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25 Años de Neoliberalismo en El Perú Manuel Benza Pflucker
25 Años de Neoliberalismo en El Perú Manuel Benza Pflucker
A mis padres,
María Luisa Pflücker de Benza y
Capitán de Navío Manuel Benza Chacón, quienes me
inculcaron dignidad y espíritu social
Índice
Presentación
Alberto Quintanilla Chacón 11
Capítulo I
Gestación y orientación de la Constitución Política
del Perú de 1993 13
Capítulo II
Antecedentes 31
Capítulo III
Reflexiones en torno a las ideas de base del liberalismo
político y del liberalismo económico 45
Capítulo IV
El Consenso de Washington 51
Capítulo V
La Constitución peruana de 1993 y su acervo neoliberal 63
Capítulo VI
Neoliberalismo y democracia 95
Capítulo VII
Resumen corregido y aumentado 123
Bibliografía 141
Capítulo I
Gestación y orientación de la constitución
Política del Perú de 1993
La Constitución Política del Perú fue promulgada el 29 de diciembre
de 1993. Producido el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, la
Organización de Estados Americanos (OEA), poco después “de-
plora” débilmente el golpe, lo cual le otorga legitimidad internacional
al gobierno fujimorista. No toma ninguna medida de castigo
económico. Luego de un mes del golpe de Estado, el expresidente
Alberto Fujimori se compromete en sesión de la OEA en Bahamas, a
convocar el Congreso Constituyente Democrático (CCD) para
cambiar la Constitución, asunto que cumplió. El 22 de noviembre del
año del golpe se efectuaron las elecciones al Congreso Constituyente
Democrático (CCD), luego de una campaña electoral asimétrica que
no otorgó a los adversarios de la propuesta de Constitución
neoliberal oportunidad de defender sus posiciones.
caPítulo ii
antecedentes
A mi juicio, pocos siglos después, estas ideas forman parte o son muy
tomadas en cuenta por los economistas y pensadores neoliberales.
En otras palabras, una justificación del origen “natural” del libre juego
de la oferta y la demanda. Y la pretensión de considerar un absurdo
que la autoridad pretenda fijar reglas de juego en la economía.
Esta teoría, que puede ser comparada con la de la “mano invisible”
que conduce el mercado, es parte de la concepción neoliberal actual.
David Ricardo planteó que los salarios no podían -ni debían- elevarse
sobre el nivel de la mera subsistencia.
Los Tratados de Libre Comercio (TLC) actuales son una parte del
contenido esencial del neoliberalismo. Sus impulsores fundamentan la
necesidad de los TLC, principalmente por la búsqueda de facilitar la
inversión extranjera en nuestro país y las recíprocas facilidades que el
capital nacional debe recibir cuando invierta en aquel país con el que
firmó el TLC. Lo cierto es que esa apertura a las inversiones
extranjeras se sustenta, a su vez, en la estimulación del crecimiento
económico, que es la “medida” por excelencia, del éxito económico de
un país gobernado por neoliberales. Y es cierto que sin crecimiento
económico no hay desarrollo posible. Pero también es cierto que el
crecimiento es una condición indispensable más no suficiente para el
desarrollo. El crecimiento sin equidad tiende a favorecer el aumento
de la desigualdad y a consolidar un modelo primario-exportador con
poca intensidad en creación de mano de obra y sin planificación
posible.
Ricardo defendió la tesis de que los salarios reales tienden “de forma
natural” hacia un nivel mínimo, que corresponde a las necesidades
mínimas de subsistencia de los trabajadores. Cualquier incremento en
los salarios por encima de este nivel provoca que las familias tengan
un mayor número de hijos y por tanto un incremento de la población, y
el consiguiente aumento de la competencia por obtener un empleo
hará que los salarios se reduzcan de nuevo a ese mínimo.
caPítulo iii
reflexiones en torno a las ideas de base del
liberalismo Político y del liberalismo económico
a distinción entre liberalismo político y liberalismo económico es muy
importante. Hay varios autores de diversas especialidades que
identifican liberalismo económico con liberalismo político.
L
Algunos han escrito, airados, sobre el “equivocado afán” de
distinguir entre ambos.
Está muy generalizada en la actualidad la distinción
semántica entre los dos liberalismos, distinción que incluso
aparece en algunos tratados de teoría política, llegándose a
concebir posiciones antagónicas detrás de cada uno de ellos.
Uno designaría la filosofía política de la libertad y del
progreso intelectual; esta acepción liberal sería aceptada
generalmente y hasta reivindicada como parte de la ideología
de las fuerzas políticas más “progresistas”. El otro, el
liberalismo económico, no ha tenido tanta suerte. Se le han
imputado todos los males existentes en las sociedades
capitalistas[27].
caPítulo iV
el consenso de WashinGton
a formulación del llamado “Consenso de Washington” se debe a
L John Williamson, economista norteamericano, quien redactó el
documento titulado Lo que Washington quiere decir cuando se
refiere a reformas de las políticas económicas, en 1990. El escrito
plantea diez temas de política económica en la línea de la ideología
neoliberal, en los cuales, según el autor, “Washington” está de
acuerdo en su afán de promover el crecimiento de las economías
latinoamericanas y de países que ellos llaman “emergentes” y que, a
mi juicio, deben denominarse subdesarrollados. “Washington”
significa, en este contexto, el aparato político-económico-intelectual,
integrado por organismos internacionales como el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial, el Departamento del Tesoro de EUA,
el Congreso de los EUA, la Reserva Federal, altos cargos de la
Administración y grupos de expertos.[33]
1. Disciplina presupuestaria.
2. Cambios en las prioridades del gasto público.
3. Reforma fiscal encaminada a buscar bases imponibles
amplias y tipos marginales moderados.
4. Liberalización financiera, especialmente de los tipos de
interés.
5. Búsqueda y mantenimiento de tipos de cambio
competitivos.
6. Liberalización comercial.
7. Apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas.
8. Privatizaciones.
9. Desregulaciones.
10. Garantía de los derechos de propiedad.
Cito a estos importantes autores porque los tomo como base para mi
crítica a la puesta en operación del “Consenso”.
Ø Instituciones reguladoras.
Ø Anticorrupción.
Ø Flexibilidad del mercado laboral.
Ø Acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Ø Códigos y estándares financieros.
Ø Apertura “prudente” de la cuenta capital.
Ø Regímenes de tipo de cambio no intermediados.
Ø Redes de seguridad social. Ø Reducción de la pobreza.
De las diez medidas planteadas, las que ocupan el primer, segundo,
cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo lugar, están dirigidas a orientar
a los Estados hacia generar leyes e instituciones que aumenten o
aseguren las tasas de ganancia del capital.
caPítulo V la constitución Peruana de 1993 y su acerVo neoliberal
A. Algunas consideraciones sobre una Constitución
Hay muchas definiciones sobre lo que es una Constitución. En la
lógica del liberalismo político, la primigenia formulación, de enorme
valor histórico, es la del artículo 16 de la “Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano” de 1789: “Una sociedad en la que no
esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada la
separación de los poderes, carece de Constitución”.
Boloña había declarado que ”no existen razones técnicas para que el
Estado tenga empresas”. En el período estudiado, la comisión
declaró:
Hasta la fecha se han transferido mediante varias
modalidades más de 228 empresas públicas al sector
privado ,que han significado ingresos del orden de $9,221
millones, de los cuales sólo $6,993 han ingresado al Tesoro
Público. Del total de ingresos al Tesoro Público se han
gastado $4,363 en el período 1992-2000. Este gasto ha sido
incluido en los presupuestos anuales sin tener en
consideración que su origen era la venta de los activos del
Estado Peruano.
Entre los artículos suprimidos está el 92, que decía que los
latinoamericanos o españoles de nacimiento domiciliados en el Perú
pueden naturalizarse, sin perder su nacionalidad de origen, si
manifiestan expresa voluntad de hacerlo. Así mismo, que el peruano
que adopta la nacionalidad de otro país latinoamericano o la española
no pierde la nacionalidad peruana.
• La sustitución del artículo 128, los bienes públicos cuyo uso es
de todos, no son objeto de derechos privados por el artículo por
el segundo párrafo del artículo 73 de la Carta del 1993,que a tono
con el resto de su contenido dice que los bienes de uso público
pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su
aprovechamiento económico.
Volviendo esta vez al Título III, Capítulo II, De los Recursos Naturales,
como señalé anteriormente, la Carta de 1979 disponía:
El rol del Estado es mínimo para muchos efectos y nulo para otros. La
ciudadanía está desprotegida en beneficio del capital.
caPítulo Vi
neoliberalismo y democracia
Hay que reconocer que Röpke entrevió con sagacidad (desde 1952)
que el “orden liberal” demandaría libertad de circulación al dinero y al
capital (no pidió libertad a la circulación de personas) y un inmutable
ordenamiento que genere confianza y certeza de continuidad a dicha
libre circulación. Esto último obliga, sin duda, a la redacción de
constituciones neoliberales y tratados internacionales que aseguren
dicha libertad al capital, reglas de juego que hoy están aseguradas.
A esta larga lista de supuestos mitos que Hayek enumera, habría que
agregar otros que han cobrado mucha importancia en los últimos
años, como el del calentamiento global y la creciente destrucción
medio-ambiental, así como de la creciente dominación-dependencia
que la mayoría de las poblaciones de países periféricos del
capitalismo padecen desde el centro del mismo, lo que genera una
asimetría creciente por la descapitalización de unos en favor de los
otros. Menciono dos de los más importantes elementos que
caracterizan al capitalismo neoliberal de nuestros días porque también
son negados por múltiples autores, políticos y gobernantes
neoliberales. Estos últimos elementos, como los anteriores, se dan.
No son “mitos” ni “leyendas”.
La lucha ideológica contra los supuestos básicos de las bondades del
libre mercado ha arreciado en los últimos años.
El neoliberalismo está agotado como proyecto ideológico y
político definido de forma estricta. La posibilidad misma de su
continuidad se vincula no tanto al carácter unitario de su
proyecto político y si a sus lazos de articulación con el
gigantesco proceso de cambio estructural producido en el
mundo capitalista. Es decir, con las transformaciones
ocurridas en el triángulo institucional del capitalismo
(empresas, mercados y Estados), y con las variaciones en el
tamaño relativo de cada una de estas tres esferas (...) El
proceso que caracteriza estos últimos diez o quince años del
desarrollo capitalista es una extensión enorme de los
mercados (especialmente de los mercados de divisas y,
sobre todo, de finanzas), los cuales expanden su dominio
sobre los Estados como sobre las empresas. Comienza el
auge del poder anónimo del mercado frente al poder de los
ciudadanos de los Estados y de los trabajadores de las
empresas. Es en este contexto que debemos situar al
neoliberalismo[97].
La fuerza coercitiva del mercado -algo que los tradicionales creado res
del neoliberalismo entrevieron bajo el concepto de “orden liberal”- se
sustenta en varios elementos. Uno de ellos, nada desdeñable, de
naturaleza sociológica y antropológica, resulta de la combinación del
individualismo, el “apoliticismo”, la “cosificación” de las personas, la
disolución de lazos de solidaridad, la competencia inevitable de “todos
contra todos”, y el “todo vale” para lograr un empeño individual. Emilia
Castorina subraya, de este proceso de deterioro ciudadano, al menos
tres niveles:
¿Requiere el ciudadano circular por cierta vía? Paga peaje por el uso
de la carretera que se construyó con sus impuestos y hoy, pues, debe
pagar:su “derecho de paso”. Está controlado por un consorcio que
desconoce, al cabo de un proceso en que el Estado concesionó sin su
conocimiento ni consentimiento dicha carretera a una compañía
desconocida, cuyas ganancias y el destino de dichas ganancias
tampoco conoce. Cualquier día sube el precio del peaje y no sabe por
qué.
caPítulo Vi
resumen correGido y aumentado
A partir de lo expresado, es claro que, en resumen, he afirmado:
1.- La Constitución de 1993 fue la concreción
del inicio de una nueva etapa histórica en
el Perú: la de la estructuración de la
economía de libre mercado y, por lo
tanto, del inicio y formalización de la
lógica neoliberal en el funcionamiento del
Estado.
2.- La imposición formal del neoliberalismo
se inició antes del golpe del 5 de abril de
1992, mediante la dación de decenas de
Decretos de Urgencia y Decretos
Legislativos, en el lapso entre el 28 de
julio de 1990 y el 5 de abril de 1992. La
mayoría de dichos decretos se orientaron
a generar las condiciones para imponer la
lógica neoliberal en procesos económicos
y políticos. En ese lapso se dieron 562
Decretos de Urgencia y 156 Decretos
Legislativos. El Congreso bicameral dictó
140 leyes.[115] Entre 1990-2000 el
Gobierno de Alberto Fujimori emitió 1655
Decretos de Urgencia, 303 Decretos
Legislativos y el Congreso dictó 1373
leyes[116].
3.- El golpe de Estado del 5 de abril de 1992
tuvo varias motivaciones. A mi juicio, la
principal fue la de instalar una economía
de mercado legitimada en una
Constitución. Si bien es cierto en la
Constitución de 1978-79, artículo 115, se
formalizaba que “La iniciativa privada es
libre. Se ejerce en una economía social
de mercado. El Estado estimula y
reglamenta su ejercicio para armo-
nizarlo con el interés social”, hay varias diferencias de contexto
que otorgan a la Carta de 1993 un carácter neoliberal que no
tenía la anterior. No solamente porque, en sintonía con la
concepción neoliberal la Carta vigente no hace en este ni en
ningún artículo referencia al “interés social” o al “bienestar
general”, formulaciones que abundan en la Carta de 1978-79 para
fundamentar derechos, sino porque la Constitución de 1993 no
solamente retira al Estado de decenas de compromisos de
derechos de los ciudadanos (convirtiéndolos en consumidores),
sino que sitúa al artículo 58, aquel que refiere: ”La iniciativa
privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado.
(…)”, en el contexto de los artículos 58 al 65, que pertenecen al
Título III, Del Régimen Económico, Capítulo I, Principios
generales.
5.- El artículo 62 de la Carta de 1993 dice:
”Los términos contractuales no pueden
ser modificados por leyes u otras
disposiciones de cualquier clase”. La
absoluta seguridad al capital (sobre todo
transnacional) condujo a esta formulación
que, al ser parte de la Constitución, es
regla inamovible, eterna, y por tanto,
atentatoria contra la soberanía
ciudadana, contra la democracia.
Este artículo actúa en consonancia con
los artículos 58 y 60, ya mencionados. Lo
cierto es que la supuesta “regla
inamovible” no lo es tal, si nos atenemos
al hecho de que muchos términos
contractuales han sido modificados por
iniciativa de las empresas contratantes
con el Estado, por supuesto, en su propio
beneficio.
6.- El artículo 63 de la Carta de 1993 dice:
“La inversión nacional y la extranjera se
sujetan a las mismas condiciones”. Es
evidente que, salvo excepciones, la
capacidad de inversión extranjera es
bastante mayor que la nacional. Por ello,
es fácil observar que la propiedad de los
negocios mineros, gasíferos, eléctricos,
bancarios, de seguros, AFP, portuarios,
aeroportuarios, carreteros, agrícolas
modernos, pesqueros, grandes tiendas
comerciales y supermercados,
ferrocarrileros, de comercialización de
combustibles, etc., está en manos del
capital transnacional, el cual ya está
incursionando en parqueos, colegios,
universidades, farmacias, construcción,
gastronómicos, servicio de taxis, etc. La
renta de esos negocios no está regulada,
de manera que puede ser íntegramente
extraída del país. La lógica que se
impone a las inversiones especulativas-
financieras es la misma que la que se
impone a cualquier actividad económica.
El artículo 63, además, solo se puede
entender a cabalidad como complemento
de los artículos 58, 0 y 62. El tenor del
artículo 63 es único en el mundo, lo cual
contribuye a que la Carta de 1993 sea la
más neoliberal, si cabe el término, de
América y Europa.
7:- Uno de los supuestos en el cual se basa
la construcción de un esquema
rígidamente neoliberal, es el de favorecer
la inversión
para facilitar el crecimiento. Siendo el crecimiento económico el
objetivo que se persigue, y no el desarrollo ni el fortalecimiento y
defensa de los derechos ciudadanos. La democracia se convierte en
un rito vacío de contenido. El desarrollo es la mejora del nivel de
vida de toda la población en un sentido constante. Hay la suposición
entre los neoliberales de que el “chorreo” que resulte de las
inversiones mejorará el nivel de vida; es decir, contribuirá al
desarrollo. Pero la realidad muestra que las “ventajas comparativas”
que sirven de base de legitimación para la apertura total de los
mercados, se constriñen enormemente, a pesar de la disposición de
minerales.
8.- Los artículos 58, 60, 62 y 63 son, sin
duda, el núcleo de la Constitución de
1993. El constitucionalista argentino
Germán Bidart Campos, formuló el
concepto de “cláusulas pétreas” o
“contenidos pétreos” por primera vez. Se
refería a cláusulas que “si bien pueden
reformarse, no pueden alterarse,
suprimirse o destruirse”, tal como ya he
citado anteriormente. El concepto es, a
mi juicio, no aceptable: su concepción
atenta contra la soberanía popular, que
puede cambiar, modificar o anular, lo que
considere de una
Constitución.
Pues bien, a mi juicio los neoliberales,
por su posición ideológica, han convertido
en “cláusulas pétreas” los artículos
mencionados, y seguramente algunos
más. Nunca se ha debatido en medios de
comunicación la Constitución de 1993 o
este Título II.
9.- El dilema sobre neoliberalismo y/o
democracia es, a mi juicio, el más
importante de las democracias
modernas. A mi juicio, el
neoliberalismo contradice la
democracia, o la limita, la distorsiona
y, en última instancia, la impide,
trabando las instituciones estatales,
contribuyendo a que la lógica de la
oferta y la demanda se introduzca
como criterio de asignación de
recursos por parte del Estado,
sustituyendo el concepto y la práctica
de servicio por la del lucro, y, a la vez,
a la mayor corrupción en las instituciones
estatales en nombre de una supuesta
democracia.
La lógica excluyente del mercado se
contradice con la lógica incluyente de la
democracia. La reducción del papel
público en la economía, la disminución de
los gastos sociales, las privatizaciones, la
reforma fiscal favorable al capital, la
desregulación del mercado laboral, el
abandono de aspectos fundamentales de
la soberanía de los Estados, la supresión
de los controles de cambio, la
desregulación de los intercambios
comerciales para el favorecimiento de las
economía más fuertes, el impulso a las
operaciones bursátiles, y otras medidas
que devienen en anticiudadanas y
antidemocráticas, configuran lo que
Wendy Brown denuncia como un
ordenamiento que “más que sólo saturar
el significado y el
contenido de la democracia con valores del mercado, el
neoliberalismo ataca los principios, las prácticas, las culturas, los
sujetos y las instituciones de la democracia entendida como el
gobierno del pueblo”.[117]
La visión de conjunto que tiene Matías Cristobo nos induce a citarlo
en su versión sobre la mundialización del neoliberalismo:
Ante la crisis de legitimidad sufrida por el Estado de
Bienestar, la lógica mercantil comienza a regir el conjunto de
las relaciones sociales en un contexto signado por el
desplazamiento de los capitales desde el sector productivo
hacia el sector financiero. En cuanto a su alcance éste ha
sido reducido, ya que sólo fue implantado en los países
anglosajones y América Latina, lo cual no impide que
ideológicamente fuese hegemónico a nivel mundial
constituyéndose en el sentido común de la época.
Finalmente, en cuanto a sus efectos, el neoliberalismo no sólo
no redujo las desigualdades sociales, sino que aumentó las
ya existentes al punto de conformar una sociedad “dual” de
integrados y excluidos[121].
Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone,
de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas.
Finalmente, considero remarcable que Francisco vincule
directamente este sistema con la destrucción del medio ambiente:
“En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a
acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el
medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado
divinizado, convertidos en regla absoluta” [122].
16.- En el marco de una crítica radical a la actual “democracia liberal”
no es posible soslayar la contradicción que se da entre el modelo
capitalista neoliberal y la democracia parlamentaria. Al respecto
Cristian Guille opina:
Uno de los problemas ideológicos centrales que enfrenta el
modelo capitalista neoliberal, es el lograr legitimar la
democracia parlamentaria en el marco de un proceso de
concentración creciente del poder económico y político. En la
democracia liberal, cuyos fines como la “libertad” y la
“igualdad” se deprecian cada vez más debido a una pobreza
en aumento y a que las posibilidades de encontrar un empleo
estable se desvanecen. La igualdad de oportunidad
económica se ha convertido en un mito y la libertad de los
que no cuentan con recursos resulta ser una simple
burla[123] (…) La democracia representativa se ha convertido
progresivamente en un simple mecanismo de mercado: los
votantes son los consumidores, y los políticos los
empresarios[124].
biblioGrafía
Borón, Atilio, (2003). “La sociedad civil después del diluvio neoliberal”.
En Emir Sader y Pablo Gentili (compiladores), La trama del
neoliberalismo. Mercado, crisis y exclusión social. Buenos Aires:
CLACSO, Editorial Universitaria de Buenos Aires.
[82] Ibid, p. 48.
[83] Ibid, p. 53.
[84] Ibid, p. 56.
[85] Rossi, Cecilia Brenda; “¿El descentramiento teórico del mundo
del trabajo como forma de resistencia al neoliberalismo?”,
en Theomai, 23, Red de Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y
Desarrollo, Proyecto “Modos de acumulación y conflictos sociales”.
Buenos Aires.
[90] Ibid, p. 180.
cit., p.7.
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