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1. Los modos son: ad rem y ad hominem, o ex Al efectuar ahora la revisión de mi trabajo anterior,
concessis. sólo con el primero derribamos ya no tengo ánimos para llevar a cabo una completa
la verdad absoluta u objetiva de la tesis, el y minuciosa observación de los rodeos que utiliza la
otro, en cambio, derribamos únicamente malignidad natural humana para disimular sus
su verdad relativa en cuanto que carencias quiero indicar aquí algunas estratagemas
demostramos que la tesis contradice otras como prueba; el resumen esencial en toda discusión,
afirmaciones o concesiones de su bien merece que lo exponga aquí.
defensor, o que sus argumentos son
insostenibles; con esto queda
indeterminada la verdad objetiva de la
cosa propiamente dicha
2. Las dos vías son la directa y la indirecta.
La primera ataca la tesis en sus
fundamentos; la otra, en sus
consecuencias. Aquélla demuestra que no b) Refutando por vía indirecta atacamos la
es verdad. Esta, que no puede ser lo. tesis en sus consecuencias para deducir de la
considerémoslas más detenidamente. falsedad de éstas, en facultad de la ley a
falsitate rationatiad (de la falsedad de la
a) Refutando por vía directa, es decir, consecuencia se sigue la falsedad del
atacando los fundamentos de la tesis, fundamento]
mostramos que éstos no son verdad
aduciendo: nego majorem o nego
minorem. En cuanto ambos
procedimientos atacamos la conclusión.
La ampliación. La tesis del adversario se Uso abusivo de la consecutivita. Se añade La diversión. Si durante la controversia se
interpreta dándole un sentido más amplio a la tesis del adversario, a menudo advierte que la cosa no va bien y que el
del que él pretendía o incluso del que ha tácitamente, una segunda tesis que está adversario lleva las de ganar, se procura
expresado, para luego refutarla emparentada con aquélla mediante un evitarlo a tiempo mediante una mutatio
cómodamente bajo este sentido. sujeto o un predicado. De esas dos controversiae, es decir, desviando la
premisas se saca una conclusión falsa, casi discusión del asunto principal a otro
siempre aborrecible, que se atribuye al asunto de carácter secundario, y, en caso
adversario. de apuro, incluso saltando directamente a
otra cosa.