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¿Cuál es su concepto y definición, sobre las COMPETENCIAS? ¿Arguméntelo?

Las competencias se pueden definir desde diversas percepciones, las cuales han
provocado profundas discrepancias en la sociedad educativa. Por lo expuesto, existen
diferentes sentidos que se le pueden otorgar al término, las cuales se intentarán
describir en el presente escrito.

En primera instancia, a través de la historia de la educación y específicamente, en lo


referente a la educación superior, la universidad correspondió a un enfoque
academicista en donde la prioridad era la transmisión de conocimientos. Sin duda se
trata de una educación tradicional que no consideraba lo que hoy se conoce como el
saber hacer en contexto, por lo que una profunda crítica que se le atribuye es que el
rendimiento académico no es garantía de un buen desempeño en la vida profesional.
Actualmente, la universidad por estar ligada al ámbito profesional de forma directa ha
cambiado su disposición en cuanto a la formación en competencias, aunque valga la
pena decirlo, algunas universidades o facultades, hoy en día no han podido superar su
comportamiento academicista.

Surgen después las competencias profesionales, en la búsqueda de encontrar


mecanismos que permitan a la educación el brindar las herramientas para que los
estudiantes sepan qué hacer con el conocimiento que han recibido a la hora de
enfrentarse a un campo laboral, más aún cuando el contexto cambia, deben ser
capaces de amoldarse y saber utilizar el conocimiento nuevo en su beneficio. Al
respecto Jurado (2008) argumenta que la única forma en que el estudiante puede
desarrollar sus habilidades utilizando el conocimiento que recibió en la escuela, es
enfrentándose al campo laboral, fuera de la escuela.

Ahora bien, García – San Pedro (2009), sugiere que, en el marco de la educación
universitaria, el término de competencias ha definido su desarrollo curricular, el cual ha
sido consecuente con los cambios que debe hacer la educación superior para
corresponder con los nuevos escenarios de la educación, como lo son entre otros, la
globalización y la sociedad de la información, descritos por Malagón (2010). Como es
de esperar, sus fines se relacionan con una economía basada en el conocimiento y
buscan consolidar a la universidad como una opción atractiva a la comunidad científica
internacional, por lo cual no solo se habla de innovación sino también de establecer
estrategias y componentes para generarla.

En esta medida, “surge el discurso de las competencias como el lenguaje capaz de


responder a la movilidad, la transferencia, el reconocimiento de los aprendizajes y la
internacionalización de la Educación Superior” (García-San Pedro, 2009, p.12). Pero,
en el transcurso del tiempo, García-San Pedro explica que se ha presentado una
evolución en el concepto de competencia en el ámbito académico, por lo que algunas
definiciones previas son:

Cualificaciones profesionales, entendidas como la capacidad general de


desempeñar un conjunto de tareas y actividades relacionadas con un oficio; las
capacidades (cognitivas, afectivas…); las Destrezas, habilidades para desarrollar una
tarea; y las Actitudes (disposiciones afectivas).

Aunque estas nociones, tienen que ver con el concepto general de la competencia y la
enriquecen, en realidad la definición de competencia adquiere importancia cuando se
habla de experiencia personal.

Adicionalmente las competencias se han clasificado en diferentes categorías que han


hecho de su conceptualización un entramado más complejo, ya sea como
competencias básicas, genéricas, específicas o meta-competencias, sin embargo, es
importante reflexionar sobre el concepto general de la competencia.

Para ello, García – San Pedro (2007) ha establecido una definición que involucra una
variedad de matices conceptuales, sintetizados así: “(La competencia es)… una
actuación originaria de la persona que integra su ser y sus saberes en la capacidad de
enfrentarse a contextos de incertidumbre resolviendo con éxito sus demandas” (p. 78)

Lo anterior se complementa con la idea de que las competencias tienen que ver con la
capacidad de interpretar y dar sentido a una realidad del contexto. Por lo descrito, para
Jurado (2008) las competencias se desarrollan una vez se tiene un horizonte o foco, en
esta medida surge el saber-hacer (competencia cognitiva), un poder-hacer
(competencia potestativa), un querer-hacer (competencia volitiva) y un deber-hacer
(competencia deóntica). Es decir, el sujeto competente sabe leer su realidad y toma
una posición respecto a ella.

De acuerdo con lo planteado, las competencias son imprescindibles en la sociedad de


la información y globalizada, sobre todo considerando que los estudiantes deben
enfrentarse a un mundo dinámico, profundamente cambiante. De no poseerlas o
haberlas desarrollado no garantizan la inserción del sujeto en el mundo laboral, pero
también es prioritario poseerlas porque garantizan la formación de un ser humano
capaz de tomar una postura política frente a los fenómenos sociales, culturales y
económicos moldeados por el modelo actual de desarrollo.

BIBLIOGRAFIA
García - San Pedro, María José. (2009). El concepto de competencias y su adopción
en el contexto universitario. Revista Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social.
N. 16. Barcelona (España). Disponible en:
http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/13540

Jurado Valencia, Fabio. (2008). El enfoque sobre competencias: una perspectiva


crítica para la educación. Revista Complutense de Educación. Vol. 20 Núm. 2
(2009) 343-354. Madrid (España).

Malagón Plata, Luis A. (2010). Los nuevos escenarios de la educación. Documento de


trabajo. U.T. Ibagué

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