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Regionalismo y seguridad sudamericana:

¿son relevantes el Mercosur y la Unasur?


Regionalism and South American security:
Are Mercosur and Unasur Relevant?
Augusto Wagner Menezes Teixeira
Magíster en Ciencias Políticas, Universidade Federal de Pernambuco, Brasil. Estudiante de docto-
rado en la misma universidad. Se desempeña como profesor de Relaciones Internacionales en la
Universidad Estatal de Paraíba, Brasil.

Correo electrónico: augustoteixeirajr@gmail.com

Fecha de recepción: abril 2010


Fecha de aceptación: julio 2010

Resumen
El artículo discute el papel del Mercosur en la construcción de un amplio régimen de seguridad
en América del Sur; para lo cual se utiliza, apoyándose en la Escuela de Copenhague, un con-
cepto ampliado y profundizado de seguridad, donde el sector político gana relevancia explica-
tiva. Después de desarrollar la discusión teórica sobre las relaciones entre integración regional y
seguridad, se realiza una evaluación sobre cómo el Mercosur y la Unasur avanzan en la cons-
trucción de un macro-régimen de seguridad regional. Este análisis nos lleva a sostener que la
región todavía no está en vías de constituir una comunidad de seguridad, sin embargo, la crea-
ción del Consejo de Seguridad-Unasur alude a un posible avance en la cooperación en asuntos
estratégicos, inaugurando un momento nuevo en el regionalismo sudamericano.

Palabras clave: regionalismo, régimen de seguridad, comunidad de seguridad, Mercosur,


Consejo de Seguridad-Unasur.

Abstract
This article offers an analysis of Mercosur’s role in the construction of a broad security regime in
South America. To that end, based on the Copenhagen School, I use a broadened and deep-
ened concept of security in which the political sector gains explanatory relevance. After devel-
oping the theoretical discussion on the relationship between regional integration and security,
I evaluate how Mercosur and Unasur proceed in the construction of a macro-regime of region-
al security. This analysis brings us to maintain that the region is not yet on the way to construct-
ing a security community. However, the creation of the Unasur Security Council suggests pos-
sible progress in cooperation on strategic matters, opening the way to a new moment in South
American regionalism.

Key words: regionalism, security regime, security community, Mercosur, Unasur Security
Council.

Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 38, Quito, septiembre 2010, pp. 41-53
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
dossier
Augusto Wagner Menezes Teixeira

Introducción Mercosur se ha hecho presente, cada vez más,


en toda la región sudamericana. Lo que cabe
undamental en las relaciones económi- indagar es ¿cómo el Mercosur contribuyó a la

F cas internacionales, los procesos de in-


tegración y cooperación regional tienen
también una dimensión político-militar en la
reducción de las rivalidades subregionales y
cómo actúa en la estabilización de la región?
¿De qué forma el bloque actuó en la creación
organización de los ‘tableros de ajedrez inter- de un régimen de seguridad hoy sudamerica-
nacional’ (Nye, 2005). El momento inicial de no? ¿Cuáles son las posibilidades de evolución
este tipo de emprendimientos políticos fue el de seguridad regional a la luz de la Unasur
proceso de cooperación y posterior integra- (Unión de Naciones Suramericanas) y de sus
ción de los países europeos. La primera oleada relaciones con el Mercosur?
regionalista trajo a la Ciencia Política y a las El artículo está organizado de la siguiente
Relaciones Internacionales la necesidad de es- forma: presentamos la dimensión de paz y se-
tudiar y antever los rumbos de la integración guridad regional en el debate teórico de la in-
europea. El interés en el proceso en curso en tegración regional europea. A partir de la Teo-
Europa iba más allá de la cooperación funcio- ría de los Complejos Regionales de Seguridad
nal, siendo también un objeto prioritario de la (RSCT, por sus siglas en inglés) describimos
agenda el estudio de sus funcionalidades para las características de seguridad de América del
la pacificación de los países europeos, en espe- Sur y cómo el Mercosur tornó posible la con-
cial el tradicionalmente conflictivo eje franco- solidación de una dinámica de amistad en la
alemán (Patrício, 2006). No por menos, auto- subregión platina-brasileña. Finalmente, inda-
res canónicos de la integración regional como gamos cómo el Consejo de Defensa Sudameri-
David Mitrany (1966) y Karl Deutsch (1978) cano de la Unasur puede contribuir a mejorar
advertían las externalidades positivas del regio- las condiciones de seguridad en la región.
nalismo para la seguridad y paz regional.
La experiencia del Mercosur (Mercado
Común del Sur), aunque en el ámbito formal La dimensión de paz y seguridad
no aborde cuestiones de seguridad en el senti- en las teorías de cooperación e
do tradicional1, permite vislumbrar las relacio- integración regional
nes entre integración y seguridad regional2. El
bloque del Cono Sur demuestra que es posible Pasados los años del ‘eurocepticismo’ en la dé-
la construcción de un régimen de seguridad en cada de 1980 (Herz y Hoffma, 2006) y con el
el mundo en desarrollo. Desde su creación la advenimiento de aquello que se convino llamar
integración ha contribuido a la estabilidad ‘segunda oleada regionalista’ los estudios de
subregional. Pero, recientemente, con la parti- integración volvieron a ganar un relevante es-
cipación de nuevos países como miembros3, el pacio en la agenda académica. Este nuevo mo-
mento toma de las iniciativas como el North
1 En la región existen problemas de seguridad conven-
American Free Trade Agreement y el Mercado
cionales, de ahí en más, predominan en América del Común del Sur un nuevo formato y lógica para
Sur las llamadas “nuevas amenazas”, como el crimen la creación de bloques regionales (Wiesebron,
organizado transnacional (Visacro, 2009).
2006). Escribiendo todavía en los primeros
2 Años después del final de la Guerra Fría se intensificó
la literatura sobre ‘regionalización de la seguridad’, así años de ese nuevo fenómeno, Hurrell subraya
por ejemplo Lake y Morgan (1997) y Buzan y Wæver algunas características nuevas, entre ellas, des-
(1998, 2003). taca su carácter multidimensional. Dicho ca-
3 Actualmente, son Estados asociados Ecuador, Perú y
Colombia; Venezuela está en curso de volverse un rácter vuelve cada vez más difícil trazar una lí-
miembro pleno. nea divisoria entre regionalismo económico y

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político, una vez que éste es alimentado por poder hasta la institucionalización de medi-
desarrollos como el fin de la Guerra Fría y la das de construcción de confianza o la nego-
descentralización y regionalización de la segu- ciación de un régimen de seguridad para la
ridad (Hurrell, 1995: 24; Vaÿrynen, 2003). región como un todo (Hurrel, 1995: 28, las
Es exactamente ese carácter multidimen- cursiva son añadidas).
sional y por la heterogeneidad de las experien-
cias regionalistas que se hace necesario distin- De ahí en más, la experiencia del Cono Sur va
guir conceptualmente qué tipo de regionalis- más allá de la cooperación entre Estados. El
mo está en cuestión cuando tratamos la expe- caso del Mercosur es ampliamente considera-
riencia del Mercosur. La literatura de Relacio- do por la bibliografía como uno de los más
nes Internacionales es bastante provechosa res- importantes procesos de integración regional
pecto al tema de la cooperación internacional (Hurrell, 1995; Almeida 1998, 2001; Siröen,
(Milner, 1992), uno de los principales frutos 2000; Gilpin, 2004). Diferente de lo que pre-
de esta literatura fue el refinamiento teórico sentamos bajo el concepto de cooperación, la
realizado por Keohane (1984). Este autor en- integración regional puede ser definida como
tiende que la cooperación acontece cuando, a
[…] el proceso por el cual los actores en dis-
través del proceso de coordinación de políti-
tintos contextos nacionales son persuadidos
cas, los actores ajustan sus comportamientos a a dislocar sus lealtades, expectativas y activi-
las preferencias actuales o anticipadas de otros. dades políticas hacia un nuevo centro, cuyas
Sin que los abordajes sobre este tema se resu- instituciones poseen o exigen jurisdicción
man en la Escuela Racional y la Teoría de Jue- sobre los Estados nacionales preexistentes
gos, el estudio de la cooperación entre Estados (Hurrell, 1995: 41).
viene siendo debatido por otras corrientes de
las Relaciones Internacionales. De entre los Esta definición merece un llamado de atención
autores que pasan a hacerse presentes en esos respecto a las explicaciones tradicionales de in-
debates están los que pertenecen a la Escuela tegración. El proceso europeo de integración
Inglesa y al Constructivismo. Representante fue el caso paradigmático en los estudios de
de esa literatura sobre el tema, Hurrell, afirma integración y cooperación regional. El proble-
que “esa cooperación puede ser formal o infor- ma, como sostiene Hurrell (1995), Almeida
mal, y niveles elevados de institucionalización (1998) y Dash (2008), es que pocos ejemplos
no son garantía de eficacia o importancia polí- de regionalismo fuera de la Europa Occidental
tica” (1995: 28). consiguieron o incluso anhelaban seguir los ca-
Esta reevaluación de la importancia del de- minos de la actual Unión Europea. Más im-
sarrollo institucional es expresiva, pues es ne- portante, el marco teórico y analítico creado
cesario entender de qué manera iniciativas co- para su estudio encontró límites al enfrentar
mo el Mercosur y la Unasur, ambas poco desa- experiencias distintas fuera de este contexto
rrolladas institucionalmente, pueden contri- político, social y económico (Ferrer, 2006).
buir a mitigar problemas de seguridad en el Pese a presentar limitaciones, los estudios
ámbito regional. La cooperación entre Esta- tradicionales sobre la integración europea
dos, en el ámbito del regionalismo, puede pro- brindan una buena contribución para el traba-
porcionar la gerencia del orden regional. jo aquí realizado: el ejemplo de las lecciones
Según Hurrell, sobre la importancia de la cooperación y de la
integración regional para el cambio de diná-
[…] en el campo de seguridad, por ejemplo, micas de enemistad/amistad (Buzan y Wæver
esa cooperación puede extenderse desde la 2003; Patrício, 2006). El caso europeo no solo
estabilización de un equilibrio regional de demuestra la ‘paz negativa’ como uno de los

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Tabla 1. Paz y Conflicto en los Abordajes Clásicos Sobre la Integración Regional

Teoría Foco Principal Método Objetivos de la Efectos externos Principales


integración de la integración exponentes

Transnacionalismo Construcción Dinámica Cambio político Reducción de Karl Deutsch


(Communications de comunidades normativa en un territorio conflictos
Theory) políticas dado y construc- bélicos de gran
ción de institu- intensidad
ciones y prácticas
políticas que
garanticen la paz

Funcionalismo Instituciones Dinámica Paz por la N/d David


supranacionales normativa prosperidad Mitrany
Fuente: Table 2.1 Theoretical approaches to regional integration (Mattli, 2008: 20).

posibles dividendos de la integración regional, En este estudio el concepto de “paz negati-


sino también cómo la integración opera en la va” se encuatra en el contexto de un ordena-
creación de medidas de confianza mutua y miento regional (Hurrell, 2009). Según
mecanismos no-violentos de solución de liti- Hedley Bull (2002), el orden es sustentado
gios y controversias. A partir de ese razona- por mecanismo de gerencia de la sociedad in-
miento, se entiende que la gran contribución ternacional. De esa forma, el Mercosur y más
de las teorías clásicas de la integración está en contemporáneamente la Unasur posibilitan a
la percepción sobre el regionalismo como un la región instancias de cooperación y diálogo
posible instrumento para la construcción de la que pueden mitigar/resolver potenciales con-
paz (ver Tabla 1). flictos. Finalizada esta discusión teórica sobre
Lo que ambas concepciones expuestas el regionalismo, presentamos ahora el marco
muestran es la percepción de la integración co- teórico y conceptual de este análisis en seguri-
mo base para una paz perpetua kantiana dad internacional.
(Adler y Barnett, 1998). El contexto de la in-
tegración del Mercosur y actualmente sud-
americana no exhibe un desarrollo institucio- Modelo Descriptivo RSCT:
nal ni un proceso de socialización de una iden- Dinámicas de Seguridad en América del Sur
tidad regional, ambos niveles son necesarios
para una paz positiva (Buzan y Hansen, La escuela de la Teoría de los Complejos Re-
2009). Aprovechando además la concepción gionales de Seguridad (RSCT) fue motivada
de Galtung de violencia estructural (1969), el tanto por la sensibilidad de este enfoque a los
Mercosur no presenta resultados expresivos en factores de la geografía y de la historia, como
cuanto a la reducción de las amenazas no-mi- por su capacidad de diálogo con teorías tradi-
litares a los individuos, como el hambre, la de- cionales de las Relaciones Internacionales y de
sigualdad social y la criminalidad. En ese sen- Integración Regional. Buzan y Wæver (2003),
tido, en el actual estado de desarrollo e in-
tegración en la región cabe utilizar el concep- 4 David Mares (2001) presenta una importante crítica a
esa concepción, demostrando que el nivel de conflicto
to de “paz negativa”, entendido como la au-
existente en América Latina escapa a la simple dicoto-
sencia de violencia, específicamente guerras4 mía entre guerra y paz. El autor acuña el concepto de
(Tavares, 2005; Buzan y Hansen, 2009). “paz violenta”.

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dos expresivos exponentes de la Escuela de Tabla 2. Tipo de Orden, Polaridad y Polarización


Copenhague, definen un complejo regional de América del Sur
seguridad (RSC) como:
América del Sur

un conjunto de unidades cuyos mayores Principio de orden Anarquía


procesos de seguridización, deseguridiza- Distribución de poder (polaridad) Multipolar
ción o ambos están tan entremezclados que
Grado de polarización (1991-2007) Bajo
sus problemas de seguridad no pueden ser
razonablemente analizados o resueltos al Fuente: Tabla 1. Seguridad regional: Sur da Asia, África Austral y América del Sur (Cepik,
2009: 69-70).
desligase el uno del otro5 (2003: 44).

La idea central envuelta en esta definición es formation; concepto que de acuerdo a Buzan y
que los principales procesos de (des)seguritiza- Wæver (2003):
ción6 se irán desarrollando en clusters regiona-
les, desempeñando el aspecto geográfico un […] significa que cambios en estructura
expresivo papel en esta teoría. Dentro de una esencial ocurren dentro del contexto de sus
estructura anárquica, la estructura y caracterís- fronteras externas actuales. Esto puede traer
tica básica de un RSC es definida por tres ti- cambios a la estructura anárquica (debido a
pos de relaciones7: distribución de poder (po- la integración regional); a la polaridad (de-
laridad) y sus consecuentes relaciones de poder bido a la desintegración, fusión, conquista,
distintas tasas de crecimiento, entre otras);
(regional balance of power); patrones de amis-
o a los patrones dominantes de amistad/
tad y enemistad (polarización) y relaciones de
enemistad (debido a los cambios ideológi-
poder con actores externos a la región (Buzan cos, cansancio de la guerra, cambios de lide-
y Wæver, 2003). Aplicadas al contexto suda- razgo, etc.)8 (Buzan y Wæver, 2003: 53,
mericano, estas variables presentan una capa- cursivas añadidas).
cidad heurística interesante (ver Tabla 2).
Otro aspecto relevante sobre los complejos La definición de “transformaciones internas”,
regionales de seguridad es que no son estáti- reproducida arriba, llama la atención respecto
cos. La cooperación y la integración regional, a dos tipos de eventos a los que somos sensi-
como formas de regionalismo, son entendidas bles. El primero se refiere a los impactos de los
por los analistas como posibles inductores de procesos de integración regional, que pueden
cambios en los complejos. Sobre este aspecto alterar la estructura anárquica de una región
los autores utilizan el término internal trans- volviendo a una ‘comunidad de seguridad’
(Adler y Bernett, 1998). El segundo tiene que
5 “ […] a set of units whose major processes of securiti-
zation, desecuritisation, or both are so interlinked that ver con el cambio en la polaridad y la altera-
their security problems cannot reasonably be analysed ción en los patrones de amistad/enemistad que
or resolved apart from one another” (Buzan y Wæver, pueden representar el resultado de la emergen-
2003: 44).
6 Buzan y Wæver definen seguritización como: “the dis-
cia de la cooperación como dinámica relacio-
cursive process through which an intersubjective
understanding is constructed within a political com- 8 […] means that changes in essential structure occur
munity to treat something as an existential threat to a within the context of its existing outer boundary. This
valued referent object, and to enable a call for urgent could mean changes to the anarchic structure (because
and exceptional measures to deal with the threat” of regional integration); to polarity (because of disinte-
(2003: 491). gration, merger, conquest, differential growth rates, or
7 Al lado de ese determinante, factores como la identi- suchlike); or to the dominant patterns of amity /
dad regional, auto-percepción y patrones históricos de enmity (because of ideological shifts, war-weariness,
amistad/enemistad operan conjuntamente en la defini- changes of leadership, etc.) (Buzan y Wæver, 2003: 53,
ción de las dinámicas de seguridad regional. cursivas añadidas)

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Tabla 3. Síntesis de la situación de la seguridad regional en América del Sur

Dinámicas de seguridad más impor- Inter-regionales: asociadas al narcotráfico; participación en


tantes Operaciones de Paz – ONU.

Regionales/Domésticas: conflicto armado en Colombia; gastos mil-


itares de defesa de Chile y Venezuela9; tensión separatista en
Bolivia; narcotráfico, tráfico de armas; contrabando, corrupción,
crimen organizado, tráfico de personas y lavado de dinero

Relaciones de poder con actores exter- Penetración de los Estados Unidos (Hegemonía Regional) y dispu-
nos a la región ta sobre la agenda de integración entre las alternativas del Alca, el
Alba y de propuesta de la Unasur; trueque diplomático con la
Unión Europea; crecimiento de la importancia comercial de la
China para la región.

Dirección probable de cambio Mayor cooperación de seguridad en la Amazonía (OTCA e


SIVAM) y en el Mercosur, especialmente contra o crimen organi-
zado e violento; institucionalización de la Unasur.

País donde se disputan las fronteras de Colombia


la región

nal predominante. Basado en este cuadro ana- Seguridad’. Tomando como referencia teórica
lítico es importante destacar que el regionalis- la Escuela de Copenhague, Buzan y Wæver
mo en el complejo regional de seguridad sura- afirman que las dinámicas de seguridad en los
mericano no influyó en la alteración del prin- Complejos Regionales de Seguridad pueden
cipio ordenador. No obstante, lo que demos- ser entendidas a partir de la variación entre
traremos es cómo el Mercosur y la Unasur es- amistad y enemistad (amity / enmity). Basados
tán consolidando el cambio de los patrones de en esos extremos, los autores crean la defini-
polarización. Confrontamos esa idea con los ción de ‘Tipos de Complejo de Seguridad’.
datos proporcionados por el levantamiento Pensando en términos de escala, de más con-
más reciente (Cepik, 2009) sobre la seguridad flictivo a más pacífico, elaboran tres variables
regional y las dinámicas del regionalismo en ordinales, siendo ellas: formación de conflicto,
las zonas estudiadas. régimen de seguridad y comunidad de seguri-
Las variables utilizadas en RSCT pueden dad (Buzan y Wæver, 2003: 53-54).
ser empleadas para generar modelos descripti- El primer tipo de Complejo de Seguridad
vos sobre la seguridad en regiones distintas. trata de un contexto de expresiva propensión
Con esa finalidad, adoptamos el levantamien- al conflicto, donde no existen mecanismos
to descriptivo de la situación de seguridad re- formales o reglas capaces de animar la situa-
gional en América del Sur realizado por ción de inseguridad mutua, a ejemplo del
Marco Cepik (2009). La Tabla 3 discute rápi- Complejo Regional de Seguridad del Este
damente cuatro niveles en las dinámicas de
seguridad. 9 Según datos del Stockholm International Peace
La Tabla 3 nos permite entrar en contacto Research Institute (SIPRI), entre 1998 y el 2009, los
con una miríada de dinámicas de seguridad en gastos militares en América del Sur tuvieron una varia-
niveles distintos a los de la vida internacional. ción positiva de 50%. Un factor determinante para ese
cambio fue el aumento en el precio de las commodi-
Para interpretarla mejor, recurrimos a las tipo- ties, en especial en Brasil, Chile, Ecuador y Venezuela
logías sobre ‘Tipos (Patrones) de Complejo de (Perlo-Freeman y otros, 2009: 180 y 202).

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Asiático (Buzan y Wæver, 2003:174). Por otro nuevas amenazas proporcionan el contexto pa-
lado, un régimen de seguridad no implica la ra la cooperación en seguridad, entendiéndo-
perfecta armonización entre los países de un las como un bien público12 regional. Siendo
determinado Complejo Regional de Seguri- así, cabe analizar el curso histórico-político
dad o la ausencia de conflicto entre ellos. En por el que ha pasado la región en el cambio de
este caso los Estados concuerdan en cooperar un patrón de seguridad característico de ‘for-
para resolver los conflictos a partir de la crea- mación de conflicto’ a un ‘régimen de seguri-
ción de instituciones y reglas. Finalmente, una dad’, predominando, en el segundo caso, la di-
comunidad de seguridad está caracterizada por mensión de amistad.
una situación en la cual el recurso de la fuerza
para la resolución de problemas entre los
miembros no es una opción, imperando la El Mercosur como un régimen
ausencia de conflicto armado entre éstos, co- de seguridad regional
mo demuestra la Europa Occidental contem-
poránea10. Una estrategia analítica interesante para captar
Lanzando luz sobre América del Sur en lo la génesis de las dinámicas de rivalidad en
que atiñe a la noción de patrón de conflicto, América del Sur consiste en centrarse en las
Tavares (2005) afirma que la región se encuen- relaciones competitivas entre las dos potencias
tra en una situación donde rige la “ausencia de regionales sudamericanas: Argentina y Brasil.
violencia” (interestatal), de ahí en adelante, el Es de común acuerdo afirmar que esos países
autor alerta que la no-existencia (temporaria) tuvieron un largo proceso de cambio en sus
de conflicto armado interestatal no permite relaciones políticas y de seguridad, que culmi-
inferir que condiciones no puedan ser creadas naron con los procesos de redemocratización y
para el retorno de ese tipo de fenómeno. De la formación del Mercosur (Lafer, 2004;
hecho, las dinámicas de seguridad observadas Vizentini, 2006; Cervo, 2008; Moniz Bandei-
por Cepik (2009) alertan sobre la emergencia ra, 2008).
de conflictos si no de guerra11. Lo que pode- El inicio de la reaproximación entre Ar-
mos constatar es que aunque en América del gentina y Brasil se dio sobre el contexto de
Sur predomina una situación de no-violencia rivalidades significativas. Son dignos de men-
interestatal, sobrevuela la región un conjunto ción los contenciosos sobre las aguas compar-
de amenazas no-estatales y transnacionales ca- tidas del Río Paraná, los desentendimientos
racterísticas de los nuevos Estados de Segu- ocurridos en el contexto de los proyectos de
ridad Internacional. Elementos como el nar- construcción de los diques de Itaipu (Brasil)
cotráfico, el crimen organizado transnacional y Corpus (Argentina) en la década de 1970,
la estabilidad política (Venezuela) y secesión pero también la carrera armamentista y nu-
(Bolivia) son problemas que generan externa- clear en esa época entre Brasilia y Buenos
lidades negativas para toda la región. No pu- Aires.
diendo ser resueltas de forma unilateral, las Aunque la Guerra Fría no se haya mostra-
do como un período próspero para las inicia-
tivas integracionistas entre países en desarro-
10 Tavares (2005) proporciona una interesante discusión
sobre este concepto, introduciéndolo en el contexto de llo, América Latina fue palco de importantes
los Estudios de Paz. tentativas en ese campo. De hecho alcanzó un
11 Alsina (2009) constata que, a diferencia de lo que se
piensa comúnmente, las regiones presentan un núme- 12 Un bien público está caracterizado por los criterios de
ro elevado de conflictos, no siempre resultando en no-rivalidad (el consumo de uno no reduce la oferta a
enfrentamiento armado interestatal con múltiples los demás) y no-exclusión (una vez creado, sus benefi-
muertos, como en el caso de una guerra. cios son compartidos por todos) (Tavares, 2005).

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Tabla 4. Principales Iniciativas, Acuerdos y Tratados de


Es a finales de los años setenta que aconte-
Cooperación e Integración Celebrados por Brasil – 1950-1991 ce la principal coyuntura crítica en las relacio-
nes bilaterales entre los principales poderes
Año Iniciativa, Acuerdo/Tratado platinos. En 1979 con la firma del Acuerdo
1958 Operación Pan-Americana Tripartito para el aprovechamiento hídrico de
1960 Tratado de Montevideo – ALALC la cuenca del Paraná por parte de Argentina,
1980 Segundo Tratado de Montevideo – ALADI Brasil y Paraguay, la dinámica del conflicto o
1969 Tratado de la Cuenca de Plata enemistad –en la acepción de Buzan y Wæver
1978 Tratado de Cooperación de la Amazonía (2003)–, comenzó a cambiar hacia relaciones
1979 Acuerdo Tripartita donde predominaba la cooperación o ‘amis-
1980 Acuerdo de Cooperación Nuclear entre Brasil y Argentina tad’. Se destacaban también los entendimien-
1985 Declaración de Iguaçu
tos recíprocos sobre la política nuclear firma-
Declaración Conjunta sobre Política Nuclear dos entre los dos países, inclusive son normal-
1986 Ata para Integración Brasil-Argentina mente señalados como un momento de ruptu-
Firma de doce protocolos de cooperación entre Brasil ra histórica en los patrones de conflicto entre
y Argentina Brasil yla potencia platina (Patrício, 2006;
1988 Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo Vizentini, 2006).
1990 Acta de Buenos Aires Dos aspectos son dignos de notar sobre
1991 Tratado de Asunción esos eventos. El primero es que ese patrón de
Fuente: Almeida (1998), Cervo (2008) y Lafer (2004).
conflicto comienza a cambiar efectivamente
durante los gobiernos dictatoriales, mostrando
que el inicio de los esfuerzos de aproximación
éxito efectivo en los primeros años de la déca- Brasil-Argentina es anterior a los procesos de
da de 1990 con la creación del Mercosur. redemocratización en los dos países. El segun-
Almeida afirma que “hubo, durante los pri- do es el papel esencial de la cooperación y del
meros años de la Segunda Guerra Mundial, un proceso de integración bilateral y subregional
proyecto de constitución de un ‘bloque aus- para el cambio de ‘enemistad’ en ‘amistad’13.
tral’” (1998: 43). En ausencia de un resultado La cooperación subregional a lo largo de los
concreto, la iniciativa, ocurrida en el año de gobiernos militares en Brasilia y Buenos Aires,
1941, quedó apenas en papel. Las diferentes mucho más direccionada a resolver los proble-
posturas de Argentina y Brasil frente a los dos mas de seguridad a partir de la construcción
bandos de la Segunda Guerra Mundial (Aliados de medidas de confianza mutua con el princi-
y el Eje) contribuyeron fuertemente a este esta- pal rival platino, abrió la posibilidad de crear
do de cosas. En cuanto Brasil adhirió formal- vínculos de confianza y diálogos permanentes
mente una postura claramente pro-aliada, Ar- en áreas de interés común. Como nos muestra
gentina prefirió mantener una condición de Almeida, la Declaración de Iguaçu (1985) ex-
neutralidad. Al término del conflicto mundial, presaba una “firme voluntad de acelerar el pro-
en la década de 1950, nuevamente por iniciati- ceso de integración bilateral” (1998: 45). En la
va argentina fue propuesta una reedición del década de 1980, con la firma de 12 protocolos
“Pacto ABC”, un proyecto integracionista entre de cooperación que abarcaban explícitamente
Argentina, Brasil y Chile (Almeida, 1998: 44). objetivos comunes como el desarrollo econó-
Como demuestra Almeida (1998), tras ese mico, Brasil y Argentina vislumbraron la inte-
nuevo intento en la década de 1950, tomaría gración como un mecanismo importante para
casi medio siglo para que Argentina y Brasil, en
1991, se vieran envueltos en un proceso efecti- 13 Esta interpretación está inspirada en Mello (1996),
vo de integración bilateral, el Mercosur. Almeida (1998), Vizentini (2006) y Cervo (2008).

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el desarrollo económico de los respectivos paí- Todavía sobre este asunto cabe indagar so-
ses (Cervo, 2008). bre la expansión de la integración y sus exter-
Este proceso, entretanto, fue coronado con nalidades más allá de la región platina-Brasil
la firma del Tratado de Asunción por parte de para América del Sur. Lo que se deseaba fo-
Argentina, Brasil y Uruguay, en 1991 (ver mentar iba más allá de fines económicos y co-
Tabla 4). Debe destacarse que la dimensión de merciales, siendo más bien de naturaleza polí-
seguridad presente en los documentos norma- tica y de seguridad, aunque en relación a esto
tivos del Mercosur no está explícita. Por ende, último, los entendimientos se desarrollaron de
basados en el referencial teórico de la Escuela forma más informal. El nivel de compromiso
de Copenhague, podemos observar que el blo- pretendido en cuanto a los asuntos relaciona-
que del Cono Sur vivenció la seguritización de dos con el bloque puede ser ejemplificado con
temas no militares como la democracia, la es- la firma del “Compromiso Democrático en el
tabilidad política y los derechos humanos. La Mercosur”, en 1996. En este documento se
percepción de amenaza termina, de modo cla- preveían medidas de consulta y sanción en ca-
ro, al salir de la dimensión militar y dirigir el so de que se quebrara el orden democrático.
recelo hacia aspectos como retiros autoritarios Pero fue principalmente con la celebración en
e inestabilidades políticas en la región. Como Argentina del Protocolo de Ushuaia, donde la
veremos más adelante, uno de los principales defensa común de la democracia y de la esta-
elementos jurídicos en que se basa esa inter- bilidad política fue enfáticamente convertida
pretación es el Protocolo de Ushuaia de 1998, en un elemento de seguridad comúnmente
que prevé mecanismos de acción colectiva aceptado. En la acepción constructivista de la
contra atentados a la democracia. Se entiende, Escuela de Copenhague podríamos afirmar
que aun con problemas referidos a la defini- que la democracia y la estabilidad política en
ción de esa forma de gobierno, dicha forma de el Cono Sur fueron aseguradas desde 1985.
gobierno pasa a ser encarada como un bien Este proceso se dio principalmente a partir de
público en la región. En suma, además de ga- la evolución institucional y normativa del
nancias económicas advenidas del bloque, el Mercosur, en paralelo al advenimiento de la
Mercosur trabaja también por la estabilidad en redemocratización en el gran país platino y
la región, al pretender neutralizar las tenden- Brasil. Durante ese período, líderes civiles bus-
cias a la fragmentación política, confiriendo caban garantizar los procesos de retorno al or-
un ambiente de relativa paz y estabilidad al es- den democrático en el ámbito doméstico y,
pacio regional. paralelamente, construir aquello conocido en
La propia integración regional y los objeti- la Ciencia Política como institucioanal lock-in.
vos mencionados arriba no podrían volverse En esta acepción, compromisos internaciona-
realizables de forma cooperativa si no gracias al les con fuerza de ley doméstica constituían ele-
largo proceso de transformación de los patro- mentos de refuerzo para decisiones políticas de
nes de relacionamiento entre Argentina y Brasil un determinado grupo, volviendo más difícil
(Mello, 1996; Cervo, 2008). El bloque es prin- un retiro hacia el autoritarismo (Lafer, 2004).
cipalmente una construcción política, con pro- En cuestiones sensibles como la seguridad
pósitos estratégicos políticamente definidos. La en el ámbito del Mercosur, un aparato institu-
integración regional, como un régimen am- cional de bajo nivel de desarrollo posibilitó, al
plio, abarca en su estructura normativa y legal menos, la construcción de medidas de con-
aspectos ligados al régimen político, condición fianza mutua entre los actores políticos, ade-
de seguridad y defensa subregional y derechos más de la perspectiva de cooperación continua
humanos, ligados a las llamadas nuevas amena- que envuelven mayores costes a actitudes no-
zas (Buzan, Wæver y Wilde, 1998). cooperativas en la dimensión estratégica y

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militar (Milner, 1992). Veamos cómo las rela- ron listados en momentos anteriores (ver Ta-
ciones entre el Mercosur y la Unasur pueden bla 3). Entre las nuevas amenazas podemos
potencializar el incremento de seguridad en la incluir también las de tipo tradicional, como
región. el desbordamiento del conflicto colombiano
hacia la región, resultando en la creación de
externalidades negativas para el RSC sudame-
Mercosur más Unasur: ¿en vías de ricano. La naturaleza de las amenazas presen-
una Comunidad de Seguridad? tes en la región nos lleva a considerar la di-
mensión de transnacionalidad de los agentes
Apoyándose en las tesis de Karl Deutsch, que las promueven. Para las soluciones de los
Adler y Barnett (1998) desarrollaron un mar- desafíos interdomésticos tiende a ser necesaria la
co teórico sobre comunidades de seguridad. Se- cooperación entre gobiernos.
gún los autores, procesos de integración re- En el contexto del desarrollo de esta nueva
gional y el estrechamiento de las relaciones en- configuración de seguridad no tradicional
tre élites nacionales, de sus valores y normas (Buzan y Hansen 2009) se crea el Consejo de
compartidas favorecerían un ambiente en el Defensa Sudamericano (CDS-Unasur)14 y
cual el recurso a la violencia interestatal sería constituido como un conjunto político-mili-
impensable en una región. En otras palabras tar para frenar la inestabilidad regional. Al me-
en esas condiciones los países no se preparan nos tres coyunturas críticas pueden ser llama-
más ni esperan la ocurrencia de conflictos ar- das a ilustrar esta situación: 1) La crisis bo-
mados entre Estados. En el contexto de esa liviana, donde existían serias amenazas a la
literatura, Andrew Hurrell escribió un artículo propia estabilidad nacional y de gobierno. 2)
seminal donde indagaba si se estaría formando La agresión efectuada por Colombia contra
en América del Sur una comunidad de seguri- agentes de las FARC en territorio ecuatoriano,
dad (Hurrell, 1998). El autor responde de for- que provocó los antagonismos entre Colombia
ma escéptica. y Venezuela, llegando al nivel retórico de recu-
Pasada más de una década de la publica- rrir al uso de la fuerza armada para la solucio-
ción señalada es difícil encuadrar la región co- nar el impase. 3) Más recientemente, la polé-
mo una comunidad de seguridad. América del mica en torno al acuerdo entre Colombia y
Sur, considerada por Buzan y Wæver (2003) Estados Unidos sobre la utilización ampliada
en términos de patrón de seguridad como un de su territorio para bases norteamericanas en
régimen de seguridad, demuestra poca propen- la lucha contra el narcotráfico y que califica a
sión al conflicto armado interestatal. Entre- los grupos guerrilleros colombianos como
tanto, esa calificación no autoriza a negar la terroristas. No es excesivo llamar la atención
existencia de otras formas de conflicto que no hacia la reactivación de la IV flota estadouni-
sean la guerra (Mares, 2001). Esa constatación dense o USSOUTHCOM (United States
se muestra más pertinente cuando considera- Southern Command) (Bataglino, 2009).
mos la situación de seguridad fragmentada en Lo que se percibe es que al lado de las diná-
América del Sur, con una ‘zona de estabilidad’ micas de seguridad descritas en la Tabla 3 exis-
en el Cono Sur y una ‘zona de inestabilidad’ te un recrudecimiento de temas tradicionales
en las subregiones Andina y Amazónica. No de seguridad en la región, como la carrera ar-
obstante, el dato más importante es que la mamentista, conflictos armados y trueque mi-
fuerza de la sub-regionalización de la integra-
14 El CDS nace en diciembre del 2008, por iniciativa bra-
ción no se mostró suficiente para amainar
silera; en tanto que el anhelo de creación de una instan-
todas las dinámicas de conflicto intraregiona- cia de cooperación y coordinación en el sector de segu-
les. Importantes ejemplos de esos hechos fue- ridad y defensa ya existía previamente (MRE, 2009).

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litar. Lo mismo que con la aseguración de as- y del CDS evolucionan en la comprensión re-
pectos políticos, el Mercosur no fue pensado gional sobre seguridad, pues además de man-
para lidiar con ese tipo de cuestiones. De esa tener temas no-militares del sector político de
forma la Unión de Naciones Suramericanas seguridad, como defensa de los derechos hu-
(Unasur) y su Consejo de Defensa se vuelven manos, estabilidad política y democracia,
expresivos en los temas estratégicos militares. vuelven explícita la necesidad de cooperación
Creada en la cumbre de Brasilia el 23 de de los países de la región en cuanto a temas
mayo del 2008, sobre las bases de la antigua tradicionales. Temas antes no explicitados sea
Comunidad de las Naciones Suramericanas, la por una lógica de rivalidad ya casi completa-
Unasur emerge como una organización inter- mente superada o por el enfoque económico y
nacional con personería jurídica. Diferente del comercial de los primeros años de la integra-
Mercosur y de la Comunidad Andina de Na- ción del Mercosur. Un aspecto fuerte es que el
ciones (CAN), la Unasur nace como un ex- CDS-Unasur se propone una organización re-
perimento regionalista en el ámbito regional, gional de seguridad a la luz de mecanismos su-
no subregional. Los 12 países sudamericanos pranacionales ya existentes, como la Carta de
firmaron el Tratado Constitutivo y hacen par- las Naciones Unidas y la Carta de la Organi-
te del bloque. Es interesante el hecho de que la zación de Estado Americanos. Eso constituye
organización prevé incluso en su desarrollo un aspecto positivo hacia la institucionalidad
“todas las conquistas y avances obtenidos por del CDS, pues cada vez más las Naciones
el Mercosur y por la CAN, […]” (MRE, Unidas han delegado a organizaciones regio-
2009: 732). Se observa que la Unasur prevé un nales la resolución de conflictos, a ejemplo del
gobierno en múltiples niveles, donde conti- papel de la Unión Africana (Tavares, 2005).
nuarán fortaleciéndose los bloques de integra- Con todo, se debe destacar que la CDS-
ción subregional (Peña, 2008). Unasur no tiene capacidad operativa de uso de
Dado el carácter incipiente de la Unasur y Fuerzas Armadas de los países de la región, no
del Consejo de Defensa Suramericano, nos de- pudiendo, aún, desempeñar el mismo papel
tendremos en un análisis sobre su contenido en la seguridad regional que realiza la Orga-
formal. Nótese, que en el Tratado Constitu- nización del Tratado del Atlántico Norte
tivo de la Unasur, en el capítulo 3, línea ‘s’, se (OTAN) y la misma Unión Africana.
prevé “el intercambio de información y de A pesar de los aspectos evaluados como po-
experiencias en materia de defensa” (MRE, sitivos en la creación del CDS-Unasur –mu-
2009: 734). Si echáramos mano de una pers- chos todavía en el plano normativo– la organi-
pectiva no tradicionalista de seguridad, vería- zación no presenta aún la madurez institucio-
mos que en el mismo capítulo 3, en la línea ‘q’, nal capaz de generar mayores dificultades al
se prevé la coordinación entre órganos especia- uso de la fuerza en las relaciones entre Estados
lizados de Estados Unidos en el combate a un en la región. América del Sur, en la cualidad de
conjunto de amenazas no-militares, como el un complejo regional de seguridad cada vez
terrorismo, corrupción, tráfico de personas y más penetrado por los Estados Unidos, tiende
drogas, pero también de amenazas militares a ser un espacio político donde sanciones ins-
tradicionales como las armas de destrucción titucionales regionales pierden fuerza cuando
en masa (MRE, 2009: 734) . están en contra los aliados estadounidenses.
Cuando analizamos el documento de la Una pregunta retórica, por ende relevante, in-
Decisión para el Establecimiento del Consejo de daga sobre ¿cuáles fueron las sanciones sufri-
Defensa Suramericano de la Unasur observa- das por Colombia después del ataque al terri-
mos algunos trazos dignos de nota. Evaluamos torio ecuatoriano?
que los documentos normativos de la Unasur

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Lo que podemos destacar es que la acción vía procedimientos institucionales y coopera-


concertada entre el Mercosur y la Unasur re- tivos, profundizar las medidas de confianza
fuerza la lógica de seguritización de aspectos muta y enfrentar problemas comunes. Otro
políticos anteriormente descritos, sin embargo dato fundamental es que en América del Sur el
la creación del CDS-Unasur implica un salto hard balancing ha perdid espacio en la cons-
exponencial: la posibilidad de incluir en la trucción de un régimen de seguridad sobre la
agenda de cooperación regional temas como la égida del regionalismo del Mercosur y la
defensa y seguridad en el sentido tradicional. Unasur. Consideramos que en el contexto de
América del Sur, la integración regional ha
demostrado ser una importante variable en el
Conclusión cambio de las dinámicas amistad/enemistad, a
favor de la cooperación multisectorial, inclusi-
El principal objetivo que pretendemos haber ve en defensa y seguridad.
alcanzado es demostrar de qué forma procesos
de integración y cooperación regional contri-
buyen al cambio en los patrones de amis- Bibliografía
tad/enemistad en América del Sur. Argumen-
Adler, Emanuel y Michael Barnett (1998). Security
tamos que una de las contribuciones esencia-
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Cervo, Amado (2008). Inserção Internacional: for-
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que sea una experiencia embrionaria, el órga- raiva.
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