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Cárcel de Nanclares de la Oca

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Centro Penitenciario de Nanclares de la Oca
Cárcel de Nanclares
Nanclares de la Oca - Centro penitenciario 1.jpg
Localización
País España
Ubicación Bandera de España España
Bandera del País Vasco País Vasco
Bandera de Álava Álava
Iruña de Oca (municipio)
Nanclares de la Oca
Coordenadas 42°49′27″N 2°47′46″O
Información general
Usos Prisión
Inicio 1940
Finalización 2011
Construcción 1943
Propietario Viceconsejería de Justicia del Gobierno Vasco
Detalles técnicos
Plantas 2
Superficie 60 hectáreas
[editar datos en Wikidata]
El centro penitenciario de Nanclares de la Oca fue una prisión española, situada en
la localidad del mismo nombre en la provincia vasca de Álava. Se ubica fuera del
núcleo urbano de Nanclares (a 1 km hacia el Este aproximadamente) y ocupa unas 60
hectáreas del denominado montecillo de Gárabo, a orillas de unos meandros del río
Zadorra. En 2011 todos los reclusos fueron trasladados al nuevo Centro
Penitenciario Araba/Álava, situado en la misma localidad de Nanclares de la Oca.
Pese a ya no albergar reclusos, en 2021 sus instalaciones cambiaron de propiedad al
Gobierno vasco. A día de hoy, está por decidir qué hacer con la antigua cárcel.

Índice
1 Historia
2 Diseño
3 La nueva cárcel
4 Futuro de la antigua prisión
5 Referencias
6 Enlaces externos
Historia
En diciembre de 1940,1 un primer destacamento formado por unos cien prisioneros de
los batallones de trabajo n° 24 y 201, víctimas de la Guerra Civil Española,
comenzó a construir unos barracones y las demás instalaciones que, en adelante,
serían un campo de concentración y trabajo. Para ello hizo falta la tala de bosques
con el fin de conseguir madera, lo que provocó enfrentamientos con los vecinos de
los pueblos cercanos.

Aunque el recinto tardaría tres años en ser terminado, ya desde el principio


numerosos prisioneros de guerra opositores al franquismo, presos comunes y
homosexuales fueron trasladados a Nanclares y comenzaron a ser tratados tal y como
lo dictaban las leyes del régimen y las propias normas del centro, elaboradas por
el máximo responsable de la Dirección General de Seguridad, José Finat y Escrivá de
Romaní. Los encarcelados fueron sometidos a trabajos forzados durante toda su
estancia en el campo, que consistían en picar y transportar piedra de canteras
cercanas o realizar diversas tareas como la construcción de carreteras,
ferrocarriles, o incluso a participar en reformas como la de la Casa-Seminario de
los Hermanos Menesianos en el pueblo de Nanclares.
Abundaban el hambre y la desnutrición, lo que añadido a la poca higiene del recinto
llevó a la propagación de multitud de enfermedades, como la tuberculosis o la
disentería y el empeoramiento de cardiopatías que eran comunes entre los
prisioneros, por lo que muchos de ellos terminaron muriendo.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el recinto comenzó a recibir a extranjeros


que huían de la ocupación alemana de Francia. Charles Foltz, corresponsal en España
de la agencia Associated Press, denunció el maltrato generalizado que recibían los
internos, informando de que tres extranjeros y once españoles habían muerto
apaleados por los guardianes; se añadía que los hombres eran castigados varios días
sin comer, se les obligaba a hacer el saludo fascista y recibían humillaciones
tales como darles el rancho atados de pies y manos para que tuvieran que comer como
perros. Estas informaciones deterioraron mucho la imagen de la dictadura en el
exterior, tal y como reflejaron los telegramas enviados por distintos embajadores a
Madrid.2

En 1945, con el final de la guerra, los colaboracionistas, soldados nazis y


españoles que se habían implicado en el estraperlo fueron trasladados a Nanclares,3
que a partir de 1947 son tratados como presos, al cerrarse este año el campo y
transformarse en prisión. Al menos 118 prisioneros murieron por la escasa
alimentación y por diversas enfermedades durante ese periodo, según los registros
de la enfermería del recinto concentracionario.2

La ya prisión de Nanclares siguió funcionando tal cual hasta finales de los años
70, cuando el recinto fue reformado por iniciativa de la Dirección General de
Instituciones Penitenciarias para acoger a 460 presos. La cárcel sería reinaugurada
en 1981.

Con el paso del tiempo, la prisión fue aumentando en número de reclusos llegando en
2007 a acoger a más del 50% del total de presos en el País Vasco, lo que suponía la
superpoblación de la cárcel y motivó la decisión de llevar a cabo la construcción
de una nueva prisión de gran tamaño.

Diseño

Edificio principal del antiguo centro penitenciario


En el momento de su construcción en los años 40, su diseño era similar al de los
campos de concentración nazis; trapezoidal y formado por ocho barracones cuyas
entradas principales se orientaban al Sur. Estos eran controlados por una única
torre de vigilancia y un puesto de custodia en cada vértice.

Un tiempo después se añadió una doble alambrada de espino, y un nido de


ametralladoras en la torre principal barría por completo el patio principal.

Entre sus instalaciones se encontraban enfermería, zona de aislamiento, cocina,


servicios médicos, serrería y vestuario.

En su reforma se eliminó la arquitectura relacionada con el campo de concentración


y se procedió a construir 4 módulos diferentes; uno para mujeres y el resto para
hombres. Tenía un total de 560 celdas de 8 metros cuadrados cada una.

Además, se habilitaron viviendas para los guardias civiles y ertzainas que


quisieran residir allí.

La nueva cárcel

Panorámica lejana del nuevo Centro Penitenciario de Álava, o Cárcel de Zaballa


En marzo de 2006, se anunció que interior cerraría la cárcel de Nanclares y que
construiría otra en terrenos cercanos, al quedarse esta obsoleta y sin sitio para
más presos.4 Finalmente, las obras comenzaron a finales de 2008 en el antiguo
polvorín militar de Zaballa, en las faldas del monte San Miguel, muy cerca del
pueblo de Subijana de Álava (perteneciente al municipio de Vitoria), pero todavía
dentro del término local de Nanclares de la Oca. A pesar del gran rechazo a las
obras, éstas se desarrollaron sin grandes problemas y en 2011 la nueva cárcel fue
inaugurada.

Es llamada popularmente macrocárcel, debido a su tamaño equivalente al de 18 campos


de fútbol (80.000 m²), y para muchos sus instalaciones son excesivas y un lujo para
lo que pretende ser. Cuenta con gimnasio, piscina, 720 celdas de 13 m² cada una,
polideportivo, biblioteca, y aulas de informática y música entre otras.

Carece de torres de control y vigilancia aparentes aunque más de 200 cámaras de


televisión vigilan cada rincón con un sofisticado sistema de última generación. Su
perímetro de seguridad, de 3 kilómetros, está formado por cinco vallas y muros de
hasta seis metros de altura, algunos dotados de alambradas antifuga.

La denominación oficial de la prisión es "Centro Penitenciario de Araba/Álava"


aunque es conocida como "Cárcel de Zaballa", por ser el nombre de la zona en la que
está construida.

Futuro de la antigua prisión


El objetivo con el que se construía la nueva cárcel fue la de cerrar la existente.
De hecho, eso se afirmaba desde la mayoría de las instituciones.5 Sin embargo, una
vez inaugurada la nueva prisión y trasladados los presos, la cárcel de Nanclares
continúa teniendo uso penitenciario, ya que los presos de tercer grado, entre
otros, siguen instalados en ésta.

El alcalde de Iruña de Oca, afirmó que su objetivo era el que los terrenos de la
vieja cárcel se devolvieran al pueblo con el fin de aprovechar la zona con fines
turísticos u otros, pero siempre en beneficio del municipio.6

Referencias
Góngora, Francisco (11 de diciembre de 2011). «Holocausto en Nanclares».
elcorreo.com. Consultado el 29 de febrero de 2020.
Hernández de Miguel, Carlos (2019). Los campos de concentración de Franco. Penguin
Random House. pp. 444-447. ISBN 978-84-666-6478-3.
Unidad cívica por la república. «Miranda, una prisión para la memoria».
El País. «Interior cerrará la cárcel de Nanclares por obsoleta y hará otra nueva
al lado».
El Correo. «Nanclares tendrá una solo cárcel».
EITB. «"Daremos al antiguo penal uso turístico».

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