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os geoglifos son detallados dibujos y líneas con formas geométricas y zoomorfas que

se extienden en un área que comprende 50 kilómetros de longitud y 15 kilómetros de


ancho, localizada entre los kilómetros 419 y 465 de la carretera Panamericana Sur.

Los primeros informes sobre estas líneas datan de 1927, fruto de los primeros
trabajos del arqueólogo peruano Toribio Mejía Xespe. Luego, en 1939, el científico
estadounidense Paul Kosok llevó a cabo algunas investigaciones en el lugar.

Sin embargo, los trabajos de investigación más profundos se iniciaron en 1946


cuando despertaron el interés de la investigadora alemana María Reiche, quien se
abocaría a su estudio hasta el final de su vida.

Se tejen alrededor de estos geoglifos muchas teorías sobre su uso y origen. Algunos
investigadores datan la antigüedad de las líneas en 550 años d.C.

En cuanto a su uso, María Reiche consideró que fueron usadas por los antiguos
astrónomos peruanos como un gigantesco calendario solar y lunar.

Estas líneas tienen dos características marcadas: el gran tamaño de muchos de sus
diseños y la poca profundidad del trazo, que varía entre los 15 y 30 centímetros.

Se han reportado hasta la actualidad más de treinta figuras con formas de animales
marinos y terrestres, así como figuras geométricas y humanas.

Entre los de mayor tamaño se encuentran un pájaro de casi 300 metros, un lagarto de
180 metros, un pelícano de 135 metros, un cóndor de 135 metros, un mono de 135
metros y una araña de 42 metros.

También destacan la ballena, dos llamas, diversas aves como la garza, la grulla, el
pelícano, la gaviota, el famoso colibrí y el loro.

Por otro lado, se encuentran las imponentes figuras del mono, la araña y el
caracol, entre otros.

Turismo

Para poder divisar estas enigmáticas figuras se tiene dos opciones: vía aérea y
terrestre.

En la Panamericana Sur, sobre el sitio arqueológico, se dispone una torre metálica


conocida como El Mirador donde se observan claramente dos de las famosas figuras:
las manos y el árbol. Además de estos diseños se visualizarán formas geométricas y
muchas líneas que atraviesan el desierto.

Los visitantes también tienen la opción de ver las famosas líneas por vía aérea,
por tal motivo se tiene que ir al aeropuerto María Reiche en Nasca, donde se puede
abordar las avionetas que prestan el servicio y realizar un vuelo de 30 minutos
donde se podrán divisar las principales figuras.

Las líneas y geoglifos de Nasca, junto a las Pampas de Jumana, fueron incluidas en
la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco el 17 de diciembre de 1994.

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