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EL INFORME RESERVADO DEL

DR. ANTONIO LAS HERAS & SANDRA NOEMÍ BRITOS

Edición del martes 15 de diciembre de 2020

e mail: alasheras@hotmail.com

Whats App + 54 9 11 4949 2850

Un análisis racional, reflexivo, crítico, con herramientas filosóficas y del Campo


Junguiano, buscando entender de manera profunda la actualidad tanto como el futuro
inmediato, si esto fuera posible.

IMPORTANTE: Con esta 34 edición de INFORME RESERVADO concluimos las publicaciones de


este año. Volveremos a reencontrarnos el martes 12 de enero de 2021

El mentir de las estrellas


es un seguro mentir
porque ninguna ha de ir
a preguntárselo a ellas.
(Del refranero popular español.)

NECESIDAD DE REINVENTARSE.

Para sobrevivir a la pospandemia mucha gente tendrá que reinventarse. Los


expertos estiman que muchos empleos de la industria de servicios no volverán
aún después que se haya encontrado y puesto en uso una vacuna confiable. Y
tantas otras actividades – algunas de las cuales ya están viviendo una “nueva
normalidad” – no podrán volver a llevarse a cabo como fuera “normal” hasta
enero de este 2020 que, ahora, va concluyendo.
El uso de “dinero virtual” va en franco aumento en detrimento del billete físico
de papel. Lo que implica que los comercios – tanto pequeños como grandes –
deberán contar con códigos QR y otros medios de pago electrónicos.

La tendencia a la desaparición del billete físico produce variadas situaciones


nuevas. Se puede salir de casa sin billetera y comprar cualquier cosa con sólo
tener la aplicación necesaria en el teléfono celular. Por otro lado, cada persona
podrá ser monitoreada sobre cuánto gasta, en qué gasta, cuándo y dónde lo
hace, por ejemplo. Evadir cargas impositivas será cada vez menos posible.

Es tal el avance del dinero virtual que las autoridades de la Comunidad


Económica Europea debieron – hace pocos meses – emitir un comunicado
advirtiendo que ninguno de los países que la integran podían dar desaparición
a los billetes físicos de euros. El aviso no carecía de criterio de realidad, pues
alguno que otro país del Viejo Mundo ya estaba planificando descontinuar el
uso del billete físico.

Una vez más, como lo hemos hecho en otras ocasiones en este INFORME
RESERVADO, señalamos que quienes se resisten a incorporar estos cambios
en su vida cotidiana sólo lograrán quedarse a un costado del camino de la
civilización. La “nueva normalidad” ya es, podemos decirlo, la “normalidad” que
se ha impuesto. Y sigue viento en popa incorporando nuevas y, algunas, un
tanto asombrosas creaciones tecnológicas. Lo que implica que quienes
necesitan un trabajo – sea independiente o en relación de dependencia –
tendrán que estar bien entrenados en el uso y buen dominio actualizado en
herramientas digitales.

Estos cambios, repentinos, tan inesperados para muchos, que intensifican


ansiedades, angustias y producen depresiones, entre otros trastornos de salud,
empero ya eran esperados – para estos tiempos – hace algunas décadas.
Téngase en cuenta que un estudio de la Rand Corporation publicado en los
años 80 del siglo XX, expresaba que – después del año 2.000 – las personas
cambiarían de oficio, actividad o profesión entre tres y cinco veces a lo largo de
sus vidas. Leer aquel informe, en aquellos años ochenta, como tuvo la
oportunidad de hacerlo uno de quienes confeccionamos INFORME
RESERVADO, generaba una gran interrogación. ¿Cómo imaginar una vida
donde uno va cambiando de una actividad laboral a otra totalmente diferente?
Sí, porque el trabajo de la Rand dejaba constancia de que cuándo se referían a
cambios, esos implicaba referirse a una tarea absolutamente distinta a la que
se había estado realizando hasta ese momento.

Claro, hasta ese momento, en el siglo XX imperaba la idea de “lo duradero”, de


cosas que se mantenían en el tiempo. Tanto los objetos, como los ámbitos
psicosociales como la familia (por lo general marido, esposa y dos hijos) y las
actividades se conformaban una vez y para toda la vida. La vida podía
programarse sin mayores sobresaltos.

Interesante esto de la idea de la durabilidad. Las publicidades lo señalaban en


concreto: “Heladeras Turena, duran la vida entera”, era el slogan que se
escuchaba en las radios. Comprar algo para tenerlo de por vida. Y así con todo
lo demás.

Por esto, hace 40 años, lo expuesto por la Rand Corporation convocaba una
sensación de extrañeza. Mas estaba en lo correcto. Lo que, por otro lado,
demuestra una vez más que las cosas no van sucediendo azarosamente, sino
que hay quienes ejercer algún tipo de dirección para modificar gustos,
preferencias, generar unos deseos y no otros, en la población.

A medida que fue avanzando el siglo XX y llegó el XXI la instalación de lo


efímero fue dando paso, a tambor batiente, dejando en el olvido la posición
anterior, de lo duradero.

Los objetos son de duración efímera. Algo tecnológico adquirido hoy ya ha


envejecido al momento mismo de comprarlo. Todo parece estar por llegar…
¡pero no llega! La persona promedio – en Occidente como en el Oriente
occidentalizado – pareciera estar corriendo hacia un lugar que desconoce, no
está en condiciones de determinar y que – es evidente – está dirigido por
“algún otro” que lo conduce a través de los estímulos externos con que es
bombardeado desde todos los posibles ámbitos que otorgan las redes sociales.

Redes que, dicho sea de paso, ahora demostraron no ser espacios de libertad,
como se pregonaba, sino que están dispuestas a ejercer censura cada vez que
les parezca pertinente. Esta vez el noble y vital ejercicio de la libertad queda
subsumido a las decisiones de los dueños de las redes sociales. Esos dueños
rara vez está claro quiénes son. Lo que es más que esperable, pues quienes
son los Grandes Decisores siempre permanecen anónimos. Lo que nosotros
llamamos los Grandes Titiriteros de esta civilización.

En el tiempo de las bárbaras naciones


pendían de las cruces los ladrones
y ahora en el Siglo de las Luces
del pecho del ladrón penden las cruces.
(Del refranero popular español.)

VIEJOS SON LOS TRAPOS

Por Antonio Las Heras

Joe Biden ya es el presidente electo de los Estados Unidos, país que continúa
siendo la primer potencia de la Tierra. El detalle singular a destacar es que el
20 de noviembre pasado cumplió 78 años de edad. Quiere decir que tendrá 82
cumplidos al fin de este mandato próximo a iniciar… ¡y 86 si fuera reelegido!

El presidente de la mayor potencia del mundo sería un octogenario. Y ninguno


se conmueve ni le parece que esto se encuentre fuera de lugar.

Sólo con señalar estos datos ya amerita hacer un análisis sobre la cuestión de
la “vejez” término en la actualidad mitigado a través de la expresión “tercera
edad.”

“Viejos son los trapos”, era la usual expresión utilizada por nuestros padres y
abuelos cuándo se encontraban en la necesidad de sostener que, no por tener
determinada edad, se habían convertido en personas inútiles, que había que
descartar como quien tiraba en el cajón aquellos telas ya inservibles. Pero lo
cierto es que, en verdad, por aquellos no tan lejanos tiempos del siglo XX,
llegar a la edad de la jubilación implicaba casi inequívocamente un pasaje “a
cuarteles de invierno”, como solía decirse con cierta cómplice benevolencia. En
el imaginario popular, la persona que transitaba entre 60 y 65 años de edad,
era considerado alguien “viejo” de quien poco se podía aguardar, salvo
acompañar – a veces; tampoco exigir mucho – a los nietos, ver pasar el tiempo
en el banco de una plaza o – en el mejor de los casos – reunirse con otros
contemporáneos para jugar a las bochas o conversar sobre “glorias pasadas.”

Pues bien, todo eso, en lo que va del tercer milenio se ha convertido en


historia. Los hechos demuestran que no sólo la expectativa de vida aumentó
sino que – con ello – también lo hizo la calidad de vida. Ahora, quien llega a la
edad de jubilarse encuentra que su médico gerontólogo le indica que es un
buen momento para aprender otro idioma, entrenarse en algún deporte o
comenzar una carrera terciaria o universitaria. Mente y cuerpo de los “adultos
mayores” (como se ha dado en denominarlos) siguen en condiciones para
desempeñar una vida proactiva, plena y con proyectos nuevos e importantes.

Ejemplos tenemos a la vista, de manera cotidiana, con sólo leer los diarios.
Veamos.

Recordemos que la interna presidencial del Partido Demócrata, en los Estados


Unidos, tuvo lugar entre el exvicepresidente Joe Biden (a quien nos hemos
referido al comienzo de este trabajo) y la senadora Elizabeth Warren. Ella ya
había cumplido 70. En concreto: ambos contendientes estaban ya en la edad
cronológica de lo que se suele entender como “vejez.”

Gilberte Beaux, es francesa; pero de julio a noviembre vive en la ciudad de


Buenos Aires. Es productora agrícola ganadera. Propietaria de la empresa
Rincón de Corrientes S.A. Dirige, día a día, sus negocios. El detalle: ya cumplió
90 años.
Robert Ballard no pierde su espíritu aventurero y expedicionario. El equipo por
él dirigido fue el descubridor en 1985 de los restos del Titanic, en las
profundidades del Océano Atlántico. Ahora se encuentra en el Océano Pacífico
buscando resolver el misterio de Amelia Earhart, la aviadora desaparecida
junto con su avión Lockheed, en 1937. Allí está – lleno de entusiasmo – Ballard
haciendo inmersiones y recorriendo islas selváticas. Eso sí, tiene 77 años. No
piensa abandonar aún su profesión de “detective oceánico.”

Para su reciente campaña publicitaria, supermercados Día apeló a los


conocimientos de un reconocido especialista: Saúl Altheim. Tiene 81 años.

Los ejemplos se multiplican. Pero pasemos a algunas cifras.

En Japón hay, hoy, 68.000 personas que pasaron los 100 años. En España,
unas 400.000 son las que superaron los 90 años.

La Organización Mundial de la Salud anuncia que, para 2050, la cantidad de


personas con más de 60 años será el doble de la actualidad y estima que la
mitad de los nacidos desde 2010 podrán cumplir el centenar de años de edad y
más también.

En la ciudad de Buenos Aires viven 150.000 que ya pasaron los 80 años. En


todo el país, suman un millón. Y 6.000.000 es el número de quienes tienen 65 ó
más años. De acuerdo al censo de 2010, en nuestro país había ya 3.487
centenarios.

Hoy, como nunca antes, corresponde afirmar: “Viejos son los trapos.”

EL ENIGMA DE LA ESTRELLA DE BELÉN

Por Antonio Las Heras & Sandra Noemí Britos.

(Los autores de esta nota han recorrido toda Tierra Santa, incluyendo Belén. Uno de
ellos ha estado en Belén un 24 de diciembre.)
En estos días, fue informado que tendrá lugar en el firmamento un fenómeno
astronómico que no ocurre desde hace varios cientos de años. Se trata de la
conjunción de los planetas Júpiter y Saturno – los dos de mayor tamaño en el
Sistema Solar – que podrán verse tan juntos que, para el ojo no conocedor,
parecerá tratarse de una nueva estrella de intenso brillo. Este acontecimiento,
que quien quiera podrá observar, mirando hacia el horizonte oeste, desde el 16
hasta el 21 de diciembre en horas del atardecer, ha sido llamado la Estrella de
Belén. Y es así porque, precisamente, cuándo la Ciencia ha buscado una
explicación para aquel singular fenómeno que acompañó el nacimiento de
Jesús, una de estas ha sido la conjunción de Júpiter y Saturno.

Por el Nuevo Testamento nos enteramos que, guiados por una estrella, unos
magos viajaron desde Oriente a Belén para homenajear a Jesús, al momento
del nacimiento, llevándole ofrendas consistentes en incienso, mirra y oro. Nada
más dicen los evangelistas.

¿Qué era, en verdad, esa "estrella"? No hay una respuesta definitiva, pero
existen algunas posibles respuestas.

A causa del movimiento aparente de los planetas en el cielo puede darse que
dos e incluso más de estos cuerpos aparenten estar muy próximos. Incluso, en
ocasiones hasta se confunden – a ojo desnudo – dando la apariencia de un
cuerpo celeste nuevo, difuso, muy luminoso. Estos hechos la Astronomía los
llama "conjunciones planetarias".

El primero en sostener que la "estrella de Belén" era, en verdad, una rara


conjunción planetaria fue el astrónomo alemán Johannes Kepler. En 1604,
Kepler observó una conjunción planetaria entre Júpiter y Saturno visible en la
constelación de Piscis. Como buen matemático que era, se dispuso a calcular
las conjunciones planetarias que habían podido observarse en los tiempos
próximos a la Natividad encontrando una particularmente interesante: En el año
7 a. C. Júpiter y Saturno tuvieron un acercamiento aparente en el cielo muy
destacado y también lo hicieron en la constelación de Piscis. En esa ocasión
Saturno y Júpiter se acercaron y alejaron mutuamente hasta tres veces
(conjunción triple) durante un período de seis meses. Debió tratarse de un
espectáculo singular y notable.

Con la ayuda actual de la informática, fue posible calcular en poco tiempo qué
conjunciones planetarias especialmente llamativas eran visibles desde
Babilonia en una fecha dada. Si marcamos un margen de años próximos a la
Natividad, el resultado obtenido es de dos conjunciones planetarias además de
la propuesta por Kepler. La primera se dio en agosto del año 3 a. C. entre
Júpiter y Venus y la segunda en junio del 2 a. C. entre los mismos planetas.

Otros estudiosos han propuesto que la estrella bíblica fue una "nova". Así se
llama a la estrella que, como consecuencia de reacciones nucleares que
ocurren en sus capas más superficiales, aumenta repentinamente de brillo de
manera considerable. Crónicas coreanas y chinas cuentan que un
acontecimiento de ese tipo sucedió en el año 5 a. J. El objeto habría sido
visible al amanecer, en el este. A medida que pasaba el tiempo se haría visible
más tiempo antes de que saliera el Sol hasta que, en unos tres meses, podría
verse a medianoche en dirección sur, en lugar del este. Con lo cual el objeto
sería observado por los magos en el este (como dice el Evangelio de Mateo) y,
luego, señalaría la posición de Belén una vez que estuvieran situados en
Jerusalén.

El experto David Hughes entiende que la traducción del griego original del
Evangelio de Mateo tiene un error por una diferencia muy sutil de las palabras;
en lugar de leerse "en el este" debe leerse "en la primera luz del alba". Dato
que refuerza la posibilidad de que fuera una estrella nova. Para estos
investigadores, la estrella de Belén debió ser una nova que fue visible en el año
5 a. C. entre las constelaciones de Águila y Capricornio.

Hay astrónomos que tienen otra hipótesis. Se basa en la suposición de que


hubo varios acontecimientos celestes llamativos en aquellos años. Primero la
conjunción planetaria del año 7 a. C. Júpiter y Saturno en la constelación de
Piscis. Luego, en el 6 a. C., Marte, Júpiter y Saturno se agruparon muy cerca
en una zona pequeño sector del cielo, también en la constelación de Piscis. Y,
finalmente, la aparición de la nova durante el año 5 a. C., que fue visible
durante más de 70 días.

Transcribimos, a continuación, el comunicado oficial que la Asociación


Argentina de Salud Mental (AASM) emitió en relación a la muerte de Diego
Maradona.

COMUNICADO OFICIAL 

Diego, encarnizamiento mediático y salud mental

La Asociación Argentina de Salud Mental (AASM) expresa sus condolencias a


los familiares, amigos y allegados de Diego Armando Maradona.
Asimismo, la institución quiere expresar su más enérgico repudio por el
tratamiento mediático en torno al tema de la muerte del deportista.
Desde hace una semana venimos observando como la muerte del máximo
ídolo del deporte mundial, Diego Armando Maradona, ha generado, en ciertos
sectores de la prensa, un encarnizamiento mediático en contra del denominado
“entorno” y del equipo tratante que intervenía en los cuidados de su salud, con
la aparente necesidad de montar un show mediático, y también, en la
búsqueda de supuestos “culpables”.
Más allá del estado de salud del paciente, y de que es necesario que se
investigue la causa de su fallecimiento, debemos destacar la autonomía y la
libertad de decidir sobre su vida y sus tratamientos, ya que, en ningún
momento se había declarado su incapacidad jurídica respecto de sus
decisiones.
Asimismo, es necesario denunciar el incumplimiento de las leyes vigentes con
relación a la obligatoriedad de incluir en todos los hospitales y sanatorios,
públicos y privados, equipos interdisciplinarios de salud mental y salas de
internación especializadas, para que el paciente disponga en forma simultánea
de cuidados integrales, tanto en lo atinente a su salud física, como a su salud
mental, mientras permanece hospitalizado.
En este contexto, solicitamos a los medios, respeto, en primer lugar por la
memoria de nuestro ídolo y el dolor de sus familiares, y en segundo lugar, por
el equipo tratante, mientras la justicia investiga las causas de su muerte.
 
Comisión Directiva de la
Asociación Argentina de Salud Mental (AASM)

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