Está en la página 1de 10

2008

Asociación de Vecinos de San Miguel Alto

[COMUNICADO]
[Sobre la iniciativa popular de recuperar un barrio histórico.]
INTRODUCCIÓN

Escribimos desde la inquietud general que vivimos en la Asociación de Vecinos


de San Miguel Alto por el reiterado interés de exclusión y expropiación que las
instituciones locales ciernen sobre quienes habitamos las cuevas de San Miguel
y Cuevas Coloradas en el cerro de San Miguel Alto.

En este comunicado abogamos no sólo por la reflexión para otras vías de


solución, sino que haremos saber de nuestra disposición en términos de
cooperación contributiva para con el futuro del cerro.

Varios han sido ya los intentos por parte de la Administración de desahuciar las
casas-cueva de San Miguel Alto con vistas a un "adecentamiento general". Pero
a medida que obtenemos píldoras de información tan solo a través de la prensa
sobre una única y dramática solución política, que pretende extenderse más
allá del área municipal permutada, lo cierto es que pesa más la realidad social
que vive el cerro que cualquier intento de desalojo forzado.

El retraso de adecentamiento ha sido siempre una constante que rayaba lo


negligente. La recalificación de la zona tras la pérdida del título de Patrimonio
Histórico de la Humanidad otorgado por UNESCO no hace sino generar un
escepticismo amargo entre la población ante la detección de un modelo de
gobierno local que tan solo es capaz de obedecer a parámetros económicos y
prejuicios clasistas. ¿No somos acaso el tipo de ciudadanos deseados para
habitar esta parte de Granada? ¿Prefieren que la zona sea tan solo del disfrute
de un específico turismo? ¿No es la búsqueda del beneficio a costa de lo social
una actitud más propia de la empresa privada que de instituciones “públicas”?
¿Acaso no corresponderían a éstas la obligación de cubrir ciertas necesidades
de orden público en pleno siglo XXI? ¿Acaso no es posible una hibridación entre
nuestras posiciones? Si la realidad del monte es interpretable de tantos modos
como a personas le incumbe, ¿con qué derecho representativo pretenden
“cortar por lo sano” e imponer su juicio y su solución como la única y mejor
posibles?

El pasado año, el argumento para la expulsión de los vecinos fue la inseguridad


en un proceso ilegal que el consistorio se permitió realizar. La permuta de
terrenos entre la empresa Municipal Emmuvyssa y Ayuntamiento y la
modificación ex profeso del PGOU, parecen ser los resortes utilizados este año
por una actitud intransigente que aspira a eclipsar la sentencia judicial
irrevocable del TSJA que calificaba nuestros domicilios como inviolables.

La prensa local ha transmitido nuestra voz a través de distintos reportajes de


carácter humano para recoger tanto la vida cotidiana de la comunidad local
troglodita como una viva declaración de intenciones por parte de los vecinos
que la componemos. Los tres medios escritos captan al unísono dos términos
definitorios del espíritu que se respira en S. Miguel: “esfuerzo” y “orgullo”.
Efectivamente, estamos orgullosos del esfuerzo rehabilitador que hemos
emprendido y de la evolución formal en que están inmersas las Cuevas de S.
Miguel y Cuevas Coloradas, respectivamente.

Hoy los vecinos más asentados pretendemos dirigir un mensaje de consenso


para invitar a las instituciones públicas a un diálogo constructivo “por el bien
del cerro”. Quisiéramos, igualmente, transmitir nuestra actitud de compromiso
y de mejora para legitimar la presencia de nuestro modelo de vida.

1) “Troglodita” es el término acuñado por Ángel Pérez Casas en la “Gazeta de Antropología del año
1982 en referencia a las barriadas granadinas que Juan Bustos denominó “Barrios Altos” de Granada
para definir connotativamente el estilo de vida de los habitantes de viviendas hipógeas o cuevas.

2) Cualquier territorio es ya considerado “paisaje”. San Miguel ya no goza del título de Protección
Paisajística. Por el contrario, ha sido recalificado de “Espacio Libre”, que es, a todas luces, una
estrategia encubierta que permitiría urbanizar de una manera no permitida hasta la fecha. Sin
embargo, el 1 de Marzo entró en vigor, en España, el Convenio Europeo del Paisaje, que obliga a las
administraciones a proteger, no sólo los espacios naturales emblemáticos, sino también los urbanos,
periurbanos, subacuáticos o agrarios, tanto si son excepcionales como si son cotidianos. En virtud
de esta norma, suscrita por 29 países europeos, cualquier territorio será considerado “paisaje” y, en
el caso de entornos degradados, se promoverá su regeneración. Estos mandatos tendrán que ser
ejecutados, en gran medida, por las comunidades autónomas, que ostentan la mayorparte de las
competencias sobre política territorial. El convenio obliga a los países a garantizar la participación
pública en las políticas que afecten a los paisajes y adoptar medidas de sensibilización.

S. MIGUEL ALTO: OTRO BARRIO ES POSIBLE

Nuestra premisa es la integración y, por ende, la normalización del que antaño


fuera el barrio de S. Miguel. Por ella trabajamos al tempo rítmico propio de la
auto-construcción y condicionado por las dificultades y carencias del terreno
(luz eléctrica, agua corriente o acceso de automóviles de tracción).

Hablamos aquí de una integración social (propia de la ética social que atañe a
lo político) que normalice algunas de las situaciones domésticas, tanto
externas como burocráticas, que son las causantes del desasosiego de que
pueda hacerse eco la imagen pública del cerro.

La propuesta vecinal que el año pasado proyectamos en un informe a UNESCO


se fundamenta en una visión docente de las 3 áreas de interés político: Medio
Ambiente, Integración Social y Cultura. Ésta fue una iniciativa elaborada con
gran sensibilidad por la AA. VV de S. Miguel y remitida a UNESCO para su
conocimiento el día 22 de Marzo de 2007, "Día Mundial del Agua" (sí, también
creemos que el agua “es para todos”). Su título, “Senderos de la Humanidad”.
El informe recoge una visión docente para un eventual futuro museístico en el
cerro de carácter participativo. No integrar la vida vecinal que siempre le ha
pertenecido a S. Miguel ni los proyectos de vida que algunos vecinos hemos
asumido, significaría asistir al estatismo de un museo inerte que no cubriría el
interés turístico real ni las posibilidades de interacción que pueden darse entre
medio y visitante.

Pensamos que quizá fuera más enriquecedor el concepto de un “Museo Vivo” y


docente por el que una serie de “cuevas-taller” aleccionarían al visitante sobre
la adaptación del hombre de mediados del siglo XX durante las circunstancias
propias de la posguerra española, a la vida troglodita a través del contacto
directo con habilidades “autóctonas” en progresivo desuso, como la madera, el
hierro, la cestería, la jardinería o la homeopatía a partir de la vegetación
autóctona. Así se recuperaría y revalorizaría la genética cultural y vecinal de un
modo de vida casi olvidado y, sin embargo, digno de ver in situ. Por ello,
queremos dar cuenta de nuestros propósitos de adaptación al entorno
resultante, pues precisamente la voluntad de adaptación no es nada ajena
para nosotros. Los vecinos habríamos de seguir adaptándonos a los requisitos
del criterio estético de un distrito museístico.

Este año queremos llamar la atención sobre los proyectos de investigación que
algunos vecinos de S. M. están llevando a cabo a través de la UGR; uno como
tesina final en la FF. De Antropología; otro, como tesis doctoral de la FF. de
Arqueología y que versan sobre la identidad etnográfica y la conciencia
"popular" de este barrio periférico. Otras investigaciones académicas se han
realizado, además, desde el campo de la Arquitectura (UGR) así como desde el
ámbito universitario de la Sociología en Alemania.

FU-TURISMO SOSTENIBLE EN SAN MIGUEL

Es el turista, no obstante, quien demuestra un inusitado interés -más allá de la


mera atracción- por un estilo de vida que creyó extinguido, y queda prendado
de la mera posibilidad de su existencia a tan pocos metros de una ciudad.

Como prueba de este interés, los propios visitantes de Granada han dejado
patente su punto de vista bajo la representatividad de sus firmas a su paso por
San Miguel Alto. Asimismo, han formulado el deseo explícito de que las
instituciones locales reconozcan y preserven el valor histórico y turístico que
comporta el estilo troglodita granadino de intramuros.

De otra parte, el turista piensa que hacer prescindir a Granada de su vida


troglodita significa socavar parte de su identidad natural.

Estamos plenamente convencidos de que el nuestro es un estilo digno de una


triple admiración social, turística y humana como para carecer, sin embargo,
de algunas circunstancias domésticas y del amparo institucional más básico.
Un proyecto que no atienda el anclaje ni la genética social de S. M. y que no
contemple la plural realidad actual, solo futuriza lo turístico frívolamente y lo
priva de cohesión social o coherencia histórica alguna.

SAN MIGUEL: IDENTIDAD ETNOGRÁFICA

Si bien S. M. pudiera parecer geográfica o espacialmente descontextualizado


de la vida urbana, no ha estado nunca, empero, desvinculada temporal ni
culturalmente de ella. Tampoco lo está económicamente, pues la mayoría de
vecinos de las cuevas de Cuevas Coloradas, en particular, desarrolla su vida
profesional en la ciudad y el Albayzín.

La convivencia entre Albayzín y S. Miguel Alto ha sido asumida


progresivamente en su contexto local desde el transcurso del último lustro, es
decir, que la identidad troglodita de S. M. A. está proyectada e integrada
interdependientemente en la sociedad urbana comercial del Albayzín. Nuestra
relación con esta falda del Sacromonte ha profundizado en los últimos diez
años como para ser cobijados por el artículo primero del nuevo Estatuto
andaluz que versa sobre nuestra legitimidad de una vivienda digna.

La identidad del Cerro –Cuevas de S. M. (parcela municipal) y Cuevas Coloradas


(parcela privada)- surge tanto por el sentimiento de pertenencia al lugar como
por la experiencia común de un grupo social. Esta identidad se ha visto
reforzada entre los vecinos, que aun siendo tan heterogéneos como pueda
serlo la población albayzinera (clase, etnia, nacionalidad…) comprobamos
tener categorías sociales compartidas. Compartimos un origen social de clase
media en España y Europa y los valores sociales posibilitados por la misma
precariedad del terreno, la afinidad de planteamientos para la bio-construcción,
el trabajo en convivencia y nuestro contexto vivencial.

En S. M. ha tenido lugar un proceso demográfico espontáneo de índole


mutable, provisto de lo humano y de la continuidad del sentido popular que
siempre tuvo. Por tanto, excluir lo socialmente asentado sería una falta de
ética social y de responsabilidad política que haría irrelevante el pasado y el
presente del cerro y sustituiría el valor ideal o simbólico del lugar por el
pragmático de una visión sesgada de la realidad y la historia, que no parece
capaz de contemplar los bucles históricos del auto-desarrollo constructivo en S.
Miguel. S. M. vuelve a ser un área físicamente identificable, tanto por las
actividades que se llevan a cabo (taller de cocina solar, entre otros) como por
la gente que lo habilitó ayer y hoy.

No cabe, pues una percepción pública excluyente “del otro” para recibir hoy un
denigrante desamparo por parte de las instituciones en lugar de acercarle a la
regularización de su ámbito doméstico y privado.
Desde el punto de vista geográfico, siempre ha sido una tendencia natural que
los barrios más desfavorecidos del mundo se encumbren en las zonas más
altas o inaccesibles de la ciudad. Sin embargo, la tendencia actual,
hipercapitalizada, parece tan solo responder al culto banal a una forma
económica de ver el mundo, proyectada en nuevos miradores, atalayas
temporales desde donde obviar la mirada a los problemas de otras clases
sociales. Esta visión “hotelera” de etiqueta verde sobre S. Miguel solo implica
un contacto efímero y superficial con una parte ya pública y emblemática de la
ciudad que es también merecedora, por antigüedad, de la vida vecinal.

En este sentido, en manos de las instituciones públicas está hoy paliar las
carencias que la zona sufre y merece desde 1962; hacer barrio con nosotros y
no jerarquizar socio-económicamente el disfrute de la zona entre turistas y
vecinos. Por ahora, dichas carencias están siendo enmendadas paulatinamente
con formas organizativas ecológicamente válidas, tal como el uso de
dispositivos térmicos y fotovoltaicos para la generación de luz y calor
renovables, el reciclado aséptico de desechos, el mantenimiento colectivo de la
zona o puntos de almacenamiento de compost, así como la adecuación del
espacio exterior de terrazas al criterio estético del hábitat troglodita en
Granada Provincia y Andalucía. Muchos de nosotros nos vemos capacitados
para mantener una colaboración activa en la toma de decisiones con cualquier
Delegaciones o consejerías institucional, agentes sociales o peritos técnicos,
para una estructuración socio-cultural compatible con el pasado, el presente y
el futuro de San Miguel. Éste es un desafío común por la salud del hábitat que
necesita del civismo de una adecuada gestión política que debiera contar con
la reunión de varias delegaciones.

SAN MIGUEL, REALIDAD SOCIAL

Quede claro que, como comunidad más de vecinos en Granada, no podemos ni


pretendemos obviar la dinámica turística; antes bien sería un honor y un
privilegio formar parte de ella, tal y como sugiere el “espíritu” del Parque de la
Murgia Materana”, en la región italiana de Matera (ver siguiente epígrafe). Sin
embargo, sabemos que la turística no pretende negar la dinámica social de una
población troglodita que aspira a la armonía con el espacio y las instituciones
públicas que nos representan. Nos consta ya que la población turista desea,
por el contrario, encontrarse con dicha población troglodita y saber sobre ella -
su modus vivendi- en el propio terreno. Antes bien sería más aconsejable un
proyecto de V. P. O. al que los vecinos ya instalados tuviéramos acceso de
participación.

Para que S. M. sea (siga siendo) “verde” y “público” no es necesaria otra


componente museística gemela del Barranco de Los Negros o cambiar el
PGOU. Dada la realidad social de la zona, las soluciones de “adecentamiento”
debieran hibridarse de manera sostenible con las dinámicas económico-
turísticas. Sólo así lo turístico no denostaría lo futurístico ni marginaría el
pasado ni el presente del cerro. Y dado que ya existe un museo etnológico,
sería más adecuado y socialmente aceptable implementar en S. Miguel tan solo
algún punto dependiente del museo del Centro de Interpretación de
Sacromonte, a modo de reminiscencia turística del mismo, antes que otra
iniciativa económicamente autónoma y más agresiva e impropia del entorno.
La expropiación y el desalojo no son los procedimientos de la más garante
expresión política occidental.

SAN MIGUEL A LA ITALIANA

Quisiéramos dirigir la mirada institucional hacia el “Parque de la Murgia


Materana”, un monte que sirvió de vital referencia en la Conferencia “Euro-
cuevas” que el año pasado organizó la Diputación de GRN para el uso y el
disfrute sostenible de la zona. También “Patrimonio Histórico de la
Humanidad”, este monte de cuevas vivió en los años 70 una situación calcada
a la que respira hoy el San Miguel Alto, en la medida en que sus habitantes,
que se alojaron de manera improvisada en la ladera, fueron objeto de
sucesivos intentos de desaucio por parte de las instituciones locales italianas
hasta que la medida final adoptada, fruto de la reflexión social del Ayto. local,
fue una solución integradora que amparaba los proyectos de vida construidos a
lo largo de los años de “abandono institucional” por la zona.

El final ha sido feliz para los italianos, que hoy son parte integrante de un
museo etnográfico de carácter popular y eminentemente turístico, hasta el
punto de que son los mismos vecinos quienes desempeñan la vida laboral del
Parque.

El representante de la población troglodita del Parque de la Murgia en la


conferencia ofrecida desde Diputación el año pasado, Zafarelli, supo durante su
intervención del movimiento vecinal de S. Miguel y Valparaíso y no tardó en
animar la iniciativa demostrada por los habitantes homólogos del Sacromonte
durante un emotivo final de intervención. Bajo la calidad política de esta
referencia europea, los vecinos de S. M. tenemos la responsabilidad añadida de
ser escuchados convenientemente para el reconocimiento de nuestra situación
y la mejora de la misma, pues representamos los “pilares humanos sobre los
que se debe actuar en esta y otras laderas del Sacromonte”.

Pero, sin ir muy lejos, podemos mirar a Guadix, que siempre ha fomentado la
habitabilidad de las cuevas en desuso a través de específicas políticas de
integración.
Con todo, recoger y subrayar el apoyo de opiniones hermanadas en nuestra
defensa desde las instituciones italianas, la Universidad Granada, la AA. VV del
Albayzín Bajo, el TSJA, la oposición política y las plataformas sociales
provinciales.

SAN MIGUEL, CONFLICTO POR EL AGUA

“Andalucía, Agua y Vida”. Éste es el lema que representará la visión andaluza


en la Expo de Zaragoza, donde a todas luces se darán las muestras pertinentes
del saber-hacer andaluz en la gestión histórica del recurso hídrico.

“El agua es un elemento estratégico de la cohesión nacional. Su uso,


administración y reparto hacen de este recurso un elemento vertebrador”.
Éstas son palabras pronunciadas por Esperanza Aguirre y, suponemos, que
forman parte de la política común de las ciudades gobernadas por el Partido
Popular. Pero, en su choque con la realidad, éste no es sino otro contraste
llamativo de la retórica discursiva utilizada por el partido de cara a la sociedad.
La historia de esta ciudad –al completo- conoce una impecable gestión del
agua. En Granada discurría el agua, haciéndose escuchar en cualquier parte de
su organismo urbano. En el sistema periurbano de San Miguel fluía e irrigaba,
igualmente, la cotidianeidad del barrio. Efectivamente, el agua es uno de los
recursos en que Andalucía y Granada tomaron raíces. Sin embargo, la absoluta
falta de gestión actual del recurso en el Sacromonte fomenta negligentemente
la desigualdad social.

El derecho humano al agua está reconocido y garantizado desde la


Constitución Española, y es así como el hecho de que la central de Emasagra
esté situada a pocos metros tras la ermita de San Miguel, obligatoriamente
demuestra la negligencia y la exclusión por parte del Consistorio hacia este
punto cardinal de la ciudad. Mientras, la imagen pública de Emasagra mejora
mediante su gestión para la creación de pozos de agua en latitudes africanas.

Es por todo que no concebimos tampoco otro de los métodos de descarte


pretendidos por el Ayuntamiento: el cierre de “la Fuente del Aceituno”.
(Agradecemos aquí que el Padre Antonio intercediera por nosotros en
diferentes ocasiones). Es esta circunstancia de sempiterno abandono
institucional, entre otras, las que no pueden sino convertir a los “barrancos
populares” del Sacromonte en el “patito feo de la ciudad”. Esta desatención de
abasto es tan solo una de las que no irrigan a este sector de la población con la
mejor de las voluntades políticas.

SAN MIGUEL, BARRIO LÓGICO Y ECOLÓGICO


Para dar muestra de la sensibilidad y el respeto por el entorno que habitamos
en Cuevas de San Miguel y Cuevas Coloradas, resulta para nosotros una
sensación muy “edificante” y satisfactoria estar capacitados para ser partícipes
del cuidado del Medio Ambiente con el uso de energías renovables en la
mayoría de las cuevas rehabilitadas, pues cuatro de los vecinos empadronados
son ya instaladores especializados en fuentes alternativas de energía; y otros
tres son profesionales docentes en algunas de las materias expuestas en el
citado proyecto Senderos de la Humanidad.

Así que, desde un enfoque humanista, sirva este documento para proponer,
por encima de otras visiones económicas sobre S. M., una sincera recuperación
del orden vecinal en el cerro que preserve la idiosincrasia etnográfica y cultural
sacromontana, la naturaleza antropológica de la vivienda hipógea como hábitat
esencial en la historia del ser humano y como vivienda histórica en Andalucía.

Con todo, invitamos a nuestros representantes, en primer lugar, a reconocer la


capacidad real de adaptación demostrada por la población re-emergente de
San Miguel, así como otra capacidad, la de regeneración de un espacio en
constante abandono y negligencia durante las pasadas alternancias
democráticas de los partidos en el poder local. Invitamos a las instituciones a
afrontar la ética y la responsabilidad social de su actividad política y ajustarse
a la legislación progresista de que goza la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Les invitamos a replantear nuevas líneas de estudio con perspectivas


diferentes, complementarias, que cobije más amplias variables. Les
proponemos la búsqueda de otros caminos por recorrer para el
enriquecimiento de la mirada turística y la calidad del viaje de nuestros
visitantes, en definitiva. Les proponemos tamizar su visión de un inhóspito
"Show Mountain" con el tejido social renovado que ya viste esta falda del
Sacromonte a fin de evitar una desembocadura trágica para la histórica
hospitalidad de esta suerte de "Montaña Mágica". Proponemos al grupo
parlamentario “Popular” ser consecuentes con su retórica de congreso por la
que afirman "estar con la gente y sus problemas", pues no hay nada más
antisocial que el desahucio y el tipo de intervención que guardan sus
pretensiones.

Les invitamos a contemplar y asimilar el paisanaje desde la reflexión; a que


sean un catalizador fundamental en el relevo para seguir haciendo habitable
este paraje; a que nos ayuden a recuperar el antiguo flujo entre espacio verde,
espacio periurbano y ciudad; a llevar a cabo el consenso previo para una
actuación final más integradora en el marco de un orden social más
consensuado y una gestión urbanística más adyuvante y “popular”. Les
invitamos a que se actúe desde el respeto por el presente y la cultura del
lugar.

También podría gustarte