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RESUMEN DEL LIBRO PENSAR LA ARQUITECTURA DE PETER ZUMTHOR

Jazmín N. Rivera M.
Taller de creatividad y proceso de diseño arquitectónico

El autor de este libro relata cómo su arquitectura está relacionada y ha sido


influenciada por las vivencias arquitectónicas concebidas durante toda su vida, y
explica que con este proceso no se desea destacar ninguna forma en especial, sino
dejar aquel sentimiento de plenitud y riqueza para el usuario y plantar en él esa intriga
de que aquel lugar ya lo había visto antes a pesar de que todo es nuevo y distinto.

El crear un todo a partir de muchas particularidades, es el arte de la construcción, los


edificios nos muestran cómo puede plasmarse lo que se ha realizado en un dibujo en la
realidad. El dibujo arquitectónico intenta traducir en imagen, del modo más preciso, lo
que quiere difundir el objeto en un determinado lugar. El dibujo debe incorporar las
cualidades del objeto buscado y no ser una mera copia de una idea, debe ser parte
integrante del propio trabajo de creación y que se ve reflejada en el objeto construido.

Algunas veces es un desafío configurar un todo a partir de una gran variedad de


detalles. Los detalles deben expresar lo que la idea fundamental del proyecto exija
como la co-pertenencia o separación, tensión o ligereza, fricción, solidez o fragilidad.
Cuando es concebida de forma correcta los detalles, no se las denominan decoración,
sino que forman parte del todo a cuya esencia necesariamente pertenecen.

Una de las ideas que tiene Zumthor es que su obra quede permanente en el tiempo sin
desentonar con la forma y la historia del lugar donde se ubica. La parte complicada es
si se logra o no proporcionar a lo nuevo de propiedades que entren en una relación con
lo existente, y que esta relación tenga sentido y que lo nuevo encuentre su lugar. Los
edificios deben ser aceptados poco a poco en su entorno, siempre y cuando se
respete el proceso de la rememoración.

Para construir un edificio de una forma clara y lógica es necesario hacer un proyecto
que siga criterios racionales y objetivos. El proceso de proyecto se basa en un conjunto
de sentimiento y razón y su proyección en gran parte se refiere a entender y ordenar
pero su sustancia genuina surge a través de la emoción y la inspiración.

La historia de la arquitectura se considera como una especie de formación general que


confluye en los proyectos de los arquitectos, al incluir al trabajo de arquitectura,
mayores serán las posibilidades de hacer una aportación propia. A veces lo que se
conoce no es suficiente para saber lo que uno quiere y cómo se lo puede realizar, es
por ello que el autor aconseja desprenderse de los conocimientos arquitectónicos
adquiridos ya que esto ayuda a realizar nuevas cosas, inventar.

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Un buen edificio debe ser capaz de absorber las huellas de la vida humana y con ello,
adquirir una riqueza especial. Los edificios reflejan lo que una sociedad fue en aquel
tiempo, una conciencia del transcurso del tiempo y un sentimiento de la vida humana
que se lleva a cabo en lugares y espacios, dándoles una pregnancia especial. La
arquitectura está expuesta a la vida, puede ser sensible a la realidad de la vida pasada
y espectador de una vida futura.

La reflexión que hace Zumthor en sus obras en cuanto a observar y preguntarse a sí


mismo qué estoy haciendo y por qué lo hago, es una forma de autocrítica que el autor
realiza. Cuando se concentra en un determinado lugar, en donde se emplazará el
proyecto, empiezan a confluir un proceso de visualización de imágenes de otros
lugares, lugares que conoce y que alguna vez lo han impresionado. Explica que si un
proyecto toma la esencia de lo tradicional y lo existente, está falto de la confrontación
con el mundo, pero si una obra arquitectónica no cuenta sino el curso del mundo y lo
visionario, entonces es primordial el anclaje sensorial de la construcción su lugar.

La fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de


percibir el mundo con sentimientos y razón. Un buen proyecto arquitectónico es
sensorial y racional. Las raíces de nuestra compresión de la arquitectura residen en
nuestras primeras experiencias arquitectónicas, las mismas que son la base de
nuestros proyectos. La arquitectura es una materia concreta, es decir, tocar se puede
tocar su cuerpo, ver, oír y oler y que necesita ser ejecutada. La concreta perceptibilidad
de las imágenes que se representa, ayudan a no enamorarnos de la calidad gráfica de
nuestros dibujos y a no confundirla con lo que constituye una cualidad arquitectónica.

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