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UN FESTIVAL

Las particulares del territorio

La realidad es acontecimiento. Lo audiovisual es su relato en imágenes en movimiento,


es tanto lo verosímil como lo fantástico de estas imágenes.. El régimen de la mirada se
construye de acuerdo con el valor y el uso que la comunidad hace de ellas. Nos
encontramos, entonces, entre diversas poéticas y estéticas que se disputan la
organización de lo visible.

Ahora bien, el 7 de septiembre de 2018, Catamarca estrenó un feriado muy particular


llamado El día del milagro, Ley 5525, en conmemoración de aquella mañana del 2004
cuando se registró un terremoto en la ciudad de 6,5 en la escala de Richter, el cual no
dejó víctimas fatales. El relato de un piloto de avión, que sobrevolaba el territorio el día
mencionado, cuenta cómo este vio un manto que se extendía por todo el valle. Es este
manto el que protege a la población de la fatalidad. Este manto es, por supuesto, el
manto de la virgen.
Esta imagen no sucede en el espíritu, es registro fehaciente de la mirada. Es en el campo
de lo visible. Su fuerza mágica afecta a toda la comunidad. Su poder proviene de la
imposibilidad de su reproducción puesto que fue producto de un dios que habita la
tierra.
Al poco tiempo de celebrado por primerísima vez el feriado una diputada provincial,
Cecilia Guerrero, propuso derogar esta ley alegando que los legisladores no pueden
determinar cuando ocurre un milagro. En una nota realizada por el diario El Esquiú, el
28 de septiembre del 2018, Guerrero dice:
No es una ley civil la que puede determinar la configuración de un milagro… es
una cuestión de fe que no puede serle impuesta a quienes no creen, o tienen creencias
distintas, que también son catamarqueños y habitan nuestro suelo. Estando ante un
Estado laico, cuta Constitución respeta la libertad de cultos y de no creencias religiosas,
no puede imponer a sus ciudadanos, la conmemoración de un hecho de la naturaleza y
sus efectos, atribuyéndoselos en su no destrucción masiva, a una protección milagrosa
vinculada con el culto católico, aunque éste aparezca como mayoritario. 1

1
https://www.elesquiu.com/politica/2018/9/27/proponen-sacar-el-feriado-del-dia-del-milagro-
300224.html
Este relato nos interesa porque problematiza lo evidente, y porque nos proporciona una
forma de representación de la comunidad que nos imagina existiendo juntos bajo la
tutela de lo divino que nos protege de una naturaleza hostil.
Son pocos los lugares donde estas imágenes son confrontados, uno de los espacios que
habilita este enfrentamiento es el festival de cortometrajes El Héroe.
El drama se establece en la tensión de potencias simbólicas asimétricas, dios y el héroe.

Miradas de video, ideas de cine


En el año 2005, dos realizadores catamarqueños que trabajaban para el canal de aire
Teletec, Gustavo Nieva y Sergio Vásquez, deciden realizar un ciclo televisivo llamado
El Héroe donde pudiesen transmitir películas no comerciales, el otro cine.
Transmitieron, recuerda Gustavo Nieva en la entrevista, Los idiotas de Lars von Trier,
un filme poco agradable para un espectador que busca en la televisión ese desierto
mediático libre de reflexión y crítica. Sin duda, este ciclo fue posible porque José Luis
Cunio, dueño de Teletec, les había dado “muchas libertas” y confianza en los criterios
artísticos e intelectuales que estos dos técnicos habían demostrado.
En ese tiempo se consolidaba la Asociación de Realizadores Independientes
Catamarqueños (ARIC) con el objetivo de potenciar la producción local y defender los
derechos de los trabajadores audiovisuales. Esta agrupación asumía una actitud
proteccionista frente a una problemática que afectaba al sector, puesto que el exotismo
de los paisajes y las riquezas arqueológicas catamarqueñas atraía proyectos fílmicos y
televisivos de todas partes del país, pero sin incluir a los trabajadores de la región, lo
que impedía el desarrollo del campo audiovisual en la provincia. Entre los realizadores
que formaban parte de esta agrupación se encontraba Diego Jiménez, una pieza clave en
lo que fue la consolidación del ciclo televisivo El Héroe en un festival de cortometrajes,
y otros como Cristian Bustos, Mónica Paz, Ignacio Lovell, Nahuel Pianetti, Roberto
Ramos, Sebastián Espinoza y Mauro Arch, la mayoría con estudios en cine.
A poco de haber comenzado el programa en Teletec, Nieva y Vásquez, se pusieron en
contacto con los realizadores de la provincia, “los chicos”, como son mencionados
constantemente en las entrevistas, agenciados por ARIC, para solicitarles que participen
del espacio facilitando sus producciones audiovisuales. La propuesta, era generar un
espacio de difusión para las obras locales. Claro que este origen, descripto a través de
los hechos, no explica las motivaciones de los organizadores para armar un evento con
semejante proyección en el tiempo. En la primer y única edición de la revista El Héroe,
realizada para el 5to festival, la nota editorial expresa esta indeterminación:
Algo así pasó de repente en Catamarca cuando apareció El Héroe, un festival de
cortos, una presencia impensada y rara para ese momento, con el que había que empezar
a convivir. El Héroe llegó de no sé dónde pidiendo cortos. Necesitaba comunicarse y
que se comuniquen con él, pero sí, a través de imágenes y sonidos. 2
Este “de no sé dónde”, da cuenta de algo olvidado, una idea o deseo, de que en
Catamarca haya una producción cinematográfica y una celebración de esta, una fiesta,
que de alguna manera capture una memoria, aunque sea el registro de las fantasías que
operaban en las personas que soñaban con imágenes en movimiento en estos tiempos.
Nuestra bandera del festival, y lo que nos mantiene un poco entusiasmados, es
que creemos con Sergio que el festival va a contener la memoria audiovisual de la
provincia y de la región. Y cuando uno ve los trabajos con otra perspectiva y con otros
tiempos empieza a descubrir otra historia. 3
El festival genera un registro colectivo de la comunidad que participó del evento, un
pasado vivo en el presente que relaciona un origen o diversos orígenes con aspectos
actuales a los que le da sentido dentro de un juego dialéctico. La memoria para Deleuze
es, justamente, la mediación del pasado con el presente, lo que nos hace pasar de lo que
fue a lo que es.
La memoria es la síntesis fundamental del tiempo, que constituye el ser del
pasado (lo que hace pasar el presente).4
Desde esta perspectiva el pasado vive, y se revive en el presente. No es algo acabado,
sino un vínculo conveniente entre lo que fue y lo que es fundado en la comprensión del
presente. Por otro lado, la historia, externa a los sujetos, basada en el registro de
acontecimientos nos permite otro tipo de saberes, que cuestionan la memoria, ya que
esta es inventiva y no siempre recuerda lo que aconteció, o lo hace desde una posición
ilusoria desde donde lo sucedido se lee desde las conclusiones afectivas, los
aprendizajes, los traumas y las consecuencias. Y a la inversa, la memoria le disputa el
estatuto de verdad a los hechos, puesto que la hegemonía de la historia como discurso

2
VÁSQUEZ, Sergio; NIEVA, Gustavo. El Héroe: camino al 5to festival. Catamarca, El Héroe
Publicaciones, 2011, p.2.
3
Entrevista con Gustavo Nieva realizada el 07 de junio de 2018.
4
DELEUZE, Guilles. Diferencia y repetición. Buenos Aires, Amorrortu ed., 2002, p.133.
oficial responde a estructuras de poder hegemónica, mientras que la memoria es una
herramienta de lucha contrahegemónica.
Al poco tiempo de iniciado el ciclo televisivo, con la participación creciente de los
realizadores locales, Gustavo Nieva, Sergio Vásquez y Diego Jiménez empiezan a
esbozar la idea de realizar una muestra con el material recolectado. El estado de
situación en ese momento era bastante crítico, aunque no del todo visible, parte por la
falta de creencia en el campo. No había espacios de proyección de cine alternativo o
independiente ni políticas que fomentaran la producción o circulación de este tipo de
obras. Estas dos cuestiones, la crisis de creencias y la ausencia de prácticas específicas
aparecen en el siguiente fragmento de la entrevista realizada a Gustavo Nieva:
Al principio algunos se entusiasmaron, otros dijeron que no se iba a lograr.
Porque había una falta de creatividad de la gestión. La persona que estaba a cargo de la
Secretaria de Cultura… No tenían políticas audiovisuales visibles. Nos acercamos y le
contamos, y nos dijeron que no iba a suceder. También “los chicos” nos decían que no
los van a hacer (a los cortos) porque no los van a pasar. El Cine Teatro Catamarca
estaba cerrado, los espacios estaban cerrados. Un tiempo antes lo habían invitado a
Patricio Schwanek a mostrar un trabajo de él y se lo habían cancelado, “los chicos”
estaban enojados porque no pasaban nada.
Pese al escepticismo, hubo un grupo de personas que se juntaron en torno a los tres
organizadores y armaron una primera muestra en el año 2005 con 7 cortometrajes en el
espacio Arte + Arte, ubicado en la calle República, entre Sarmiento y Maipú. Antes de
la fecha del evento se realizó un programa especial que celebraba los seis meses del
programa de televisión, donde se pasaron entrevistas a los directores que participarían
en la primera muestra de El Héroe. En ese programa especial, los organizadores
recuerdan, que “los chicos” fueron a verlo en el canal, con permiso de José Luis Cunio.
Luego de la primera muestra, se organizó, al poco tiempo la segunda. La cual ya no se
hizo en Arte + Arte, puesto que se realizó en el mes de noviembre, y este lugar era muy
pequeño y “muy caliente” (peculiaridad del territorio).

No fue la Secretaría de Cultura la que proporcionó y colaboró con la segunda muestra,


sino la Secretaría de Patrimonio a cargo de Carlos Maturano la que brindó el espacio, el
archivo provincial, para que esta se realice. En esta ocasión contaron con 14
cortometrajes, lo cual tuvo su complejidad, puesto que estos eran presentados en
diversos formatos, lo que implicó la tarea de homologación de los materiales para su
reproducción. La pantalla con la que contaron fue la del gremio de los gastronómicos,
UTHGRA, facilitada por Alejandro Andreu, la cual era la pantalla móvil más grande de
la provincia. El evento contó también con la presencia de un DJ de renombre local, José
Figueroa. La segunda muestra fue muy convocante, principalmente por el boca a boca.
Al siguiente año comenzó el primer festival competitivo.

En ese desierto cultural el Festival de Cortometrajes El Héroe, se impuso cómo el


principal estímulo para los realizadores locales.

Los cortometrajes que circulan por la pantalla del festival presentan audiovisualmente
aspectos de una Catamarca conocida pero extrañada. En ellos se pueden ver las
inquietudes de los artistas y el estado de la práctica de producción de imágenes. Sin
duda, la repetición de ciertas temáticas, como la relación de lo sagrado con la
superstición, y la puesta en escena de problemáticas sociales desde puntos de vista
conservadores, como por ejemplo el uso de drogas, el consumo de alcohol, la fiesta,
etc., expresan valores que atraviesan a toda la población. Se filman como se ven a sí
mismos, supersticiosos, tradicionalistas y neófobos. Y al mismo tiempo se identifican
con una poética telúrica, de la cual están muy orgullosos, pero que perciben demasiado
lejana y estática, lo cual crea un efecto contradictorio de pertenencia y desenfado.
Desde el primer corto que ganó el festival, La Cruz Negra, sobre un exorcismo
–en esta provincia que la religión está tan inserta— en El Rodeo, con otros cortos que
muestran El Rodeo. Vemos eso. Es más personal. La gente participa acá. Porque se
encuentra representada en la pantalla. Aunque muchos relatos no sean documentales
adquieren otra forma.5
En el 4to festival, el ganador del premio a mejor cortometraje fue Oreja de Negro, de
Pablo Soto. Un filme que cuenta la historia de un gualicho que recae sobre un
campesino de El Rodeo, y que para librarse de este debe matar a su perro. Vemos
desfilar en pantalla elementos típicos de las leyendas populares, brujas, rituales,
conocimientos ancestrales, mejunjes, apariciones, etc. Esta obra realizada por un
catamarqueño para su trabajo final de la tecnicatura en cine del instituto La Metro
(Córdoba) circuló también en otros festivales, como lo fue la 33 Jornadas Argentinas e
Internacionales de Cine y Video Independiente, UNCIPAR, lo cual abrió la discusión

5
Entrevista con Gustavo Nieva realizada el 07 de junio de 2018.
sobre la profesionalización y el amateurismo. Recuerda Gustavo Nieva, sobre esa
edición del festival:
Solo dos del grupo habían estudiado cine. Los otros venían de otras disciplinas.
Agarraban la cámara y experimentaban. Venía de formación de diseño, música,
literatura. Era pleno video arte. Por eso no hay preselección. Todos los años me dicen
“porque dejas que participe eso”. Eso (la selección) solo se va a ir dando de acuerdo a
las transformaciones que vaya sufriendo el festival. El año pasado ganó el premio un
trabajo de la Universidad de Tucumán.6
En el 2012, el cortometraje realizado por el ilustrador Diego Yapur, Super San Juan,
realizaba un extraño sincretismo entre lo sagrado y el mundo del comic. Contaba la
historia de un superhéroe nombrado igual al patrono de la ciudad, que luchaba contra
villanos que pertenecían al paganismo. Esta obra, fue sumamente importante para el
festival puesto que se presentó en un año donde hubo muy poca inscripción de cortos, y
al participar de esta obra un gran número de personas pertenecientes a la comunidad del
ISAC, esta asistió a la sala. Y no solo eso, Juan Pablo Navarro, estudiante de la carrera
de teatro, realizó una performance antes de la proyección, poniendo en escena a
personajes que verían luego en el corto.
En lo formal, el festival se presentó como un laboratorio audiovisual. Personas sin
formación específica participaban explorando el medio y la potencialidad del aparato
técnico. Los nuevos realizadores se sometían a experiencias que poco tenían que ver con
la educación cinematográfica, no había más lenguaje que el absorbido por las
convenciones del medio. Una intuición sobre la relación entre la práctica y los efectos
deseados. Gustavo Nieva reflexiona al respecto que el festival se encontraba en la órbita
del video, y que, si bien el cine estaba presente como deseo, misión o retórica, en
realidad no era este el dispositivo que orientaba el hacer de los artistas. El video es una
especie distinta al cine, y como tal, tiene una estética, un lenguaje y procedimientos que
le son propios.
No quiero decir cinematográfico, porque trabajan en video. Yo tengo un gran
rechazo a la palabra cinematográfico, hay que revalorizar lo videográfico. Los chicos
hicieron los cortos porque pudieron agarrar una cámara de video, si hubiesen tenido que
trabajar como se hace en la universidad… Creo que en ese caso Catamarca fue un
centro de experimentación sin querer serlo, sobre nuevas formas de contar, y las
posibilidades que tenían la tecnología y el video, las posibilidades del video. Muchos
me dijeron “por qué pasan ese corto, si no es cinematográfico”. El video da otras
6
Ibídem.
libertades para contar. Los chicos no tenían idea, no habían estudiado cine, y no tenían
un recorrido en el lenguaje.7

En conclusión
En una provincia donde las imágenes del pueblo son postergadas constantemente, donde
la escena es ocupada por un pasisaje sin vida, por una figura religiosa de cerámica, es
destacable el trabajo que el Festival El Héroe lleva a cabo, el cual es principalmente la
configuración de un espacio de resistencia que produce imágenes de un pueblo ausente.
Toda comunidad necesita imágenes de sí misma, y el festival como liturgia propone un
espacio de afectación estética donde lo que sucede no es la obra sino el encuentro
público, el espectáculo socializado, la experiencia conjunta de la inminencia.
Por supuesto, la ausencia de crítica en torno a las obras presentadas impide que se
manifiesten reflexiones sobre el estado de las representaciones y lo representado. En
esos cortometrajes que circulan por la pantalla del festival, de los cuales hemos,
adredemente, mencionado muy pocos, queda aun una tarea pendiente, el estudio de la
producción simbólica y no simbólica y las características locales de estas.
Un festival de cine menor, como El Héroe, es para nosotros un objeto de estudio valioso
en primer lugar por la relación que establece con el arte, donde este aparece como algo
lejano, que es evocado como una práctica esotérica, con cuidado y misticismo. Es como
describe Borges en su poema una relación piadosa, pues “no acaba por ajar la rosa que
venera”. Y, en segundo lugar, por las desventajas que presenta. Se encuentra en una
verdadera posición heroica enfrentado a un mundo (el valle) que es hostil con el arte,
contra una institución religiosa que infesta las prácticas culturales. La gran asimetría
entre las fuerzas hace que el nombre de festival sea más que adecuado.

Bibliografía
BECKER, Howard. Los mundos del arte. Buenos Aires, Prometeo libros ed., 2008.
CHARTIER, Roger. El presente del pasado: escritura de la historia, historia de lo
escrito. México D.F., Universidad Iberoamericana ed., 2005.
BERNINI, Emilio. Kilómetro 111. SCHWARZBÖCK, Silvia. “Imágenes paganas: de
Deleuze a Farocki”. Buenos Aires, Santiago Arcos, 2011.
BORMAN, German; FERNANDEZ, Andrea. Puntos de encuentro. San Fernando del
Valle de Catamarca, Vivir del Aire ed., 2017.

7
Ibídem.
BOURDIEU, Pierre. Creencias artísticas y bienes simbólicos. Córdoba y Buenos Aires,
Aurelia Rivera ed., 2003.
DELEUZE, Guilles. Diferencia y repetición. Buenos Aires, Amorrortu ed., 2002.
MOUFFE, Chantal. Agonística: pensar el mundo políticamente. Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica, 2014.
PRIVIDERA, Nicolás. El país del cine. Para una historia política del nuevo cine
argentino. Córdoba, Los Ríos, 2014.
RANCIERE, Jacques. El reparto de lo sensible. Chile, LOM ed. 2000.
VÁSQUEZ, Sergio; NIEVA, Gustavo. El Héroe: camino al 5to festival. Catamarca, El
Héroe Publicaciones, 2011.
ZIZEK, Slavoj. Amor sin piedad. Hacia una política de la verdad. España, Síntesis ed.,
2004.

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