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NGC 224, es una galaxia espiral con un diámetro de doscientos veinte mil años luz
(en lo que concierne a su halo galáctico) y de unos ciento cincuenta mil años luz
entre los extremos de sus brazos. Es el objeto visible a simple vista más lejano de
la Tierra (aunque algunos afirman poder ver a simple vista la galaxia del
Triángulo, que está un poco más lejos). Está a 2,5 millones de años luz2 en
dirección a la constelación de Andrómeda. Es, junto con nuestra propia galaxia, la
más grande y brillante de las galaxias del Grupo Local, que consiste en
aproximadamente 30 pequeñas galaxias más tres grandes galaxias espirales:
Andrómeda, la Vía Láctea y la galaxia del Triángulo.
Aunque muchos confunden Andrómeda y Enana del Can Major, por pensar que una de
ellas es la más cercana a la Vía láctea, lo que bien es cierto que Andrómeda es la
galaxia espiral más cercana a la Vía Láctea, la Enana del Can Major es la galaxia
más cercana a la nuestra, no obstante la existencia de la cercana galaxia se ha
disputado,6 en caso de no existir la Enana del Can Mayor, el título de la galaxia
más cercana correspondería a la Enana Elíptica de Sagitario (véase Anexo:Galaxias
más cercanas).
Algunos científicos creen que la Vía Láctea contiene mucha más materia oscura y
podría ser más masiva que M31.8 Sin embargo, observaciones recientes del telescopio
espacial Spitzer revelaron que la M31 contiene un billón de estrellas (1012),
excediendo por mucho el número de estrellas en nuestra galaxia. 9
Historia observacional
La primera referencia existente a la galaxia de Andrómeda data del año 961, y fue
hecha por el astrónomo persa Azophi, a la que en su Libro de las Estrellas Fijas
describe como una «nube pequeña en la constelación de Andrómeda».
Heber Curtis descubrió en 1917 una nova genuina en Andrómeda, y buscando en placas
fotográficas anteriores encontró 11 más. Al parecer 10 magnitudes más débil que las
novas registradas en la Vía Láctea, supuso que el objeto estaba a 500 000 años luz
y que tanto ella como otros objetos similares, conocidos por entonces como
"nebulosas espirales", no eran nebulosas sino galaxias independientes. Esto fue la
causa de un famoso debate en 1920 entre este astrónomo y Harlow Shapley —que
defendía que eran en realidad nebulosas cercanas—, y que llegó a su fin cuando en
1925 Edwin Hubble encontró estrellas cefeidas en fotografías de Andrómeda, dejando
claro que tales objetos son en realidad galaxias similares a la nuestra, solo que a
grandes distancias, de modo que la "nebulosa de Andrómeda" (denominación que aún se
encuentra en textos antiguos) pasó a ser conocida definitivamente como la "galaxia
de Andrómeda".