Está en la página 1de 11

INTRODUCCIÓN

La importancia de esta investigación está basada en el deseo de conocimiento en


el área constitucional como medio para preservar el derecho de propiedad
inmobiliaria, muchas veces despojado sin previa indemnización y por el aporte que
este traerá a la sociedad dominicana en general maltratada tantas veces
principalmente en la clase menos pudiente.

El derecho de propiedad inmobiliario es la base primigenia de la riqueza de


nuestro país, debido a que es un bien que no se deprecia, sino que mientras
más tiempo pasa más valor adquiere. Esta característica, hace que sea un bien de
innegable valor para todo aquel que posee un derecho registrado o no, nuestra
Constitución otorga ciertas garantías a ese derecho para seguridad no solo de los
dominicanos, sino de los inversionistas extranjeros y por ende para el crecimiento
económico de nuestro país.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
 Realizar un análisis crítico sobre las teorías críticas existentes en cuanto a
la perspectiva de la garantía del Derecho fundamental de la propiedad
inmobiliaria
 Determinar las teorías críticas existentes en cuanto a la perspectiva de la
garantía del Derecho fundamental de la propiedad inmobiliaria
Realice un análisis crítico sobre las teorías criticas existentes en cuanto a la
perspectiva de la garantía del Derecho fundamental de la propiedad
inmobiliaria.
En nuestro país, el nacimiento de la República el 27 de febrero del 1844, da origen
a la propiedad inmobiliaria propiamente dicha. Nuestra primera Constitución así lo
señala en el artículo 2, más adelante en el artículo 21, otorga al derecho de
propiedad la calidad de un derecho inherente a la personalidad humana, es decir,
no concibe la propiedad sin la personalidad humana.

La Constitución dominicana, en su artículo 8, inciso 13, garantiza el derecho a la


propiedad, por lo que nadie puede ser privado de ella si no es en virtud de causa
justificada de utilidad pública o de interés social, previo pago de su justo valor
determinado por sentencia de tribunal competente. De conformidad con el artículo
544 del Código Civil de la República Dominicana, la propiedad "es el derecho de
gozar y disponer de las cosas del modo más absoluto, con tal de que no se haga
de ellas un uso prohibido por las leyes y reglamentos".

Procedimientos de protección: Proceso especial y recurso de amparo.


Los derechos fundamentales protegidos, se recogen en el Título I de la
Constitución en el que se configuran todos los derechos para los nacionales y para
los extranjeros residentes en España, como cuando señala el art 13.1 de la C.E.
que “los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el
presente Título”.

La garantía de los derechos fundamentales se encuentra recogida en el art. 53 de


la Constitución Española (en adelante CE), cuando señala las diversas formas de
protección de dichos derechos fundamentales, entre ellos el Recurso de Amparo
constitucional.
Protección de derechos fundamentales en el ámbito civil
También el ámbito judicial de protección de los Derechos Fundamentales llega a la
Jurisdicción Civil, penal, laboral y contencioso-administrativa, es decir a todos los
órdenes jurisdiccionales, y regulados por sus respectivas normas.

Sin embargo, no hay sólo -como ya se ha mencionado- problemas de libertad y de


igualdad en la relación entre el ciudadano y el Estado, sino también de los
ciudadanos entre sí, especialmente bajo el punto de vista de la diferencia de sexos
y del distinto poder social.

Aun cuando en el tráfico jurídico entre particulares deben ser respetados la vida, la
salud, el honor y la propiedad, esto no es una consecuencia de una vinculación
inmediata de todos los ciudadanos a los derechos fundamentales, que se ha
concretado en la ley, sino de las reglas de la convivencia recibidas, sobre las que
también se fundamentan los derechos fundamentales.

Garantía de la dignidad humana


En relación con la garantía de la dignidad humana esto se expresa a través del art.
1.1 de la LF, que impone al Estado el deber de garantizar la dignidad humana, es
decir, de asegurarla también en las relaciones jurídicas entre particulares.

Garantías jurisdiccionales de los derechos fundamentales


Dentro del sistema de tutela de los derechos fundamentales, el segundo apartado
del artículo 53 de la CE acoge las llamadas garantías jurisdiccionales, reservadas
únicamente para el principio de igualdad del artículo 14 y los derechos
reconocidos en la Sección primera del Capítulo I, así como para la objeción de
conciencia. Se ordena en él la tutela jurisdiccional de los derechos fundamentales
por medio de dos vías.

La primera: un procedimiento judicial preferente y sumario encomendado a los


“tribunales ordinarios”, y la segunda: un recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional que, como es bien sabido no forma parte del Poder Judicial, para
el caso que la protección de los mismos no se obtuviera por la primera vía.

En la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, en sede de recurso de amparo,


se establece la regla, artículo 43.1., de que será requisito previo para acudir al
amparo constitucional el agotamiento de la vía judicial procedente, de acuerdo con
el artículo 53.2 de la Constitución.

La protección de los derechos sociales


Los derechos sociales no sólo son distintos de los clásicos en cuanto a su objeto,
sujeto activo y sujeto pasivo, sino también en cuanto a la forma como se
constitucionalizan.

La formulación normativa de los derechos y libertades clásicos es normalmente


sencilla y uniforme, pues se compone del enunciado del derecho o libertad, y
eventualmente de sus limitaciones o condiciones de ejercicio.

Los límites a los derechos y libertades


El Tribunal Constitucional español, en una de sus primeras sentencias, la 11/1981,
de 8 de abril, declaró que «ningún derecho, ni aun los de naturaleza o carácter
constitucional, pueden considerarse como ilimitados » (fundamento jurídico 7),
más aun, la «Constitución establece por sí misma los límites de los derechos
fundamentales en algunas ocasiones.

En otras ocasiones el límite del derecho deriva de la Constitución sólo de una


manera mediata o indirecta, en cuanto que ha de justificarse por la necesidad de
proteger o preservar no sólo otros derechos constitucionales, sino también otros
bienes constitucionalmente protegidos» (fundamento jurídico 7). Similar
pronunciamiento fue emitido por el alto Tribunal en las sentencias 2/1982, de 29
de enero, y 91/1983, de 7 de noviembre.
Procedimiento especial para protección de estos derechos
Protección derechos fundamentales en el ámbito civil:
Después de las distintas reformas legales, la protección del derecho al honor, a la
intimidad y a la propia imagen, se protegen por el procedimiento ordinario civil de
protección de dichos derechos, como un procedimiento judicial ordinario, regulado
en nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil – Ley 1/2000, de 7 de enero, art. 249.1.2º
de la LEC

Protección derechos fundamentales en el ámbito laboral:


Se encuentra establecida en el art. 177 a 184 de la Ley Reguladora de la
Jurisdicción Social.

Protección en el ámbito de la Jurisdicción contencioso-administrativa


Los artículos que la Ley de 1998 dedica al tema dela protección de los derechos
fundamentales en el ámbito de la jurisdicción contencioso-administrativa los
encontramos en el capítulo I del título V de la Ley: es decir, los artículos 114 a
122.

El artículo 53.2 de la propia Constitución dispone:


“cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos
reconocidos en el artículo 14 y la Sección primera del Capítulo 2º ante los
Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de preferencia
y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional.  Este último recurso será aplicable a la objeción de conciencia
reconocida en el artículo 30”. La Constitución establece un sistema de protección
judicial en dos vías, una ordinaria y otra constitucional.

Procedimientos para protección de derechos fundamentales


Primero: el camino del procedimiento especial de preferencia y sumariedad
planteando al órgano judicial competente la lesión del derecho
fundamental, renunciando al procedimiento ordinario del recurso contencioso por
infracción de la legalidad.

En segundo lugar, también es posible, plantear el recurso contencioso


administrativo del régimen ordinario por entender que la acción, omisión o vía de
hecho de los poderes incurre en vicios de legalidad ordinaria como en
aquellos otros que han producido lesión de los derechos fundamentales.

En tercer y último lugar, es posible también presentar simultáneamente ambos


recursos: el general a con fundamento en infracción de la legalidad ordinaria, y el
especial a partir de la vulneración de preceptos constitucionales.

Garantía constitucional que lo protege


En nuestro país la Protección Constitucional de los Derechos Fundamentales,
como ya hemos mencionado, se lleva a cabo principalmente, aunque no
únicamente, a través de:
1.      El Juicio de Amparo (Art. 103 y 107 Constitucional)
Procedimientos Jurisdiccionales ante Tribunal Electoral:
a)      Juicio de Protección de Derechos Político-Electorales (Art. 99)
b)     Juicio de Revisión Constitucional
2.      Quejas ante Comisiones de Derechos Humanos (Art. 102)
3.      Facultad de Investigación de la SCJN de hechos que constituyan grave
violación a garantías individuales o violaciones del voto público (Art. 97
Const.)
4.      Acciones de Inconstitucionalidad (Art. 105)
 
 Los Derechos Fundamentales son bienes en riesgo, por estar situados en la
frontera que comunica y separa el mundo del poder y la autodeterminación de la
persona. Ante la imposibilidad real de conjurar el riesgo y por lo tanto evitar de
manera definitiva sean transgredidos, es necesario habilitar remedios reactivos,
garantizar su prevalencia y efectividad frente a la constante y permanente
tendencia del abuso o mal uso del poder. Es necesario evitar que los Derechos
reconocidos por la Constitución sean violados y en su caso es menester que las
lesiones a esos Derechos sean reparadas con prontitud e incluso castigadas. Se
trata pues, de disminuir el riesgo de lesión del Derecho y también de desalentar su
posible violación. Se trata de proteger, resguardar, tutelar, amparar los Derechos
Fundamentales de las personas frente a los embates, agresiones y efectos
nocivos de parte de la autoridad, e incluso por los provenientes por parte de otros
poderes privados.
 
Para que esto se de, resulta fundamental e indispensable el que la protección sea:
a) Rápida. Sumaria con reducción de plazos, con relación a los procesos
comunes. Debe ser prioritario darle curso y resolver en breve, dar respuesta
a la petición planteada.
b) Completa. Brindando la mayor y mejor protección posible. (con suplencia de
la queja)
c) Eficaz y eficiente. Es decir, con medidas cautelares adecuadas para
preservar los Derechos y evitar su menoscabo, lesión o pérdida irreparable,
con resoluciones que se cumpla cabal y absolutamente sin excusas y sin
pretextos, con castigos a infractores, incluso indemnizaciones.
d) De fácil acceso. Evitando trámites complicados e innecesarios, sin
complejidades procesales que hagan nugatorio su acceso, con
procedimientos simples y ágiles y con bajo costo de tramitación.
e) Buscando siempre la preservación de los Derechos Fundamentales por
encima de cualquier cosa. Claro está que esto no es absoluto sino dentro
de los márgenes y limitaciones que impone la propia Constitución.

Cabe mencionar que la actuación de los jueces en lo concerniente a la protección


de los derechos fundamentales no debe ser como la actuación imparcial de un
juez dentro de la materia civil en la cual se postula la igualdad de las partes, sino
que al ejercer funciones de control constitucional el juez deberá preservar el orden
constitucional plasmado en los Derechos Fundamentales, y por tanto su actuación
será una intercesión en favor de la libertad individual frente al poder publico,
(Suplencia de queja). En estos procedimientos el  principio de apariencia de buen
Derecho deberá reinar y el juez deberá actuar siempre en pro del gobernado por
ser la parte débil frente a la autoridad. (Algo semejante a lo que ocurre en materia
laborar por la desproporción entre las partes).
CONCLUSIÓN
Después de haber analizado dicho tema puedo llegar a la siguiente conclusión: l
derecho a la propiedad no sólo comprende los derechos reales sino también los
derechos adquiridos, desde el momento mismo en que pasan a formar parte del
patrimonio de la persona, debiendo considerarse además las personas jurídicas,
indistintamente, como titulares del derecho.

Por otro lado, el derecho a la propiedad, como derecho fundamental que es, tiene
una vertiente objetiva o institucional contenida en el propio al pronunciar que “la
propiedad tiene una función social que implica obligaciones”. Se encarga al
legislador la tarea de regular el acceso a la propiedad, especialmente a la
propiedad inmobiliaria titulada, conforme a la finalidad o utilidad social que
corresponda a cada categoría de bienes. Pero, si bien el derecho de propiedad
tiene una función social, esta vocación no debe propiciar la producción de
perjuicios legalmente injustificados en contra del titular de dicho derecho.
BIBLIOGRAFÍA.
 Amiama, M.A. (1986). Notas de Derecho Constitucional. Ed. Tiempo, S.A.
Santo Domingo.
 Biaggi Lama, J. A. (2002). 15 años Jurisprudencias Dominicana de Tierras
1988-2002. Ediciones Jurídicas Trajano Potentini. Santo Domingo, R.D.
 Biaggi Lama, J. A. (2005). Suplemento Jurisprudencial 2003-2004. Ed.
Jurídico Trajano Potentini. Santo Domingo, R.D.
 Bonilla Atiles, J. A. (1974). Legislación de Tierras Dominicana.
El Sistema Torrens. 2da. Edición, Editorial Librería Dominicana, Santo
Domingo.
 Capitant, H. (1986). Vocabulario Jurídico. Ediciones Depalma, Buenos
Aires, Argentina.
 Cedeño J., V. L. (2006). Derecho Registral u Jurisdicción Inmobiliaria. Ed.
Trajano Potentini, Santo Domingo.-

También podría gustarte