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SUPLEMENTO ESPECIAL

La actualidad de San Martín


El ideario antiabsolutista y su legado garantista. El frustrado regreso a la patria y
los “misterios” y falacias construidos sobre momentos clave de su vida política.

MIERCOLES 17 DE AGOSTO DE 2016

ESCRIBEN
◆ Norberto Galasso ◆ Felipe Pigna ◆ Alejandro Slokar ◆ Nicolás Trotta
El frustrado regreso San Martín y su legado garantista
Por Felipe Pigna* en la actual guerra contra el Brasil, por el con- Guido: “Si sentimientos menos nobles que los Por Alejandro W. Slokar * genio Americano abjura con horror las crueles ac- judicial afligen a los pueblos cuando frustran el ob- viados de sus prisiones y S.E. ordenó que todas las gen. Desgraciadamente es necesario que hayan de-
vencimiento en que estaba de que hubieran si- que poseo a favor de nuestro suelo fuesen el Nor- titudes de sus antiguos opresores y que el nuevo ai- jeto de su institución”, rubricó. Este modelo ju- causas concluyesen dentro del término de 20 días”. lincuentes, y que estos sean inmolados en las aras

■ Para Rivadavia y sus partidarios, la me-


moria de San Martín no era un motivo
de orgullo sino una permanente fuente de des-
do despreciados; con el cambio de administra-
ción he creído mi deber hacerlo, en la clase
que el gobierno de Buenos Aires tenga a bien
te que me dirigiesen, yo aprovecharía de esta co-
yuntura para engañar a ese heroico, pero desgra-
ciado pueblo, como lo han hecho unos cuantos
■ Cuando la ignorancia autoritaria se em-
peña a diario en despreciar la visión de
un sistema penal que resguarde las libertades
re de libertad que empieza a respirarse extiende
un benigno influjo a todas las clases del Estado”.
El delincuente no deja de ser hombre y las
dicial aparece descripto con elocuente claridad en
el informe que le encomienda a su Ministro de
Gobierno Bernardo de Monteagudo: “Ya no se so-
En la jornada posterior al recorrido eliminó la
pena de azotes: “Será considerado como enemigo
de la patria, y castigado severamente, el juez, maes-
de la justicia para disminuir su número. El rigor
que se ejercita en desagravio de las leyes es santo,
cuando es proporcionado á su infracción: mas el me-
confianza. No dejaron de desacreditarlo, mien- emplearme: si son admitidos me embarcaré sin demagogos que, con sus locas teorías, lo han pre- y derechos de todos los ciudadanos, no debe- prisiones no deben ser castigo: dos días más mete el derecho de las partes al influjo del poder, tro de escuela; ó cualquiera otro individuo, que apli- nor abuso á este respecto, presenta un nuevo cul-
tras que una red de espías seguía de cerca sus pérdida de tiempo, lo que avisaré a usted.” cipitado en los males que lo afligen y dándole el rían dejar de evocarse en este nuevo aniversa- tarde la orden de alimentarlos ya estaba cum- ni cuando toman los jueces en su mano la balan- que semejante castigo á una persona libre”. Acep- pado en el mismo que administra el poder contra
pasos por Europa: “La desconfiada administra- En febrero de 1829 llegó al puerto de Buenos pernicioso ejemplo de perseguir a los hombres rio del Libertador su ideario y labor acerca de plida. Marcado ejemplo de gestión eficaz a la za sagrada, hay quien la profane sustituyendo el tación de los reclamos, soltura de presos, pron- los que lo son. ¡Infeliz el hombre que se hace reo á
ción de Buenos Aires [...] me cercó de espías, Aires y pudo saber la infausta noticia del derro- de bien, sin reparar a los medios. Después de lo la protección del delincuente y la asistencia a par de comprometida con la vigencia de los peso del oro, al peso de la razón y de la ley. La jus- to despacho de los expedientes en garantía de los ojos de la autoridad, pero no menos infeliz el
mi correspondencia era abierta con grosería, camiento del gobernador Dorrego y de su trági- que llevo expuesto, ¿cuál será el partido que me los presos, dentro de un definido esquema ins- derechos de los presos. ticia criminal se administra igualmente combinan- celeridad y eliminación de castigos corporales que le oprime mas de lo que exige la razón! Estos
los papeles ministeriales hablaban de un plan co fusilamiento a manos de los unitarios de su resta? Es preciso convenir que mi presencia en titucional independentista americano. Algunos años más tarde, como Protector del do la inexorabilidad que merece el crimen, con la revelan inequívocamente el criterio de una ad- abusos caracterizan á los gobiernos despóticos, y no
para formar un gobierno militar bajo la direc- ex subordinado Lavalle. Muy a su pesar, el gene- el país en estas circunstancias, lejos de ser útil no Y no se trata de un exceso de historicismo, Perú, con medidas progresistas resguardó la liber- indulgencia á que es acreedor el hombre: se casti- ministración humanizadora del régimen penal. podían dejar de ser habituales en la administra-
ción de un soldado afortunado, etc.; en fin, yo ral decidió no desembarcar. Muchos oficiales le haría otra cosa que ser embarazosa, para los unos mucho menos de revivir vetustos decretos y re- tad de expresión e impidió los allanamientos sin gan los delitos, sin inventarse delincuentes: se con- Próximo a partir al encuentro con Simón Bo- ción que ántes regía. Nada prueba tanto los pro-
vi claramente que me era imposible vivir tran- enviaron cartas al barco y lo fueron a visitar con y objeto de continua desconfianza para los otros, soluciones. Así como el abogado Manuel Bel- justa causa, con una plena reivindicación de los sulta la seguridad de los reos, sin añadir violencias lívar en Guayaquil, y tras delegar el mando, le gresos de la civilización de un pueblo, como la mo-
quilo en mi patria ínterin la exaltación de las la intención de que se hiciese cargo del poder. de esperanzas que deben ser frustradas; para mí, grano contribuyó a la causa emancipadora co- derechos y la cultura de los pueblos originarios innecesarias, que no son sino actos de opresión”. confió a Monteagudo la redacción de un decre- deración de su código criminal”.
pasiones no se calmase y esta certidumbre fue San Martín se negó. Tomase el partido que to- de disgustos continuados. Suponiendo que la mo hombre de armas, el militar San Martín no –prohibió que se los llamara indios–, para tam- En Lima llevó a cabo una visita general de cár- to que regule el orden, la higiene y las visitas en Dos siglos nos separan de aquellas conviccio-
la que me decidió pasar a Europa. Mi admira- mase, tendría que derramar sangre argentina y suerte de las armas me hubiese sido favorable en dejó de proyectar su impronta en el ámbito ju- bién consagrar la libertad de vientres para los na- celes y clausuró los calabozos de castigo: “S.E. las cárceles, con marcada influencia de las dis- nes y de una singular obra de gobierno. De-
ción no es poca al ver que me dice usted no ha- estaba claro que no era hombre para esas faenas. la guerra civil, yo habría tenido que llorar la vic- rídico. Desde su gestión de gobierno trazó las cidos a partir del 28 de julio de 1821, y poco dio principio a este acto lleno de humanidad por posiciones de los presidios peninsulares. Allí se jan una huella imborrable, definitiva, de mo-
ber recibido más cartas mías que una toria con los mismos vencidos. La pre- directrices de una reforma penal fundada en después la de los esclavos. A más, estableció una la visita de la cárcel que llaman de la Pescadería, estableció que: “Las leyes no pueden extinguir la tivaciones humanitarias y empeños reformado-
desde el Havre y otra de Bruselas del 3 sencia de un militar afortunado es te- principios humanitarios, ante una novedosa justicia independiente en supresión de la Inqui- y pasó enseguida a la de la ciudad. Examinando malicia de los hombres, pero pueden al menos re- res sobre la cuestión criminal, que se proyec-
de febrero de 1825, es decir, que se han mible a Estados que de nuevo se cons- forma de puesta en práctica del castigo: la cár- sición:”ninguno de los tres poderes que presiden la detenidamente el estado de las causas pendientes, primir su exceso: todo crimen que se comete en la tan imperiosamente hasta este presente que col-
extraviado o, por mejor decir, han esca- tituyen.” cel, eje central del sistema de sanciones a par- organización social es capaz de causar el número y oídas las reclamaciones y exposición de los delin- sociedad es un doble mal, por que la agresión y la mado de rusticidad vindicativa, tanto deman-
moteado ocho o diez cartas más que le El mismo día de su partida definiti- tir de entonces y vigente hasta nuestros días. de miserias con que los encargados de la autoridad cuentes, varios fueron puestos en libertad, otros ali- pena á su turno aumentan las miserias que la afli- da de un mayor respeto por la dignidad de los
tengo escritas desde mi salida de Amé- va le decía al oriental Fructuoso Rive- Formado ideológicamente en las lecturas de la presos, y por qué no de la nuestra.
rica; esto no me sorprende, pues me ra: “Dos son las principales causas que “Ciencia de la Legislación” de Filangieri, el “Tra-
consta que en todo el tiempo de la ad- me han decidido a privarme del consue- tado de la Legislación Civil y Penal” y la “Teoría Notas
1. Oficio al Cabildo de Mendoza del 25 de marzo de
ministración de Rivadavia mi corres- lo de por ahora estar en mi patria: la de las penas” de Bentham y, fundamentalmen-
1816. El documento forma parte del Fondo “José de
pondencia ha sufrido una revista inqui- primera, no mandar; la segunda, la con- te, del cristianismo ilustrado de Lardizábal en su San Martín” del Museo Mitre, en reproducción que
sitorial la más completa. Yo he mirado vicción de no poder habitar mi país, “Discurso sobre las penas” –que lo acompaña- se conserva en microfilm del documento original ma-
esta conducta con el desprecio que se como particular, en tiempos de con- ron a lo largo de toda su travesía revolucionaria– nuscrito.
merecen sus autores. Rivadavia me ha vulsión, sin mezclarme en divisiones ya en su “ínsula cuyana” desde la visión de un es- 2. El inolvidable Roberto Pettinato, artífice del reformis-
mo penitenciario justicialista, dispuso que en todos los
hecho una guerra de zapa sin otro ob- [...]. Mi carácter no es propio para el tadista de inigualable relieve por lo avanzado pa-
establecimientos se coloque el oficio en lugar visible pa-
jeto que minar mi opinión suponiendo desempeño de ningún mando político ra su época, muy lejos estuvo de compartir ac- ra conocimiento del personal y los reclusos; que cada
que mi viaje a Europa no ha tenido otro [...] y habiendo figurado en nuestra re- tuales pretensiones de demagogia punitiva. 25 de marzo se recordara con palabras alusivas su sig-
objeto que el establecer gobiernos en volución, siempre seré un foco en que Hace más de 200 años, ejerciendo la gober- nificado y que se suministrara en esa fecha un menú
América; yo he despreciado tanto sus los partidos creerán encontrar un apo- nación de Cuyo, intervino en favor de los re- extraordinario “como homenaje de respeto, veneración
y amor al General San Martín” (Revista Penal y Peni-
groseras imposturas como su innoble persona.” Triste y decepcionado se trasladó a Montevi- yo [...]. Firme e inalterable en mi resolución de clusos mendocinos, tal lo documenta una cé-
tenciaria, t. XIV, Bs. As., 1949, pp. 373/4).
El 20 de septiembre de 1824, Rivadavia le es- deo desde donde escribía el 6 de febrero de 1829: no mandar jamás, mi presencia en el país es em- lebre comunicación enviada al Cabildo: “Me 3. Gazeta del Gobierno de Lima independiente del
cribe a su amigo, el inefable Manuel J. Gar- “A los cinco años justos de mi separación del barazosa. Si éste cree, algún día, que como sol- ha conmovido la noticia que acabo de oír, de que 10 de abril de 1822. Edición facsimilar en Ministerio
cía: “es mi deber decir a ustedes, para su go- país he regresado a él con el firme propósito de dado le puedo ser útil en una guerra extranjera a los infelices encarcelados no se les suministra si- de Educación, Universidad Nacional de La Plata, Ga-
bierno, que es un gran bien para ese país que concluir mis días en el retiro de una vida priva- (nunca contra mis compatriotas), yo le serviré no una comida cada veinticuatro horas. La trans- zeta del Gobierno de Lima independiente. Tomos I a
III, Julio 1821-Diciembre 1822, “Año del Libertador
dicho general esté lejos de él.” da, mas para esto contaba con la tranquilidad con la lealtad que siempre lo he hecho.” mito a V. S. sin embargo del feriado, para que pe-
General San Martín”, 1950. El texto utilizado que pro-
El general vivía atento a lo que le pasaba a completa que suponía debía gozar nuestro pa- El general se iba para siempre de la patria netrado de iguales sentimientos propios de su con- loga el rector Miguel Laffitte fue reunido por el Insti-
su patria y en cuanto se enteró del inicio de la ís, pues sin este requisito sabía muy bien que que algún día lo nombraría padre, pero para eso miseración, se sirva disponer se les proporcione ce- tuto de Investigaciones Históricas de la Facultad de
guerra con el Brasil, tomó la decisión de vol- todo hombre que ha figurado en la revolución faltaba mucho tiempo y mucha sangre. na a horas que no altere el régimen de la Cárcel. Humanidades y Ciencias de la Educación de la Uni-
ver a prestar sus servicios. Pero el país estaba no podía prometérsela, por estricta que sea la Aquel escaso alimento no puede conservar a unos versidad Nacional de La Plata (Ejemplar Nº 147).
4. “Esposición de las tareas administrativas del gobier-
en manos de su enemigo Rivadavia y sólo cuan- neutralidad que quiera seguir en el choque de Notas hombres, que no dejan de serlo por considerarles
no desde su instalación hasta el 15 de julio de 1822”,
do asumió su compañero del Ejército de los An- las opiniones. Así es que en vista del estado en 1. Carta de San Martín a O’Higgins, del 20 de oc- delincuentes. Muchos de ellos sufren un arresto pre- Lima, Museo Mitre, 1910, edición a plana y renglón
tubre de 1827, en Galasso, obra citada.
des, Manuel Dorrego, decidió embarcarse ha- que se encuentra nuestro país y por otra parte cautorio solo en clase de reos presuntos. Las Cár- (Ejemplar Nº 132).
2. Carta de San Martín a O’Higgins
cia Buenos Aires. no perteneciendo ni debiendo pertenecer a nin- 3. Comisión Nacional del Centenario, Documen- celes no son un castigo, sino el depósito que ase- 5. Gazeta del Gobierno del 17 de octubre de 1821.
“Ya habrá usted sabido la renuncia de Riva- guno de los partidos en cuestión, he resuelto tos del Archivo del General San Martín, Buenos gura al que deba recibirlo. Y ya que las nuestras, 6. Gazeta del Gobierno del 20 de octubre de 1821.
Aires, Imprenta Coni Hnos., 1910-1911, 7. Gazeta del Gobierno del 23 de marzo
davia; su administración ha sido desastrosa y para conseguir este objeto pasar a Montevideo, por la estúpida educación española, están muy le-
4. Carta de San Martín a Tomás Guido, enero de
sólo ha contribuido a dividir los ánimos. Con desde cuyo punto dirigiré mis votos por el pron- 1829.
jos de equipararse a la policía admirable que bri- ✱ Profesor Titular de Derecho penal
un hombre como este al frente de la adminis- to restablecimiento de la concordia.” 5. Arturo Capdevila, El pensamiento vivo de San lla en las de los Países cultos, hagamos lo posible UBA/UNLP. Presidente de la Cámara Fede-
tración, no creí necesario ofrecer mis servicios Así se sinceraba con su querido amigo Tomás Martín, Buenos Aires, Losada, 1945. por llegar a imitarles. Conozca el Mundo que el ral de Casación Penal.

Los “misterios” de la Patria Grande


Por Norberto Galasso * “Yo no soy de ningún partido –dirá des-
pués San Martín–. No, me equivoco. Yo soy

■ La historiografía mitrista –y a ella se


han allanado otras corrientes– enseña
que existió “un misterio” en la reunión en-
del partido americano”.
En diciembre de 1824, el triunfo de Aya-
cucho asegura la libertad de Hispanoaméri-
tre San Martín y Bolívar (el 26 y 27 de ju- ca. La hostilidad de Rivadavia le ha obliga-
lio de 1822), en Guayaquil. Aunque ella mis- 19.000 hombres. Para ello sólo cuenta con ¿Qué hace, entonces, San Martín? Se en- tud generosa, por cierto, pero no motivada organizada por el ayuntamiento desde las nue- do a San Martín a residir en Europa. Allí,
ma, sin embargo, ha dado “su respuesta” sos- 8.000 soldados… Va a Guayaquil para que Bo- cuentra sin escuadra, porque se la robó Lord por la supuesta picardía o ambición de Bolí- ve hasta la una del día 28, en que se retira. Bo- hasta su muerte, en 1850, ¿acaso lo domina
teniendo, en base a un tendencioso análisis lívar le devuelva 1.200 hombres que le ha pres- Cochrane y la llevó a Chile, con su ejército var sino porque la situación política y mili- lívar lo acompaña hasta la costa y le regala un el rencor hacia Bolívar? Todo lo contrario.
psicológico, que allí se encontraron dos hom- tado y le aporte más soldados para poder dar diezmado por enfermedades e indisciplina tar indican que es lo mejor que puede hacer- retrato suyo como recuerdo. Durante esos largos años, mantiene en su ca-
bres muy distintos: uno, el gran capitán ar- la última batalla. Bolívar le devuelve los 1.200 (Las Heras y Lavalle se le van a Buenos Ai- se por la liberación hispanoamericana. San Martín ha estado apenas cuarenta ho- sa tres retratos de Bolívar: un cuadrito pe-
gentino, marido y padre ejemplar, genero- y le ofrece 1.800 más, con lo cuales San Mar- res), y sin apoyo del gobierno rivadaviano pues ras en Guayaquil. El diálogo entre ambos li- queño que le regaló Bolívar al despedirse en
so, “el santo de la espada” y el otro, un ve- tín llegaría a 11.000 hombres, que conside- don Bernardino lo odia (según corresponden- El encuentro bertadores no ha pasado de cinco horas y me- Guayaquil, un óleo que San Martín le hace

MIERCOLES 17 DE AGOSTO DE 2016


MIERCOLES 17 DE AGOSTO DE 2016

nezolano ambicioso, sinuoso, mujeriego, sin ra insuficientes para dar batalla. Bolívar la- cia y el hecho de que estén a punto de batir- El 26 de julio, a las dos de la tarde, San Mar- dia. En ese reducido lapso se encierra el llama- pintar a su propia hija y una litografía con el
valores éticos. Y lo que resultó fue que el se- menta no poder darle más y a su vez, cree que se a duelo en Londres, en 1825). Además, en tín y Bolívar se encuentran en Guayaquil. Des- do “misterio de Guayaquil”. rostro de Bolívar que resulta definitoria pues
gundo se impuso sobre el primero obligán- los absolutistas no son 19.000 sino 15.000. Perú existe gran división y en esos días lo obli- pués de los saludos de práctica, conversan a Pero no hay misterio en Guayaquil. Ambos la coloca en su dormitorio, enfrente de su ca-
dolo a renunciar y le robó la gloria de dar San Martín comprende que hay que unir los gan a renunciar a su ministro Monteagudo. solas durante una hora y media. Al día siguien- Libertadores expresan, con sus contradiccio- ma. Es decir, cuando se despierta, al prime-
término a la campaña hispanoamericana. De ejércitos, pero como no puede haber dos je- En cambio, Bolívar tiene todavía el apoyo de te, vuelven a reunirse, sin testigos, e intercam- nes y limitaciones, el fervor de los pueblos que ro que ve es a Bolívar y lo mismo, a la no-
allí, se deduce que San Martín le guardó ren- fes, propone que Bolívar comande y él ser su la Gran Colombia. Por todo esto, San Mar- bian ideas entre la una y las cinco de la tarde. desean liberarse y los han gestado, llevándo- che, es el último, cuando se acuesta. ¿Puede
cor, de por vida, a ese Bolívar pícaro que ob- segundo jefe. Bolívar no lo acepta y tiene gran tín juzga que el venezolano es el que está en En una sola oportunidad interrumpen el diá- los inevitablemente a esa reunión de Guaya- sostenerse entonces que San Martín fue tram-
tuvo la fama y se la negó a él. parte de razón: el Protector de Perú no podía mejores condiciones para concluir la campa- logo secreto, cuando Bolívar abre la puerta pa- quil. Ambos actúan de la mejor manera para peado por Bolívar o que le tenía rencor? Sal-
Los hechos refutan esta fábula. Después regresar al Perú como segundo del jefe de la ña. Entonces decide dejarle su ejército, para ra solicitar una documentación a su edecán, a expresar esas ansias, esos reclamos, esos anhe- vo que se tratase de un caso extremo de ma-
de libertar Chile y tomar Lima, San Mar- Gran Colombia (inclusive los peruanos rece- que se unifique bajo el mando de Bolívar, y fin de mostrársela a San Martín. los. Sólo mentalidades microscópicas pueden soquismo… Parece difícil, ¿no es cierto?
tín debe liberar el interior del Perú donde laban de Bolívar por su control sobre Ecuador, retirarse a Chile, donde permanece a la espe- Concluida las dos entrevistas, la misma no- buscar la explicación de su conducta en fac-
estima que existe un ejército realista de al que ellos consideraban territorio peruano). ra de la entrada de Bolívar en el Perú. Acti- che del día 27 San Martín asiste a una fiesta tores subalternos. ✱ Historiador.
II III
Por Nicolás Trotta *

■ La figura de San Martín, como prócer


por excelencia junto a Simón Bolívar de
la emancipación sudamericana, ha desperta-
do no pocos elogios a lo largo del tiempo. Tan-
to propios como extraños se han referido al
Libertador como un ejemplo de abnegación,
inteligencia y genio militar. Ernesto Guevara
valorizó la figura de San Martín al referirse a
él en su discurso en el Paraninfo de la Univer-
sidad de la República, en Montevideo, el 17
de agosto de 1961, definiéndolo como un “hé-
roe continental”, como un “hombre de Amé-
rica” que no pertenece a ningún país en par-
ticular, sino al continente todo, a la Revolu-
ción, al lado de próceres como Artigas, Bolí-
var o José Martí. De un calibre semejante re-
sultan las apreciaciones de Juan Domingo Pe-
rón quien afirmaba que “A San Martín lo ve-
mos como maestro, como jefe, como artesa-
no, como político, como gobernante, como es-
tadista y como guerrero. Los hombres supe-
riores sirven para dirigir todo eso. Después ve-
nimos los hombres comunes que, bien dirigi-
dos, servimos para todo o para nada”1.
No obstante, la estampa del Libertador ha
conocido detractores también, algunos de los
cuales han insistido en ver en San Martín a un
traidor a su Madre Patria, por haber servido pri-

San Martín
mero en las filas peninsulares en donde cursó to de los caudillos federales en 1819. A este
su carrera militar y participó en diversas bata- respecto se referirá posteriormente en una car-
llas, tanto en África como en España (la más ta a Tomás Guido del 20 de octubre de 1845
renombrada de las cuales resultó ser la batalla afirmando: “yo no pertenezco a ningún par-
de Bailén, en oportunidad de la invasión napo- tido (…) soy del partido americano”6.
leónica a la península ibérica) y haber vuelto Otra de sus manifestaciones políticas con-

y el ideario
sus armas luego en contra de los realistas en el tundentes por el grado de su alcance, lo cons-
escenario americano. Incluso hay quienes, por tituye la misma naturaleza del ejército de los
esta circunstancia, lo tildan de desertor de los Andes, “su propio ejército” podríamos decir,
ejércitos del rey. Esta afirmación ha sido soste- puesto que él mismo lo ha creado. Y son las
nida por diversos autores españoles, quienes acu- tropas, sus oficiales más precisamente, quie-
san de esta condición a varios patriotas sudame- nes lo designan jefe por medio del Acta de

antiabsolutista
ricanos. Entre estos historiadores destaca Eduar- Rancagua y enarbolan una bandera que les es
do Comín Colomer, que atribuye la condición propia, la bandera de los Andes.
de desertor a San Martín como consecuencia Finalmente, tal vez su acto político de ma-
de su ingreso en la logia masónica de Cádiz2. yor trascendencia y el que delinea claramente
Sin embargo, a poco de indagar algo más en el perfil de su figura, pasa por su histórico re-
la vida y obra del prócer se comprende que ta- nunciamiento frente a Bolívar, a quien cede su
les apreciaciones son erróneas e incluso injus- ejército, su posición de poder y el usufructo de
tas. Erróneas porque, como señala Ricardo Pic- ría contra los representantes del Rey, no obra- tín promovió intensamente: declaración de la sus hazañas militares. Nunca más lejos de la
cirilli, San Martín solicitó su retiro del Ejérci- ría contra España sino contra el absolutismo”4. soberanía del pueblo, supresión de títulos de traición, San Martín renunció a la gloria en el
to Peninsular, y lo obtuvo por Real decreto en Parece entonces necesario resaltar el aspecto nobleza, libertad de vientres, derogación del mismo acto en el que la obtenía para siempre.
fecha 19 de septiembre de 1811, lo cual deja eminentemente político de San Martín. Esto servicio personal de los indios, libertad de cul- Movido por convicciones despojadas de ambi-
sin efecto la acusación de deserción3. E injus- supone hacer a un lado por un momento la tos y de imprenta, abolición de los tormentos, ción de poder y opuesto a la lucha fratricida.
tas, al menos por dos motivos: en primer lu- imagen broncínea y ecuestre del prócer, que ha acuñación de moneda, proclamación de sím- En conclusión, podemos decir que la prin-
gar, mal puede atribuírsele deslealtad a quien suscitado tanta admiración por parte de unos bolos patrios, entre otros más que, como los cipal preocupación de San Martín fue la derro-
ingresara al ejército español a los once años de como encono por parte de otros, para plante- mencionados, reflejan fuertemente la concep- ta del Absolutismo y que más allá de los loca-
edad y una vez formado competentemente, arnos algunas cuestiones que resultan funda- ción liberal y moderna de quienes los promul- lismos y las adscripciones territoriales, el Liber-
decidiera brindar su lealtad a una causa a la mentales: ¿Basado en qué principios promovió garon. Y podemos observar también su actua- tador se preocupó por generar siempre las con-
cual habría de dedicarle toda su vida: la lucha San Martín la convocatoria a la Asamblea del ción directa en el terreno político, tanto en la diciones que le permitieran actuar con indepen-
contra el absolutismo. Y en segundo lugar, por- año 1813, diagramó en acuerdo con Güemes producción de hechos políticos como símbo- dencia de los poderes de turno, embarrados en
que tal visión parece afectada de un reduccio- la defensa estratégica del territorio leal a la Re- los de su ideario y su concepción de la sobera- sus rencillas particulares y siempre deseosos de
nismo insostenible, el de considerar a la Gue- volución, y planificó y ejecutó el cruce de los An- nía, tales como la entrega del sable que utilizó echar mano a los talentos y recursos que San
rra de la Independencia como un enfrenta- des y la liberación de Chile y Perú? en sus campañas a Juan Manuel de Rosas co- Martín desplegaba. Frente a esto, y en una si-
miento entre dos naciones diferentes, y no co- Para indagar en esta tarea disponemos de las mo reconocimiento a su resistencia frente a la tuación sumamente difícil y enrevesada, San
mo lo que las interpretaciones históricas más palabras del propio San Martín, por ejemplo agresión anglo francesa; o como su negativa a Martín demostró la firmeza de su criterio, la
reconocidas actualmente señalan que fue: una aquellas que pronunciara durante su campaña aceptar la oferta de Lavalle, a cargo del gobier- claridad de objetivos que le brindaba su idea-
guerra civil que opuso, tanto en España como al Perú en referencia a la sublevación del Te- no de Buenos Aires a principios de 1829, de rio anti absolutista, y su intenso humanismo.
en América, a los partidarios del absolutismo niente Coronel Rafael del Riego en enero de asumir el mando del ejército y la provincia, en Parafraseando al Libertador digamos que San
contra los defensores de las libertades cívicas 1820, quien se declaró en rebeldía contra Fer- repudio a su accionar homicida y a las ante- Martín fue lo que debía ser, consciente de que,
y la superación del oscurantismo político y cul- nando VII proclamando la constitución libe- riores maquinaciones rivadavianas. de no ser así, de haberse dejado arrastrar por el
tural, que la monarquía absoluta representa- ral de 1812. Dijo el Libertador: “La Revolu- Junto a estas manifestaciones podemos ob- violento remolino de las pasiones facciosas de
ba. Al respecto el historiador Norberto Galas- ción Española es de la misma naturaleza que la servar también sus claras muestras de inde- su época, no hubiese sido nada.
so hace mención a un pasaje del libro de Ro- nuestra: ambas tienen a la libertad por objeto pendencia de criterio, cuando rechazara el
dolfo Terragno “Maitland & San Martín” en y la opresión, por causa”5. mando del Ejército del Norte en 1814, o cuan- Notas
el cual el autor, citando a su vez a un historia- Por otro lado, podemos reparar en los dic- do incurriera en franca desobediencia frente 1. Perón, Juan D. “Discurso de clausura del año San-
dor, el marqués de Lozoya, consigna que “El támenes de la Asamblea del año XIII, cuya al Director Supremo, al negarse a tomar par- martiniano, 1950. Citado en Urriza Manuel (2007). San
Martín y Bolívar vistos por Perón. Colihue. Buenos Ai-
MIERCOLES 17 DE AGOSTO DE 2016

San Martín que, una vez en América, lucha- convocatoria, como ya se ha dicho, San Mar- tido por el poder central ante el levantamien-
res.
2. Comín Colomer, Eduardo (1956). “Lo que España
debe a la Masonería”. Editora Nacional. Madrid. Ci-
tado en Lappas, Alcibíades (1982). San Martín y su
ideario liberal. Editorial Símbolo. Buenos Aires.
3. Piccirilli, Ricardo (1967). ¿San Martín conoció a Gui-
do en Londres?. En Investigaciones y Ensayos Nº3.
Academia Nacional de la Historia. Buenos Aires.
4. Citado en Galasso, Norberto (2006). San Martín ¿pa-
dre de la patria? o Mitre ¿padre de la historia? Edicio-
nes Nuevos Tiempos. Buenos Aires. Pg. 14.
5. Citado en Galasso, N. op cit. Pg. 42.
6. Citado en Galasso, N. op cit. Pg. 49.

IV ✱ Rector de la UMET / @trottanico.

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