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NOMBRE Y APELLIDOS ELOISA AVILA

DNI / NIF 24249314T

FECHA REALIZACIÓN 27 septiembre 2021

ACTIVIDAD PRÁCTICA
Contesta en esta hoja de respuesta a los ejercicios que se plantean. Cuando finalices, sube
este mismo archivo al buzón correspondiente.

TÍTULO: La estética en el arte.

OBJETIVO GENERAL: profundizar en el concepto de estética en relación al arte.

DURACIÓN: 3 horas.

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD:

El alumno/a tras realizar un repaso del material, abordará el concepto de estética


siendo capaz de relacionarlo con las diferentes manifestaciones artísticas.

1. Tras haber estudiado las diversas manifestaciones del arte así como el
concepto y relación con la estética, expón lo que personalmente te parece
el ideal estético de cada una de ella de las representaciones artísticas
(escultura, pintura, arquitectura).

Para emitir un juicio personal sobre el ideal estético (desde el punto de vista de la belleza) en la
pintura, escultura y la arquitectura, debería empezar hablando de lo que se considera “ideal
estético” hoy en día porque este ha variado a lo largo de la historia.

Así, para el pensamiento clásico griego, lo bello se entendía como un concepto objetivo, lógico
y racional. Para que una obra sea considerada bella, esta debía responder a los cánones
análogos a las leyes de la naturaleza: proporción, armonía, orden, ritmo… había una visión
matemático-geométrica muy estricta. No se intentaba imitar la realidad sino representar el ideal
de esa realidad.

Desde este punto de vista, una pintura, una escultura o una obra arquitectónica, será bella en
función de la proporción y la simetría de sus formas y del uso armónico y equilibrado del color y
la luz.

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Más adelante, con Kant y su Crítica sobre el juicio, la estética no se centra en el conocimiento y
apreciación del objeto por su adhesión a los cánones establecidos por la razón, sino en la
percepción por los sentidos del objeto. La belleza como experiencia estética referida a los
sentidos. Así habla de la “belleza libre” refiriéndose a la mera contemplación de la belleza del
objeto no determinada por conceptos, sino por los sentimientos que expresa y genera. Es una
experiencia subjetiva, de tal forma que una pintura, una escultura o una obra arquitectónica
será bella en función de la emoción que exprese y nos genere, independientemente de su
forma e incluso de conocer o no su significado.

Ambas ideas pueden unirse y ser complementarias. Mónica Uribe en su Interpretación estética
como experiencia del arte, habla no sólo de la emocionalidad que puede suscitar una obra de
arte y que no requiere ser explicitada por ser intuitiva, sino que además la obra conlleva un
concepto que debemos conocer para completar la experiencia estética. A esta conciliación
entre los aspectos estéticos y conceptuales de una obra, la autora lo llama “la interpretación
estética”.

Sin embargo, hoy en día nos encontramos con que el arte no aspira a emocionar sino a
reflexionar. El ideal estético prácticamente prescinde de la belleza de la forma para centrarse
en el concepto. Un concepto que debes conocer para poder tener una experiencia estética.
Mucha gente postula que si a simple vista una obra de arte no te emociona y además alguien
te la tiene que explicar, entonces no es arte. Yo discrepo. Aunque el sentido de belleza como tal
sea menos evidente, un concepto puede ser bello porque emocione, porque proporcione un
placer intelectual.

Con esta reflexión no quiero defender cualquier pieza de arte contemporáneo. Creo que hay
muchas piezas que no valen la pena y que se está abusando de la definición de arte que
ofreció Duchamp: “arte es cualquier cosa que diga el artista que lo es”. Hay que entender esta
definición en su contexto que era la necesidad de romper con la idea clásica de arte, la
necesidad de libertad de expresión y de producción.

Esta confusión que genera hoy en día la obra de arte, y que proviene sobre todo de mirar una
obra del presente con los ojos del pasado, es aprovechada por la sociedad mercantilista en la
que vivimos para cobrar precios astronómicos y seguir manteniendo un sistema que ahora no
se sustenta sobre la belleza sino sobre la expectación y la sorpresa. En ese sentido lo feo
puede ser estético y cualquier cosa ser considerada arte. Pero como hemos visto en este
bloque, el arte es un reflejo cultural, y por tanto, si el arte de hoy en día es banal, mercantilista
y está lejos de lo que se ha considerado siempre arte no quiere decir que no es arte sino que
en realidad está reflejando el tipo de sociedad en el que nos encontramos. Entonces,
deberíamos utilizar el arte de hoy en día para reflexionar sobre los valores actuales, potenciar
la individualidad frente a la masa y proponer soluciones frente a tanta desinformación.

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Quizá estemos ante una vuelta de los criterios racionales a la hora de juzgar la belleza de una
obra de arte pero no sobre lo que percibimos con nuestros sentidos, sino sobre las ideas que
suscita.

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