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JURISPRUDENCIA
CAS. 1712-2013-ICA
Violencia familiar
SUMILLA: Que, una motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las normas
constitucionales y legales, así como con arreglo a los hechos y petitorios formulados por las partes;
por consiguiente, una motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o
in factum (donde se establecen los hechos probados y no probados mediante la valoración
conjunta y razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de
oficio, subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la norma), como la motivación de derecho o in
jure (en el que selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de
la misma).
Vista la causa número mil setecientos doce - dos mil trece, en Audiencia Pública llevada a cabo en
la fecha; luego de verificada la votación con arreglo a ley, emite la siguiente resolución:
Se trata del recurso de casación interpuesto por Francisco Alejandro Paredes Morales a fojas
doscientos treinta, contra la sentencia de vista de fojas doscientos veinte, de fecha treinta y uno de
enero de dos mil trece, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica,
que confirma la sentencia apelada de fojas ciento ochenta y uno, de fecha trece de julio de dos mil
doce, que declara fundada la demanda de fojas cuarenta; en los seguidos por el Ministerio Público
contra Francisco Alejandro Paredes Morales en agravio de Julio Ricardo Paredes Morales y
Manuel Fernando Paredes Morales; sobre violencia familiar.
Que, el recurso de casación fue declarado procedente por resolución de fecha dieciséis de julio de
dos mil trece, obrante a fojas treinta y seis del cuadernillo formado en este Supremo Tribunal por la
causal prevista en el artículo 386 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley número 29364,
por la que se denuncia:
b) Asimismo, de manera excepcional en aplicación del artículo 392-A del Código
Procesal Civil, también se concede el recurso de casación en relación con esa misma causal de
infracción normativa procesal, pero con la finalidad de que en el fondo se determine si las
instancias de mérito han cumplido con evaluar correctamente si el demandado incurrió o no en
actos de violencia familiar en la modalidad de maltrato psicológico, para lo cual en aplicación del
artículo 194 del Código Procesal Civil se encontraba facultado para ordenar que se practique la
respectiva pericia psicológica al demandado y a los supuestos agraviados dentro del proceso
judicial, prueba que resulta necesaria para dilucidar la controversia.
CONSIDERANDO:
Primero.- Que, del examen de los autos se advierte que a fojas cuarenta, la Fiscal Provincial
Titular de la Tercera Fiscalía Provincial Civil y de Familia de Ica, interpone demanda sobre
violencia familiar, solicitando como pretensión principal que se establezca la existencia de violencia
familiar en la modalidad de maltrato psicológico producido por el demandado Francisco Alejandro
Paredes Morales, en agravio de Julio Ricardo Paredes Morales y Manuel Fernando Paredes
Morales, y se disponga por consiguiente el cese inmediato de cualquier forma de agresión a la
víctima; y como pretensión accesoria solicita que se dicten las medidas de protección a favor de las
víctimas a efectos de que cesen en forma inmediata los actos de violencia psicológica producida
por el demandado, debiendo ordenarse entre otras: 1) El impedimento de acoso a la víctima por el
demandado, tanto en su domicilio, centro laboral, vía pública, así como en cualquier otro lugar
donde se pudiera encontrar y las demás medidas de protección que podrá fijar el juzgado y que
sean necesarias para una efectiva protección de las víctimas, conforme lo prescribe el artículo 21
de la Ley Nº 26260; 2) Se disponga la terapia psicológica y de orientación familiar que seguirán las
partes durante el tiempo que los especialistas determinen; 3) La reparación del daño en un monto
ascendente a la suma de doscientos nuevos soles (S/. 200.00) que abonará el demandado a favor
de la víctima. Como fundamentos de hecho sostiene el representante del Ministerio Público lo
siguiente: a) Las partes del proceso son hermanos de padre y madre, viviendo cada uno de ellos
en domicilios diferentes; b) Los agraviados son víctimas de violencia familiar en la modalidad de
maltrato psicológico por parte de su hermano el demandado Francisco Alejandro Paredes
Morales; c) Los agraviados señalan en forma conjunta y reiterada que con el demandado vienen
manteniendo varios problemas judiciales y que cuando ambos se dirigían al estudio de su hermano
Manuel Fernando Paredes Morales, fue interceptado a la altura de la segunda cuadra de la calle
Ayacucho por el demandado Francisco Alejandro Paredes Morales quien los conminó, insultó y
amenazó con un arma de fuego para que no se presenten a la diligencia de inspección judicial
programada para el día doce de agosto de dos mil diez, que se llevaría a cabo en el domicilio de su
madre, no sin antes insultarlos; d) Refieren los agraviados que no es la primera vez que reciben
estos maltratos psicológicos por parte del demandado; e) Que los agraviados vienen siendo
víctimas de maltrato psicológico conforme se advierte y determina con los protocolos de la Pericia
Psicológica números 00595-2010-PSC-VF y 05973-2010-PSC-VF; f) No se ha recibido la
manifestación del demandado quien pese a estar debidamente notificado no ha concurrido a rendir
su manifestación, por lo cual se encuentra en calidad de no habido.
Tercero.- Que, mediante sentencia de fojas ciento ochenta y uno, de fecha trece de julio de dos mil
doce, el Primer Juzgado Especializado de Familia de Ica declara fundada la demanda
estableciendo al respecto que: a) Con el Informe Nº 649-2010-XV-DIRTEPOL-RPI-CM-SVF de
fojas dos y siguientes se acredita que los agraviados han sido víctimas de violencia familiar en la
modalidad de maltrato psicológico; b) El maltrato psicológico se encuentra acreditado con los
Protocolos de Pericia Psicológica Nºs 005995-2010-PSC-VF practicada por la psicóloga Carla
Sevillano Fernández del Instituto de Medicina Legal de Ica al agraviado Julio Ricardo Paredes
Morales (fojas catorce a dieciséis), en la que se llega a las siguientes conclusiones: “(...)
Personalidad con características histriónicas. Reacción ansiosa-depresiva situacional moderada
que guarda relación como secuela de agentes estresantes en su relación disfuncional con su
hermano Francisco Alejandro Paredes Morales, debido a diferencias y conflictos por las
propiedades que se disputan. El examinado evidencia indicadores emocionales de maltrato
psicológico por parte de su hermano. Requiere de Tratamiento y orientación psicológica
(psicoterapia)”; y el Nº 005973-2010-PSC-VF, evaluación practicada por el psicólogo del instituto
de medicina legal de Ica al agraviado Manuel Fernando Paredes Morales, que corre de fojas veinte
a veintidós, en la que en base al relato efectuado por el examinado se llega a las siguientes
conclusiones: “(...) Síndrome mixto ansioso-depresivo, moderado (guarda relación como secuela
de violencia familiar por discrepancia de bienes). Indicadores de violencia familiar moderada. El
examinado requiere de tratamiento psicológico especializado”; c) El valor de las pericias
psicológicas debe observarse en función al valor que otorga el artículo 29 del Texto Único
Ordenado de la Ley Nº 26260. En tal virtud, las pericias psicológicas que obran en autos resultan
determinantes para los efectos de establecer la procedencia de la demanda incoada en autos, toda
vez que del análisis y evaluación del contenido y resultados de las mismas, se colige la existencia
de violencia familiar en la modalidad de maltrato psicológico inferido por el denunciado en contra
de los agraviados, en tanto, de manera meridiana y clara se aprecia de sus contenidos que las
afecciones emocionales y por ende psicológicas que vienen padeciendo los agraviados derivan de
los diversos conflictos judiciales que tienen con el hoy demandado y del hecho que desencadenó la
denuncia efectuada por los agraviados, por lo que el demandado no puede pretender objetar el
contenido de las pericias psicológicas limitándose a negar y contradecir los hechos de violencia
denunciados en su contra, así como a cuestionar el contenido de los protocolos de la pericia
psicológica. Además dicha parte no impugnó ni tachó las citadas pericias por lo que estas
mantienen todo el vigor y valor probatorio para los efectos de ser merituadas con arreglo a
ley; d) El demandado al contestar su demanda se limita a negar y contradecir los hechos de
violencia denunciados en su contra, bajo el argumento de haber sido denunciado ante otros
órganos del Estado por los hoy demandantes, para lo cual adjunta copias simples de una serie de
actuados tramitados a nivel fiscal y juzgados penales por diversas denuncias que obran a fojas
sesenta y nueve, sin embargo, tales medios de prueba, si bien acreditan su dicho sobre la
existencia de esos procesos, sin embargo, de ningún modo rebaten como medios de prueba y
argumentos los hechos de violencia familiar denunciados por los agraviados, en tanto los mismos
se encuentran debidamente sustentados en los protocolos de pericia psicológica que obran en
autos, por lo que tal conducta de parte del emplazado se trasluce como una evasiva frente a los
hechos de violencia incoados en su contra, apreciándose tal conducta procesal de obstrucción y
falta de colaboración a fin de lograr la finalidad de los medios probatorios, lo que debe ser
interpretado extrayendo conclusiones en contra de sus intereses, de conformidad con el artículo
282 del Código Procesal Civil, lo cual corrobora los hechos de violencia psicológica contra los
agraviados; e) Habiéndose acreditado la existencia de violencia familiar, en su modalidad de
maltratos psicológico, es necesario que se dicten las medidas de protección a favor de estos
últimos. Respecto a la reparación del daño causado, esta debe ser entendida como el
resarcimiento de índole pecuniario que se realiza considerando la magnitud y menoscabo
producido a la víctima, y que es de cargo del agresor, el mismo debe fijarse prudencialmente, en
atención a las circunstancias del caso concreto y, que en el caso de autos y de acuerdo a lo
solicitado en la demanda, se estima en la suma de trescientos nuevos soles (S/. 300.00).
Cuarto.- Que, apelada que fuera la resolución de primera instancia, la Sala Superior mediante
sentencia de vista de fojas doscientos veinte, de fecha treinta y uno de enero de dos mil trece,
confirma la recurrida por cuanto: a) El maltrato psicológico se encuentra acreditado en primer lugar
con las afirmaciones contenidas en la manifestación policial de Julio Ricardo Paredes Morales
(fojas nueve), pues en estas, ante el interrogatorio que se les hizo, narran la forma como vienen
siendo agredidos psicológicamente por su hermano mayor; b) El maltrato denunciado se acredita
con los protocolos de pericia psicológica Nºs 005995-2010 (fojas catorce) y 005973-2010 (fojas
veinte), correspondientes respectivamente a Julio Ricardo y a Manuel Fernando Paredes Morales,
en los cuales se relatan los hechos violentos suscitados el día once de agosto de dos mil diez en
que el demandado les puso un arma de fuego a la altura del pecho y de la cabeza, asustándose
por la conducta de su hermano, quien también les profirió amenazas e insultos. En ambas pericias
se refiere que los peritados son personas lúcidas y coherentes, orientados en lugar, tiempo y
persona, y no presentan indicadores de compromiso o daño cerebral, vale decir, son personas
sanas y en todos sus cabales, cuyas versiones no pueden ser tildadas de desequilibradas o
producto de un deterioro mental. En ambos protocolos se advierte como conclusión que sus
problemas psicológicos derivan de la relación disfuncional con su hermano Francisco Alejandro
Paredes Morales debido a las diferencias y conflictos por las propiedades que se disputan;
evidencian igualmente indicadores emocionales de maltrato psicológico por parte de su hermano,
documentos, que constituyen prueba típica y son valorados en concordancia a lo señalado por los
artículos 233 y 235 del Código Procesal Civil, aplicable supletoriamente al caso de autos; c) Los
informes psicológicos aludidos tienen plena eficacia probatoria en el presente proceso, los cuales,
analizados en toda su extensión y conjuntamente con las declaraciones existentes en autos, crean
suficiente convicción de que los agraviados vienen siendo víctimas de maltratos psicológicos de
parte de su hermano Francisco Alejandro Paredes Morales que les produce tensiones, estrés y
desequilibrios emocionales compatibles con violencia psicológica que, por su propia trascendencia
originan cuadros de depresión y de angustia en las víctimas que afectan su persona.
Octavo.- Que, una motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las normas
constitucionales y legales, así como con arreglo a los hechos y petitorios formulados por las partes;
por consiguiente, una motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o
in factum (en el que se establecen los hechos probados y no probados mediante la valoración
conjunta y razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de
oficio, subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la norma), como la motivación de derecho o in
jure (en el que selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de
esta).
Décimo primero.- Que, en ese contexto, si bien las pericias psicológicas no han sido materia de
cuestionamiento por el recurrente, sin embargo no pasa desapercibido para este Supremo
Colegiado el hecho de que las referidas pericias resultan incongruentes e insuficientes para emitir
un pronunciamiento adecuado sobre el fondo del asunto, lo que amerita por consiguiente que las
instancias de mérito, estando a la facultad que les concede el inciso 2 del artículo 51 y 194 del
Código Procesal Civil, dispongan, de ser el caso, los medios probatorios que coadyuven al real
convencimiento de los hechos.
Décimo segundo.- Que, siendo así, se advierte que las sentencias de mérito incumplen con el
requisito de la motivación adecuada y suficiente, pues, contiene una decisión que no se sustenta
en la valoración conjunta y razonada de los medios probatorios aportados al proceso, además de
no contener un análisis respecto de los agravios del recurso de apelación; motivo por el cual,
estamos ante una decisión que no se ajusta al mérito de lo actuado, contraviniendo de esta manera
los incisos 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Por lo tanto, al verificarse la
causal de infracción normativa, debe ampararse el recurso de casación y proceder conforme a lo
dispuesto en el inciso 1 del artículo 396 del Código Procesal Civil.