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APELA. EXPRESA AGRAVIOS. FUNDA DERECHO. HACE RESERVA .

Señor Juez:

JOSE MARIA SANTA CRUZ,


Tº 97 Fº 585 del C.P.A.C.F., IVA RESPONSABLE INSCRIPTO
C.U.I.T.: 20-28463888-4, en el carácter de letrado apoderado
de la parte actora, ratificando el domicilio constituido,
en los autos caratulados: "MOYANO, PABLO ISRAEL C/ ART
INTERACCION S.A. S/ACCIDENTE - LEY ESPECIAL" (EXPTE
38640/2016), a V.S. respetuosamente digo:

I.- FUNDA RECURSO. EXPRESA


AGRAVIOS:

Le damos fundamentos, en debido


tiempo y forma al recurso de apelación contra la sentencia definitiva.

La presente causa llega a conocimiento


de V.E. a efectos de revisar el acierto o error de la sentencia apelada.

En la misma, el Sr. Juez “a quo” resolvió


que prospere parcialmente la demanda por accidente de trabajo iniciada
por el actor.

La sentencia de Grado agraviaba a la


parte actora causando un gravamen irreparable en sus derechos, lo que
pasaremos a exponer a continuación:

A.- PRIMER AGRAVIO. LA NO


APLICACIÓN DE LA VIGENTE LEY 26.773:

I / VIGENCIA TEMPORAL

La ley 26.773, declara que la última reforma


(Decreto 1694.09) intentó eliminar “su imperfección estructural como
instrumento de protección social “(exposición de motivos, párrafo 7), y
que “la clave de bóveda de la iniciativa se resume en facilitar el acceso del
trabajador a la reparación, para que la cobertura sea justa, rápida y plena,
brindando un ámbito de seguridad jurídica que garantice al damnificado y
a su familia un mecanismo eficaz de tutela en el desarrollo de su vida
laboral” (párrafo 15), sin embargo, dispone en su art. 17, inciso 5 “las
disposiciones atinentes a las prestaciones en dinero y en especie de esta
ley entrarán en vigencia a partir de su publicación en el Boletín Oficial y se
aplicarán a las contingencias previstas en la ley 24.557 y sus
modificatorias, cuya primera manifestación invalidante se produzca a partir
de esa fecha ”.

II / INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 17,5

El régimen de vigencia temporal se regula


por la misma ley LRT, y por el régimen general dispuesto en el Código Civil
(art. 3). Conforme la LRT, art. 49 (de su texto original y 14.2.b incorporado
por el DNU 1278.00.

Así lo interpreta la CSJN, y su doctrina


resulta obligatoria, en “Arostegui Pablo Martín c. Omega Aseguradora de
Riesgos del Trabajo S.A. y Pametaal Peluso y Compañía SRL”, “…No
sería ocioso recordar que la propia LRT sigue el concepto de “valor actual”
del dinero en su art. 49,), disposición final segunda, punto 3, así como en
el ya citado art. 14.2.b, texto según decreto 1278/2000. A. nº 436, L. XL.

Conforme el art. 3 del Código Civil:


“A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplicarán aún a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No
tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, salvo disposición en
contrario. La retroactividad establecida por la ley en ningún caso podrá
afectar derechos amparados por garantías constitucionales. A los
contratos en curso de ejecución no son aplicables las nuevas leyes
supletorias”.
El principio de progresividad, de rango
constitucional (Constitución Nacional, Convención Americana sobre
Derechos Humanos: Pacto de San José de Costa Rica (22 de noviembre
de 1969, aprobada por la República Argentina por Ley 23.054, L.A.,
1994-B-1615, art. 26). Pacto internacional de Derecho Económicos,
Sociales y Culturales (Resolución 2200 A (XXI), 16 de diciembre de 1966,
vigente desde el 3 de enero de 1976, aprobado por la Republica Argentina
por ley 23.313 (B.O.13.5.86, L.A., 1986-A-3), art. 2.), Principios de
Montreal sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Mujeres, CSJN "Aquino" ((11).

La CSJN en, Aquino Isacio c. Cargo,


Suarez Gallo Cecilia y García Vior Andrea, “La Corte Suprema de
Justicia y el principio de progresividad”, J.A., 2004-IV-1200 y
ss.Cornaglia, Ricardo: “La constitucionalización del principio de
progresividad”, T.XVII, 6/2003, DEL, nro. 214, pag.487 y ss. Y “El
ataque al principio de progresividad”, DEL, T.VII, pag.175 y ss. Y
“Derecho Colectivo del Trabajo- Derecho de la negociación
colectiva”, La Ley, Buenos Aires, 2007, pág.50 y 51 Rodríguez
Mancini, Jorge, “Derechos Fundamentales y Relaciones Laborales”,
Astrea, Bs.As. Gialdino, Rolando, “El derecho al disfrute del más alto
nivel posible de salud”, Investigaciones 3, 2001, Secretaria de
Investigación de Derecho Comparado de la CSJN, ps.493/537.
Gialdino, Rolando E., Dignidad, Justicia Social, Principio de
Progresividad y núcleo duro interno. Aportes del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos al Derecho del Trabajo y al
de la Seguridad Social, 3.2 Progresividad unidireccional. La
“evolución reaccionaria” Estudiado el carácter dinámico de la
progresividad, es hora, entonces, de hacer lo propio en cuanto al
sentido que gobierna a ésta. Y hemos dado en calificar a dicho
sentido de unidireccional con el propósito de poner énfasis no tanto
en que la dinámica tratada en el punto anterior debe orientarse hacia
el logro de la plena efectividad de los derechos económicos, sociales
y culturales, lo cual se desprende nítidamente del art. 2.1, sino,
fundamentalmente, en que, al unísono, está vedada la marcha en
sentido contrario. En otras palabras, el PIDESC establece, como
regla, la prohibición de retroceso, vale decir, de disminución del
grado de protección que hubiesen alcanzado, en un determinado
momento, los derechos económicos, sociales y culturales, máxime
cuando la orientación de aquél no es otra que “la mejora continua de
las condiciones de existencia”, según reza, preceptivamente, su art.
11.1. El art. 5 del PIDESC, por lo demás, no justificaría un retroceso
de la ley nacional por el hecho de que el tratado no previera el
derecho en juego o lo enunciara en menor grado”// Ariza Clerici,
Rodolfo, “El derecho a la salud en la CSJN”. // Gianibelli Guillermo y
Zas Oscar, “Estado Social en la Argentina: Modelo Constitucional y
divergencias infraconstitucionales”, Contextos, Revista Critica de
Derecho Social, T.1, 1997, Ed. Del Puerto, pag.159 y ss. // Abramovich
Victor y Courtis Christian, “Hacia la exigibilidad de los derechos
económicos, sociales y culturales”, Contextos, Revista Critica de
Derecho Social, T.1, 1997, pag.18. // Boleso Hector, su ponencia en VI
Jornadas Nacionales de la Magistratura Laboral, “Derechos
Humanos, Constitución Nacional y Derecho Laboral”, // Eduardo
Curutchet, ¿Hacia un control de constitucionalidad de las normas del
derecho del Trabajo? Al igual que en el caso de los demás derechos
enunciados en el Pacto, no deben adoptarse en principio medidas
regresivas en relación a el derecho al trabajo. Si deben adoptarse
deliberadamente cualesquiera medidas regresivas, corresponde a los
Estados Partes en cuestión demostrar que lo han hecho tras
considerar todas las alternativas y que están plenamente justificadas,
habida cuenta de la totalidad de los derechos enunciados en el Pacto
en el contexto del pleno uso de los máximos recursos disponibles
por el Estado”. Aplicado tal principio en un proceso judicial en el cual
se discuta la constitucionalidad de una norma que resulte, prima
facie, regresiva, opera procesalmente como una presunción de
inconstitucionalidad, que por otro lado, no puede levantarse con la
simple alegación de la razonabilidad de la medida, sino según los
estándares estrictos que hemos visto. Hay que tener en cuenta
además que, como lo señalan Abramovich y Courtis, en caso de
duda, habrá que estarse contra la validez de la norma regresiva, por
aplicación del principio “in dubio pro justitia socialis”, al cual la
Corte Suprema ha asignado raigambre constitucional en la causa
“Bercaitz” impone valorar las normas jurídicas a la luz de su contenido de
progreso e invalida, constitucionalmente hablando, los contenidos de
regresión. La propia CSJN ha manifestado que dicho principio de
progresividad es una derivación natural del principio protectorio.

Con esa comprensión, el artículo 17,


inciso 5 es inconstitucional por violentar dicho principio. En consecuencia,
la nueva grilla tarifaria, se aplica a las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes no extinguidas a la fecha de entrada en
vigencia de la ley 26.773 (26.10.2012), siendo inconstitucional la regla del
art. 17,5, violatorio del principio de progresividad. Así corresponde
declararlo y así lo pedimos.

III / CONSECUENCIAS DE LAS RELACIONES Y SITUACIONES


JURIDICAS EXISTENTES NO EXTINGUIDAS

Los accidentes de trabajo y las


enfermedades profesionales enlistadas o no, constituyen hechos
complejos que , salvo casos puntuales, se consolidan fácticamente en
tiempos más o menos prolongados, constituyendo el caso paradigmático,
el previsto en el art. 9, inciso 1 (incapacidad laboral permanente provisoria
que se prolonga , luego de agotado un año de ILTemporaria, hasta por 5
años). En este caso, la incapacidad se consolida como definitiva, 6 años
después del accidente o primera manifestación invalidante de la
enfermedad. Es fácil imaginar el impacto en el cálculo de las prestaciones
económicas transcurridos 6 años, debiendo tomarse como ingreso base el
promedio de remuneraciones del año “anterior” al día del accidente o
primera manifestación invalidante.

Todo ello se soluciona (en sus efectos


distorsivos) con el decreto 1694.09 (eliminación de topes y constitución de
pisos) y con la Ley 26.773 (movilidad de las prestaciones según el RIPTE)
pero no le puede ser negada la solución a la víctima de un siniestro
sucedido 6 años antes por la regla del art. 17.5 (que tuvo su homólogo en
el Decreto 1694.09: art.16) de vicio constitucional flagrante.

“El sistema del efecto inmediato consiste


en que la ley nueva toma a la relación o situación jurídica en el estado en
que se encontraba al tiempo de ser sancionada".

En otras palabras, aquel efecto operado y


extinguido deberá ser juzgado por la antigua regulación, mientras que
aquel efecto no extinguido a la entrada en vigencia de la nueva ley, deberá
ser abarcado por esta última.

Por otro lado, si bien es correcto afirmar


que las leyes rigen para el futuro, atendiendo al principio de inmediatez y a
la presunción de que toda ley nueva mejora la anterior, también resulta
correcto aseverar que la nueva ley debe aplicarse inmediatamente en la
mayor extensión posible.

De allí surge el fundamento de la


incorporación, con la reforma del Código Civil (propugnada por la ley
17.711), de la fórmula según la cual las leyes alcanzarán “aún las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes”.

Referente a este punto el doctor Spota,


miembro informante del despacho en mayoría en el Tercer Congreso
Nacional de Derecho Civil, sostuvo que “Se trata del problema de
establecer la inmediatez de la vigencia de la ley. Todos los efectos no
producidos, las consecuencias no acaecidas de las relaciones jurídicas, de
las situaciones jurídicas, deben ser regidas siempre por la nueva ley. En
cambio, todo aquello que se ha perfeccionado, debe quedar bajo la égida
de la misma ley” no consumadas de los hechos pasados, vale decir los
hechos in fieri o en curso de desarrollo, son alcanzados por el nuevo
régimen, por no tratarse de hechos cumplidos bajo la legislación anterior, y
por tanto cuando se les aplica la nueva ley no se incurre en retroactividad.
La Corte Suprema de Justicia de la
Nación no ha hecho distinciones, aplicando las leyes nuevas con efecto
inmediato cuando “tan sólo se alteran los efectos en curso de aquella
relación nacida bajo el imperio de la ley antigua, a partir de la entrada en
vigencia del nuevo texto legal” antes de la nueva ley Es decir, no
consumadas de los hechos pasados, vale decir los hechos in fieri o en
curso de desarrollo, son alcanzados por el nuevo régimen, por no tratarse
de hechos cumplidos bajo la legislación anterior, y por tanto cuando se les
aplica la nueva ley no se incurre en retroactividad.

Asimismo esta postura es sustentada y


apoyada por Borda, Lopez de Zavalia, Nieto Blanc, Morillo, Etc.

Borda afirma que aquellas relaciones


jurídicas y sus consecuencias, que se extinguieron, no son afectadas por
la nueva ley, puesto que de lo contrario habría retroactividad y afectaría
derechos adquiridos. Pero ello no sucede cuando “una consecuencia
cualquiera” se encuentra pendiente de cumplimiento, liquidación
ejecución, no extinguida, no prescripta, no pagada, compensada, no
confundida, etc.

Este autor, al abordar la sutil diferencia


entre los efectos inmediatos de una nueva ley y la irretroactividad sostuvo
que “… es preciso aceptar la regla de que las nuevas leyes deben
aplicarse con la mayor extensión posible y producir sus efectos de
inmediato. Toda nueva ley se supone mejor y más justa que la anterior, de
no entenderlo así el legislador, no la hubiera dictado. Por ello mismo y
salvado el principio de la irretroactividad esa ley debe aplicarse en su
máxima extensión posible. Cada vez que un nuevo concepto jurídico
social, moral o religioso estima inaceptable la solución de la vieja ley, será
necesario quitarle toda vigencia. No es posible concebir, por ejemplo, que
se rebaje el interés en los préstamos de dinero porque se considera
inmoral cobrar más de lo fijado en la nueva ley y se dejen subsistentes las
tasas fijadas en los contratos en curso ¿Qué lógica tiene esto de
permitir la supervivencia de algo que hoy se considera
inmoral?

López de Zavalía, por su parte, en


referencia a que corresponde entender cuando el código civil refiere a
“…las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas…”, ha dicho
que “Todo actuarse de la relación o situación jurídica, debe ser mirado
como “consecuencia” de las mismas” Para este autor que sigue a Borda
“consecuencias de las relaciones jurídicas existentes” los derechos y
obligaciones, generados por hechos o actos anteriores a la nueva ley, en
curso, in fieri, en proceso, no extinguidos.

No se trata de consecuencias materiales


en el sentido del art. 901 del Código Civil, sino de las “consecuencias
jurídicas”, tal como el codificador emplea el término en la nota general al
Libro II, Sección II, y en las notas a los arts. 4044 y 4047.

Enuncia Vélez Sarsfield en aquellas notas:

Nota al art. 4044: “La nueva ley deberá


entonces ser aplicada aún a las consecuencias de los hechos anteriores,
que sólo son meras expectativas y no derechos ya adquiridos.
Entendemos por derechos adquiridos antes del hecho, del acto o de la ley
que se les quiere oponer para impedir su pleno y entero goce. Un derecho
que puede ser revocado ad nutum por la persona que lo ha conferido, no
es un derecho adquirido sino una mera expectativa. La ley nueva que lo
encuentra en ese estado puede tomarlo para regirlo a su voluntad: puede
revocarlo o modificarlo, pues que es revocable y el poder de la ley abraza
todo lo que no estaba irrevocablemente terminado antes de su
publicación”.

Nota al art. 4047: “Cuando un hecho se


consuma bajo la antigua ley, la consecuencia de que este hecho ha sido el
principio generador, la causa eficiente y directa, sería un derecho
adquirido que no podría alterar la nueva ley. Tal sería la legitimidad de los
hijos de un matrimonio, celebrado bajo las leyes que a ese tiempo regían.
Aquí el hecho, el matrimonio, es el principio generador y la causa fuente
eficiente de un efecto que las partes se proponían observar, y sobre el
cual ellas han debido necesariamente contar: la legitimidad de los hijos.
Pero el poder marital no tiene igual carácter, no es el fin mismo, el fin
principal, y determinante del matrimonio, es sin duda un efecto de ese
acto, pero efecto sobre el cual las partes no han podido esencialmente
determinar sus límites”.

Proyectando así lo expuesto a nuestra


materia, toda vez que se produce un siniestro laboral con anterioridad al
inicio de vigencia de la nueva ley, en tanto la obligación que surge del
mismo no se encuentre extinguida, corresponde aplicar a sus
consecuencias subsistentes la nueva regulación, más aún cuando la
misma es considerada, por el poder administrador (Poder Ejecutivo
Nacional), más justa y superadora de la anterior.

De esta manera producido el accidente de


trabajo, constituyen consecuencias de la relación jurídica, los efectos
materiales (daños) consumados o en curso, y los efectos jurídicos
(obligaciones y derechos) no reparados o extinguidos antes de la nueva
ley.

En relación al tema de los infortunios


laborales, Cornaglia manifiesta que: “la consecuencia no consumada del
hecho o hechos dañosos que constituyen el infortunio causado por la
actividad laboral en sí, es la reparación. Sólo la consumación del hecho
reparativo (pago) quita virtualidad a la ley que rige en el momento de
colocar las cosas en el lugar en que se encontraban antes del daño. No
hay consecuencia consumada de un daño no reparado”.

Siguiendo dicho hilo argumental, las


indemnizaciones de los daños producidos por el accidente de trabajo no
extinguidos con anterioridad a la reforma, deberían valuarse según esta.
Afirmo y reitero nuevamente, con el
propósito de esclarecer errores hermenéuticos, que cuando el art. 3 del
Código Civil dispone que las nuevas leyes se aplicaran de inmediato a las
nuevas relaciones jurídicas y además se aplicaran también a las
consecuencias de aquellas relaciones jurídicas previas a su dictado,
corresponde interpretar como “consecuencia”, cualquier efecto jurídico no
extinguido, como ser la obligación de reparar los daños y perjuicios no
satisfechos al momento de entrar en vigencia la nueva ley.

En igual sentido, puntualiza Valdecasas:


“Que la ley nueva se apodere de las situaciones existentes en el momento
de su promulgación y pase directamente a regularlas, debe ser
considerado como efecto normal de la ley. Confundir esta eficacia
inmediata de la con su retroactividad es un error al que debe imputarse, en
gran parte, el confusionismo que reina en la materia”.

La Corte Suprema de Justicia de la


Nación en el caso “Camuso” (Corte Suprema de Justicia de La Nación,
“Camusso, Vda. de Marino, Amalia c/ Perkins SA”, 21-5-76, Fallos
294:445.). Declara la constitucional y aplicación inmediata de la Ley
20.695) la validez constitucional y aplicación inmediata de la norma que
instituía, la actualización de los créditos laborales (Ley Nº 20.695), en un
caso en que había entrado en vigencia después de dictada la sentencia y
en etapa de ejecución el juez ordenó actualizar el capital de la condena.

La Corte resolvió que la aplicación de la


nueva ley al caso no implicaba su aplicación con carácter retroactivo, sino
que se trató “… de la inmediata aplicación de la norma a una relación
jurídica existente, toda vez que, en el caso de autos, al entrar en vigor
aquélla no se había satisfecho el crédito del accionante.” En estos
términos dispuso que “Resulta por tanto aplicable la doctrina del
artículo 3º del Código Civil, primera parte, ya que tan sólo se alteran
los efectos en curso de aquella relación nacida bajo el imperio de la
ley antigua, a partir del momento de la entrada en vigencia del nuevo
texto legal”.
La CSJN sostuvo su doctrina,
estableciendo que: “…es facultad privativa de los magistrados de la causa
determinar las normas que deben regir el pleito y su vigencia en el
tiempo…”, volviendo a afirmar el mismo principio en ocasión de la reforma
que la regla estatal 21.297 introdujo al texto del art. 301 de la ley de
contrato de trabajo – numeración original – (DT, 1976 -168; 1974– 805,
t..o. 1976-238).

En efecto, la Corte Suprema dijo que:


“…no es retroactiva la aplicación, en el caso, de la ley 21.297… pues aún
cuando resulta referida a una relación jurídica existente – que nació bajo el
imperio de la ley antigua -, de ella sólo se alteran efectos que por
producirse después de la entrada en vigencia del nuevo texto, no se
encontraban al amparo de la garantía de propiedad, ni por ende, de un
cambio de legislación (art.3° del C.C.) Corte Suprema de Justicia de la
Nación, autos “Francisco Castellano y Otros c. Consorcio de Propietarios
de la Galería Rosario”, 3.03.77, Fallos 297:119.

Idéntica posición fue adoptada por


mayoría en la Sala II de la CNAT en el fallo “Graziano” (CNAT,31.07.2009,
“Graziano, Antonio y otro c/ Trileninum S.A. y otro s/ Accidente Ley 9688”,
publicado en la Ley On line), donde se determinó la aplicación de las
mejoras del DNU 1278/00 a un accidente ocurrido con anterioridad a su
vigencia pero no cancelado previamente.

En Rosario, en autos caratulados


“Gonzales, Agustín Héctor c. Provincia ART S.A. s. Demanda Prestación –
expediente número 429.01 mediante resolución nro. 1142 el juez Gustavo
Alberto Burgio sosteniendo el criterio desarrollado consintió la aplicación
del Decreto 1278/00 a una contingencia anterior a su fecha de vigencia.

A raíz de aquel pronunciamiento en uno


de sus considerandos dispuso: “…podemos advertir la posibilidad de
aplicar la nueva ley en el supuesto de que, aún cuando las consecuencias
se hayan producido bajo el imperio de la regla anterior, no hayan sido
saldadas…”. Este fallo fue confirmado en segunda instancia por la Sala
Tercera de la Cámara de Apelación en lo Laboral, integrada por los Dres.
Angelides, Vitantonio y Rucci, donde en los considerandos relativos a la
segunda cuestión debatida, la Dra. Rucci con el voto coincidente del Dr.
Vitantonio, expreso: "... al no haber mediado satisfacción del crédito ni
cancelación de la obligación bajo el imperio de la ley previa…, las
consecuencias se hallaban pendientes y consecuentemente, el art. 3
del C. Civ autoriza que se rijan por la ley posterior, de aplicación
inmediata, sin que ello implique vulneración constitucional alguna.”

Con motivo del decreto 1694/09, que al


igual que la ley 26.773 elevó las prestaciones económicas (y eliminó los
techos o topes, y estableció pisos reparatorios) y la movilidad de las
prestaciones de pago mensual, también se planteó la aplicación a los
casos en trámite, con impugnación constitucional del art. 16 que
establecía idéntica regla a la objetada del art. 17,5 actual.

Los pronunciamientos son múltiples y


todos coincidentes, en tal sentido, Schick (Informe Laboral nro. 12, La Ley
On Line) expresaba: “El artículo 16 es inconstitucional por contradecir los
fines sociales y protectorios que amparan al trabajo subordinado (arts. 14,
14 bis y 17 de la Constitución Nacional) y la aplicación de sus
disposiciones a los siniestros ocurridos con anterioridad, pero no
cancelados a la fecha de entrada en vigencia de la norma, no implica
retroactividad de la ley (art. 3º del Código Civil) ni afecta al derecho de
propiedad de las obligaciones del sistema. No estamos frente a la
aplicación de una nueva ley, sino ante la actualización del mismo régimen
vigente, cuyas prestaciones dinerarias se reputaban, insuficientes”. En
igual sentido: Livellara, Carlos, Derecho Laboral y de la Seguridad Social,
marzo 2010, pag.480 y ss. Y Ramirez, Luis E., ¿ Es aplicable el
Dec.1694.09 a las contingencias anteriores a su entrada en vigencia?
LaLey 2011- D-376.

IV / IDENTIDAD ENTRE “VALOR ACTUAL” Y “DEUDA DE VALOR"


El principio del Valor Actual que instala la
LRT, conforme CSJN “Arostegui”, es coherente con la caracterización que
nuestro Código Civil realiza para diferenciar las deudas de valor y las
deudas de dinero.

El dinero o moneda con que se expresan


las obligaciones que el empleador o el asegurador de riesgos del trabajo
tiene con el trabajador no constituye el objeto de la prestación, sino
sólo uno de los medios con que la ley sustituye los bienes con valor
intrínseco. Esos bienes sí constituyen el objeto de la prestación.

En las obligaciones puramente


pecuniarias o dinerarias, éstas se cumplen pagando la cantidad exacta de
la misma especie de moneda prevista en la ley o en el contrato, o su
conversión legal, Cazeaux-Trigo Represas, estos autores citando a
Garrigues, expresan: "... La más exacta delimitación de la deuda
pecuniaria resulta de la combinación de estas dos notas características:
ser una deuda de cantidad y una deuda de valor legal. Basta con pagar
una cantidad igual a la recibida. La deuda pecuniaria es también una
deuda de valor, pero sólo en el sentido de valor nominal, no en el sentido
de valor real o de valor en curso”. El texto del art. 619 del Código Civil,
conforme la redacción de la ley 23.928 así lo expresa: “ si la obligación del
deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de
moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su
vencimiento... ”.

En cambio, en las obligaciones de valor


“el objeto es un valor que habrá de medirse con moneda” (Borda (Borda,

Guillermo, Tratado de Derecho Civil, Obligaciones, 5ta. Edicion, Bs.As., Perrot, 1983, Tomo I,

pagina 321, nro. 461.) aplica la teoría del valor corriente y si ha habido cambios
en el valor corriente, en el momento del resarcimiento se debe hacer el
reajuste de valores correspondientes (Cazeaux- Trigo Represas ¿Cuales
son obligaciones o deudas de valor? Cazeaux- Trigo Represas, op. Cit. Pag. 203.
La indemnización de daños y perjuicios
“consistirá en la reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si
fuera imposible, en cuyo caso la indemnización se fijará en dinero “
(C.Civil, art. 1083) evaluándose el daño al momento de la sentencia
( Llambias J.J., Estudios de la reforma del Codigo Civil.Ley 17.711, Ed. Jurisprudencia Argentina,

Bs.As. 1969, pag.238 y ss.) por tratarse de una deuda de valor. Dice Mosset
Iturraspe (Mosset Iturraspe, Jorge, “El valor de la vida humana “, Rubinzal Culzoni, Santa Fe,

1986, 2da. Edición, pag.89) en el ámbito de la responsabilidad no interesa el


dinero, con el cual se paga la indemnización, por su valor nominal, sino
por su valor de cambio. Se trata entonces, la deuda que debe satisfacer el
victimario, de una deuda de valor y no de una deuda de dinero. Son
aplicables, por ende, todas las consecuencias del valorismo y rechazables
las propias del nominalismo”.

Las indemnizaciones laborales son


indemnizaciones de daños y perjuicios (Machado y Vazquez Vialard
Machado, José Daniel, Las indemnizaciones debidas como consecuencia de la extinción de la
relación de trabajo”, en Ackerman Mario E., “Tratado de Derecho del Trabajo”, Rubinzal Culzoni,
Santa Fe, 2005, tomo IV, pagina 266 y ss./// Vazquez Vialard, Antonio, “ La responsabilidad en el

Derecho del Trabajo”, Astrea, Buenos Aires, 1988, pag. 11. derivadas de accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales. Y las obligaciones alimentarias,
como los sueldos, no figuran como medio de pago, sino como medida de
valor de los bienes concretos que el acreedor deberá adquirir con el
dinero. Se justifica por ello, el ajuste al valor corriente a la fecha del pago.
Las remuneraciones tienen esa naturaleza jurídica (C.S.J.N., Valdez J.R. c.

Gobierno Nacional, 23.9.1976, T. S.S., 1976, pag. 683:” Las prestaciones salariales tienen
contenido alimentario).

Cabe hacer notar que el Proyecto de


reforma y unificación de los Códigos Civil y Comercial, incorpora
expresamente la categoría de deudas de valor. En el mensaje de
elevación, dice “Se recoge el distingo entre obligaciones de dar dinero y
de valor, ampliamente reconocido por la doctrina. Si la deuda consiste en
cierto valor, su cuantificación en dinero no puede ser realizada empleando
exclusivamente índices generales de precios. El monto resultante debe
corresponder al valor real al momento que corresponda tomar en cuenta
para la evaluación de la deuda…El valor real es el que tiene prioridad. El
artículo propuesto (VI. Libro Tercero: Derechos Personales. Título I:
Obligaciones en dinero. 6. Obligaciones de dar dinero. Art. 772) dispone:
Cuantificación de un valor: si la deuda consiste en cierto valor, el monto
resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar
en cuenta para la evaluación de la deuda. Puede ser expresada en una
moneda sin curso legal que sea usada habitualmente en el tráfico. Una
vez que el valor es cuantificado en dinero se aplican las disposiciones de
esta sección”.

En consecuencia, sostener el art. 17,


inciso 5 de la Ley 26.773, importaría además de obviar su flagrante
inconstitucionalidad, desconocer la estructura legal vigente en la
República Argentina sobre la naturaleza de las obligaciones,
constituyendo todas las prestaciones de la LRT, “típicas deudas de valor”.

V / PRINCIPIO PROTECTORIO: INTERPRETACIÓN DE LA LEY Y


DUDA

El Principio Protectorio, se expresa en tres


reglas generales: (a) In Dubio Pro Operario, (b) La regla de la norma más
favorable para el trabajador, (c) la condición más beneficiosa,
interesándonos en cuanto incumbe a este análisis solo la primera.

La regla In dubio Pro operario, contenida


por el artículo 9 de la Ley de Contrato de Trabajo, impone al Juez o al
intérprete en caso de tener que elegir entre varios sentidos posibles de la
norma, aquel que resulte más favorable al trabajador.

Ley de Contrato de Trabajo (T.O), artículo


9, segundo párrafo: “Si la duda, recayese en la interpretación o alcance de
la ley, los jueces o encargados de aplicarla se decidirán en el sentido más
favorable al trabajador; Cfr. Capón Filas, Rodolfo E., “Derecho Laboral”, T.1, Ed. Platense,

La Plata, 1979, pág. 129; Allocatti Amadeo, “La duda en el Derecho Laboral”, L.T. 15, pág 2009,
Vazquez Villard, Antonio, en “Tratado del Derecho del Trabajo”, Atrea, Bs. As., 1982, T. II, pág. 190
y ss; Fernández Madrid, Juan Carlos, López Justo y Centeno Norberto, “ Ley de Contrato de
Trabajo comentada”, T. I, Ed. Contabilidad Moderna, Bs. As., 1987, pág. 126, Mazza, Miguel Angel,
Ley de Contrato de Trabajo Comentada, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006, pág. 15, Mancini, Jorge
Rodríguez, “Ley de Contrato de Trabajo, anotada, comentada y concordada” Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2007, pág. 476.

En palabras del Dr. Miguel Angel Maza,


“La decisión del legislador ha sido darle a los intérpretes de normas o
cláusulas jurídicas un instrumento para resolver el problema que se les
plantea en aquellos escasos supuestos en los que no logran desentrañar
el sentido del texto a interpretar. Para resolverles ese problema la ley optó
y, así como en el derecho civil la ley prefiere que en la duda se libere al
deudor y en el derecho penal en la duda hay que absolver al acusado, en
el derecho laboral el legislador optó por indicarle al intérprete que entre
dos o más posibles lecturas de un texto de interpretación dudosa tome la
más favorable al trabajador en razón de que la ley tiende a protegerlo. Y
es que en los conflictos individuales o plurindividuales del trabajo resulta
razonable que esas dudas, cuando se verifican, sean resueltas a favor del
trabajador por una razón de protección social a la parte más débil de la
relación”.

A raíz de lo expuesto, para el supuesto


caso de que se presenten dudas relativas a la interpretación restrictiva o
extensiva del artículo 3 del Código Civil, en cuanto atañe al contenido del
vocablo “consecuencias” y sus alcances e implicancias, corresponde que
se adopte la interpretación extensiva, postulada entre otros por López De
Zavalía, en tanto la misma resulta ser la más favorable al obrero y por
consiguiente la que le principio aquí descripto manda a aplicar.

VI / A LOS JUICIOS EN TRAMITE

El 12.11.2012, la Cámara Séptima del


Trabajo de Mendoza, en los autos GODOY MAXIMILIANO C. MAPFRE
ART S.A., de oficio, aplicó los valores numéricos de la ley 24.557, Decreto
1694/09, actualizados por el RIPTE desde el 1.1.2010, a juicio en trámite
por siniestro anterior a la ley.
En igual sentido, la justicia del trabajo
mendocina ha marcado camino:

42.061 – CASANOVES Susana Elizabeth


c/ Fénix y Ots. p/ accidente – (del 29/11/2012) aclarada a fs. 452/453vta. el
22/02/2013.- Cámara Primera del Trabajo de Mendoza.

44.777 – HERNANDEZ, José Pablo c/ La


Segunda ART S.A. p/ enf. Accidente (del 06/02/2013).- Cámara Primera
del Trabajo de Mendoza.

43.032 – CHIRINO, Olga Raquel y ots. c/


Prevención ART S.A. p/ Accidente (sentencia del 26/02/2013), Cámara
Primera del Trabajo de Mendoza.

41.079 – OCAMPO JULIA c/ MAPFRE


Argentina ART S.A p/ Enf. Accidente (del 19/12/2012): Cámara Segunda
del Trabajo de Mendoza.

44.947 – GÓMEZ Matías Adrián c/ Swiss


Medical ART S.A. p/Accidente, fallo del 20/12/2012.- Cámara Segunda del
Trabajo de Mendoza.

44.043 – MARÍN Juan Ramón c/MAPFRE


Argentina ART S.A. p/Accidente, fallo del 21/12/2012: Cámara Segunda
del Trabajo de Mendoza.

42.410 – ARRIETA, Olga Silvia c/ Asociart


ART S.A. p/ accidente (del 21/02/2013).- Cámara Segunda del Trabajo de
Mendoza.

39.589 – LLAVERA Miranda Alejandro


c/Consolidar ART SA p/Accidente por Aclaratoria de fecha 11/12/2012-,
Cámara Tercera del Trabajo de Mendoza.
19.474 – BARROSO Mabel Eugenia c/
Dirección General de Escuelas y Ot. p/ Accidente (del 28/02/2013).-
Cámara Quinta del Trabajo de Mendoza.

21.469 – NAVARRO Alicia Isabel c/La


Caja ART SA p/ Enfermedad (fallo del 11/03/2013).

4.906 – DOMINGUEZ O.H. c/ MAPFRE


Argentina ART S.A. p/ ACCIDENTE: Séptima Cámara del Trabajo de
Mendoza (fecha 06/12/2012).

Pero no se ha quedado atrás la Justicia


del Trabajo de Córdoba, conforme los siguientes fallos:

CAMARA DEL TRABAJO DE CORDOBA


MARTIN, PABLO DARIO C/ MAPFRE
A.R.T. S.A. – ORDINARIO - ACCIDENTE (LEY DE RIESGOS) EXPTE N°
170607/ ) Cámara del Trabajo Córdoba, Sala X., 21.12.2012.

TORRES, MANUEL RODOLFO c/ LA


SEGUNDA ART S.A. – ORDINARIO - ACCIDENTE (LEY DE RIESGOS)”
EXPTE. Nº 146808/37. 4-2-2013, Cámara del Trabajo Córdoba, Sala III

RODRIGUEZ, EDGARDO PABLO DARIO


C/ MAPFRE ART S.A. – ORDINARIO - ACCIDENTE (LEY DE RIESGOS)”
EXPTE. 107023/37".  6-2-2013, Cámara del Trabajo Córdoba, Sala X

MORENO ANIBAL C/ CNA ART S.A. -


LEY 24.557 - EXPEDIENTES REMITIDOS POR LA JUSTICIA FEDERAL"
EXPTE. 62057/37., 8.2.2013, Cámara Trabajo Còrdoba, Sala X

ALIENDO HECTOR MARCELO C/


MACHADO RUBEN –ORDINARIO –DESPIDO- ACCIDENTE (Expte. Nº
61653/37)”, 25.2.2013, Cámara Trabajo Córdoba, Sala I
HEREDIA STELLA MARIS c/. MAPFRE
ARGENTINA ART SA - ORDINARIO, ENFERMEDAD ACCIDENTE (LEY
DE RIESGO)" Expte. Nº:130579/37., 26.2.2013, Cámara Trabajo Córdoba,
Sala II

CARBALLO, GUSTAVO DANIEL C/


MAPFRE A.R.T. S.A. -ORDINARIO- ENFERMEDAD ACCIDENTE (LEY
DE RIESGOS). EXPTE. 140187/37", 1.3.2013, Cámara Trabajo Córdoba,
Sala V

FERREYRA, Ana María c/ MAPFRE


ARGENTINA A.R.T. S.A. - Ordinario-Enfermedad Accidente (Ley de
Riesgos)”, expediente N° 155355/37, 5.3.2013,Cámara Trabajo Cordoba ,
Sala VI.

LUDUEÑA , PRUDENCIA BEATRIZ C.


ASOCIART ART SA , 15.3.2013, Cámara Trabajo Córdoba, Sala VII , que
hace hincapié en el principio de igualdad.

CAMARA TRABAJO (SALA PRIMERA)


SAN MARTIN (Bs.As.)

FALLO AUTOS Nº 22.676 –“VALERO


IVAN LUCIO c/ LA SEGUNDA ART SA p/ INDEMNIZACIÓN ACCIDENTE
DE TRABAJO (fallo del 28/02/2013).- Declaró la Inconstitucionalidad del
Inc. 5º del Art. 17 L.C.T y ordenó el pago único establecido por el art. 3
(20%) de la Ley 26.773.

Por su parte, la Justicia Nacional del


Trabajo comienza a pronunciarse en igual sentido:

JUZGADO NACIONAL TRABAJO nro. 58


, Arzu Diego c. Bridgestone Argentina SAIC y otro y Camargo c.
Bridgestone Argentina SAIC y otro , 28.2.2013
Y la Justicia del Trabajo de Neuquen:

FUENTES CRISTIAN GILBERTO


C/CONSOLIDAR ART S.A. s/RECURSO ART 46 LEY 24557, 14.2.2013.
Nº 006 FOLIO 019/030 - TOMO I . Juzgado Primera Instancia del Trabajo
nro. 4, Neuquén. Juez José Manuel Ruiz

MAJUL MATIAS GERARDO C/MAPFRE


ARGENTINA ART S.A. S/RECURSO ART. 46 LEY 24.557, 14.2.2013 007
FOLIO 031/039 TOMO I, Juzgado Primera Instancia del Trabajo nro. 4,
Neuquén. Juez José Manuel Ruiz

TORCUATI MARIO ERNESTO


C/CONSOLIDAR ART S.A. S/ RECURSO ART 46 LEY 24557, 18.2.2013,
Nº 009 FOLIO 044/056 TOMO I, Juzgado Primera Instancia del Trabajo
nro. 4, Neuquén. Juez José Manuel Ruiz

OVIEDO MARCOS ALEJANDRO


C/CONSOLIDAR ART S.A.S/ RECURSO ART. 46 LEY 24557, 18.2.2013,
Nº 010 FOLIO 057/068 - TOMO I, Juzgado Primera Instancia del Trabajo
nro. 4, Neuquén. Juez José Manuel Ruiz.

Como colorario de lo anteriormente


expuesto, decimos que la Ley de Riesgos del Trabajo 24.557, que
conforme el Decreto 1694/2009 constituyen “pisos” y que la ley 26.773 las
dotó de un mecanismo de ajuste de acuerdo a la variación de las
Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables
(RIPTE) incrementando las prestaciones dinerarias a los valores
siguientes, y las que se pide su correcta actualización al momento del
efectivo e íntegro pago.

VII / INCONSTITUCIONALIDAD DECRETO 472/2014. SOLICITA


INAPLICABILIDAD DE LA LEY
Asimismo y toda vez que luego de la
promulgación de la ley 26.773 se ha sancionado el decreto reglamentario
de ésta, Dec. 472/2014, se solicita a V.S. que se declare la
inconstitucionalidad del decreto reglamentario referido por causar un
gravamen irreparable en los derechos del obrero consumidor.

En efecto, dicho decreto desnaturaliza las


intenciones de la ley 26.773, cercenando los alcances tenidos en mira por
los legisladores. El decreto viola el Art. 28 de la Constitución Nacional
cercenando derechos expresamente reconocidos en una ley de mayor
jerarquía emitida por el Congreso Nacional.

Dicha argumentación es conteste con lo


ya expuesto por la Sala VII de la justicia laboral nacional en cuanto
ha expresado que: “... que la Ley 26.773 no se limita a actualizar
exclusivamente las prestaciones aludidas por el Decreto, sino que
establece claramente en su Art. 17, inc. 6 que “las prestaciones en dinero
por Incapacidad Permanente previstas en la Ley 24.557 y sus
modificatorias, y su actualización mediante el Decreto 1694/09, se
ajustarán a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley conforme al
Indice RIPTE...".

Más adelante señaló que: “... son pasibles


de actualización no sólo aquellas prestaciones adicionales de pago único y
los pisos que mencionan la Ley 24.557 y el Decreto 1694/09, sino también
aquéllas prestaciones como las previstas en el Art. 14, inc. 2, ap. a) y b), o
la prevista en el Art. 15 de la Ley 24.557, cuya enunciación a modo de
fórmula, no excluye su carácter indemnizatorio...".

Continuando con la cuestión del Decreto


472/14 puntualizó: “... el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) ha incurrido en
un exceso del poder reglamentario, contraviniendo las facultades
reglamentarias autorizadas en el inc. 2 del Art. 99 de la Constitución
Nacional (CN), que dispone que en ejercicio de aquellas facultades deberá
cuidarse de no alterar el espíritu de la ley...".
Siguiendo esa argumentación el Dr.
Rodríguez Brunengo afirmó: “... además se configuraría la situación
prevista en el seg. párr. inc. 3, del Art. 99, de la Carta Magna, pues se
estaría emitiendo una disposición de carácter netamente legislativo, a
cuya veda alude la norma citada...".

En tal sentido la Sala coincidió en “que en


el caso de autos, esa línea divisoria ha sido traspasada y se
ha configurado una desviación de poder, que fundamenta la declaración
de inconstitucionalidad el Decreto 472/2014...”.
 
Subsidiariamente, a los efectos del
Art. 288 del CPCCN se invocan los precedente de la Sala VII en autos:
“Silva Augusto c/ Asociart ART S.A. s/ Accidente - Ley Especial” de fecha
18/07/2014 (transcriptos parcialmente) e in re “P. R. J. c/ LIBERTY ART
S.A. s/ ACCIDENTE - LEY ESPECIAL“ del 30/6/2014, por cuanto en
idénticas circunstancias y consideraciones de hecho, el Tribunal Ad Quem
sentenció en ambos casos que el decreto reglamentario 472/2014 era
inconstitucional considerando que dicho decreto excluye ciertas
situaciones que se encuentran expresamente contempladas en la ley
26.773.

Por todo lo anteriormente expuesto, se


solicita a V.S. se decrete la inconstitucionalidad del decreto 472/2014 por
causar un gravamen irreparable a mi mandante.

A todo evento, pedimos a V.E. pueda


suplir mis omisiones.

(C.S.J.N. - Fallo 326:350: “... Entre los


poderes que puede ejercer el órgano judicial se encuentra el
principio de iura novit curia, regla que establece la facultad y el deber
del juzgador de discutir los conflictos litigiosos y dirimirlos según el
derecho vigente, calificando autónomamente la realidad fáctica y
subsumiéndola en las normas que la rigen, con independencia de los
fundamentos o argumentos jurídicos que enuncien las partes...”).

Inclusive, se solicita respetuosamente a


V.E. Que de corresponder, aplique inclusive la Última Ratio del derecho,
declarando la inconstitucionalidad de oficio de toda norma que de
cualquier modo afecte o restringa estos derechos que son indisponibles
para las partes, de orden público laboral y protegidos también por las
normas diseñadas a favor de la DEFENSA DEL CONSUMIDOR, leyes
24.557, 26.361 y concordantes suscriptas en tratados internacionales con
otras naciones en el plano del Derecho Internacional.

Asimismo, deberán ser considerados los


principios que informan al derecho laboral sobre la base del principio
Favor Debilis. En su vertiente interpretativa, el principio favor debilis implica, de acuerdo con

Bidart Campos, que: "… En la interpretación de situaciones que comprometen derechos en


conflicto es menester considerar especialmente a la parte que, en su relación con la otra, se halla
situada en inferioridad de condiciones o, dicho negativamente, no se encuentra realmente en pie de
igualdad con la otra". Citado en Luis Pinto, “Los principios jurídicos en la Convención Americana de
Derechos Humanos y su aplicación en los casos peruanos”.

En cuanto a la declaración “de oficio” de


una norma legal considero que ello resulta viable jurídicamente, tal como,
por ejemplo, lo han sentenciado la C.N.A.T. en Sala VI, “Herrero Carlos
Alberto c. Esso S.A.”, Sent. 58.335 del 6-06-05; en Sala VII, “Bretaña Juan
Antonio c. Escuela Superior de Hotelería S.A. s/ Despido”, Sent. 38.760
del 13-09-05 y en Sala VII, “Cubo Julieta Marina y otro c. F.S.T.S.A. y otros
s/ Despido”, Expte. 10.410/06, entre otros.

Como lo ha dicho una de las Salas de la


Excelentísima Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo en el caso
“Cubo…:” en el voto emitido por la Dra. Estella Ferreiros: “... entiendo que
la función del Juez que se enuncia con el adagio latino “iura novit curia”,
es suplir el derecho que las partes no le invocan o que le invocan mal. Es
consecuencia de ello, que los hechos del proceso, deben ser invocados y
probados por las partes, pero en lo atinente al derecho aplicable, el Juez
debe fallar conforme a lo que él considera y razona como conducente a la
decisión del proceso...”.

Lo dicho ha llevado a Bidart Campos a


sostener también que: “... El Juez depende de las partes en lo que
tiene que fallar, pero no en cómo tiene que fallar...”. Es que el control
de constitucionalidad no depende de las partes porque la supremacía
de la C.N. es una cuestión de orden público cuya custodia ha sido
confiada en nuestro sistema republicano de gobierno y conforme la
división de poderes al órgano jurisdiccional con competencia en la
materia que se está juzgando.

“...En efecto, ha sentenciado


reiteradamente esa Sala al referirse a la inconstitucionalidad del tope
indemnizatorio consagrado por el art. 14, inc. 2), ap. a) in fine L.R.T.,que:
inclusive “de oficio”, cuando se aprecia que su aplicación, en el caso
concreto en juzgamiento, provoca una licuación o una pulverización
o una disminución irrazonable de la prestación dineraria que le
correspondería percibir al trabajador víctima de una enfermedad o
accidente laboral si no se aplicara dicho tope legal, de modo tal, que el
mismo se pone en manifiesta contradicción con la finalidad reparatoria de
la contingencia laboral que la norma legal en examen se propone
reparar...”.

Así lo ha juzgado, por ejemplo, en las


causas 255, 712, 496, 2.611, 1.030, 3.231, 1.252, 5.389, 1.399, 3.946,
entre otras.

“... Apoyo esta resolución en los recientes


fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los cuales ha
sentenciado que es factible y ajustado a derecho que los Tribunales
Inferiores declaren “de oficio” la inconstitucionalidad de una disposición
legal cuando su aplicación vulnera garantías amparadas por nuestra Carta
Magna...”.
Efectivamente, ese ha sido el
pronunciamiento de la Corte Nacional en los fallos “Mill de Pereyra Rita A.
y otros…” con el voto de la mayoría y en la causa “Banco Comercial
Finanzas S.A. en liquidación…” con el voto de la mayoría absoluta de sus
integrantes y en su actual conformación.

“... 9°) Que, en primer lugar y en cuanto al agravio


referente a la declaración de oficio de la inconstitucionalidad, corresponde remitirse al
voto de los jueces Fayt y Belluscio en el caso de Fallos: 306:303, donde se expresó que
“... no puede verse en la admisión de esa facultad la creación de un desequilibrio de
poderes en favor del Judicial y en mengua de los otros dos, ya que si la atribución en sí
no es negada, carece de consistencia sostener que el avance sobre los otros poderes no
se produce cuando media petición de parte y sí cuando no la hay. Tampoco se opone a la
declaración de inconstitucionalidad de oficio la presunción de validez de los actos
administrativos, o de los actos estatales en general, ya que dicha presunción cede
cuando contrarían una norma de jerarquía superior, lo que ocurre en las leyes que se
oponen a la Constitución. Ni, por último, puede verse en ella menoscabo del derecho de
defensa de las partes, pues si así fuese debería también descalificarse toda aplicación de
oficio de cualquier norma legal no invocada por ellas so pretexto de no haber podido los
interesados expedirse sobre su aplicación en el caso” (considerando 5°).

“... Recuerdo, también, más allá de lo


expuesto anteriormente, que la Corte Federal ha sostenido desde
antiguo que resulta elemental en nuestra organización constitucional
la atribución que tienen y el deber en que se hallan los Tribunales de
Justicia de examinar las leyes en los casos concretos que se traen a
su decisión, comparándolas con el texto constitucional, para
averiguar si guardan conformidad con este o no y abstenerse de
aplicarlas si las encuentran en oposición con la Carta Suprema (Fallos
33:162; 308:490; 310:1401; 311:2478; 312:2494; 313:1513; 321:1043; 323:518; 327:3117;
328:2567; 331:1.664)...”.

El máximo tribunal en autos: “Rodríguez


Pereyra, Jorge Luis y otra c/ Ejército Argentino s/ Daños y perjuicios” ha
dicho: 1º--- Que cabe recordar que con arreglo al texto del artículo 100
(actual 116 de la Constitución Nacional), tal como fue sancionado por la Convención
Constituyente ad hoc de 1860 -recogiendo a su vez el texto de 1853,
tributario del propuesto por Alberdi en el artículo 97 de su proyecto
constitucional-, corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales
inferiores de la Nación el conocimiento y decisión, entre otras, de todas las
causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, por las leyes
de la Nación (con la reserva hecha en el Artículo 75 inc. 12) y por los tratados con las naciones
extranjeras).

2º--- Que en este marco constitucional, la Ley 27 estableció en 1862 que


uno de los objetos de la justicia nacional es sostener la observancia de la
Constitución Nacional, prescindiendo, al decidir las causas, de toda
disposición de cualquiera de los otros poderes nacionales, que esté en
oposición con ella (Artículo 3).

“...Al año siguiente, el Congreso dictó la Ley 48, que prevé que: "Los
tribunales y jueces nacionales en el ejercicio de sus funciones procederán
aplicando la Constitución como ley suprema de la Nación, las leyes que
haya sancionado o sancione el Congreso, los tratados con naciones
extranjeras, las leyes particulares de las provincias, las leyes generales
que han regido anteriormente a la Nación y los principios del derecho de
gentes, según lo exijan respectivamente los casos que se sujeten a su
conocimiento, en el orden de prelación que va establecido" (artículo 21). Que
con estas bases normativas, la doctrina atinente al deber de los jueces de
efectuar el examen comparativo de las leyes con la Constitución Nacional
fue aplicada por esta Corte desde sus primeros pronunciamientos...”.

3º--- "... es elemental en nuestra organización constitucional, la atribución


que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia, de
examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión,
comparándolas con el texto de la Constitución para averiguar si guardan o
no conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas, si las encuentran en
oposición con ella, constituyendo esta atribución moderadora uno de los
fines supremos y fundamentales del Poder Judicial nacional y una de las
mayores garantías con que se ha entendido asegurar los derechos
consignados en la Constitución, contra los abusos posibles e involuntarios
de los poderes públicos".Tal atribución -concluyó la Corte- "es un derivado
forzoso de la separación de los poderes constituyente y legislativo
ordinario" (Fallos: 33:162).

4º--- “… en el caso "Sojo", esta Corte ya había citado la autoridad del


célebre precedente "Marbury vs. Madison" para establecer que "una ley
del congreso repugnante a la Constitución no es ley" y para afirmar
que "cuando la Constitución y una ley del Congreso están en
conflicto, la Constitución debe regir el caso a que ambas se refieren"
(Fallos: 32:120).

5º--- Tal atribución encontró fundamento en un principio fundacional del


orden constitucional argentino que consiste en reconocer la supremacía
de la Constitución Nacional (Artículo 31), pues como expresaba Sánchez
Viamonte "no existe ningún argumento válido para que un juez deje de
aplicar en primer término la Constitución Nacional" (Juicio de amparo, en

Enciclopedia Jurídica Omeba, t. XVII, pág. 197, citado en Fallos: 321:3620).

7º--- "... tras la reforma constitucional de 1994 deben tenerse en cuenta las
directivas que surgen del derecho internacional de los derechos humanos.
En el precedente "Mazzeo" (Fallos: 330:3248), esta Corte enfatizó que: "… la
interpretación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos debe guiarse por la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)" que importa "una
insoslayable pauta de interpretación para los poderes constituidos
argentinos en el ámbito de su competencia y, en consecuencia,
también para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los efectos
de resguardar las obligaciones asumidas por el Estado argentino en
el sistema interamericano de protección de los derechos humanos...”
(considerando 20).

8º--- Se advirtió también en "Mazzeo" que la CIDH "… ha señalado que es


consciente de que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio
de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en
el ordenamiento jurídico...”.
“... Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la
Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado,
también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los
efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermados por
la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio
carecen de efectos jurídicos".

Concluyó que: "… en otras palabras, el


Poder Judicial debe ejercer una especie de 'control de convencionalidad'
entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos" (caso "Almonacid", del 26 de
septiembre de 2006, parágrafo 124, considerando 21).

9º--- "... la CIDH... en el caso "Trabajadores Cesados del Congreso"


precisó que los órganos del Poder Judicial deben ejercer no sólo un
control de constitucionalidad, sino también "de convencionalidad" ex officio
entre las normas internas y la Convención Americana
("Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Perú",
del 24 de noviembre de 2006, parágrafo 128).

10º--- Recientemente, el citado Tribunal ha insistido respecto del


control de convencionalidad ex officio, añadiendo que en dicha tarea
los jueces y órganos vinculados con la administración de justicia
deben tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana (conf.
caso "Fontevecchia y D'Amico vs. Argentina" del 29 de noviembre de 2011 ).

11º--- "... los órganos judiciales de los países que han ratificado la
Convención Americana sobre Derechos Humanos están obligados a
ejercer, de oficio, el control de convencionalidad, descalificando las
normas internas que se opongan a dicho tratado.

18º--- “... Que en lo que interesa al caso, esta Corte ha dicho que el
"principio general" que establece el Artículo 19 de la Constitución
Nacional, según el cual se "prohíbe a los 'hombres' perjudicar los
derechos de un tercero", se encuentra "entrañablemente vinculado a
la idea de reparación", y que la reglamentación que hace el Código
Civil, en cuanto a las personas y las responsabilidades consecuentes
no las arraiga con carácter exclusivo y excluyente en el derecho
privado, sino que expresa un principio general que regula cualquier
disciplina jurídica (conf. Fallos: 308:1118 y 327:3753).

20º--- Que, en conclusión, la adecuada protección del derecho a la


vida y a la integridad psicofísica de las personas exige que se
confiera al principio alterum non laedere toda la amplitud que éste
amerita, así como evitar la fijación de limitaciones en la medida en
que impliquen "alterar" los derechos reconocidos por la Constitución
Nacional (Artículo 28).

En su voto el Señor Ministro Doctor Don


Carlos S. Fayt expresó:

2º--- “...el "hombre es eje y centro de todo el sistema jurídico y en


tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su
persona es inviolable y constituye valor fundamental con respecto al
cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental"
("Campodónico de Bevilacqua", Fallos: 323:3229).

Como colorario de lo expuesto y la reseña


jurisprudencial transcripta se solicita a V.E. que se aplique de forma
irrestricta y no limitada la ley 26.773 y que en caso de duda respecto a su
interpretación se esté a favor de la protección del operario.

B.- SEGUNDO AGRAVIO. FORMA DE


CONSIDERAR EL I.B.M.:
El segundo agravio se basa en que la
sentencia omitió expresarse respecto al pedido de inconstitucionalidad del
Art. 12 de la ley 24.557 formulado oportunamente y la petición expresa de
que al momento de dictar sentencia fuera considerado a los efectos del
I.B.M., el CCT real aplicable y el mejor sueldo en los términos del Art. 208
de la LCT para alguien en iguales condiciones y características que el
actor.

En efecto, El juez "a quo" sin dar ningún


tipo de fundamento aplicó lisa y llanamente el Art. 12 de la ley 24.557
desoyendo el pedido de inconstitucionalidad solicitado por la actora.

Tal como fuera expresamente planteado


en el escrito inaugural, se pidió que se declarará expresamente la
inconstitucionalidad del Art. 12 de la ley 24.557 y que al momento de dictar
sentencia se ordenara practicar al perito contador un cálculo actualizado,
considerando a los efectos del I.B.M., el Art. 208 de la L.C.T. y el CCT
aplicable para una persona de las mismas características que el actor.

Por los mismos argumentos vertidos en


la expresión de motivos del decreto 1694/2009, al cual en honor a la
brevedad me remito, se solicita a V.E. que se aplique el Art. 208 a las
prestaciones dinerarias también por INCAPACIDAD PERMANENTE
TOTAL.

No hacerlo implicaría quebrantar el


principio de igualdad ante la ley, Art 16 C.N., conforme la misma
expresión de motivos del decreto ley reconoce para su creación.

Las prestaciones dinerarias por


INCAPACIDAD PERMANENTE no son ni más ni menos que la
cobertura asegurativa de ese riesgo, el cual la aseguradora aún hoy
se encuentra sin cumplir y en estado de mora.
Este es el momento para determinar
cuál es el I.B.M. del cálculo, cuando puede disponer de ese dinero, sino se
hace un cálculo considerando incluso remuneraciones de hace varios
años, resulta clara la injusta solución de proceder de ese modo. La
situación inflacionaria en nuestro país es de público y notorio conocimiento
de la que no se puede hacer oídos sordos.

Aplicar la remuneración promedio de los


doce meses anteriores al siniestro, es realizar una forzada interpretación
del sentido de justicia y la hermenéutica del RÉGIMEN DE
ORDENAMIENTO DE LA REPARACIÓN DE LOS DAÑOS DERIVADOS
DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO Y ENFERMEDADES
PROFESIONALES.

La aplicación lisa y llana del Art. 12 de la


ley 24.557 en la forma de considerar el ingreso base agravia
irreparablemente a mi mandante porque: “... no toma en cuenta lo
efectivamente trabajado, sin encontrar justificación legal, porque no adopta
criterios netamente laborales y analizables por quien es capaz de revisar
el encuadre y relación laboral entre partes (T.Trab. Nº 3, Lomas de Zamora
(Buenos Aires), mayo 15-1998. - "Vera, Carlos A. c. Camfide S.A."; ídem,
junio 12-1998. - "Balcazar, Eugenia y otro c. Alvarez Patiño S.A.";
TySS-1999-434).

Asimismo la Sala V, de la Cámara


Nacional del Trabajo en los autos “LUCERO, Cristian Guillermo c/
PROVINCIA ART S.A. y Otro s/ despido. SD 68.608”, dispuso que: “...El
ingreso base al que hace referencia el Art. 12 de la ley 24.557 es
claramente reprochable desde el punto de vista constitucional cuando de
su cálculo resulta para el trabajador accidentado un importe inferior al que
normalmente le correspondería como contraprestación por su labor. El
fundamento jurídico de tal prestación es la situación de incapacidad en
que se halla el trabajador, en virtud de una circunstancia que el
ordenamiento jurídico le imputa al empleador (subrogado en sus
obligaciones por la ART). No tiene sentido que durante ese lapso el
trabajador se vea afectado por un déficit en su “ingreso de bolsillo”,
que tiene carácter alimentario, en virtud de una causa que no le es
imputable, y que la norma le asigna a la responsabilidad del
empleador...”.

Cabe el reproche de inconstitucionalidad


del Art. 12 de la ley 24.557 por cuanto la aplicación del ingreso base a los
fines del cálculo de la indemnización por accidente al que alude la norma
en cuestión, resulta notoriamente inferior a la remuneración que el
trabajador accidentado percibía y menos aún la que hoy debería percibir
(momento en que las obligaciones serían cumplidas y que puede disponer realmente el
damnificado de ese dinero en términos de propiedad, conforme expresamente lo consagra el Art.
17 de la Constitución Nacional y el sentido "amplio" en el que se debe entender ese derecho a la
propiedad ya varias veces expresado por el Máximo Tribunal).

Como se entiende, la Aplicación lisa y


llana del Art. 12 de la ley 24.557 resulta violatorio del derecho de
propiedad y también del derecho igualdad ante la ley, ambos consagrados
en la Constitución Nacional por causas que no le son imputables ni
siquiera al mismo empleado damnificado, sino al empleador.

Las actuales obligaciones en mora


por prestaciones dinerarias son la consecuencia de un riesgo
asumido por el empleador, no es un riesgo que deba sufragar de su
bolsillo.

Al actor se le debería computar un


IBM al día de hoy que recibe su compensación, no la que hace varios
años atrás tenía. A todas luces resulta desproporcionado y no
ajustado a derecho.

En el caso de autos, el criterio utilizado


por el inferior arrasa con los derechos de mi mandante y le causa
gravámenes irreparables.
La sentencia apelada no resulta
ajustada a derecho, el juez a quo debió al momento de practicar la
liquidación, solicitar a UN perito contador que realice una liquidación
considerando el C.C.T. aplicable en la actualidad, el sueldo a la
actualidad (que es cuando el actor podrá disponer de ese dinero) y las
pautas determinadas por el 208 de L.C.T. para un empleado en las
mismas condiciones, y así expresamente se solicita a V.E.

Por lo anteriormente expuesto se solicita


a V.E. que, viendo mi mandante violentados sus derechos de propiedad e
igualdad, ambos consagrados por la Constitución Nacional, se solicita se
declare expresamente la inconstitucionalidad del Art.12 de la ley en
cuestión y se aplique el mejor sueldo anual percibido por mi mandante de
conformidad con el régimen dispuesto por el Art. 208 de la LCT y Art. 10
"in fine" de la ley 26.773 para accidentes y enfermedades inculpables,
conforme CONVENIO COLECTIVO DE TRABAJO al momento de dictar
sentencia, es decir, a valores actualizados a la fecha del pago, y no a los
valores históricos del momento de ocurrencia de los hechos, considerando
a tal fin a una persona de similares características al actor actualmente.

Por lo expuesto solicito se tenga


presente el agravio opuesto por mi mandante y se haga lugar a la
demanda cuantificando el IBM actualizado.

II.- SOLICITA:

En la sentencia recaída en autos con


fecha 28 de octubre de 2021, V.S. omitió expedirse respecto al cobro total
de intereses sobre el capital y el cobro de costas, atento el estado de
liquidación de la demandada ART INTERACCIÓN S.A, representada por
Prevención ART S.A., con uso de fondo de reserva de la Superintendencia
de Seguros de la Nación.

En el siguiente caso análogo, fallado en el


año 2021, la justicia del trabajo, dictaminó con relación a los intereses de
capital y costas, que los mismos deben computarse hasta el momento de
su efectivo pago.

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES


DEL TRABAJO - SALA V, en los autos caratulados “LAURO ARMANDO
GUSTAVO C/ ART INTERACCIÓN S.A. S/ ACCIDENTE – LEY
ESPECIAL” (JUZGADO No 45). Expte. No CNT 35319/2016/CA1, la Sala
V de la CNAT, resolvió con relación a los intereses entiendo que los
mismos deben computarse hasta el momento de su efectivo pago,
cito:. “... En efecto, el art. 34 de la ley 24.557 expresamente establece que
el objeto del Fondo de Reserva administrado por la Superintendencia de
Seguros de la Nación es abonar o contratar “Las prestaciones de la ART
que éstas dejaran de abonar como consecuencia de su liquidación”
prestaciones que – ante la ausencia de aclaración de la ley- cabe
interpretar como comprensivas del capital más los intereses, devengados
desde la exigibilidad del crédito hasta el efectivo pago.

Ello así por cuanto no existe fuente que


permita eximir al Fondo de Reserva del cumplimiento integral de la
condena en tanto los intereses resultan un accesorio de la obligación
principal, teniendo en cuenta que el pago del crédito no se considera
íntegro si no incluye igualmente a los intereses. Obsérvese que la
reglamentación del Decreto 334/96 no estableció limitación alguna en los
alcances de la obligación a cargo del Fondo de Reserva, siendo que el art.
19 apt. 5 primer párrafo del decreto citado se refiere exclusivamente al
Fondo de Garantía concerniente a los “intereses, costas y gastos
causídicos” y no al que regula el art. 34 de la ley 24.557…”.

Atento a ello, solicito a V.E. se expida


sobre el cobro total de intereses y costas del proceso.

III.- APELA HONORARIOS:


Que venimos por el presente a apelar los
honorarios de la representación de la parte demandada y peritos por
considerarlos elevados.

IV.- SE HACE RESERVA DE CASO


FEDERAL:

Para el improbable e hipotético caso de


no hacer lugar a la demanda, en abierta violación de las garantías
constitucionales de propiedad, defensa en juicio y debido proceso (Art. 17,
18, 19 y Ccs. de la CN) venimos a formular reserva de recurrir ante la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, por la vía del recurso federal
previsto en el Art. 14 de la Ley Nacional 48.

V.- PETITORIO:

Por todo lo expuesto, a V.E. Pedimos:

- Se tenga por presentado en legal tiempo y forma el presente escrito


recursivo;
- Se haga lugar a la apelación interpuesta;
- Se haga lugar a la demanda con las consideraciones fundadas y
actualización peticionada en derecho.

Tenerlo presente y proveer de conformidad


que,

SERA JUSTICIA.

JUZGADO NACIONAL DE 1RA INSTANCIA DEL TRABAJO NRO. 34


Expediente: CNT 038640/2016
OTROSI DIGO. APELA HONORARIOS

Señor Juez:

PABLO NICOLAS MANSILLA,


T° 104 F° 1 del C.P.A.C.F. y JOSE MARIA SANTA CRUZ, T° 97 F° 585
del C.P.A.C.F., ambos por derecho propio, en los autos caratulados:
"MOYANO, PABLO ISRAEL C/ ART INTERACCION S.A. S/ACCIDENTE -
LEY ESPECIAL" (EXPEDIENTE 38640/2016), a V.S. decimos:

Que venimos por el presente a apelar los


honorarios de la dirección letrada de la parte actora por bajos.

Tenerlo presente y proveer de conformidad


que,

SERA JUSTICIA.

JUZGADO NACIONAL DE 1RA INSTANCIA DEL TRABAJO NRO. 34


Expediente: CNT 038640/2016

Signature Not Verified


Digitally signed by JOSE MARIA
SANTA CRUZ
Date: 2021.11.07 23:38:04 ART

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