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Joaquín Silva
Introducción
1
Cf. Mc 10,14; Mt 18,3; Aparecida, 438.
inconsistencia de la religión. Y así podríamos seguir con otra serie de ejemplos:
“dime qué entiendes por religión y te diré qué diagnóstico harás de ella”.
Esta sola consideración etimológica ya nos indica que en la religión hay dos
dimensiones involucradas: una más objetiva – social – comunitaria, expresada
por el concepto relegere, y otra más subjetiva – personal – individual,
2
F. SCHLEIERMACHER, Sobre la religión: discursos a sus menospreciadores cultivados, Tecnos,
1990
Madrid 1799 , 19.
3
Sigo aquí a: N. SCHIFFERS, «Religión», Sacramentum Mundi 5 (1977), 905–917.
4
Cf. M. DHAVAMONY, «Religión: Definición», in R. LATOURELLE - R. FISICHELLA - S. PIÉ-NINOT (edd.),
Diccionario de Teología Fundamental, San Pablo, Madrid 1992, 1128–1139, 1128.
expresada por los conceptos religari y reeligere. De este modo, se puede desde
aquí afirmar que:
Por otra parte, llama la atención que en el texto de Hech 17,22, recién citado,
Lucas no utilice la expresión técnica de eusebés, para indicar a quien es
5
Ibid., 1129.
6
Al respecto se puede consultar: J.Schmitz, Filosofía de la religión, Herder, Barcelona 1987, 92-
101; B. Welte, “Der Glaube und die Welt der religiösen Anschauungsformen, en: Zeit und
Ewigkeit, 150 y ss; Josef Imbach, Breve teología fundamental, Herder, Barcelona 1992, 11-23;
A.Alessi, Filosofia della religione, LAS, Roma 1991, 287-298.
7
Cf. F. STAUDINGER, «Deisidaimonía», EWNT I (1992), 675–678, 976.
“temeroso de Dios”, como lo hace en Hech 10, 2.7 y 22,12 y como se
encuentra también en 2 Pe 2,9-, sino que la expresión deisidaímon. En efecto,
el autor del libro de los Hechos reserva el concepto de eusebés sólo para
quienes adoran al verdadero Dios (cf. Hech 17,23 y 3,12 como sustantivo) 8.
Con ello quizás se está indicando ya no sólo la ambivalencia de la “religión”
(deisidaimonía), sino que también de aquellos que son tenidos por “religiosos”,
por “temerosos de Dios” (deisidaímon).
4
El culto que de aquí nace, prolonga en la historia el amor liberador de Dios por
su pueblo, es memoria viva de la fuerza y poder de Dios, es expresión de la
gratitud y de la esperanza que representan las promesas de Dios, entre las
cuales ocupa un lugar central el reinado de Dios, un concepto que tendrá dos
connotaciones importantes: el regir de Dios en acto (Jhwh melech / malach /
jimloch 13 ; y el regir para modificar y establecer un determinado orden de
cosas, como se expresa, por ejemplo, en el Salmo 96,13: "Ya llega a regir la
tierra; regirá el orbe con justicia y a los pueblos con fidelidad". Reconocer a
Dios como Rey, implica proclamar que su promesa es operante y eficaz, capaz
de crear un futuro de acuerdo a su amor: "Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo
y una tierra nueva..." (cf.Is.65,17-25).
11
Cf. H. FRIES, «Religion: IV. Systematisch», LThK 8 (1986), 1169–1172, 1169 y ss.
12
Cf. W. PANNENBERG, in W. PANNENBERG et al. (edd.), Tesis dogmáticas sobre la doctrina de la
revelación; La revelación como historia, Sígueme, Salamanca 1977, 115–146.
13
Cf. M.-T. W ACKER, «Reich Gottes: A. Biblisch», EWNT IV (1992), 38–45, 138–139.
expresa una clara conciencia de que es posible no reconocerse ya más como
creaturas de Dios, de romper la comunión con Él y con los hermanos, de ser
infieles al pacto de la Alianza, de volverse hacia los ídolos que prometen poder
y gloria. Es así que el mismo Dios que va a crear un cielo y una tierra nueva es
el que a través de los profetas condena la injusticia y la opresión de aquellos
que
Por cierto, no hay problema alguno con la piedad. En repetidas ocasiones Jesús
invita a la oración y la solidaridad. Sin embargo, la advertencia se dirige hacia
los propósitos que pueden perseguir esas prácticas en la religión, a la
hipocresía en que ellas se realizan: a través de ellas ya no se busca la relación
con Dios sino la autoafirmación de nuestra propia voluntad de poder, de tener,
de placer. Y cuando eso sucede, entonces la religión se convierte en magia, en
una práctica que a través de una serie de artilugios buscará “que lo divino se
someta al hombre”15.
por el Padre como testigo de la Verdad (Jn 18,37), Jesús dará testimonio con
su propia vida y entrega de aquello que es lo más propio, decisivo y definitivo
en la religión: reconocer el absoluto de Dios, amándolo a Él con todo nuestro
ser y amando al prójimo como a sí mismo (Cf. Mc 12,29-33). Es en absoluto de
Dios, expresado como amor a Dios y al prójimo, donde se fundamentan “toda
la ley los profetas” (Mt 22,40).
En los hechos y palabras de Jesús se cumplen las promesas de Dios (Lc 7,19),
la realidad se comienza a transformar en favor de los que han sido excluidos y,
por ello, a esta irrupción del reino corresponde la constitución de una
comunidad que sea signo escatológico del nuevo Pueblo de Dios (cf. Mc 3,14).
La llamada de Jesús a estar con Él y a compartir su misión no acontece en un
espacio privado e íntimo, sino que es principio y germen de una comunión
universal que se manifestará en Pentecostés, cuando el Espíritu sea derramado
“sobre todo carne” (Hech 2,17), según lo había ya anunciado el profeta Joel.
Jesús constituye una comunidad de discípulos y discípulas para ser, en Él y por
la fuerza de su Espíritu, sal de la tierra (Mt 5,13) y luz del mundo (cf. Jn 8,12;
Mt 5,14). La “religión”, de este modo, no se queda en el círculo autorreferido,
sino que se convierte en testimonio vivo de Aquel que pasó entre nosotros
haciendo el bien (Hech 10,38).
“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que
he oído de Mi Padre” (Jn 15,15).
16
K. BARTH, Kirchliche Dogmatik. I/2: Die Lehre vom Wort Gottes, I/2, Evangelischer Verlag A.G.,
Zollikon-Zürich 1960, 355..
17
Cf. P. HÜNERMANN, Jesus Christus: Gottes wort in der Zeit. Eine systematische Christologie,
Aschendorff, Münster 1994.
primeras comunidades querrán cuidar y defender “la libertad que tenemos en
Cristo Jesús” (Gal 2,4). Esta religión no es de esclavos, sino de hombres y
mujeres libres, porque han experimentado realmente que “para la libertad nos
liberó Cristo” (Gal 5,1).
2. Tomás de Aquino
La religión se diferencia de la fe
18
Cf. P. FERNÁNDEZ, «Tratado de la religión: Introducción a las cuestiones 80-100», in Suma de
Teología, IV: Parte II-II (b), B.A.C, Madrid 1994, 3–19..
19
Cf. M. ROSE, Fides caritate formata: das Verhältnis von Glaube und Liebe in der Summa
Theologiae des Thomas von Aquin, Forschungen zur systematischen und ökumenischen
Theologie 112, Vandenhoeck & Ruprecht, Göttingen 2007, especialmente, pp. 265–287..
20
De civitate Dei X 6: PL 41,283. P. FERNÁNDEZ, «Tratado de la religión: Introducción a las
cuestiones 80-100»..
21
Cf. II-II q.81 a.5.
22
Cf. P. ENGELHARDT, Thomas von Aquin. Wegweisungen in sein Werk, Benno, Leipzig 2005, 246 y
ss..
23
Cf. H. DÖRNEMANN, Freundschaft: Die Erlösungslehre des Thomas von Aquin, Echter, Würzburg
Book, Whole, 52 y ss.
24
Cf. II-II q.81 a.5.
la fe, sino la profesión de fe mediante algunos signos exteriores” 25 . La
distinción entre fe y religión permite comprender relación entre amabas como
unidad dinámica, como dimensiones que se requieren sin anularse, como
prácticas que deben expresar tanto la acción de Dios como del hombre.
Comprender la religión como virtud implica entenderla también como acto libre
del hombre y de la mujer, como una acción que no admite coacción externa,
sino que se realiza movido por una conciencia libre y voluntaria 31 . Por ello,
Tomás establece una analogía entre el siervo que obedece con gusto a su
señor y quien tributa a Dios la debida servidumbre: “… también el siervo puede
prestar gustoso el acatamiento que debe a su señor, y, en este caso, hace de
la necesidad una virtud, cumpliendo voluntariamente su deber32.
25
II-II q.94 a.1 ad 1; cf q.97 a.3 ad 1.
26
Por ejemplo: en la crítica protestante de la religión; o en la idea de los “cristianos anónimos” de
K.Rahner; o en la comprensión de las posibilidades de la salvación fuera de los márgenes
visibles de la Iglesia, según el Vaticano II.
27
II-II q.85 a.4.
28
II-II q.85 a.4 arg.2.
29
II-II q.85 a.4 ad 2.
30
II-II q.85 a.4 co.
31
En este sentido C.Michon ha mostrado cómo el planteamiento de Tomás se aparta tanto del
intelectualismo como del voluntarismo C. MICHON, «Le libre arbitre», in T.-D. HUMBRECHT (ed.),
Saint Thomas d’Aquin, Les cahiers d’histoire de la philosophie, Éd. du Cerf, Paris 2010, 237–
272, 251–260..
32
Al respecto véase T.-M. HAMONIC, «Obligation et devoir», in T.-D. HUMBRECHT (ed.), Saint
Thomas d’Aquin, Les cahiers d’histoire de la philosophie, Éd. du Cerf, Paris 2010, 273–316..
La analogía, por lo que tiene de desemejanza, pudiera dar lugar a una
comprensión equivocada de la “necesidad” de la religión, del culto debido a
Dios, del ordenamiento de la existencia hacia Dios. En el caso de la relación
señor y siervo, o amo y esclavo, el señor requiere de la servidumbre de sus
siervos; el trabajo y la vida de sus siervos le reportan un claro beneficio para
su bienestar. Sin embargo, en el caso de la relación entre Dios y el hombre, en
primer lugar, la relación no es la de amo – esclavo, ni la de Señor – siervo,
sino la de Creador – creatura 33 y, más radicalmente aún, la de amigos (Jn 10
33
Josef Pieper piensa que a Tomás bien se le podría nombrar “Thomas a Creatore, Thomas von
Gott, dem Schöpfer“, por cuanto ha llevado hasta las últimas consecuencias la idea de que el
mundo ha sido creado y que fuera del Dios creador y la creatura no hay un tercero. En esta
comprensión, piensa J.Pieper „Zweierlei vor allem ist darin mitausgesagt. Das erste ist, [...] der
Schöpfer gerade nicht ein Deus extramundanus, sondern mit der Kreatur aufs engste verbunden
sei und wirke: „Notwendig ist Gott in allen Dingen, und zwar auf die innigste Weise (intime)“. Und
die zweite: Die Verfasstheit und Struktur der uns vor Augen liegenden Welt wie auch des
Menschen selber ist ganz und gar durch ihre Kreatürlichkeit bestimmt“ J. PIEPER,
«Kreatürlichkeit. Bemerkungen über die Elemente eines Grundbegriffs», in L. OEING-HANHOFF
(ed.), Thomas von Aquin 1274-1974, Kösel, München 1974, 47–71, 47–48..
34
Como explica Miriam Rose, “Gott selbst ist amor amicitiae. Weil Gott Wille ist, ist er auch Liebe;
denn Liebe ist die erste und grundlegende Willensbewegung. Diese Liebe, die Gott ist richtet sich
auf das vollkommene bonum, das Gott selbst ist. Diese Liebe Gottes zu sich selbst ist der Hl.
Geist, der Person ist als die Liebe zwischen Gott Vater und Gott Sohn. In dieser Liebe zwischen
Vater und Sohn will Gott zugleich auch die Schöpfung , der er als ihr bonum das Sein will“ M.
ROSE, Fides caritate formata, 284..
35
Cf. H. DÖRNEMANN, Freundschaft: Die Erlösungslehre des Thomas von Aquin, 170–186..
36
II-II q.81 a.7 co. Así también en otros lugares del Tratado sobre la religión: “a Dios no le
ofrecemos cosa alguna porque pueda serle útil, sino para gloria suya y utilidad nuestra” (II-II q.81
a.7 ad 2); “… no hacemos una promesa a Dios porque suponga algo útil para Él, sino por lo que
tiene de útil para nosotros” (II-II q.88 a.4 co.); “… lo que a Dios damos no es útil para Él, sino
para nosotros” (loc.cit.); “…tales actos exteriores no se ofrecen a Dios como si tuviese necesidad
de ellos…” (II-II q. a.7 ad 2); et passim.
37
II-II q.80.
Esta deficiencia es propia de la religión y nunca podrá ser satisfecha. De allí
que la religión no se constituye desde el hombre, sino que desde una relación
marcada por una asimetría radical, es la relación de la creatura con el Creador,
la relación del hombre con el principio y fundamento de su existencia, de todo
cuanto es38. Es así que en la religión se expresa una desproporción inherente,
una insuficiencia, una deuda que jamás se podrá pagar totalmente.
Luego de discutir si la religión era una virtud anexa a la justicia, Tomás inicia
su Tratado preguntando si la religión ordena al hombre sólo a Dios (II-II q.81).
¿Por qué esta pregunta? Porque hay una serie de testimonios, tanto en la
Escritura como en la Tradición que indican que la religión está, efectivamente,
orientada al servicio y amor del prójimo. Por ejemplo, recuerda Tomás (II-II
38
Como ha mostrado Emery, “Loin d’être marginale, l’analyse philosophique de la relation revêt
une importance décisive pour l’élaboration de thèses théologiques fondamentales La relation se
trouve au cœur de l’intelligence métaphysique de l’unité et de la pluralité, dan le monde créé
(universes «ordonné ») et en Dieu lui-même” G. EMERY, «Ad aliquid: La relation chez Thomas
d’Aquin», in T.-D. HUMBRECHT (ed.), Saint Thomas d’Aquin, Les cahiers d’histoire de la
philosophie, Éd. du Cerf, Paris 2010, 113–135, 135..
39
II-II q.91 a.1 co.
40
II-II q.91 a.1 co.
q.81 a.1), está el texto de Santiago: “La religión pura e inmaculada ante
nuestro Dios y Padre consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones y conservarse sin mancha en este mundo” (St 1,27); o el texto
del Apóstol a los Gálatas: “Servíos los unos a los otros por la caridad”.
También un texto de san Agustín habla de la “ambigüedad” del concepto de
religión por cuanto incluso entre los doctos se habla de que “debemos cumplir
deberes de religión con los parientes, con los afines y con todos nuestros
amigos” 41 . Estos y otros testimonios expresan la inseparabilidad del amor a 12
Dios del amor al hermano. Sin embargo, lo que Tomás quiere dejar establecido
–sirviéndose para ello de un análisis etimológico de la palabra religión 42 - es
que ella “propiamente importa orden a Dios: “pues a Él es a quien
principalmente debemos ligarnos como principio indeficiente, a Él debe tender
sin cesar nuestra elección como a fin último, perdido por negligencia al pecar,
y El es también a quien nosotros debemos recuperar creyendo y atestiguando
nuestra fe” (II-II q.81 a.1 co.).
3. Schleiermacher
41
Agustín, De Civ. Dei, X (ML 41,279).
42
Se trata del análisis que hace San Isidoro en Etymol. y que Tomás transcribe así: “… la palabra
religión proviene, según parece, de releer lo concerniente al culto divino, por el hecho de que a
estas materias hay que darles muchas vueltas en nuestro interior, según se nos manda en Prov
3,6: En todos tus caminos, piensa en Él. Aunque también pudiéramos suponer que también se
llama así a la religión por nuestra obligación de reelegir a Dios, a quien por negligencia hemos
perdido, como dice San Agustín en el X De Civ. Dei. O puede asimismo pensarse que la palabra
religión se deriva de religar, y de ahí la frase de San Agustín en el Libro De vera relig.: La
religión nos religa al Dios único y verdadero” (II-II q.81 a.1 co.).
43
F. SCHLEIERMACHER, Sobre la religión, 35.
44
Ibid., 20.
el mayor desprecio hacia la religión querer trasplantarla a otro ámbito para que
ella preste ahí sus servicios y muestre su eficacia”45.
“La intuición del Universo, os ruego que os familiaricéis con este concepto,
constituye el gozne de todo mi discurso, constituye la fórmula más
universal y elevada de la religión, a partir de la cual podéis localizar
cualquier lugar en la misma, a partir de la cual se pueden determinar de la
forma más precisa su esencia y sus límites. Todo intuir parte de un influjo
de lo intuido sobre el que intuye, de una acción originaria e independiente
del primero, que después es asumida, recopilada y comprendida por el
segundo de una forma acorde con su naturaleza”46.
“La religión hace que para un espíritu piadoso todo sea sagrado y valioso,
incluso lo profano y lo ordinario, todo lo que percibe y no percibe, lo que se
halla en el sistema de sus propios pensamientos y es acorde o no con su
forma peculiar de obrar” 50.
45
Ibid., 24.
46
Ibid., 38.
47
Ibid., 35.
48
Ibid., 36.
49
Ibid., 38.
50
Ibid., 44–45.
no quiere reducirlo todo a mismo actuar y saber, “no intenta situar a aquellos
que creen y sienten bajo una misma fe y un mismo sentimiento”, “rehúye con
repugnancia a la banal uniformidad”, sólo busca abrir los ojos de los hombres a
la “intuición del Universo”, a la “divina exuberancia” 51 . La religión es ese
espacio de la abundancia, de la exuberancia, de lo infinito; y, como tal, él es
negado cuando se reduce al concepto o a la acción, cuando queda sujeto a la
representaciones y voluntades de los hombres.
14
La religión es por ello una instancia crítica de todo intento de cercenar las
potencialidades del espíritu humano, es resguardo y garante último de la
libertad, “la religión es –afirma Schleiermacher- la única enemiga jurada de
toda pedantería y de toda unilateralidad”53.
“Creer lo que comúnmente se designa con este nombre, admitir lo que otro
ha hecho, querer volver a pensar y a sentir lo que otros han pensado y
sentido, es una servidumbre dura e indigna, y en vez de constituir lo
supremo en la religión, tal como se piensa, es algo de lo que se ha de
liberar precisamente quien desee penetrar en su santuario”54.
51
Ibid., 43.
52
Ibid., 44.
53
Ibid., 44–45.
54
Ibid., 79.
55
Cf. Ibid., 46.
subjetividad sólo se constituye en la alteridad, siendo Eva la que permite al
hombre reconocerse a sí mismo, a Dios y al mundo. Recordando el pasaje de
Génesis 2, escribe así:
Conclusiones
experiencia que transforma la existencia humana. Por cierto, siempre hay una
información, pero se trata de una información existencial. En la perspectiva de
J.H. Newmann se puede distinguir –sin separar- entre asentimiento nocional y
asentimiento real: este último no elimina el primero, pero le ofrece el espacio
existencial –personal y social- para su realización 59 . Por cierto, hay una
cuestión de acentos y que, en general, están condicionados biográfica, social y
culturalmente. Habrá momentos en que prime más el momento más subjetivo-
existencial (fiducial) y, otros, en que lo decisivo sea el poder comprender y
comunicar la razonabilidad del creer en Jesús de Nazaret como Señor de la
historia. No es difícil comprender por qué el acto de fe incluye la aceptación del
contenido de la revelación como verdadero. Como lo ha expresado Alfaro: “La
fe vive de la realidad de su objeto, que es la intervención salvadora de Dios
por Cristo; sin esta realidad el acto de fe carece de contenido y se reduce a
una actitud puramente subjetiva. Si el evento de Cristo no es real en sí mismo,
tampoco es real para mí y no me es posible vivirlo como real (Gál 2, 20; Rom
4, 24.25; 2 Cor 5, 15)” 60.
Phänomenologie der Religion. Zugänge und Grundfragen, Karl Alber, Freiburg//München 2004,
175–180.
59
F. J. CABRERO PICO, Conocimiento nocional y conocimiento real en la obra de John Henry
Newman: la distinción nocional/real como clave interpretativa de la obra de John Henry
Newman, Facultat de Teologia de Catalunya, Institut de Teologia Fonamental, Barcelona Book,
Whole; J. H. NEWMAN, El asentimiento religioso: ensayo sobre los motivos racionales de la fe,
Herder, Barcelona Book, Whole.
60
J. B. ALFARO, «Glaube», Sacramentum Mundi II (1968), 390 – 409.
61
F. SCHLEIERMACHER, Sobre la religión, 80.
62
Ibid., 82.
idea de Dios o alguna acción respecto de él, tampoco ella se constituye sobre
una idea de inmortalidad como un futuro lejano que niega la temporalidad, el
presente histórico: “En medio de la finitud, hacerse uno con lo Infinito y ser
eterno en un instante: tal es la inmortalidad de la religión”63.
Todo es religión – Nada es religión. Pareciera que entre estos dos polos se
desplaza la comprensión de la religión. Ante la dificultad de sostener esta
tensión se opta por identificar la religión con la institucionalidad religiosa, con
la formas objetivas en que ella se realiza, con las doctrinas, cultos y prácticas
éticas que la visibilizan en la cultura. Pero hay una universalidad-catolicidad
que es inherente a la religión, que le viene dada –justamente- de su ser
expresión histórica de lo Infinito, Eterno, del Todo. La religión existe en esa
referencia universal y, por ello, no puede aceptar ninguna particularidad,
tampoco “religiosa”, como la realización plena de esa universalidad.
63
Ibid., 86.
aquella más social e histórica que acontece en una comunidad de hombres y
mujeres que públicamente le confiesan y le sirven. Los estudios de la religión
adquieren mayor profundidad cuando logran reconocer ambas dimensiones,
tanto en su irreductible diferencia como también en su unidad.
Bibliografía citada
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