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"AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA"

“Universidad Tecnológica del Perú”

CURSO:
Ciudadanía y reflexión ética

TEMA:

Tarea académica 1

INTEGRANTES:

 BRIONES OLIVA, Bruno


 CUEVA BARRIOS, Francisco
 DESPOSORIO CASTILLO, Paula
 ESPEJO MORE, Joyce
 LÉCTOR DÁVILA, Nayla

DOCENTE:
Luis Alexander Pulido Joo

CHIMBOTE – 2021
¿IDEOLOGÍA O IMPOSICIÓN?

A lo largo de los años, la lucha por el reconocimiento del derecho a la mujer se ha

visto recubierta con sangre, y esto no ha sido excepción para los países del oriente. Hace 20

años el poderío de los Talibanes en Afganistán repercutió de manera violenta en contra de las

mujeres hasta el punto de desaparecerlas del escenario público. Actualmente, tras 2 décadas

de libertad, la retoma del control de Afganistán por el grupo islamista ha originado el temor

en las mujeres por el futuro de sus derechos y la estabilidad económica del país. En cuanto a

ello, debería cuestionarse si estas personas son los causantes de que el país este marcado por

la guerra, la pobreza y la inestabilidad política. Según nuestro punto de vista, no se debería

aceptar la imposición de la ley islámica. A continuación, fundamentaremos por que la

ideología Talibán no debe ser impuesta.

Para empezar, es alarmante la opresión de los derechos de las mujeres afganas por

parte de los talibanes. Permitir que el movimiento talibán nuevamente tenga dominio de

Afganistán sin duda será un acto retrógrado para el país. Puesto que, se menciona por parte de

los ciudadanos afganos que mientras los talibanes gobernaban el país, Afganistán vivió un

“Apartheid de género” En el cual la mujer fue privada de su libertad por el extremismo de los

talibanes con la ley islámica o sharía, ya que esta ley considera a las mujeres ciudadanas

como sujetos de importancia menor, sometidas a la voluntad del hombre y objeto de

provocación para el mismo. Es por ello que las féminas deben esconder su cuerpo, e incluso

su rostro de cualquier extraño con velos completos como el burka. No pueden hablar en

público y su risa no debe ser escuchada por ningún desconocido, no pueden usar maquillaje o

pintarse las uñas, ya que, a muchas mujeres con las uñas pintadas les han sido amputados los

dedos. Por desgracia, esta ley somete a las mujeres a otros castigos físicos que, en muchas
ocasiones, acababan con su vida. Con respecto a la educación, cuando los talibanes fueron

derrocados del poder en 2001, la vida de las mujeres tuvo limitados cambios en relación con

este derecho. Dado que actualmente, según las Naciones Unidas y el Banco Mundial, la tasa

de matriculación femenina en educación en Afganistán se sitúa solo en 1%, siendo el más

bajo del mundo. Ejemplo de ese cambio en el sector educativo, es la reportera “Anisa

Shaheed” La cual pudo matricularse de la Universidad de Kabul cuando los talibanes fueron

vencidos. Anisa actualmente trabaja para Tolo News, la más grande y conocida red social de

Afganistán. Ella ejerce uno de los trabajos más peligrosos para una mujer en Afganistán,

debido a que, según BBC News, decenas de periodistas han muerto desde que comenzó la

guerra en 2001 (2021) Anisa declara que la discriminación en su país hace que su trabajo sea

cada vez más difícil y que pone su seguridad en riesgo todos los días, pues recibe amenazas

constantes y ha presenciado la muerte de muchos colegas. Sin embargo, ella representa a

muchas mujeres y expresa públicamente sus opiniones sobre los talibanes y sus ideas a futuro

sobre su país. Por todo ello, en abril de 2021 “Afghanistan's Free Speech Hub” Nombró a

Anisa “La periodista del año” Y la organización no gubernamental internacional de Derechos

Humanos “Reporteros sin Fronteras” Reconoció su trabajo y distinguió sus reportajes por su

sensata cobertura, exhibiendo los más altos estándares profesionales al informar sobre el mal

manejo del gobierno de la pandemia y sobre el atentado a la sala de maternidad de un hospital

de Kabul. Además “Reporteros sin Fronteras” Incluyó a Shaheed en un grupo de 30

reporteros internacionales nombrados “Héroes de la información" Sin duda alguna Anisa

Shaheed ha inspirado al mundo con sus reportajes.

Si bien la opresión de los derechos de las mujeres afganas fue brutal, los hombres que no

acataban las leyes de la ideología islámica eran igualmente castigados con violencia e incluso

la muerte. Referente a ello, según recuerda John Simpson, editor de BBC que vivió y reporto

en la época oscura de Afganistán, los acusados de adulterio, tanto hombres como mujeres,
eran sentenciados a cumplir su condena mediante una exhibición que consistía en apedrearlos

en la plaza pública hasta su defunción. Además, dicho editor explica que la “sharía”, en sus

formas más crueles, se aplicaba en todas partes, con ejecuciones públicas, lapidaciones y

latigazos, es más, bandas de justicieros se situaban en las esquinas de las calles, atacando a

los hombres que enseñaban los tobillos o llevaban cualquier tipo de ropa occidental. “Pasé

bastante tiempo en Afganistán durante el gobierno talibán, y me pareció profundamente

aterrador”, anota. Asimismo, el ser un personaje de la prensa extranjera era muy peligroso

durante el éxodo talibán, puesto que tomar evidencia de cualquier ser vivo estaba

extremadamente prohibido por la ley islámica, en otras palabras, cualquier culpable de sacar

a la luz ilustraciones de ellos era azotado. No obstante, estos castigos eran irrelevantes a

comparación de las restricciones que tenía la mujer en el territorio islámico. El machismo y la

discriminación eran dos pilares esenciales contra los cuales tenía que luchar la mujer afgana

cada día, como ejemplo de ello, las mujeres tenían la disponibilidad de aventurarse a salir

solo si contaban con un permiso escrito por un hombre, inclusive, estas eran obligabas a

portar de forma omnipresente la “burka”, la cual es una prenda que tiene como objetivo

impedir que los hombres miren a las mujeres que forman parte de su harén, dicha vestimenta

consiste en un velo que cubre el cuerpo entero, incluido el rostro y los ojos, limitando la

visión de estas mismas. No portar la “burka” conllevaba a una serie de cruentos actos que

radicaban en humillar o hasta matar a la mujer mediante latigazos en vista de la

muchedumbre. Por esta razón, permitir que el grupo islámico vuelva a controlar e imponer su

ley en Afganistán solo causará un retroceso en la vida de las personas, en otros términos, no

se debería ser partidario de pensamientos retrógradas que solo ocasionarían sufrimiento en los

seres humanos.
De acuerdo con el Talibán, los derechos de las mujeres en Afganistán serán respetados

dentro del marco de la ley islámica. Asimismo, la ley islámica se define por parte de la fe

surgida del Corán y los hadices, los dichos y acciones del profeta Mahoma. Según esta

definición, los Talibanes van a respetar los derechos de las mujeres en el marco del islam y

que no van a permitir que el Emirato Islámico sirva de base para grupos que amenacen a

otros países. Respecto a las mujeres, el dirigente ha llegado a vaticinar que “estarán contentas

de vivir bajo la sharía”. A pesar del miedo y la desesperación que despertó en muchas

mujeres la llegada al poder del Talibán en Afganistán, hay algunas que decidieron plantarle y

salir a las calles a protestar. Después de que el Talibán fuera derrocado en 2001, las mujeres

afganas lograron avances significativos: ocuparon altos cargos en la administración como

ministras, alcaldesas, juezas y oficiales de policía,

En conclusión, reafirmamos nuestra postura de que, sin duda, la imposición de la ley

islámica perjudicaría al derecho de las mujeres afganas, ya que se retomarían las restricciones

y la estricta y extrema actuación de lo que se indica en esta ley, es decir, las mujeres serian

vulneradas con su libertad de expresión, además de tener impuestas acciones que infieren su

integridad. Imponer leyes extremas en contra de las mujeres, es un acto que carece de

fundamentos éticos, no se puede volver a una normalidad con temor de ser castigados

brutalmente si se quebranta la ley; Afganistán ha regresado a un estado de miedo e

incertidumbre, en particular las mujeres, son ellas quienes pueden ver sus derechos

cercenados en este nuevo dominio del Talibán. En ese sentido, resulta importante analizar

esta lectura desde la perspectiva de género, por la razón de que el grito y la voz que exigen

las mujeres, entre otras cosas, radica en exigir la igualdad en los derechos de libertad. Lo

anteriormente expresado es así porque desde siglos se ha conceptualizado a la mujer como un

ser inferior al hombre, alguien que no tiene acceso a las mismas oportunidades, privándola de
sus derechos políticos, económicos, profesionales, de libertad, entre muchos otros más. Lo

cual ha generado que exista una gran desigualdad en todos los ámbitos de la sociedad.

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