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Enfermedad infecciosa

COVID-19
LA INCUBACIÓN (FASE 1)
Esta etapa dura alrededor de cinco días y puede ser asintomática. El periodo de incubación es
cuando la persona se ha contagiado a través de las mucosas, o cuando tocó una superficie con el
virus y luego se tocó la nariz, boca u ojos.

Pasado los cinco días, el coronavirus comenzará a infectar las células de la garganta, las vías
respiratorias y los pulmones, mismas que replicarán al virus para que infecte aún más células
sanas.

ENFERMEDAD LIGERA (FASE 2)


Para el 80 por ciento de personas contagiadas con el covid-19, esta será la última fase de la
enfermedad. En esta etapa, el virus ocasiona los síntomas más generales: fiebre, dolor de cabeza,
tos y malestar general; señales que se dan como respuesta del sistema inmunológico que libera
citosina al reconocer el virus (estas producen fiebre y tos).

Esta etapa dura solo una semana. Tiempo en el que el sistema inmunológico reduce la infección y
hace desaparecer los síntomas.

ENFERMEDAD SEVERA (FASE 3)


Cerca del 20 por cierto de los infectados con coronavirus llegan hasta esta etapa. Una respuesta
exagerada del sistema inmunológico ante la presencia del virus generará una gran inflamación y
complicaciones como neumonía.

En esta etapa, muchas personas requieren hospitalización y ayuda mecánica para respirar.

ENFERMEDAD CRÍTICA (FASE 4)


El seis por ciento de los casos llegan a esta etapa y presentan un verdadero riesgo de muerte.
Cuando la respuesta del sistema inmunológico no puede ser controlada daña varios órganos del
cuerpo.

En esta etapa, el cuerpo del infectado puede llegar a un shock séptico en el que los pulmones, los
riñones o el hígado, sucumben en una falla multiorgánica. Si bien son pocas las personas que
llegan a esta etapa, en definitiva es mortal.

SINTOMAS
Los síntomas más habituales de la COVID-19 son la fiebre, la tos seca y el cansancio. Otros
síntomas menos frecuentes que afectan a algunos pacientes son los dolores y molestias, la
congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea, la pérdida del
gusto o el olfato y las erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies.
Estos síntomas suelen ser leves y comienzan gradualmente. Algunas de las personas infectadas
solo presentan síntomas levísimos.
La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recuperan de la enfermedad sin necesidad de
tratamiento hospitalario. Alrededor de 1 de cada 5 personas que contraen la COVID‑19 acaba
presentando un cuadro grave y experimenta dificultades para respirar. Las personas mayores y las
que padecen afecciones médicas previas como hipertensión arterial, problemas cardiacos o
pulmonares, diabetes o cáncer tienen más probabilidades de presentar cuadros graves. Sin
embargo, cualquier persona puede contraer la COVID‑19 y caer gravemente enferma. Las
personas de cualquier edad que tengan fiebre o tos y además respiren con dificultad, sientan dolor
u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse deben solicitar atención
médica inmediatamente. Si es posible, se recomienda llamar primero al profesional sanitario o
centro médico para que estos remitan al paciente al establecimiento sanitario adecuado.

Tratamiento.
Si se siente enfermo debe descansar, beber mucho líquido y comer alimentos nutritivos.
Permanezca en una habitación separada de los demás miembros de la familia y utilice un
baño exclusivamente para usted si es posible. Limpie y desinfecte frecuentemente las
superficies que toque.
Todas las personas deben mantener un estilo de vida saludable en casa. Lleve una dieta
saludable, duerma, manténgase activo y establezca contacto social con los seres
queridos a través del teléfono o internet. Los niños necesitan dosis adicionales de cariño y
atención de los adultos durante los momentos difíciles. Mantenga rutinas y horarios
regulares en la medida de lo posible.
Es normal sentirse triste, estresado o confundido durante una crisis. Hablar con personas
en las que confíe, como amigos y familiares, le puede ayudar. Si se siente abrumado,
hable con un trabajador de la salud o un consejero.

1. OMS. (2020, 4 julio). Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-
19). Alexis Vargas Martínez. https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-
coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-
coronaviruses?gclid=Cj0KCQiApY6BBhCsARIsAOI_GjZwQIWiuyrOF5G-
s_G7SzhXYBuSGCFxCF71c6hM5-71sD85YxA4uMUaAmJiEALw_wcB
2. Redacción Médica. (2020, 11 diciembre). ¿Cuántas fases tiene el Covid-19? ¿Cómo sé en
cuál estoy? https://www.redaccionmedica.com/recursos-salud/faqs-covid19/cuantas-
fases-tiene-el-covid
Enfermedad no infecciosa
Diabetes.
Diabetes tipo 1
Aparece generalmente en niños, aunque también puede iniciarse en adolescentse y adultos. Suele
presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que existan antecedentes
familiares.

Se produce una destrucción de las células que producen la insulina en el páncreas (las células beta)
por autoanticuerpos. "Es decir, el organismo ataca a sus propias células como si fueran extrañas
(como ocurre en la enfermedad celíaca, y en otras enfermedades autoinmunes)", aclara González.
El mecanismo inicial que induce la aparición de estos anticuerpos no está totalmente identificado
y es muy complejo. Se investiga si el origen está, según Ávila, en "una predisposición genética que,
debido a diferentes factores ambiantales, produce esa respuesta autoinmune que destruye esas
células".

Diabetes tipo 2
Surge en la edad adulta, su incidencia aumenta en personas de edad avanzada y es unas diez veces
más frecuente que la tipo 1. En ella se produce una disminución de la acción de la insulina, de
forma que, aunque haya mucha, no puede actuar. González indica que se da "un componente
mixto: por un lado, hay menor insulina en el páncreas y, por otro, esta insulina funciona peor en
los tejidos (la denominada resistencia a la insulina)".

"Su principal causa es la obesidad porque el tejido graso produce determinadas sustancias que
disminuyen la sensibilidad de los receptores de la insulina", agrega Ávila. Puesto que la obesidad
ha crecido de forma muy significativa en España, también lo ha hecho este tipo de diabetes.

Diabetes gestacional
Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este
incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele desaparecer tras
el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo de su
vida.

Síntomas
Entre los posibles síntomas de una elevación de la glucosa se encuentran los siguientes:
 Mucha sed (polidipsia).

 Sensación de mucha hambre (polifagia).

 Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).


 Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.

 Cansancio.

 Visión borrosa.

 Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.

 Infecciones fúngicas en la piel recurrentes.


Si la glucosa sube despacio, de forma progresiva (en general, en la diabetes tipo 2), pueden pasar años
hasta que comiencen los síntomas, y por ello la enfermedad puede pasar inadvertida. "Que no duela no
quiere decir que no haga daño, y de ahí la importancia del diagnóstico precoz para prevenir la aparición
de complicaciones", recalca González.

Prevención
En la actualidad no es posible prevenir la diabetes tipo 1, a pesar de los múltiples intentos que
se han hecho.
La diabetes tipo 2, que es la más frecuente, sí se puede prevenir. Puesto que la causa más
importante es la obesidad, "todas las acciones que tengan que ver con la prevención de la
obesidad -evitar el sedentarismo, la comida basura, las bebidas azucaradas...- van a tener un
resultado positivo", subraya González, quien afirma que se sabe "que un estilo de vida saludable
reduce en un 80 por ciento las posibilidades de tener diabetes tipo 2".
Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, hay que prevenir la aparición de
complicaciones micro y macrovasculares. El seguimiento del tratamiento prescrito, así como de
las recomendaciones dietéticas y de actividad física es fundamental para evitar complicaciones
como las cardiovasculares, las renales, la retinopatía diabética o el pie diabético. Además, se
aconseja la realización de revisiones periódicas, entre las que destacan las siguientes:
 Fondo de ojo.

 Análisis de la función renal.

 Revisiones de los pies.

 Electrocardiograma.

 Medición de la presión arterial.


Las personas con diabetes también deben estar atentas a la aparición de hipoglucemia (bajo
nivel de glucosa en sangre). Actualmente se considera que una persona tiene una hipoglucemia
cuando su nivel de azúcar en sangre es menor de 70 mg/dl. Es la complicación aguda de la
diabetes más frecuente y puede aparecer en multitud de circunstancias:
 Dosis de insulina excesiva.
 Insuficientes hidratos de carbono en las comidas.

 Comidas retrasadas en el tiempo.

 Ejercicio extra para la dosis de insulina administrada.

 Algunos antidiabéticos orales también pueden causar hipoglucemia.

 Administración de la insulina en músculo en lugar de en tejido subcutáneo.

 Errores en la administración de insulina (administrar insulina rápida en lugar de retardada o


errores de dosis).

 Bañarse o ducharse con agua muy caliente poco después de haberse pinchado la insulina.
Entre las medidas para prevenir la hipoglucemia cabe citar la realización de un mayor número
de controles de glucemia durante el día, sobre todo si se ha hecho ejercicio físico, así como
la planificación con antelación del ejercicio físico que se va a realizar para poder ajustar la
insulina que se va a administrar y los hidratos de carbono que se van a comer. En este sentido,
los expertos recalcan que nunca se debe administrar la insulina sin haberse hecho un control de
glucemia.
APA: Ponce, I. G. (2020, 19 noviembre). Diabetes. CuidatePlus.
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/digestivas/diabetes.html#:%7E:text=La%20diabe
tes%20es%20una%20enfermedad,hormona%20producida%20por%20el%20p%C3%A1ncreas.

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