Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
165-190
La transformación
de las funciones de la
asociatividad en una
cooperativa de cartoneros:
de la representación al
trabajo productivo
The transformation of the functions of a cooperative association of “cartoneros”:
from the representation to the productive work
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 165
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Abstract
In recent decades, the urban gatherers of recyclables and
the processes of formation of cooperatives have been stud-
ied in numerous analysis. However, very few attempts
have been conducted in order to investigate the heteroge-
neity of cooperative recyclers of Buenos Aires City and
the specificity of each associative process. As a way to to
put forward this approach, we propose to investigate the
process of building a cooperative of “cartoneros” during
2001-2015, identifying its main characteristics and re-
alizing the effects it has had on their participation in this
new form of association. We also analyzed the subjective
transformations of the actors in relation to associative pro-
cesses. The questions we address to answer are: what was
the purpose of these individuals to join an association?
What was their purpose to build a cooperatives?
Key words: urban gatherers – cooperatives – labor - as-
sociative process - public policies.
Introducción1
Los cartoneros y los procesos de formación de cooperativas de trabajo han sido elemen-
tos muy destacados en los distintos análisis. Sin embargo, no son muchos los trabajos que
indaguen en la heterogeneidad de las cooperativas de recuperadores de la CABA y la
especificidad que caracteriza a cada proceso de formación. Partiendo de este punto nos
propusimos indagar en el proceso de formación de una cooperativa, identificando sus
166 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
particularidades y dando cuenta de los efectos que ha tenido en el colectivo de los recu-
peradores urbanos la participación en esta nueva forma de asociatividad. Especialmente
nos interesa analizar las transformaciones subjetivas de los propios actores en relación
con los procesos asociativos. La pregunta de la que partimos será, entonces, para qué se
asociaron y para qué formaron cooperativas.
1. La situación en CABA
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 167
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
La amplia visibilidad que adquirió el fenómeno produjo una respuesta desde la Legis-
latura de la CABA. El 12 de diciembre de 2002 se sancionó la ley 992, publicada en
el Boletín Oficial (BOCBA) Nº 1619 el 29 de enero de 2003.5 En su artículo 2º, “el
Poder Ejecutivo incorpora a los recuperadores de residuos reciclables a la recolección
diferenciada en el servicio de higiene urbana vigente”, y en su artículo 3º dispone una
serie de cinco objetivos, entre los que deja “sin efecto, como disposición final, el entie-
rro indiscriminado de los residuos en los rellenos sanitarios”. En este sentido, su artículo
7º, deroga el artículo 6° de la Ordenanza N° 33.581, el cual prohibía, desde junio de
1977, la manipulación de residuos, es decir, el cirujeo o cartoneo. A partir de esta legis-
lación “los recuperadores podían hacerse cargo del retiro de productos reciclables en los
denominados ‘grandes generadores’, es decir, supermercados, oficinas estatales, hoteles,
etc.” (Villanova, 2014: 73).
La ley 992 fue reglamentada a través del decreto nº 622 en mayo de 2003.6 En el artí-
culo 1º de su Anexo, se crea el Programa de Recuperadores Urbanos y Reciclado de
Residuos Sólidos Urbanos (PRU), como organismo competente para tratar la proble-
mática, legislándose sobre su composición y funcionamiento. Sin embargo, “a pesar de
haber sido incorporados a la recolección diferenciada, aún no existía una infraestructura
por la cual los cartoneros pudieran recolectar esos materiales” (Villanova, 2014: 73), por
lo que esta política se mostró considerablemente limitada. En palabras de otros autores:
168 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
En noviembre de 2005 se sancionó la ley 1.854, conocida como “Ley de Basura Cero”.7
En su artículo 10 se propone “promover la participación de cooperativas y organizaciones
no gubernamentales en la recolección y reciclado de los residuos”. A su vez, el artículo 44
prescribe que la Ciudad adoptará “las medidas necesarias para establecer líneas de crédito
y subsidios destinados a aquellas cooperativas de recuperadores urbanos inscriptas en el
Registro Permanente de Cooperativas y de Pequeñas y Medianas Empresas (REPyME)”,
con el fin de adquirir bienes de capital para su actividad. A través de esta ley se propo-
ne también la construcción de centros de selección de residuos sólidos urbanos secos,
también denominados Centros Verdes: “El eje central de la normativa fue la creación de
plantas de clasificación con el propósito de disminuir la basura destinada a los rellenos
sanitarios debido a que éstos se encontraban a punto de colapsar” (Villanova, 2014: 73).
En este sentido, en el artículo 14 se dispone la obligación de los grandes generadores de
residuos sólidos urbanos secos de “realizar la separación en origen y adoptar las medidas
tendientes a disminuir la cantidad de residuos sólidos urbanos que genere”. Al mismo
tiempo se establece la incorporación de contenedores para los residuos sólidos urbanos
secos y su recolección diferenciada de los residuos húmedos. A pesar de esto,
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 169
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Durante 2006, en el marco de la ley 1.854, el GCBA obligó a los grandes generadores
a separar los materiales reciclables de los residuos, a las empresas privadas de recolección
a colocar contenedores en las calles para la separación del material y, al mismo tiempo,
comenzó la construcción y puesta en funcionamiento de los Centros Verdes.9 Sin em-
bargo, a partir de 2008, una nueva administración a cargo del GCBA tomó la decisión
de modificar nuevamente el sistema. Esta modificación puede ser entendida a partir de
dos elementos importantes:“la deficiente prestación del servicio por parte de las empre-
sas privadas y la suspensión de los ‘trenes cartoneros’ de TBA (en 2007)”10 (Schamber y
Suárez, 2012: 115). Así, el 7 de julio de 2008 el GCBA firmó con diversas cooperativas
de cartoneros un acuerdo para llevar adelante una nueva política de reciclado: en el mis-
mo, el GCBA se comprometió a dejar en concesión como Servicio de Higiene Urbana
sólo los residuos húmedos o no reciclables y a incorporar a los recuperadores urbanos
como protagonistas del sistema de recolección de RSU secos, brindando un servicio de
transporte para los cartoneros y para sus carros, y proveyendo la logística y el transporte
para el traslado desde los grandes generadores de residuos hacia los Centros Verdes ges-
tionados por los cartoneros (Schamber y Suárez, 2012: 118). Entre el 2008 y el 2010:
Los acuerdos logrados entre las organizaciones de los recuperadores y el Gobierno se fueron ex-
tendiendo en términos de entrega de subsidios, asignación de recorridos de recolección en grandes
generadores mediante el otorgamiento de camiones en comodato y/o la cesión de Centros Verdes
para su gestión, y alcanzaron a otros grupos de cartoneros (Schamber y Suárez, 2012: 119).
Esta etapa que comienza en 2008 significó, a su vez, un proceso de discusión y de dis-
puta en torno al nuevo sistema de recolección de residuos, donde la intervención de las
cooperativas y su posicionamiento frente a otros actores, como el GCBA, la Legislatura
o algunas ONG será un elemento importante (Schamber y Suárez, 2012; Villanova,
2014). Este proceso habría de culminar en abril 2010 con la presentación de los pliegos
(Expediente Nº 350.165/2010) para la licitación pública de la contratación del servicio
de recolección de residuos húmedos y con un concurso público para la prestación del
servicio de recolección de RSU secos. De esta forma, se ponía en funcionamiento un
nuevo sistema de recolección, a través del cual el Estado local seguiría gestionando la
recolección de residuos húmedos a través de la contratación de empresas privadas y, al
mismo tiempo, negociaría con las cooperativas de recuperadores las condiciones para la
recolección de residuos reciclables.
170 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Como principales características del sistema de recolección de RSU secos, debemos men-
cionar que las cooperativas de recuperadores urbanos se hacen cargo de los Centros Verdes
y de la recolección de los RSU secos, permitiendo el GCBA que las mismas puedan hacer
uso de las ventas del material recogido. Al mismo tiempo, se concursan las distintas zonas
de trabajo en la ciudad, debiendo las cooperativas incluir a los cartoneros individuales que
se encuentren trabajando en las zonas asignadas. El GCBA se compromete también a la
implementación de distintos programas que garanticen los derechos de los trabajadores y
la correcta implementación del servicio (erradicación del trabajo infantil, un programa de
inclusión social, el manejo de la logística en el proceso de trabajo, incentivos económicos
mensuales). Finalmente, luego de una audiencia pública en julio de 2010, se firmaron los
contratos el 29 de marzo del 2011 entre el GCBA, las empresas privadas y las cooperativas
de recuperadores urbanos, para la prestación de los servicios de recolección.11 El plazo fue
de 4 años, con la posibilidad de prorrogarse por un año más. Postergados casi dos años, los
contratos del servicio público de recolección de RSU secos entre el GCBA y 13 coope-
rativas de recuperadores urbanos fueron vueltos a firmar el 2 de enero de 2013.12
En el marco de este proceso (ver Cuadro I), la actividad de los cartoneros, el proceso
y las condiciones de trabajo se han ido modificando. Al mismo tiempo, su trayectoria
estuvo caracterizada por el surgimiento de numerosas cooperativas de trabajo que fue-
ron estrechando diferentes lazos con el GCBA y el estado local. Como un modo de
dar cuenta, aunque parcialmente, de este proceso, seleccionamos el caso de una de las
cooperativas de la CABA, la Cooperativa de Recuperadores Urbanos del Oeste.
Una gran parte de los actuales integrantes de la CRUO provienen del oeste del Gran
Buenos Aires (GBA). Existe dentro de la cooperativa un grupo histórico de recuperadores
urbanos que se trasladaban desde localidades del oeste del GBA (Moreno, Paso del Rey,
Merlo, Padua, etc.) hacia la CABA para recolectar materiales reciclables. Esos viajes en
los trenes cartoneros de la Línea Sarmiento (de Moreno a Once), desde el año 2004,
significaron las primeras experiencias organizativas entre estos recuperadores urbanos.
De acuerdo a Lidia Chedde, secretaria de la cooperativa y coordinadora general de un
sector del Centro Verde Yerbal, y Valeria Díaz, una de las fundadoras y hoy vicepresiden-
te de la cooperativa, los primeros lazos sociales y el surgimiento de las formas asociativas
entre los cartoneros del oeste del GBA se fueron construyendo a partir de la experiencia
común que atravesaban al viajar en el tren hacia la CABA:
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 171
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Luego, en el tren cartonero, se fueron consolidando esos primeros lazos sociales y esas
primeras formas de asociación entre los recuperadores urbanos.13
Así, al momento de sancionarse la ley 1.854 en 2005, ya existían lazos sociales que estre-
chaban las relaciones entre estos cartoneros y los mantenían organizados. La ley significó un
fuerte impulso para el proceso de organización del trabajo entre los recuperadores urbanos.
A partir de ese momento los cartoneros de la CABA, a través de la conformación de coo-
perativas, pasaban a constituir parte formal del sistema de recolección de RSU secos y se
abría un proceso de disputa con el GCBA en torno al rol que debían ocupar en ese sistema.
El año 2008, como vimos, estuvo marcado principalmente por la suspensión de los tre-
nes cartoneros, el inicio del servicio de transporte brindado por el Estado local a través
de camiones y la deficiente prestación del servicio de recolección por parte de empresas
privadas, hechos que trajeron como consecuencia la apertura del proceso de licitación
del servicio. La suspensión de los trenes afectó considerablemente a los cartoneros de la
actual CRUO e impulsó un proceso de lucha para obtener un servicio que resolviera
las necesidades de traslado del conjunto de los cartoneros:
172 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Junto a estos elementos, tras el proceso de licitación del servicio, se comenzó a otorgar
incentivos “por capacitación relativa a la recolección y reciclado”, un subsidio de 200 pe-
sos en ese momento (Villanova, 2012: 109).14 Más allá de si constituyeron “mecanismos
de cooptación por parte del gobierno porteño” (Villanova, 2012: 108) o de las distintas
intenciones de los sujetos, debemos señalar que, en términos concretos, tanto los nuevos
camiones como los incentivos han sido elementos importantes para impulsar el desarro-
llo del cooperativismo entre los cartoneros. Tras la sanción de la ley 992, el decreto 622
y la ley 1.854, lo que marcará el proceso de licitación iniciado en 2008, junto con los
nuevos camiones, los incentivos y la implementación de este nuevo sistema de recolec-
ción de residuos es la profundización de un proceso de institucionalización a través de
distintos organismos del Estado local creados para tratar la problemática.
Por otro lado, las alianzas que distintos grupos de cartoneros estrecharon con diferentes or-
ganizaciones se modificaron en el tiempo y son un elemento importante para compren-
der el proceso de asociación. En el caso de la CRUO, existen importantes lazos entre la
cooperativa y distintos agentes ligados a la administración pública y, a su vez, a la militancia
sindical en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). Son estos agentes quienes desde
el 2008 han brindado nuevas herramientas en el proceso de organización en cooperativas
como un modo de establecerse como interlocutores válidos frente al GCBA y al Estado
local. Por su conocimiento técnico acerca de los procesos burocráticos y por su compro-
miso político ligado a los cartoneros, estos agentes jugaron un rol muy importante a la
hora de articular las relaciones entre la cooperativa y el Estado local.15
Como vemos, durante estos años, se vivió un proceso de mayor organización entre los
cartoneros (“recuperadores urbanos” desde el 2005), surgiendo así nuevas formas asociati-
vas. Las novedosas asociaciones se organizaban, principalmente, en torno a dos funciones.
Por un lado, les permitía establecerse como interlocutores válidos frente al GCBA y al
Estado local, centralizando sus reclamos y reivindicaciones. Por el otro, planteaban nuevas
formas de organizar el trabajo. En relación con la primera de estas funciones, las nue-
vas cooperativas les permitieron a los recuperadores urbanos presentarse ante el GCBA
como parte de la solución para la gestión de los residuos y no como un problema, como
interlocutores válidos con los cuales era necesario discutir e integrar en el re-diseño de
las políticas públicas en torno a la gestión de RSU secos. En este sentido, durante estos
años lograron abandonar una posición relativamente pasiva respecto al diseño de políticas
públicas en relación a la gestión de residuos, pasando a discutir concretamente el modo de
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 173
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
funcionamiento del propio sistema. Con respecto a la organización del trabajo, la forma-
ción de la CRUO, en particular, estuvo mediada por el acceso al transporte y al cobro de
los incentivos. Sin embargo, la formación de la cooperativa no modificó sustancialmente
las condiciones de trabajo. Los camiones y colectivos que comenzaron a brindar el trans-
porte pueden haber encontrado cierta resistencia entre algunos integrantes de la coopera-
tiva, pero seguían manteniendo la misma dinámica de trabajo. Los incentivos, por un lado,
significaron un considerable aporte económico para quienes lo percibían, aunque por otro
lado, muchos trabajadores debieron esperar para comenzar a percibirlo.16 La dinámica de
trabajo continuaba siendo la misma, teniendo que trasladarse desde sus hogares hacia la
CABA con sus carros y vendiendo su material de forma individual a los galponeros. De
esta forma, hasta el 2008 el funcionamiento como cooperativa se limitaba a una cuestión
representativa frente al GCBA y al Estado local, así como también frente a organizaciones
de la sociedad civil, empresas, vecinos, etc.
174 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Esta ampliación de mejoras concretas trajo como consecuencia, a su vez, otro proceso
que podemos denominar de reconocimiento de la propia actividad como un trabajo y de su
propia situación como trabajadores. Los cambios concretos que hemos mencionado han
producido en la propia subjetividad de los cooperativistas, por un lado, la percepción
de que su actividad es un trabajo. Mendoza, coordinador de un sector del Centro Verde
Yerbal, nos comentaba acerca del impacto que tuvo en la propia actividad la implemen-
tación de los incentivos y el “tomar lista” diariamente:
Por otro lado, los entrevistados nos han relatado también los cambios percibidos en los
modos en que otros sectores de la sociedad los interpelan. Ambos elementos conforman
una situación que se contrapone a la de principios de siglo donde la propia activi-
dad podía ser vivida con vergüenza, desprecio, desconfianza, considerada un delito, etc.
Como relatan Perelman y Boy, a principios de este siglo, los “cirujas” vivían
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 175
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
De esta forma, la cooperativa representaba en esta etapa una forma de acceder a los
derechos conquistados y, a su vez, de presentarse como interlocutores válidos frente al
GCBA. Al mismo tiempo, era una forma de concentrar los reclamos, mantener los lazos
176 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
entre los recuperadores urbanos y organizar la lucha frente al GCBA, funcionando como
institución necesaria para la intercomunicación entre los recuperadores urbanos y como
representante de sus intereses. Por estos motivos es que creemos pertinente definir a la
cooperativa, en estos momentos, por su predominante función representativa que prevalece
en esta etapa y que cumple tanto a los ojos de los recuperadores urbanos como del GCBA.
Ese mismo año la CRUO llevó a cabo la toma de unos terrenos linderos a las vías del
ferrocarril de la línea Sarmiento, ubicados en la calle Yerbal 1500, en el barrio de Ca-
ballito. Igual que en el caso de los terrenos de Villa Soldati, el GCBA asignó el predio
a la CRUO para constituir un nuevo centro de tratamiento, el Centro Verde Yerbal.
Ubicado en el centro de la zona de trabajo de la cooperativa, este Centro Verde ya no
presenta el obstáculo de la lejanía como el Centro Verde Varela (ver Mapa I). Con ambos
en funcionamiento la CRUO transformó su dinámica de trabajo.
Por un lado, los recuperadores urbanos modificaron sus condiciones de trabajo. Salen
de sus hogares sin los carros hacia el Centro Verde Yerbal y desde allí parten con ellos
hacia sus zonas de trabajo. Al finalizar la jornada regresan al Centro Verde Yerbal, donde
realizan la separación y clasificación del material recolectado para la posterior venta del
mismo. El material recolectado por los recuperadores urbanos es vendido por ellos mis-
mos a la CRUO, la cual desde 2013 es la encargada de adquirir el material de todos los
trabajadores. De esta forma la cooperativa está en condiciones de comercializar mayor
cantidad de material, intentando de esta forma vender a niveles industriales que antes
resultaban más allá de sus posibilidades. Anteriormente a la firma de los contratos el
mercado formal le estaba negado a las distintas cooperativas ya que no sólo no mane-
jaban las cantidades de materiales suficientes para la venta directa a grandes industrias,
sino que tampoco poseían los requisitos formales (facturación de ventas, código único
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 177
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Aunque estos factores no han permitido hasta ahora el acceso a niveles industriales, la or-
ganización ha comenzado a manejar una gran cantidad de material al comprárselo a los
cartoneros, obteniendo así una considerable capacidad de negociación y logrando mejores
acuerdos con los galponeros o intermediarios a los que vende. De este modo, la ganancia que
anteriormente quedaba en quienes poseían la capacidad de acopiar grandes cantidades de
material se traslada hoy, en distintas proporciones, a la cooperativa por un lado, y a los recu-
peradores urbanos por otro. En algunos materiales, en ocasiones, el valor ofertado por kilo de
material por parte de la cooperativa es casi 300% mayor que el de los galponeros del GBA.20
Por otro lado, la puesta en funcionamiento del Centro Verde Yerbal ha significado para los
recuperadores urbanos la incorporación a su actividad de un lugar de trabajo. A diferencia
de lo que sucedía antes del 2013, los recuperadores urbanos comienzan a realizar parte de
su trabajo fuera de la calle. Simbólicamente esto nos parece significativo en términos de la
imagen que logran construir los recuperadores urbanos de ellos mismos. Es decir, en tér-
minos de construcción o, en algunos casos, re-construcción de su propia identidad como
trabajadores. Lo que queremos resaltar en este sentido es que, sumado a la obligatoriedad
de asistir a trabajar todos los días para poder cobrar el incentivo económico del GCBA,
desde el 2013 los recuperadores urbanos comienzan a percibir que asisten a su lugar de
trabajo. Se construye en los recuperadores urbanos, a partir de esta novedosa situación, su
identidad como trabajadores. Esta identidad se pone en juego frente al GCBA, frente al
resto de la sociedad y, al mismo tiempo, entre los propios recuperadores urbanos. Éstos
se posicionan como trabajadores percibiéndose como sujetos de derechos que deben ser
reconocidos por el Estado de la Ciudad, por el GCBA, por el sector empresario y por el
resto de la sociedad. La incorporación al sistema formal de gestión de los RSU secos ha
transformado a los recuperadores urbanos en interlocutores válidos frente a otros actores
sociales que conforman la ciudad. Frente a una antigua actitud de rechazo o de descon-
fianza, los recuperadores urbanos contraponen una situación actual donde son vistos y tra-
tados hoy en día con aceptación y como trabajadores que ejercen un trabajo fundamental
para la ciudad. En lo que podemos definir como una profundización de los cambios en
las subjetividades que vienen llevándose a cabo desde la conformación en cooperativas,
los recuperadores urbanos conviven en una constante tensión donde parecen dejar atrás
sentimientos de vergüenza o rechazo por la tarea que realizan y comienzan a concebirse
178 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
como trabajadores que realizan una tarea no sólo importante sino necesaria para la ciudad.
Yo siempre lo sentí como un trabajo. Capaz otros de otros
grupos no, pero para los míos (por los de su grupo) siempre
fue un trabajo… Para los de afuera sí, antes éramos de-
lincuentes… o por ejemplo, los del shopping nos querían
vender el material. Ahora no… Los vecinos nos conocen,
nos llaman, nos acercan el material
(Valeria Díaz, entrevista de los autores, 06/01/2016).
Al mismo tiempo, dejan de ser estigmatizados por una parte de la sociedad, pero no
logran dejar de ser criminalizados, principalmente por las fuerzas policiales:
Sin embargo, más allá de que existe una consolidación de la identidad como trabajado-
res y un proceso de desprendimiento de ciertos estigmas, asimilable con procesos des-
criptos por otros autores (Dimarco, 2007), estos análisis deben ser contrastados con otras
perspectivas que ponen en cuestión la linealidad de las relaciones entre vergüenza y
orgullo (Vergara, 2009). La cuestión de las subjetividades parecería requerir análisis más
profundos que logren destacar la compleja trama en que se ponen en relación la auto-
estima y los estigmas con las problemáticas de los residuos, la criminalidad y la pobreza.
Junto a estas transformaciones se ha visto modificada la función del Centro Verde Varela.
Con el aumento considerable del material manejado por la cooperativa, tras la compra
a los recuperadores urbanos, los materiales reciclables son enviados desde Yerbal a Varela,
donde no sólo se reciben los materiales de los grandes generadores de RSU secos de la
CABA, sino también, desde 2013, los papeles, cartones y plásticos que los recuperadores
urbanos le venden a la CRUO; los papeles y los cartones son enfardados en Varela para
luego ser comercializados desde allí.
De esta forma, desde 2013 la CRUO ya no es sólo una forma de relacionarse con el
GCBA o de representar los intereses de los recuperadores urbanos, ni tampoco se limita a
cumplir la función de mantener los lazos entre los trabajadores. En la actualidad la coope-
rativa establece un precio de compra del material de los recuperadores urbanos, organiza
los grupos de trabajo, administra gran cantidad de materiales reciclables, enfarda papeles
y cartones, administra la venta del material, negocia con medianas y grandes industrias,
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 179
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
busca y negocia con grandes generadores de material reciclable para recibir sus recicla-
bles, etc. La cooperativa juega un rol fundamental en la comercialización, en el circuito
de los materiales reciclables y en todo el proceso productivo, participando activamente
en la organización del trabajo; en ella no sólo se discute acerca del proceso de trabajo y
la organización que adopta, sino que se proponen modificaciones al sistema establecido
por el GCBA. La presencia de empleados estatales dentro de la cooperativa constitu-
ye un eje de tensiones en las que se juegan roles de patrón-empleado, conocimiento
técnico-conocimiento práctico, etc., pero al mismo tiempo ha significado la apertura de
canales de comunicación más fluidos en los que se pone en discusión el propio sistema
de gestión de los residuos. Es por todo esto que creemos que, desde la incorporación del
Centro Verde Yerbal en 2013, la cooperativa se ha ido constituyendo en un verdadero
eje articulador del trabajo. La cooperativa como institución para la representación se ha
transformado ahora en una institución que lleva adelante la organización del trabajo.
180 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
urbanos, comercializa en grandes cantidades, organiza los recorridos de los grupos de tra-
bajo, brinda un lugar de trabajo, administra incentivos, permite registrar a los trabajadores
como monotributistas, acceder a un seguro de accidentes personales, a una obra social, etc.
El eje articulador que ha atravesado desde principios de siglo XXI hasta la actualidad
es un proceso de conquistas de derechos que han llevado adelante los recuperadores
urbanos de la CABA, en general, y de la CRUO, en particular. Desde la sanción de la
Ley 992 en 2002, con distintos ritmos, marchas y contramarchas, los recuperadores ur-
banos han logrado darle continuidad a un proceso de ampliación de sus derechos. En el
mismo proceso (que no podemos pensar como concluido) se han ido reconfigurando
sus representaciones y subjetividades, las imágenes sobre ellos mismos. En este proceso
no sólo han logrado mejorar sus condiciones de trabajo y de vida de forma considerable,
sino que podemos pensar que han forjado una identidad como trabajadores. Algo que
quizás antes resultaba impensable. Esta identidad se constituye a partir del reconoci-
miento de ellos mismos como trabajadores, pero también a partir del reconocimiento
de distintos actores sociales fundamentales, como el Estado y diferentes sectores de la
sociedad civil, que han modificado sus percepciones en este sentido. Es necesario des-
tacar este proceso de reconfiguración identitaria como un producto de las transforma-
ciones del proceso productivo y de las relaciones establecidas con los distintos actores
sociales. Su compleja trama, como destacamos en el trabajo, requiere entonces de un
tratamiento en profundidad.
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 181
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
rativa se ha ido transformando y ya no alcanza con una definición clásica para com-
prender el fenómeno (Paiva, 2004): no sólo su objetivo es recolectar, acopiar y vender
material reciclable e interactuar con intermediarios y grandes empresas, ni tampoco lo
obtenido se reparte de modo exactamente proporcional. Estas nuevas formas asociativas
se conforman como verdaderas instituciones que interactúan con los propios coopera-
tivistas de distintos modos y de acuerdo a diferentes jerarquías. La cooperativa en tanto
organizadora del trabajo distribuye funciones y articula la organización productiva, por
un lado, y la discusión de las políticas públicas, por el otro.
Con el estudio de este caso hemos logrado dar cuenta de un proceso a través del cual en
estos años se ha pasado de una actividad relativamente aislada o individual, mirada con des-
precio o rechazo, hacia la formación de nuevas formas asociativas que están constantemente
poniendo en juego su significación, los roles a ocupar o las funciones a cumplir. La signi-
ficación de estas formas asociativas, es decir, el por qué y el para qué se organizan, está cons-
tantemente poniéndose en juego entre los propios recuperadores urbanos, en su relación
con el Estado local y con la sociedad civil. En el caso estudiado, se han producido distintas
respuestas a estas preguntas en momentos diferentes del desarrollo como cooperativa. Si bien
no consideramos que resultan formas contrapuestas de asociatividad, creemos que han sido
respuestas claramente diferentes producto de las condiciones en las que se han elaborado.
Marcar su heterogeneidad resulta, entonces, un primer paso para poder ponerlas en diálogo.
Las 13 cooperativas que trabajan en la CABA tienen características comunes pero tam-
bién presentan particularidades, conformando un grupo heterogéneo. Existen pocos
trabajos que indaguen en profundidad en las trayectorias de las distintas cooperativas.
Creemos que este trabajo puede significar un aporte para un próximo estudio en pers-
pectiva comparativa entre las distintas trayectorias de las cooperativas de la CABA. Para
el caso de la CRUO, encontramos en su proceso de formación algunos elementos que
pueden resultar relevantes para responder a la pregunta sobre el para qué asociarse o para
qué conformar cooperativas.
182 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Todos estos aspectos dan cuenta del proceso de formación de la CRUO y, al mismo
tiempo, cada uno de ellos pone en evidencia la importancia que juega el rol del Esta-
do, sin el cual es imposible pensar el proceso de conformación y consolidación de la
cooperativa. Es necesario, entonces, lograr poner en discusión las distintas aristas en
las que la intervención del Estado resulta perentoria para consolidar la posición de las
cooperativas en el sistema productivo vinculado a la gestión de los residuos de la ciudad.
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 183
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Cuadro I
Hitos relevantes en el proceso de transformación del sistema de recolección
de residuos en la CABA
184 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Cuadro II
Transformación de la función de la cooperativa a lo largo del tiempo
Cooperativa como institución para la representación Cooperativa como organizadora del trabajo
2000-2008: Primera Etapa 2008-2013: Segunda Etapa 2013-2015: Tercera Etapa
2000 - 2008 2008 2013 2015
Organización en torno al Comienzo de trabajo en Comienzo de trabajo en
tren cartonero el Centro Verde Varela el Centro Verde Yerbal
Mapa I
Trayecto Ferrocarril Línea Sarmiento Moreno-Once y ubicación
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 185
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
1
Trabajo desarrollado en el marco del Proyecto de Investigación UNLa Nº 181 (2013-2015).
2
La principal cooperativa de recuperadores urbanos de la CABA, en lo que a número de trabajadores respecta,
es el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), donde se organizan más de tres mil trabajadores.
3
Durante varios meses realizamos trabajo de campo a través de observación no participante y entrevistas
semi-estructuradas con distintos actores ligados a la cooperativa: trabajadores en distintos cargos (presidente,
delegados, coordinadores y socios), trabajadores externos contratados por la cooperativa y trabajadores del
Estado local, entre otros. El análisis realizado en este artículo es el resultado de la sistematización de nuestras
primeras aproximaciones en el trabajo de campo.
4
Concebimos las políticas públicas como el “conjunto de acciones y omisiones que manifiestan una deter-
minada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención, interés
o movilización de otros actores en la sociedad civil. De dicha intervención puede inferirse una cierta direc-
cionalidad, una determinada orientación normativa, que previsiblemente afectará el futuro curso del proceso
social hasta entonces desarrollado en torno a la cuestión” (Oszlak y O’Donnell, 1995: 112).
5
La ley Nº 992/02 se encuentra disponible en: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/nor-
mapop09.php?id=31157&qu=c&ft=0&cp=&rl=1&rf=0&im=&ui=0&printi=&pelikan=1&sezion=796791
&primera=0&mot_toda=&mot_frase=&mot_alguna=
6
El decreto Nº 622/03 está disponible en: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/norma-
pop09.php?id=37081&qu=c&ft=0&cp=&rl=1&rf=0&im=&ui=0&printi=&pelikan=1&sezion=796791&
primera=0&mot_toda=&mot_frase=&mot_alguna=
7
La ley 1.854 está disponible en: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/normapop09.php?
id=81508&qu=c&ft=0&cp=&rl=1&rf=0&im=&ui=0&printi=&pelikan=1&sezion=796791&primera=0&
mot_toda=&mot_frase=&mot_alguna=
8
Utilizamos el término “grandes generadores” para aquellos que están comprendidos en la ley 1.854/05
como “generadores especiales”. En su artículo Nº 12 se clasifica a los generadores de residuos sólidos urbanos
en “individuales” y “especiales”. Según el artículo Nº 13 los generadores especiales son aquellos “que perte-
necen a los sectores comerciales, institucionales e industriales que producen residuos sólidos urbanos en una
cantidad, calidad o en condiciones tales que, a juicio de la autoridad de aplicación, requieran de la implemen-
tación de programas específicos de gestión, previamente aprobados por la misma”.
9
Denominamos “Centros Verdes” a los centros de selección del material que, a partir de la ley 1.854/05 de-
bían ser asignados a las distintas cooperativas. Como veremos más adelante el primero de estos Centros Verdes
se pondrá en funcionamiento en el año 2007.
10
Se denominan “trenes cartoneros” a aquellos servicios especiales de transporte ferroviario que se pusieron
en funcionamiento a partir de la crisis del 2001 y el considerable aumento de pasajeros que se trasladaban con
sus carros desde el GBA hacia la CABA para “cartonear”. El servicio era proporcionado por las empresas TBA
(Línea Sarmiento y Línea Mitre) y Metropolitano (Línea San Martín y Línea Roca).Ver, para el caso, la nota
“Dejó de circular el tren blanco de los cartoneros del Sarmiento”, Clarín, 06/07/2007. Disponible en: http://
edant.clarin.com/diario/2007/07/06/laciudad/h-04201.htm
11
Ver nota “Un lugar en el mundo para los cartoneros”, Página/12, 30/03/2011. Disponible en: http://www.
pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-165183-2011-03-30.html
12
Ver nota “Contrato para los cartoneros”, Página/12, 11/01/2013. Disponible en: http://www.pagina12.
com.ar/diario/sociedad/3-211617-2013-01-11.html. Las 13 cooperativas que firmaron los contratos con el
GCBA son: El Amanecer de los Cartoneros (MTE), Recuperadores Urbanos del Oeste, El Ceibo, El Álamo,
Las Madreselvas, Alelí, Cooperativa del Oeste, Reciclando Sueños, Reciclando Trabajo y Dignidad, Baires
Cero Con, El Trébol, Cartonera del Sur y Primavera. Todos los contratos firmados en enero del 2013 se en-
cuentran disponibles en: http://www.residuosurbanos.org.ar
13
Otros trabajos indagan en la relevancia que tiene el tren en la organización de los trabajadores e introduce
como interesante variable para el análisis la cuestión territorial: el barrio (Gorbán, 2006). Precisamente, queda
aquí planteada, entonces, la necesidad de rastrear los modos específicos en que se articulan en la CRUO la
cuestión territorial, es decir, la vida en los barrios (principalmente al oeste del GBA pero también los barrios
de Once y Chacarita) con la organización del trabajo al interior de la cooperativa.
14
Según integrantes de la CRUO, a fines de 2015 el monto del subsidio ha ido creciendo con el tiempo, co-
menzando con $200 en 2009, se ubicó en 2012 en $1.600, en 2014 en $2.000 y a principios de 2015 en $2.700.
15
La relación entre agentes sindicales de ATE y la cooperativa es una relación compleja que bordea los ca-
nales institucionales más tradicionales. Para ahondar en ella, resulta interesante consultar la obra de Johanna
Maldovan Bonelli (Maldovan Bonelli, 2014).
186 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
16
Según integrantes de la cooperativa y trabajadores del Estado local, al momento de iniciar la política de
otorgamiento de incentivos, el GCBA implementó una serie de cupos. Estos se reparten en distintas propor-
ciones a las diferentes cooperativas de la ciudad. Las cooperativas son las encargadas de decidir quiénes ocupan
esos cupos y perciben el incentivo mensual. Luego, cada cooperativa conforma una lista de espera donde
incluye a todos sus asociados que aún no perciben el ingreso. Por otro lado, el GCBA pide como requisitos
para percibir el incentivo cumplir con ciertas reglas como son, por ejemplo, la asistencia laboral.
17
La Cooperativa Ecológica de Recicladores del Bajo Flores (CERBAF) tuvo una larga trayectoria que se re-
monta a la década de 1990. En el 2007 logró quedar a cargo del primer Centro Verde de CABA, ubicado en la
avenida Varela 2505 (esquina Janer), en el barrio de Villa Soldati. Luego de que la cooperativa haya dejado de fun-
cionar, se inició el proceso de disputa por la gestión del Centro Verde allí ubicado (Maldovan Bonelli, 2014: 148).
18
Según testimonios de propios integrantes de la cooperativa y de empleados del Estado local, que trabajan
allí, la cooperativa comenzó con un grupo histórico que comenzó a organizarse en los trenes cartoneros, con-
formado por aproximadamente 500 personas, llegando a contar en la actualidad con más de 1500 trabajadores.
19
Uno de los principales obstáculos destacados por integrantes de la CRUO han sido las largas esperas para
ingresar en las industrias y concretar la venta. “Nosotros no podemos tener un camión parado por uno o dos
días” decía Andrés Vázquez, encargado de la comercialización en la cooperativa. En definitiva, el núcleo de
la cuestión sigue siendo la relativa poca cantidad de material que maneja la cooperativa en relación con las
cantidades que se manejan a nivel industrial.
20
En diversas entrevistas, distintos actores destacaron la diferencia de precios que ofrece la CRUO respecto a los
intermediarios que compran el material en GBA. Andrés Vázquez, a cargo de la comercialización en la coopera-
tiva, nos informó acerca de esta diferencia porcentual. Aquí se pone en evidencia la necesidad de investigaciones
sobre el sector de intermediarios y galponeros, que indaguen específicamente en el impacto que tuvieron las
transformaciones de las últimas décadas en el proceso de recolección y comercialización de RSU secos.
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 187
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
Referencias bibliográficas
Dimarco, S. (2007) “¿Podremos mirar más allá de la basura? Raneros, cirujas y cartone-
ros: historias detrás de la basura”. Papeles del CEIC, Vol. 2007/2, septiembre. Disponible en:
http://www.identidadcolectiva.es/pdf/33.pdf (Acceso el 21 de marzo de 2016).
Escliar, V., Mutuberría Lazarini, V., Rodríguez, M.F. y Rodríguez, P. (2007) “Car-
toneros: ¿Una práctica individual o asociativa? Ciudad de Buenos Aires, año 2004-2005”.
Cuadernos del CCC, Cuaderno de Trabajo Nº 75. Disponible en: http://www.centrocul-
tural.coop/descargas/cuadernos-del-ccc/cartoneros-una-practica-individual-o-asociativa-
ciudad-de-buenos-aires-anio-2004---2005.html (Acceso el 09 de enero de 2016).
188 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254
La transformación de las funciones de la asociatividad...Págs. 165-190
Perelman, M. (2008) “De la vida en la Quema al Trabajo en las calles. El cirujeo Ciudad
de Buenos Aires”. Avá. Revista de Antropología, Nº 12:117-135. Disponible en: http://
www.redalyc.org/pdf/1690/169013839007.pdf (Acceso el 09 de enero de 2016).
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254 | 189
Juan Pablo Tagliafico / Pablo J. Schamber / Adriana M. García
190 | Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 6 Nº 10 (Enero - Junio 2016) ISSN 1853-9254