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Tema 5 obligaciones

Acciones de Protección del Crédito (tema 5)


El deudor responde con su patrimonio del cumplimiento de sus obligaciones, y este
patrimonio es la garantía del crédito del acreedor, esto según lo que establece nuestro
ordenamiento jurídico “Los bienes del deudor son la prenda común de sus acreedores,
quienes tienen en ellos un derecho igual, si no hay causas legítimas de preferencia…”
(Artículo 1.864 Código Civil Venezolano). Y dicho patrimonio está formado no solo
por los bienes y derechos que el deudor tenga en un momento dado, sino también por
los que en el futuro entren a formar parte de su patrimonio esto de conformidad con lo
establecido en el artículo 1863 del Código Civil “El obligado personalmente está sujeto
a cumplir su obligación con todos sus bienes habidos y por haber.” (Artículo 1.863
Código Civil Venezolano) Siendo así, es obvio que el acreedor tenga un marcado
interés en la conservación del patrimonio de su deudor, pues mientras ese patrimonio se
conserve, mientras aumente, mayor garantía tendrá el acreedor de ser satisfecho en su
respectiva acreencia. Para proteger ese legítimo interés del acreedor, el legislador le
confiere determinados derechos y acciones destinados a impedir que un deudor doloso
(o culposo, negligente o imprudente) sustraiga, oculte, enajene o disipe ese patrimonio y
disminuya o haga desaparecer así las garantías de su crédito.

Por lo tanto es conveniente tratar en el presente ensayo algunos de los mecanismos de


protección que nuestro ordenamiento jurídico ha concedido al titular de un derecho de
crédito para protegerse de los actos de detrimento patrimonial que realice su deudor y
que ocasionen perjuicios a su interés jurídicamente protegidos por ley.

Esos derechos y acciones con los cuales el legislador faculta al acreedor para asegurar
su crédito, son de la más variada índole, pero la doctrina los ha sistematizado en tres
categorías: Las Acciones o medidas ejecutorias o ejecutivas: por las cuales el acreedor a
través de los órganos jurisdiccionales del Estado, y una vez obtenida una sentencia
definitivamente firme y ejecutoriada o un acto equivalente, aprehende parte del
patrimonio del deudor, para cobrarse con su valor el respectivo crédito. Es el caso de la
ejecución forzosa de la obligación equivalente; Las Acciones Cautelares o preventivas:
son aquellas que no tienen como fin inmediato la ejecución del patrimonio del deudor
sino la aprehensión de parte del mismo para asegurar su existencia o impedir que el
deudor pueda disponer de sus bienes, para poder así en lo futuro preparar la respectiva
ejecución; y por último las Acciones Conservatorias, estas acciones con las cuales el
legislador faculta al acreedor para impedir el perjuicio que pueda causarle un deudor
que disipe o enajene fraudulentamente su patrimonio, o no ejerza las acciones legales
contra sus respectivos deudores. Son llamadas acciones reparadoras o conservatorias,
pues tienden a reparar el perjuicio que sufriría el acreedor al ver disminuido el
patrimonio del deudor por dolo o culpa de éste, y además procuran la conservación de
dicho patrimonio, única garantía de su acción de crédito.

Estas condiciones conservatorias son la llamada acción oblicua, subrogaría o indirecta;


la acción pauliana, llamada también acción revocatoria o de fraude y la acción por
simulación. Las cuales son de gran importancia al momento de proteger la acreencia del
acreedor razón por la cual serán desarrolladas a continuación.
Acción Oblicua o Subrogatoria.

Subrogar quiere decir “Sustituir o poner a alguien o algo en lugar de otra persona o
cosa” (Diccionario de la Real Academia Española). Por lo tanto se entiende por
subrogación la sustitución de una persona o cosa por otra, que pasa a ocupar
jurídicamente el lugar de la primera.

Mediante la Acción Oblicua el acreedor puede, para obtener el pago de lo que es debido
ejercer los derechos y acciones de su deudor, salvo los que le sean exclusivamente
personales a este; el supuesto de la acción oblicua es un acreedor que ejerce los
derechos y acciones de su deudor contra un tercero que es deudor de su deudor. Lo
anterior solo se explica en la medida en que la inactividad del deudor pueda perjudicar
al acreedor, al producir una disminución de su patrimonio, y siempre que este se
encuentre en estado de insolvencia o peligro de estarlo. Solo en los anteriores supuestos
es cuando el acreedor puede ejercer los derechos patrimoniales del deudor, aun contra
su voluntad. La acción oblicua es también llamada Subrogatoria, por cuanto el acreedor
ejerce las acciones de su deudor en las cuales se subroga, para ejercerlas contra el
tercero, deudor de su deudor. Es decir, el acreedor sustituye, por decirlo así, a su deudor
en el ejercicio de sus acciones contra el tercero, actuando en nombre y lugar de su
deudor; e Indirecta, por cuanto el acreedor no ejerce sus propios derechos y acciones,
sino los derechos y acciones de su deudor.

Un ejemplo claro de dicha acción es el supuesto de que María acreedor de Luis, que es
este a su vez acreedor de Ana, Luisa y Petra. María puede ejercer una acción de Luis
contra sus deudoras, para conservar así el patrimonio de su deudor y poder luego
proceder contra dicho patrimonio en el cobro de lo que se le adeude.

Fundamento Legal

“Los acreedores pueden ejercer para el cobro de lo que se les deba, los derechos y
acciones del deudor, excepto los derechos que son exclusivamente inherentes a la
persona del deudor” (Artículo 1278 Código Civil Venezolano). Este artículo le permite
al acreedor ejecutar para el cobro de lo que se le adeude una determinada acción (acción
oblicua) contra el deudor imprudente y negligente. El acreedor no puede ejercer sino los
derechos de que ya sea titular el deudor. Por ejemplo, el deudor es titular de un crédito,
pero descuida perseguir su cobro; o también, es propietario de un bien que se encuentra
en las manos de un poseedor, etc. Por lo tanto, se trata tan solo de hacer que reingrese
materialmente en el patrimonio un derecho que figura jurídicamente en el; tal es la
finalidad de la acción oblicua. Y como normalmente el retorno de un bien al patrimonio
está asegurado por una acción judicial, el legislador en el artículo antes citado se refiere
a “derechos y acciones”.

Naturaleza de la Acción Oblicua

La doctrina la ha considerado como una acción conservatoria que persigue hacer


ingresar en el patrimonio del deudor ciertos bienes y derechos que legalmente le
corresponden, conservando dicho patrimonio como garantía de los créditos de sus
acreedores. Ferrara considera a la acción oblicua como “un medio conservatorio que
tiene como finalidad, preparar la ejecución mediante la transformación de los elementos
potenciales del patrimonio, en reales de manera de obtener de ellos la satisfacción del
crédito” (Citado por Gullón Antonio B pág. 110)

Algunos autores sostienen que posee aspectos ejecutorios, ya en la práctica, el acreedor


intenta la acción oblicua no solamente para ingresar determinados bienes en el
patrimonio de su deudor, sino para en lo inmediato ejercer el cobro de un crédito sobre
esos bienes. No obstante, esa práctica frecuente, en nada resta su carácter conservatorio
propio de su estructura.

Mazeaud sostienen que posee un carácter mixto: conservatorio en principio, que al


imponerse como necesidad para su ejercicio, que se trate de un crédito cierto, líquido y
exigible, la acción oblicua se aproxima a una acción ejecutoria. Los mismos Mazeaud
dicen que la acción oblicua, si bien tiene un fin inmediato de naturaleza conservatoria,
constituye un acto preparatorio, de la ejecución posterior que el acreedor desea efectuar
sobre el patrimonio de su deudor al intentar dicha acción. (Mazeaud, Henry León Jean.
Ob. Cit. Parte II. Vol. III. Págs. 238-257)

Derechos y acciones que puede ejercer el acreedor

Mediante interpretación literal del Art. 1278 CCV, parece que el acreedor puede ejercer
para el cobro de lo que se le debe, los derechos y acciones de su deudor, excepto los
derechos que son exclusivamente inherentes a la persona (personalísimos) de su deudor

La doctrina y la jurisprudencia unánimemente interpretan restrictivamente esa facultad


del acreedor. Para la doctrina y la jurisprudencia se debate entre dos principios que se
confrontan: el interés del acreedor en ejercer el mayor número de acciones y derechos
de su deudor para evitar ser afectado por la negligencia de éste y el interés del deudor de
no perder la facultad de ejercer libremente sus derechos y disponer de su patrimonio. En
consecuencia la doctrina y la jurisprudencia han dispuesto determinadas limitaciones a
los derechos y acciones que puede disponer el acreedor mediante la acción oblicua. Esas
limitaciones son:

2. El acreedor no puede ejercer sino los derechos que están definitivamente en el


patrimonio de su deudor. Ejemplo, el deudor es acreedor de una obligación cierta y
exigible, que no ha cobrado, o es propietario de una cosa que se encuentra en manos de
un tercero. En circunstancias como estas, esos derechos pueden ser ejercidos por el
acreedor por el uso de las acciones legales que protegen dichos derechos. La doctrina
dice que los derechos que pueden ser ejercidos por el acreedor son los derechos dotados
de acciones, y otros autores sentencian que deben ser sólo las acciones. Pero esa
conclusión no se corresponde con el texto del Art. 1278 CCV, por lo que la doctrina
más autorizada sostiene que también pueden ser ejercidas no sólo las acciones sino
también los derechos que están siempre tutelados por su acción correspondiente.

Puede el acreedor, sin necesidad de autorización judicial previa, mediante la acción


oblicua, ejercer todos los derechos de su deudor con carácter conservatorio, lo que no
implica ninguna modificación en el patrimonio del deudor. La única finalidad es
impedir que algún derecho del deudor se extinga. En consecuencia, se puede interrumpir
la prescripción (Art. 1967 CCV), también inscribir y renovar hipotecas (Arts. 1879 y
1910 CCV), como registrar la demanda de separación de bienes y la sentencia
ejecutoriada en que aquella se declare (Art. 176 CCV), puede oponerse a la partición
(Art. 766 CCV), inscribir en el Registro Público los documentos por los cuales el
deudor haya adquirido un inmueble, u otro derecho real (Art. 471 CCV).

También puede aceptar el legado hecho a su deudor, que al respecto sostiene López
Herrera: “El acreedor del legatario que no ha aceptado todavía, ciertamente puede
mediante la acción oblicua ejercer el derecho de su deudor de aceptar el legado, pero si
el deudor ha renunciado a la manda (legado, arcaísmo, testamento), el acreedor ya no
tiene arma legal alguna para impugnar este acto”. (López, Herrera Francisco: Derecho
se Sucesiones, 2da Edición UCAB, 1992. Tomo I, pág.376). Además las acciones
provenientes de derechos de crédito o personales, la doctrina admite que el acreedor
puede ejercer también las acciones derivadas de derechos reales; ejemplo, es la acción
reivindicatoria (Art. 548 CCV), la acción de deslinde (Art. 550 CCV).

2. El acreedor no puede ejercer derechos y acciones futuras del deudor que todavía no
hayan ingresado dentro de su patrimonio, como tampoco puede ejercer los actos del
deudor que constituyen simples facultades, bien, aquellos actos que sólo el deudor
puede efectuar, tales como los actos que vienen a crear situaciones nuevas o
modificaciones en el patrimonio del deudor, como son los actos de disposición y
algunos de administración. En consecuencia, el acreedor no puede ejercer en nombre de
su deudor: compraventas, permutas, arrendar por un precio más alto que el fijado por el
deudor, publicar una obra literaria del deudor. Tampoco puede el acreedor ejercer
opciones en nombre del deudor ni ejercer los derechos y acciones relativas a bienes
inembargables que por tal circunstancia no pueden ser ejecutados por ningún acreedor.

La doctrina confronta sobre si el acreedor puede aceptar por el deudor una herencia. En
Venezuela no hay duda alguna de la respuesta afirmativa, ya que la renuncia de la
herencia que hiciere el deudor puede perjudicar al acreedor interesado en que aquél
aumente u obtenga un patrimonio. Por eso se ha inspirado lo dispuesto en el Art. 1017
del CCV, que permite a los acreedores hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en
nombre y lugar de su deudor. En este caso, la renuncia se anula, no a favor del heredero
que la ha renunciado, sino sólo en provecho de sus acreedores, y hasta el monto
concurrente de sus créditos.

No obstante, no se trata un caso de acción oblicua, ya que el acreedor no ejerce un


derecho de su deudor, porque carece de facultad de revocar los efectos de su renuncia a
la herencia. Este derecho de los acreedores se parece a la acción oblicua por sus efectos,
pues aprovecha a todos sus acreedores, pero también tiene similitud con la acción
pauliana, ya que el acreedor ejerce un derecho propio.

3. El acreedor puede ejercer las acciones que pertenecen a su deudor, como las más
importantes, las ejecutivas, que principalmente conforman el patrimonio del deudor, la
garantía del acreedor. Sin duda sobre el ejercicio de pretensiones que impliquen el
cumplimiento del deudor: cobro de bolívares, entrega de cosas pertenecientes al deudor,
reivindicación de cualquier bien del deudor, acciones de nulidad.

4. El acreedor puede igualmente intervenir en los procesos en los que sea parte su
deudor. Conforme al Art. 370 del Código Orgánico Procesal Penal, “los terceros podrán
intervenir… en la causa pendiente entre otras personas en los siguientes casos… 3°
Cuando el tercero tenga interés jurídico actual en sostener las razones de algunas de las
partes y pretenda ayudarla a vencer en el proceso”. Igualmente podrá apelar de la
sentencia definitiva, “que haga nugatorio su derecho, lo menoscabe o desmejore” (Art.
297 CPC).

Excepción al Ejercicio de la Acción Oblicua: Los Derechos Inherentes a la Persona.

Entre los derechos de que es titular el deudor, algunos quedan fuera de la acción oblicua
por razón de su carácter rigurosamente personal o personalísimo. Según los términos del
artículo 1278 del Código Civil, el acreedor no dispone de la acción oblicua para
reclamar los derechos “que son exclusivamente inherentes a la persona del deudor”. El
ejercicio de ciertos derechos supone una apreciación rigurosamente personal de su
titular; no pertenece a los acreedores sustituir en ese debate a su deudor. Pero la
dificultad consiste en determinar los derechos exclusivamente inherentes a su persona.
El propio texto legal exceptúa los derechos y acciones que son inherentes
exclusivamente a la persona del deudor, entre los cuales la doctrina distingue tres
grandes categorías.

· Acciones extrapatrimoniales, relativas al estado civil: divorcio, separación de cuerpos,


matrimonio, filiación, impugnación de paternidad. Se debe a que el ejercicio de tales
acciones queda reservado a la decisión soberana del deudor, aun cuando los acreedores
pudiesen tener interés pecuniario en las mismas. Sería absurdo que los acreedores
pudieran hacer declarar un divorcio contra la voluntad de los cónyuges. En la filiación,
algunas opiniones sostienen que cuando dicha acción es ejercida por los herederos, es
posible de ser ejercida por los acreedores, porque en tal caso existe un marcado interés
pecuniario.

· Las acciones patrimoniales con un carácter moral predominante, como la revocación


de una donación por ingratitud del donatario, la apreciación de la ingratitud es facultad
personalísima del donante, quien es el único que puede proceder a ella; la separación de
bienes. Se trata de un acción de alcance patrimonial, pero puede alterar las relaciones de
los cónyuges y la estabilidad de la familia, por lo que se sustrae al ejercicio de los
acreedores (Art. 178 CCV, “Los acreedores de la mujer o el marido no pueden, sin su
consentimiento, pedir la separación de bienes”).

· La acción por reparación de un daño moral (dolor de una madre por la muerte de un
hijo), no puede ser ejercida sino por la víctima, es personalísima y estrechamente intima
de la persona que lo vive. Sin embargo, la acción por reparación de daños materiales sí
puede ser ejercida por los acreedores, ya que tiene un marcado interés o contenido
patrimonial. Sólo cuando se trata de daños a la persona física la doctrina y la
jurisprudencia no han dado una solución homogénea que se considere definitiva.

· Aquellos casos en los cuales la ley lo prohíbe expresamente.

La doctrina sostiene que mediante la acción oblicua no pueden ejercerse facultades o


derechos que impliquen sustituir la voluntad del deudor; como por ejemplo, arrendar un
inmueble desocupado, ejercer una opción de compra, y todos aquellos actos que aun
cuando puedan significar una mejora en el patrimonio del deudor, impliquen un acto
jurídico, sustituyendo la voluntad del deudor por la del acreedor.

Requisitos para el ejercicio de la acción oblicua

Dado el laconismo de la norma legal que consagra la acción oblicua, la doctrina ha


estructurado las condiciones o requisitos necesarios para la procedencia de la acción,
sistematizado en dos grandes categorías.
1. Requisitos de fondo o condiciones sustanciales los cuales se subdividen a su vez en
tres categorías: Condiciones relativas al deudor, Condiciones relativas al acreedor, y
Condiciones relativas al crédito.

A. Condiciones relativas al deudor

a) La inacción del deudor: Supone un deudor negligente en el ejercicio de sus acciones.


Los autores contemporáneos no obstante sostienen, que la negligencia no es lo
determinante. La inactividad del deudor puede deberse a dolo (para perjudicar a su
acreedor) o a simple culpa (no tiene interés, pues el resultado de su acción solo
favorecerá a sus acreedores), incluso a un propósito laudable (no perjudicar a su amigo
deudor), “puede ser un abandono involuntario; ejemplo, no presencia o enfermedad que
impidan al deudor actuar” (Melich: Doctrina General del Contrato. Op. Cit N° 420, pág.
842). No se trata de una acción que se fundamente en la culpa. Basta la inactividad del
deudor, porque ella sola perjudica a su acreedor, cualquiera que sea su causa.

b) El deudor debe estar en estado de insolvencia, ya que de no estarlo, la injerencia del


acreedor constituye una intromisión abusiva, intolerable y contraria a derecho. Para
algunos, basta el peligro de la insolvencia, pues la inercia del deudor ciertamente lo
puede llevar a la insolvencia.

c) No es necesario que el deudor sea constituido en mora por el acreedor, pues la acción
oblicua es de naturaleza conservatoria y no ejecutoria.

B. Condiciones relativas al acreedor

a) Interés por parte del acreedor, condición que excluye el ejercicio de la acción oblicua
cuando el deudor es solvente, ya que en tal situación el acreedor no tendrá interés en
acrecentar el patrimonio de su deudor, puesto que tiene la seguridad de ser pagado. La
doctrina exige que ese estado de insolvencia del deudor sea notorio. Tampoco tendrá
interés el acreedor cuando el crédito del deudor que aquel pretende ejercer, sea
inembargable, o en los caos de quiebra, pues en tales situaciones lo hará el síndico
designado.

b) Debe tratarse de un acreedor quirografario o de un acreedor privilegiado cuya


garantía resulte insuficiente para respaldar el crédito, pues si se trata de un acreedor
privilegiado o hipotecario con garantía suficiente, carecería de interés para intentar la
acción.
C. Condiciones relativas al crédito

a) El crédito debe ser cierto, líquido y exigible. El crédito es cierto cuando existe con
toda seguridad, lo que excluye a los créditos condicionales y a los eventuales. Líquido
cuando se sabe exactamente la cuantía y extensión de lo debido, y exigible cuando el
acreedor tiene derecho a exigir el pago. La liquidez y exigibilidad del crédito no es, para
buena parte de la doctrina, necesaria. En efecto, es una acción conservatoria. Si el
crédito está sometido a término estando el deudor insolvente requisito para ejercer la
acción oblicua, caduca el término a que estuviera sometida la obligación del deudor, tal
como lo dispone el Art. 1215 CCV, “Si el deudor se ha hecho insolvente…, no puede
reclamar el beneficio del término del plazo”.

Colin y Capitant, tal como refieren Maduro, Pittier y Calvo, sostienen que basta con que
el crédito sea cierto, por lo que no son imprescindibles las condiciones de líquido y de
exigible, ya que la acción oblicua es de naturaleza conservatoria y no ejecutoria. En
Francia, hoy en día es requerido que el crédito sea cierto, exigible y líquido.

Sobre si se requiere un título ejecutivo, que el crédito se soporte en un documento


público, auténtico que compruebe la obligación del demandado de pagar una cifra
líquida con plazo cumplido, o también un vale u otro instrumento privado reconocido
judicialmente por el deudor, la doctrina y jurisprudencia descartan tal requisito
fundándose en la naturaleza conservatoria de la acción. (Colin, Ambrosio y Capitant H.
Ob. Cit. Tomo II. Págs. 69-88)

El crédito puede ser superior, igual e inferior al derecho ejercido. Se discute si, cuando
el crédito del acreedor que intenta la acción oblicua es menor que el derecho del deudor
que se pretende ejercer con dicha acción, el acreedor tiene un interés en ejercer tal
derecho. Ej., un acreedor A, tiene un crédito por Bs. F. 60.000,00, podría ejercer la
acción por Bs. F. 100.000,00. Admiten la doctrina y la jurisprudencia que el acreedor
puede ejercer en toda su extensión la acción de su deudor, pues como los beneficios que
se persiguen con la acción oblicua aprovechan a todos los acreedores que concurren con
el acreedor que la intenta, éste último tiene un marcado interés en que dentro del
patrimonio del deudor ingrese el mayor número de bienes posible.

b) No es imprescindible que el crédito del acreedor sea anterior en fecha al crédito del
deudor contra el tercero, aquel crédito puede ser anterior o posterior en fecha. El
derecho del acreedor a ejercer la acción oblicua no está subordinado a la fecha de su
crédito con respecto al derecho que ejerza, porque el fundamento de la acción oblicua
radica en la conservación del patrimonio del deudor, independientemente de la fecha de
los créditos y derechos que integran ese patrimonio.
2. Requisitos o Condiciones de Forma

a) Emplazamiento del deudor, la doctrina y jurisprudencia, en principio no exigen que el


acreedor haga citar a su deudor, no obstante, por razones prácticas, para que no exista
dudas en torno al efecto de cosa juzgada que la sentencia por lograr pueda tener contra
el deudor, convendrá al demandante llamar a juicio a su deudor.

b) Autorización judicial para el acreedor, la doctrina y jurisprudencia afirman que no se


requiere, ya que el acreedor ejerce las acciones y derechos de su deudor en virtud de un
derecho que le atribuye expresa y directamente la ley.

Efectos de la Acción Oblicua

1. El acreedor, actuando con derecho propio que le consagra la ley, ejerce las acciones
de un deudor y no las suyas propias. De este efecto surgen estas consecuencias:

a) El tercero demandado por el acreedor puede alegar contra éste todas las excepciones
que tenga contra su acreedor. El deudor puede oponer al acreedor de su acreedor todas
las excepciones que lo liberen frente a su acreedor: nulidad de la obligación, pago,
novación, compensación; puede oponerle los documentos privados, porque el acreedor
de su acreedor no es un tercero, sino que actúa en nombre de su acreedor. Puede
oponerle también las excepciones relacionadas con el crédito en que fundamente su
acción en nombre de su deudor; puede incluso desinteresar al acreedor de su acreedor
pagándole la deuda.

b) El acreedor que intenta la acción oblicua actúa en nombre del deudor. La ley lo
legítima para actuar en nombre del deudor; para algunos la ley le concede una
representación del deudor cuando se dan los supuestos de la acción oblicua, “El carácter
de acreedor lo que da es un derecho a obrar por el deudor pero no significa que lo que lo
suplante y se convierta en cesionario absoluto y pleno de los derechos que pertenecen al
deudor y de ahí que éste puede disponer de ellos…” (Sentencia 14/10/1968, DFM1C1.
Jurisprudencia Tribunales de la República)

c) El acreedor demandante puede obtener una sentencia condenatoria por un valor


mucho mayor al monto de su propio crédito. Así ocurre cuando el valor del derecho
ejercido es mayor que dicho crédito.

d) La acción oblicua se dirige directamente contra el deudor del deudor, no es


indispensable hacerlo parte en el juicio. No obstante, ello tiene un grave inconveniente,
ya que la cosa juzgada que se obtenga sin la presencia del deudor, no hará efecto contra
éste, porque a pesar de que su acreedor actúe en su nombre, no tiene su plena
representación, y por consiguiente no es parte en el juicio para el cual no ha sido citado.
Por ello, desde el punto de vista práctico, es conveniente intentar la acción
conjuntamente contra el deudor y su deudor.

2. Los derechos y acciones del deudor contra el tercero se hacen efectivos e ingresan en
su patrimonio, y como el patrimonio del deudor es prenda común de sus acreedores, el
aumento del patrimonio del deudor obtenido mediante la acción oblicua beneficia no
sólo al acreedor demandante sino a todos los demás acreedores que tenga el deudor.
Dichos acreedores concurren en igualdad de condiciones con el acreedor que intentó la
acción oblicua, si son quirografarios, y en condiciones superiores al referido acreedor, si
son privilegiados. Esto explica porque en la vida real se utiliza poco la acción oblicua y
se prefiere, en sus casos, el embargo de créditos.

Nada impide que en un mismo juicio se intenten conjuntamente la acción oblicua contra
el deudor del deudor y la acción ejecutoria contra el deudor, siempre que se ventilen por
el procedimiento o juicio ordinario, pues no son pretensiones que se excluyan entre sí.

Acción Pauliana

Mediante la acción pauliana el acreedor puede hacer inoponibles los actos fraudulentos
celebrados por el deudor con terceros con el objeto de desprenderse de su patrimonio,
convertirlos en benes fáciles de ocultar (dinero en efectivo) o disminuirlo en tal grado
quede burlado al crédito de aquel.

El supuesto de la acción pauliana es el de un deudor que, con el fin de dejar al acreedor


en la imposibilidad de cobrar su crédito, liquida total o parcialmente su patrimonio o lo
reemplaza con bienes que puedan ser fácilmente ocultados a fin de liberarse de la
persecución del acreedor mediante contratos o actos reales y verdaderos.

La acción pauliana se ha denominado también acción revocatoria, aludiendo a su efecto


de deshacer o revocar el acto jurídico efectuado entre el deudor y el tercero.

Naturaleza de la Acción Pauliana

· Es una acción conservatoria en el sentido de que no tiene como fin inmediato la


ejecución del patrimonio del deudor sino la inoponibilidad o ineficacia del acto
efectuado entre el deudor y el tercero frente al acreedor demandante, de modo que los
bienes por aquel enajenados pueden ser objeto de ejecución por quien intento la acción.

· Es una acción autónoma con caracteres típicos que el acreedor ejerce en su propio
nombre y que además le es propia, a diferencia de la acción oblicua, en la cual el
acreedor no ejerce una acción propia sino la de su deudor.

· Es una acción personal porque su finalidad principal consiste en la revocación relativa


de las obligaciones que nacen de un acto jurídico, circunstancia característica de las
acciones personales.

· Otros autores sostienen que es una acción por responsabilidad civil basada en el hecho
ilícito en que incurre el tercero que negocia con el deudor, lo que puede tener como
efecto la restitución del bien como aplicación de la reparación en especie o cuando ella
no fuere posible , la reparación por equivalente.

· En los últimos tiempos se sostiene que la acción pauliana es una acción de


inoponibilidad en el sentido de que por ella el acreedor persigue que el acto efectuado
entre el deudor y el tercero no le sea oponible a él pero subsiste y es oponible a los
demás acreedores (criterio de los hermanos mazeaud)

Caracteres de la Acción Pauliana

1° la acción pauliana es una acción destinada fundamentalmente a conservar el


patrimonio del deudor frente al acreedor que la intenta; de la declaratoria fraudulenta
del acto impugnado mediante la acción pauliana solo se aprovecha de dicho acreedor y
no los demás acreedores al contrario de lo que ocurre con la acción oblicua, que
aprovecha a todos los acreedores del deudor.

2° El acreedor intenta la acción pauliana, actúa en nombre propio y ejerce un derecho


propio, al contrario del acreedor que intenta la acción oblicua, que actúa en nombre
propio y ejerce derechos ajenos, los del deudor.

3° La acción pauliana requiere del fraude, es decir, la necesaria intención del deudor de
hacerse insolvente o disminuir su patrimonio, por ello, la simple disminución del
patrimonio por actos efectuados por el deudor sin la intención de hacerse insolvente, no
es una circunstancia suficiente para que pueda intentarse la acción pauliana.

4° El acto que se impugna mediante la acción pauliana debe ser real, sincero,
efectivamente realizado. Si el acto no se ha efectuado realmente sino solo se ha
aparentado efectuar, lo procedente es la acción por simulación, pero no la acción
pauliana.

5° La acción pauliana se ejerce directamente con el tercero que celebró con el deudor el
acto que se quiere impugnar, y no contra el deudor, si bien conviene citar a este al juicio
para que la sentencia produzca también efectos contra él. No hay duda de que él deudor
tiene interés en las resultas del juicio y en consecuencia legitimado pasivamente,
pudiendo intervenir en el proceso.

Plazos para intentar la acción pauliana:

La acción pauliana prescribe a los cinco años contados a partir del día en que los
acreedores tuvieron noticias del acto que da origen a la acción (último párrafo del
artículo 1279). El lapso corre independientemente para cada acreedor, a partir de la
fecha que él tuvo conocimiento de la insolvencia, o desde que esta ha sido “notoria”. No
se trata de un lapso de caducidad; puede ser interrumpido (Arts. 1969, 1970,1972,1973
y 1974 CC) y se suspende a favor de los acreedores cuando exista una causa de
suspensión prevista en los artículos 1964 y 1965 CC.

Requisitos para que proceda la Acción Pauliana:

· Que el Acreedor tenga interés en el ejercicio de la acción (el deudor debe ser
insolvente)

· El desprendimiento real de los bienes o derechos ah dejado al deudor en estado de


insolvencia o ah acrecentado la que ya existia, al no poder hacer frente a su obligación y
haber cesado en sus pagos. Es el llamado eventus damni, pues resulta evidente el daño
sufrido por el acreedor.

· El crédito debe ser cierto, liquido y exigible (del deudor debe saber que debe y por que
debe la cuantia debe estar determinada o puede llegarse a determinar en plazo breve, la
insolvencia del deudor hace caducar el termino)

· El Consilium fraudis, que es el acuerdo fraudulento entre el deudor y el tercero, es el


elemento subjetivo de la accion pauliana.

· Debe haberse efectuado estos efectivamente. (venta, cesión, donación, renuncia,


hipoteca, etc.) ya que si el acto efectuado es solo aparente, procede la acción de
simulación.

Fundamento Legal

“Los acreedores pueden atacar en su propio nombre los actos que el deudor haya
ejecutado en fraude de sus derechos.

Se consideran ejecutados en fraude de los derechos de los acreedores los actos a título
gratuito del deudor insolvente al tiempo de dichos actos, o que ha llegado a serlo por
consecuencia de ellos.

También se consideran ejecutados en fraude de los derechos de los acreedores los actos
a título oneroso del deudor insolvente, cuando la insolvencia fuere notoria o cuando la
persona que contrató con el deudor haya tenido motivo para conocerla.

El acreedor quirografario que recibiere del deudor insolvente el pago de una deuda aún
no vencida, quedará obligado a restituir a la masa lo que recibió.

Presúmense fraudulentas de los derechos de los demás acreedores, las garantías de


deudas aún no vencidas que el deudor insolvente hubiere dado a uno o más de los
acreedores.
La acción de que trata este artículo dura cinco años a contar desde el día en que los
acreedores tuvieron noticia del acto que da origen a la acción, y la revocatoria no
aprovecha sino a los acreedores anteriores a dicho acto, que la hayan demandado”.
(Artículo 1.279 Código Civil Venezolano)

“Dicha acción no puede intentarse por un acreedor cuya acreencia sea posterior en fecha
al acto cuya revocación demanda, a menos que se presente como causahabiente de un
acreedor anterior.

En todos los casos la revocación del acto no produce efecto en perjuicio de los terceros
que, no habiendo participado en el fraude, han adquirido derecho sobre los inmuebles
con anterioridad al registro de la demanda por revocación.

Si los terceros han procedido de mala fe, quedan no sólo sujetos a la acción de
revocación, sino también a la de daños y perjuicios” (Artículo 1.280 Código Civil
Venezolano)
Acción de Simulación

Se ha definido la acción de simulación como "una acción autónoma y declarativa,


tendiente a hacer constar de un modo autorizado la falta de realidad o la verdadera
naturaleza de una relación jurídica". Lo que pretende, en caso de haber existido una
simulación absoluta, es obtener se declare la inexistencia o nulidad de un acto ficticio;
es decir, se trata de una acción de reconocimiento negativo. En caso de simulación
relativa, lo que se persigue es, simultáneamente, un reconocimiento negativo y positivo:
se declare a la vez la inexistencia o nulidad del acto ficticio y la realidad del negocio
disimulado.

Fundamento Legal

“Los acreedores pueden también pedir la declaratoria de simulación de los actos


ejecutados por el deudor.

Esta acción dura cinco años a contar desde el día en que los acreedores tuvieron noticia
del acto simulado.

La simulación, una vez declarada, no produce efecto en perjuicio de los terceros que, no
teniendo conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con
anterioridad al registro de la demanda por simulación.

Si los terceros han procedido de mala fe quedan no sólo sujetos a la acción de


simulación sino también a la de daños y perjuicio”. (Artículo 1.281 Código Civil
Venezolano)

Formas de La Simulación:

* Absoluta: que es cuando las partes sin haber celebrado. A lo que no existe en forma
alguna como el caso de los testaferros, colocándose la propiedad de una cosa a nombre
de una persona que en realidad no la ha adquirido.

* Relativa: Cuando se ha realizado un acto determinado, pero las partes han simulado
determinadas condiciones de dicho acto.
Elementos de la Acción por Simulación o Acción Declarativa de Simulación.

Los elementos de la simulación son:

Ø La voluntariedad para la realización del acto simulado. Es un característico de la


simulación el elemento voluntario, ya que se trata de una divergencia consiente y
deliberada entre la voluntad real y la voluntad declarada. Es obvio que la simulación se
efectúa con el consentimiento de las partes, quien deliberadamente manifiestan una
voluntad diferente a la realmente querida.

Este aspecto de voluntariedad involucra el animo o deseo de engañar (animus


decipiendi) pero no necesariamente el animo o deseo de causar daño (animus nocendi)
ni tampoco el de incurrir en fraude. Ambas nociones no son de la esencia de la
simulación.

Ø El acto ficticio u ostensible que corresponde a la voluntad declarada.

Ø El acto verdadero o secreto que corresponde a la voluntad real y que es de naturaleza


secreta o confidencial.

Características de la Acción por Simulación o Acción Declarativa de Simulación.

La doctrina señala entre sus caracteres los siguientes:

Ø La simulación es la resultante de una divergencia consiente o deliberada entre la


voluntad real y la voluntad declarada. Deliberadamente las partes manifiestan una
voluntad distinta de la realmente deseada por ella. Nuestro Código Civil otorga primacía
a la voluntad real sobre la declarada y por ello se explica que el acto secreto o
confidencial prive sobre el acto ostensible o ficticio.

Ø La simulación, constituye una excepción al principio de oponibilidad del contrato, es


decir, al principio rector en materia de efectos externos. Conforme al principio de
oponibilidad, todo contrato es oponible erga omnes y por tanto el acto secreto o
confidencial debería ser oponible a todos, no solo entre las partes sino también frente a
los terceros. Sin embargo, en materia de simulación el acto secreto no produce efectos
contra los terceros que de buena fe hubiesen adquirido derechos de la persona que
aparezca como titular según el acto ostensible, el acto secreto no es oponible a los
terceros de buena fe. Así lo expresa el tercer párrafo del Art. 1281 C.C.: “La simulación
una vez declarada, no produce efectos en perjuicio de los terceros que, no teniendo
conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con anterioridad al
registro de la demanda por simulación”.

Ø La simulación no es necesariamente un negocio jurídico ilícito, porque puede estar


fundada en motivos loables o incluso nobles. Ello explica la existencia de la simulación
ilícita, desde este punto de vista, es conveniente, observar que la simulación no debe
confundirse ni con el dolo ni con el fraude.

La Prueba de la Simulación.

Prueba de Simulación Cuando es Intentada por las Partes.

Cuando una de las partes quiera demostrar la existencia de una simulación o


contraescritura, intenta probar “contra el contenido o mas allá del mismo” del acto
aparente. Se aplicaran, pues, las reglas restrictivas del Art. 1387 del C.C. cuando el
valor del objeto exceda de dos mil Bolívares, el demandante deberá probar la
simulación por un documento o por un medio de prueba perfecto, es decir, prueba por
escrito, a menos que exista un principio de prueba por escrito (Art. 1392 del C.C.) o en
los demás casos en que dicha prueba sea admisible. Lo cual le resultará, casi siempre,
imposible, porque el contratante que tenga interés en conservar secreto el acto
verdadero no consciente apenas en dejar una prueba escrita a la otra parte. Sin embargo,
la jurisprudencia admite que la prueba es libre cuando la finalidad de la simulación es
defraudar a la ley. En efecto, el fraude se prueba por todos los medios.

Prueba de Simulación Cuando la Acción es Intentada por los Terceros

La prueba que han de hacer los terceros, para los que el contrato no es sino un hecho, y
que, en todo caso, se encuentran en la imposibilidad de procurarse una prueba escrita no
esta sometida a ninguna restricción, es decir, se admite todo género de pruebas,
inclusive la de testigos, ya que la limitación del Art. 1387 del C.C. solo es aplicable
entre las partes y no a los terceros; inclusive por simples presunciones.

Lapso de Prescripción de la Simulación.

Artículo 1.281.- “Los acreedores pueden también pedir la declaratoria de simulación de


los actos ejecutados por el deudor.
Esta acción dura cinco años a contar desde el día en que los acreedores tuvieron noticia
del acto simulado.

La simulación, una vez declarada, no produce efecto en perjuicio de los terceros que, no
teniendo conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con
anterioridad al registro de la demanda por simulación.

Si los terceros han procedido de mala fe quedan no sólo sujetos a la acción de


simulación sino también a la de daños y perjuicios”. (Código Civil Venezolano)

Referencias

Código Civil Venezolano

Diccionario de la Real Academia Española

MADURO LUYANDO, Eloy/ PITTIER SUCRE, Emilio. Curso de Obligaciones.


Derecho Civil III Tomo I y II

De TORRES CABANELAS, Guillermo: Diccionario Jurídico Elemental, Undécima


Edición, Editorial Heliasta S.R.L, Argentina, 1993.

GARRIDO GRATERON, Mary Sol: "Bienes y derechos reales" Derecho Civil III,
Segunda Edición, Fondo Editorial USM, Caracas ,2000.

López, Herrera Francisco: Derecho se Sucesiones, 2da Edición UCAB, 1992. Tomo I,
pág.376

Colin, Ambrosio y Capitant H. Ob. Cit. Tomo II. Págs. 69-88


La obligación Jurídica

Es el vínculo jurídico mediante el cual dos partes (acreedora y deudora) quedan ligadas,
debiendo la parte deudora cumplir con una prestación objeto de la obligación. Dicha
prestación puede consistir en dar, hacer o no hacer, teniendo que ser en los dos primeros
casos posibles, lícitos y dentro del comercio. Los sujetos obligados, al igual que el
objeto de la obligación, deberán estar determinados o ser determinables.

Medios de Extinción de las Obligaciones

Son los hechos en virtud de los cuales la obligación deja de existir.

Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos:

§ Compensación

§ Confusión

§ Dación en pago
§ Novación

§ Pago

Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor.

§ Condonación

§ Imposibilidad sobreviniente de ejecución (sólo en las obligaciones de hacer)

§ Imprevisión contractual

§ Muerte del deudor o del acreedor (excepcionalmente en los contratos


celebrados intuito personæ)

§ Pérdida de la cosa debida

§ Prescripción extintiva

§ Vencimiento del plazo extintivo

§ Hechos que destruyen la fuente de la obligación.

§ Declaración de nulidad o de rescisión

§ Resciliación

§ Revocación (en casos excepcionales, como en el Mandato)

§ El Pago:

Es uno de los modos de extinguir las obligaciones que consiste en el cumplimiento


efectivo de la prestación debida, sea esta de dar, hacer o no hacer (no solo se refiere a la
entrega de una cantidad de dinero o de una cosa). Pago es el cumplimiento del
contenido del objeto de una prestación

Naturaleza y Características del Pago

El Pago es un acto jurídico bilateral, que consiste en la entrega de la cosa debida, la


realización o la abstención del hecho prometido.

Sujeto activo

Pago por el deudor


El pago debe hacerlo, en primer lugar, el deudor

Pago por un tercero

También puede hacer el pago un tercero, con, sin o en contra del consentimiento del
deudor, pero éste no está obligado a aceptarlo cuando del tipo de prestación resulte que
las partes han tenido en la mira las cualidades personales del deudor (por ejemplo quien
contrata a un pintor famoso para que le haga un mural). Si en cambio se contrata la
simple pintura de una pared no interesa qué persona la realice.

El pago por un tercero siempre extingue la obligación pagada pero hace nacer otras
obligaciones.

El tercero paga en nombre y representación del deudor o paga con conocimiento y


autorización del deudor, se crea entonces una nueva obligación. El tercero tiene toda la
protección del sistema jurídico para exigir el pago. El deudor no tiene idea de que se
realiza el pago. La tercera persona paga en contra de la voluntad del deudor. El derecho
romano señala que el tercero carece de acción para exigir al deudor que le regrese su
pago (obligación natural)

Sujeto pasivo

El pago debe hacerse al acreedor o a quien lo represente legalmente. Este último caso
puede ser la persona a quien le ha otorgado un poder o aquella que tiene la
representación legal de un incapaz (padre o tutor de un menor de edad, curador de un
demente declarado en juicio, etc.).

Objeto del pago

Debe coincidir con el contenido de la obligación. Si la obligación consistía en la entrega


de una cosa determinada y ésta se hubiese deteriorado sin culpa del deudor, el acreedor
debe aceptarla en el estado que se encuentre.

Sin embargo, el deudor puede cumplir con una protección distinta siempre que el
acreedor de su consentimiento. A esta modalidad de pago se le llamó dación en pago. (
datio in solutio). Ante ésta pregunta, el pago debe hacerse tal cual se estipuló en el
contrato. Ejemplo en dinero, además en especie, así debe hacerse. Hay casos en que el
deudor realiza el pago, sin coincidir con lo estipulado hoy día en materia de derecho
privado no es común. Pero en materia pública se prestan cláusulas de datio in solutiom.

Métodos de pago

§ Efectivo

§ Contra reembolso: Es aquel en el cual se realiza un pago una vez realizada la entrega,
generalmente del producto. A menudo, suele utilizarse para compras a través de
Internet.

También es necesario que se constate las características de la mercancía antes de


realizar pago.

Lugar del pago

Si nada se hubiera dicho en el contrato se aplicarán las siguientes reglas.

Primero se lee el contrato para determinar donde se debe hacer el pagar. Sin embargo, si
no se señala donde se debe realizar, en Roma y hoy día se siguen las siguientes reglas.
Si se trataba de cosas inciertas (genéricas) o de cosas fungibles (cosas que pueden ser
reemplazadas unas por otras), el cumplimiento debe hacerse en el domicilio del deudor,
donde el acreedor podía reclamarlo judicialmente, si por el contrario se trataba de la
entrega de un bien inmueble o de otra cosa cierta (específica), el lugar era aquel en
donde estuvieran los bienes. Hoy día en materia procesal si nada se ha dicho, para cosas
genéricas o fungibles en el domicilio del deudor si se trataba de la entrega de un bien
inmueble, obviamente, en donde está ese bien.

En lo que respecta al tiempo del pago este debe cumplirse en el tiempo estipulado en la
obligación, pero si no lo hubieran establecido las partes, se aplica la regla de que la
prestación se debe cumplir desde el día en que nace la obligación. No obstante, lo
anterior, el cumplimiento de la obligación estará sujeta a la naturaleza y al alcance de la
propia prestación. De manera tal que el deudor debe cumplirla cuando razonablemente
pudiera hacerlo. Ejemplo: Al comprometerse hacer un puente, no se estipula la fecha, no
se puede cumplir en un solo día.

Pintar una cuadro, no se establece tiempo, no significa que puede demorar un mes
cuando puede hacerlo en unos cuantos días.

En caso de insolvencia declarada judicialmente (concurso de acreedores o quiebra) las


obligaciones pendientes se tornan exigibles en forma inmediata.

Imputación del pago

En caso que un deudor tenga más de una deuda con el mismo acreedor y le realice un
pago menor a la suma de sus múltiples deudas, le corresponde al deudor determinar a
cuál de las deudas se hace el pago. Si no lo hace, será el acreedor el que tenga la
facultad de imputar el pago.

El detalle de la imputación debe constar en el recibo. En el caso de deuda con intereses,


no puede asignar el pago primero a lo principal, pues los intereses tienen prioridad.
Compensación

La compensación es la extinción recíproca de dos deudas, en donde el acreedor es


deudor y viceversa. Las obligaciones tienen que ser líquidas y exigibles.
Novación
La novación es la sustitución de una obligación por una nueva. Los simples cambios a
una deuda no necesariamente producen una novación. Para que esta se dé, debe de
cambiar el objeto, la causa o que un nuevo deudor venga a reemplazar al anterior.

Hay cambio de cosa cuando el objeto de la obligación es cambiado por otro distinto.
Hay cambio de causa cuando la naturaleza de la obligación se modifica. Ej: cuando un
depósito es cambiado por un arrendamiento.

Para que opere la novación, se debe contar con el consentimiento tanto del acreedor
como del deudor. En todo caso de novación, la deuda antigua se extingue. Pero si por
algún motivo, la deuda nueva es declarada nula, la antigua renacerá. En caso que sea
una deuda solidaria, los demás coobligados serán liberados, pero el deudor que nova
estará subrogado en los derechos del acreedor para exigirle a los demás codeudores la
parte de la deuda que les corresponde.
Remisión

La remisión o condonación es la renuncia voluntaria y gratuita que hace el acreedor de


toda o una parte de la obligación.

§ La remisión es expresa cuando el acreedor expresa inequívocamente su voluntad de


renunciar a su derecho personal.

§ Es tácita cuando voluntariamente entrega al deudor el documento en que consta la


obligación.
Confusión

La confusión opera cuando en una misma persona se reúnen las cualidades de deudor y
acreedor, para la misma deuda. La naturaleza jurídica de la confusión radica en la
ilógica que tiene, para el derecho, que una persona se deba a sí misma.

Cumplimiento forzoso

Si el deudor no cumple, la ley pone a disposición del acreedor el aparato coercitivo del
estado para compelerlo a cumplir. Cuando el cumplimiento forzoso no fuese posible
(por ejemplo en obligaciones de hacer), se sustiye la obligación por la indemnización
pecuniaria.
Ejecución por otro

Un tercero puede satisfacer la obligación a nombre del deudor. En este caso, este tercero
se subroga en los derechos del acreedor.
Efectos anormales

Para que el acreedor tenga el derecho a acudir ante la protección del poder del estado,
deben ocurrir dos cosas:
§ Que el deudor no haya cumplido la obligación por una causa que le es imputable

§ Que haya daño para el acreedor.


Mora

La mora es la falta de cumplimiento de la obligación en el tiempo oportuno. La


constitución en mora tiene los siguientes efectos:

§ El deudor está obligado a indemnizar todos los daños que sufra el acreedor por causa
de su retraso. Además, a partir de ese momento, adicional a los intereses monetarios que
pueda tener una deuda, empiezan a correr los intereses moratorios.

§ El deudor es responsable de cualquier daño que sufra la cosa, aún si esta se pierde por
caso fortuito o fuerza mayor, salvo que se pueda demostrar, que la cosa se hubiera
perdido también en posesión del acreedor.
Dolo

Se le llama Dolo a toda accion de mala fe empleada generalmente por la parte pasiva
hacia la parte activa para de alguna manera presumir o evadir el cumplimiento de la
obligacion. El engaño que se emplee para hacer que una persona participe en un acto
jurídico puede ser invocado para declarar su nulidad. El dolo no se presume y debe ser
siempre demostrado por quien lo invoca.
Culpa contractual

El incumplimiento de una obligación puede ser deliberado o deberse por impericia o


negligencia. En el primer caso, se trata de incumplimiento doloso. En el segundo, de
incumplimiento culposo. En algunos ordenamientos, la diferencia es importante a la
hora de valorar el monto de la indemnización. Para la doctrina subjetivista, a un deudor
que faltó deliberadamente a su obligación se le debe imponer una indemnización más
gravosa que a quien hizo todo el esfuerzo posible por cumplir, pero no pudo hacer.
Caso fortuito o fuerza mayor

Aunque es obligación de todo deudor honrar su deuda, hay casos en que se le exime por
imposibilidad de hacer el pago. Siempre y cuando esta situación de imposibilidad no se
la haya procurado él mismo, y no haya mediado culpa o falta que le sea imputable. Es el
principio “nadie está obligado a lo imposible”.

El caso fortuito o fuerza mayor es un suceso ajeno al control del deudor que le impide
cumplir con la obligación. El hecho debe ser actual e imprevisible o imposible de evitar.
Si el objeto de una deuda se pierde por caso fortuito o fuerza mayor, la obligación se
considera extinguida. Sin embargo, las indemnizaciones o recepciones de seguros sí
corresponden al acreedor que ha pagado el precio de la cosa que pereció.
Obligaciones de hacer

Las obligaciones de hacer quedan exentas por:


§ La muerte del deudor o su incapacidad permanente.

§ El concurso, quiebra o interdicción del deudor.

§ Fuerza mayor que le imposibilite el cumplimiento.

En los siguientes casos, ni siquiera el caso fortuito o fuerza mayor eximen al deudor de
cumplir con la obligación:

§ Cuando esté constituido en mora, salvo que se demuestre, que el objeto se hubiera
perdido igualmente en posesión del acreedor.

§ Cuando haya contratado asumir las consecuencias del caso fortuito o fuerza mayor.

§ Cuando el suceso haya sido ocasionado, o se haya sufrido, por una acción que le es
imputable.
Imprevisión

En algunos ordenamientos, existe la figura de la imprevisión. Posterior al


establecimiento de una obligación, pueden suceder cambios totalmente ajenos al control
del deudor, que hagan del cumplimiento de la obligación tal y como fue pactada en
exceso gravosa. Ante tales situaciones, el derecho otorga la posibilidad de ajustar las
condiciones de la obligación para que se asemejen a lo que fue pactado originalmente.
Tal sería el caso de periodos super inflacionarios, o de alguien que haya asumido una
deuda en una moneda extranjera y posteriormente se produzca una periodo de
devaluación excesiva de la moneda nacional.
Cláusula penal

En la constitución de la obligación, el deudor se compromete a una prestación accesoria


de un documento supuesto que no interviene en el mesurado caso, en caso que no
cumpla el objeto principal de la obligación. La cláusula penal es como una anticipación
a los daños y perjuicios de un eventual incumplimiento. Si la obligación se cumplió
parcialmente, la pena debe ser proporcional.

La cláusula penal es accesoria. Si la obligación se extingue sin responsabilidad para el


deudor, este no debe pagar la cláusula penal. Además es subsidiaria porque el objeto de
la obligación sigue siendo el mismo.

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