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RIGE REGULA
JUSTICIA EQUIDAD
• Como vimos el concepto de derecho en
general me interesa que quede claro que el
derecho general se divide en dos ramas :
Derecho público y Derecho privado....y mi
aporte más allá del vídeo es que para
diferenciar uno y otro derechos
❖ Normatividad Jurídica.
❖ Jerarquía Normativa.
❖ Igualdad Jurídica.
❖ Principio de Razonabilidad.
❖ Control Judicial.
CONCEPTOS DE LOS ELEMENTOS
1) Normatividad Jurídica: todo el sistema jurídico debe sustentarse en normas
jurídicas, cualquiera que sea su fuente: constitucional, legislativa o administrativa.
La totalidad del ordenamiento jurídico rige para cada caso administrativo.
•Obligatorio-coercible Art. 4
•Coactivas.
•General. Art. 4
•Permanentes. Art 5
•Irretroactivas. Art. 7; 18 C.N
•FORMAL.
•MATERIAL.
•ABSTRACTOS.
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DEL PRINCIPIO DE LEGALIDAD
• La formulación y finalidad del principio de legalidad
-.Vinculado con el mismo propósito de seguridad que persigue el constitucionalismo
moderno, se halla el principio de legalidad. Nuestra constitución lo formula expresamente
en la segunda parte del art. 19 C.N donde consigna que nadie puede ser obligado a hacer
lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe.
Como todo el orden jurídico se basa en la constitución, que está por encima de la ley,
la primera “ley” a tomar en cuenta es la constitución.
-.El principio de legalidad responde al concepto de despersonalización o impersonalidad
del poder, y al de legitimidad racional. No se trata de que el poder no sea ejercido por
hombres –lo cual es inevitable- sino de que esos hombres que ejercen el poder lo hagan
ajustándose al orden jurídico establecido en las normas legales. De ahí, entonces, surge el
adagio de que no gobiernan los hombres sino la ley.
-.La finalidad del principio de legalidad es afianzar la seguridad individual de los
gobernados. La ley predetermina las conductas debidas o prohibidas, de forma que los
hombres puedan conocer de antemano lo que tienen que hacer u omitir, y quedar exentos
de decisiones sorpresivas que dependan solamente de la voluntad ocasional de quien
manda. Este aspecto toma en cuenta, por eso, el valor previsibilidad.
70.- La cláusula que exige “ley” para mandar o para prohibir no debe tomarse con tal rigor formal que solo
reconozca como única fuente de las obligaciones aludidas en el art. 19 a la “ley” del congreso podemos ser
obligados a hacer o a abstenernos por cualquier norma jurídica inferior a la ley que constitucionalmente se
apoye en la ley o esté habilitada para la constitución o por la ley (así, las sentencias).
Tampoco ha de interpretarse esta parte del art. 19 segunda parte C.N como cohibiendo las fuentes no
estatales (por ej, el contrato).
Tales fuentes también tienen capacidad de engendrar obligaciones.
Asimismo, los tratados internaciones incorporados como tales al derecho interno pueden ser fuente de
obligaciones de hacer o de omitir.
72.- El principio de legalidad se complementa con el que enuncia que todo lo que no esta prohibido está
permitido. Aplicado a los hombres significa que, una vez que la ley ha regulado la conducta de los mismos con
lo que los manda o le impide hacer, queda a favor de ellos una esfera de libertad jurídica en la que esta
permitido todo lo que no está prohibido.
El tránsito del principio de legalidad al de razonabilidad: la regla de la razonabilidad
73.- El principio de legalidad es, realmente, esencialmente formalista en cuanto exige la “forma” normativa de
la ley para mandar o prohibir. Pero nos preguntamos ¿hasta que la mande o prohíba, para que sin mas lo
mandado o lo impedido sea constitucional?
De ninguna manera: la constitución está pensando, cuando enuncia la formula del principio de legalidad, en
una ley constitucional. No basta la formalidad de la ley: es menester que el contenido de esa ley responda a
ciertas pautas de valor suficientes.
Por eso es menester dar contenido material de justicia al principio formal de legalidad. Para ello, acudimos al
valor justicia, que constitucionalmente se traduce en la regla o el principio de razonabilidad.
Con este relleno, el principio de legalidad rezaría de la siguiente manera: nadie puede ser obligado a hacer lo
que la ley “justa” (o razonable) no manda, ni privado de lo que la ley “justa” (o razonable) no prohíbe.
El derecho judicial se ha encargado de incorporar a nuestro derecho constitucional material este contenido
que cubre la insuficiencia del principio formal de legalidad. La jurisprudencia nos muestra el ejercicio del
control de razonabilidad de leyes y actos estatales, y los descalifica como arbitrarios cuando hieren las pautas
de justicia ínsitas en la constitución. Los jueces verifican el contenido de la ley mas allá de su forma,
permitiéndose aseverar que el principio formal de legalidad cede el principio sustancial de razonabilidad, y
que si la ley no es razonable (o sea, es arbitraria) resulta inconstitucional.
75.- El principio de razonabilidad no se limita a exigir que solo la ley sea razonable. Es mucho mas amplio. De
modo general podemos decir que cada vez que la constitución depara una competencia a un órgano del
poder, impone que el ejercicio de la actividad consiguiente tenga un contenido razonable. El congreso
cuando legisla, el poder ejecutivo cuando administra, los jueces cuando dictan sentencia, deben hacerlo en
forma razonable: el contenido de los actos debe ser razonable.
La jurisprudencia de la corte suprema ha construido toda una fecunda doctrina sobre la arbitrariedad de las
sentencias, exigiendo que estas, para ser validad en cuanto actos jurisdiccionales, sean razonables.
También los actos de los particulares deben satisfacer un contenido razonable.
76.- El sentido común y el sentimiento racional de la justicia de los hombres hacen posible vivenciar en cada caso
la razonabilidad, y su opuesto, la arbitrariedad. La constitución formal suministra criterios, principios y
valoraciones que, integrando su ideología, permiten componer y descubrir en cada caso la regla de razonabilidad
Para ello es útil acudir a la noción de que en cada derecho hay un reducto que configura, como mínimo, su núcle
esencial, y que este núcleo no tolera ser suprimido, alterado o frustrado porque, de ocurrir algo de esto, se
incurre en irrazonabilidad, arbitrariedad e inconstitucionalidad.
77.- La regla de razonabilidad está condensada en nuestra constitución en el art. 28, donde dice que los
principios, derechos y garantías no podrán ser alteradas por las leyes que reglamenten su ejercicio. La
“alteración” supone arbitrariedad o irrazonabilidad.
La irrazonabilidad es, entonces una regla sustancial, a la que también se la ha denominado el “principio o garantí
del debido proceso sustantivo”.
El principio de razonabilidad tiene como finalidad preservar el valor justicia en el contenido de todo actor de
poder e, incluso, de los particulares.
78.- Fundamentalmente, la razonabilidad exige que el “medio” escogido para alcanzar un “fin” valido guarde
proporción y aptitud suficiente con ese fin: o que haya “razón” valedera para fundar tal o cual acto de poder.