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DIMICATIO
El Padre José Antonio Fortea en su libro Exorcística, nos dice que "dimicatio"
significa combate, es el conjunto de oraciones hechas para alejar el demonio
de una comunidad o lugar. Viene de dis + micare del latín, que significa
agitarse, temblar, batir. Nos dice que podemos pedir a Dios que aleje y/o
debilite y ate a los demonios no solamente de las personas, también de los
lugares. A esto se le llama dimicatio o "lucha espiritual".
Nuestro Padre Dios permite que el demonio se nos acerque y nos tiente, nos
ponga insidias, pero todo lo que Dios permite es para nuestra salvación (Rom
8,18). De hecho el mal nos fortalece porque por una parte Dios NO permite al
demonio que nos tiente más allá de nuestras fuerzas, y por otra parte con los
ataques que se tienen del maligno, nos ponemos más alertas a lo que el
demonio intenta en nuestras vidas, nos acercamos más a Dios a través de la
oración, los sacramentos, la Palabra ya que estar en "Gracia de Dios" es una
de las mejores protecciones contra el imperio del mal, así como la Santa Misa,
el acercarnos a la comunión a recibir a Jesús que está en la Eucaristía vivo en
cuerpo, sangre, alma y divinidad. Dios ha dispuesto que las cosas sean así
para nuestro bien.
Pero también es necesario, debido al avance tan grande del mal en nuestros
tiempos, allegarnos de este tipo de apoyos adicionales como es la oración de
sello o protección, ya que con solo abrir los ojos todos podemos ver y palpar el
avance del mal al vivir en una sociedad secularizada donde abundan las
ideologías contrarias a nuestra religión y el mal se manifiesta en los actos
engañosos y en los violentos que vivimos a diario. He ahí la necesidad de
mayor oración sobre todo de protección. Jesús les dijo a sus apóstoles, "velan
y oren para que no caigan en tentación", tenemos por así decirlo, la obligación
de pedir a Dios específicamente que nos proteja, que nos selle, que nos libre
del mal tanto a nosotros como a nuestra familia, trabajo, posesiones, a nuestra
ciudad, país y al mundo entero. Esto lo hacemos con la "dimicatio".
Por su parte el Padre Jordi Rivero nos dice que:" En este mundo libramos un
combate espiritual que decidirá nuestro destino eterno. ¡Que pocos lo
entienden! Una de las tácticas del enemigo es mantenernos dormidos,
distraídos con mil cosas para así vencernos". "Estamos escribiendo para
quienes no se contentan con llevar una vida mediocre sino que aspiran a
obtener la perfección espiritual y la santidad. Para esto es necesario combatir
continuamente contra las inclinaciones malas que cada cual siente hacia el
vicio y el pecado, dominar y mortificar los sentidos, tratar de arrancar de
nuestra vida las malas costumbres que hemos adquirido, lo cual no es posible
sin una dedicación infatigable y continua a la tarea de conseguir la perfección,
la santidad y tener siempre un ánimo pronto, entusiasta y valiente para no dejar
de luchar por tratar de ser mejores." "La guerra que tenemos que sostener para
llegar a la santidad es la mas difícil de todas las guerras, porque tenemos que
luchar contra nosotros mismos".
Esta lucha continua que tenemos para dominar nuestra voluntad humana y
hacer solamente la Voluntad de Dios, se ve aumentada por la que tenemos
externamente, nos dice San Pablo (Ef 6,12) " Porque nuestra lucha no es contra
enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra
los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que
habitan en el espacio". El sellarnos y pedir a Dios su protección nos ayuda
contra estos enemigos.
La dimicatio puede ser hecha por una persona o por varias, es más
conveniente que sea hecha por varias ya que donde están 2 o más personas
unidas en nombre de Jesús, ahí está El y por consiguiente la oración será
mucho más fuerte, pero mucho más fuerte será si nosotros no solamente
invitamos a Jesús a que nos acompañe, sino a que la haga EN nosotros, que
El sea el que ore en nuestra boca, mente y espíritu, la dimicatio será una
oración poderosísima y no tendremos ataques posteriores.
¿Qué podemos hacer para que después de esta oración tan fuerte, no tener la
respuesta de los chamucos contra nosotros o nuestra familia, bienes etc.?
Porque suele suceder esta reacción del mal al verse atacado. Necesitamos que
nuestra oración no sea hecha por nosotros, débiles y frágiles creaturas, sino
por Jesús, y que los frutos y efectos también sean entregados a El, que sean
de Jesús. Por eso se hace previamente la oración pidiendo a Jesús que sea El
directamente en nuestra boca, mente, espíritu, quien la haga. Unidos a su
Santísima Voluntad, las gracias el poder, el amor serán infinitos y los
resultados estarán completamente como efectos de la gracia, unido todo a
Jesús, en El.
La dimicatio puede ser hecha todos los días o cada semana, hasta que el lugar
sea desalojado y posteriormente según la necesidad, para que se conserve
desalojado y su duración puede ser también muy variada, desde unos minutos
o varias horas. Puede ser también una oración de protección para que los
demonios no se acerquen a algún lugar específico, a una casa, o a un templo,
por ejemplo.
Si durante la oración hay una orden directa al demonio por ejemplo "En el
nombre de Jesús te ordeno a ti Satanás y a todos tus secuaces que os alejéis
de esta localidad" o "exorcizo a todo demonio de esta región, apartaos de esta
región en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" o " con la
autoridad de Jesús ato todo poder que los espíritus malignos tengan sobre
esta parroquia" Esta debe ser hecha solamente por un sacerdote, ya que los
sacerdotes son las personas a las que por su unción sacerdotal Dios les ha
conferido el poder de atar y desatar. En la dimicatio se ata el poder de los
demonios y se desata la fuerza de Dios contra las potestades del mal. En el
exorcismo personal se ata el poder de los demonios y se desata al poseso de
las ataduras del mal. Esto debe quedar muy claro, que cuando se hace un
exorcismo de cualquier tipo es un sacerdote el que debe hacerlo y en la forma
y con los permisos que él conoce. Nosotros como laicos podemos solamente
pedir a Dios que aumente su protección nos sane, nos libere nos defienda del
mal.
Lugar: Debe escogerse un lugar privado, a puerta cerrada, con reserva, con
prudencia y que no haya interrupciones.
1.- PERDON: La primera parte será persignarse y pedir perdón con todo el
corazón a Dios por nuestros pecados, los pecados de nuestra familia,
comunidad, país y del mundo entero. Se puede pedir especialmente perdón por
los pecados que sabemos que están ofendiendo más a Dios en estos tiempos
como son los pecados contra la vida: aborto, eutanasia, suicidio; pecados
contra el primer mandamiento por tanto ateísmo y grupos opuestos a Dios; por
los pecados de sus hijos más queridos que son los sacerdotes, religiosas y
religiosos. Es conveniente incluir pedir perdón por los pecados de omisión.
Recordemos que Dios no desprecia un alma arrepentida y humillada, El se
manifestará en la medida de nuestro arrepentimiento. Puede hacerse un canto
de perdón.
TODOS REPETIR:
3.- SUPLICATIO:
Nos sellamos ahora y por siempre, (+) contra toda potestad destructora en el
aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas
satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, en el mundo en el cual
nos movemos hoy. Nos sellamos ahora y siempre, (+) contra toda maldad de
toda persona viva o muerta condenada; contra todo hecho o acontecimiento a
través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. Nos sellamos Ahora y
por siempre, (+) contra toda la maldad e influencia maligna del anticristo y la de
todos sus agentes del mal.
¿Quién como Dios Padre que nos sella con su poder creador?
¡Nadie como Dios Padre que nos sella con su poder creador! (3 veces)
¿Quién como Dios Hijo que nos sella con su poder Salvador?
¡Nadie como Dios Hijo que nos sella con su poder Salvador! (3 veces)
Nos sellamos ahora y por siempre, (+) contra todo aquello que nos aparte de
Dios (+) de la verdad, (+) de la oración, (+) de mi Santa Iglesia Católica, (+) del
camino de salvación, (+) contra mi salud espiritual, corporal y mental, (+) contra
toda clase de maldad de los adoradores de Satanás.
¿Quién como Dios Espíritu Santo que nos sella con su poder
Santificador?
¡Nadie como Dios Espíritu Santo que nos sella con su poder santificador!
(3 veces)
¿Quién como tú María, Hija del Padre? ¡Nadie como tú María Hija del
Padre!
¿Quién como tú María, Madre del Hijo? ¡Nadie como tú María, Madre del
Hijo!
¿Quién como tú María, Esposa del Espíritu Santo? ¡Nadie como tú María,
Esposa del Espíritu Santo!
San Miguel: hoy y siempre, defiéndenos y libéranos en la batalla (+) y has que
venzamos bajo tu protección los ataques del demonio y sus agentes del mal,
espirituales y materiales; tu espada y lanza divinas nos guíen, protejan,
defiendan, liberen y sellen hasta la eternidad.
San Rafael: hoy y siempre, defiéndenos y libéranos en la batalla (+) y haz que
venzamos bajo tu protección los ataques del demonio y sus agentes del mal,
espirituales y materiales; tu mano poderosa y sanación divina nos guíen,
protejan, sanen, defiendan y liberen hasta la eternidad.
San Gabriel: hoy y siempre, defiéndenos y libéranos en la batalla (+) y haz que
venzamos bajo tu protección los ataques del demonio y sus agentes del mal,
espirituales y materiales, tu voz poderosa y pureza divina nos guíen, protejan,
purifiquen, defiendan y sellen hasta la eternidad.
Santo Ángel de nuestra guarda, que desde la eternidad Dios te escogió para
que a cada uno de nosotros nos cubrieras, protegieras, defendieras, liberaras y
sellaras a partir del momento de nuestra concepción durante toda nuestra vida
y nunca te has separado de nosotros. Nosotros… fieles al mandato del Señor
pedimos a tu divina grandeza, que con tus armas poderosas nos custodies de
las huestes infernales que nos atacan continuamente para impedir nuestro
camino hacia la eternidad. Condúcenos hoy y siempre hacia la Patria Celestial.
Amén.
Alabado sea el Padre que nos ha creado, el Hijo que nos ha salvado y el
Espíritu Santo que sostiene nuestras vidas en el Corazón Inmaculado de
María.
Santo. Santo. Santo. Santo. Santo. Santo. Santo. Amén, amén, amén.
4.- CONJURATIO:
TODOS:
Te damos gracias Padre porque nos has reunido a orar por los demás y
por nosotros mismos, porque nos has permitido hacerlo, te damos gracia
por tu amor, porque no nos dejaste caídos, nos enviaste a tu Hijo
Amadísimo Jesús, quien pago ante la Divina Justicia por todo el pecado
del mundo y con su Vida, Pasión Muerte y Resurrección restableció no
solamente la amistad contigo, sino que por el bautismo nos hizo hijos y
herederos de tu reino, para formar parte de tu familia divina, después de
que caímos por el pecado de Adán perdiendo la filiación y la semejanza
contigo, haciéndonos menos que esclavos, porque como hijos nos
permites orar y pedir tus bendiciones. Padre bueno, te damos gracias por
tu protección, sanación, sellamiento, liberación y guía
Mamá querida, gracias por traer a Jesús a vivir en nuestro corazón. Amén.