar que el vaso de plata (2013) han definido los escenarios de lo que nosotros
existente en el Museo de Arte de Denver USA, consiste llamamos campo principal sosteniendo que existe una
en un recipiente alargado de base plana, tiene 15.2 línea que separa dos espacios uno mayor y otro menor,
centímetros de altura y 14 centímetros de diámetro de en el mayor existe tres escenas y una cuarta compuesta
la boca. La parte cilíndrica y la base (del vaso), se hallan por lo que denominan el canal mítico y un segmento
decorados con la técnica de repujado, esta decoración menor donde aparecen cinco espacios en cada uno de
muestra un complejo relato de imágenes y escenas los cuales emergen diversos personajes. De otro lado,
pertenecientes al mundo mitológico de la cultura Alfredo Narváez (2014b), ha llamado la atención sobre
Lambayeque (Mackey y Pillsbury 2013; Narváez 2014b). sus observaciones en torno a la calificación de algunos
El vaso en mención, tiene la forma de quero y habría de estos elementos que obviamente tienen repercusión
ingresado junto a otro del mismo estilo a las colecciones en el aspecto interpretativo; para Narváez (op. cit),
del Museo de Arte de Denver USA en el año 1969 esta escena tiene otra configuración, por ejemplo el
(Mackey y Pillsbury 2013). El vaso de plata del museo de denominado canal considera que es una serpiente mítica
Arte de Denver, está conformado en tres piezas que se con “burbujas” y que el personaje mítico femenino de la
unieron técnicamente a presión y por soldadura (Mackey parte superior derecha forma parte de la escena donde
y Pillsbury op. cit.). aparecen los personajes que llevan cabezas decapitadas.
Este extraordinario objeto que usaremos como A pesar de estas diferencias en algo concurren ambos
principal elemento de análisis y comparación con la enfoques y es que este conjunto de imágenes se trata
iconografía procedente de la Tumba de Chornancap, de una de las más reveladoras y complejas escenas que
presenta en la superficie decorada varios campos el arte Lambayeque posee y donde podemos reconocer
que vamos a separarlos metodológicamente en dos, rituales, escenarios, seres míticos con sus diversas
la lámina que conforma la forma cilíndrica (cuerpo del funciones, roles y gestos en el mundo ancestral y que
vaso) que denominaremos campo principal, y la lámina además demuestran que la idea formulada por Izumi
circular que constituye la base que denominaremos Shimada (2014a) acerca de la existencia de una deidad
campo secundario. Vamos a usar en nuestro análisis única en el universo de la cultura Lambayeque no tiene
“preferentemente” el campo principal, éste tiene una fundamento arqueológico al existir esta complejidad de
forma rectangular alargada donde aparecen varias imágenes y personajes en diferentes acciones y gestos
escenas que están determinadas por la presencia rituales, lo que significa que tendríamos varias deidades
de personajes, escenarios, seres míticos, seres en la cultura Lambayeque tal y como acertadamente
350 sobrenaturales, entre otros elementos (Figura 214 y lo propone Narváez (2011 y 2014a y 2014b). Por esta
215). Al respecto, Carol Mackey y Joanne Pillsbury razón y teniendo en cuenta la existencia de un singular
contexto funerario de tanta riqueza informativa como el A esta etapa Castillo (1987) la llamó identificación de
de Chornancap, que permite una lectura narrativa de la personalidad iconográfica. Seguidamente, buscamos
las costumbres ceremoniales, funerarias y religiosas establecer el significado de los diseños identificados y
del panteón Lambayeque, es que hemos desarrollado descritos en la tumba de Chornancap frente al contexto
algunas aproximaciones a la relación entre el contenido de la cultura Lambayeque al que pertenecen, a esta fase
iconográfico de uno de los vasos existente en el Museo Panofski (op. cit.), denomina análisis iconográfico:
de Arte de Denver-USA y alguno de los elementos que se …¨ que consiste en identificar los motivos y buscar el significado
han representado en los principales objetos que forman convencional que han tenido en la sociedad a la que pertenecen,
parte del contexto funerario excavado científicamente en la dificultad empieza cuando tenemos que encontrar un conjunto
Chornancap. de informaciones comparables e independientes del conjunto
Es necesario precisar que hemos desarrollado el iconográfico, que permita interpretarlas (Holmquist 1992:8).
uso de un enfoque metodológico que recoge la revisión
de las propuestas de: Panofski (1979), Berezkin (1980), Finalmente, establecimos la analogía y sentido
Donnan (1985), Hocquenghen (1987), Castillo (1987), de los motivos descritos e identificados en la tumba
Makowski (1989), Holmquist (1992), todas ellas para de Chornancap con respecto a escenas mayores
el estudio de la iconografía Mochica. Así como los de previamente seleccionadas como es el caso del vaso de
Carol Mackey y Joanne Pillsbury (2013) y los recientes plata (VPD), existente en el Museo de arte de Denver-
estudios de Narváez (2014b) para la iconografía de la USA, así como lo información con la que disponemos
cultura Lambayeque. El proceso metodológico que del complejo arqueológico Tucume en el sitio Huaca
hemos desarrollado empezó con la identificación de Las balsas (Narváez 2011), investigaciones en Pomac a
todo el corpus de imágenes, símbolos, personajes, cargo de Izumi Shimada (1995, 2014b) , estos contextos
seres mitológicos, escenarios, etc. que aparecen en la nos han permitido interpretar las imágenes hacia su
sepultura de Chornancap; teniendo especial cuidado significado y obviamente los roles de los personajes y
en no separarlos de su objeto de origen y al que están seres que ostentan estas imágenes, a esta fase Panofski
asociados, es decir corona, vasos orejeras, collares, (op. cit.) denomina interpretación iconológica:
entre otros. A esta fase Panofski (1979), la denomina
descripción preiconografica: …“buscar el sentido cultural que estos motivos han podido tener
en el marco de la sociedad a la que pertenecen. A este nivel nos
…¨que consiste en construir un corpus representativo y hacer su encontramos con la misma necesidad de interpretar con referencia
descripción, elaborando un catálogo de los diferentes temas y motivos a un conjunto de informaciones, comparable, independientes de la 351
que aparecen y sus modalidades de ocurrencia¨ (Holmquist 1992:8). cultura a la que pertenecen” (Holmquist 1992:8).
Como consecuencia y resultado de esta metodología
así como de la discusión e intercambio de ideas,
realizamos una propuesta que explicamos:
En primer lugar, la tumba de la denominada
sacerdotisa o gobernante de Chornancap, está definida
por la presencia del fardo funerario, sobre el cual
se registra una cara máscara con lagrimones, nariz
prominente un ornamento geométrico decorativo que
cae a la altura de la nariz, orejeras delimitadas para cada
lado, apéndices decorativos hacia los lados inferior y
superior de la máscara con la representación de cabezas
de serpientes o felinos estilizados que presentan los de
la parte superior doble tocado semi-lunar, sobre esta
cara máscara se registra una corona cilíndrica y a cada
lado de la parte superior de esta corona se registra un
tocado a manera de una cabeza de serpiente que da la
idea de tratarse de un tocado bipolar, ésta representación
encontrada en la parte exterior del fardo constituye un
primer elemento diagnóstico para identificar el estatus
del personaje sepultado, pero sobre todo si relacionamos
esta composición metálica con la perteneciente al
personaje femenino descrito y correspondiente al vaso
de plata de Denver (VPD) nos damos con la sorpresa de
que se trata de la misma composición que acompaña a
este personaje, esto significa que el personaje femenino
del vaso aparece en la escena como una deidad, como
un ser sobrenatural que viene desde la otra vida en su
352 condición de ancestro mítico y es objeto de una serie
de ofrendas y homenajes. La composición cara máscara,
corona cilíndrica y tocado bipolar la identifica como el
personaje sepultado en Chornancap que es a nuestro
juicio el que aparece en el vaso de plata. (Figura 216 a
y 216 b).
353
Fig. 216a. Fig. 216b.
Representación de mascara, corona y Deidad femenina suprema, registrada en el
penachos de Sacerdotisa de Chornancap. vaso de plata del Museo de Arte de Denver
USA, con sorprendente similitud.
En segundo lugar, al examinar la corona de oro de
la tumba de Chornancap, registramos que el diseño
principal de este ornamento se trata de la imagen de una
mujer sentada en la luna creciente, con un telar en cruz,
ésta es la misma versión del personaje femenino del vaso
de Denver, pero vista de perfil. En el diseño de la corona
de oro el personaje de la tumba aparece con los mismos
rasgos y elementos que destacan en ambos casos y es
que el personaje femenino presenta en las manos y pies,
cabezas de felinos estilizados junto a su mano derecha el
telar en cruz y de su cabeza cae un penacho que remata
en una forma circular y trapezoidal. Esta sorprendente y
extraordinaria semejanza es uno de los elementos que
permiten asociar directamente la identidad del personaje
femenino del vaso de plata con la representación de la
corona de oro de la tumba de Chornancap (Figura 217 a
y 217b). Existe una diferencia: mientras que en el caso
del vaso de plata (VPD) aparece de frente como si bajara
del mundo de arriba, en la representación de la corona
de Chornancap está sentada en la luna creciente, dentro
de un templo definido por el techo con el símbolo del ave
mítica como si este espacio fuese el lugar sagrado donde
habita la deidad femenina tejedora y diosa de la luna.

354
Fig. 217a.
Iconografía representada en corona de Sacerdotisa
de Chornancap.
Un tercer elemento, lo constituye el personaje personaje sentado lleva la simbología de la silueta del
representado en lo que se ha denominado la serpiente ave mítica y constituye la misma representación que la
del agua y las “burbujas” o serpiente mítica (Narváez existente en el cetro de oro hallado en Chornancap, tanto
2014a y 2014b), en la primera “burbuja” de la sección como la pequeña corona de cuerpo de ave que reposa
derecha aparece el mismo personaje femenino sobre la cabeza, por lo tanto el cetro de oro de la tumba
sentada con las extremidades inferiores recogidas y de Chornancap se convierte en un objeto que guarda
presenta los elementos que la identifican como: cara también relación con toda esta escenografía proveniente
máscara, corona cilíndrica y tocado bipolar similar a la del vaso de plata (Figura 219 a, b y c). Hay que subrayar
composición existente sobre el fardo de la Sacerdotisa que los objetos que expresan poder del personaje de
de Chornancap. Presenta también a la altura del cuello Chornancap: corona, orejeras, cetro y algunos vasos
un ornamento con la forma de serpiente bicéfala que contienen la identidad del personaje femenino expresado
remata en cabezas de felinos estilizados, ornamento como deidad suprema, asociada a la luna, el mar, la
que denominamos “bufanda o chalina” y que es el mismo textilería, aves y felinos.
ornamento que registra el personaje representado
en el cetro de oro hallado en la mano izquierda de la
Sacerdotisa de Chornancap (Figura 218). Así mismo,
porta en cada una de sus manos un vaso alargado
acampanulado similar a uno de los registrados en la
mano derecha de la Sacerdotisa de Chornancap; ésta
relación refuerza obviamente la identificación de nuestro
personaje femenino o su asociación con el personaje
mítico femenino del vaso de plata. Complementariamente
a estos ornamentos hay que destacar que el tocado del

355
Fig. 217b.
Deidad femenina suprema registrada en
el vaso de plata del Museo de Arte de
Denver USA.
Fig. 218.
Personaje femenino representado en una de las
burbujas repujadas en el vaso de plata del Museo de
Arte de Denver USA.

356

Fig. 219a. Fig. 219b. Fig. 219c.


Representación de mascara con Cetro de oro. Vaso de plata.
corona y penachos.
Fig. 220a.
Imagen de mujer repujada en vaso bimetálico de
sacerdotisa de Chornancap.

Fig. 220b.
Deidad femenina suprema registrada en el vaso de
357
plata del Museo de Arte de Denver USA
Un cuarto elemento, lo conforman los penachos que que constituye una ola antropomorfa (Figura 221), esta
caen a la altura de los hombros de la deidad femenina del imagen es semejante a la que aparece en el cuenco de
vaso de plata y que tienen las mismas características a plata de la tumba de la Sacerdotisa de Chornancap que
los representados en el vaso bimetálico de Chornancap, presenta en el conjunto de representaciones la imagen
donde aparece la figura de perfil izquierdo de una con las mismas características no solo de ornamentos,
mujer con la misma forma del penacho que remata forma, sino que la actitud simbólica es semejante (Figura
en una figura circular y trapezoidal (Fig. 220 a y b). 222 a y b), lo que hace suponer obviamente que esta
Complementariamente el par de orejeras de oro de la representación que en el exterior del cuenco de la
tumba de Chornancap, donde aparece un personaje de Sacerdotisa de Chornancap aparece como un elemento
pie mirando de frente con las extremidades superiores principal con rol protagónico que destaca en toda la
sosteniendo un bastón a cada lado, tocado semi lunar y escena, se trataría de la versión simbólica de la mujer
una corona cilíndrica con la representación de círculos mítica pero que en el caso del vaso de plata de Denver
(véase Figura 184 en este volumen), este ornamento es (VPD) aparece representado sin el protagonismo con
similar a la imagen de la misma mujer representada en el que lo hemos visto en la tumba de Chornancap; hay
el vaso de plata del Museo de Denver (véase Figura 213 que anotar también que este mismo felino mítico guarda
en este volumen). relación con la representación del personaje que aparece
Un quinto elemento, lo constituye la representación en el vaso bimetálico (oro – plata) enmarcado por los
del llamado felino mítico que aparece en la parte superior rombos y alternado con la representación de la mujer de
derecha de la representación del vaso de plata del perfil, ello supone que la relación entre el felino mítico,
Museo de Denver (VPD), la ubicación que tiene este felino lunar y la representación femenina constituyen una
icono es un escenario aparentemente desapercibido, sin constante no solo en la tumba de Chornancap sino en el
embargo, se trata de la figura mítica de un felino de perfil arte Lambayeque durante la fase tardía.
izquierdo con ojo concéntrico, corona semi lunar dentada,
nariz redondeada sobre el cuerpo presenta círculos
concéntricos y su cola se convierte en la cabeza de lo

358
Fig. 221.
Deidad felínica con corona,
representado en vaso de plata de
museo de arte de Denver USA.

Fig. 222a.
359
Deidad felínica con corona
representada en cuenco de plata
ambos de fardo de Chornancap.

Fig. 222b.
Deidad felínica con corona
representada en vaso bimetálico.
360
Fig. 223. Una sexta observación en esta reflexión, debemos
Deidad femenina suprema registrada en considerar dos hechos cruciales, uno está referido a
el vaso de plata del Museo de Arte de que debajo del pie derecho del personaje femenino
Denver USA.
del vaso de plata (VPD), aparece una silueta en cuyo
interior se registra un individuo extendido decúbito dorsal
dando la idea de un personaje sepultado (Figura 223);
Fig. 224. coincidentemente en la tumba de Chornancap, fue
Superposición de tumbas en documentado arqueológicamente debajo de la sepultura
Chornancap.
de la Sacerdotisa un contexto funerario, cuyo personaje
central de sexo masculino, se encontraba decúbito
Fig. 225a. dorsal en la misma posición que el registrado en el vaso
Imagen de escena del vaso de plata de de plata (Figura 224).
Denver, nótese semejanza de edificación.

Fig.225b.
Vista aérea de Chornancap con forma de
plataforma en T.

361
En sétimo lugar, la forma arquitectónica desarrollada
en la parte inferior derecha del vaso de plata del
Museo de Arte de Denver que alude a una estructura
platafórmica superpuesta con rampa central que da la
idea de una estructura con planta en “T”, plaza delantera
y estructuras en el entorno izquierdo (Figura 220a). Si
analizamos la forma de la huaca Chornancap (Figura
220b), es exactamente el mismo modelo al existente en
el vaso de plata (Figura 220 a y b). Adicionalmente, en
la misma estructura en planta en “T” con recintos hacia
el lado norte y donde se registra además una cenefa
decorativa (murales polícromos) en una fachada en la que
aparecen escenas donde un conjunto de personajes en
sentido de derecha a izquierda llevan armas y otros con
cabezas de decapitados que forman parte de un ritual o
ceremonial mayor, esta correspondería a la escena que
fuera documentada por Christopher Donnan en 1982 y
es similar en composición y contenido a la que aparece
en el vaso de plata de Denver (Figura 226 a y b).

Fig. 226a.
Escena de desfile de personajes con
cabezas decapitadas, representada en
vaso de Denver.

Fig. 226b.
Escena de desfile de personajes con
362 cabezas decapitadas, representada en
mural policromo en Chornancap.
363
Por lo tanto, no solamente tenemos ahora la idea de entre la tumba de Chornancap y algunas de las imágenes
que el personaje femenino del fardo de Chornancap está del vaso de plata del Museo de Arte de Denver USA,
íntimamente asociado con parte de la representación del existen adicionalmente a lo ya formulado, dos hechos
personaje femenino del vaso de plata de Denver (VPD), significativos que no han pasado inadvertidos a nuestro
es decir la identidad del personaje de Chornancap análisis y comparación. Por un lado, en las imágenes
correspondería a la identidad del personaje del vaso repujadas en el vaso de plata de Denver se aprecia un
de plata donde además se constituye en el escenario dibujo que representa a una serpiente mitica (Narvaez
en el cual desarrolla sus actividades rituales y aparece 2014b) o una forma serpentiforme ubicada en la sección
en actividades públicas. En consecuencia las escenas media del vaso, en esta representación la cabeza de la
representadas en el vaso de plata (VPD) debieron ser serpiente asoma o desemboca en una imagen horizontal
inspiradas en Chornancap y es probable entonces que el conformada por olas antropomorfas sucesivas, dando
origen de estos vasos de plata que existen en el Museo la impresión que este cauce o río (Mackey y Pillsbury
de Arte de Denver corresponda a este territorio. 2013) en forma de serpiente desemboca en el mar
Para complementar toda esta asociación y relación (Figura 227), recordándonos en forma simbólica el relato

Serpiente / Río
Templo Sacerdotisa Desembocadura Mar

364
de Ñaymlap sobre el lugar del arribo o llegada que se litoral del Pacífico y cerca de la desembocadura de un
produce junto a la desembocadura del río Faquisllanga río; tal es el caso de la Huaca Murales de Ucupe con
en el mar (Cabello 1951[1586]). acceso al este y emplazada en la margen sur del río
Asimismo, cerca de esta desembocadura existe Saña y cerca de la desembocadura en el mar. Otro caso
un templo o edificio cuyo acceso (rampa) se orienta es Huaca el Taco con acceso al este y ubicada en la
al este. Esta circunstancia parece hacer alusión a la margen sur del río Reque y próximo a la desembocadura
ubicación exacta del lugar donde habita y es sepultada en el mar, y finalmente Huaca Chornancap con acceso
la sacerdotisa suprema representada como un ser al este y ubicada en la margen sur del río Lambayeque y
sobrenatural en la parte superior del vaso de plata de próximo a la desembocadura en el mar (Figura 228).
Denver y que correspondería al personaje de la tumba
de la sacerdotisa hallada en Chornancap. Remarcamos
esta observación, porque en el territorio de la cultura
Lambayeque paradójicamente se hallan templos cuyo
emplazamiento o ubicación se encuentra próximo al

365

Fig. 227.
Imagen del vaso de plata de Denver en la
que se muestra ubicación de elementos
que harían alusión a la tradición oral: rio,
mar y templo.
Fig. 228.
Esta situación nos permite proponer que la Ubicación de templos cerca a
ubicación de un templo importante emplazado entre desembocadura de río en el mar: Murales
de Úcupe, Huaca el Taco y Chornancap.
366 la desembocadura de un río hacia el mar, no obedece
a un hecho fortuito sino a una razón de naturaleza
probablemente religiosa y territorial, y nos permite
sostener la hipótesis que la ubicación de los lugares que los templos cercanos al mar con acceso al este
sagrados en la época Lambayeque obedeció a un tengan proximidad al punto de la desembocadura de
modelo preestablecido, que se repite recurrentemente un río y al margen sur, como si este emplazamiento
y que asocia a edificios importantes con un espacio hiciese recordar o aludiera al inicio de la tradición oral
o contexto paisajístico que está determinado por el de Ñaymlap referente al lugar del arribo cuyo recuerdo
cauce del río y su desembocadura en el mar, como se se conmemora con le edificación de templos en estos
puede apreciar en: Murales de Úcupe, Huaca El Taco y escenarios. Probablemente, también esté haciendo
Chornancap (Figura 228). Estos, al parecer constituyen alusión a como las aguas provenientes de las montañas,
un claro modelo de como la élite Lambayeque instituye representadas por las mujeres sentadas y ubicadas en
las dos burbujas superiores de la denominada serpiente tenía la visión de la curandera y encarna a la deidad
mítica (Narvaez 2014b) o llamado cauce (Mackey y femenina, y que en la otra vida se convierte en la deidad:
Pillsbury 2013), atraviesan la costa por cauces en forma diosa de la luna y del mar que todo lo ve.
de serpientes la misma que ingresa al mar en un acto Entonces, el vaso de plata de Denver cuyo metal
ritual y simbólico en el que el agua del río es introducida está asociado al elemento femenino, se convierte en un
en la madre de las aguas que es el mar, donde habita objeto clave para identificar al personaje de la tumba,
para siempre convertida en una deidad suprema y cuya pero sobre todo para conocer el insospechado y hasta
expresión mítica es la ola antropomorfa. ahora desconocido universo mitológico y ceremonial de
El otro hecho que hemos advertido en nuestro la cultura Lambayeque, en la que solo pensábamos en el
análisis y comparación, es la circunstancia en que la dios Ñaymlap, deidad de ojos alados, el ser con rasgos
imagen de la mujer mítica representada en el vaso de ornitomorfos, como si toda la simbología girara entorno a
plata, que entendemos podría tratarse de la sepultada en este personaje con rasgos de ave, que ha generado por
Chornancap, presenta un rasgo particular, que consiste mucho tiempo una equivocada visión monoteísta de la
en que se le han representado ojos en varias partes de religiosidad Lambayeque tal y como acertadamente lo ha
su cuerpo y de sus ornamentos principales; tiene ojos observado Narváez (2014a y 2014b).
en el tocado bipolar, en la cara máscara, extremidades
superiores e inferiores (Figura 229); esta reiteración de
Fig. 229.
la visión resulta un fundamento que refuerza la sospecha
Deidad femenina suprema registrada en
que tenemos que se trata de la deidad principal un ser el vaso de plata del Museo de Arte de
sobrenatural que todo lo ve, que es la máxima de todas Denver USA, con reiteración de ojos.
las deidades femeninas, y se convierte entonces su
enorme capacidad de visión en el rasgo principal del
rol religioso y sacerdotal de este personaje, que en vida

367
La tumba de Chornancap y el vaso de plata del Esta deidad que fuera identificada en la sociedad
Museo de Arte de Denver USA, provienen no solo de un Mochica como la sacerdotisa o personaje C (Donnan
mismo lugar, sino que la inspiración gira en torno a un 1975) (Figura 230), tiene continuidad de roles y funciones
complejo escenario ceremonial y religioso que tuvo a la en la época Lambayeque, tal como podemos graficarlo
Sacerdotisa o Soberana de Chornancap, como principal en las representaciones en el arte mural, iconografía,
protagonista en su vida y después de ella. En este contexto cerámica, etc. Como en el caso de la figurina Lambayeque
el templo de Chornancap adquiere un extraordinario que representa a una mujer de élite que fue hallada
valor en la vida religiosa en la sociedad Lambayeque en la zona sur de Chornancap cerca a la tumba de la
y un escenario con una identidad asociada a la luna y sacerdotisa (Figura 231).
al mar, un espacio sagrado donde se desarrollan actos
litúrgicos trascendentales en los cuales la religiosidad se
expresa públicamente y la mujer de Chornancap adquiere
identidad como deidad principal, como Diosa que desde
su sepultura intercede por su pueblo en el mundo de los
ancestros y con su poder de visión generará el control de
los fenómenos naturales.

Fig. 230. Fig. 231.


Figurina Mochica, personaje femenino Figurina Lambayeque, personaje femenino
denominado Sacerdotisa. hallado en Chornancap, probablemente la
sacerdotisa.

368
CAPÍTULO XI

11.1 Roles del personaje: soberana,


sacerdotisa y ancestro mítico.

La arqueología ha documentado a lo largo de la y dramáticamente interrumpido por la invasión española


historia de la humanidad en diversos momentos y hacia 1532. Este proceso no solo transformó la estructura
escenarios, no solo el desarrollo de los pueblos, sino en socioeconómica de uno de los más grandes imperios de
especial el concepto que el hombre tiene sobre la vida y los andes, sino que instauró un nuevo orden ideológico
la muerte. La vida como un transcurso continuo donde que puso fin a la esencia de la religiosidad andina, sus
los personajes interactúan, ejerce autoridad, controlan conceptos así como al panteón de dioses y divinidades
la producción, erigen grandes escenarios para rituales existentes.
y ceremonias, muchas de ellas con fines escatológicos,
y también la muerte como complemento de la vida que
tiene un especial tratamiento. Más allá del estatus de
los individuos existe una razonable preocupación por el
destino del muerto, el cual según la capacidad que ha
tenido de acumular bienes que son el reflejo de su poder,
recibe especial tratamiento.
El panorama en los andes centrales no es ajeno a
este desarrollo en que el culto a los muertos constituye
uno de los rituales más emblemáticos que las sociedades
han perfeccionado, y que han sido documentados en
369
imágenes grabadas e impresas en los materiales más
preciados que se usaron por sacerdotes o sacerdotisas,
reyes o reinas o por la elite que tiene acceso a ellos.
De otro lado, la arqueología en la costa norte del
Perú ha revelado en las últimas tres décadas los más
importantes testimonios materiales de sociedades como
son la civilización Cupisnique, Mochica, Lambayeque y
Chimú, emplazadas en un territorio que al límite del siglo
XV fue ampliamente ocupado por el Imperio de los Incas
que sometió esta área y a sus ocupantes a un corto
periodo de dominio político e ideológico, que fue violenta
Así mismo, y volviendo a la costa norte, las Este complejo mundo ceremonial y escenario
evidencias que se conocen sobre la cultura Mochica dan “mítico” expresado especialmente en cerámica bajo la
cuenta de una sociedad con un insospechado desarrollo técnica de línea fina, o revelado en los frisos polícromos
tecnológico, artístico que emergió en el territorio norte de las fachadas de los importantes templos, plasmado
del Perú, entre los siglos I al IX dC, son incuestionables en orfebrería, tejidos, etc. ha recibido el interés
los tesoros y contextos funerarios provenientes de de reconocidos investigadores que han publicado
las Tumbas excavadas en Sipán (Alva 1994, 1999), importantes documentos con detallados estudios que
las Tumbas de las Sacerdotisas en San José de Moro permiten entender los denominados temas o escenas en
(Castillo 2008), los hallazgos en el Complejo El Brujo con el arte Mochica, que forman parte de un universo simbólico
la denominada Dama de Cao (Franco y Gálvez 2005), los de alto contenido narrativo, que no puede ser considerado
sorprendentes trabajos en el Complejo Huaca El Sol y como una fiel reproducción de la vida diaria, a manera de
Huaca de La Luna (Uceda 2000), el hallazgo de la Tumba pintura costumbrista (Makowski 2008: 82), y que muchos
del Sacerdote Guerrero de Virú (Strong y Evans 1952), de ellos constituyen una cadena de eventos y sucesos
y las excavaciones en el Complejo Ucupe Pueblo con que van marcando el ritmo de los acontecimientos en
la Tumba del Guerrero de Úcupe (Bourget 2008), todos un territorio determinado, como parte de un ejercicio
estos eventos arqueológicos han recuperado la versión lingüístico que transmite la historia de la sociedad
material e inmaterial de los Mochicas, han permitido mirada desde las élites, representada a través de la
construir el entendimiento del origen, desarrollo y simbología de contenido político, religioso y litúrgico. Las
colapso de esta sociedad, pero han permitido también investigaciones a las que hacemos referencia constituyen
la excepcional oportunidad de entender el significado de un significativo y extraordinario aporte a la comprensión
las imágenes y representaciones que con frecuencia y del sistema iconográfico Mochica, analizado críticamente
reconocida calidad aparecen en las botellas asa estribo con métodos propios y que entendemos debieron tener
pintadas bajo la técnica de línea fina (Donnan 1975; de alguna manera continuidad bajo nuevas formas de
Hocquenghem 1987). expresión y representación.

Fig. 232.
Iconografía Mochica: Escena del sacrificio
y presentación. Tomado de Donnan 1989.

370
La escena clásica llamada el tema de la Presentación Este mismo personaje femenino, llamado por Donnan
(Donnan 1975) o comúnmente conocido como el tema (1975) personaje ¨C¨, aparece también sobre una balsa
de la Presentación y Sacrificio (Figura 232), constituiría o embarcación de totora llevando prisioneros y vasijas
uno de los episodios más reveladores e importantes supuestamente rumbo a donde estos serán sacrificados
de la iconografía Mochica, no porque este sea más (Figura 235). Una siguiente imagen también tomada
notable que otros temas, sino porque en este aparecen del arte Moche nos muestra nuevamente a la mujer o
y concurren las más importantes personajes de la élite sacerdotisa sobre una luna creciente sentada de perfil
y sociedad Mochica que conocemos a lo largo de su en dirección izquierda a derecha (Figura 236), como si
propia historia. Nuestro interés está circunscrito a uno navegara en el retorno donde la alegoría de la “luna es
de estos personajes que aparece en la parte central un barco” supone que este personaje representa la diosa
superior de la escena y se trata de una mujer vista de de la luna y el mar (Cordy Collins 1977).
perfil (izquierdo) en dirección derecha hacia la izquierda,
portando una copa en la mano derecha, orejeras, trenzas
que caen hacia los lados, brazaletes, corona cilíndrica,
sobre la que aparecen tres penachos que rematan en
bordes triangulares (Figura 233). Este personaje, que Fig. 233.
ha sido documentado en forma extraordinaria en las Iconografía Mochica: Personaje C (sacerdotisa),
excavaciones en San José de Moro (Figura 234) a cargo perteneciente a escena del sacrificio y presentación.
de Luis Jaime Castillo (2003) aparece en el arte Moche Tomado de Donnan 1989.
como la versión femenina del poder y nos introduce a la
reflexión y entendimiento sobre el equilibrio de género
que esta sociedad incorporó en su discurso (Donnan Fig. 234.
Copa de cerámica hallada el año 1991 en tumba de
1975; Hocquenghem 1987; Holmquist 1992; Golte
Sacerdotisa de San José de Moro. Excavada por Luis
1994; Kutscher 1954, 1983; Makowski 1990, 2008). Jaime Castillo B.

371
En otra conocida escena, la Sacerdotisa entrega Fig. 235.
la copa con la mano izquierda a un personaje principal Iconografía Mochica, sacerdotisa en
embarcación llevando vasijas y tripulación.
que recibe el recipiente con el contenido de la sangre
de un prisionero sacrificado, puede advertirse que la
mujer presenta los mismos ornamentos donde la copa y
Fig. 236.
tocado bipolar son su sello de identidad (Figura 237). En
Escena Mochica denominada La luna es un
otra escena, de complejo poder narrativo, los artefactos barco, sacerdotisa en navegación mítica.
luchan contra los hombres, escena que es presidida por
372 el Guerrero del búho (Makowski 2008) y en la que puede
apreciarse a la sacerdotisa con tocado bipolar tratando
Fig. 237.
de controlar este ritual donde los objetos inanimados Sacerdotisa Mochica entregando copa a
cobran vida y capturan a los hombres (Figura 238). personaje sentado en trono.
373
Fig. 238.
Escena de rebelión de artefactos, véase a
la derecha sacerdotisa Mochica.

Finalmente, una clásica escena de limitada existencia


es la llamada ceremonia del entierro pintada en línea
fina en una botella Moche Tardío donde un personaje
recibe ofrendas de strombus entregados por una mujer,
un ataúd ha sido bajado hacia la profundidad y el ritual
es contemplado por una suerte de asamblea compuesta
por mujeres y felinos, mientras que en otro extremo una
374 mujer desnuda es sacrificada y expuesta para que las
aves de rapiña retiren la piel de su cuerpo, como parte de
un proceso de purificación que debió constituir un ritual
desgarrador (Figura 239). Este tipo de botella ha sido
documentada arqueológicamente en San José de Moro
en los años 1992 y 2014 (Castillo com. pers.).
Todas estas escenas Mochicas que hemos descrito
Fig. 239.
Iconografía Mochica, escena del entierro.

brevemente, tienen como denominador común la sur (Franco y Gálvez 2005). No obstante, si miramos
presencia de mujeres importantes que interactúan y el panorama de la arqueología Mochica tanto en los
protagonizan en las ceremonias con la connotación de valles de Lambayeque como en La Libertad han sido
sacerdotisas o soberanas que forman parte del estrato documentadas tumbas de grandes personajes de la
más alto de la jerarquía Mochica, lo que demuestra sociedad Mochica que guardan ciertamente relación
que ciertas mujeres en la época Mochica, por lo menos con las escenas representadas en iconografías y que
en la fase Moche Medio hacia la fase Moche Tardío permiten definir que todo este territorio aparentemente
tenían el privilegio de formar parte de la más elevada unificado por un discurso, compuesto de escenas e 375
estructura política e ideológica (Castillo y Holmquist imágenes, se encontraba plenamente diferenciado a
2000), administran bienes, recursos y se emplazan nivel territorial, pero articulado con un sistema ideológico
en un territorio donde tienen acceso a la liturgia más y con una estructura jerárquica definida en las imágenes
importante de la sociedad. Sin embargo, hay que hacer pero además comprobada arqueológicamente.
notar que hay dos lugares donde estas mujeres han
sido documentadas arqueológicamente, en San José de
Moro donde se han registrado por lo menos siete de ellas
(Castillo 2003) y luego en el complejo El Brujo donde
fue documentada una mujer joven con un importante
y extraordinario ajuar funerario que la vincularía con la
estructura política e ideológica en el territorio Mochica
Esto ha hecho que la arqueología Mochica tenga
gracias a las investigaciones arqueológicas un mayor
entendimiento sobre el origen, desarrollo y colapso, así
como se hayan identificado los roles de los personajes
encontrados en las tumbas, sus funciones y relaciones
de poder que establecieron en su tiempo. Sin embargo,
el registro iconográfico permite reconocer en el arte
Mochica imágenes de mujeres sacerdotisas cuya
identidad religiosa y mítica tiene elementos comunes
entre sí (Holmquist 1992; Castillo y Holmquist 2000), por
ejemplo se asocian a copas, tienen tocados bipolares, su
vestido es largo, llevan cinturón que rematan en cabezas
de serpientes estilizadas (esto es excepcionalmente)
y algunas de ellas tienen un ornamento en el cuello a
manera de bufanda o chalina, que al parecer las distingue
(Figura 240 a, b, c, d, e y f). Estos rasgos comunes
visibles en la época Mochica, trascienden en la siguiente
Fig. 240 a, b y c.
época, porque el caso de la sacerdotisa Lambayeque
Imágenes Mochica de personaje mítico
hallada en Chornancap también se asocia a los mismos femenino asociado al escenario marítimo.
elementos descritos líneas arriba como: copas, tocado
bipolar, vestido largo, cinturón con remate de cabezas de
serpientes estilizadas; con la diferencia que en el caso
de la mujer mítica Lambayeque es vinculada a un telar
en cruz, así como, al escenario lunar y especialmente
marítimo que aparecen como rasgos de identidad o de
personalidad mítica (Figura 241 a, b y c); para el caso
de la cultura Lambayeque pareciera que el conjunto de
imágenes, símbolos y representaciones desarrolladas
por los Mochicas no desaparecen súbitamente del
escenario público, se reafirman y adoptan nuevos roles
y el nuevo discurso se habría resumido aparentemente
a una imagen central, ancestral de rasgos antropo-
376 ornitomorfos que aluden a la historia del legendario
Ñaymlap (Larco 1948; Zevallos 1971, 1989; Donnan
1989, 2011; Narváez 1995, 2011, 2014a; Alva 1985;
Shimada 1985, 1994, 2014; Wester 2010, 2014).

Fig. 240 d, e y f.
Imágenes Mochica de personaje mítico
femenino asociado a rituales de sacrificios
humanos y revolución de los artefactos.
377
378
No solo las imágenes en los objetos de metal en obviamente debió generar el encuentro inevitable con su
los llamados cuchillos ceremoniales, la cara máscara identidad mítica y divina que es la imagen de la mujer
de metal, la cerámica conocida como huaco rey, sino representada en el vaso de plata del Museo de Arte de
también a partir de las sepulturas arqueológicamente Denver USA, que tiene amplio dominio en un territorio
excavadas como las de Huaca Las Ventanas y Huaca vinculado al mar y la luna. Al respecto Makowski (2008:
El Oro en el Bosque de Pomac en las Tumbas este y 95), sostiene refiriéndose a la sacerdotisa de San José
oeste, en la Tumba de la anciana en Huaca Las Ventanas de Moro, que esta es la bien conocida Deidad Femenina,
(Shimada 1994, 2014b; Elera 2008), la tejedora de Collud estrechamente vinculada con el mar y con frecuencia
(Alva Meneses 2012) entre otros contextos más donde representada sobre el creciente lunar que le sirve de
las ofrendas guardan relación con un personaje ancestral bote (Collins 1977).
muy característico de rostro hierático, nariz aguileña, En realidad, la denominación de Gobernante y
ojos alados, decoración facial, rasgos ornitomorfos que Sacerdotisa para el personaje de Chornancap, es la
aparece sentado o de pie con las manos hacia adelante que más se acerca al contenido de la tumba; estamos
en algunos casos portando esferas en cada una de las hablando de un personaje que tiene jerarquía política y
manos, que demuestra diversos gestos rituales. religiosa, sus ornamentos son para el uso en funciones
De otro lado la tumba excavada en Chornancap exclusivamente rituales y ceremoniales, sólo capaces
con toda su complejidad de ornamentos y los 8 de ser desarrolladas y conducidas por un ser de la
acompañantes, como si se tratara de sus seguidores más alta condición religiosa. Su tumba nos habla del
hacia la otra vida o de su sequito en la vida terrenal, poder político pero también de la función de liderar la
nos permiten entender que la muerte de su soberana vida ritual de su sociedad, no obstante esta tumba
o sacerdotisa genera el inevitable acompañamiento en independientemente de su complejidad debió generar en
la otra dimensión, donde seguirán desarrollando sus circunstancias conmemorativas, la ejecución de grandes
funciones ante los ancestros en actividades religiosas celebraciones y procesiones, que se debieron realizar en
que en vida les tocó realizar15. Hay que precisar, que el momento de su enterramiento y sello de la sepultura, y
el ajuar de la difunta permite identificar las posibles que además fue parte de actos desarrollados cada cierto
actividades rituales, por lo que no dudamos en sostener tiempo, donde se recuerda a esta divinidad como hemos
que este personaje se trate de la gobernante o sacerdotisa documentado arqueológicamente, en Chornancap con la
principal cuyas funciones estaba reservado a personajes reapertura parcial de la sepultura para colocar ofrendas
que forman parte de las altas esferas del poder, y que y bienes pertenecientes a otras épocas.
esta incursión en el escenario ritual de impacto público, Hay un elemento complementario que debemos
generó la reafirmación de su prestigio y la legitimación subrayar, es el lugar de la sepultura, la sacerdotisa está
del poder. Tratándose de un personaje femenino que enterrada en un área junto al altar principal de un singular
desarrolla actividades ceremoniales en vida, su muerte y peculiar conjunto arquitectónico, que denominamos 379
residencia de elite, emplazado al sur de Chornancap, el
mismo que como lo hemos comentado en el capítulo IV
Fig. 241 a, b y c.
Imágenes que representan a la deidad femenina de la de este volumen, presenta un elemento arquitectónico
cultura Lambayeque, documentadas en ornamentos de extraordinario, que conecta los dos altares que existen a
prestigio (a. Vaso de Denver USA, b y c. Corona y cetro través de un corredor y pasadizo simbólico de naturaleza
de Chornancap). mítica, entre ambos altares se aprecia un elemento

15
Krzysztof Makowski (2014) Sostiene que:... “En los andes prehispánicos la sepultura fue concebida como la morada del muerto. Indispensablemente para que
este volviera a nacer y llegar a emprender al viaje hacia el mas allá y su regreso. Se creia que los muertos seguian acompañando a los vivos luego del desceso
y se les asignaba grandes poderes para asegurar las lluvias y la abundancia de animales y cosecha”. (2014:191).
elaborado en adobe a media altura, constituido por
una forma que determina una “ola geométrica” o greca,
que se articula a un símbolo escalonado que genera
un recorrido ritual y ceremonial que debió suponer la
transformación del personaje (sacerdotisa), que de
manera exclusiva debía acceder por este elemento,
recorriéndolo de este a oeste, del espacio de la Luna
hacia el Mar, como paso inevitable a su presentación
ante el altar principal, donde llega convertida de diosa
Luna en deidad del Mar. Es en este recorrido donde
el personaje principal adquiere ciertas características
de deidad y donde se recuerda y reafirma su relación
con la divinidad femenina representada en el vaso de
plata descrito en el capítulo anterior. Este elemento
arquitectónico, describe el elevado rol político y religioso
de la Sacerdotisa, que propicia el encuentro entre el agua
y la tierra para garantizar la fertilidad agrícola, condición
fundamental para la vida de la sociedad.
La mujer de Chornancap que llamamos Sacerdotisa y
Soberana, no solo presenta un inestimable ajuar funerario
compuesto por singulares piezas de oro, plata, cobre,
aleaciones, cerámica piedras preciosas entre otras, si no
que sobre todo los bienes más representativos expresan
un corpus iconográfico que enfatizan y subrayan la
temática de género, es decir la representación de la
mujer mítica, asociada al mar, la luna, las aves, felinos
entre otros que revelan un escenario del cual no teníamos
sospecha, pero que la introducen en el ámbito de las
deidades ancestrales (Fig. 242).

380

Fig. 242.
Principales iconos e imágenes
recuperados en objetos asociados a
Sacerdotisa de Chornancap.
381
Especial énfasis debemos hacer sobre
su asociación con una actividad relacionada
históricamente con el género femenino como es la
textilería, porque uno de sus bienes más preciados
(la corona de oro), muestra a la mujer mítica sentada
en la luna creciente con un telar en cruz al frente e
instalada dentro de un templo con el techo que alude
al símbolo del ave en picada. Al respecto Gabriel
Prieto (2014), ha observado acertadamente que el
hecho de la presencia de bienes que denomina de
prestigio y en especial los relacionados con el hilado
y la textilería no pueden ser interpretados como un
indicador del rol o identidad social de quien posee
estos bienes, es decir si hallamos materiales de
Fig. 243.
hilado y textilería no podríamos señalar que se trata Estructura de un telar en cruz hecho en plata
solo de una tejedora o hilandera (Figuras 243, 244 y (Museo Larco, Lima).
245), tal vez esta apreciación a priori sea razonable,
pero puede también tratarse de elementos de
estatus que aluden al simbolismo religioso y mítico,
Fig. 244.
es decir pueden estar relacionados con el tema de Miniatura en plata de un telar en cruz con tela
la reproducción y la fertilidad (Prieto 2014: 534). En en proceso (Peabody Museum of Archeology
este contexto la corona de oro de la mujer hallada and Ethnology, Harvard University Peabody ID
en Chornancap no refleja el rol de tejedora sino 48-37-30-7162).
la condición mítica del personaje representado en
dicha corona, que nos permite sostener que se
trata de la mujer mítica tejedora de la vida, de las
actividades rituales que a su nombre hace la mujer Fig. 245.
sepultada en Chornancap. Cuchillo con representación de mujer con telar
en cruz. (Museo Larco, Lima ).

382
383
Con esta reflexión intentamos incorporar en el inédito en la arqueología de la costa norte porque
debate, la idea no de un solo y único rol sino de muestra a una mujer en la cima de la estructura
varios roles e identidades como el de soberana, sociopolítica, que desempeña roles de soberana,
sacerdotisa y ancestro mítico del personaje femenino funciones religiosas como sacerdotisa, (curandera)
hallado en Chornancap. El área donde es finalmente y obviamente con su muerte se constituye en la
sepultada esta mujer se ratifica como un recinto de divinidad femenina ancestral más conspicua y
poder o espacio sagrado, adquiriendo una nueva reconocida como la diosa del Mar y la Luna. Es
condición o estatus, lo que constituye que este importante anotar aquí que como consecuencia de
escenario usado en vida para actividades rituales los extraordinarios hallazgos arqueológicos de los
y ceremoniales, sirve para su sepultura como lugar fardos del castillo de Huarmey, Makowski (2014),
sagrado que le permite el acceso al mundo de los sostiene en coincidencia con nuestra propuesta que
muertos donde habitará con sus ancestros. la señora sepultada en Chornancap corresponde a
Pero en la cultura Lambayeque no habíamos un personaje del más alto estatus que desempeñó
tenido la oportunidad de registrar tumbas o funciones sacerdotales y que éste personaje al
contextos funerarios de personajes femeninos que hallarse relacionado directamente con la residencia
podamos establecer su condición de ancestro, palaciega que llamamos residencia de élite con
como si había sucedido para la cultura Mochica espacios ceremoniales, haya estado vinculado para
(Castillo 2003; Franco y Gálvez 2005), por esta sus actividades rituales y evidentemente para su
razón la excavación de la tumba del personaje de sepultura.
Chornancap constituye, a no dudarlo, un episodio

384
En el estudio etnohistórico María Rostworowski preparaba el sancu y el sebo para ofrecerlos a las
(2006), asocia los mitos andinos con la presencia de huacas como pago. Otras ministras eran chicheras,
las sacerdotisas y comenta que en un pueblo de la encargadas de preparar las bebidas que llevaban a
provincia de Huaylas el visitador contra la idolatría los ídolos para los rituales.
de los naturales informó los numerosos ídolos, Esta información demuestra que existían varias
huacas y difuntos progenitores de ayllus que habían categorías y jerarquía de ministras, algunas de ellas
sido destruidos o quemados durante su actuación eran jefes de todo un grupo de mujeres, una de estas
(Hernández 1923). En el informe detallado realizado mujeres llamadas las adivinas del futuro ejecutaban
ayllu por ayllu, no solo menciona a las huacas sino estas prácticas por medio de arañas costumbre muy
a los indígenas cuyos oficios era la de cuidar los antigua entre los habitantes de los pueblos costeños.
ídolos, los cultos y ritos. Es interesante nos dice Manifiesta también María Rostworowski (2006) que
María Rostworowski (op. cit) notar que no solo se el Inca no tenía muy en cuenta la adoración a la
nombraba a sacerdotes masculinos sino también a luna por estar su culto a cargo de las mujeres y
mujeres sacerdotisas a quienes llamaban “ministras” en especial de Mama Huaco, hermana de Manco
de las que habían de muy diversas categorías Capac. Finalmente las adivinas y curanderas eran
y oficios, por ejemplo: algunas hablaban con las asociadas como ministras que oficiaban los ritos
huacas y recibían las respuestas a las preguntas a las huacas ofrecían augurios y generalmente
de los fieles, otras interpretaban los sueños y eran se trataba de viudas que escondían su identidad
llamadas las “soñadoras” como doña Francisca bajo este nombre para no ser descubiertas por los
Urya que era ministra y que ofrecía sus pestañas españoles y preservar así las prácticas y creencias
al sol arrancándoselas, mientras que María Urmay ancestrales.

385
No podemos dejar de mencionar ni mucho tan importante convirtiéndose posiblemente en una
menos sustraernos al relato de Ñaymlap en cuya actividad muy exclusiva que tenía involucrados
riqueza de contenido se narran episodios valiosos probablemente a grupos de mujeres y también
sobre la llegada y presencia de un personaje y héroe hombres.
fundador que viene acompañado de su sequito, Puede resultar aventurado el escenario
concubinas y esposa llamada Ceterni y allí debemos especulativo en el que podríamos pensar en la
destacar el rol de la mujer como esposa, en el que su posibilidad de que la sacerdotisa o gobernante hallada
jerarquía está asociada al valor e importancia de su en Chornancap se trate tal vez de aquella mujer que
par masculino, es decir como mujer principal. Igual seduce a Fempellec (nieto de Ñaymlap) para que
circunstancia sucede con Zolzoloñi esposa de Cium traslade el ídolo con la imagen de Llampallec y luego
(hijo de Ñaymlap), que aparece en el relato como la de ello tuviera una relación íntima que origina caos
esposa principal y progenitora de varios hijos que se y desgracia en el antiguo territorio de Lambayeque;
desempeñaron como cabezas o gobernantes en las caos que está determinado principalmente por
diferentes direcciones del reino Lambayeque. Tal es una lluvia o diluvio que dura más de treinta días
la importancia que tienen estas mujeres que según consecutivos y que bien podría estar asociado
lo mencionado por Martín Farrochumbi, Ñaymlap o relacionado a uno de los grandes fenómenos
habría mandado a construir un palacio para del niño (FEN) que se suceden ocasionalmente
Ceterni, llamada también Sioternic (Brüning 1922) o en forma cíclica en la costa norte del Perú. Así
o Seornancacum (Zevallos 1993), que bien podría mismo, es probable que sobre la denominación de
tratarse del topónimo Chornancap. Así mismo, hay esta mujer, que seduce y convence a Tempellec o
que recordar que uno de los servidores de Ñaymlap, Fempellec, Martín Farrochumbi la haya nombrado
llamado Llapchiluli estaba encargado de los vestidos, como la curandera o tal vez la sacerdotisa, usando
386 lo que significa la enorme importancia que tenía la el equivalente en su lengua materna y que el
confección de textiles para el uso de este personaje vocablo haya sido traducido erróneamente desde la
perspectiva europea por Cabello de Balboa (1951)
con el calificativo de bruja o demonio. También hay
que precisar que luego del diluvio se sucede una
larga temporada de sequía que produce hambre
y muerte, por cuya razón los sacerdotes del reino
culpan a Tempellec o Fempellec de estas desgracias,
lo capturan atándolo de pies y manos y lo arrojan al
mar como un acto de justicia a fin de restaurar el
orden. Este episodio y desenlace, hace pensar que
el acto se debió ejecutar en un lugar cerca o próximo
al mar, lo que permite sospechar que el complejo
Chotuna Chornancap asociado directamente al
litoral es escenario de inicio y fin de estos hombres
que arriban desde el mar y terminan en el como
espacio sagrado donde habitan por siempre.
Evidentemente, que ésta hipótesis deberá ser
profundamente evaluada en el contexto material de
las evidencias, los datos etnohistóricos y sobre todo
el más detallado análisis de la tradición oral, sobre
la que entendemos existen algunas inconsistencias
que no han sido remarcadas y debatidas.

387
Finalmente, debemos precisar que la identidad Fig. 246.
masculina del ancestro mítico principal de la cultura Deidad Lambayeque masculino.

388 Lambayeque es atribuida con frecuencia al dios Ñaymlap,


cuya imagen se identifica con el personaje de ojos alados
Fig. 247.
y con atributos de ave como el personaje de Ucupe (Figura
Deidad Lambayeque femenina.
246), sin embargo, la versión femenina de la deidad
Lambayeque resultaba un tema inexplorado, desconocido
hasta el hallazgo de la tumba de Chornancap en el que la
imagen se asocia al ancestro mítico o deidad femenina
suprema representada en el vaso de plata del Museo
de Arte de Denver (Figura 247). Al margen de ello, este
nuevo suceso funerario, genera mayores argumentos
para entender el misterio que se cernía sobre la presencia
y participación de las mujeres en la dinámica del poder y religiosos, conceptos ideológicos materializados en
la religiosidad en la cultura Lambayeque, pero sobre todo objetos con símbolos que revelan una compleja filosofía,
para comprender la identidad de las deidades femeninas hoy la exhumación de los restos de estos personajes 389
de las que arqueológicamente no teníamos evidencia significa el encuentro y descubrimiento con la capacidad
material y que desde Chornancap muestran su poder y creadora de los hombres de estos pueblos que mediante
religiosidad que ostentaron en vida y su transformación los rituales de la muerte, sus ofrendas y bienes cuentan
en ancestro mítico. su historia como el testimonio imperecedero de su larga
Al concluir el presente capitulo debemos reflexionar e ininterrumpida vida (Figura 248).
sobre la muerte que constituyo en el pasado una
oportunidad para las élites a través de la cual reafirmaban Fig. 248.
su prestigio, porder y autoridad ante su pueblo, por esta Botella Lambayeque, con representación
razón era desarrollada a través de rituales, ceremonias de personaje conducido en litera.
(Colección Museo Bruning).
publicas de elevado impacto donde expresaban principios
390
391
CAPÍTULO XII

12.1 Conclusiones.

Las evidencias arqueológicas existentes en el


territorio de la cultura Lambayeque (siglos VIII al XIV
d.C.) permiten sostener que en este espacio se produjo
un desarrollo complejo producto y consecuencia de un
largo proceso que empezó a gestarse desde el periodo
Arcaico o llamado Precerámico (2500 a.C.). Para
sostener esta propuesta conocemos hoy los resultados
de las investigaciones en Ventarrón ubicado en la parte
media baja del rio Reque, margen norte (Alva Meneses
2012), cuyas evidencias revelan la existencia de un
templo de carácter ceremonial en cuyo interior existe un
mural polícromo llamado la escena del Venado Cautivo,
que presenta sucesivas fases de remodelación, con
aspecto ritual que se mantiene durante tres fases hasta
su enterramiento final. Esta área, mantuvo un control
de la actividad ritual y de las relaciones con el ámbito
periférico o del entorno que incluyó la zona oriental y el
mar. Posteriormente y con mayor amplitud se conocen
evidencias del periodo Formativo en sitios como Collud 393
en Pomalca, Huaca Lucía Chólope en Pomac, Morro
Eten, Raca Rumí en Chongoyape, Purulen, Corbacho
en Zaña, tan sólo por citar algunos lugares que muestran
una mayor cohesión cultural y una sólida estructura
sociopolítica expresada en una producción material
conocida con el nombre de Cupisnique.
De los rezagos de esta época hacia el año 100 a.C., Las evidencias que conocemos y a las que tenemos
hasta el siglo VIII d.C., se consolida en la costa norte acceso en la región Lambayeque, revelan que más allá
un fenómeno cultural duradero en el tiempo y sólido en de la territorialidad definida y la estabilidad del mensaje
el territorio que llamamos cultura Mochica, resultado ideológico como recurso de control, se manifiesta una
de lo Cupisnique. Los Mochicas como ya conocemos, expresa voluntad de la clase dirigente en controlar el
evolucionan de manera extraordinaria y sorprendente recurso hídrico (agua) a través de una compleja red
con un crecimiento explosivo, producción masiva y sobre de canales intervalle, que administra para beneficiar la
todo un peculiar estilo que lo caracteriza y que es la productividad de las tierras bajo su dominio. Este rasgo
imagen de una estructura sociopolítica de corte Estatal. implicó que los funcionarios al servicio de las élites
En este contexto y hacia el siglo VIII al IX d.C. se empieza controlaron el agua y la tierra como un medio, teniendo
a formalizar un periodo Transicional (Castillo 2003) que a su cargo la infraestructura de riego que administraba a
años después consolida lo Lambayeque como una entidad nivel intervalle. Del resultado de esta estrategia se produce
autónoma en su territorio, con escenario geográfico bien un elevado procesamiento de excedentes de bienes
marcado y una estructura ideológica que mantiene un de consumo como cerámica, objeto de metal, tejidos
discurso consistente donde aparece la divinidad que entre otros que se confeccionan en talleres artesanales
conocemos con el nombre de Ñaymlap. Hacemos este dependientes e instalados en áreas determinadas
breve recuento por que la consolidación del Estado conectadas a través de un pequeño líder o funcionario
Lambayeque, es parte de un proceso de continuidad local. Parece ser que la estructura que administra esta
y cambios gestada desde su pasado y expresada en productividad recibe los tributos no sólo en el trabajo de
el notable desarrollo material que se registra para esta la agricultura sino en bienes para el usufructo de la élite
época. que garantizará la estabilidad política y religiosa.

394
La élite Lambayeque debió estructurar su permanencia contar al norte de la Huaca con un espacio de naturaleza
a través de un mecanismo de apoderamiento del corpus política y religiosa como es el caso del Trono y al sur un
simbólico o iconográfico que es el reflejo del paisaje área de residencia de élite con espacios que mantienen
natural y geográfico, al parecer por las evidencias existe un la jerarquía ritual y actividades cotidianas propios de
nuevo ordenamiento cosmogónico que tuvo un referente los personajes que conducen a esta población y que
principal: el Mar y la Luna. De otro lado, en lo que se mantienen espacios desde donde reiteran su autoridad
refiere a los escenarios documentados en Chornancap, e investidura política y religiosa.
resulta significativo el hecho de que la arquitectura no sólo Las investigaciones y análisis de los hallazgos de
expresa la función en términos estructurales, sino permite Chornancap permiten establecer que se ha identificado
una lectura simbólica de raigambre ideológica como es el personaje femenino del más alto estatus en la cultura
el caso del frente norte, donde el Trono y la simbología Lambayeque, que pertenecería a los siglos XII y XIII
de la arquitectura muestra la presencia de una autoridad d.C. Así mismo en la sepultura de la sacerdotisa de
principal que ejerce poder sobre un determinado grupo Chornancap, aparecen bienes de alto valor tecnológico y
humano. Adicionalmente, el caso del frente sur de de inigualable función política y religiosa, que convierten
Chornancap, donde documentamos una zona residencial a este personaje en la sacerdotisa o soberana de
– ceremonial, resulta ser el complemento donde también Chornancap que administró un corpus iconográfico
aparecen escenarios que transmiten el mensaje del complejo y desconocido para la cultura Lambayeque,
contenido ritual, pero sobre todo el prestigio y estatus el mismo que se asocia con el escenario marítimo y
que tienen los individuos que aparecen en estos recintos. lunar. El personaje femenino sepultado en Chornancap
Ahora podemos entender mejor la organización política y bautizado como la sacerdotisa suprema demuestra
y religiosa de la élite Lambayeque de Chornancap al en su tumba una enorme capacidad de construir

395
contactos con otras sociedades más allá de la esfera solo centro y exclusivo escenario de poder, sino varios
territorial local (Cajamarca, Ecuador, La Libertad y el espacios políticos y religiosos donde se comparte una
nororiente). Los principales ornamentos de la tumba de tradición, arte, estilo, costumbres funerarias y liturgia
la sacerdotisa revelan una insospechada y sorprendente religiosa, como si se tratasen de élites familiares que
relación con la compleja iconografía existente en uno detentan el poder a lo largo de los valles, en el cual
de los vasos de plata del Museo de Arte de Denver Chotuna y Chornancap se constituye en el único
(USA), lo que significa que estos bienes probablemente escenario monumental, vinculado directamente al aspecto
formaron parte de un contexto similar al del personaje marítimo; lo que deja una oportunidad para entender
de Chornancap, y debieron ser hallados en el ámbito de la tradición oral como un fundamento para legitimar el
este sitio arqueológico. El entierro de la sacerdotisa de poder de quienes se hallaban al frente de esta sociedad.
Chornancap guarda estrecha y sorprendente relación La tumba del personaje femenino de acuerdo al examen
con el personaje femenino de uno de estos vasos de Bioarqueologia, muestra un personaje principal de 45
de plata existente en el Museo de Arte de Denver. Tal a 50 años de edad, acompañado de 8 jóvenes mujeres
parece que la representación grabada en este vaso cuyas edades oscilan entre 15 y 20 años, uno de estos
alude indiscutiblemente a la personalidad política y acompañantes solo aparece su cabeza decapitada y el
religiosa de la sacerdotisa de Chornancap, tanto así que conjunto de estos se ve complementado por la presencia
sus atributos, rasgos, gestos, ornamentos y escenario de un camélido joven, lo que indica el elevado poder y
coinciden con los de Chornancap. estatus del individuo sepultado para contar con una
La tumba de Chornancap, presenta un inédito sepultura con bienes y acompañantes de tal magnitud y
formato, en el cual los contextos funerarios se hallan despliegue ceremonial.
superpuestos, dando así la idea del mausoleo familiar, La arquitectura del entorno de Chornancap,
así como las evidencias de reapertura de la tumba que representada por el trono y la residencia de élite,
demuestra la vigencia del sepultado en la memoria de demuestra que los espacios inmediatos a estos grandes
396 su pueblo incluso más allá de su tiempo. La sacerdotisa edificios se constituyeron en escenarios de poder y
de Chornancap, nos permite reformular el planteamiento áreas rituales donde la arquitectura revela de forma
sobre la cultura Lambayeque, y propone un nuevo mapa inequívoca los conceptos de dualidad, autoridad,
territorial, político y religioso, en el cual no existe un ceremonialismo y rituales de sacrificios humanos y
enterramientos de tumbas complejas. Se ha comprobado recurrente el símbolo conocido “ola antropomorfa” u
también en la sepultura de Chornancap, la complejidad “ola ornitomorfa”. Los elementos materiales, bienes y
de la infraestructura del enterramiento, bienes, acompañantes que conforman la tumba de la mujer de
ofrendas y ornamentos de carácter ritual así como sus Chornancap hacen sospechar de sus múltiples roles e
acompañantes. Este contexto funerario nos sitúa en identidades en el escenario político como soberana, en
una circunstancia inmejorable para establecer a partir el escenario religioso como sacerdotisa suprema y en el
de los ornamentos y bienes no solamente el estatus, escenario de la memoria de su pueblo que tras su muerte
rol y prestigio del personaje central, sino la dimensión se convierte en ancestro mítico. Con este hallazgo, la
de las relaciones que desarrolla con espacios mayores cultura Lambayeque de los siglo IX al XIV d.C. incorpora
al ámbito local; lo que deja entrever la construcción de en la historia escrita a uno de los personajes más
una red de vínculos de carácter comercial, de posibles importantes e inesperados por los investigadores, que al
enlaces matrimoniales y afianzamiento de coyunturas tratarse de una mujer abre el camino para suponer la
políticas. existencia de mujeres de esta estirpe en el territorio de
En la tumba de Chornancap se ha registrado una esta sociedad.
rica y compleja iconografía religiosa que reitera por un Finalmente, los hallazgos en Chornancap permiten
lado la identidad femenina del personaje sepultado y afianzar la propuesta de una estructura política de corte
por otro el mensaje del tema marítimo, aves, la luna y dual, es decir gobernantes masculinos y soberanas
personajes nunca antes identificados, constituyéndose femeninas, así como los procesos de enterramiento y
en un novedoso repertorio ritual para entender a la su complejidad generan la idea de un rol ancestral del
cultura Lambayeque de la cual no teníamos la mínima personaje sepultado que con su deceso ingresan al
sospecha. Así mismo, la identificación de mantos o mundo de los ancestros, donde viven en la memoria
telas pintadas constituye a partir de los hallazgos de de su pueblo convertidos en deidades supremas y
Chornancap en un indicador que marcaría la presencia representados en imágenes de permanente difusión
de enterramientos complejos como ha sucedido en como es el caso de personaje de Chornancap. 397
las excavaciones en Huaca Las Ventanas 1991, 1994
y 2006. En todas las telas pintadas aparece en forma
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CRÉDITO DE IMÁGENES
Figura 70b. Proyecto Chotuna
Lámina 1. Carlos Wester La Torre – Museo Nacional Brüning
Figura 71. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 1. Unidad Ejecutora Nº005 Naylamp Lambayeque
Figura 72. Christopher Donnan
Figura 2. Christopher Kleihege – zona arqueológica Caral
Figura 73. Museo de oro – Lima
Figura 3. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna
Figura 74 y 75. Proyecto Chotuna
Figura 4. Yuji Seki – Proyecto Pacopampa
Figura 76. Christopher Donnan
Figura 5. Carlos Wester La Torre – Museo Nacional Brüning
Figura 77 – 78. Yutaka Yoshii
Figura 6. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna
Figura 79a – 79b.Proyecto Chotuna
Figura 7. Santiago Uceda Castillo – Proyecto Huaca de la Luna
Figura 80 – 82. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 8. Unidad Ejecutora Nº005 Naylamp Lambayeque
Figura 83 – 85. Proyecto Chotuna
Figura 9. Museo de Túcume
Figura 86 y 87. Yutaka Yoshii
Figura 10. Rafael Rioja Asalde – Proyecto Chotuna
Figura 88. Proyecto Chotuna
Figura 11. Yuji Seki – Proyecto Pacopampa
Figura 89. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 12. Terry D´Altroy – Universidad de Columbia – USA)
Figura 90, 91. Proyecto Chotuna
Figura 13. Walter Alva Alva – Museo Tumbas Reales de Sipán
Lámina 2. Proyecto Chotuna
Figura 14. Luis Jaime Castillo B. – Proyecto San José de Moro
Figura 92. Yutaka Yoshii
Figura 15. Régulo Franco Jordán – Fundación Wiese
Figura 93 – 95. Proyecto Chotuna
Figura 16. Milosz Giersz – Proyecto Arqueológico Castillo de Huarmey
Figura 96, 97. Yutaka Yoshii
Figura 17. Izumi Shimada – Proyecto Sicán
Figura 98. Proyecto Chotuna
Figura 18a. Juan Martínez Fiestas – Museo Nacional Brüning
Figura 99, 100. Proyecto Chotuna
Figura 18b. Ignacio Alva Meneses – Proyecto Ventarrón
Lámina 3. Proyecto Chotuna
Figura 19 – 21 Yutaka Yoshii
Lámina 4. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional Brüning
Figura 22. Walter Alva y Bruno Alva – Museo Tumbas Reales de Sipán
Lámina 5. Proyecto Chotuna
Figura 23. Proyecto Chotuna
Figura 101 – 104. Proyecto Chotuna
Figura 24. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna
Lámina 6. Proyecto Chotuna
Figura 25 a – 25b. Christopher Donnan
Figura 105 – 107. Proyecto Chotuna
Figura 26. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 108 – 110. Yutaka Yoshii
Figura 27. Proyecto Chotuna
Figura 111. Proyecto Chotuna
Figura 28 y 29. Christopher Donnan
Figura 112 – 118. Yutaka Yoshii
Figura 30 y 31. Proyecto Chotuna
Figura 119. Proyecto Chotuna
Figura 32. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Lámina 7. Proyecto Chotuna
Figura 33 – 38. Proyecto Chotuna
Figura 120. Proyecto Chotuna
Figura 39. Christopher Donnan
Figura 121 – 123b. Yutaka Yoshii
Figura 40. Proyecto Chotuna
Figura 124. Proyecto Chotuna
Figura 41 y 42. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 125. Marco Fernández – Museo Chotuna
Figura 43. Proyecto Chotuna
Figura 126. The Cleveland Museum of art Leonard C Hanna Jr. Fund
Figura 44. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 127. Christopher Donnan
Figura 45 – 46. Proyecto Chotuna
406 Figura 47. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 128a. y 128b Christopher Donnan
Figura 129. Proyecto Chotuna
Figura 48. Christopher Donnan
Figura 130 – 131. Yutaka Yoshii
Figura 49. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 132. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Figura 50a. María del Carmen Espinoza Córdova – Museo Nacional
Brüning
Brüning
Figura 133 y 135. Yutaka Yoshii
Figura 50b. Museo de Túcume
Figura 135. Proyecto Chotuna
Figura 50c. Proyecto Chotuna
Figura 136 – 138. Yutaka Yoshii
Figura 50d. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Figura 139. Proyecto Chotuna
Brüning
Lámina 8. Proyecto Chotuna
Figura 51- 55. Proyecto Chotuna
Figura 140 – 143. Yutaka Yoshii
Figura 56. Museo BCR.
Figura 144. Proyecto Chotuna
Figura 57 – 66. Proyecto Chotuna
Figura 145. Yutaka Yoshii
Figura 67 – 69. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 146. Proyecto Chotuna
Figura 70a. Yutaka Yoshii
Figura 147 – 152. Yutaka Yoshii Figura 219c. Yutaka Yoshii
Figura 153. Proyecto Chotuna Figura 220a. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 154 y 155. Yutaka Yoshii Figura 220b – 221 Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 156. Proyecto Chotuna Figura 222a – 222b. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional
Figura 157. Felipe Guamán Poma de Ayala (1615) Brüning
Figura 158. Yutaka Yoshii Figura 223. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 159 – 160. Proyecto Chotuna Figura 224. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 161. Daniel Fairbanks Figura 225a. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 162. Yutaka Yoshii Figura 225b. Proyecto Chotuna
Figura 163. Proyecto Chotuna Figura 226a. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 164 – 166. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning Figura 226b. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Figura 167. Yutaka Yoshii Brüning
Lámina 9. Alberto Gutiérrez y Luis Chayán Figura 227. Carlos Wester La Torre – Museo Nacional Brüning
Figura 168 y 169. Proyecto Chotuna Figura 228 – 229. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Figura 170. Juan Martínez Fiestas – Museo Nacional Brüning Brüning
Figura 171 y 172. Proyecto Chotuna Figura 230. Christopher Donnan
Figura 173 y 174. Yutaka Yoshii Figura 231. Yutaka Yoshii
Figura 175 – 177. Proyecto Chotuna Figura 232 – 233. Christopher Donnan
Lámina 10. Alberto Gutierrez y Robert Gutierrez. Figura 234. Luis Jaime Castillo – Proyecto San José de Moro
Figura 178. Marco Fernández – Proyecto Chotuna Figura 235, 236, 237, 238, 239. Christopher Donnan
Lámina 11. Alberto Gutiérrez y Ami Niquen Figura 240a – 240f. Christopher Donnan
Figura 179. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning Figura 241a. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 180. Proyecto Chotuna Figura 241b. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 181. Yutaka Yoshii – Robert Gutiérrez Figura 241c. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 182. Yutaka Yoshii Figura 242. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 183. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning Figura 243. Museo Rafael Larco
Figura 184 – 190. Yutaka Yoshii Figura 244. Peabody Museum Of Archeology and Ethnology Harvard
Figura 191 y 192. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna University Peabody
Figura 192. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna Figura 245. Museo Rafael Larco
Figura 193 – 200. Yutaka Yoshii Figura 246. Walter Alva Alva – Museo Tumbas Reales de Sipán
Figura 201. Alberto Gutiérrez Vásquez – Museo Nacional Brüning Figura 247. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 202 – 203. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional Figura 248. Yutaka Yoshii
Brüning Lámina 12 – 29. Proyecto Chotuna
Figura 204. Yutaka Yoshii
Figura 205. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Brüning
Figura 206. Proyecto Chotuna
Figura 207. Izumi Shimada – Proyecto Sicán 407
Figura 208. Juan Martínez Fiestas – Museo Nacional Brüning
Figura 209 – 210. Ignacio Alva Meneses – Proyecto Ventarrón
Figura 211. Luis Jaime Castillo – Proyecto San José de Moro
Figura 212. Carlos Wester y Robert Gutiérrez – Museo Nacional
Brüning
Figura 213a – 213b. Museo de Arte de Denver – USA
Figura 214 – 215. Carol Mackey, Joanne Pillsbury y Héléne Bernier
Figura 216a. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 216b. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 217a. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 217b – 218. Carol Mackey y Joanne Pillsbury
Figura 219a. Robert Gutiérrez Cachay – Museo Nacional Brüning
Figura 219b. Marco Fernández Manayalle – Museo Chotuna
408
DIBUJOS DE CERÁMICA
DE LAS TUMBAS 4 Y 5.

409
410

Lámina 12.
Cerámica Chimú - Inca, procedente
de Tumba 4 nivel 2.
411

Lámina 13.
Copas Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
412

Lámina 14.
Jarras Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
413

Lámina 15.
Jarras Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
414

Lámina 16.
Platos Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
415

Lámina 17.
Platos Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
416

Lámina 18.
Botellas Lambayeque tardío,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
417

Lámina 19.
Cerámica Lambayeque tardío,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
418

Lámina 20.
Platos Lambayeque tardío,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
419

Lámina 21.
Cerámica Lambayeque tardío y Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 3.
420

Lámina 22.
Platos Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
421

Lámina 23.
Platos Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
422

Lámina 24.
Platos Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
423

Lámina 25.
Cerámica Cajamarca - costeño,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
424

Lámina 26.
Cerámica Lambayeque tardío y Lambayeque - Chimú,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
425

Lámina 27.
Cerámica Lambayeque tardío y Lambayeque - Chimú,
procedentes de Tumba 4 nivel 5.
426

Lámina 28.
Botella asa estribo Moche tardío, botellas Lambayeque tardío
(tachos)Platos Cajamarca - costeño, procedentes de Tumba 5
nivel 7.
427

Lámina 29.
Ollas y platos Lambayeque tardío,
procedentes de Tumba 5 nivel 7.

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