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Para otros usos de este término, véase Túpac Amaru.
Túpac Amaru
Inca de Vilcabamba
TupacamaruI.JPG
Reinado
1570 - 1572
Predecesor Titu Cusi Yupanqui
Sucesor Último inca de Vilcabamba" (Túpac Amaru II, Inca nombrado por el
consejo de Amautas y Mamacunas)
Información personal
Nacimiento c. 1545
Fallecimiento 24 de septiembre de 1572 (27 años)
Cuzco,
Virreinato del Perú,
Imperio español
Familia
Dinastía Hanan Qusqu
Padre Manco Inca
[editar datos en Wikidata]
Túpac Amaru (Cusco, 1545-ibidem, 24 de septiembre de 1572), también conocido como
Felipe Túpac Amaru, fue el cuarto y último inca de Vilcabamba.
Hijo de Manco Inca, fue hecho sacerdote y guardián del cuerpo de su padre. En
quechua, tupaq amaru significa ‘serpiente resplandeciente’.
Índice
1 Ascenso al trono
2 La guerra final contra España
2.1 Captura de Túpac Amaru I
2.2 Ejecución de Tupac Amaru I
3 Descendientes
4 Véase también
5 Notas
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Ascenso al trono
Túpac Amaru asumió como inca de Vilcabamba tras la muerte de su medio primo el Uari
inca Titu Cusi Yupanqui en 1570.
Los incas creían que Titu Cusi se había visto forzado a admitir a los sacerdotes
misioneros en Vilcabamba y que estos lo habían envenenado. Los españoles, quienes
todavía no estaban advertidos de la muerte del anterior Uari inca, enviaron
rutinariamente dos embajadores para continuar con las negociaciones en curso. El
último de ellos fue el conquistador Atilano de Anaya quien, tras cruzar el puente
de Chuquisaca, fue capturado y ejecutado junto con su escolta por el general inca
Curi Paucar.1 Al ser confirmada esta noticia por el cura de Amaybamba, el nuevo
virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, decidió someter por la fuerza al
reino de Vilcabamba apelando a la justificación de que los incas habían roto «la
inviolable ley de todas las naciones del mundo: el respeto a los embajadores».
Para la defensa de Vilcabamba, el inca Túpac Amaru contaba con aproximadamente 2000
soldados, de los cuales 600 o 700 eran guerreros anti (llamados chunchos por los
incas del Cuzco), de quienes el fallecido Titu Cusi solía decir a los emisarios
españoles, fingida o realmente, que aún practicaban el canibalismo. Entre sus
generales figuraban Hualpa Yupanqui, Parinango, Curi Paucar y Coya Topa.3
"Yo, el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, alférez general de este campo, por
mandato del ilustre señor Martín Hurtado de Arbieto, general de él, tomo posesión
de este pueblo de Vilcabamba y sus comarcas, provincias y jurisdicciones".
Acto seguido campeó tres veces el estandarte y a grandes voces dijo:
Acompañado de los suyos, Túpac Amaru se había marchado el día anterior con
dirección al oeste, dentro de los bosques de las tierras bajas. El grupo, que
incluía a sus generales y a los miembros de su familia, se había dividido en
pequeñas partidas en un intento de evadir la persecución.
Grupos de soldados españoles y sus indios auxiliares fueron enviados para cazarlos
trenzándose en sangrientas escaramuzas con la escolta del inca. Uno capturó a la
esposa e hijo de Wayna Cusi. El segundo regresó. El tercero regresó también; lo
hizo con dos hermanos de Túpac Amaru, otros parientes y sus generales. El Uari inca
y su comandante permanecieron sueltos.
Río abajo descubrieron que Túpac Amaru había escapado por tierra. Continuaron con
la ayuda de los aparis, los cuales avisaron qué ruta habían seguido los incas e
informaron que Túpac se veía ralentizado debido a que su mujer estaba a punto de
dar a luz. Después de una marcha de 50 millas vieron una fogata alrededor de las
nueve de la noche.[cita requerida] Encontraron al uari inca Túpac Amaru y a su
mujer calentándose entre sí. Les aseguraron que no se les produciría ningún daño y
asegurarían su rendición. Túpac Amaru fue apresado.
Los cautivos fueron traídos de regreso a las ruinas de Urcos y, desde allí,
llegaron al Cuzco por el arco de Carmenca6 el 30 de noviembre. Los vencedores
también trajeron los restos momificados de Manco Cápac y Titu Cusi Yupanqui, y una
estatua de oro de Punchao, la más preciada reliquia del linaje inca que contenía
los restos mortales de los corazones de los incas fallecidos. Estos objetos
sagrados fueron luego destruidos.[cita requerida]
Tupac Amaru fue conducido por su captor, Garcia de Loyola, ante el virrey Francisco
de Toledo, quien ordenó su reclusión en la fortaleza de Sacsayhuamán bajo la
alcaidía de su tío, Luis de Toledo.6 Refiere Guamán Poma que pesó mucho en el animo
de Toledo que habiéndole mandado llamar, Amaru le contestó.
Los españoles hicieron varios intentos para convertir a Túpac Amaru al cristianismo
pero se cree que estos esfuerzos fueron rechazados por un hombre muy fuerte, que
estaba convencido de su fe. Los cinco generales incas capturados recibieron un
juicio sumario en el que nada fue dicho en su defensa y fueron sentenciados a la
horca, aunque varios no pudieron ser ejecutados porque la peste la llamada
-chapetonada- atacó a todos en prisión imposibilitándolos de caminar, tuvieron que
sacarlos agónicos y en mantas de la celda, muriendo tres en el trayecto y solo dos,
Cusi Paúcar y Ayarca, llegaron al patíbulo.6
El juicio del Uari inca comenzó un par de días más tarde. Túpac Amaru fue condenado
por el asesinato de los sacerdotes en Urcos, de lo cual fue probablemente
inocente.7 Fue sentenciado a la decapitación. Numerosos clérigos, convencidos de la
inocencia de Túpac Amaru, suplicaron de rodillas al virrey que el líder inca fuera
enviado a España para ser juzgado en vez de ser ejecutado.
Túpac Amaru subió al patíbulo acompañado por el obispo de Cuzco. Mientras lo hacía,
se dice en las fuentes que
una multitud de indios [sic], que llenaron completamente la plaza, vieron el
lamentable espectáculo de que su señor e inca iba a morir, ensordecieron los
cielos, haciéndolos reverberar con sus llantos y lamentos
(Murúa, 271)
Refiere Garcilaso que el Inca alzó el brazo derecho con la mano abierta y la puso
en el oído, y de allí la bajó poco a poco hasta ponerla sobre el muslo derecho. Con
lo cual los presentes cesaron su grito y vocería, quedando con tanto silencio que
«parecía no haber ánima nacida en toda aquella ciudad».6
Como es relatado por Baltasar de Ocampo y fray Gabriel de Oviedo, prior de los
dominicos en Cuzco, ambos testigos oculares, el inca levantó su mano para silenciar
a las multitudes, y sus últimas palabras fueron:8
La cabeza quedó clavada en una picota, pero el cuerpo se llevó a casa de Da. María
Cusi Huarcay, tía del decapitado monarca, enterrándosele al día siguiente en la
capilla mayor de la catedral, asistiendo los vecinos españoles que no creyeron
comprometerse con ello ante el Virrey, y la totalidad de indígenas Nobles,
descendientes de los incas.6