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PALABRAS PRELIMINARES
Para nadie es un secreto que la Escuela está pasando por uno de sus peores
momentos. El mundo desarrollado como el tercer mundo reportan una crisis de su
aparato escolar desde hace ya algunas décadas. Los diagnósticos no se han
hecho esperar, y han surgido las más variadas respuestas a tal acontecimiento.
Sin lugar a dudas, muchos son los factores que intervienen en la crisis del aparato
escolar, como intervienen en la crisis de cualquier otro sistema. Ningún sistema,
por simple que sea, entra en crisis por un único factor. Incluso los factores que
hacen fuerte a un sistema, son responsables también de la crisis de dicho sistema,
sencillamente porque están presentes en el sistema.
Pienso, además, que no es el aparato escolar el único sistema que está en crisis
en el mundo occidental. El aparato escolar es fruto de la sociedad en que vivimos
y es productor, a su vez, de sociedad. Es reflejo y es reflector del sistema socio-
cultural.
1
pensamiento de las pocas generaciones de colombianos producto de ella. Es
decir, analizar cómo aprendieron estos colombianos, cuál era el discurso escolar,
si los permeó o no tal discurso. En otros términos, si el proceso escolar les enseñó
a pensar de una determinada manera o sólo fue una ilusión.
Hoy, tan sólo quiero referirme a un aspecto en particular: cómo estamos armando
la noción de competencias en nuestro sistema educativo. Para ello debo primero
exponer someramente las dos perspectivas desde las que vengo analizando el
problema de la crisis de nuestro aparato educativo, a saber, el epistemológico y el
sociológico. En el aspecto epistemológico se trata de analizar cuál ha sido el
modelo que ha regido el sistema educativo; y en lo sociológico lo que he intentado
es revisar la política nacional de utilizar la educación para alcanzar el desarrollo y
ser competitivos. Este último aspecto es el que nos ha conducido por la ruta de las
competencias. Pero desde mi perspectiva, no pueden estos dos enfiques
separarse.
Para poder llevar a cabo mi labor, debo argumentar tres puntos básicos: primero,
cómo, genéticamente hablando, construimos una escuela simple y qué
consecuencias ha traído ello; cuestión que realizaré desde la mirada epistémica
que produjo a nuestra Escuela. Segundo, la escuela producto de esta mirada. Y
tercero, cómo aparece la noción de competencias.
2
hoy en día llamamos conocimiento científico. Pero no era un encuentro fortuito ni
una dádiva de los dioses o de los maestros, era una búsqueda a partir de la
reflexión y la discusión, del observar la naturaleza, del observarse a sí mismo, a la
sociedad y al otro diferente.
Hoy me interesa abordar una y espero que desde ella logre atrapar a muchas
otras, y es la siguiente: ¿cómo ha pensado la cultura occidental que se produce el
saber válido? Creo que desde aquí lograremos entender cómo se fue
estructurando epistémicamente desde una visión simple nuestra escuela.
Como ustedes recordarán, desde sus inicios los griegos supusieron que el saber
válido estaba íntimamente unido con la verdad. Era el saber que ellos
denominaban EPISTÉMICO. Con tal concepto los griegos se referían al saber
racional sobre las cosas, en oposición al saber mítico. Tal saber era pues causal y
superior al conocimiento “práctico” de las cosas o “techné” y al saber elemental que
nos daba la experiencia cotidiana. En su acepción literal, “Episteme”, significaba
“Erguirse por encima de”; en este sentido, erguirse por encima de los otros
saberes…”2.
2
Salcedo Gutiérrez, Hernando. “Epistemología o filosofar sobre la ciencia”. Dcto. interno de trabajo,
Departamento de Extensión Pedagógica, Unaula, Medellín, 1997.
3
suceder que la ciencia se concibiera como el único conocimiento válido, es lo que
tenemos que revisar.
Así, desde ese momento, se deja de lado todo intento de hacer especulaciones
metafísicas sobre cualquier objeto, fenómeno o ser humano observado. En palabras
de Comte: “Se ha subordinado la imaginación a la observación “5.
Creo que es el físico y filósofo de la ciencia Heinz Pagels7 quien mejor ilustra esta
posición, que podemos denominar, en términos de Habermas, Posición empírico-
analítica, o en términos de Morin, .Paradigma de la simplicidad.
3
Ibíd. , Pág. 28
4
Ibíd. , Pág. 28
5
Ibíd., Pág. 28 y s.s.
6
Pourtois y Desmet, "Epistemología e Instrumentación en Ciencias Humanas", Herder, Barcelona,
1992, Págs. 24 y 25.
7
Pagels, H. "Los Sueños de la Razón".
4
El punto de partida epistemológico de Pagels es que los científicos no obtienen
teorías científicas porque se adhieran a una serie de reglas o metapostulados
exigidos por los científicos o filósofos. “La indagación científica obtiene resultados
-nos dice- porque al igual que el proceso evolutivo es un sistema poderosamente
selectivo. Las teorías científicas por su designio, son siempre vulnerables y posibles
de destrucción, del mismo modo en que una especie, sujeta a la presión ambiental,
es posible de extinción. Debido a esa vulnerabilidad, la verdad científica posee la
fortaleza derivada de sobrevivir en un medio desafiante”8 . Así, no existe “el método
científico” tal y como lo postulan los textos guías. “Los científicos no son educados ni
adiestrados para seguir ningún método científico, ni, en verdad, siguen normas más
explícitas que, por ejemplo, un empresario o un abogado”9. No obstante ello, es
posible describir lo que hacen los científicos a partir de lo que es el sistema
hipotético-deductivo: se efectúa una conjetura con bases firmes, una hipótesis
científica, seguida de pruebas rigurosas y críticas. En ello hay mucho de rigor, pero
también mucho de inspiración, de intuición.
La pregunta ahora es: ¿Por qué eso da buenos resultados? La respuesta que nos
dan los científicos es que ello funciona porque la ciencia estudia un mundo
ORDENADO, tal y como lo supusieron los griegos. Por qué está ordenado es algo
que se desconoce.
“La estructura invariante corresponde a esas características de una teoría que son
independientes de nuestra descripción específica del territorio de la naturaleza y las
reglas que obedece. Si bien está claro que nosotros, en parte, creamos la teoría,
ocurre que el territorio y sus reglas, que no son creados por nosotros, deben, por el
contrario, ser descubiertos”.10 Así pues, las reglas de la naturaleza están allí. No
importa si creamos que la tierra descansa sobre el lomo de una tortuga o si gira
alrededor del sol: en ambos casos la teoría es sobre el mundo real, la tierra.
Existe además lo que Pagels llama “el repertorio de la realidad”, que no es más que
lo que existe en el mundo, el “mobiliario del mundo científico”. El átomo pudo haber
sido hipótesis en determinado momento, pero se convirtió en repertorio de la realidad
cuando fue descubierto. Y si al principio se supuso que era indivisible, ello nos
muestra que nuestra comprensión del repertorio de la realidad puede cambiar con el
8
Ibid., p159.
9
Ibid., p238-239.
10
Ibíd..,p160-161.
5
tiempo. El lenguaje de nuestras teorías no son más que REPRESENTACIONES,
descripciones de esos objetos y esas reglas.
Según Pagels, pues, existe la realidad, que es en última instancia la que posibilita la
ciencia dado que es ordenada, existen las reglas que sigue tal realidad y que no las
podemos ver con los meros sentidos sino que tenemos que descubrirlas; y existe la
representación o teoría, fruto de esa rigurosa investigación.
Ahora bien, en este plan de construir una Teoría de la ciencia que permita la mayor
objetividad posible, los científicos, por lo menos los que propugnan por una
concepción fuerte de ciencia, han acordado seguir como criterio racional de
objetividad el famoso criterio de investigación, que puede enunciarse así:11
Desde este paradigma, se considera como una virtud dividir los elementos del
mundo en múltiples partes para poder estudiarlas; por ello, separa lo que está ligado
(disyunción) reivindicando la super-especialización o bien unifica lo que es diverso
(reducción). En ambos momentos ve a lo UNO y a lo MÚLTIPLE, pero no puede
11
Ursua, N. “Cerebro y Conocimiento: Un Enfoque Evolucionista”. Ed. Anthropos, Barcelona, 1993.p150 y ss.
6
entender que lo UNO también puede ser al mismo tiempo múltiple. El principio que
direcciona estas ideas es que “El todo es la suma de las partes”.
Con relación al ser humano, parte de la idea que es evidentemente un ser biológico
y cultural, que se desenvuelve en el medio del lenguaje. Pero en sus estudios
desune estas dos realidades o reduce una a la otra. Por ello estudia biológicamente
al ser humano en laboratorios de anatomía o de fisiología, etc., y estudia al humano
como ser cultural en las Facultades de Ciencias Sociales y Humanas. Estudia al
cerebro como órgano biológico y estudia por aparte a la mente como realidad
psicológica.
Como podrán notar, no es más que un intento por demostrar que lo simple es lo que
reina en el universo, que a pesar del aparente desorden en que se nos presenta el
mundo, detrás está el orden, pues, “la naturaleza es sabia”. Nada dejó al azar, nada
está aquí porque sí. Por ello, el desorden en la naturaleza es patológico, enfermizo y
hay que rechazarlo.
El problema está en las escuelas de los países no desarrollados o las escuelas que
no apuntaban, por múltiples factores, al modelo científico; las escuelas que no
podían acceder a tal forma de pensar, dado que esta requiere de una cierta
infraestructura, por lo general costosa. Muchas se metieron en el cuento e hicieron el
intento y tuvieron generaciones de estudiantes que lograron atisbar lo que era la
ciencia. Otras, la gran mayoría, sólo hicieron un mal remedo. Estas últimas son
nuestras escuelas.
7
De estas últimas es de las que quiero ocuparme. Voy a intentar describirlas, y me
disculpan si dejo muchos elementos por fuera, pero sólo lo haré desde el punto de
vista epistémico. Partiré de la idea de ciencia que tenían estas escuelas y de la
forma como les llegó.
12
Al respecto puede verse mi artículo: Apatía escolar y PEI. Revista del Círculo de Humanidades
de Unaula. Nº 10. Unaula, Medellín. 1995.
8
haces".13 . Imagínense ustedes: esto, en un país que produce ciencia; que se
esperará de un país como el nuestro.
Esta MITODOLOGÍA, como suelo llamar en tono irónico a tal perspectiva, cae en
el error de anteponer la forma a la naturaleza del problema, dado el afán que
tienen por “hacer las cosas bien”, es decir, como las dice el método científico,
único que arroja verdades, como dicen estos metodólogos.
13
Sagan, Carl. "El Mundo y sus Demonios". ed. Planeta, Santafe de Bogota, 1997.p 13-14.
14
Habermas, J. “Conocimiento e interés”. Madrid, Taurus, 1978. Pág. 8.
15
Salcedo Gutiérrez, Hernando.”El proceso escolar o la muerte a la propensión natural a
Investigar”. En Revista Interlocuciones desde la Funlam, N° 1, Montería, Funlam, 1998. Para lo que
sigue, retomo tal artículo.
9
Como puede notarse, no es un asunto que se aprenda en un curso ni es una
receta que explique de manera detallada cómo obtener la cocción final. Es un
asunto pausado, que se va aprendiendo a lo largo de la vida hasta convertirse en
una forma de vida. Los cursos de Metodología de la Investigación Científica se
convierten, entonces, en sistematizadores de los problemas detectados por tal
imaginación disciplinada. No la proporcionan ni la suplen”.16. En otras palabras,
hacer ciencia o investigar científicamente es un asunto de creatividad, no de
fórmulas. Incluso, Ausubel ha demostrado que ni siquiera es asunto de
“inteligencia superior”, sino precisamente de “ingenio”, es decir, de creatividad17.
Por otro lado, es necesario hacer entender a los que incursionan por estos
caminos, que la ciencia no es un cúmulo de conocimientos acabados y
absolutamente verdaderos. Independientemente de que compartamos o no todo el
modelo popperiano, uno de los méritos de Karl Popper fue hacernos comprender
que la máxima aspiración de la empresa científica era disminuir el margen de error
a través de la crítica constante a las teorías con pretensión de cientificidad. Así,
las teorías científicas son, como lo postuló, grandes hipótesis; válidas, además,
hasta que haya suficientes razones para empezar a desconfiar de ellas al punto de
desecharlas.
16
Salcedo Gutiérrez, Hernando. “El Modelo Epistemológico de Jürgen Habermas. Aproximación
hermenéutica a Conocimiento e Interés”. En Revista Interlocuciones desde la funlam, N° 1, 1998.
Funlam, Montería.
17
Ausubel, D. “Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo”. Trillas, México, 1976. p630.
18
En realidad no sabemos aun como llamarlo, pero todos reportan un contexto de creación muy
distinto al contexto de justificación de las teorías. Reconocen, muy sorprendidos, un “algo”
inconsciente (a lo freudiano?) que los impulsaba a la creación de sus teorías.
10
por este realismo. El hecho de producir teorías sobre el mundo, como ya lo mostró
el maestro Kant, pasa por el sujeto. Quien produce teorías es el sujeto y eso ya
subjetiviza la teoría. El método por muy empírico y estricto que sea, no me salva
de esta situación. Somos sujetos, estamos inevitablemente sujetos al lenguaje,
lenguaje con el que producimos las teorías científicas, teorías científicas que son
por ello bellamente subjetivas pues son nuestro fruto.
19
Martínez, M. Obra citada. p32
20
Ibid. p32.
21
Feyerabend, Paul. “Contra el Método”. Ed. Ariel, Barcelona. 1981. p15.
11
la voz de la razón no es sino un post-efecto causal del entrenamiento que ha
recibido”22.
Este propósito va aunado a los ideales de persona que se quiere formar y al tipo
de sociedad y modelo económico que queremos construir.
12
FMI se han orientado las políticas educativas del país. Desde los años cincuenta,
el discurso sobre el desarrollo social y económico aunado a la educación, ha sido
cotidiano en Ameríca Latina. A través del “Proyecto Principal Sobre extensión y
Mejoramiento de la Educación Primaria Para América Latina y el Caribe” y luego
el “Proyecto Multinacional de Tecnología Educativa (1970), se debía formar el tipo
de ciudadano que requeríamos para alimentar el sistema económico. Pero es en
la década del noventa, con la creación de la Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI), que el desarrollo es aunado a la competitividad. La Misión
de Ciencia de 1990, la Ley 30 de 1992, la Ley 115 de 1994, la Ley 715 del 2001,
la Misión de los Sabios (1996), las reformas al SENA (1995), las pruebas SABER
desde 1991 y la reforma del examen de estado o pruebas ICFES (2000), son
algunas muestras de ello.
13
Como lo plantea la I conferencia de la Organización de Estados Iberoamericanos
(1991), hay que construir un mercado único de capital intelectual, de conocimiento,
que posibilite competir en mejores condiciones en el mercado internacional.
En su intento por proponer una teoría que hiciera frente y sirviera de alternativa a
la conductista, que se convertiría en la famosa “Gramática generativa
26
Torrado Pacheco María Cristina. Educar para el desarrollo de las competencias: una propuesta
para reflexionar.
14
transformacional”, N. Chomsky27 propone a mediados de los sesenta la noción de
competencia a partir de la dicotomía “competencia-actuación” o “competencia-
desempeño” (performance). La idea de competencia se opone, así, a la
realización-desempeño, o performance.
La idea de los conductistas era que las expresiones gramaticales se generaban por
asociación lineal, en donde un símbolo generaba otro símbolo asociado con cierta
probabilidad28. En otras palabras, los conductistas suponían que el ser humano
venía al mundo hecho de un material supremamente moldeable por el medio
ambiente; así como aprendía cualquier actividad a través de procesos de estímulo-
respuesta, castigo y recompensa y asociación de ideas, así mismo aprendía al
lenguaje.
15
nuestra mente en cierto estado genéticamente determinado, y mediante la
interacción de una experiencia con un entorno, este estado cambia hasta llegar a ser
un estado maduro al que denominamos un estado de conocimiento del lenguaje”30
Así, estamos preprogramados para que nos crezca cualquiera de los órganos físicos
del cuerpo. Es en este sentido que puede afirmar que el niño posee una gramática
generativa de su propia lengua, lo que explica que su competencia lingüística sea
tan creativa. Por ello, el lenguaje puede estudiarse como un dispositivo de
competencia, que incluye un conjunto de reglas de reescritura de símbolos, capaz de
generar todas las frases gramaticales del lenguaje natural.
Como podrá apreciarse, tal crítica al modelo conductista produjo notables adelantos
en la forma de concebir el conocimiento, el aprendizaje, la mente y el lenguaje.
Sobre todo porque después de exponer este punto de vista, a todas luces
racionalista e innatista, sobrevendrán teorías para avalarla o para rechazarla. Fodor,
Gardner, Overton, Gelmann y Sternberg, por mencionar solo algunos hicieron y
hacen considerables desarrollos desde la perspectiva racionalista-innatista-
cognitivista de esta concepción. Pero constructivistas como Damasio también se
han valido de ella para desarrollar otras posibilidades teóricas. Pero Hymes, la
llamada psicología cultural vigotskyana, Torrado y otros, le han hecho críticas que
han hecho retomar otros caminos para hablar de la mente, el lenguaje y el
aprendizaje.
En 1966 en su trabajo On Communicative Competence31, Dell Hymes propone el
concepto de competencia comunicativa en reacción al concepto de competencia
de Noam Chomsky. Según él, lo que tenemos que revisar son las reglas de uso de
una lengua en su ambiente, es decir, en los diversos contextos en que las
personas realizan sus conversaciones. Así, se trata de investigar cuáles son las
reglas que tiene la competencia comunicativa de los miembros de una comunidad.
Por tanto, hay mucho más en la competencia misma, en el conocimiento y la
habilidad que lo que Chomsky suponía en su noción de competencia. Hymes no
niega la adquisición de un conocimiento lingüístico, pero afirma otra dimensión
más importante, desarrollada como parte del proceso de socialización del niño, y
30
Ibid., p165.
31
Puede verse una versión en Hymes, D. 1972. "On communicative competence". Sociolinguistics.
Eds. Pride, J.B. y J. Holmes. Londres: Penguin Books. 269-293.
16
adaptable a las situaciones sociales y culturales posteriormente vividas. Los
humanos nos hacemos en el medio socio-cultural en que nos desenvolvemos y
nuestro lenguaje lleva el acento, la marca, el sello, de nuestra cultura y del entorno
social. Existen unas normas particulares, unos códigos lingüísticos en cada
comunidad y es necesario saber usar la capacidad de lenguaje de conformidad
con esas normas y convenciones sociales. La competencia pragmática de
Chomsky era habilidad y no conocimiento, es lo que concluyen.
32
PILLEUX, Mauricio. Competencia comunicativa y análisis del discurso. Estud. filol. [online]. 2001,
no.36 [citado 29 Febrero 2008], p.143-152. Disponible en la World Wide Web:
<http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0071-
17132001003600010&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0071-1713.
17
En esta visión, como lo expresa Torrado, se trata entender la competencia como
una capacidad que se adquiere, modifica y expresa siempre dentro o en función
de una situación o un contexto social particular. La competencia se privilegia en
tanto que conocimiento situado, específico y variable33.
Como lo apunta Quintero, “Si bien este autor no tiene por objeto el fundamentar el
campo de la pedagogía, sino ofrecer una teoría crítica de la sociedad a partir de
temas como el de la competencia comunicativa, su propuesta ha incidido en este
campo del conocimiento”34.
33
Torrado, Ma. C. ( 2000 ) “Educar para el desarrollo de las competencias: una propuesta para
reflexionar”. En Bogoya, D. y otros Competencias y proyecto pedagógico. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia.
18
Es una teoría del lenguaje inspirada sobre todo en los trabajos de Humboldt, pero
compenetrada de la discusión filosofico-lingüística contemporánea. Por ello, su
trabajo, una especie de "reconstrucción" de esta discusión, se pasea por
Wittgenstein, Buhler, Austin, Peirce, Apel, Searle, y muchos otros filósofos del
lenguaje contemporáneos. Su propósito es analizar las condiciones que se
requieren para que dos hablantes que tienen ideas contrarias, lleguen o puedan
llegar al entendimiento.
Este tipo de expresiones de las que no puede decirse que sean verdaderas o
falsas, y por tanto de las que no podemos decir que es racional o no quien las
emite, los positivistas proponen considerarlas como simples decisiones. Es tu
decisión respetar o no la norma, es tu decisión comer o no comida costeña y es tu
problema que te guste o no esa mujer. De ninguna de ella puedo asegurar su
condición de verdad o falsedad.
Por su parte, Habermas pretende llevar su análisis mucho más lejos rompiendo
con la unidireccionalidad "objetivista" (en tanto se refiere a objetos) del positivismo
y reclamar validez también para las expresiones no referidas a objetos.
En este sentido, la teoría de la Acción Comunicativa pretende demostrar la
racionalidad del mundo ético-moral, o practico-moral como lo llama Habermas, y
34
Quintero, Marieta y otros. Las competencias bajo el lente de la teoría crítica. En Memorias 3
Congreso internacional sobre el enfoque basado en competencias. Bogotá, septiembre de 2007.
Pág. 1
35
Para lo que sigue, ver mi artículo Epistemología y lenguaje en la obra de J. Habermas. Revista
Ratio Juris, Nº 2, Facultad de Derecho, UNAULA, Medellín, 2005
19
del mundo subjetivo. Pero para ello tiene primero que proponer un concepto fuerte
de racionalidad. Veamos esto.
Según Habermas, la racionalidad tiene que ver con el USO del conocimiento que
hacen los sujetos capaces de lenguaje y acción. En ese sentido, decimos que son
racionales emisiones o comportamientos que tienen tres características
fundamentales:
En la vida nos encontramos con problemas del tipo ¿por qué los cuerpos caen?
¿Por qué se da el día y la noche?, ¿Qué tipo de virus produce el SIDA?,
problemas a los que denominamos "objetivos".
Ahora bien, llamamos racional a una persona que aborda estos problemas desde
la ciencia empirico-analítica, pues es la más adecuada para darnos respuestas
fiables.
36
Habermas, J. Teoría de la Acción Comunicativa. 2 tomos. Madrid. Taurus. 1987. La citaremos en
adelante como T. A. C. Pág.24 -25
37
T. A.C. Pág.33 -34
38
Para afirmar esto me baso en el cuadro de "Tipos de argumentación" que viene en la T. A. C.,
Pág. 44. Para lo que sigue, Págs. 37 y s.s
20
Habermas afirma que cuando estas personas emprenden su trabajo PRETENDEN
conseguir un conocimiento realmente verdadero (por lo menos válido por algún
tiempo). Por ello llama a tal pretensión "pretensión de VERDAD". Son personas
que expresan opiniones bien fundadas y actúan con eficacia para poder lograr el
éxito.
Por otra parte, en la vida nos encontramos también con problemas del tipo ¿por
qué entré a estudiar esta maestría y no otra? ¿Por qué me gusta María y no Ana?
¿Por qué prefiero tales películas y no otras? Es decir, problemas netamente
subjetivos a los que no les hallaremos soluciones desde la racionalidad de las
ciencias empirico-analíticas. Cuando estamos deliberando sobre este tipo de
interrogantes, al emitir nuestro parecer pretendemos que nos crean. Por ello
Habermas llama a tal pretensión "pretensión de VERACIDAD". En este sentido,
una persona es veraz y por lo tanto RACIONAL cuando se comporta de acuerdo
con lo que dijo. Si dijo que sólo le gustan películas de vaqueros, pues es racional
cuando hace acciones para conseguirlas y poder verlas. Si ama a María, pues
realiza acciones que así lo demuestren. Es decir, con sus acciones, tiene el sujeto
que convencer a un posible crítico de su veracidad.
39
Habermas. Teoría de la Acción Comunicativa. Complementos y estudios previos. Cátedra,
Madrid, 1990.p.506
21
acciones con los otros, de tal manera que puedan llevar adelante un plan de
acción común establecido con anterioridad.
Ahora, cuando la acción es orientada a partir del influjo, lo que busca uno de los
participantes de la comunicación es influir sobre el otro, manipularlo como un
objeto cualquiera con el fin de inducirlo a actuar de una manera que convenga a
sus intereses particulares. Por ello podemos considerar tal acción como
estratégica, acción en la que sólo interesa el éxito, el logro de los fines que se
persiguen en un plan de acción. Como puede notase, es una acción netamente
instrumental que no conduce al orden social pues no coordina racionalmente las
acciones ya que en ella se trata al otro como un objeto más de la naturaleza42.
22
de resultados, sino mediante actos de entendimiento. En la acción comunicativa,
los participantes no se orientan primariamente al éxito; antes persiguen sus
acciones individuales bajo la condición de que sus respectivos planes de acción
puedan armonizarse entre sí sobre la base de una definición compartida de la
situación"43.
Como puede notarse, la categoría "Acción Comunicativa" nos invita, como sujetos
capaces de lenguaje y acción, libres y autónomos, a considerar seriamente al otro, a
respetarlo y tratarlo como un igual. No manipularlo, como haría un positivista, que
cree que está tratando con una cosa u objeto. Ello se debe a que para pretender
llegar a un acuerdo con el otro, debemos ir más allá del dato, que tanto reivindica el
positivista; más allá de la suposición del lenguaje como mero transmisor de
información, y entender que comunicar es algo más que informar, es decir, que sólo
teniendo en cuenta la pragmática, esa manera como usamos el lenguaje en
contextos específicos, es como podemos entendernos. Es pues, una categoría que
reivindica esos lenguajes distintos al científico, una categoría que le da cabida a
lenguajes no objetivistas, como es el lenguaje del mundo subjetivo y del mundo
ético-moral.
43
TAC, pág. 367
44
Obra citada.
23
que con “las palabras hacemos cosas”. Se concluye aquí que “existen unas
acciones que expresan el dominio o desempeño del hombre en situaciones de
interacción y en contextos socioculturales”. La segunda implicación tiene que ver
con la fundamentación de la competencia ciudadana dado que se ha concluido
que “la competencia comunicativa está relacionada con la capacidad que tienen
los ciudadanos de presentar sus razones frente a tomas de decisiones en las
cuales están presentes las normas y las reglas que definen nuestra convivencia
ciudadana”.
Desde los Talleres Municipales de Calidad impartidos por el MEN, se definen así
las competencias: “Conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes,
comprensiones y disposiciones cognitivas, metacognitivas, socioafectivas y
psicomotoras apropiadamente relacionadas entre sí para facilitar el desempeño
flexible, eficaz y con sentido de una actividad o de cierto tipo de tareas en
contextos nuevos y retadores”45.
Area Competencias
LENGUAJE Comunicativa
• Semántica
• Gramatical
45
Estándares básicos de matemáticas y lenguaje: preguntas y respuestas frecuentes. Talleres
Municipales de Calidad, MEN. Bogotá, 2003.
24
• Textual
• Pragmática o sociocultural
• Enciclopédica
Produccion escrita
Textual
• Coherencia local
• Coherencia lineal
• Coherencia global y cohesión
• Pragmática
Pragmática
• Intención
• Diversidad Textual
• Superestructura
• Comunicar
• Representar
MATEMATICA
• Razonar y argumentar
• Modelar
• La Tierra y el Universo
LOGRO: aquello que se desea potenciar y obtener con el proceso educativo, meta
a alcanzar, aquello a lo que debe llegarse tras ciertas experiencias educativas; por
ejemplo, manejar correctamente los signos de puntuación. El logro no es otra cosa
que el conocimiento que se usa, es decir la competencia.
25
conocimiento. Ej.: usa adecuada y pertinentemente los signos de puntuación al
redactar documentos escritos y al leer e interpretar textos.
Así, la competencia es vista como el conocimiento ideal al que todos deben llegar,
y la actuación, como aquel uso que demuestra el nivel concreto de conocimiento y
de manejo del mismo, al que ha llegado el sujeto. “Hay algo que es esperado y
esto es del orden de lo ideal y lo deseable para todos, y hay algo alcanzado que
parte de dicho orden, pero que se ve drásticamente afectado por lo concreto, lo
particular y lo subjetivo, haciendo diferente aquello obtenido de aquello
esperado”46.
46
26
constitución de los diversos sentidos que circulan en estos contextos. (Hernández
y otros, 1998:37)
“Expresa una situación deseada en cuanto a lo que se espera que todos los
estudiantes aprendan en cada una de las áreas a lo largo de su paso por la
Educación Básica y Media, especificando por grupos de grados (1 a 3, 4 a 5, 6 a
7, 8 a 9, y 10 a 11) el nivel de calidad que se aspira alcanzar”47.
47
Estándares Básicos de Competencias en Lenguaje, Matemáticas, Ciencias y Ciudadanas. Guía
sobre lo que los estudiantes deben saber y saber hacer con lo que aprenden. MEN, ASCOFADE,
Bogotá, 2006. Pág.10
27
Así, para cada competencia se requieren: conocimientos, habilidades, destrezas,
comprensiones, actitudes y disposiciones específicas del dominio de que se trata,
sin los cuales no puede decirse que el estudiante es realmente competente en
contextos diferentes. Entonces, para que una persona pueda mostrarse como
competente, no basta mostrarle que tiene los conocimientos necesarios, ni que
posee las habilidades, ni que tiene las comprensiones, actitudes y disposiciones
adecuadas, pues cada uno de estos aspectos puede estar presente sin que la
persona muestre que es competente para esa actividad, si no los relaciona y
organiza en función de un desempeño flexible, eficaz y con sentido.
Para el MEN, si bien la Ley 115-94 dio libertades para la formulación del PEI,
también es necesario llegar a acuerdos sobre unos usos comunes del saber. “De
la misma manera como la ley otorga a las instituciones educativas autonomía en
aspectos cruciales relacionados con la definición del currículo y los planes de
estudio, también se pronuncia a favor de unos referentes comunes. Se espera que
estos: (a) orienten la incorporación en todos los planes de estudio de los
conocimientos, habilidades y valores requeridos para el desempeño ciudadano y
productivo en igualdad de condiciones; (b) garanticen el acceso de todos los
estudiantes a estos aprendizajes; (c) mantengan elementos esenciales de unidad
nacional en el marco de una creciente descentralización, (d) sean comparables
con lo que los estudiantes aprenden en otros países, y (e) faciliten la transferencia
de estudiantes entre centros educativos y de las regiones”48.
Como lo aconseja el MEN, es necesario tener bien claro que “un estándar no es
un objetivo, una meta o un propósito. Una vez fijado un estándar, proponerse
alcanzarlo o superarlo sí se convierte en un objetivo, una meta o un propósito,
pero el estándar en sí mismo no lo es. Un estándar tampoco es un logro. Una vez
fijado un estándar, haberlo alcanzado o superado sí es un logro”.
“Cabe anotar que las competencias son transversales a las áreas del currículo y
del conocimiento. Aunque generalmente se desarrollan a través del trabajo
concreto en una o más áreas, se espera que sean transferidas a distintos ámbitos
de la vida académica, social o laboral. El desarrollo de las competencias está en el
centro del quehacer de las instituciones educativas desde el preescolar, y
constituye el núcleo común de los currículos en todos los niveles educativos. Los
currículos por competencias hacen posible la integración de los distintos niveles
educativos, así como las diversas ofertas institucionales, bajo un concepto de
educación permanente, que se inicia en la primera infancia y continúa a lo largo de
la vida, aun después de que los individuos finalizan su escolarización”.
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. Ibíd.
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