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l arte del 1110/or

nio de la opinión pública. no, prec1plla mcx_orable mente ha- EL EFECTO DE


cia esta fa. e ultima de la 111ed1011wcuí11 poht1ca. que -.uelvc a
EMPEQUE. ECIMIE TO
,er el pmileg1o de grupos ndm 111e11os7'~mei:uso.-....po-
seedores de una última amalgama..<! 1a..,eloc1dad de la lu,
('et--.recreto} y l a abusiva elocuencia de la, cifras. los mensa-
Je . la, imágenes (la información). __,,

..V1v1r es e, 1ar ciego a la, propia, d1-


mensmne,.··
CJORA1'

Con la acelerac ión ya no hay el aquí y el allá, sólo la con-


fu"ón mental de lo cercano y lo leJano. el presente y el futu-
ro, lo real y lo irreal. me,cla de la historia, las histonas y la
utopía a lucinante de las técnicas de comunicación. usurpa-
ci6n mformac1onal que durante mucho tiempo avanzará en-
mascarada tra, lo oropeles de esas ideologías de progreso,
purificadas de todo Juicio. sobre las cuales e preguntaba
Merleau-Ponty al final de u vida: "Como las mismas pala-
bras - idea, libertad. aber- no tienen aquí y allá el mismo
sentido por la falta de un único te tigo que la, reduzca al
mismo denominador. ¿cómo habríamos de ver crecer a través
de las filosofías una sola filosofía?". Aunque no pudieran
ocupar el mismo lugar al m1<,mo tiempo gracias a la ilusión
ópt ica del objetivo cinematográfico, los hombres del siglo
XIX podían tener la esperanza de compartir muy pronto un
mismo tiempo ba ándosc en lo excesos de velocidad de los
medio de tran mis16n y comunicació n: "La evolución de la
cultura se parece a la marcha de un ejército[ . .. ]. Es posible
FI arte drl 111n101
El t/ton ,Je tmptquúíu1m1rnto 47
· n 19 13 pero uno de mis vecino<, vive e n 1900 y
ue yo viva e •• . Del m1'mo modo. las gaceta'i eran también mera, carta,;,
q 1880 1 l FI campe<,100 de los alto., valle, del Ti-
el otro e n ·· · . una cróíll<.j pn,. ada re ervada a un numero re<,tnng1do de
. 1 ._ gJo xn ¡D1chosos Jo, pa1,e, como Jo, fata-
rol \l, c e n c 1 . · d ,.. , lcctore<,, con su, rumore<, u cúmulo de ch1,morreo,; y nou-
.d que no tie nen 01 rezagado<, 01 me rm,os
dos U01 º"· ,
·Para Adolf Loos. Jo mimo que para la teon a darw101ana.
c1a,. un ane de ec;cnbJr que en pleno siglo X'vll rompe con la,;
lec.mea, 'í las regla, de la literatura clá'1ca. Mme de Sev1g-
durante la vuelta al m undo del Beagle. cuanto má<,
e1a bo ra d a á · · · né llamaba gacetas a su canas ju,tificando la reílex16n de
i,tancia de aquí a allá. m s parece v1, 1r e 1 mdí-
grand e e S la d . Marce! Proust ..Ella (la \farque<;a) no pre<,enta la, co as en
gena e n tiempos remotos. preh1stóncos, pasados por alto por el orden lógico. cau<;aJ ·
el mov1m.Je nto del progreso. . BaJO Lu1, XV. la, galerías despanzurradas del claustro de
Si e<,ta pen,pectiva espac1otemporal es a01qu1lada por Jo<, los cordeleros daban a,110 a lo, bu,cadore, de nouc1as (nou-
, t s de Ja acele ración de las técnicas de comun1cac1ó n. vcl11stes] que hahlaban y escuchahan De hecho. la prensa
e,ec o. • d ,
hom bres sobre la tierra te n ran a 1guna
e ntonceS todos los· · . debía nacer en Francia. e n e,o, lugares público, donde entre
posibilidad de creerse más contemporáneos que c111clada11os 'iolic itante, ) dadores de informaciones manuscntas u orale'.'.
d desliz.ar e simultá neamente del espacio con11guo > se celebraban bolrns de mtercamb,os llamadas pelotones
~on~ingente del viejo Estado Nació n (o Ci~dad Estado) que {pelotonsl, que serán los remotos antecedentes de las futura<,
albe rgaba al demos, a la comunidad atóp1ca de un Estado grande, agencias 1ntemac1onalec;. como Havas en 1830, lue-
Planeta. . · d go Reuter\ en Londres. Wolf en Berlín o Assoc1ated Pre,s
Signo precoz. de ese golpe de Es tado _1nf?rmac1ona 1 e un en ueva York.
nuevo géne ro . Ja primeras gacetas (del 1tahano ~aze11a, mo- Los bu,cadore, de notH:1a, mundanas ) políuca, frecuen-
ueña) se de nominan e n Francia corrientes [cou- taban lo ,alones y círculo., literario y filosófico<,, lo., café.,
ne d a peq . . d ¡ ·
a compJe iidad del ténmno proveniente e_1 at1n político., como el Procope. lm pa,eos. las Tullerías. los Fe u1-
rana l. L ~ d ¡
llants. ta, galerías comerciales del Pala1'-Royal. cuarteles
~ ~ re 1nd 1·ca s ·i multáneamente la rapidez de. un esp az.a-•
miento de aquí a allá e n el espacio, pero tambié n lo que esta generale!-. del co,mopoliti,mo. la pros11ruc16n. lo-, Juegos y
en curso en el tiempo, Jo que no está acabado e n el momento la, informac1one'> policiale,
e n que se Jo escribe o se lo lee. Y, e n efecto: a~te'> d~ conv~r- En jumo de 1789, Arthur Young se confe ará estupefacto
por la cantidad de paníletos ilegaJes que aparecen cada día en
t irse en un pe riódico, el corriente e ra un diario ~nu mo o in-
Parí , y por la e fcrve,cenc1a que reina justamente e n el Pa-
cluso un informe de re uniones impo rtantes, de viaJCS a Juga-
la1,-Royal, e n tomo a fogosos oradores. Poco después. el ar-
res d istantes, el diario de a bordo de la navegación ...
tículo x1de la Declarac ión de Jo, Derechos del H ombre y el
C iudada no otorgará libenad total a una prensa que, según
Young, s irve sobre todo a la propagación de ideas sediciosas,
J. " Ornamento y cnme n .. "Mani'fieslo del lunc1onuhsmo rntc
calumnia!-. y noticias falsa,.
gral"-, conferencia dictada por Adolf Loo~ en 1908 en v,ena
El arte del 11101or El efecto de empequeñecimiento 49
4S
he a ta mañana, nacen trescientas publicaciones esta totalidad a la que se persigue y que sigue escapando,
De 1a noc bl . ,
. la mayoría en París, y la po ac1on se somete esta tierra prometida: otras tantas expresiones vacías de sen-
de este t1p0 , . . · · d
· a vez a tas inc1tac1ones cot1d1 anas e un a herra- tido, a menos que se haga referencia a una revolución tecno-
por pnmer .
míen/a de i11formac1ó11. , . , " lógica que inaugure paralelamente, en la historia de la repre-
, pues , tas hoias
s1, publicas ocup aran su lugar. entre tan- sentación y por lo tanto en la representación de la historia,
A J e
tras aventuras teatrales con las que la 1ecund1dad dramá- una nueva percepción del espacio y el tiempo.
tas o b 11 . , 1 .
· a de tos revolucionarios franceses em e ec10 os ep1 s0- Luego de siglos de monarquía, la primera república nació
uc 2 , fi, ·1 - l . d
dios de su libertad ...". Es mas act enganar a una mu 111u en tres días a partir de un acontecimiento informacional: el
que a un solo hombre , no hay n_e cesidad de_ saber leer: los anuncio de la victoria de Valmy el 20 de septiembre de 1792
pregoneros y vended? res ~e dianos q_u~ se dispersan por las y el rechazo de la invasión prusiana. El 21. la Convención
calles de Ja ciudad gntan t1tulos y not1c1as asombrosas, albo- declaró abolida la realeza y el 22 decidió que en lo sucesivo
rotando a Ja población, anticipándose al acontecimiento, pro- todos los actos públicos serían datados a partir del Año 1 de
vocando pánicos, masacres, tumu ltos .. . Esta prensa tenden- la República fra ncesa.
ciosa anticipará en tres días la detención de Robespierre y Contrariamente a las que la precedieron en el curso de la
sus compañeros, logrando ganarles de mano, ta l vez porque historia, esta república no nace de la sedición, sino de la pues-
el Incorruptible creía aún que la historia era un pasado ca r- ta en acción instantánea de una mediatización que se preten-
gado de actualidad, como la de la ~iudad_antig~~' cuando, de total, del establecimiento de un estado de hecho técnico
en realidad, arrastrada por la potencia de hberac1on de nue- contra un Estado de derecho que pasará a depender de aquél:
vos medios, ya era coda del futuro. Alguno meses antes de la proclamación del nuevo ré!!Í.men
Más adelante, Victor Hugo anotará en A ctas y palabras el físico Claude Chappe había presentado a la Asambka Le~
( 1875): "Todas las historias son la historia del pasado. La gislativa su proyecto de telégrafo óptico, como "un medio
historia de la revolución es la historia de l po rvenir. La revo- seg_uro _de establecer una correspondencia tal q ue el cuerpo
lución conquistó hacia adelante ... En lo q ue nos ha aportado l<:g~slativo podrá hacer llegar sus órdenes a las fronteras y re-
hay más de tierra prometida que de terreno ganado, y a medi- c1b1r la re puesta a las mismas en el tiempo que dura una so-
la sesión".
da que cada una de esas conquistas hechas por anticipado en-
tre en el dominjo humano, se revelará un nuevo aspecto de la . Otro hec_ho de importancia: Cbappe ve en el telégrafo óp-
t1c~ ~l m~d10 de derrotar a una j oven prensa cuyo campo de
revolución ... ". Esta revolución que conquista hacia adelante,
acc1on aun artesanal, como lo señala Young, apenas va más
allá de la comuna parisina. Chappe escribe a Lakanal: "El es-
t~b lecimiento del telégrafo es la mejor respuesta a los publi-
2. Carta de Mallet du Pan del 25 de noviembre de 1799, con refe- c istas_q~e piensan que Francia es demasiado extensa para
rencia a la "puesta en escena" del 18 brumario por Bonaparte Y sus constlluu una república. El telégrafo acorta las distancias y,
partidarios.
El arte del motor El efecto de empequeñec1m1ento 51
50 . ensa poblac ió n en un solo
. odo reúne a una mm una elevada montaña. el océano sm límites, ¡cuánto hay que
de cierto m •
3 compnrn1rlos 1" . Reinhold replica en el acto: "¡Todo eso se
punto". , unto geográfico del ágora antigua, comprime por rí solo! .
Tal vez no todavia ~¡ P . Barere, que sue ña con
. o ti empo o cas1... " A contmuac1ón md1ca a Waller cómo hacerlo: en primer
pero ya sí un mw~ . , " un vasto c ampamento .
lugar es convemente ab,;traerse voluntanamente de la incon-
1 t rnto n o france en lé f
transformar e e 1794 la tran misión por te gra o rnen:,urable grandeza del paisaje que de borda por todos la-
anuncia el 17 de ago to de l Q snoy: " Mediante e la inven-
. . de la toma de ue " dos nuestro ángulo de v1s1ón y nos hace apreciar nuestra pe-
de la not1c1a I d·stancias se desvanecen ... . queñe-:,. " o tenéis más que mirar a lo lejos a través de una
ción -dice a la Asa~ble;- 1ª : e:cano y lo distante había rea-
ventana estrecha o entre las palmas ahuecadas de vuestras
De hecho, la fu ión e do d 1 iglo XV II : "vigilancia del
notables es e e . manos, y veréis qué multllud de grande objetos abraza
!izado progre os .6 d los observatorios nacio nales y vue tra mirada. [ ... ] El o;o 110 conoce la magnitud aparente
. " la construcc1 n e 6 . "·
cielo con
11 de una "unidad astro n m ica , en de las cosas sino en sus correlaciones recíprocas."
la idea lanzada por Ha elyfi 1 a lobo aerostático que en el
83 lo del montgo ier, e º . Evoca después con en tusiasmo la perspectiva aérea o a
17 , ~u~ rará lo 11 .000 metros de allnud ... ··vuelo de pájaro", modo de representación muy en boga e n
siglo s1gu1ente supe , de lo constructores de aerós-
el siglo XVIII: ..Goza in reservas del poder de representar la
La ambición de la mayon a n vola r que en ve r desde lo
. t'a entonces menos e grandeza con grandeza en un pequeño espacio. ¡Incluso po-
tato cons1s J i o de Luc iano, que ya no se co nten-
demos imagi narla genero a en lo colo al!". En e l límite de
alro; como el Icaromen pa de acue rdo con lo astros sino que
una canografía cuya escala ería la ilu ión visual, el cuadro
taba con establecer ~~ rut 11 s a "subir a la Luna" para
se convertiría en una mmiarura desmesurada.
se haba1'aT~~~~::t:~=~ae~~:t; p~q~eña, ¡mucho más peque- Como no hacemo más que pensar dimen iones que el ojo
ver un . 4
- 1 L na vista desde la Tierra 1. e verdaderamente mcapaz de ver, y e l espacio y el tiempo
na que ~ u Wºlh lm Schlegel contemporáneo del no on para no otro má que intuiciones, las herramientas
Lo mismo Augusl I e ' . . 1 a
lfi cuando en su libro Los cuadros imagina as p - de percepción y comunicación podrán realizar e a paradoja
:~;~; ~ e1~~s jóvene prendados del arte , mi~n~ra conte~~ de las apariencias que consi te en comprimir la grandeza del
lan el valle del Elba: "Toda pintura de un pa1saJe es una ~s universo en un perpetuo efecto de empequeñecimiento.
~ecie de miniatura -dijo el esculto r Waller a su _amigo " Vivir es estar ciego a las propias dimensiones", decía
Reinhold-. Para representar en una te la un vasto hon zonte, Cioran. Como e l libre paisaje que se extiende más allá del al-
cance de la vista a lo pies de Reinhold y sus amigos, el pa-
ado histórico que nos rebaja sin cesar a la irrisión de nues-
3 Le Mo11ite11r universal, años 1794- 1795. tra!. dimensiones puede ser comprimido. Del mismo modo, la
4· La "liberación" del aeróstato por PiHitre de Roz1er,
· e1 2 1 de no- precipitación huguiana, la "conquista hacia adelante" de una
· d
viembre de 1783, e /caromenippe ou le voyage au- essus 'e.i¡ · 11 uages. revolución desmesurada, podrá jugarse sobre la totalidad del
El arte d el moto r
52 El efecto de empequeíiec,miento 53
territorio francé , en algunas hora e inclu ~ en unos pocos ro del pensa miento y rivalizaba en velocidad con éste. La jo-
minuto . durante la exten ión de una sola sesión de la Asam- ven pren<;a amenatada contestará al desafío lanzado por un
blea. Por e te ilusorio dominio técnico de una totalidad que complejo informacional que interesa en el más alto grado al
se empequeñece, e hará observable l_ a aceleración hi sl~rica; ejército, la política y la policía del Estado. Demostrará que la
en cuanto a lo opositare de Robesp1erre, ya se lo olvide o imaginación es un exceso de velocidad del pensamiento ca-
se lo ejecute, le parecerán a é te y sus partidario "algunas paz de compensar la lentitud relati va de medios de transmi-
pequeña figuras humanas", como si ya _los vieran _desde m_u_y sión artesanales y de anticiparse sin cesar al acontecimiento.
lejos y apenas lo distinguieran. Se adv_ierte tam_b1én la ullh- "¡La prensa no es ahora, es antes! .., afirmaba Gaston Leroux,
dad inmediata del Año 1 de un calendario republicano que en y en 1915 Karl Kraus se preguntará: "¿Cómo está gobernado
nombre del racionalismo pretende hacer tabla rasa del pasado el mundo y cómo se lo conduce a la guerra? Los diplomáti-
histórico y, sobre todo, abolir la larga duración religiosa es- cos mienten a los periodistas, y luego les creen cuando los
tablecida según una cronología bíblica cuya un idad de tiem- leen". La cosa descripta le gana a la cosa real, pero antes de
po era el milenio.s Los revolucionario franceses acometían alcanzar esta potencia efectiva, será preciso que la prensa
así contra una determinada práctica judeocri tiana pero, mu- consiga montar un mercado paralelo de la infomzación don-
cho más allá, intentaban asimilar la aceleración de la hi toria de, dirá Maupassan 4 el realismo es una ilusión.
a la brevedad de la vida humana, tomando como modelo una En el siglo XIX se asiste, entonces, a un proceso de rea-
experimentación científica que, en esa época, aún se reducía grupamiento de actividades industriales obre el cual la pren-
a una observación tributaria de medios de percepción Y veri - a establece un discreto control: los telégrafos óptico y eléc-
ficación poco importantes, que a menudo se limitaba a unos trico e capan parcialmente al monopolio del Estado y van a
pocos decenios y estaba por ello sujeta a conclusiones apre- duplicar el tráfico comercial. marítimo y ferroviario; luego
suradas. Como la ciencia oficial, la p eudociencias y filoso- entran en el dominio público: se pondrá en servicio un telé-
fías de la historia podrán en lo sucesivo adelantarse intrépida- grafo eléctrico en el correo central de Londres en 1850, y en
mente en el callejón sin salida de las certidumbres a corto Francia en l 856. En un mi mo momento, kioscos y librerías
plazo del positivismo. En su informe de agosto de 1794, La- aparecen en los andenes de las estaciones. Allí, la amalgama
kanal declaraba que el telégrafo óptico era el rápido mensaje- realizada se dirige a un público urbano cada vez más apura-
do Y numeroso: transmisión de la información, transporte de
los viajero y las mercancías y, finalmente, último departa-
mento encargado de llenar las lagunas de la comunicación a
5. Una cronología ya cuestionada por los libertinos preadamitas
gran di tancia y de inventar el argumento de lo que tendrá al-
en el siglo xvu. Véase Franck Bourdier, "Adam ancetre des juifs,
non de l'humanité... " Préhisroire de Fra11ce, París, Flammarion,
guna posibilidad de convertirse en una realidad virtual, la in-
1967, págs. 77-78, con referencia a la duración de los fenómenos novación de una lite ratura -crónica, la novela folletín o por
geológicos. entregas. El folletín aparece en Francia en Le Jo urnal des
1

54 El a rte de l m otor
El efecto de empequeñecimiento 55
de'bats, e n 1800 · Ni novelesco ni político, ya es .una subes-
,
tructura de la vida cotidiana, con sus sucesos m1scelaneos' mensual de David Copperfield (1 849). Cuando el e mpleado
sus anu ncl· os , sus críticas artísticas
. y. teatrales, sus .. recetas, Je di o e l fascículo, ella le echó una mirada y dijo: "Ah no,
sus relatos de viajes ... Cuando Ülfardm logre reconc1ltar a la éste ya lo leí. El que necesito es el siguiente". Dickens termi-
prensa popular y los hombres de letras fra?c~ses, que por tr~- na: "Al escuchar esto. y consciente de que ni siquiera había
d. · ' n se mostraban hostiles a ella, los ulttmos no tendran escrito la primera palabra de l número que ella pedía, por pri-
JCJO · . 1 d 1 " f 11 t ' "
ás que abrevar en el vJVero socia e o e 111 para en- mera y única vez en mi vida me sentí... espantado".
m . 1
contrar rápidamente la inspirac ión e mventar nuevas escue as La aceleración de la informac ión empujaba a su desregu-
orno el realismo y el naturalismo, sin olvidar la novela poli- lación, lo imaginario sustituía la realidad de los hechos. pe-
cial o aun la "literatura de las grandes d.1~tanc1as
e · ,,.6
riodistas y publicistas se entregaban al peligroso j uego de los
Periodista en Inglaterra, Stendhal estimaba que la novela pronósticos. Así. en 1927 la prensa francesa apostaba al éxi-
era un espejo recorrido a lo largo de una carretera g~nera_l. to del cruce de este a oeste del Atlántico norte por Nunge sser
P su lado Dickens aplicaba directamente a su obra ltterana y Coli, a bordo del L 'Oiseau Blanc. Unánime, relatará con
or , ., j
las leyes de una prensa obsesionada por la acelerac1on. oven vigor los detalles de la llegada triunfal de los dos aviadores
periodista enviado al interior por el ~ o nun g Chro n,cle, ~e- a Nueva York, la alegría de los vencedores y el delirio de la
bía transmitir así cada día sus reportajes sobre las c~~pan~s muchedumbre , las palabras his tóricas pronunciadas e n esa
electorales. A la noche, transcribía su texto en una d1lt~encia ocasión ... En el momento mismo e n que el anuncio de la
lanzada al galope. Las partes sucesivas destinadas al nnpre- proeza hacía trepar la tirada de los grandes diarios, los cuer-
sor se remitían, a medida que las redactaba, a e~tafetas a ca- pos y los bie ne de los héroes del día ya habían desaparecido
ballo, ubicadas a intervalos atinadamente escogidos. Toda_su a la al~ura de las costa estadouniden es, que nunca alcanza-

vida se plegará a este mismo ritmo, por lo que publtcac1ón rán . Sin embargo, redactare y pe ri odistas supieron salir de
de los episodios de sus novelas apenas le dejará cada mes e~e_mal trance acusando al gobierno y a los ministerios inter-
dos semanas de adelanto sobre los distribuidores.? vinient_e s de ha~erlos inducido a error mediante la entrega de
Cuenta que un día vio a una lectora que pedía la entrega fa_lsa_s informa~1ones. Lo que es digno de señalar es que el
publico se enoJó con lo ministros de la República, pero no
guardó rencor a la pre nsa. Hacía mucho tiempo en efecto
q_u_e los su~criptores habían hecho la amalgama ;ntre la ilu~
6. Pierre Assouline, Albert Londres. Vie et mo rr d' 1111 grand re-
~ion de la información a distancia, la virtualidad de la nove-
poner, Balland, 1989. . • · taquí- a por entregas Y la excitación de los juegos de azar organi-
7 Dickens fue un verdadero novelista virtual, al pnnc1p1 0 .
z~dos por los grandes diarios, tómbolas, loterías concursos
grafo· Uudicial, parlamentario) pero tambi.é n dueno
- de b'semana nos
odado sm contar las not" · d 1 • ···
como Al/ the Year Rou11d (300.000 ejemplares). Se lo ha ia ap y los d icta~ ~ a Bolsa, las secciones astrológicas
"el novelista del camino". y réc;::; e~~:;tntecur:iientos dromológicos, rallies, carreras
res, pe estres, automovilísticos, aéreos, ma-
El efecto de empequeriecimiento 57
El arte del motor
56
,. · - En un oénero má grandio o, la prensa in- "li teratura de las grandes distancias" se agotó al mismo tiem-
numo c1c1I ta . o . . po ~ u~ las distancias geográficas, con el efecto de empeque-
.' nizará peligro a exped1c1ones a 1ugares re-
ternac1ona1 orga .
oco de abor a época apacibles. As1,, lo ñec1m1ento provocado por la aceleración de las técnicas de
motos, para, dar Un P , . transmisión y transporte.
ha tiado podran Jugar e uno centavos o unos
lectores mas . . , . , A los periodistas, Hugo le<, hablaba de "cosas vistas"·
· ( 1 prec 1·0 de u d1an o) al ex1to de aventura. tan 1111-
pemques e ., Cendrars, unas décadas más tarde, piensa en '•fotografía~
tica como ta conqui ta del Polo orte ( 1909) o la ascens1on verbales", y en 1928, en Les Annales, Mac Orlan anunciaba:
al Everest, 0 a la po ibilidade del explorador John Row- "Dentro de veinticinco años, todos los escritores reporteros
land Stanley, contratado por el New Yo rk He rald para e ncon- sabrán manejar una cámara". No es necesario ser un hombre
trar a Livingstone en Africa ( 187 1). de letras para manejar una cámara-estilográfica. Los novelis-
En uno u otro momento, todo 1os novelistas o escritore tas reporteros erán barridos rápidamente, luego lo periodis-
8
célebre serán croni ta , críticos o corre pon ale de guerra. tas mismos se volcarán a la literatura ... El crítico literario del
La prensa ejercerá así un control ca i ab oluto obre la in- Petit Pa risien, Henri Béraud, amigo de Albert Londres, reci-
dustria del libro, tendrá ·' obre la arte , la letra , el pen a- bía el Goncourt en 1922. Más adelante fundaría, en la edito-
miento, una influencia que ningún príncipe, ningún magi tra- rial Al bin Michel. la colección " Grande Reportajes", insta-
cto, ningún mecena o censor e había atrevido a pretender lando al pe riodismo en las librerías.
hasta entonces", escribirá Loui Veuillot, quien afi rmaba que Este primer repliegue del e crito fue provocado por dos
la revista terminarían por matar al libro. No erán las revis-
acontecimientos esenciales. En el transcurso de los años
tas o los premios literario amañado los que lo matarán, y la veinte, la difusión de noticieros se había convertido en uno
de los componentes habituales del programa de los cines. Un
c_ine de actualidades que, de tod as formas, permanecía para-
8. Contrariamente a los anglosajones, los hombres de letras fran-
lizado debido a los largo plazos necesarios para el montaje
ceses del siglo xvm e mostraban ho tiles a la prensa tal como ésta
era, y manifestaban un profundo desprecio hacia lo buscadores de Y la presentación de sus filmes. Así, pues, esta pérdida de
noticias. Aun cuando, a su manera, un Voltaire era una especie de velocidad daba todavía ventajas a una prensa escrita que se-
celebridad mediática, estimaba que los verdaderos debates de pensa- guiría estando first with the news hasta que la TSH (telegra-
miento debían adoptar un ma rco menos fugaz. En el siglo XIX, es fía si_n ~ilos), reservada al principio para fines militares, se
Emile de Girardin quien reconciliará a los escritores y la gran pren- conv1rt1era, a su vez, en un medio masivo. En 1924, la ante-
sa: Chateaubriand, Planche, Constant, Hugo, Dumas, Sand, Maupas- na ubicada en la cima de la torre Eiffel era "desmilitarizada''
sant, Zola... , y aun, hacia los años veinte, los relatos de viajes a luga- Y un p~riodi ta, Maurice Privat, instalaba un pequeño estudio
res distantes de Gide, Siménon, Mac Orlan, Dorgeles ... Sin embargo, de r~d~o bajo el pilar norte. El primer DIARIO SONORO se di-
en 1883, Hachette había prohibido la venta de las obras de Maupas-
sant en las estaciones de tren, ¡con el pretexto de que ponían en peli- fundma el 3 de noviembre de 1925. Comenzaba cada día a
gro a los viajeros! las 18:00 y era seguido por un programa musical a las 21:00.
El arte del motor
58 El efecto de empequeñecimiento 59
Estos serían también los inicios de los avisos publicitari os y
las típicas de músicas arcaicas ligadas a nociones de distan-
hasta de las primeras formas de telecompra.
cia, timbre y ecos.
En tos Estados Unidos, cinco años antes, día por día,
Al acercarse la gran depresión de los años treinta, los in-
Westinghouse había abierto la primera estación _d e radio co-
gresos publicitarios de la prensa se derrumbaron bruscamen-
mercial oficialmente autorizada, la KDKA. El pn mer progra- te, en tanto los de la TSH no dejaban de aumentar. Los gran-
ma difundido fue político, y consistió en dar los resultados des diarios declararon entonces la guerra a la radio y las
de la elección presidencial Harding/Cox. De hecho, la peque- agenc ias de prensa decidieron dejar de vender infonnaciones
ña estación debía a la cortesía del Post de Pittsburgh los re- a las estaciones, que de allí en más d~bieron recogerlas por sí
sultados que comunicaba con celo y que, por otra parte, se mismas. Era conocer mal la potencia de liberación de las téc-
revelaron inexactos. La radiodifusión se mantendría durante nicas de comunicación. De hecho, luego de muchos sinsabo-
mucho tiempo como tributaria de las inversiones de los gran- res, las actualidades radiales no tardarían en afirmar su supre-
des diarios y de la poderosa infraestructura de las agencias macía con la ayuda de los trágicos acontecimientos que
internacionales. Sin embargo, a partir de 1924 la publicidad conmovieron a Europa. El 12 de marzo de 1938 se transmitió
radiofónica haría su aparición a escala nacional, y en 1925 por las ondas la primera emisión múltiple de la historia. Los
estaría en condiciones de realizarse la comunicac ión por corresponsale que la CBS había instalado en Roma, Berlín y
TSH de un lado al otro del contine nte. París, pudieron dar instantáneamente sus impresiones durante
Muy rápidamente, las estaciones habían escogido su polí- los veinte días de la crisis de Munich, y el carácter intensivo
tica: ya no se trataba de instruir o simplemente de informar, de la información escapó definitivamente a la prensa escrita.
sino de distraer, entretener, cautivar al mayor número de per-
sonas y, para ello, disponían de un recurso específico, un len-
guaje musical universal capaz de renovar e l efecto cinedra- La vieja fórm ula según la cual la información es prácti-
mático del escrito y sobre todo de la novela ... , hasta la camente la única mercancía que y a no vale nada al cabo de
llegada de ese famoso 23 de octubre de 1927 que debía seña- veinticuatro horas merece, por lo tanto, algunas reflexiones.
lar el ingreso del cine industrial estadounidense en una nue- Como hemos visto, en e l siglo XIX y a principios del xx, en
va era, con los inicios del filme sonoro y el triunfo de El plena fortuna de la prensa, se trata menos de "hacer informa-
cantor de jazz. Esta película contaba la aventura de un blan- ción" que de anticipársele, atraparla sobre la marcha, para fi-
co, hijo de un cantor religioso judío, que se maquillaba de nalmente venderla antes de que sea literalmente superada.
negro para actuar de jazz.man ... La ambigüedad del guión, la Los suscriptores compran menos noticias cotidianas que ins-
sustitución de papeles, etnias, culturas, la ausenc ia casi com- tantaneidad, ubicuidad; dicho de otra manera, su participa-
pleta de diálogos, anunciaban ya la poderosa logística musi- ción en la contemporaneidad universal, en el movimiento de
cal de los Estados Unidos, ese condicionamiento casi militar la futura Ciudad planetaria.
de la música y sus ritmos codificados que volvían a las esca- El poco escrupuloso Bunau Varilla, que había asumido la
El arte del motor El efecto de empequeñecimiento
60 61

. - d I di·ario Le Mati11 en 1896, no se equivocaba con publicó antes, con la mención poco comprometedora de "de
direcc1 6n e .
--'"ecto acuerdo existente entre la l6g1ca mercan- nuestro corresponsal en Berlín , actualmente en Londres" ...
respecto a1 Pe ,1 , . º6 d., .
ti! y la velocidad de la transferencia _Y l_a transm1s1 n me 1at1- ¡ La duda sobre la lejanía del lugar de emisión se mantenía, y
' a rodeado el título de su d1ano con un doble penta- los suscriptores pagarían por ella!
cas. H a b1 . "M , ·
grama de línea telegráfica y ~scnto como_ e~ergd~: . ufs1ca
moderna de conocimiento rápido, para e l u111co ~ano ran-
cés que une con sus líneas especiales las cuatro primeras ca- "La prensa debía dar muestras de que era capaz de des-
pitales del mundo". Respetuoso .de la técn_ica: trataba a su truir un régimen e improvisar otro en plena revolución" , es-
personal, en cambio, con desprecio. Los pen od1stas y corres- cribe Charles Ledré con referencia a los acontecimientos pa-
ponsales de Le Matin eran asimilados a borro os e m~leados risinos de 1830. La historia muestra que desde su liberación
y debían mantenerse anónimos. Cuando Bunau Var~lla l~s técnica, los medios industriales nunca dejaron de destru ir re-
deje por fin finnar sus artículos, no será con sus apellidos si- gímenes o de traicionarlos después de haberlos improvisado.
no con el nombre de estaciones ferrov iarias. Ya encarnizadamente decididos, en el siglo xvm, a perder a
Otra anécdota relatada por Stéphane Lauzanne en Su Ma- la monarquía absoluta. traicionarán a la República en benefi-
jestad la Prensa (1925) muestra hasta qué punto la pote~cia cio del Directorio y al Directorio en provecho del Imperio.
de liberación de los medios le ganó de mano, desde e l siglo Gracias al juego recíproco de la prensa de o posición, sosten-
XIX al contenido de la información: " Un corres ponsal berli- drán, cuando puedan hacerlo, a la Restauración contra e l Im-
nés' del Times había cometido el grave error de saltar a un perio y luego a la República contra la monarquía ... hasta su
tren para llevarle a su redactor en jefe, en Lo nd res, una noti- encarnizamiento actual contra la democracia consultiva en
cia del más alto interés: los Estados Unidos, en Francia, en Japón ... Pueden encon-
"¡Publíquela esta noche en el Latest lntelligence, fec hán- trarse muchos motivos de orden econó mico para las manio-
dola en Berlín! bras de ese poder paracons titucional cuyos trusts estuvieron
"-¡No, imposible! a menudo, desde el siglo XIX, en manos de hombres políticos
"-¿Cómo imposible? estrechamente ligados a los m edios financieros y diplom áti-
" -Imposible, puesto q ue no es de la última hora ya que cos, desde Emile de Girardin hasta Loucheur, Pierre Laval,
no son más q ue las cuatro de la tarde, y porque no viene de Hennessy, R obert H ersant... Las ambiciones políticas de los
Berlín ya que usted está aqu í. Si no, agregó el célebre Dela- medios no datan de ayer.
ne, vuelva a tomar enseguida el tren de Berlín y te legrafíeme E n el siglo XIX, la gran prensa ya anhelab a que sus sus-
su artículo desde allá. ¡Pero jamás voy a dar como un despa- criptores pasaran de lectores a electores. Algunos, como
cho proveniente de Berlín un artículo que vie ne de Lon- He nry Debergue , proponían incluso suprimir la clase política
dres!". La dificultad técnica fue fi nalmente salvada. El artí- haciendo de las elecciones un j uego de azar e instituyendo
culo no apareció en The Latest lntelligence sino q ue se una especie de tómbola electoral, en la que los diputados se
El arte del moto r
62 El efecto de empequeñecimiento 63
elegirían por , orteo entre lo .i°:ple c iudada nos como los
atn buye a los directores de las cadenas un poder discrecional
jurado de la audiencia en lo ~nmmal, y los resultad_os s~ pu-
que niega a los d mgentes de un gobierno electo. Más aún,
blicarían en Jo diario del mt mo modo que las cot1 zac1ones sobreentiende que sólo la censura gubernamental es intolera-
de la Bolsa. ble, y que la ejercida por los directores de las cadenas es per-
Con referencia a Elie Jo eph Bois, hombre corrupto muy fectamente legítima y. lo hemos visto, legal...
vinculado al Quai d' Or ay.* que debía dirigir durante casi Pero. si volvemos simplemente a ese torbellino de la infor-
treinta año Le Petit Pa risie11 (un milló n Y medio de eje m- mac ión donde todo cambia, se intercambia, se abre, se de-
plares por día), Loui e Wei podrá hablar de l " formidable rrumba, se hunde, se ahonda. se levanta, se expande y final -
potencial e lectoral de u diario, que lo pone al abrigo de toda mente se pierde al cabo de veinticuatro horas, y a partir de
acusación". A ouline observa que en la misma época un pá- ahora muc ho menos -en el instante mismo, podría decirse, en
rrafo o una columna dedicado por un periodista a una inter- que surge en tiempo real, las veinticuatro horas del día...-, se
venc ión en lo estrados de la cámara le conferían a aquélla hace entonces claramente evidente que la duración es una
una especie de legitimidad que de otra manera no podría ha- enemiga tan natural de los medios como el agua del incendio:
ber obtenido. ¡si de ve ras pudiera existir una prensa conservadora, sería,
Con respecto a e as redacciones consideradas como las de de el punto de vi ta informacional, una pura aberración !
antecámaras del Parlame1110 y mucho a ntes de que, a u vez, Como la velocidad garantiza el secreto y por lo tanto el
la televisión proporcionara su lote de diputados y senadores, valor de toda información, liberar la potencia de los medios
vue lve sin ce ar la idea de una legitimidad i11forma cional no e entonces aniquilar únicamente la duración de la infor-
con un poder distinto al de la legitimidad democrática, una mación, las de la imagen y su recorrido, sino, con ellas, todo
usurpación de hecho, siempre presente. lo que dura y persiste. Lo que los medios masivos atacan en
Así, en pleno conflicto del golfo Pé rsico, Franc;oise Gi- las otras in titucione (democracia, justicia, ciencia, artes,
roud constataba en Le Nouvel Observateur: "El Primer Mi- religiones, moral, cultura ... ) no son éstas en sí mismas sino
nistro ha puesto en guardia públicame nte a quienes sientan la el instinto de conservación que las funda. Lo que aún les
tentación de explotar la fibra se ntimental (con refere ncia a queda de civilizaciones donde todo era una preparación ma-
los rehenes de Saddam Husse in), pero no tiene ningún medio terial y espiritual dirigida contra la desaparición y la muerte,
de coerción, y es una suerte. Entre dos males nu nca hay que donde comunicar era sobrev ivir, permanecer.
escoger la censura. Corresponde a los responsables de las ca- En 1915, al principio de la Primera Guerra Mundial, Karl
denas dar muestras de juicio". Razonamiento manifiesto, que Kraus, el "periodi ta desertor", denunc iaba " la abominable
amalgama de cierta vida afectiva y de un objeto habitual, la
prensa, aceptada sin recelos por los pueblos con su fraseolo-
gía nociva" :
• Sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, en Pa-
"Las almas son torpedeadas. Y entre corresponsalías de
rís (n. del t.).
6-1
El arte dt•l mntor
El efecto de empequeñecimiento 65
ouerra, se aborda la batalla contra la censura, la K" erra con-
;ª el servic io obligato rio, la ca111pa1ia contra e l empréstito. flava<,! F:n cuanto a Hollywood y la UFA , se beneficiaban en-
Es decir: pe riodi. tas, comerciantes y pacifi tas ha n hablado tonces con la ayuda fi nanciera de la induc;tria pesada y de los
durante toda u vida como oldado . Que e atengan a ello, tranc;portes. ¿También hay que pensar. como el emperador
entonce . i hablan como tales. Los soldados, s in embargo, Carlos r de Austria-Hungría inmediatamente después del pri-
deberían habl ar de otra manera, no como periodistas que ha- mer conflicto mundial, que "si a los dia rios les gustan los
blan co mo oldados, ino como oldado . No hay d uda, em- hermosos crímenes, Les gustan todavía más Las hermosas
p ero, de que esta separación ya no p uede realizarse."9 guerras, y que sin la prensa la matan.,a de 1914 no s e habría
acido de la guerra c ivile o internacio nales y de la lo- producido"? ¿O como Bísmarck, que acusaba a los diarios de
estar en el origen de por lo menos tres guerras y añadía: "To-
gí tica de lo ejército , el moderno complejo informacional
do país termina algún día siendo responsabilizado por los vi-
conserva de ella , olapadamente, los atributos ho micidas.
drios rotos por su prensa"? Todavía podemos comprobarlo en
"¿Hay una relació n íntima entre la invenció n simultánea de la
el Líbano, en la India. en Rusia... en Yugoslavia. A tal punto,
pólvora de cañó n y la de la tinta de imprenta?", preguntaba
que la Comisión Europea. apoyada especialmente por la
Karl Kraus, una vez más. Puede agregarse, al azar, que existe UNESCO, decidió en 1993 mitigar la peligrosidad de los dife-
esa relación entre la ametralladora y la cámara, la nitrocelulo- rentes medios armando un barco-radio, el Droit de parole
sa y la pelíc ula, el radar y el vídeo ... pero también entre los [Derecho a La palabra]. que dispone de un transmisor de cin-
trucos de La ilustración gráfica y fotográfica, luego cinemato- cuenta kilovatios con un alcance de alrededor de doscientos
gráfica y televisiva e n la actualidad, y el antiguo camuflaj e kilómetros. Con base a la altura de la costa dálmata. en aguas
militar que e ocupaba de ocultar a la vista de los observado- internacionales. Ueva a bordo un equi po de siete periodistas
re armamento , convoye , movimientos de tropas, para final- profesionale serbios. croatas, eslovenos y bosnios que tienen
mente dejar perplejo al adversario, que ya no sabía dónde em- por mi ió n aportar a los habitantes de la ex federació n una in-
pezaba y dónde terminaba la realidad. No es por lo tanto una formación pluralista, lo más objetiva posible. El Droit de pa-
casualidad que L 'Excelsio r, el primer gran diario francés que ro/e transmite la veinticuatro horas del día y alterna noticias,
supo utilizar sistemáticamente las fotografías de actualidad en debates. programa musicales. Sus promotores esperan con
primera plana, fuera financiado por Bazil Zaharoff, e l célebre ello alejar el odio y contrarrestar la propaganda belicista de
traficante de armas que había hecho fortuna en 1914... Duran- lo diferente medios, empleando con fines pacíficos la "reci-
te ese mismo conflicto, Alemania, que veía flaquear su es- procidad de acció n", la capacidad mutua para orientarse, del
fuerzo bélico , ¡compró bajo cuerda una parte de los órgan~s acontecimiento y los medios masivos. 10
de prensa franceses y hasta intentó apropiarse de la agencia

10. El derecho de injerencia mediática tiene dificultades para salir


9. Kraus, 191 7. a la luz: "Con un celo inusual en este tipo de organismos. la Unión
El arre del moto r
66 El efecto de empequeñecimiento 67

Parece que hay guerras j ustas pero 110.ejércitos


. inocentes;
nión-. Jun to con los ejércitos, evolucionan los medios. Tie-
sin embargo, las Jeye intem acionale d1sting~en los críme- nen hoy en día má,; de cierta anarquía militar que de un ejér-
nes de guerra de los crí mene contra la humanidad, sobre los cito republ icano, este mismo en decadencia, y sus campos de
que no rige la amni tía. Lo p~o~e-ionale de la información, tensión escapan progresivamente a todo control eficaz, corno
si bien no e capan siempre al JUICIO y la condena durante los esos regimientos perdidos, esas fracciones terroristas, esos
períodos críticos, reivindican tanto . como lo_s mili_tares u~a asec;i nos solitarios que surgen aquí y allá en el mundo cau-
au encía de re pon abilidad , una cierta dos1 de inocencia sando conflictos que se hacen endé micos. LA paz dura más
freudiana , una relación cándida con sus armas de comunica- que la guerra, se decía antaño. Era casi cierto durante la era
ción, cámaras, vídeos, medios de transmi ión, empero, cada de la disuasión nuclear. antes de la instalación del nuevo
vez más confiables. complej o informacional para el que no podrían ser valederas
Pero las semejanza no acaban all í. Además de sus oscu- ninguna tregua, ninguna paz. Sometidos a la tiranía del tiem-
ros proveedores, tanto en las fil as de los medios masivos co- po real, los medios no combaten únicamente todo lo que du-
mo en las de los ejércitos se encuentran francotiradores (los ra, tanto la paz como el resto: ahora son ellos los que ya no
que cobran por línea escrita) - múlti ples cuerpos especializa- tienen tiempo, ya no tienen plazos. Extremismos territoriales
dos, comandos, con su héroes que mueren en el campo del y proxi midad mediática forman una mezcla explosiva. Cuan-
honor- , reporteros, fotógrafos , cineastas que, sobre el terre- do a fi nes de los años ochenta Mijail Gorbacbov puso en
no, sufren , combaten, pero tambié n ame nazan y sobornan práctica la glasnost, antes de ser eliminado con el concurso
para producir textos e imágenes que a veces firm~n con su de los medios que él había liberado, o cuando esos mismos
sangre. Sin contar los Estados mayores de los conseJOS de re- medios creaban el suceso de la plaza de Tienanmen, o inclu-
dacción con sus estrategas, sus mariscales y las solemnes en- so cuando ritmaban triunfalmente la caída del muro de Ber-
tregas de condecoraciones: premios Puli~z~r, Albert-Londres, lín o la de los gigante de bronce de los semidioses del co-
Siete de Oro, etc. Por último, los serv1c1os de propaganda munismo, presenciábamos sin duda los dolores de parto de
-esa publicidad industrial que infiltra más o menos discret~- un golpe de E tado informacional, con la revelación de una
incompatibilidad absoluta entre los antiguos territorios na-
mente la escalada a los extremos de las campañas de op1-
cionales, político } económicos, y la contemporaneidad de
un dromos universal por fin realizado.
Internacional de las Comunicaciones ( UIT) declaró admisible a fines Con el telégrafo se desvanecían las distancias y los terri-
de abril de 1993 una queja de Bclgrado por la que se acusaba a Ra- torios; con las técnicas de tiempo real, llega a su fin la pre-
dio-Brod de violar la convención de Montegobio... el texto de 1982 sencia real. Cabe recordar la desventura sufrida por Olivier
que apunta a reprimir las transmisiones piratas". El Droit de parole es Stirn en julio de 1990. A este desdichado ministro de turis-
condenado por lo tanto al silencio inmediato, bajo la amenaza ~e mo se le había encargado la organización de un coloquio so-
apresamiento. Finalmente, la decisión fue aplazada y el barco-radw bre el progreso, que reuniría a los miembros más eminentes
contra el odio sigue transmitiendo, pero, ¿por cuánto tiempo más?
El arfe del 111o fo r
68 F:,l efe cto de empequeñecimiento 69
. • da france a y del gobierno de Rocard. Ansioso
de la 1zqu1er . cosas lo que hoy nos parece perturbador, empujándonos a
ala el ministro creyó convemente rec lutar un
por I1enar la , . . negarlas, a rechazar al prójimo y Jo próximo.
d •'fio urante " actore desempleados 111scnptos en
~ n~nar e º • . Recientemente se pregu ntaba a la decana del humanitaris-
la ANPE. Como por casualidad, lo medios est~ban al ace-
mo, Jeanne Cal ment, cuál era la proeza técnica que más la
c110 y d enunciaron la superchería, y la democracia . . parlamen-
, . había sorprendido en cerca de cien años. Ella respondió sin
taria apareció como aquello en lo que se convlft1 0, exil ada vacilar que no eran el cine ni la aviación, sino el teléfono. Se
acio público pero ob re todo del demos, con la pers-
de I es P . d... , puede suponer que el teléfono le había parecido la in vención
pectiva de una ala vacía y paneh stas _que ya no se m g m an más asombrosa simplemente porque era la más sobrenatural.
a nadie. Olivier Stirn tuvo que renunciar. El cine provenía de la fotografía y de los entretenimientos ca-
En cambio. cuando el pre idente Reagan se detuvo en lo leidoscópicos, la aviación naciente, de los barriletes y la ob-
alto de la escalerilla del avión presidencial para sa ludar ante servación del vue lo de las aves, mientras que escuchar la voz
la cámaras a una multitud ausente y un aeropuerto desierto, de alguien bien vivo que no está aquí sino a centenares de ki-
nadie se sorprendió porque había derecho a pensar que su sa- lómetros, poder alertarlo y co nversar a distancia en ausenc ia
ludo podía dirigirse tanto a los telespe~tad_o res sentados frente de su cuerpo, pero perder también el propio cuerpo al hacer-
a sus televisores como a algunos parttdan os sobre el terreno. se invisible a los ojos del interlocutor, era algo completamen-
Mientras se multiplican prácticas audiovisuales que apuntan a te al margen de la experienc ia de la vida corriente que en esa
sustituir las del parlamentarismo -encuestas y referendos por época podía tener e ta centenaria.
Minitel* acerca de los "grandes hechos de la sociedad"-, que- En 1966, Mic hel Foucault constataba: "El lenguaje surge
rer probar a toda costa, como Olivier Stirn, que aún existe un cada vez con mayor insi tencia como una unidad que debe-
espacio público poblado de ciudadanos bien reales, es come- mos pero que aún no podemos pensar... Las cosas y las pala-
ter un delito de lesos medios. bras van a separarse, el oj o se destinará a ver y sólo a ver, el
La abominable amalgama de una cierta vida afectiva y oído sólo a escuchar [ .. . ] e n lo sucesivo , el lenguaje va a
un objeto habitual aceptado sin recelos llega a su consuma- crecer sin punto de partida, s in término y sin promesa; es el
ción. Ampliando la reflexión de Karl Kraus, la proliferación recorrido de este espacio vano y fundamental el que traza día
anárquica de esos serviciales instrumentos de comunicación a día el texto de la literatura". En la época en que el filósofo
nos ha acostumbrado solapadamente a una sucesión tal de publica su Arqueología del saber, hace ya unos treinta años
desapariciones di scretas y ausencias múltiples, que es sin du- que comenzaron verdaderamente los trabajos sobre el trata-
da la presencia real de la gente y la correlación natural de las miento automático del lenguaje, con la reunión de las ideas
de criptografía y estadística explotadas desde tanto tiempo
atrás de manera artesanal , haciendo resaltar así la diferencia
* Sistema conectado al teléfono en Francia que brinda información entre lenguaje natural y lenguaje artificial, entre las ideas
di versa como horarios de trenes, vuelos, espectáculos, etc. (n. de l t.). sensibles y lo que sólo "es nombrado".
El arte del motor
70
obre la crisis de las di­
Cuando Foucault se interroga UN ARTE TERMINAL
itectura del lenguaje, uno se
mensiones en acción en la arqu
amente, al mar�en de toda
pregu nta qué podrían se� verdade�
afocal que solo vería y
aberración epi temológ1ca, e e OJO
ese oído igualmente ignora nte, a meno s que pensemos en las
prótesis y los órgan os sin cuerpo de nuestras herramientas de
transmisión o investigación -radio, teléfono, videovigilancia,
hasta el lenguaje fragmentado de las computadoras-: todo lo
que debía fundar desde el siglo XLX la mediatización indus­
trial y, con ella, someter a la literatura, las ciencias humanas,
el pensamiento científico mismo, al esquema interpersonal
"Si se queda inmóvil, la gente se acer­
cará a mirarlo."
de un intercambio lingüístico mínimo que durante mucho ÜOISNEAU
tiempo funcionará según el dudoso concepto de "causa a
efecto"... siempre que la cuestión se planteara de manera
pertinente. A falta de una necesaria cultura de la desinformación, al
menos deberíamos seguir el consejo del estoico antiguo que
recomendaba a un amigo no referir todo a los ojos y lo ponía
en guardia contra el exceso de plenitud de la mirada. "Esas
formas y esas imágenes innumerables de las cosas visibles,
presentadas una por una, que se juntan y se acumulan en el
fondo del alma [ ... ]. La entorpecen, la perturban a ella que
no está hecha para eso y no podría contener tantos objetos
deforrnes. Ello explica esa plaga de los fantasmas que di­
_
sipan nuestros pensamientos y cuya perniciosa variedad obs­
truye el camino a la contemplación luminosa."' Esos es­
pectros que no morirán de hambre, mientras que nosotros,
nosotros sí pereceremos.
La situación de confusión de nuestras herramientas de co-

l. Petrarca, Mon secret, París, Rivages, 1991.

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