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Pláceme a su nombre

De tu jardín me inspiro
frescura, esperanza, aroma de mujer la tuya,
soltad las trenzas y al pasto se ancla,
coge el trinche ,bella, no hagas mas alaraca
inocente, dulce, de la concupiscencia no huyas;
de cándida no tienes más, por eso suspiro.

Por el romance gitano me esmero


aún cuando a tu mano ni de cerca siquiera llego,
supones mi intención sentida
mas no el dolor de tremenda herida,
de causa y origen leprosa
de una imagen basta, burda y ostentosa.

Romero y Yantén es bueno si acaso soñar planeo,


señorita hablar le exigo rápidamente
ante su amor infranqueable que yo deseo.

De Gustavo y Francisco resuelvo las lineas,


dulzura, no te vayas más.
Apego se siente cuando de férreas,
"fetita", si que me entenderás.

El mundo aprieta, pero no a tu lado,


libre giro e implícita te desnudas
solo tus brazos, solo tus piernas,
solo tu tronco, solo el monte, solo tu mente.
Pero el corazón, de muros contorneados y trincheras,
ni kosaco ni nazi, ni aliado ni contraliado;
Surtes bajo mundo la capa de tu soledad implantada.

Aunque a todo esto me digo: ¡Silvia !, ¡Silvia! .


o ¡Beatriz!, ¡Beatriz!.
Para Mariano no alcanzó menos para Dante.

Pero he aquí el plebeyo de pasión,


que saliendo de su Giudecca
comparte pero no maneja
el amor suyo que no tiene punto en comparación.

Destructora del más vil pensamiento


provocadora de loable mansedumbre.

Bueno Chava, respiro exhausto,


esto si que cansa.

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