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Estructuras funiculares

Las estructuras funiculares son aquellas constituidas por sogas, cuerdas o cables que
debido a su naturaleza no poseen rigidez, por lo que únicamente pueden absorber
esfuerzos de tracción.

Las cuerdas o cables poseen un momento de inercia extremadamente reducido con


relación a su longitud, por lo que podríamos asimilar su comportamiento a piezas de
“esbeltez infinita”, y por tanto, de “rigidez nula”.

En cambio, la tracción provoca el efecto contrario, es decir, tiende a estirar la pieza, y


no a curvarla, como sucede con la flexión o la compresión en piezas muy esbeltas, por
lo tanto, su resistencia no depende de su rigidez; es independiente de esta.

Los cables se comportan de forma inversa a los arcos, en los cuales, debido a su
curvatura, los esfuerzos cortantes y de flexión se pueden hacer nulos y los esfuerzos
de compresión se convierten en el soporte de la estructura. En el caso de un cable, la
geometría que él adquiere al aplicar las cargas, es tal, que asegura el cumplimiento de
las leyes de equilibrio con el solo trabajo a tracción del elemento.
El tipo de geometría que adquiere un cable depende del tipo de cargas actuantes. Para
cables sometidos a cargas uniformes en la proyección horizontal, adquieren una forma
parabólica siguiendo la forma del diagrama de momentos de una viga simple; cables
sometidos a cargas puntuales adquieren una forma discontinua en cada punto de
aplicación de las cargas y cables sometidos a su propio peso (en este caso no es una
carga uniforme) forman una curva llamada catenaria. En el caso de que la flecha del
cable (distancia vertical desde los extremos hasta el punto más bajo) no sea muy
grande, esta catenaria se puede aproximar a una parábola.
Para el análisis se consideran totalmente flexibles e inextensibles de tal manera que en
toda su longitud los esfuerzos solo serán axiales de tracción y siempre tangenciales a
la curva del cable.

La forma que adquiere siempre una estructura de tracción es la que corresponde al


funicular de las cargas actuantes. El funicular son las formas que responden a las
cargas aplicadas de modo que las fuerzas internas resultantes son de compresión o
tensión pura.
Si las cargas cambian de posición, de magnitud, de características o de número, el
funicular también lo hace adoptando naturalmente la conformación más apropiada para
soportar con la mayor economía de esfuerzos el esquema de cargas actuante. Es una
estructura dinámica e inteligente.

Como el funicular de las cargas representa también el diagrama de momentos flexores


de ese mismo esquema de cargas actuando sobre una viga, se deduce que la
configuración de toda cuerda es similar al diagrama de momentos flexores.

Por consiguiente, si la carga es uniformemente distribuida, la cuerda o el cable


adoptarán, al igual que el diagrama de momentos, la forma de una parábola de
segundo grado. Ejemplo de ello son los puentes colgantes, donde el tablero para la
circulación del tránsito genera una carga distribuida, conectándose por medio de
tensores verticales con los cables colgantes superiores cuya forma se aproxima a la de
una parábola de segundo grado.

Como esa enorme capacidad de adaptación se hace extensiva a las luces que debe
cubrir, esto le permite salvar enormes distancias entre apoyos con gran economía de
material, peso y costos, cuyo ejemplo más notorio son, nuevamente, los puentes
colgantes.

Para su cálculo y con criterio simplificativo, puede asimilarse el cable a un arco


parabólico triarticulado invertido sometido a una carga uniformemente distrubuida,
aunque todo cable, en rigor, posee infinitas articulaciones. Es decir, se lo analiza como
un sistema isostático para facilitar el cálculo de las solicitaciones.
En esta instancia calculamos las reacciones verticales VA y VB en la forma conocida
para un esquema simétrico de cargas:

Para el cálculo de reacciones horizontales HA = HB tomamos momentos de todas las


fuerzas situadas a la izquierda respecto a la articulación K, que debe ser igual a 0.

Esta expresión es la más importante porque intervienen todos los parámetros que
definen el grado de solicitación en los cables.

Analizándola se comprueba que la magnitud de los empujes horizontales, tanto en


cables como en arcos es directamente proporcional a la carga y al cuadrado de la luz e
inversamente proporcional a la flecha.
La flecha cumple un rol muy importante en el diseño porque a medida que esta
aumenta se reduce los empujes y por ende las solicitaciones en los cables. Si la flecha
se reduce, aumenta la reacción horizontal, y en el límite, cuando aquella tiende a 0, el
empuje horizontal tenderá a infinito, y en consecuencia, ningún cable podrá soportar
dicha carga, es decir, se rompe.

En cambio, analizando la ecuación (1) se comprueba que la flecha no influye en la


reacción vertical que permanece invariable cualquiera sea su valor.

Siendo H y V las componentes de la reacción final R, esta se puede comprobar por


Pitágoras:

Con el valor de R se dimensiona el cable con la clásica formula de dimensionado por


tracción:
Aplicaciones de estructuras funiculares en el medio mundial

 Puente 25 de abril: se alza sobre el estuario del río Tajo, en el área


metropolitana de Lisboa (Portugal). El puente tiene una extensión total de 2,2
km. de los cuales 1,2 km. suspenden sobre el río a 70 metros sobre el nivel del
agua.

 Puente Ingeniero Carlos Fernández Casado: presenta 440 m. de luz en su vano


central. Gracias a realizarlo atirantado, se evitó tener que disponer apoyos en el
lecho del embalse. Sus vanos laterales son de 66 m. El tablero, de 22,5 m. de
ancho y 2,5 m. de canto, presenta una articulación en el centro del vano principal
y está resuelto en hormigón pretensado. Las torres, también de hormigón, se
elevan 90 m. sobre el tablero, y 123 m. sobre el terreno. Los tirantes están
dispuestos en el tablero cada 8,16 m. En su construcción se emplearon dovelas
de 4,2 m de largo y 22,5 m. de ancho hormigonadas in situ, en voladizos
sucesivos. En las pilas se emplearon encofrados deslizantes.

Aplicaciones de estructuras funiculares en el medio nacional


 Puente Orellana: Puente colgante sobre el río Motagua. Su peso era de 80
toneladas con un soporte de carga de 10 toneladas y una luz de 192 m. Fue
destruido en mayo de 2010 durante la tormenta Agatha.

Introducción
Por su simplicidad, versatilidad, resistencia y economía, las estructuras funiculares
están presentes en muchas obras de ingeniería.  Pensemos en los puentes colgantes,
no solo los grandes sino también los pequeños construidos para comunicar veredas en
zonas rurales, las garruchas, los sistemas de transporte de productos agrícolas en los
cultivos, los sistemas de interconexión eléctrica, los cables para postensado en una
obra de hormigón, los tensores o contravientos para luminarias y postes, pagodas o
techos, etc.

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