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V.

29 Al probar el vinagre, Cristo cumplió la profecía del


“Las Siete Palabras de Jesús” Salmos 69:21
La Gloria de Dios
“Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron
Abril 2, 2021
a beber vinagre.”
Es decir, había sido profetizado que el Mesías que vendría a
#5 “Tengo Sed” padecer por todos nosotros recibiría vinagre para saciar la sed
Juan 19:28-29 que sentía. Es por ello que Jesús, al afirmar que tiene sed,
28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba permite que la posca le sea ofrecida, cumpliéndose así lo que
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo estaba escrito.
sed. 29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces Es increíble cómo no sólo las profecías más generales se
ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un cumplieron en Cristo, sino también cosas específicas como el
hisopo, se la acercaron a la boca. hecho de que tendría sed y que le iban a dar vinagre para
Sed. La de la cierva que busca corrientes de agua. Jesús fue aliviarla.
100% hombre y 100% Dios. Haciendo un ejemplo, podemos ver que eso mismo es lo que
Luego de haber sido expuesto a un sinfín de castigos físicos, sintió Jesús al hacerse maldición por nosotros, para que hoy
tanto dolor y desgaste le debía estar produciendo una sed podamos tener vida eterna. Esta es la sed que tenía el Señor, y
intolerable. también la que teníamos nosotros hasta el momento en que
Se interpreta como expresión de dos tipos de ansia de Cristo creímos.
en la cruz. En primer término, de la sed fisiológica, uno de los
mayores tormentos de los crucificados. En sentido alegórico, ¿Cómo no entregar nuestras vidas a aquel que nos da plena
como la sed espiritual de Cristo de consumar la redención satisfacción para siempre?
para la salvación de todos. ¿Cómo no agradecerle a Dios por esa gracia sublime?
¿Cómo no adorar a quien recibió el castigo que nosotros
Tener sed por Dios es algo grandioso. Es un signo de merecíamos?
crecimiento. Es un signo de un verdadero adorador de Dios. Es
el sello distintivo de los HIJOS de Dios. La sed de Jesús era una señal de Su humanidad.

Edith Mendoza

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