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TRAS LAS HUELLAS DE MIS PASOS

PODER SOBRE EL TIEMPO

Sonmer Garrido Díaz


Sonmer09@hotmail.com

El tiempo no existe y esa es la lucha que han tenido las mentes más brillantes de la ciencia
que no han logrado descubrir ¿Cuál es su definición y cuál es el propósito real del tiempo?

Ayer, hoy y siempre están envuelto en un todo. Nuestros sabios en el pasado decían que el
tiempo es una ilusión, que al tiempo lo crearon los cinco sentidos. No hay formas de volver
a reencontrarnos con el pasado y revivirlo, para volver a disfrutar algo agradable y que se
nos quedó para siempre, para corregir un error y detener las consecuencias si algo
desagradable fue. No hay formas de prever el mañana como tampoco hay formas de hacerle
frente al presente.

Vivimos en un eterno, permanente presente de causa y efecto; que acciona y reacciona; en


el que se producen hechos y se logran resultados, de acuerdo al comportamiento de cada
quien. Un tiempo en el que se espera haya iluminación ante aquellas formas negativas, para
que los beneficios asociados sean reconocidos de forma positiva y no de la manera egoísta.

Entendiéndolo así, podemos vivir alejados de esos comportamientos egocentristas, de los


celos, de la intolerancia y de todas las emociones reactivas para que, de manera simultánea
ser recompensados con acciones positivas. Ese ha de ser el verdadero “deber ser” de los
hombres para recibir la llamada recompensa eterna ¿Por qué? Porque estamos impregnados
de unas características casi divinas que nos permite ascender la escalera espiritual. Eso lo
logramos cuando nos apartamos de esas costumbres que llevamos sobre nuestros hombros,
que son limitantes y que no nos permiten crecer.

Es que, por lo general, estamos imbuidos en un mundo de desventajas. Creemos que ser
buenos y benévolos no tiene recompensa y creemos que maldad y codicia no se castiga.
Tremendo error vivir así. Por nuestra mala conducta somos crueles con los nuestros:
familiares, vecinos, amigos y el daño es terrible porque la mala conducta hace mover el
principio de causa y efecto y lo que viene de regreso destruye el cuerpo y daña el alma.
Ante cualquier acción – reacción, aprendamos con las lecciones que nos dejaron nuestros
ancestros, que nos dejaron nuestros sabios. Invoquemos siempre el salmo 37 versículo 4
“Deléitate asimismo en el Señor y Él te concederá las peticiones de tu corazón”

Ora y medita esta oración: “Ayúdame a sacar fuera de mí, los valores espirituales que Dios
me ha conferido. Haz que pueda discernir lo verdadero de lo falso y permite que en mi
labor diaria rinda testimonio de la Verdad, la Belleza y la Sabiduría. Hazme fuerte en la
adversidad y no permitas que mis labios profieran palabras falsas para salirme de
situaciones embarazosas. Con ello estarás cortando toda acción cruel en tu contra, producto
de una pesada reacción del pasado. Amén.

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