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ArielHistoria Matthew Johnson

Teoría
arqueológica
Una introducción

EditorialAriel, 8.A
Barcelona
70 T EüR iA ARQ U EOLÓGICA. U NA I NT ROO UCCl Ú N

glas del comportamien to político. Por ello, est os autores pretenden


desenmascarar la natura leza política de estas reglas.
Sus op on en tes rep lican : si abandon amos los criterios pos itivis-
ta s, ¿qué qu eda ? Si ace ptamos los puntos de vist a de Shan ks y Ti-
lley, ¿no res ultará qu e co nve rt ire mos las creencias en la m agia o
en fuerzas mi s teri osas en algo tan «cien tífico » co mo el debate ra-
ciona l? Otros preguntan: ¿podre mos rea lme nte sa lva r a lgo del
na ufragio si hemos de aba ndo nar el positivismo? Y de es ta mane-
ra el debat e no ces a. No hay una res pues ta ún ica a tu pregunta: CAPIT GLO 4
deb erás escoger por ti mismo qu é es lo que más te conven ce. Todo
este lipa de cu es tion es volverán, no o bsta nte, a ser plan teadas en CONTRASTAR LA TEORÍA DE ALCANCE MEDIO
posteriores cap ítu los, cu ando examin em os las propuestas de la ar- Y LA ETNO ARQUE OLOGÍ A
qu eología postprocesua l.
E l mi smo tipo de pregun tas que se hace la a rqueología co n re-
lación a l debate so bre el positivismo se la s bacen prá ctic a mente E n este capítu lo volvemos a la figura 2.1 y a l abismo qu e se pa-
toda s las demás ciencias so cia les . Los psicólogos eo nd ue tistas a fir- ra el presente del pasad o, pero al preguntarnos có mo sortear el
man que la concie ncia queda fuera del do minio de la ciencia , por o bstáculo toma mos un a ruta algo distinta que en el capítulo 3. Dix-
lo que el trabajo de los psicólogos debe ría con centrarse exclus iva- pon emos de u n material arqueológico muy con creto: cerá mica , pie-
mente en la conducta de la gente. En sociología , Augusto Com pte y dras, h uesos; no cabe du da de que este mat erial exis te, aq uí, en el
Ém ile Durkheim establecieron las bases del m étodo en sociología presente ; ¿CÓ I11ü actuar ento nces para que nos cue n te algo acerca
de ntro del marco del positiv ism o; su intención fue ela borar un a del pasado ?
cienc ia de la soci edad medi a nte la cual poder realizar pred icciones Si es verdad qu e todo lo que decimos sobre el pasado lo hace-
y gene ra lizacione s so bre los fenómeno s sociales de ma nera pareci- mos inevitable mente desd e el presente, también es verdad que nos
da a como se hace con los fen óm enos nat urales. Antho ny Giddens valem os de a na logías . Una ana logía es el uso de informac ión deri-
y otro s, en oposición a Durkhei m y Com p te, h an hablado de la im - vada de un co ntexto, en es te caso genera lmente el presen te, para
po sibilidad de hacer u na cienci a de la sociedad neu tra que no in- expli carnos información enco ntrada en o tro contexto, en este caso
corp ore juicios so bre las cosas. Debates similares tien en lugar en el pasado.
todas las disciplinas clasificadas co m o cienc ias soci ales: h istoria , Para ser claros: todos los arqu eólogos, proced an de donde pro-
lingüística , economía , polftiea . Muc has feministas opinan qu e la ceda n , hacen uso de a na logía s para tender un pu ent e entre el pa-
Ciencia no só lo tien e un carác te r polít ico, sino que se tra ta, so bre sado y el presente. Siempre presu m imo s qu e las cosas en el pasa -
tod o , de una cons trucc ión masculina: las reglas del «método ra - do fueron parecidas - qu izás incluso análogas- a las del presc n-
cion a l» enmascaran un se sgo masculino con un ma nto de objetivi- te. Incl uso las más mundanas interp retaciones se sostienen sobre
dad . Los arqueólogos pueden conform arse, pues, co n la idea de analogías. Considere mos, po r eje mplo, la manera que tenemos de
que su dilema epis temológico es com partido por las demás cien- asignar funcio nes a los objetos: «eso fue una vasija para gua rda r
cias sociales. Sobre si es to hace m ás llevad ero el problema, ya no ali m ent os ». Pen sa mos qu e se trat a de u na vasija pa ra guardar ali-
está ta n claro . mentos porqu e su forma (alarg ada , robu sta , po co decorada ) han'
qu e nos parezca "natura l» un uso de es te tenor en el prese nte.
Luego co nsolidamos nu es tra argu men tación con o tras ana logías .
Por ejemp lo, q ue el objeto fue enco n tra do junto a otros objetos del
m ism o tip o en una habita ción del an tiguo palacio adyacente a un
área donde se preparaba la comida , área qu e etiquetamos co n el
72 TEORíA ARQUEULOGICA. U\li\ INTRO[1l:CT10N
LA '11'",t)l·Ui\ 11I' ;\1,( i\ r-..w 1'", rvll.',I>I() 'r' 1.1\ 1;.TNOAJ<.UI'F()U)(;I,,\ 73

nombre de «cocina». Análisis químicos revelan que la vasija con-


tenía restos de comida, y una vez más, por analogía con el presen-
te, inferimos que la vasija se usó para guardar comida.
Cuantos 111ás nexos podamos establecer, con más convencimien- Teoría de
alcance medio
to aSUlnÜ110S lo análogo de las dos situaciones. Se trata de una ma- Datos estáticos Comprensión de las
(relacionar argumentos dinámicas del pasado
nera de trabajar que puede resultar a veces obvia; sin embargo, no (presente)
entre presente
deja de ser absolutamente significativa de la manera como solemos y pasado)
escribir acerca del pasado. Y C01110 tantas otras cosas obvias, la
cuestión de las analogías demanda también un examen crítico.

FJG.4.1. F.o estático del presente, las dinámicas del pasado." la teoria de alcalice medio.
Binford y la teoría de alcance medio

Lewis Binford puso con gran convencimiento esta cuestión so-


un cementerio en el que hay unas pocas tumbas con un importan-
bre el tapete en los años setenta. Mientras que las grandes cues-
te ajuar funerario y bastantes tumbas má» con un ajuar mucho
tiones estudiadas cn cl capítulo anterior estallaban con fuerza en
111ás pobre (datos estáticos); de ello inferimos una sociedad ca-
el debate teorético sobre epistemología y positivismo, Binford su-
racterizada por sus diferencias sociales (dinámicas del pasado).
girió que había cuestiones a discutir aún mucho más importantes.
Llegamos a esta conclusión porque presumimos una relación de
Para Binford, la reivindicación de una arqueología científica de-
alcance medio entre el número y/o valor del ajuar funerario Ji el es-
pendía sobre todo del problema de las analogías. Su argumento se
tatus social/económico de la persona enterrada. Un segundo ejem-
puede resumir del modo siguiente:
plo: excavamos un poblado en el suroeste norteamericano y des-
Los datos arqueológicos -piedras, huesos, cerámicas- lor-
cubrirnos que con el tiempo crece cn tamaño y número de habita-
man un registro estático en el presente. Los arqueólogos registra-
ciones. De ello inferimos que la población aurnenta. Una vez más
mos cuidadosamente piedras, huesos y trozos de vasijas, su posi-
hacemos una presunción tipo alcance medio, a saber, la dimensión
ción y distribución en el suelo en el hoy y aquí. Pero no estamos
del asentamiento, medida en términos del número de habitacio-
interesados en el hoy y aquí sino en el pasado: nuestro trabajo es
nes, ofrece una correlación directa y positiva con un aumento del
hacer las oportunas preguntas sobre estos materiales en e! presen-
tamaño de la población.
te, para saber acerca del pasado. En concreto, estamos interesados
Correctas o erróneas, (y por más obvias que parezcan a prime-
en las dinámicas de las sociedadcs del pasado, o lo que es lo mis-
ra vista las presunciones hechas en los dos ejemplos, no por ello
mo, el funcionamiento dc los sistemas culturales de! pasado, su
menos discutibles), este tipo de conclusiones pueden denominarse
desarrollo y su transformación.
presunciones de alcance medio. Tales presunciones nos conducen
y puesto que ahí está la ciencia, quc es una forma disciplinaria
desde la observación del registro arqueológico estático (enterra-
de trabajar que persigue generalizar, por las razones descritas en el
mientos en celllenterios excavados, datos obtenidos de asenta-
último capítulo, queremos desarrollar teorías generalizadoras
mientos estudiados) al establecimiento de generalizaciones y teo-
acerca de las dinámicas del pasado (figura 4.1, que es una versión
rías sobre el pasado (estructura social y jerarquización, estimacio-
diferente de la figura 2.1).
nes sobre población, vínculos posibles entre estas variables, pro-
Todos los arqueólogos ofrecen posibles vínculos entre lo estáti-
posiciones generalizadoras acerca de las relaciones entre rango,
co y lo dinámico cada vez que aventuran una interpretación sobre
tamaño dc la población y complejidad social: figura 4.1).
los testimonios arqueológicos. En la práctica, lo hacen a base de
Este tipo dc proposiciones reciben por parte de Binford la de-
hacer presunciones acerca del alcance medio, esto es, del «espacio»
notni nación de proposiciones de alcance medio porque, en sus
que media entre lo estático y lo dinámico. Por ejemplo, excavamos
propias palabras, relacionan 10 estático y lo dinámico, las observa-
74 T Eü Rf A AROU E{ )I.(J<.;ICA. UN A I N "I'I{()I)l ;U :H) N L /\ T1': Old A 111·: ,\ 1.< "I\ NC E M E DIO y LA ET '\JOi\R(J UEO LU Gi,\ 75
cio nes particul ares del registro arqueo lóg ico co n las teorías gene - r- n 100 %
f Ji
rales ac erca del pasado. En la m ayoría de los pr oyectos arqueoló-
;.:.:.:.:.:.: .: .~'~:;;'-1L
gicos que se reali zan , pi ensa Binford, la m ayor parte de las propo-
siciones qu e se formu lan no se enm arcan en teorizació n alguna ,
pues to qu e, o aparentan un b uen sentido, o p ar ecen de na turaleza
Tipologías musterienses
i'
t:----
.•
-vvrrrrrrrrn
, 1111I
1I
90%

trivia l, como cu a n do se dicen cos a s a sí: «c u a n to m ás gr a n de es el


ase nta m iento , más gente es probable q ue haya vivid o en él". ..'~ : ;,
i : ;-? .»e--
.. ¡ nffiffi
Mu c bas proposicion es del tipo «alca nce m ed io » pueden pa re-
ce r tr iviales; sin em ba rgo , cualqu ier buen científico debería hacer ( ~;:~;U·p~ e h:'e,;ense g~ 1111 1111 11 11111I 11 11 110 %

explicitas y presentar [onnalme nte sus presu nciones discipli narias.


Ferrasie ,. It , d';

Si, en cambio, las presunciones que formu lam os las damos siem - Combe
Grenal .p' ': '".•." O" Quina o¿ 111 1111 : I l ltt+H 1111 1160 %
pre po r buen as, p ermanecen en cualquier caso im p lícitas y no so n ;
con tra sta d a s, n u n ca p OdrCl110 S ofrecer o tr a cos a a la cie nci a que
Nivel 33 ......
d · P· .. ..· . .. . .. ,'.- ..
,
,, " 60
n uestras propias h istorias inco ntrastadas so bre el pasado. Y esto .. oo ' 111111111111111111 %
es as í porque el criterio q ue s irve pa ra decidir qu e un arg um ento
? , " ' -' .
:. CombeGrenal "Mastenense o.r:P ,P
es buen o y qu e otro es malo nu nca ha sido puest o de man ifiesto. r
,
Nivel 21 (K), típico ¡:P
pO
¡rH-l l lll l l l l ll ll+fAO%
••
Binford co nsecuent emente sugiri ó q ue de bíam os desa rrollar una pO
°
explícita «teorí a de alc ance med io » (MRT), que relacio nase lo es-
tá ti co del presente co n las d inámi cas del pasado.
." Combe Grenal
Nivel 36

~
0-Musteriense de
t:.. tradición
111 111: 1: [ 1[: 11'1'1'1'1
i i I ir
130
%
La única posibilidad real existen te q ue nos permit e co ns tata r oooif>' achelense J l l ll l l I I
un vínculo defini do, ci erto y m en sura ble entre un os determ inad os
mo do s de co nduc ta o dinámicas .Y su trad ucció n arq ueo lógica se
9'~p.ch de L;Aze l .auuiuuuui.: 11111 11 120 %
... Musleriense de
, Nivel 4
denticulados
encue ntra en el presen te. Nu nca podremos observ ar a un ag ricul- " I I I 11I
tor del ne olíti co fa bricando unas puntas con m a teri al de sílex o a , ...... 1 I I II I I I I ! I I II-'u-'.
un cazador pa leolítico arrancando la piel Y de sp ed aza nd o a un
anim al, para abandonar luego los hu esos mientras es perseguido
dM ~~m IG,'ji¡' ¡N1y,',111Iíl) 1,
por perros ha mbrien tos qu e le d isputan la pieza. Lo único qu e po -
Puntas 11 Raederas Grupo del 1
dem os hacer es observar actividade s com parables en el present e: 1 laterales I 1 1 I paleolítico 1· 1 1· 1
por eje m plo, prod ucció n de út iles de piedra , ac tividade s de caz a v RalJd8fBS superior Muescas UbliL'looS
«ensveeeres mas
ca rnicería, co nservación y selección de se m illas. . oonllcJladas
En nuestro present e ten emos la oportu nidad de re a lizar un de- Tipologías segun F. Bordes
tall ado y cui dadoso regis tro so bre cóm o determ in adas act ividades
o sis tem as de actividad dan luga r a un det erm inado tipo de res tos Frc. 4. 2. Típoíogics nucsteri ensas seglí l l Bo rdes, reproducidas fJOI" Biníonl (1983a),
arqueológicos . Pod em os o bservar cómo preparan y procesan el
grano determ inadas co m unida des modern as de agri cultores , o
cómo preparan .Y almacenan la ca rne comunidades m odern as de ca- Por lo ta nto debernos mi ra r al prese nte et nográfi co CO IllO fuen-
za dores-recolectore s. Tenemos la oport unidad de observar y m ed ir te q ue nos sU11a de ideas para desa rroll ar la teoría de alcance me-
co n p recisión qu é tipo de restos se prod ucen en la realización de di o. Bi nfo rd escri bió: «Mi meta ha s ido estud iar la rela ción exis-
tales ac tividades, y en qué can tid ad se pro duce n , y qu é les oc urre ten te entre lo es tá tico y lo d inámico en u n es cenario moderno. S i
luego a estos resto s com o re sultado del de sgaste y la put refacció n lo llegáram os a co m pre nde r hasta el detalle equivaldría a una nue -
(fíg ura 4.2). va P ied ra de Rosetta de la a rqueología : u na manera adecuada de
76 TE O Rí A AR O lJEO U ) G IC¡\ . L;:\'i\ l :"J T I<O JH I( '( 'I ON
1,/\ 'l'1 'J)I ~I I\ 111 , ,\ 1 ( :\ Nt 1', ,\ I I ,',IJ I() Y 1 1\ L T\!(),\ !{ t) I'I',(J I ,(){d ¡\ TI

«tra du c ir» lo estático, út iles de p iedra que en con tram os e n 111' ya - de s d ebían rec orre r las llli SI1H1S e ta pa s fu nda m e nta les d e u n proce -
cim ie n to a rqu eo lógico , en la vib ra n te vid a d el gru po de gen te que so ci viliza dor. implica ron que pudi éramo s uti liza r a las socieda des
lo s abandonó » (Bin fo rd , 19 83a: 24). Es d ecir; de la mi sma lorma «p rim itiva s» del presente co m o refere nc ia para el es tud io del pa sa -
que la Pied ra de Rosctta , a l incluir la m isma insc ri pci ó n e n tre s do prehistór ico . Así , p or ejem plo , el fa moso lib ro de Lu b boc k de
lenguas a n tiguas diferent es, perm itió a los lingü is ta s moderno s 1866 titulado Preh istoric Tim es lleva por su b títu lo (tra d u ci do) : tal
traducir de una le ngu a a otra , de m anera p arecida podríamo s in - C01 110 ilustran los res/os antiguos y los li S O S y costu mbres de los mo-
tentar encon t rar cosas qu e p ermiti er an tra n s por ta r nos del registro dem os salvajes . El li bro con tiene ilust ra c ion es ta nt o d e o bje to s
arqu eológico observa do a l pasado m ismo . prehist óricos co mo de o bjeto s con te m po rá ne o s perten ecie ntes a
Binford llamó act ualistica a es te tip o d e es tu d ios e tno grá ficos ; comunidades «pri m itivas- co rno los in uit. Bi nford .v o tros, sin cm -
es decir de observaci ó n y re gis tro, por part e de los a rq ueó logos, de bargo, sugirieron qu e es te tra bajo «ctnoa rquco l ógico» d eb ía ser r ea-
sit u ac ion es et no gráfi cas que tienen lugar en e l tie m po p resen te. lizado no por etn ógrafos sino p or arqu eó logos, co n u n o jo pue sto
Co mpar ó el regis tro arqu eológico a una h u ella encontrada en el en las anal ogías en tre p resente y pasa do. No se podía co n fia r en sa-
bosque. A la vista de u na d e tcrrni nud a h ue lla, por su Iorrn a y ta - car par tid o del tra b ajo de los e tnógra [os p orque su modo de proce -
111,-ll10, uno pu ed e co nje tu rar q ue per tenec e a un anima l gra nde y
der respondía a pr eoc upa ci ones m uy dis tint as.
pesado, a u nque no pu ed a llega r a reconoce r a l a n im a l du eñ o de la Pa ra Bin ío rd, el desarroll o de u n a teoría con sis ten te d e a lca nc e
l11 is I11 a . Má s tarde un o observa a u 11 Oso y ve c óm o d eja e n el s u el o medio era m á s impor tant e que los debat es m et a físicos sobre el es-
la 1111S013 h ue lla preci sa qu e o bservó a n le r io n n e n tc; a p arti r de tarus d e la a rqu eología como ci en cia . M ientras q u e much os de s u s
es ta observaci ón e n el p resente , a hora sí puede asegu ra r q ue la co legas pasaban el tiem po de ba tie n do so b re filosofía y ep iste m o-
hu ella ant erior hab ía sido hecha por el mi smo an im a l en el pa sado . logía , Binford partía p a r a Ala s ka pa ra es tu d ia r a los ca za do re s es-
Este tipo d e es tu d ios e n el prese n te e tnográfico es tim ula n la quima les nunamiut.
a p a ric ión de un inte rés p or la arqueologia ex perime ntal. Po r eje m -
plo, se puso en evide n c ia e l interés pOI ' la m a n u fa ctu ra y u so d e
útiles de piedra tall a da y p ulimen tada . Los res tos d e p iedra p rodu- Interpreta r e l mustericnsc
cidos en cada rase del pro ceso de m a nufa c tu ra ex pe rimental po-
dían se r comp arados con los res tos exist entes en el regist ro a rq ueo- Es muy instru cti vo cl relato del propi o Bin ford sob re los mo ti-
lógico ; se podía n también comparar la s señ a les mi croscó pi cas vos que le in d u jero n a es tu d iar c l m u st cricn se (véase su lib ro tra-
de jadas por el uso en lo s útiles p rehist óricos CO',1 la s d eja da s en la s ducido al espa ñol : 1:'.11 bu sca del pasado) , Bin ford es ta ba in ter esado
herramie ntas moder n a s qu e habían sido u sada s d e forma expe r i- desd e hacía añ os en ~ I «p ro ble m a rnu st erien sc ». E l período m us-
mental para r eali za r de terminados tr a bajos . Todo ello ta m b ié n teriense , situ ado entre e l p a leo lít ico m edi o y el su perio r, p ued e en -
co n duj o a un renova do inte ré s por la etuo arqueologia , o est u d io con t ra rse en co n tex tos d iferentes en el Viej o Mu n do , aunqu e ha
por lo s arqueólogo s d e la cu ltu r a mate ri a l del presen te. sido estu diado d e m anera m á s pro funda en el su r de Fran cia : recibe
Los arqueólogo s sie m p re ha n es ta do in teresados en el es tu d io el nombre precisam ente d e l yaci m ien to a rq ueo l ógico loca liza do e n
de la cu lt ura m a teria l de los pue blos m odernos, habiend o utili za do la cueva d e Le Moustie r,
en oc asiones m ateria l e tnogr áfico para co m p a rarlo co n el m a teria l E l must cricnse fue de fin ido y ca rac ter izad o a partir de cie rtos
ha llado en el regi stro a rq u eológico. Mu cho a n tes de q ue David tipos di stintivos de útil e s de p iedra cla sifica dos por el arq ueólogo
Clarkc publicara su es tud io sobre el poblado lac us tre de la Edad francés Fra nco is Bo rd es . Bordes se había d ado c ue nta de la va rie-
del Hierro de Glast o nb ury, s us ca bañas va habían " ido com pa rad a s dad de p roporci o nes en qu e a pa recían di st in tos ú tiles de pi edra lo-
co n las cabañas de los «na tivos " del África o rie n ta l. De hech o , este ca liz a dos en n iveles es tra tigráficos d ifere nt es, y d em os tró que po-
tipo de paralelismos fueron decisivos para e l dv xpcgue de la a r- dían clasific arse e n grupos tipo lógi cos d iferentes : «rnus ter ien se tí-
queología como di scipli n a cie n tífica. Las i,"';¡s d"e illlonón ica s vi- p ic o», «charen tien se », «rn u stcric nsc de trad ició n ac helens e », «m u s-
gen tes sobre la evolución soci al , segú n las ,", ,,,1,'s toda s las so cied a - tcriensc d e d en ticu lados», etc. (figu ra 4.2).
78 TEO l{ íA AROl.:¡':O ] .() ( ; ICA . ¡ : NA J\lT l{ t>l ll l ( '{ 'I() :\! I ,A T F () !<. II\ I J!-'. ,\ I t'i\ N (' I ', M I ;,I JICl 'r' [ ,¡\ FT '\UARU l ' I·: (lJ.{H;¡ ,\ 7<)

¿Cómo se podía interp retar es ta s va ria n tes tip o l óg íca s descu - posteridad, puesto 'lIJe no ha b ía man era alguna de dirimir cuá l de
biertas en el presente e n términ os de procesos oc urri dos en el pa- la s do s se ajus ta ba mejor a la verd ad.
sado? Bordes cre ía qu e los di stintos gru pos de útiles de piedra El deseo de producir informaci ón de alcan ce medi o qu e pu di e-
reflejaban la presen cia de diferentes gru pos cultura les. Es decir, se da r lugar a algún tip o de as idero con el que aborda r la cues tión
segu ía las pautas intelectuales de o tros a rq ueólogos tradicionales pendiente llevó ento nces a Binford a inicia r sus tra bajos de ca m po
que a su m ía n que ciertos tipos de o b jetos y con ju ntos de o bjetos co n los nunamiut. Los nunamiut , co mo gru po qu e practica la caza
identificaban a «cult u ra s » di stintas. Ot ro s a rqueólogo s, sin em - del c iervo en un entorn o natural simila r al existente en el sur de
bargo, no tenían ta n clara la form a de Interp re ta r la «varia bili- Francia en el período rnu steri en se, ofrec ía la oportu nida d de at a-
dad" existente entre los distintos gr up os t ipol ógicos . Bin ford, por car defin itivamente la cues tión . Un trab ajo pacien te co n los nuna-
ejemp lo , su girió qu e los di stint os gru pos de útil es no tradu cían miut podía dar con la resp u esta adecua da a la sigu ien te pregunta:
d ife ren tes cultu r as, sino qu e d eb ían ser interp retados, dent ro de «¿qué t ipo de aetivid ad cs de caza y recolección da luga r a los dis-
un marco ad ap t at ivo, com o «juegos de herrami ent as » d ifere n cia- tintos grupos de útiles ?".
dos fruto de la esp eciali zación . Binford qu iso probar su hi pó te- Pero antes dc seg u ir con los nunamiut y co m pro bar si el tra-
sis. Reuni ó en ormes can tidades de da tos es tad fsticos proceden tes bajo de Binford con ellos prop orcion ó los res u ltados apeteci dos
dc grupos mustcri enscs fra nceses y los proces ó, (Con ello verifi- debernos traer de nu evo a cons ideración la tcoría que su byace al
ca mos el in terés de la Nueva Arqu eología e n los mét od os cua n ti- tipo de preguntas plantead as.
tativos y cn com pren de r a fond o el co nce pto de va ria bi lidad .)
B in lo rd requ ir ió u na tremenda ca ntida d de trabajo para pro cesar
toda la inform ación , y descubri ó que había a lgunas cosas intere- Las p resunciones un iform izad ora s
sa ntes e n el materi a l reunido . Pero aq u f es ta ba el p roblem a prin -
cipa l. Bin fo rd descu b r ió que no po d ía hacer nad a con aqu el ma - Bin ford es ta blece dos co nd icio nes qu e la teoría de alc ance me-
teria l. día debe sa tisfac er:
Bin ford no tenía un a idea clara sobre qu é tip o de activ ida des o
pro cesos eran los ca usant es de aqu ello s resultad os. Había dist in tas 1. Ser independiente formalm en te del desarro llo de la teoría
explicaciones que podían ser ap ropiadas. Tanto la sugerencia dc general. Recu érdese qu e el método cien tífico tiene que ver con la
Bordes de qu e la s di sti nt as proporcio nes en que aparecían los va- comprobación de hi pót esis, y co n la importan cia de manten er se-
ri ados tipos de útil es reflejab a n la existenc ia de grupos cultu ra les parados el mét od o de la teorí a. ¿Có mo podem os hacer pruebas
diferentes , como el argumento de Bin ford de qUI; los distint os gru- en tre dos teo r ías gen erales si nue stra teoría ele alcance med io se
pos de ú tiles debían ser interp ret ad os como «juegos de herra m ien- b asa en una de ellas? Es to puede hacernos caer en el peligro de
tas » que reflejaban d istintos tip os de adap tación cultural, más una argumenta ci ón circul ar.
otras interpretaciones proced entes de especialistas en paleolítico , 2. Basarse en un a presunción uniionnizadora. En otras pala-
pa recían exp licaciones satisfactorias , al margen del número de se - bras, debemos supo ner que las co nd iciones en el pasad o era n pa -
ries estadíst icas pro cesadas por ordenador. recidas a las del presente. Si las co ndiciones en el pasado varias en
Pa ra usar la terminología del propio Binford, él di sponía de no habría lugar a ca so algu no; cua lqu ier cosa podría hab er oc urri-
m ucha in formación so bre lo está tico en el presente, pero earecia do; los es tud ios ac tua lísticos en el presente no ofrecen ni nguna
de recursos para traducirl o en d inám icas del pasad o : h teo ría de gu ía segura ace rca de lo qu c ocurrió en el pasad o.
alcan ce medi o. En definitiva , sus ideas so b re lo qu e signi fica ba n
los gru pos tipoló gicos pod ían ser contra stadas co. : las idea s de Considerem os por u n momen to la presun ción uni forrn izad o-
otros , como la s del propio Bordes, pero no pod ía reali za r tests ra . Podem os as um ir qu e las prop iedades físicas y los p ro cesos
para poder averiguar qu é id eas era n m ás ac ertadas . Los argumentos naturales (la gravedad, la estru ctu ra de las m oléc ulas, los proce-
de Binford y Bor des qu edaro n como propuestas di feren tes para la sos geol ógi cos tales co mo la rormación de suelo y la se dimen ta-
80 T EO R íA ARQ L' EOl..() ( d l' A, t :NA I NT I{( JI )[ It '( '1Oi\, l A TI -: ( l R J;\ IJI '", A l l '¡' ''\ ( ' I': MI':I)I<) y 1.1\ h T I\ O A R O U 1 ~ O [ , ( Hj J.·\ ~ I

ció n) fue ron los m ism os en el presen te que en el pasad o . Cierta- evide n tes las implicacion es del mism o co n relació n a la facilidad
m ente esta pr esunció n fu e crucial en el siglo XIX p ara el desa- de la d om esti cac ión de las ovejas en el neo lítico.
rro llo de la geo log ía mo derna , y co nsecuente m ente para el desarro- De ello se sigue q ue el desarrollo de la teo ría de alca nce medi o
llo de la cs tra tigra fía en a rq ue o log ía . El geó logo Lyell d io a rgu- puede ser rela tiva m ente plaus ible p ara áreas del regist ro a rqueo ló-
m en tos en con tra de la adscri pci ón de carac terís ticas geológicas gico dependientes de proceso s físicos o bi o lógicos, pero me n os en
tale s com o los cs tra tos de la s rocas sed im en tari a s a cat ást rofes y otras áre as. Cons id er e mos a lgu nos ejem p los:
dem ás catacli s mos , co mo las inundacio nes b íbli cas, hech os s in
paralelo en los tiem pos p resentes . En ca m b io, nos ot ros he mos de l. La prepara cion de gra no pa ra el con su m o hu m ano sól o
su po ner qu e carac te ristica s ta les co m o los es tra tos de ro ca se d i- pue de llevarse a cabo de cie rtas m a neras : la cos echa só lo pu ed e
men ta ria fue ro n c reados po r procesos obse rva bles en el presente reali za rse dura n te cierta s ép oca s del a ño: el gra no d e be se pa r arse
(co mo la se d ime ntació n ma rin a). Es cie rto, sin emb argo, qu e de la p aja, dejarse seca r, etc. Los d iferen tes pro ces os invo lucrado s
u nos po cos p ro cesos físicos so n no unifo rm es : la pro po rció n de en la recogida y procesado del grano d a n lugar a determ inados su b-
car bo no- 14 en la a tm ós fera ha va ri ado a lo largo del m ileni o , po r pro ductos co rno la paja .Y los ras tro jos que permanecen en el cam -
eje mplo . po. E l procesa miento de las cosechas pue de estu dia rse di re cta rncn-
Los pro cesos físicos pu eden hab er si do los mi sm os en el pasa- le m ed iante la cm oa rq uco log ía y la a rque ología experim ental.
d o, pero el co mpor tam ien to humano es mucho más d ivers o . Las 2 . La c rí a d e an im a les , Pod em os suponer que la forma d e co-
presu ncion es uniforrn ivad o ra s sob re el co m porta m ien to hu ma no nocer la edad de los a ni males m ed ia nte la ob serv a ci ón de las
son mu cho m ás co mplicadas dc hacer. La ley de la gra ved ad fu n- secu encias de apari c i ón de la denti ción no vari ó en cI r asad o, y
ciona en cualquier lugar y é po ca ; sin em ba rgo , las culturas hu ma- adem ás, podern os asum ir q ue la s formas de a p arca m ie n to y cría
nas se co m port an de muy d iferentes m an eras. Esta difi cu ltad es tenían lu gar con la mi sm a frecuenc ia es tacional. Es por lo tanto
part icularment e clara para el paleolítico inferior y m edi o, pe rí od os posible tomar una co lec ció n de h uesos y deter m inar, no sólo la
en los que enco n tra mos a unas es pecies de homínidos ex tingu id os edad al m ori r los a nim a les , sino tam bién la é poca del a ño en que
d istintos del !f0 /110 sapiens sap iens . Podem os debatir so bre si la estos an imales er an sacrificados. Adem ás , to d o elJo nos permite
«na tu raleza humana - o las «necesidades humanas básicas » per- realizar con ga ra n tí a s in feren cias a cerca de si los a nim ales eran
manece n co nstan tes durante o tro s períod os , pero en estos tiem pos criados para o btener carne o pa ra obtener o tros prod uctos.
tan re m o tos traba jam os co n esp ecies de hom ínidos qu e no so n 3. Para ut ilizar un e jem plo m ás marginal de exploración de
co mo nuestra especie. Por 10 tanto, no podemos asum ir qu é práct i- los lím ites de las presu ncio nes unifo r mi zadoras podemos diferen-
cas que su po nemos com u nes a tod os los gru pos humanos es tuv ie- ci a r e n tre «ca zad eros ) y «h ábita ts- e n [u nci ón de los h uesos en -
ran present es en aquel ti empo . Bin ford puntu alizó que prácticas contrados en ca da lugar. En este caso pod emos hacer sin peligro
tales como el ret o rno regular a «casa », en tend iend o por tal un presuncio nes un iforrnizadoras tales co rno q ue la relació n en tre car-
ca m pam en to no es ta ble , p udi era n ser «na tu rales» o sup ues ta s pa ra ne y h uesos pe rma ne ce co ns ta nte para cada par te de un a n im a l, y
los seres h um anos m odernos, pero no podía pr esumirs e lo mi smo por lo tanto ra zon ar q ue los cazadores se llevarían de retor no a
para los ho m ínidos del paleolítico infer io r, casa las part es de l animal m ás ri cas en carne, mientra s que dejarían
En algú n lugar a med io ca m ino entre los mu ndos físico y hu - a bando nadas la, parles menos carn osa s. S i un yac imi en to es un ca-
mano se en cu en tran las pr es un cion es referi das al comportam ien- zadero, o si en cambio es un hábitat o cam pam ento base, habrá de
to de animales y plantas. La eco logia de las plantas y de los ani- reflejars e en los diferent es tipos de huesos a ba nd onados, Gran par-
m al es no es tan r ígida co m o las leyes de la física y la quím ica, te de la invest igac ión ctnoarqueol ógica se ha ded icado a es ta blecer
p ero tampoco es ta n variable co mo el comportamiento cultural. Por hasta qu é punto este m éto do funciona correctam ente .
e jemplo, las ove jas se agr upan cua nd o se sien ten amenazadas por
un pre dador, mi entras que otras es pecie s se di spersan . En tanto (Pero qui zá no fun cion e debido " factores culturales. Un gru po
que es te comportamiento tiene un fundamento genétic o, se hacen puede ten er tabú es culturales con tra determinada parte de un ani-
82 T EORÍA ARQ UEO I .<)(;ICA. UNA I N "I'IU)( )l i t T HI N I. A T Ff H{l A 1110'. " 1.( "I\Nt' E M I;,I)fO y L A ET 'OA KQ CEO L O ( j JA 83
m al, o a la invers a, alguna part e ser primada por su s propiedades ri- po ne qu e s i los homínidos que usaban ú tiles y vivían ded icados a
tu ales. El hech o de conceder un alto valor cultural a una parle del la caza y m at an za de a nimales, ac arreand o det erminadas partes de
an imal qu e no se co rre sponde co n su valor proteínico o ca lórico pue- las capturas, y hubieran dispuesto de campam entos base, deb ería
de confundirnos. Est ud iaremos este problema a fondo más abajo.) poderse enc ontra r en tal es camp am entos un co nju nto de res tos de
Muchos de es to s es tu dios pu eden ag r u p arse bajo la den omi na- su ac tivid ad parecido a los conjuntos de re st os encontrad os en los
ción de est udi os de tafon omía. Talon o rn ía es el estud io de la fo r- há bita ts de los modernos caza do res recolectores . Lógicamente, es-
m ación del registro arqueológic o tan to a pa rti r de un co m po rt a- tos hom ínidos ret ornarían a sus bases ca rgados co n gra ndes ped a -
mi ento cultural co rn o por causas natural es. La ta fon orn ía mues- zos de car ne y dejarían po r el ca m ino só lo a lgu nas parte s de la
tra lo d ifícil qu e es rela cio nar lo qu e encontra mos en el registro ca za m enos ricas e n ca rne . Si, en cam bio, los hom ín id os fu e ran s()-
arqueológico co n las actividades en el pasado. Su desa rroll o m ás lo carro ñeros. los car nívoro s cazad ores les quitarían las pali es de In
impor tan te tiene lugar en áreas donde hay restos botá nicos y Iau - caza 111ás ric as en car ne , dejándoles sólo las partes meno s ricas
n ísticos . para ellos, ofrecie ndo u n panorama muy di ferente a nivel de restos.
Para poner un co rto ejem plo: las marcas dejad as po r los perros Segu id am ent e Binfo nl es tud ia distintos vacimientos V los d i-
en los huesos. Seb asti an Payn e ha demost ra do có mo los huesos vidc entre yaci m ien tos en los que las osamentas de los a nim ales
roídos se pudren m ás rápidamente q ue los hu esos ente ros . Los ya- fuero n tambi én aprovech adas por otros anim ales car ro ñe ros y
ci m ien tos arqueológicos cn los que hay perro s pued en d ispo ner de ya cim ie n tos e n los que es to no suced ió , Bi n fo rd es tu d ia co n gra n
un número in feri o r de huesos y qui zá de diferentes tipos de hu e- detalle los yaci m ien tos no saqueados, arguycndo en co ntra de la
sos que los yaci m ient os d ond e no hay perros. La concl us ión nega- asociación de los homín idos con los rest os de an imales. Su co n-
tiva de todo ello es que podemos llegar a interpret ar m al la econo- clusión es qu e hay algun os co njun tos de restos m eno s aparen tes
mía de yacimiento s muy sim ila res cuya ún ica di feren cia real es «coher entes co n la desa pari ción de huesos ricos en tu étano de res-
que cn u no de ellos hubo perro s y en el o tro, no . tos d e mat an za previamente saque a d os por otros predadores ca-
rroñeros », una interpretación reforza da co n testimonios de útil es
de piedra .
CAS O 2: H UE SOS EN O L J)UVA I Mi punto de vista parti cu lar es que se tr at a de un a argu ment a-
ción interesa nte y lógica , aunque no un ejem plo de aplicac ió n de
La teoría de alcance m edi o, por lo tanto, no sól o deb e de sarro- la teoría de a lca nce medi o. Lo lógico hubiera sid o enc o ntra r u na
llar proposiciones que vincu len lo está tico del presente con la s d i- seri e de pro posicio nes formales relacionan do lo est ático co n lo di-
námicas del pasado, sino que tiene que tom ar est as proposicio nes námico , luego una observac ión detenida de lo est ático , y fin al-
y utiliza rlas form a lm ente para escoger entre po sibles interpreta- mente una a nalog ía fo rm al co n lo d inámico . (Pa ra segu ir co n la
cio nes referidas al mi sm o co n junto arq ue o lóg ico. Examinemos un anterior a nalogía de Bin ford, primero propon emos que los osos
caso para co mpro ba r có mo se procede en la pr ácti ca . dejan huellas en el terreno, luego o bserv am os una huella de oso y
En el último capítulo del lib ro de Binford, Bo nes: Ancient Men fin almente co nclu im os qu e ta l huella fue he cha po r un oso .) Pero
and Modern Myths, este autor a firma; «mi análisis representará la Binford no hace esto . En su lugar explora la evide ncia co ntextual-
aplicación de un a metodo logía desar rollada a partir del con tro l de mente, utili zan do de una ma nera más laxa qu e en la analog ía for-
la información ob ten id a de estu d ios a ctualísticos » (l 981b: 253). m al el trabajo rea lizado co n los n un am iu t. Por eje m plo, el caso
Dicho de otro m od o , el a u tor utili zará su trabajo ctno arq ue ol ógico paralelo de la m at anza del lobo no se menciona en el gm po ini cial
para co nsegu ir det erm inar los di stin tos procesos que da n lugar a de proposiciones fo rmales . Por lo tanto, el uso qu e Bin ford hace
los d istin tos tip os de co nfigura ciones del registro a rqueológico . dc la inform aci ón etnoarq ueológica , au nque interesante y riguro-
Binford desarrolla un co njunt o de proposicion es sac adas del so , no representa u n eje m plo for mal de la ut ilidad de la teoría de
m at erial obtenid o de los nun amiut, pre deciendo de es te modo los alc ance m ed io, s i hem os de ado pta r el criterio es tri cto que el m is-
resu lt ados estáticos de det erm in adas dinám icas. Po r e jemplo, pro- mo Binfor d pide .
LA TEORIA DE ¡\LCAI\CE i\lEDlü y LA ETNOARüUEüLO(~J¡\ 85
84 TEORÍA ARQlJEOLÓ(;'ICA. LJNA INTROI){}('('J()N

Este tipo de crítica fortalece el juicio crítico más escéptico de


Nos vemos obligados a extender la misma observación con re-
todos, el que se refiere a las teorías sobre la evolución cultural. Si
lación al caso del musteriense anteriormente expuesto. A partir del
todas las culturas humanas pasan por las mismas etapas evoluti-
trabajo de Binford cabía esperar que podían realizarse inferencias
vas, y si las culturas en cada etapa de su desarrollo cultural son
seguras sobre la manera de interpretar el período. Pero, de hecho,
básicamente similares unas a otras, se sigue que las estructuras ex-
el debate continuó; hasta que ha sido resuelto por el momento con
cavadas pertenecientes a contextos prehistóricos habrán de ser
la sugerencia de PauJ Mcllars de que los distintos conjuntos de úti-
probablemente muy parecidas a las estructuras que la etnografía
les de piedra reflejan fases temporales diferentes. La conclusión
nos da a conocer. Por ]0 tanto, cualquier presunción uniformiza-
que podemos sacar de todo ello es que, aunque la investigación de
dora basada en las similitudes culturales habrá de ser 111UY consis-
alcance medio puede ayudarnos a reflexionar sobre el registro ar-
tente. 0, dicho de otra forma, si los esquimales inuit son realmcn-
queológico de forma distinta y con mayor profundidad, es difícil
te iguales a otros grupos de cazadores-recolectores, entonces es
que en la práctica nos sirva realmente para ayudarnos a escoger
muy plausible la utilización de su cultura material y de sus patro-
entre distintas hipótesis alternativas. ¿Existen otras razones que
nes de actividad a modo de analogías a relacionar con grupos hu-
nos induzcan a ser escépticos sobre el valor de la teoría de alcan-
111anOS del pasado.
ce medio?
Si, en cambio, uno cree que todas las culturas son histórica-
mente únicas ji por ende no pueden cornpararxe unas con otras, ni
clasificarse según fases evolutivas, entonces no hay razón para
Problemas con la teoría de alcance medio
aceptar que aquella estructura es un granero por el mero hecho de
que se parece mucho a una estructura de otra cultura 111UY poste-
Desde mi punto de vista, Binford está muy acertado cuando su-
rior situada a mucha distancia y perteneciente a un contexto cul-
giere que la prueba del nueve para saber si la arqueología respon-
tural completamente diferente. Quizás deberíamos tratar a los
de o falla C01110 «ciencia» se encuentra en el desarrollo acertado de
inuit COD10 gente verdaderamente única, ji al hacerlo, ser 111UY cui-
la teoría de aleance medio. Si podemos relacionar de forma fide-
dadosos a la hora de decir que cualqu ier patrón derivado de su
digna, a base de utilizar proposiciones de alcance medio, lo está-
forma de vida puede usarse de cualquier forma como referencia o
tico del presente con las dinámicas del pasado, realmente seremos
modelo para cualquier otro grupo de cazadores-recolectores pasa-
capaces dc aislar los razonamientos arqueológicos de su contexto
do o presente. Podríamos puntualizar que grupos como los kung
social y político, y acabar con lo que tantas veces hacemos, que es
san no son de hecho cazadores-recolectores modélicos. Éste es un
simplemente contar historias sobre el pasado. Si no SOI110S capa-
caso típico en que las presunciones de alcance medio no son en
ces de hacerlo, la idea de desarrollar la arqueología C01110 una
realidad independientes de la teoría general.
ciencia neutra parecerá nlu~y utópica.
Los valedores de la teoría de aleance medio podrían replicar, de
Hay dos problemas básicos que aparecen relacionados con el
acuerdo con el capítulo anterior, que no importa dc dónde proce-
debate sobre las analogías y la teoría de aleance medio:
dan las ideas, sino que lo decisivo es cómo son contrastadas. Por
supuesto que nunca estaremos absolutamente seguros de que
1. Una analogía, esté sancionada con la rúbrica de la teoría
aquella estructura sea un granero, pero sí pOdCI110S evaluar su cer-
de alcance medio o no lo esté, no prueba nada. Nunca conocere-
teza frente a hipótesis alternativas. En su último trabajo Binford
mos si las presunciones uniformizadoras discutidas más arriba
sugiere que es cierto que no hay manera de probar con carácter
son realmente correctas. Si yo interpreto una determinada es-
tructura excavada COI110 un granero, y muestro cómo esta estruc- absoluto ninguna proposición, pero sí que podemos, en cambio,
concentrar nuestros esfuerzos allí donde el registro arqueológico
tura comparte cinco, diez, quince características con graneros
«conocidos» pertenecientes a la etnoarqueología, sigue existiendo resulta más ambiguo.
Una analogía puede reforzarse, por ejemplo, si se puede de-
la posibilidad de que tal estructura pueda interpretarse de otra
mostrar alguna forma de continuidad cultural entre dos grupos
forma.
86 TEORI A ARQ UEOLO( i1CA. UNA I N'J'R, OIJ Ucu o N
L A T1 ~ O l{ í t\ m: ,' I. {' ¡\ N l" I~ MEDIO Y L A ETNOA IHJ l i E01.0( ¡I:\ 87
culturales . Se ha dicho . por eje m plo, q ue la tribu modern a de los ¿Proceden los ejemplos etnográ ficos del mi smo tip o de ento rn o,
hopi en el su doeste de Estados Unidos es la descendi ente cult u- eco nom ía o asentam iento ?) La co m pre ns ión de las rel a ciones en-
ral de lo que los arq ueólogos lla ma n poblaciones «anasa zi». Hoy tre diferentes var ia bles co nvierten a las analogías en a lgo m ás po-
d ía enc o ntramos en los yacimientos a nasazi cámaras ci rc ula res tente. ¿Proce den los ejem plos etnográficos de socieda des a fr ica nas
se m i-su bterráneas, muy s im ilares a las existe ntes en los pueblos co n vínculos históricos d irect os co n las cult uras preh istóricas qu e
hopi mod ernos. Es, por lo ta nto, plausib le relacionarlas co n los mo- esta mos est ud iando? ¿Es qu e podemos pregu nt arnos por qué el
dernos ri tuales hop i. Pero , un a vez m ás , tal vínc ulo no pru eba de grano se almacen a de esta forma, ci ta ndo razo nes ( na tu rales» (el
forma conclusi va nada, aunqu e sí qu e es verdad qu e sirve para dar método más efici ente en este tipo de clima) o qui zás factores «cul-
m ás fuerza a los argu m en tos in terpret ativos deri vad os del m ismo , rurales»? Efe ct ivam ente, en la práctica , las anal ogías formales y
en el sentido de que es prob abl e qu e haya una co nt inu ida d cultu - rel acional es constituyen dos extre mos de una ga ma de argumentos
ral en el terreno de las id eas y de las prácti cas. analógicos de m enor o mayor fuerza .
El método histórico directo co nstit uyó u n importante ingredi en - 2. El probl em a de la cont inu ida d cultu ral nos lleva a una se-
te de la arqueol ogía tradicional nort eamericana. Cons istía en per- gunda objeció n . Pu ede conjeturarse q ue la gente se ve infl uencia-
filar grupos dist intos de nati vos a merica nos en el presente pa ra da en su conducta por id eas cu ltu ra les. Esta s ide as no sólo afec-
lu ego trata r de rastrear sus an teced entes culturales e n los grupos ta n a la s cue stiones cultura les co mo las cree nci as reli giosa s qu e se
p reh is tóricos conocidos. Este mét od o no tien e un paralelo di recto m ani fiesta n en determ inadas costum bres fun erarias y e n otras
en la a rq ueología europea, aunque Christo phe r Hawkes sug irió en prácticas ritua les , sino que Tam bién afe ctan a activida des a paren-
una ocasión que se debería esc ribir prehistoria yendo de lo ce rca- temente munda nas la les co mo la organ izació n del espacio en el
no a lo leja no en el tiempo , es deci r, tra bajand o a partir de grupos que se vive o la m a nera de trat ar la basura producida . Afectan po r
históri cos «co nocidos» hacia atrás , hasta llega r a las Ed ades del lo tanto a los sed imen tos arq ueológicos , por lo qu e deben to mar-
Hierro y el Bronce. Este tipo de en foque est á en la base del re- se muy en conside ración cuando se es tud ia la formación de l re-
cien te interés europeo por la «e tn og éncsis », o estudio de la forma- gistro arqueológico.
ció n de las identidades étnicas .
Tanto Alisa n Wylie co mo lan Hodder han enfatizado la distin- Véase , por ejemplo, el estu dio etnoarqueo lógico de Henri etta
ción entre analogías «fo rmales » y ana logías «relaciona les », y han Moore sobre los marakwet del África oriental. Moore descu brió
sugerido que las más pot entes son las últimas. Las analogías for - que la manera que tenían de organiza r es pacialme nte las casas y
males se sustentan en la noción sim ple de qu e si alguno s elementos demás instal aci ones tenía relaci ón con su s id eas so bre el gé nero ,
de dos situaciones son sim ilares, ta m bién lo deb en se r otr os . Re- es decir, sobr e lo que para ellos significa ba ser hombre o muj er en
sulta evidente que este tip o de ana logías son débiles, aunque tien- la sociedad marakwct, Así, los distinto s reci ntos domésti cos era n o
de n a re forzarse cuantos más elementos de sim ilitud pueden de- m asculinos o fem en inos . Este co njunto de ideas cultura les a fecta-
m ostrarse entre dos co ntextos . Las ana logías relaci on ale s descan- ban la disposición sobre el terreno de cada un a de las co ns truc-
sa n so bre la existencia de una co nexión natural o cultural entre dos ciones y de l co njunto del poblad o .
co ntextos , así co mo en el método hist órico directo, siempre qu e Jan Hodd er, por su parte, o bservó la d istri bució n de hueso s de
pu edan hacerse conex ione s basadas en la co ntinu idad cultura l. ce rdo y de vacu no en disti nt os asenta m ientos de los nuba . Enco n-
POI' eje mplo , se pued en in terpretar cie rtos pozos de los ya ci- tró grandes cantidades de huesos de ce rdo en el recinto de una tri-
mi entos prehistóricos africa no s co mo gra neros, a base de citar bu y muy poco s en el de otra tribu . Hodder pen só que se debía a
una balerí a de eje mplos etnográ ficos. Sin nada m ás, una analogía distintas actitu des cu ltura les . En es ta cu ltura , lo femenino se aso-
de este tipo no dejaría de se r ba stante déb il, aunque p odría re for- cia con los cerdos - las muj eres so n resp on sab les de alimentar
zarse a base de añadir una cier ta ga ma de casos pa ra lelos (¿Tienen y cuidar a los cerdos-o En un a de las tribus existía la creencia
la misma form a y medidas? ¿Consideram os qu e las sociedade s del (masculina) de qu e las muj eres era n impuras: de ahí qu e, por aso-
pasado y del presente tien en «el mi sm o nivel de desa rrollo social »? ciaci ón, los recintos se m an tenían lim p ios de hu esos de ce rdo y
1,;,\ TI",OI{IA IJI '\I(AN('I; ,\'II,'llIO y li\ FT,\U . \ I{Oll,.uJ.(Hil¡\ KY
88 TEORÍA ARQlJFOL()(;rCA. I.INA INTROl)liCC]ON

La idea que sustenta la arqueología del cornportarnierrto es


demás restos. En la otra tribu, este tipo de creencias se manifcsta-
muy similar a la de la teoría de alcance medio y a la de la tafono-
ba muy débilmente, por lo que la gente de esta otra zona parecía
11lÍa. Binford no quiso saber nada sobre el térrnirio acuñado por
no prestar mucha atención a la limpieza del recinto. Hodder sacó
Schilfer, rechazando también su filosofía. Sin embargo, tanto la
corno conclusión que un arqueólogo que excavara diferentes re-
arqueología del cornportarniento como la taíonomía )/ la teoría de
cintos en la región necesitaría tener alguna idea sobre las creen-
alcance medio pueden considerarse COIno teorías estrechamente
cias de los nuba para poder interpretar correctamente los restos
relacionadas.
de fauna.
Por otro lado, trabajos como los de Moore han dado lugar al re-
nacimiento de los «estudios de cultura material» en los cuales los
significados simbólicos de la cultura material se exploran en el
Conclusión
presente o en un pasado reciente. A menudo es difícil distinguir
aquí entre arqueología y antropología -es decir, sobre si contem-
Como resultado del debate que hemos expuesto, los estudios
plarnos desde la arqueología a la cultura material en su contexto
actuales de etnoarqueología han tendido a tornar dos caminos di-
social o si, en cambio, contemplamos a la sociedad desde la antro-
vergentes, que en ocasiones resultan mutuamente contradictorios.
pología, con un énfasis teorético en la importancia de los objetos
Existe una cantidad importante de trabajo etnoarqueológico y
materiales. Ciertaruente , una nueva publicación editada por esta
experimental que sigue la senda de las relaciones entre lo estático
"escuela» (el Journal oi' Material Culture) pretende reunir arqueó-
y lo dinámico. Un área particularmente potente a ese respecto vie-
logos y antropólogos en la rnisma senda.
ne representada por los estudios de tafonomia de los huesos, aun-
¿Qué enfoque ofrece la salida más convincente' Depende en
que también son importantes los estudios sobre restos dc plantas
gran mcd ida de la teoría general sobre la sociedad que cada uno
yen general sobre economía de los yacimientos arqueológicos. Es-
encuentre más seria. ¿Se puede generalizar entre distintas socie-
te tipo de trabajo tiende a concentrarse en los problemas que pre-
dades' ¿Deben las sociedades ser contempladas sobre todo como
senta el registro arqueológico del paleolítico y de las primeras co-
sistemas adaptados a su entorno, o son, en cambio, fundamentales
munidades de agricultores. Se intenta aislar problemas arqueoló-
los significados simbólicos? Éstas son cuestiones que examinare-
gicos muv concretos.
mos en el próximo capítulo.
Un término general utilizado a menudo para este tipo de tra-
bajos es arqueología del comportamiento, térrni no acuñado por Mi-
chael Schíffer, La arqueología elel comportamiento estudia cómo
evolucionan los objetos en su viaje desde su «contexto sistémico»,
esto es, el contexto de uso por los humanos, a su «contexto ar-
queológico», que es el de la excavación. Schilfer llamó la atención
sobre los factores que intervenían en el lapso entre estos dos con-
textos: por ejemplo, los "procesos deposicionales», los "procesos de
perturbación» y los «procesos de reutilización». El ejemplo de ar-
queología del comportamiento más conocido es el Tucson Garba-
ge Project iniciado por Bill Rathje en el que se estudia en el mo-
mento presente la relación existente entre comportamiento y des-
perdicio material, a base de examinar la basura producida por la
población moderna de Tucson. Parte del objetivo de este proyecto
es establecer relaciones entre comportamiento y registro arqueoló-
gico que nos ayuden a darnos cuenta de los procesos que se gene-
ran, que tienen lugar en todas partes y en todas las épocas.

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