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PROYECTO
La cada vez mayor complejidad de los proyectos, y la presión por conseguir resultados en plazos
apretados, hacen necesario un software de gestión de proyectos adecuados que permita tener
todos los aspectos bajo control.
Son herramientas que ofrecen muchas funcionalidades junto con un buen servicio de
implementación y adaptación a las necesidades de cada usuario. La contrapartida es que son más
complejas de usar y normalmente más caras si queremos sus funcionalidades más completas.
El control de costes, y por ende el resultado económico, es uno de los beneficios más importantes
de este tipo de herramientas de gestión de proyectos.
Esto suele unirse a la vinculación de cada tarea con las horas realizadas y los costes imputados.
Esto permite ver el avance de los costes del proyecto de forma continua, generar un histórico del
coste real de las tareas, y poder comparar el coste con lo planificado.
La planificación tipo Gantt o KANBAN suele ser una de las funciones más habituales en los
programas de gestión de proyectos, ya que es una de las primeras mejoras que se consigue con
estos programas. Una mejor organización y asignación de las tareas permite su mejor control, y
por tanto mejores resultados en términos de plazos y reducción de los márgenes de seguridad.
Igual que en el punto anterior, la mayoría de herramientas para gestionar proyectos parten de la
tarea como unidad básica para la planificación. A esta tarea se le puede asignar un responsable,
las relaciones con otras tareas, así como otra información importante. Usando la conectividad
que permiten estas aplicaciones, el responsable de ejecutar la tarea es informado, y este puede
informar sobre el estado y tiempo dedicado.
Mejora de la colaboración entre los miembros del equipo.
Esto principalmente se consigue con los gestores de proyectos online, ya que estos aprovechan
este factor para estar disponibles en cualquier lugar y para cualquier persona. Por lo que estas
nuevas opciones suelen ser una buena alternativa a Microsoft Project o programas instalados
localmente.
Todos los proyectos requieren y generan gran cantidad de documentación; por lo que mantener
esta actualizada, organizada y asegurar su correcta distribución pasa a ser un problema en muchos
proyectos. Muchos de los programas de administración de proyectos existentes incluyen
herramientas para almacenar y compartir esta documentación.
Parte del trabajo cuando se dirige un proyecto es mantener a la dirección, cliente y otros
interesados informados sobre su avance. Recolectar la información, tratar esta y preparar los
informes periódicos suele suponer una carga de trabajo importante.
Una de las ventajas más notables que tienes estos programas para administrar proyectos, en
relación a la actividad y gestión de una empresa, es permiten recabar y organizar un gran volumen
de información.
Una de las consecuencias más importantes de esto es que, por contar con más y mejor
información, podemos tomar decisiones de mayor calidad que repercuten de hecho sobre la
mejora de la estrategia conjunta de la empresa y por supuesto en planes relacionados con su
crecimiento. Un software de gestión de proyectos tiene, por tanto, como uno de sus beneficios
principales el mejorar las capacidades de gestión de cualquier mando dedicado a ello.
Desventajas de un software de administración de
proyectos
Aunque el uso de un software de administración de proyectos tiene muchas ventajas, también
tiene desventajas que debemos conocer y tener en cuenta:
Los costes de adquirir e implementar una nueva herramienta no suelen ser bajos. Aunque existen
herramientas gratuitas o muy económicas, las herramientas que ofrecen las mejores prestaciones
no suelen serlo. Esto unido a los costes de adaptación, capacitación e implementación hacen que
deban analizarse sus costes y estudiar si podremos recuperar la inversión.
Cualquier herramienta puede ser de gran ayuda, pero va a requerir un trabajo extra para
configurarla y alimentarla con datos. En proyectos pequeños talvez este trabajo extra no
compense los beneficios obtenidos de la herramienta.
Una herramienta permite ejecutar los procesos de forma más eficiente, pero, ni los crea, ni los
sustituye. Por tanto, al implementar un software de administración de proyectos en una
organización con poca cultura de gestión de proyectos, se corre el riesgo de que esta pase a
confiar la gestión de los proyectos a la propia herramienta, esperando sus alertas para actuar o
aplicar
Una primera diferencia que podríamos hacer entre la diferente oferta que encontramos es su
forma de trabajar; existiendo dos principales: gestores de proyectos online o instalados.
Su principal ventaja es que se puede acceder a ellos desde cualquier lugar y dispositivo, siendo
muy útiles para equipos distribuidos, o coordinarnos con proveedores o clientes. Su desventaja,
cada vez menor, es la posible menor seguridad de tener la información en la nube.
Como ejemplo de gestores de proyectos online tendríamos Wrike, Trello, o ActiTime, por citar
algunos. Hoy en día son los más habituales.
Esta ha sido la forma habitual de trabajar con una herramienta de gestión de proyectos. Se
compraba el CD con el software y este debía instalarse en el ordenador o servidor de la empresa.
El ejemplo más conocido de este tipo sería MS. Project o Primavera.
Las ventajas y desventajas serían las contrarias que en el grupo anterior. Necesitas tener el
programa instalado en tu dispositivo para poder usar el programa, y la conexión entre usuarios
suele ser más difícil o necesitar complementos.
Esto se puede considerar la base de los programas de gestión de proyectos, y una de las
funcionalidades más habituales. Se trata de software que permite definir y planificar tareas, bien
usando la planificación tradicional con Gantt o la planificación AGILE mediante paneles
KANBAN.
En las opciones más sofisticadas ya permiten ir más lejos y aplicar las metodologías de Cadena
Crítica o Valor Ganado.
Programas de gestión financiera de proyectos
Junto con la anterior es una de las funcionalidades básicas y más habituales, principalmente por
ser uno de los objetivos de cualquier proyecto.
Los programas de gestión de proyectos que incluyen esta funcionalidad suelen basarse en la
estimación del coste de cada tarea individual para realizar el presupuesto inicial del proyecto. En
base a esto después permiten alimentar cada tarea con datos reales sobre las horas gastadas o las
compras; permitiendo conocer en todo momento el coste real de cada tarea y el total del proyecto.
Para ello suele ser habitual, por lo menos en los programas más sofisticados, la integración con
los programas de contabilidad más habituales, de tal forma que los datos de costos se vuelcan
directamente de estos.
Ligada a esta funcionalidad suele haber la posibilidad de gestionar la facturación del proyecto.
Habitualmente esta suele estar ligada a la consecución de hitos o al avance de las tareas; por lo
que disponer de actualizaciones periódicas del cronograma facilita esta tarea.
A veces estos pueden verse como una primera opción de herramientas de gestión de proyectos,
pero la verdad es que suelen ser un gran avance. Esto se justifica debido a que gestionar un
proyecto suele implicar un gran trabajo en gestión y coordinación de equipos; unido a que cada
vez más los proyectos se hacen con equipos distribuidos.
Estas suelen incluir varias funcionalidades, las cuales permiten gestionar de forma integrada
todos los aspectos del proyecto. Y es justamente esta capacidad de gestionar todo de forma
integrada su mayor virtud.
Cuando modificamos el cronograma, este ajusta el cashflow del proyecto, el plan de facturación,
e informa a los recursos con tareas asignadas. Que lo pueda hacer de forma automatizada facilita
mucho el trabajo y evita errores.
Dentro de este grupo se podría particularizar sobre dos tipos de programas de gestión integral de
proyectos: los dedicados o aplicables a proyectos de construcción, y los que permiten gestionar
múltiples proyectos.
Los programas para gestionar proyectos de construcción y obras son aquellos que tienen
funcionalidades pensadas principalmente para proyectos tradicionales, donde es muy importante
disponer de una buena planificación de alcance, plazos y costes, así como hacer un buen control
de estos.
Las herramientas para gestionar multiples proyectos son aquellas que permiten gestionar carteras
o porfolios. Estos son muy útiles en empresas que trabajan con varios proyectos
simultáneamente, ya que permiten tener una visión global de los proyectos y organizar los
recursos de forma transversal.
Precio de un software para gestionar proyectos
Dar un valor único para definir el coste de un programa de gestión de proyectos es imposible, ya
que existe una gran oferta y variedad en el mercado. Partiendo de los programas de gestión de
proyectos gratis hasta las herramientas más sofisticadas que pueden valer miles de euros por
usuario.
Las desventajas de estos programas gratuitos suelen ser sus menores capacidades, la existencia
de errores o poca actualización que deben ir solventando los propios usuarios, o el hecho de ser
opciones muy limitadas a nivel de prestaciones.
Dentro de las herramientas de gestión de proyectos con coste podemos encontrar dos grandes
grupos:
Esta es la forma tradicional de comprar un programa, y la que sigue utilizando MS Project por
dar un ejemplo. Se compra el CD con el programa y un código de licencia, y este pude usarse
por vida.
Esta opción suele ser buena a largo plazo, aunque es la más cara a nivel de inversión inicial y nos
quedamos ligados a la versión del programa que hayamos comprado.
Alquilar el software
Como forma de comprar alternativa tenemos la posibilidad de pagar según el uso. Esta es la
forma de facturar más habitual en las nuevas herramientas de gestión de proyectos, las cuales
definen un coste mensual por usuario en base a las funcionalidades que compremos.
Con esta forma de facturación encontramos ofertas desde 6USD por usuario y mes; valor que
puede incrementarse hasta los 20 o 30 USD por usuario y mes en las opciones más caras y con
más funcionalidades. De todas formas es muy habitual que a partir de cierta cantidad de usuarios
el precio sea fijo o negociable.
Esta forma de fijar el precio de la herramienta de gestión de proyectos hace que su coste sea
fácilmente ajustable al tamaño y necesidades de las empresas; haciendo esta solución muy
asequible para las PYMES. También permite ajustar el coste del software al volumen de trabajo
que tengamos en cada momento, contratando o descontratando usuarios en función de la carga
de trabajo que tengamos.
¿Cómo elegir una herramienta de gestión de proyectos?
Una herramienta de gestión de proyectos nos facilita la ejecución de algunos o varios procesos o
tareas dentro del contexto de una determinada organización y proyectos. Por lo tanto debemos
conocer nuestra organización y la tipología de proyectos en que solemos trabajar antes de
decantarnos por una u otra herramienta. Solo así podremos estar seguros de elegir el mejor
software de gestión de proyectos para nuestras necesidades.
Debido a que existen diferentes metodologías para gestionar proyectos, debemos conocer
inicialmente cual es la que estamos usando, ya que cada una requiere de un software de gestión
de proyectos diferente.
Un programa pensado para metodologías AGILE puede tener una aplicación reducida en
proyectos tradicionales; y al revés si usamos un software para proyectos en cascada a un proyecto
IT.
Tipo de organización.
Por ejemplo, no parece tener sentido implementar un software muy completo de gestión de
proyectos en una organización funcional donde el director de proyectos es un coordinador.
También la organización determina si trabajamos en proyectos independientes, o en un entorno
multiproyecto más complejo a nivel de interacciones.
Integrantes de la organización.
Aquí estamos hablando de las personas que de una u otra forma van a usar o verse afectados y
deberán usar el nuevo software, y que por tanto, debemos considerar a la hora de definir esta.
Dentro de estas personas estarían la dirección, la PMO, los directores de proyecto, los jefes de
áreas funcionales, etc. Si el nuevo software no cumple con las necesidades de alguno de ellos, su
implementación puede verse afectada o dificultada.
Definir el alcance.
Las organizaciones tienen proyectos, programas y portfolios, y pueden trabajar con proyectos
independientes o en entornos multiproyectos. Debido a la complejidad que esto genera, es
importante definir hasta que nivel debe trabajar el nuevo software, ya que no todos pueden
considerar múltiples proyectos o las interrelaciones entre ellos.
Accesibilidad.
Cada vez más las empresas trabajan con equipos geográficamente distribuidos, contrataciones
por proyecto, o con desplazamientos fuera de la oficina, por tanto la accesibilidad de la
herramienta de proyectos debe adaptarse a las diferentes situaciones.
Desde este punto de vista existen gestores de proyectos online, o a través de dispositivos móviles,
que pueden suponer una ventaja en algunos casos, mientras que en otros quizás no valga la pena
pagar por esta mayor accesibilidad.
Capacidad de integración.
En algunos casos, el nuevo software tiene como objetivo mejorar un proceso en particular, lo que
implica que este deberá usarse conjuntamente con otros programas existentes que se estén
utilizando para la gestión integral del proyecto o para otros procesos relacionados.
Un ejemplo claro de ello lo tenemos con los programas de gestión de tareas, que pretenden
mejorar la comunicación de las tareas a ser ejecutadas y su seguimiento, partiendo de una
planificación hecha con un programa diferente. Cuando esto ocurra, es importante comprobar
que la nueva herramienta se integre bien con las existentes, siendo bastante común la posibilidad
de importar o exportar ficheros de Microsoft Office, Microsoft Project, o Primavera.
Tiempo de aprendizaje.
Cualquier herramienta para administrar proyectos requiere de un aprendizaje para ser utilizada,
y cuando más compleja sea, mayor será el tiempo y esfuerzo requerido para este aprendizaje.
Analizar y determinar estas necesidades es importante para descubrir el tiempo que tardaremos
en empezar a sacar beneficios de la nueva herramienta, y los recursos necesarios para ello.
Precio de la herramienta de gestión de proyectos
Tanto durante la elección del software de gestión de proyectos como durante su implementación
es importante tener una definición de cómo este será usado dentro de la organización.
Cualquier programa no es más que una herramienta, la cual servirá para ejecutar de forma más
eficiente algún proceso en particular.
Por otro lado, esta pregunta nos permite definir la configuración de la herramienta de gerencia
de proyectos más adecuada para que esta se integre dentro de la organización, y ajustar la
inversión a lo que realmente necesitemos, evitando comprar cosas que no vamos a usar.
Responder a esta pregunta equivale a definir qué datos entrar y cómo, que información queremos
obtener y cómo la queremos obtener, en que procesos queremos usarla, etc.
¿En qué fecha y cómo haremos el cambio al nuevo software de gestión de proyectos? Haber
instalo y configurado la nueva herramienta no significa que estemos en capacidad de usarla, ni
que nos interese hacerlo. Para lo primero necesitamos formar a las personas en su uso y en cómo
esta se integra en los procesos, y para lo segundo debemos determinar el efecto de este cambio
sobre los proyectos en curso. Este aspecto es muy importante, ya que no siempre va a ser posible
aplicar un cambio en proyectos empezados, por lo que en la práctica la implementación se suele
hacer de forma progresiva.
¿Por dónde empezamos? En muchos casos nos interesará hacer una primera implementación de
prueba sobre un proyecto en concreto, pudiendo así realizar un ajuste mejor antes de su
implementación completa. También puede interesarnos hacer la implementación del gestor de
proyectos por fases, empezando con algunas funcionalidades básicas y continuar con las más
complejas a medida que la organización vaya asumiendo las primeras. Los cambios bruscos no
suelen dar resultado.
Estos puntos nos darán un criterio para definir el tiempo que nos llevará la implementación del
nuevo software, lo que puede ser de semanas a meses en función del programa y el tamaño de la
organización.
¿Quién hace la implementación? Cómo se ha visto hasta ahora, la implementación de una nueva
herramienta es un proyecto en sí, por lo que va a requerir un responsable y un equipo de proyecto.
¿Quién la va a usar? Esta pregunta nos sirve por un lado para definir a los interesados, que deben
participar de la definición y que tendrán efecto durante el proceso de implementación, y por otro
para ver quién debe participar en la formación.
¿Quién nos apoya? Cualquier proceso que implique un cambio en una organización es en cierta
forma traumático y difícil, por lo que es indispensable que la implementación este apoyada por
alguien de la dirección. Esta persona sería en sponsor del proyecto, y deberá ayudarnos a
conseguir una buena predisposición hacia el proyecto. También dentro de los usuarios tendremos
gente interesada en disponer de esta herramienta, los cuales pueden ayudarnos durante el proceso.
Para ello, muchas recurren a la implementación de un software para administar proyectos; al ser
una herramienta muy útil que puede ayudar a los directores de proyectos a hacer su trabajo de
forma más eficiente.
Si bien la incorporación de software de administración de proyectos puede sin duda mejorar los
procesos de gestión; hay una serie de aspectos que deben considerarse para conseguir el éxito de
la implementación y el retorno de la inversión realziada.
Este plan de aseguramiento del proyecto durante la implementación del software de gestión de
proyectos puede ayudar a:
• Controlar y reducir los costes del proyecto. Tanto de la propia implementación como de los
efectos sobre los proyectos en curso.
• Asegurar que se cumplan las entregas en los proyectos en curso.
• Minimizar los riesgos
• Proporcionar un análisis objetivo que permita ver si la implementación del nuevo software
está siendo exitosa, así como para detectar efectos en los proyectos en curso.
• Por último, proporcionar tranquilidad y confianza entre la dirección y los implicados en los
proyectos.
Definir un plan de aseguramiento válido para todas las situaciones es imposible, ya que cada
situación y organización es diferente. Lo que sí que podemos es dar una serie de recomendaciones
a considerar para la definición de este plan:
• Identificar los riesgos y problemas que vamos a encontrarnos. Esto se consigue desarrollando
un diálogo entre todos los implicados que permita analizar las cuestiones empresariales y
organizativas con claridad. Es recomendable que este diálogo continúe durante todo el
proceso de implementación.
• Establecer marcos de tiempo realistas. La carga de trabajo y tensiones que supone un proceso
de implementación de una nueva herramienta va a suponer un trastorno en los cronogramas
de los proyectos en curso. Asumir que esto no va a ocurrir, y por tanto no ajustar estos para
proteger las entregas, va a implicar no cumplir con las fechas. A parte es importante que la
propia implementación tenga unas fechas claras, ya que sus atrasos implicarán mayores
trastornos en los proyectos en curso.
• Alinear los diferentes proyectos. Esto está relacionado con el punto anterior, ya que implica
definir las interacciones entre los proyectos en curso y el proyecto de implementación del
software de gestión de proyectos.
• Reforzar el uso de las métricas predictivas para poder anticipar las desviaciones de los
proyectos en curso y tomar medidas. Esto implica que ya debemos disponer de alguna
metodología de gestión de proyectos; lo cual es coherente con la función de un nuevo
software; este facilita el uso de una metodología, no la crea. Diferencia entre herramienta y
metodología
• Gestionar las expectativas de todos los implicados. Al existir varias personas implicadas en
la implementación, existirán varias expectativas y necesidades. Identificar, entender y
alinear estas expectativas es clave para garantizar el éxito de la implementación.
• Una última recomendación para implementar un software de gestión de proyectos, y para la
creación de un plan de aseguramiento de proyectos, es la búsqueda de asesoramiento externo
por parte de un experto. Los conocimientos, la experiencia y la capacidad de dar una visión
objetiva de la situación pueden ser claves para el éxito del proceso.
En este artículo se pretende dar una orientación sobre cómo realizar el cálculo del retorno de la
inversión (ROI) para un programa de gestión de proyectos
La inversión (I) es el coste que asumiremos debido al uso e implementación del programa de
gestión de proyectos elegido, lo cual a menudo se define mal y tiende a ser subestimado. Entre
los puntos a considerar en su cálculo podemos destacar:
Costes de instalación, integración y configuración: son los costes que tendremos que asumir
para disponibilizar y hacer funcionar correctamente el nuevo programa dentro de nuestra
organización.
Esto empieza con la recopilación de las necesidades de la organización y la definición de las
entradas y salidas que vamos a pedir al nuevo software, junto con la relación que este deberá
tener con otros programas existentes (por ejemplo un programa de gestión de proyectos puede
importar las horas trabajadas de un programa de gestión de tareas
Una vez definidas estas necesidades, deberemos implementar esto en el nuevo programa de
gestión y comprobar su funcionalidad; lo que puede suponer un importante uso de recursos
internos y externos, así como varias semanas de trabajo.
Proceso de cambio: la implementación de software de gestión de proyectos es un proyecto de
gestión del cambio Esto causará un cambio de comportamiento en la organización, lo que
generará una cierta pérdida de tiempo y dinero hasta obtener todas las ventajas del nuevo
software. Saber más sobre la gestión del cambio
Formación: relacionado con el punto anterior están los costes de formación de los usuarios del
nuevo software, lo que implicará costes y tiempo.
Para poder calcular el retorno de la inversión en necesario definir y conocer cuál es el problema
que queremos resolver o mejorar con el nuevo programa de gestión de proyectos, y estimar la
mejora que esperamos conseguir. Si no estamos seguros de cuál es el problema a resolver con el
programa de gestión de proyectos, entonces es probable que no se deba implementar nada.
Conociendo el objetivo será posible definir alguna métrica que permita cuantificar
económicamente la mejora que buscamos.
El segundo paso, y talvez é más complicado, es establecer la mejora que esperamos obtener en
esta métrica; lo cual determinará el resultado económico que retornará el nuevo software y
justificará su implementación.
Para poder estimar esta mejora existen diferentes métodos que podemos usar:
Parece una tontería, pero ocurre. Una herramienta nos ayuda a aplicar los procesos de gestión de
proyectos, pero si estos no existen o son erróneos, y únicamente la usamos cómo una nueva forma
de hacer lo mismo no conseguiremos mejorar. Lo adecuado sería haber definido previamente
estos procesos, y ajustar los datos a estos aprovechando la nueva herramienta, eliminando y
simplificando los que no.
Cuando se empieza a usar una nueva herramienta van a existir errores en su uso. Si estos errores
se penalizan, o se inculca la idea de que estos no serán aceptados, lo normal es generar resistencia
al cambio. En su lugar se debe fomentar el aprendizaje de la nueva herramienta y buscar formas
de soporte para cuando estos errores ocurran.
Error 3: Empezar la usar la nueva herramienta sin haber cargado toda la información.
Cada organización es diferente y trabaja de forma diferente, incluso con la misma herramienta.
Por ello es conveniente personalizar los materiales y el plan de formación a las necesidades reales
de la organización. Idealmente deberíamos también personalizar la herramienta.
Una comunicación abierta y fluida facilitará el proceso, y permitirá una reacción más rápida y
mejor a los problemas.
Error 6: Confundir herramienta con proceso y esperar que el nuevo software solucione
todo.
Muchas organizaciones confunden la herramienta de gestión de proyectos con los procesos,
pensando que la herramienta definirá cómo deben gestionarse los proyectos. Cualquier
herramienta ayuda a aplicar un proceso, pero no lo define ni lo crea. Si no disponemos de un
buen proceso de gestión de proyectos, la implementación de la nueva herramienta no supondrá
una mejora.
Error 7: Definir un plazo en el que convivan las herramientas antiguas y la nueva.
Cualquier persona preferirá usar una herramienta que conoce antes que una nueva, por lo que
esta convivencia dificultará el paso de las herramientas antiguas a la nueva, la cual será vista
cómo una carga de trabajo adicional. Aunque suene radical, lo más efectivo es que el cambio se
produzca de golpe, eliminado las herramientas anteriores excepto en casos excepcionales.
Muchas de estas herramientas de gestión de proyectos incluyen cuadros de mando y otras formas
de mostrar la situación del proyecto. Forzar el uso de estos cuadros en lugar de los informes
tradicionales puede también ser una buena forma de facilitar su implementación.
Error 8: Presentar la nueva herramienta cómo una opción o alternativa a las herramientas
actuales, dejando que su uso sea opcional.
Parece una tontería, pero a veces el hecho de buscar alinear todos los intereses, incluso él de no
cambiar, hace que la implementación de la nueva herramienta se plantee cómo algo opcional, o
se acepte que esta no se use para determinados trabajos. Obviamente esto hará que algunos
integrantes de los proyectos no usen o actualicen la herramienta, lo que le restará eficacia y
acabará abandonándose su uso al no reportar ventajas.