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Sábado 6 de noviembre

PABLO, PREDICANDO A LOS GENTILES

“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar
mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”
(Hechos 9:15).

INTRODUCCIÓN
El arresto y matanza de los cristianos eran, hablando figuradamente, el
aire que respiraba Saulo. Los pueblos semíticos a menudo asociaban con el
aliento la emoción causada por la ira. La imagen es de un hombre, enojado
y violento, absolutamente convencido de su propia justicia. Saulo fue a la
ciudad de Damasco para arrestar a los creyentes que habían huido allí y
traerlos de vuelta en cadenas a Jerusalén para castigarlos.
La conversión de Pablo cuando él estaba camino a Damasco también
representó su llamado a servir como misionero a las naciones. El celo del
perseguidor se había intensificado. Estaba dispuesto a llegar a cualquier
extremo para arrancar de raíz la odiada enseñanza. Pablo lo reconoció
posteriormente (Hechos 22:4; 26:9-11).
El foco en la misión de Pablo a los gentiles en el Nuevo Testamento es muy
significativo pues en “el cumplimiento del tiempo” el Señor levantó a Pablo
como el teólogo de la nueva labor misionera. Pablo fue teológicamente
entrenado como fariseo, y por consiguiente tenía un profundo conocimiento
del Antiguo Testamento.
Saulo odiaba a los discípulos del Señor. Él no estaba buscando a Jesús
cuando Jesús lo buscó. Podríamos decir que Saulo estaba decidido en
contra de Jesús cuando Jesús estaba decidido para él.
PROPÓSITO DEL MENSAJE:
Muchas veces nos preguntamos cuál es la voluntad de Dios para nuestras
vidas. ¿Existe realmente tal cosa como “el llamado” o es algo inventado
en los púlpitos? Es por eso que esta mañana a la luz de la Palabra de Dios
estudiaremos 3 razones por las que el Señor llamó a Saulo para ser un
evangelista a los gentiles, a través de Hechos 9:1-19.

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I. ERA SINCERO, DEFENDÍA LO QUE CREÍA (GÁLATAS 1:13, 14)
Saulo era el más encarnizado enemigo de la Iglesia Primitiva: convencido
de la verdad del Judaísmo, quería exterminar la secta cristiana. Este en-
carnecimiento de perseguidor revela en Pablo una cualidad fundamental,
era: “celoso de Dios” (Hechos 22:3).
Pablo se describe a sí mismo como habiendo vivido “conforme a la más
rigurosa secta de nuestra religión” (Hechos 26: 5). Aunque, a diferencia de
Pablo, continuaban siendo legalistas. Queriendo servir al Señor con fogosi-
dad y abnegación sin medida. Su generosidad al servicio divino lo empujaba
a perseguir sin piedad a los cristianos. Se comprende que esta cualidad
preparó a Pablo para su vocación.
Pablo recurría no a los más humildes e ignorantes, sino a los más respeta-
dos religiosos del mundo, a los hombres que tuvieron una parte al entregar
a Cristo a la muerte, hombres que poseían el espíritu y el modo de pensar
de Caifás y los de su círculo. Saulo pensaba que, si esos grandes hombres
tenían a disposición de ayudarle, sin duda podrían terminar con ese puñadi-
to de fanáticos.
Al hablar de su vocación, Pablo la hace remontar mucho antes del acon-
tecimiento que se produjo en el camino de Damasco. Afirma que “Dios lo
había llamado por su gracia, desde el vientre de su madre” (Gálatas 1:15).
Elena G. de White dice: “Saulo de Tarso sobresalía entre los dignatarios
judíos que se habían excitado por el éxito de la proclamación del Evange-
lio... Los rabinos lo consideraban como un joven muy promisorio, y acaricia-
ban grandes esperanzas respecto a él como capaz y celoso defensor de la
antigua fe. Su elevación a miembro del Sanedrín lo colocó en una posición
de poder” (Los Hechos de los Apóstoles, p. 92).
Aplicación:
Es por eso que el Señor nos llama por lo que somos, por la sinceridad que
tenemos, por las cosas espirituales, ¿habrá alguien que quiere ser sincero
con Dios?
II. OYÓ LA VOZ DE CRISTO VIVO (HECHOS 26:14)
La Sagrada Escritura es la historia de la relación de Dios con la Humani-
dad. Una historia llena de encuentros fortuitos y de encuentros intenciona-
dos, una historia llena de nombres.
Resulta sorprendente la cantidad de relatos de encuentro que se hallan en
la Biblia: desde Abraham, Moisés, Isaías, Jeremías, Ezequiel, y una muche-
dumbre enorme de testigos hasta Zacarías, María, Pedro, Andrés, Santiago,
Juan, Natanael, Mateo, Pablo... y una larga serie que atraviesa la historia y
llega a nuestros días.
Pablo no busca a Cristo, sino todo lo contrario: busca destruir el camino,
metiendo en la cárcel a los discípulos de Jesús. Pero Jesús sí busca a Pa-
blo. Y se produce el hecho -muy especial- del encuentro; especial porque
estamos después de la Resurrección, y se produce de manera muy perso-
nal y fuerte. Es Jesús quien plantea la pregunta: ¿Por qué me persigues?

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De entrada se introduce el tema de la relación personal, que Pablo asume
totalmente: ¿Quién eres, Señor?
Saulo oyó y comprendió la voz que le habló, mientras que sus compañeros
oyeron su sonido, pero no entendieron lo que se dijo (9: 7). Saulo pensaba
que estaba sirviendo a Dios por atacar cruelmente a los cristianos, pero
descubrió que estaba luchando con Dios.
Aplicación:
Esto ha sido tristemente cierto a través de la historia. Con frecuencia, los
que están convencidos de que le están haciendo un favor a Dios, están
haciendo mucho de la peor persecución y tortura jamás practicada.
Elena G. de White refiere: “Temerosos y casi cegados por la intensidad
de la luz, los compañeros de Saulo oían la voz, pero no veían a nadie. Sin
embargo, Saulo comprendió lo que se le decía, y se le reveló claramente
que quien hablaba era el Hijo de Dios. En el glorioso Ser que estaba ante
él, reconoció al Crucificado. La imagen del Salvador quedó para siempre
grabada en el alma del humillado judío. Las palabras oídas conmovieron su
corazón con irresistible fuerza. Su mente se iluminó con un torrente de luz
que esclareció la ignorancia y el error de su pasada vida, y le demostró la
necesidad que tenía de la iluminación del Espíritu Santo” (Los Hechos de
los Apóstoles, p. 94).
Hoy el Señor nos llama, nos habla constantemente, ¿habrá alguien que
quiere oír la voz de Dios?
III. FUE OBEDIENTE AL LLAMADO DE DIOS (HECHOS 22:10)
Es notable la docilidad de Saulo al llamamiento de Dios. Venía a Damasco
con voluntad firme de perseguir a los cristianos violentamente y he aquí
que deja todo lo que quería hacer y no busca ya más que conocer la volun-
tad de Jesús. Se ofrece con una disponibilidad sin límites. Su generosidad
al servicio de Cristo.
Saulo es el modelo de la aceptación de la vocación. Para él, el llamado
echaba por tierra su vida y sus convicciones.
La vocación, llamamiento para seguir a Cristo, es siempre un llamado a
unirse a su sacrificio, compartir su Pasión para cooperar a la salvación del
mundo. A los que llama especialmente para ser sus apóstoles y testigos,
Jesús les muestra todo lo que tendrán que sufrir por su nombre, por amor
de Él. Pablo fue llamado por Dios de una manera extraordinaria en “el cum-
plimiento del tiempo”, para llevar la luz del evangelio a los gentiles.
Aplicación:
Elena G. de White dice: “La conversión de Saulo es una impresionante evi-
dencia del poder milagroso del Espíritu Santo para convencer de pecado a
los hombres. Él había creído en verdad que Jesús de Nazaret menospreció
la ley de Dios, y que enseñó a sus discípulos que ella no estaba en vigor.
Pero después de su conversión, Saulo reconoció a Jesús como Aquel que
había venido al mundo con el expreso propósito de vindicar la ley de su
Padre. Estaba convencido de que Jesús era el originador de todo el sistema

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judío de los sacrificios. Vio en la crucifixión el tipo, que se había encontrado
con la realidad simbolizada; que Jesús había cumplido las profecías del
Antiguo Testamento concernientes al Redentor de Israel” (Los Hechos de
los Apóstoles, p. 98).
CONCLUSIÓN
Dios nos llama de diversas maneras para anunciar el evangelio en el
momento más apropiado a las personas que aún no conocen de Él, llamó
a Saulo porque el “era sincero de corazón, él oyó la voz de Dios y estuvo
dispuesto para llevar el mensaje a los gentiles” (Hechos 9:15).
LLAMADO
Dios tenía planes muy diferentes para Saulo, planes que nunca habría po-
dido prever por sí mismo: este judío no solamente predicaría que Jesús era
el Mesías, ¡predicaría entre los gentiles!
¿Habrá alguien que quiere ser instrumento útil en las manos del Señor
para ir a los gentiles que aún no conocen del Señor?

Oremos
Pr. Tonny Quispe
Evangelista MLT

Etapa de siembra
Objetivo:
1. Concretar los estudios bíblicos propuestos.
2. Equipar a los MV para que tengan los materiales necesarios para la
tarea misionera.
3. Identificar el territorio en donde se piensa trabajar a través de los GP.
Conceptos Blanco propuesto Blanco alcanzado
Número de instructores bíblicos.
Número de parejas misioneras.
Número de estudios bíblicos.
Número de grupos pequeños.

Número de actividades de acer-


camiento a la comunidad.

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